CLARO...CLARISIMO

Lamentable e inconcebible ha sido la suspensión de las actividades de Conga, importante proyecto minero de Cajamarca. En este escenario de lo ocurrido en los últimos días, por un lado, resaltan las actividades violentistas y equivocadas de algunos sectores de la población cajamarquina azuzados por politiqueros extremos de oficio. Las garras de Patria Roja.

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Están demás los paros, las huelgas y las carreteras bloqueadas. Con la fuerza desenfrenada por asuntos enteramente sectarios que a ningún interés legitimo representan, no se llega a nada bueno.

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 Por el contrario, el país se fragmenta por completo. Eso es lo que hay que evitar, de todas maneras. Si efectivamente queremos a nuestra patria que anhela, definitivamente,  bienestar para todos.

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Las  actitudes de este tipo, de ninguna manera, se deben permitir y para acabar con ello hay que aplicar, con todo rigor, las leyes vigentes en el país. Para ello, que a nadie le tiemble la mano. Dejémonos ya de macanas. Lo que esta en juego es algo grande y positivo: el progreso del Perú.

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En el otro lado del panorama minero, se ve débilmente y sin resultados, la actitud del gobierno que tan sólo hizo llamados al diálogo y no salió de allí, mientras que sus propios ministros, el de Energía y el de Medio Ambiente, Carlos Herrera Descalzi y Ricardo Giesecke, discrepaban y no se ponían de acuerdo.

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Que si, que no, que el estudio, que los trámites, que la mejora, que, que Señores Ministros, el país requiere eficiencia y resultados. Hoy mismo, no el  de San Blando, que no tiene ni día ni cuando. No le hagan el juego al enemigo.

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Los únicos que han ganado con la suspensión de este importante proyecto son los propios grupos minoritarios de individuos que, por razones enteramente politizadas y nada serias, se dedican a pulverizar por completo a la minería y atentan contra el desarrollo de un Perú que de todas maneras quiere avanzar.

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Aquí están en juego las inversiones mineras que pueden irse a escenarios tranquilos y ese irse significa cantidades de dinero expectantes, necesarias, determinantes en la lucha para dejar la pobreza y seguir por el camino del bienestar constante.

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Aquí se esta atentando contra todos los peruanos y el Gobierno está en la obligación de hacer algo más. De hacerse sentir con fuerza y con rigor, dentro de los cánones de la ley y la democracia para conseguir los resultados que nos hemos trazado.

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Humala tanto habló de la inclusión social como solución a nuestros problemas. Esa fue su principal bandera de lucha. Bueno pues eso está perfectamente bien. Recordando que si no hay desarrollo minero, no hay inclusión social. Es así de simple pero con consecuencias profundas, por lo que se consiga o no se consiga.

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Ese desarrollo minero por supuesto con protección ambiental a como de lugar, con desarrollo de la agricultura y con abundancia de agua para todos. Pero sin agitación, toma de carreteras, paralizaciones y paros que a nada conducen.

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 La caótica situación tiene que acabar como si dos y dos son cuatro. Por el bien  de la patria. El gobierno, volvemos a repetir, está en la obligación de solucionar el problema. Humala se comprometió con la minería y dijo que no aceptaba imposiciones. ¡Demuéstrelo señor Presidente! Por el bien del Perú que Conga siga.

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Alegre, locuaz y sonriente se le vió al ex Alcalde de Lima y candidato presidencial de las últimas elecciones, Luis Castañeda Lossio,  conversando con un grupo de amigos y celebrando  el cumpleaños de uno de ellos, en un lujoso  chifa de la Av. El Polo en Monterrico.

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Muchos comensales se le acercaron a saludarlo  y le pidieron que, de todas maneras, retorne a las actividades políticas. Lucho no paraba de sonreír y agradecer. Los abrazos iban y venían. Era, definitivamente, una figura popular. Por lo menos en el Chifa.

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Parece ser que Castañeda ya decidió retornar a la Municipalidad de Lima. Por la vía de la revocatoria a la Villarán por sus acciones inoperantes o esperando las próximas elecciones municipales, seguro de que el voto popular lo acompañará

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Supimos que el buen ánimo del burgomaestre capitalino de los últimos años se debió a que, últimamente, le dieron un espaldarazo de carácter legal al declarar fundado un recurso de habeas corpus que presentó en el caso Comunicore, decisión judicial que lo exculpa de cualquier responsabilidad penal.

