martes, 25 de julio de 2017

ROA BASTOS ENTRE LOS MEJORES NOVELISTAS

El escritor paraguayo más importante del siglo XX y uno de los grandes novelistas de la Literatura Hispanoamericana. Hombre de carácter y de decisiones. Como cuando, muy jovencito, se escapó de su casa para enrolarse en el Ejército, durante la guerra del Chaco. Pasó su niñez en un bello pueblo del  Paraguay. Todo ello le sirvió de inspiración para muchas de sus creaciones. Padres que lo llevaron a la educación, la cultura y los libros. Intelectual lleno de anécdotas y vivencias reverentes. Creador nato y literato por inspiración. Sus obras han sido traducidas, por lo menos, a 25 idiomas. Una de ellas, “Yo el Supremo”, denuncia descarnada en contra de la dictadura y el autoritarismo que lleva al atraso total de los pueblos, considerada pieza maestra y una de las cien mejores, en lengua castellana, novelas del siglo XX, según la opinión de los críticos que estudiaron profundamente su producción literaria. Si viviese, habría cumplido 100 años. Este  es, pues, su centenario. Hay obligación, de todas maneras, de recordarlo.
Nos referimos, evidentemente, a un gran escritor: Augusto Roa Bastos, quien desde 1936, trabajó en su tierra, Asunción, como periodista para el diario “El País”, del cual fue después director. Por entonces, con Josefina Pla, Hérib Campos Cervera y otras personalidades, inició lo que sería la renovación poética paraguaya de la década de 1940.
Cuatro años después, viajó a Inglaterra con una invitación del Consejo Británico y trabajó allí como corresponsal  para su periódico y también en la BBC de Londres, donde fue el primer locutor procedente de esa nación de América del Sur.

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Augusto Roa Bastos eminente poeta y escritor paraguayo
EXILIO
Poco después de regresar a su país, fue forzado al exilio tras la revolución de 1947, cuando se ordenó su arresto. Hecho que lo obligaría a vivir en el exterior por largo tiempo de más de 40 años, de los cuales los primeros treinta transcurrieron en Buenos Aires
Durante este extenso periodo, trabajó entre otras cosas como guionista cinematográfico, una actividad que calificaría de “supervivencia”. Pero que, sin embargo, influyó en su estilo descriptivo, tras haber estructurado los argumentos de una docena de películas
Publicó, en 1953, su colección de cuentos “El Trueno” entre las Hojas”, libro al que le siguió en 1960 la novela  “Hijo del Hombre”. Por esta último, recibió el unánime reconocimiento de la crítica. De modo fragmentario, esta obra abarca cien años de historia paraguaya y en ella hay que destacar el rigor técnico con que el autor traza su complejo relato y la fuerza expresiva de una prosa mestiza: mezcla de español y guaraní que transcribe el habla regional.
Más tarde dio a conocer “El Baldío” (1966), “Madera Quemada” (1967) y Moriencia (1969). Pero su fama internacional llegaría en 1976 cuando publicó la obra que ya hemos citado, “Yo El Supremo”, novela histórica que protagoniza el dictador Gaspar Rodríguez de Francia. 
EL BOOM
Por efectos de dicha pieza creativa que lo estableció definitivamente en la vanguardia de los escritores del continente, pasó a formar parte de la nomina de las grandes figuras del llamado boom de la Literatura Hispanoamericana, junto a autores de la talla de: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Ernesto Sábato, entre otros. Sin embargo, el autor ni siquiera se reconocía como miembro de tal grupo.
Figura siniestra y a la vez fascinante, con visos de déspota ilustrado, Gaspar Rodríguez de Francia encerró materialmente a su país dentro de un círculo de autoritarismo y de aislamiento. En la novela, el narrador queda sustituido por un compilador que proporciona materiales al lector para que sea éste quien la monte o construya.
Como obra de lenguaje, profundiza en las raíces del español paraguayo, en busca de lo que se ha calificado de oralidad escrita. Lo cual potencia la creación de neologismos, deformaciones y  continuos juegos, tanto léxicos como sintácticos, según resaltan los críticos y entendidos.
En 1976, Roa Bastos se integró al plantel de profesores de la Universidad de Toulouse, en  Francia, donde enseñó Literatura y guaraní, hasta 1982. Realizó una visita a su país de origen y fue expulsado del Paraguay. Se le confiscó el pasaporte, acusado por el régimen de Alfredo Stroessner de adoctrinar a la gente joven  con la ideología marxista.  Como única prueba se presentaron documentos que demostraban que había estado en Cuba.

