viernes, 18 de febrero de 2022

ENSAÑAMIENTO Y ASESINATO BARBARO

 Lo asesinaron a mansalva los terroristas de Sendero Luminoso cuando estaba acompañado de toda su familia, en una chacra de propiedad de su madre, ubicada por la Carretera Central a pocos kilómetros de Lima y antes de llegar a Chaclacayo. El hecho criminal fue algo detestable propio de hordas asesinas, sin límite alguno llenas de criminalidad plena. Hacemos el recuerdo, precisamente, cuando las huestes políticas derivadas de este conglomerado de indeseables se han subido al carro del poder del actual gobierno que preside Pedro Castillo: un personaje sindical de extrema peligrosidad, con poco rigor intelectual que no sabe por dónde llevar al Perú que, dicho sea de paso, requiere a gritos de gobernabilidad completa, por el bien de todos los peruanos

Rodrigo Franco Montes de Peralta fue victimado en la hacienda  ”La Era” en el distrito de Ñaña, el 29 de agosto de 1987, por el referido grupo de desalmados, quienes inclusive reconocieron su autoría sobre el hecho que causó un rechazo unánime de parte de la ciudadanía. En efecto, el jerarca de los senderistas, Abimael Guzmán Reynoso, se refirió a la víctima de forma falsa y tremendamente despectiva: “hemos aniquilado a un parásito burócrata sumamente peligroso”

 Entre tanto, durante el gobierno de Alan García, el aparato estatal creó la organización paramilitar “Comando Rodrigo Franco”, que cometió innumerables actos delictuales, inclusive asesinatos. de por sí rechazables. Nunca debió tomarse el nombre de este joven que fue un ejemplo como persona y como profesional.

MANTILLA

Dicho comando estuvo tipificado como una organización paramilitar supuestamente creada y conducida por Agustín Mantilla Campos, dirigente y ex Ministro del Interior aprista, cuyo jefe operativo habría sido Jesús Miguel Ríos Sáenz. Mientras que sus miembros eran universitarios de la misma filiación

Los aniquilados que perdieron la vida por las nefastas acciones de este conglomerado criminal: Manuel Federico Febres Flores, abogado del terrorista senderista Osmán Morote, Luis Miguel Pasache Vidal y Sócrates Javier Porta Solano, a quienes se identificó como miembros del MRTA que negociaban el rescate del General Héctor Jerí-a la sazón- secuestrado por dicha banda y el líder sindical Saúl Cantoral Huamaní y su compañera Consuelo García Santa Cruz.

Con el paso de los años, lo que se quiso es atribuir  que este grupo habría asesinado a Rodrigo Franco. Pero ello no era cierto. Habían evidencias y pruebas que el crimen estuvo ejecutado por las huestes de Abimael Guzmán

Rodrigo Franco nació en Lima en 1957. Hijo del militante aprista, Luis Alberto Franco Varela, que fue miembro de la brigada de defensa del Jefe del Partido, Victor Raúl Haya de la Torre. Y de Margarita Montes de Peralta Bazo. Nieto del médico Rodrigo Franco Guerra de igual filiación, ex Senador de la República y de Armando Montes de Peralta, Primer Ministro de Salud.

Ingresó, en 1974, a la Pontificia Universidad Católica de Lima para seguir estudios de Derecho. En sus años como estudiante, participó activamente en el Centro Federado de dicha Facultad, del cual llegó a ser parte de su Junta Directiva. 

CARGOS

El APRA ganó las elecciones el año 1985 y, meses después, Franco fue convocado por el Ministro de Agricultura, Remigio Morales Bermúdez, para trabajar en ese portafolio. Lo designaron como Secretario General de dicho ministerio. Hasta que lo nombraron Presidente Ejecutivo de la Empresa Nacional de Comercialización de Insumos (ENCI). Anteriormente, había trabajado en el sector privado. En efecto, se desempeñó como un eficiente ejecutivo de la empresa Procesadora Sudamericana.

Muy joven se casó con Cecilia Martínez del Solar, con quien tuvo tres hijos. Ella, tras la muerte de su esposo, se dedicó por completo a diferentes actividades de investigación para dar con la identificación de los autores del sonado crimen. Incluso llegó a ser Congresista de la República. Lo lamentable es que nunca se llegó a conocer quiénes fueron los asesinos terroristas.

A partir del año 2000, la señora Martínez del Solar solicitó que le retiren la pensión que se le asignó por ser víctima del terrorismo. El hecho en sí significaba un cambio total de pensamiento y desestimó en lo que antes había creído-que fueron los terroristas los que asesinaron a su esposo- para achacarle la responsabilidad a los propios apristas a través del comando Rodrigo Franco que, de acuerdo a versiones que ella maneja, estaría vinculado al ex Ministro del Interior del gobierno aprista Agustín Mantilla, después procesado por haber recibido plata sucia de Vladimiro Montesinos.

La familia de Rodrigo, evidentemente, nunca estuvo de acuerdo con esta versión de la señora Martínez del Solar: callaron y nunca dieron cuenta de su parecer. Lo que se recuerda claramente es que el padre del victimado juró, abrazando el cadáver de su hijo, no descansar hasta hallar los responsables de su muerte.

ACUSACIONES

De acuerdo a lo que entonces se informó, Sergio Ortiz y Raúl Chávez, personal de disciplina que trabajaba con Franco padre, acusaron que el autor intelectual del crimen habría sido Marcelino Tineo Sulca. Tineo tenía un hijo que murió en la masacre de los penales en 1986 y una hija, Tania, implicada por el asesinato de Juan Vega Llona, Agregado Naval del Perú en Bolivia. Lo cierto es que nunca se encontró, ni juzgó, ni condenó a los asesinos de Rodrigo Franco. Todo lo que ocurrió fueron especulaciones.

