León Trostsky, uno de los revolucionarios mas discutidos del siglo XX, reunió en su persona la acción y el pensamiento en sus más altos niveles. Fue el que escribió la Historia de la Revolución Rusa en 1930 en la isla de Prinkipo, a la que fuera desterrado después de su expulsión de la Unión Soviética ordenada por Stalin.
Trostsky vivió intensamente en todos los frentes. Militante del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) desde su más temprana juventud, paso por la clandestinidad, la prisión, el destierro y el exilio.
Asistió a todos los congresos del POSDR, escribió en la Iskra, cuyo Consejo de Redacción integró. Se mantuvo al margen de la escisión entre bolcheviques y mencheviques hasta que ingresó en 1917 al Partido Bolchevique, pasando de inmediato a formar parte de su Comité Central.
En 1905, durante la Primera Revolución Rusa, presidió el Soviet de Petrogrado y, junto con los delegados que lo componían, prefirió la prisión que la huída, siendo deportado a Siberia. Fugado de allí, se reunió con Lenín fuera de Rusia.
La Primera Guerra Mundial lo encuentra en París, donde dirige el Nasche Slovo (Nueva Palabra), periódico de definido tinte internacionalista. La caída de los zares-febrero de 1917- lo sorprende en Nueva York donde emprende rápido regreso.
Leon Trostski.
Su viaje es demorado por los “aliados” que lo recluyen en un campo de concentración, más no tarda en llegar a integrarse en la lucha que conducirá al Octubre victorioso. En Petrogrado cae nuevamente en prisión, de la que es arrancado por la presión de las masas.
COMISARIO DE GUERRA
Nominado por el Partido Bolchevique es llevado a la dirección del Soviet de la capital roja, cuyo Comité Militar Revolucionario le toca presidir en los días de la insurrección, en la que participa junto a Lenín.
Constituido el primer gobierno revolucionario, ocupa la cartera del Comisariato de Negocios Extranjeros y en tal carácter dirige las conversaciones que llevan a la paz de Brest Litovsk.
Después pasa a desempeñarse como Comisario de la Guerra, organizando y llevando al triunfo al Ejercito Rojo en los frentes de batalla contra la reacción interna. Miembro prominente de la Tercera Internacional, participa activamente en su primeros cuatro congresos.
Muerto Lenin e iniciado el proceso social que determinaría el ascenso de Stalin al poder, Trotsky advierte el peligro de la burocratización y organiza la celebre “Oposición de Izquierda”. Destituido en 1925 de su cargo de Comandante en Jefe del Ejército Rojo, pasa a desempeñar funciones de responsabilidad en la industria pesada, hasta que en 1927 es deportado a Alma Ata (Asia Central).
En 1929, expulsado de la URSS reside temporalmente en Prinkipo, donde escribe la Historia de la Revolución Rusa, de precisión histórica unida a una gran calidad literaria, todo lo cual no le impide describir magistralmente el movimiento de las clases antagónicas en el oleaje de la revolución.
En verdad, relata con brillo los hechos y su desarrollo, las leyes que los originaron y orientan la acción directa de las masas, el rol del partido que finalmente la conduce a la victoria,. Es pues un documento histórico del siglo XX.
OPINIONES
El notable compañero de Lenín une en su personalidad al revolucionario y escritor, al conductor de multitudes y al teórico, que hicieron de él la expresión cabal del hombre de pensamiento y acción.
Sobre su papel protagónico en la Revolución de Octubre, hay dos juicios que confirman el relato oficial de la actuación de Trotsky. En Pravda N° 241, Stalin que llegó a ser su enemigo político dice: “Todo el trabajo de organización práctica de la insurrección fue realizada bajo la dirección inmediata del presidente del soviet de Petrogrado, el camarada Trotsky.
Al centro su enemigo Stalin.
Luego añade: "Se puede afirmar con certeza que el rápido paso de la guarnición al Soviet y la intrépida ejecución de la obra del Comité Militar Revolucionario los debe el Partido principalmente y en primer término al camarada Trostsky".
El otro juicio corresponde a Arno Dosch-Fleuror, corresponsal de World de Nueva York que se encontraba en el sitio del suceso durante la Revolución Rusa, quien dice “Mientras los rostros de muchos individuos, en medio de aquellos precipitados acontecimientos, han permanecido grabados en mi memoria, no puedo recordar haber visto nunca a Kamenev, a Zinoviev o a Stalin, Más tarde emergieron junto con otras personas pero en los días que había que actuar o morir, había solamente una gran figura: Trotsky.
Trotsky sufrió lo que se dio en llamar “el planeta sin visado, ya que pasando por Francia vive exiliado en condiciones de aislamiento en Noruega, recibiendo negativa de todos los países del mundo para visar su pasaporte, y cuando ya se cernía la amenaza de no encontrar un país que lo aceptara, desde América Latina a través del General Cárdenas, la voz de México revolucionario le ofrece generoso asilo. Reside en tierra mexicana hasta su asesinato en agosto de 1940.
Sus libros prácticamente dejaron de editarse durante la Segunda Guerra, para después tomar un auge cada vez mayor. La guerra puso también un paréntesis entre Trotsky el trotskismo, que no son la misma cosa.
A tantos años de la muerte del compañero de Lenín, la inquietud por conocer su pensamiento es cada vez mayor y estamos seguros que este político merece la comprensión deseada no sólo en la revolución que significó el tránsito al socialismo en el mundo, sino también de la figura de los hombres que la hicieron posible. (Tomado, editado y resumido del tomo I del libro Historia de la Revolución Rusa. Colección Clásicos del Pensamiento Social. Editorial Quimantú de Chile, cuyos autores del prólogo son Tito Drago y Gabriel Smirnow)
martes, 7 de septiembre de 2010
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