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La estampilla del recuerdo y homenaje.

OPOSITOR
Fue un opositor activo en contra del gobierno de Stroessner. Hasta publicó una carta abierta al pueblo paraguayo que circuló ampliamente dentro del país y en la que se exigía la vida democrática. Poco después de la caída del tirano, regresó al Paraguay. Hacia 1989 recibió el  importantísimo Premio Cervantes de la lengua española, distinción que concede anualmente el Ministerio de Cultura de la península.
Sus publicaciones posteriores incluyen las novelas “Vigilia del Almirante” (1992), “El Fiscal” (1993) “Contravida” (1994) y Madama Sui  (1995). También publicó piezas de teatro y numerosos antologías de relatos como “Los  Pies sobre el Agua” (1967) “Cuerpo Presente” y “Otros Cuentos” (1971), “Lucha hasta el Alba” (1979) “Antología Personal” (1981) y “Contar un Cuento y otros Relatos” (1984). Cabe destacar que ingresó  con mucho éxito a la poesía a través de varios volúmenes de su autoría que se imprimieron y salieron a luz en el mundo editorial.
Uno de sus poemas. Madrigal: De paso cantó el ave, /y en su garganta de cristal el trino/con acorde argentino/tembló un instante y desmayó en el grave/silencio de la tarde que moría/Como el canto suave/del trovador alado, la armonía/de tu voz vibró sólo un momento;/más en el alma mía/sigue vibrando el eco de su acento.
PADRES
Nació el 13 de Julio de 1917. Pero al poco tiempo se trasladó con su familia de su tierra natal Asunción a Iturbe, un  pequeño pueblo de la región del Guaira que es de cultura bilingüe entre el guaraní y el castellano donde pasó sus primeros años.
Su padre, Lucio Roa, era un  hombre, de carácter severo de ascendencia española, que trabajó como maderero y  empleado de un complejo azucarero. Su madre, Lucia Bastos, de ascendencia franco portuguesa, resultó una mujer de  gran sensibilidad. Muy cultivada y aficionada al  canto
Ella le proporcionó los primeros contactos con la Literatura. Le dio a leer La Biblia y las obras de Shakespeare. Mientras que su progenitor, le sirvió de profesor a él y sus hermanos en un cuarto de su casa convertida en aula.
Posteriormente fue enviado a Asunción para completar su educación. Allí vivió con su tío, el Obispo Hermenegildo Roa, quien continuó alentado su vocación lectora.  A este último le tuvo agradecimiento toda su vida.
Por eso, el escritor dijo en una oportunidad: “Para mí fue como mi verdadero padre. Sacerdote muy serio y austero que respaldaba la vocación de todos sus sobrinos. Tenían libros que estaban prohibidos. Especialmente para un niño de mi edad. Entre ellos de Rousseau y Voltaire. Me decía que los leyera con cuidado. Pero por lo menos me dejaba hacerlo. Como expresión de ser un hombre razonable”.

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Una de sus grandes obras.