El padre de Rodrigo era un hombre muy enérgico y apasionado. Este es un detalle anecdótico: cuando murió su hijo, se indignó tanto que quiso salir a las calles a buscar a los asesinos. El propio Presidente, Alan García, ordenó que le dieran un calmante y se lo llevó a Palacio de Gobierno a pasar la noche,

Según los que conocen el tema a profundidad, es absurdo que el Apra haya tenido que ver con la muerte de uno de sus compañeros más queridos. Rodrigo tenía una influencia importantísima dentro de las bases. Él fue, definitivamente, una de las 1,300 víctimas apristas del terrorismo.

Sus padres, sus hermanos y los más allegados estaban seguros que el terrorismo senderista fue quien mató a Rodrigo. De eso no hay ninguna duda. Haya de la Torre tuvo una amistad profunda con los Franco. Una realidad comprobada.

 

MOTIVOS

Como Presidente de ENCI, instaló puntos de venta en diferentes lugares del país. Comenzaron a entrar al Trapecio Andino, a Ayacucho y Huancayo. Ahí la gente podía vender su papa, su maíz porque ENCI se los compraba.

En esas zonas donde estaba metido el senderismo, se levantaba la calidad de vida de las personas y todos se sentían bien por ello porque sentían que, por fin, el Estado había llegado. Este fue uno de los motivos por el cual Sendero se ensañó con Franco Montes. A esta organización terrorista, le interesaba el abandono completo de los pueblos. Por eso escogieron al líder aprista para matarlo.

La madrugada del 27 de agosto de 1987, después de haber estado en la habitación del inmueble en Ñaña, fue victimado. Lo acompañaron, en el cuarto, su esposa y sus tres pequeños hijos, Como protección tenia, en la vivienda, a dos personas de seguridad que, supuestamente, lo cuidaban. A la hora de los hechos, ellos nada pudieron hacer.

Sus homicidas lo llamaron por su propio nombre para que saliera de la casa. “Sal Rodrigo o matamos a tus hijos”, vociferaron indómitos mientras lanzaron, sin ningún desparpajo, un explosivo sobre el inmueble

Rodrigo conversó con su esposa y sus hijos en el dormitorio. Les explicó la situación. A continuación, muy apenado pero sereno, se despidió amorosamente de sus seres queridos. El paso hacia afuera lo llevó directamente a la muerte, habiéndole caído, en diferentes partes del cuerpo, trece proyectiles. de fusiles ametralladoras. Cecilia Martínez del Solar también fue herida y tuvo que ser operada. A su hija le cayó un balazo por el cuello y salió por la espalda. La niña salvó milagrosamente y se recuperó rápidamente.

ATENTADO

Lo que había pasado es que aproximadamente a las 5.30 am de ese día, en forma sorpresiva, ocho sujetos desconocidos incursionaron en el inmueble provistos de armas de fuego y explosivos. El atentado comenzó, según la esposa de la víctima, cuando todavía estaba oscuro, aunque al concluir ya había amanecido.

Cecilia Martínez del Solar, declaró ante la policía, lo siguiente: “Despertamos con un fuerte ruido. Personalmente pensé que era un temblor. Sin embargo, para Rodrigo fue evidente que no lo era, porque antes de que hubiera una segunda detonación, él ya había traído a los chicos y a las empleadas hacia el cuarto de nosotros.

En efecto, se registraron dos explosiones. La primera ocurrió en la puerta< principal de la casa y la otra en uno de los baños de la vivienda. Después del primer remezón, los atacantes ingresaron por distintos lugares

Los atacantes, una vez dentro de la vivienda, hicieron detonar una carga explosiva en la puerta de la habitación, donde se encontraba toda la familia y las dos empleadas. Algunos de los atacantes estaban en el jardín lateral de la casa, que daba al cuarto principal de la misma. 

EXIGENCIAS

A continuación, vinieron las exigencias para que Rodrigo salga. Su esposa le rogaba que no lo hiciera. Pero él salió por la puerta que daba al jardín lateral y gritó: ¡A mis hijos no! La muerte se presentó de inmediato.

En efecto, según su cónyuge, el dirigente aprista abrió la puerta y fue acribillado inmediatamente. Se oía una voz que contaba hasta tres. Los segundos que transcurrían fueron muy largos. Hasta que todo se acabó en la existencia de Franco. El Perú había perdido a uno de sus mejores lideres jóvenes de tan solo 30 años

Los agresores se retiraron de inmediato. Pero nadie pudo reconocerlos. Ellos tenían, más o menos, perfiles homogéneos. La característica que más resaltaba es que todos los secuaces estaban vestidos de negro y se les vio caminando hacia el río. Cecilia corrió hacia su automóvil y lo encontró sin parabrisas. Luego fue hasta el vehículo que ENCI le había asignado a su cónyuge y encontró el cadáver del guardaespaldas, Hugo Ortiz Palomino

Según su relato, ella fue auxiliada por varios vecinos, subió el cuerpo de Rodrigo a uno de los vehículos y lo llevaron a la Clínica Angloamericana de San Isidro, donde se limitaron a certificar su muerte.

En el Primer Congreso de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán habló sobre Rodrigo Franco y reconoció, otra vez, que la organización lo había asesinado por convenir a sus malignos intereses. Así de simple. Así se sencillo. Así de bárbaro.

Guzmán sostuvo, ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación, no haber ordenado personalmente el asesinato de Franco. Pero admitió haber recibido la información a través de documento que le entregaron por la vía oficial de este partido siniestro y criminal. (Noé)

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