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No se cansaba de repetir a sus amigos que sus acciones en la comuna fueron transparentes y alejadas de cualquier acto de corrupción. Tampoco de recordar las obras que realizó a lo largo y ancho de Lima.

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 Lo que precisamente ahora no hace Susana Villarán. Todo hace pensar, pues, que las golondrinas solidarias volverán, tarde o temprano, a la casa de Nicolás de Ribera El Viejo. ¿Sera bueno eso para los limeños?

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Castañeda afirma con seguridad plena y optimismo desbordante que ese, de todas maneras, es el camino a seguir. Veamos qué es lo que efectivamente pasa.

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 Lo único cierto es que, actualmente, la Villarán si que es el fracaso de los fracasos. Con ella al mando de la ciudad, Lima no ha cambiado en nada. Eso se llama inoperancia en la gestión municipal.¿ O no? 

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Casi olvidado y a los 94 años de edad, ha muerto Alberto Ruiz Eldredge: un connotado abogado y político de izquierda que fue candidato presidencial sin éxito electoral durante las elecciones de 1962, las que anularon los militares para evitar que el Apra, con Haya de la Torre de candidato presidencial, llegue al poder.

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En efecto, el representante principal del Partido Social Progresista, quedó por la pata de los caballos y ni siquiera alcanzó 10 mil votos. Lo que significó, en aquel entonces,  menos del 1% de los votos. A pesar del rotundo fracaso, Ruiz Eldredge persistió en la actividad política y tuvo mucha figuración durante el gobierno  de Velasco y en años posteriores.

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Fue uno de los civiles que apoyó constantemente a ese régimen del cual fue Embajador del Perú en Brasil y Director del diario “Expreso” expropiado por el Gobierno, en 1970, a la familia Ulloa. Desde esa trinchera defendió, a capa y espada, a la dictadura militar en posiciones progresistas y radicalizadas.

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También se desempeño, en aquel entonces, como Presidente del Consejo Nacional de Justicia integrado entre otros por los abogados Héctor Cornejo Chávez de origen demócrata cristiano, Alfonso Montesinos Montesinos una época en Acción Popular, persistente de izquierda y Eduardo Glave Valdivia. Los tres nacidos en Arequipa.

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Este organismo fue enteramente criticado en su labor de apoyo a la justicia y nombramiento de jueces a nivel nacional por no conseguir, lo que necesitaba a gritos, independencia. Sus detractores afirmaban que ellos, exclusivamente, cumplían las órdenes y caprichos del gobierno militar de aquella época.

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El político social progresista muchos años enseñó en la  Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos los cursos de Derecho Administrativo y Derecho Constitucional, materias de las cuales era especialista. También fue Decano del Colegio de Abogados de Lima.

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Llegó a ser Constituyente en la Asamblea de 1978 a 1979 como representante del Partido Socialista Revolucionario (PSR),  cuyo primer manifiesto político apareció el 23 de noviembre de 1976  y sus principales firmantes habían tenido prominente figuración durante el velasquismo. Ruiz Eldredge fue el candidato 100 de la lista (el último) y resultó elegido.

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Por aquel entonces su partido ya, prácticamente, había desaparecido. El Social Progresismo irrumpió en las lides políticas en 1956, propugnando el cambio de las estructuras socio- económicas.

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Su primera Junta Directiva estuvo conformada por Germán Tito Gutiérrez, Secretario General y Diputado por Arequipa. Ruiz Eldredge, de Economía. Ricardo Llaqui Descalzi, de Acción. Francisco Moncloa, de  Organización. José Matos Mar, de Asuntos Laborales Guillermo Sheen Lazo, de Asuntos Laborales y José Luis Villarán, de Juventudes.

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Ese partido era, en buena cuenta un cenáculo de intelectuales, sin apoyo de masas populares, con posiciones social demócratas que duró muy pocos años Allí estuvo dirigiendo su periódico oficioso “Libertad”, el famoso humorista Luis Felipe Angell, “Sofocleto”, quien posteriormente pasó a posiciones enteramente de derecha, luego de romper con la revolución cubana.