ESTUDIOS
Cursó estudios en la Escuela “República Argentina” y después fue enviado como pupilo a otro plantel llamado San José. Allí lo encontró el estallido de la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, en cuyo conflicto participó conjuntamente con otros compañeros. Se desempeñó allí como auxiliar de enfermería y aguatero, debido a su edad, experiencia que más tarde volcó en su novela “Hijo de Hombre”..
Otro poema de su autoría, Cerro Corá I: Este es el nudo pétreo/ El paredón boreal del Paraguay/La muralla del tiempo,/con el sol en sus vertebras y la noche en los hombros. Esta es la luna arrodillada/Cordillera de Amambay/Con su matriz de piedra verde/Donde gestó la raza entre relámpagos/De huesos y entre espasmos de muerte, el nacimiento/De su hijo/inmortal/Esta es la tumba viva de mi pueblo/Y es su cuna fosfórica,/su pedestal sangriento, su calvarejo y su templo,/Atalaya y bastión de su destino/¿Cómo volcar en el papel/este volcán sagrado de la patria/con su erupción de espadas y de rostros de fuego,/este volcán purpúreo ya engastado en los siglos/como un cometa inmóvil en la noche de América?/Más que su planeario panel o el rutilante/peso de su corona de rumor y rocío,/ golpea en mí su rama de enlutado silencio,/ su estambre gorjeante de arteriales latidos,/el alba ensangrentada bajo el cielo de marzo,/ la historia de aquel día tiene letras/terribles,/párrafos como dientes/y follajes de/páginas que nos queman la mano hasta la raíz.
PERIODISTA
La carrera literaria del paraguayo se inició tempranamente cuando, a los 13 años, escribió en coautoría  con su madre una pieza teatral titulada “La Carcajada” que representaron en diferentes pueblos, a fin de recolectar donaciones para los soldados de la guerra. Dos años más tarde, escribió su primer relato: “Lucha hasta el Alba”, que creyó perdido hasta que fue hallado y publicado en 1979.
Luego de finalizar la guerra, el intelectual se desempeñó como empleado bancario y en diversos oficios. Entre ellos como periodista del diario “El País”. Hacia 1940 se casó con Lidia Mascheroni con quien tuvo tres hijos: Carlos Alberto, fallecido a los dos años,  Mirta y Carlos.
Sus posiciones políticas fueron favorables  para los oprimidos, sin formar parte de ningún partido político. Pasó un año en Inglaterra y allí tuvo la oportunidad de entrevistar al General Charles de Gaulle para el diario “El País”, del cual era corresponsal. Asistió como periodista a los juicios de Nuremberg en Alemania.
En Paraguay, por el año 1947, un intento de golpe de estado contra el dictador Higinio Morínigo desató una fuerte represión contra diversos sectores de la ciudadanía. El Ministro de Hacienda y posterior Presidente, Natalicio González, decretó la captura de Roa. Le mostraba una inquina muy marcada y profunda. Exactamente lo que pasaba es que el político tenía pretensiones literarias y el escritor había ridiculizado sus escritos.

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Uno de sus genuinos pensamientos

EN ARGENTINA
Aparte con González, Roa se negó a saludarlo en una recepción oficial. La actitud aumentó el entredicho. Cuando un grupo policial fue a buscarlo a su casa, el intelectual debió esconderse en el  tanque de agua durante tres días, evitando ser capturado. A renglón seguido, permaneció tres meses como refugiado en la Embajada de Brasil. Hasta que se estableció en la Argentina donde trabajó en una compañía de seguros y allí publicó la mayor parte de su obra.
A continuación otro verso de su inspiración, La Jaula de Oro: En esta cárcel de mi joven vida/donde cantando estoy  porque mi llanto/ la blanda soledad no turbe tanto, /vivo soñando una ilusión perdida./Es una jaula de doradas rejas/como esas que aprisiona la sonora/inquietud del ruiseñor cuando a la aurora/repite el canto de sus dulces quejas./¡Cuántas veces también con ala herida,/en vano intento de fugarse, mi alma/en forzada quietud halló la calma…! Sólo a mi encierro acude a darme vida, /cuando gimiendo estoy, con una mansa/caricias de sus dedos, la esperanza
Colaboró en la revista Alcor dirigida por el escritor Rubén Bareiro Saguier. Como guionista de cine, que, como ya hemos dicho, fue una de sus principales fuentes de ingresos, trabajó con directores y actores de la talla de Armando Bo, Lautaro Murúa y Lucas Demare. También hizo amistad con  los escritores  Ernesto Sábato y Tomas Eloy Martínez. 
PROHIBICION
Mantuvo una breve relación con Isabel Duarte de la que nació su hijo Augusto. También formó pareja con la argentina Amelia Nassi, la única con quien  no tuvo hijos. En síntesis, una vida romántica con varias mujeres.
A partir de 1976 durante la dictadura, el Jefe de la Junta Militar de Gobierno de la Argentina, Jorge Rafael Videla, prohibió para la lectura toda la obra de Roa. Entonces y ante tal situación de fuerza, el escritor aceptó una invitación de la Universidad de Toulouse para exiliarse en Francia, donde  fue   profesor. Allí conoció a su tercera esposa, Iris Giménez, docente francesa hija de españoles, con quien tuvo tres hijos: Francisco Silvia y Aliria.
A lo largo de su vida, el escritor recibió muchas condecoraciones. Francia le otorgó el Premio de los Derechos Humanos y el Gobierno le concedió la nacionalidad francesa. En Madrid, España, junto con el que fue Primer Ministro de Suecia, Olaf Palme, se le otorgó la distinción especial de la Fundación Pablo Iglesias
En 1996, ya separado de su última mujer, Roa Bastos volvió definitivamente a su país después de una gran ausencia de años de años. Desde su retorno, y hasta sus últimos días, escribió una columna de opinión en el diario “Noticias” de Asunción
Tres años después se le  practicó un baipás coronario en la Fundación Favaloro. Luego visitó Cuba, por primera vez, invitado por Fidel Castro. Durante su estadía, además de recibir la medalla José Martí, se sometió a tratamientos médicos.

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Muy joven aún con el pelo negro

MUERTE
Retornó a su país y el 22 de Abril del 2005 sufrió una caída en su domicilio que le provocó un traumatismo en el cráneo por lo que debió ser intervenido de urgencia en el sanatorio de Santa Clara donde falleció cuatro días después de un paro cardiaco, a los 87 años.
Huida: Sobre el hierro olvidado se apagan las violetas,/Y sobre el hierro crecen los suspiros y adioses, las huellas musicales del corazón del viento/que busca lejanías para olvidar sus bosques,/Un cierto transparente sueña escorzos de huída./Pero el soñar se quiebra sobre muertos sabores./No basta que el instinto del nardo le apacigüe/la frente en que sollozan esmeraldas y adioses/…/¿Dónde enterró su claro circulo el medio día; sus corolas ardientes, en que arena, en que noche/si todo está en silencio: viento, flor y latido,/si todo está ya inmóvil entre las altas torres?/El ciervo transparente yace bajo la niebla./Sus ojos desolados por la humedad salobre/van subiendo en los tallos del humo y de la espada/para mirar la sangre secándose en la noche.
El Gobierno decretó tres días de duelo nacional, durante los cuales el cuerpo del escritor fue velado en el Centro Cultural del Cabildo de Asunción, con honores de Jefe de Estado. De acuerdo con su testamento, sus restos fueron cremados y sus cenizas depositadas en el panteón familiar del Cementerio de la Recoleta, en la capital paraguaya.
OTRA INSPIRACION
Las dos obras en las que trabajaba antes de fallecer se extraviaron: la novela  “Un país detrás de la Lluvia” y el libro de aforismos  de tono surrealista “Los 1000 y un Proverbios Rebeldes”. También se perdió su primer relato “Fulgencio Miranda” con el que obtuvo, en 1941, el premio novelístico Ateneo Paraguayo. Lo mismo ocurrió con “La Caspa” que escribió en su exilio en Francia, varias obras de teatro y guiones de cine.
Lo que si se anunció es el hallazgo de las crónicas que Roa escribió para “El País” de Asunción durante su estancia en  la Gran Bretaña de post guerra, agrupadas bajo el título:“La Inglaterra que yo vi”
 Otra de sus inspiraciones. El Beso de la Estrella:  Se ha dormido ya el mundo sobre un lecho de sombras,/y el azul es arriba como un prado que muestra/florecida en prodigio de un milagro divino/la flora rutilante de millares de estrellas/ Un vasto pentagrama es el silencio sonoro/donde escribe el misterio, maravilloso esteta/con claves de luceros y con signos de sombras/la vaga sinfonía de su gran voz eterna/ Ha llegado la noche, dulce amada, dejando/que el fulgor de la tarde con sus sombras se uniera./El universo entero es cámara suntuosa;/abajo toda sombra, arriba todo estrellas./ Solo los dos estamos con nuestro amor a solas,/reina mía, en el trono de esta noche serena;/ven más cerca que quiero poner sobre tu frente/la de versos y estrellas magnífica diadema./ Besaré yo tus rizos más suaves que el rayo/de la luna; a tu oído musitaré la trémula/melodía de amor que mi ser estremece/porque al fin en mis brazos dulcemente te duermes/Contemplaré un instante tu faz transfigurada/y luego, levemente, para que no lo sientas,/pondré sobre tus labios el alma, ya al partirme, en el embrujo alado de un beso dado apenas/ Para que cuando luzca su clámide la aurora,/lo digas a su heraldo: “¡Oh, alondra compañera, báñame con las perlas de tú canto triunfante, que esta noche, en mi sueño, me ha besado una estrella…!