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El social progresismo apoyó a Belaúnde  en  1956 y luego se peleó con él. Este grupo estuvo integrado por gentes de renombre como: Jorge Bravo Bressani, el Arq. Adolfo Córdova, los hermanos Sebastián y Augusto Salazar Bondy, el critico literario triunfante en Estados Unidos, José Miguel Oviedo, Abelardo Oquendo tan amigo en una época del Nobel Vargas Llosa y el folklorista del arte negroide y decimista, Nicomedes Santa Cruz.

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Se llamaron humanistas y optaron por posiciones moderadas diferenciadas del estalinismo y defendiendo un socialismo democrático al estilo de Salvador Allende en Chile. Quisieron un horizonte de igualdad social, justicia y libertad. Pero fracasaron.

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Ruiz Eldredge representó a este puñado de peruanos que tuvieron tal pensamiento y a su manera y con sus determinadas alternativas, contribuyeron al desarrollo político nacional. Su fallecimiento, indiscutiblemente, una perdida para el país.

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Tan mal está el Colegio de Abogados de Lima que las últimas  elecciones para elegir al Decano y su directiva, cumplidas el último sábado 26 de Noviembre, pasaron completamente desapercibidas.

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Lo cierto es que disputaron el cargo  infinidad de candidatos de toda clase y condición. Conocidos, desconocidos, prestigiados,   desprestigiados, con fama y sin fama. Que tal sancochado.

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Realmente y en definitiva da pena la institución gremial que representa a los abogados capitalinos.  Allí todo anda como la mona. No hay plata, deudas por doquier, desorganización por completo. Un desastre, una calamidad.

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Falta de programas de capacitación, escasez de todo lo que signifique pensamiento, juridicidad y faro de opiniones. Hasta se asegura, una corrupción de la peor especie y galopante.

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Resultó ganador de la primera vuelta  Walter Gutiérrez Camacho que acumuló el 34% de los votos frente a un l6% al que llegó su contrincante,  Raúl Chanamé Orbe. Ellos, el próximo 10 de diciembre, disputaran la segunda vuelta definitiva para el periodo de un año.

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Urge una reorganización por completo de esta institución otrora prestigiada, hoy en la peor de las crisis de su historia desde hace más de 200 años cuando fue fundada. La gestión de José Antonio Ñique de la Puente han sido, sin exageración, deplorable.

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Ñique no hizo absolutamente nada en bien de sus representados. Malogró todo. No hay un logro por demostrar. El prestigio, indiscutiblemente, por los suelos. Tal es el pensamiento de la mayoría de asociados a la entidad gremial.

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El que tiene mayores posibilidades de triunfar es Gutiérrez que ya cuenta con experiencia en estas lides, porque fue Decano del CAL entre el 2008 y 2010. En su periodo, las arcas económicas fueron dejadas en azul y condujo la institución con cierta prestancia, por efectos de su capacidad y  prestigio.

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Lo que se espera, si gana, es que cambie por completo el caminar institucional del Colegio en todo orden de cosas. Desde el económico que es desastroso, hasta convertirlo en verdadero faro de conocimientos y de la  juridicidad.

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Sin embargo, Gutiérrez tiene detractores que lo acusan de inoperancia y de que su gestión no fue tan buena que digamos. Se le sindica, asimismo, de haber sido protagonista de los acercamientos oscuros con el Apra para gobernar a órdenes de ese partido con métodos y personas, precisamente, nada pulcros ni transparentes.

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El candidato ganador de la primera vuelta está en la obligación de mostrar lo contrario y presentar sus planes y proyectos para convencer a los electores. Hay que cambiar el CAL. Una necesidad, un anhelo de todos.

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Su contrincante Chanamé ha sido sindicado de fujimorista y eso le resta, de por sí, apoyo  de los letrados de Lima. Esta última oportunidad  electoral servirá para rechazar  aquello que signifique dictadura y corrupción. Todo hace prever  que las urnas dirán lo mismo. Así sea. (Noé)