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Una de sus tantas caricaturas

DEMANDA
Meses antes de la muerte de Roa, sus dos  hijos mayores presentaron una demanda contra Cesarina  Cabañas, la acompañante del intelectual. El juicio estuvo marcado por acusaciones cruzadas entre la mujer y los familiares, quienes señalaron que existían testimonios y evidencias  de que Cabañas, además de restringir las visitas, había dejado sólo y encerrado a Roa en varias ocasiones, llegando a desconectar el teléfono para impedir cualquier comunicación con sus familiares.
La maligna mujer fue finalmente condenada a seis años de prisión bajo los cargos probados de  abandono de personas en peligro y robo agravado. El 2010, la justicia le concedió a Cesarina Cabañas la libertad condicional. 
El Congreso Nacional, durante el año 2011, aprobó una ley que autorizaba el traslado de las cenizas de Roa Bastos  al Panteón de Héroes Nacionales del Paraguay, iniciativa que tuvo el apoyo de los dos hijos del autor residentes en el país, pero no de la familia existente en Francia que inició acciones legales para impedir lo que consideraban una contravención a su voluntad. Ante la tremenda  y controvertida polémica, el gobierno decidió suspender la iniciativa.

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Su impecable firma

Rindamos homenaje al literato, a manera de despedida, con otra de sus creaciones: Si alguna vez quisieras hablarme, yo estaría/con mi ser aquietado más que un agua nocturna/para la ondulación de tus palabras. /Estaría en la noche sintiendo como el roce/de tu voz sobre el alma del silencio me nombra, ¡y yo sin saber donde arrollidarme! Vertebras de caricias reanimarán mis horas. Palabras con sus bordes tatuados de ternura y entre un presagio y un temor, tú misma/Háblame. Mírame. Tus voces, tu mirada,/desarmarán mis párpados y mi arteria de sombras, y en ámbitos de un hielo estupefacto,/por liturgia del fuego, mi rosa envenenada./Será otra vez la lumbre de un corazón más joven  El titulo del poema: “Si alguna vez quisieras hablarme”. No hay caso: Roa Bastos sufrió la historia del Paraguay en carne preopia y la convirtió en Literatura. (Edgardo de Noriega)

1 comentario:

  1. M viejo amigo de alma joven, mientras más viejo, mejor escribes e investigas, gracias por los valiosos adjuntos, de los cuáles expreso mi favoritsmo por las grandilocuentes semblanzas de Francisco Diez Canseco y Augusto Roa Bastos.
    Te agradezco tus envíos, que los guardo como valiosa fuente de consulta.

    Chiclayo

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