jueves, 13 de octubre de 2011

HERAUD,LO MATARON CON BANDERA BLANCA

La sensibilidad a flor de piel con muchos pensamientos generosos. Probablemente por esos atributos, la juventud  de futuro promisorio fue entregada al ideal exclusivo de cambiar la sociedad por cualquier medio, incluido el equivocado de la violencia, tras convertirse en guerrillero.
Mientras que la respuesta del  orden, a través del Estado, resultó brutal cuando de ninguna manera debió ser así y por eso el  final se convirtió en inconcebible. Lo mataron de unos 30 balazos. Uno tras otro. El poeta cayó, pero su obra persistió por siempre y para siempre. Allí está incólume, valiosa.
El asesinato cruel de Javier Heraud ocurrió cuando levantaba una bandera blanca en señal de rendición a bordo de una balsa acompañado por otro compañero, Alain Elías, que felizmente salvó la vida.
Si ese trapo tan significativo allí lejano apareció de todas maneras. Nadie lo puede negar ¿Por qué el orden establecido reaccionó así?. Nunca se supo. El poeta cayó.  Eso no  reconforta.
Inerme en la pequeña y débil canoa de árboles sin remos y a la deriva y sin armas surcando las aguas del río Madre de Dios, allí en plena selva del lejano Puerto Maldonado, la capital del departamento Madre de Dios, el poeta partió de este mundo.


Javier Heraud: poeta y guerrilero.

QUE TALES BALAS
Hace 48 años su padre lo dijo con claridad y precisión en una carta de  denuncia enviada al diario “La Prensa”: “Lo pudieron detener y no pasaba nada. No obstante eso, la policía y los civiles le dispararon sobre seguro, desde lo alto del río y durante hora y media, inclusive con balas de cacería de fieras”. Una barbaridad. Algo enteramente inhumano.
Aquí no se respetaron las leyes de  la guerra. Aquí se violaron los derechos humanos. Aquí hay que denunciarlo nuevamente para que nunca se olvide  y a pesar de que han pasado tantos años. Que Heraud viva siempre, con sus poemas inolvidables.
Nació en  Lima,  el 19 de enero de 1942. Hijo de un maestro de profesión, Jorge Heraud Cricet, y de Victoria Pérez Tellería. Perteneció a una familia de clase media, que casi siempre vivió en el aristocrático distrito de Miraflores. Fue el tercero de seis hermanos.
Ingresó al Colegio de Los Sagrados Corazones de Belén y en 1948 se incorporó al primer año de primaria  del  Markham, plantel donde cursó toda su instrucción escolar. Al finalizar sus estudios, recibió el Segundo Premio de su promoción y el Primer Premio de Literatura.
SONRISA CONSTANTE
Mucho  destacó en competencias deportivas, en las que obtuvo diversos trofeos. Colaboró en la revista del Colegio con artículos y poemas. Era muy alto y sobrepasaba el metro noventa de estatura.
De pies muy grandes y manos toscas, impresionantes. Carácter parco, de pesado caminar. Constante sonrisa en los labios siempre y mirada de asombro profundo. Tranquilo,  apacible, estudioso.
Incursionó en la política y   se inscribió en las filas del Movimiento Social Progresista (MSP), de tendencia Social Demócrata. Participó en la manifestación de repudio a la visita de Richard Nixon al Perú, en ese entonces Vicepresidente de Estados Unidos.
Allí, en la casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, lo escupieron en la cara al político norteamericano. El autor, según se comentó, fue el periodista trotskista Ismael Frías Torrico. Pero el hecho en si, nunca se comprobó. Tan sólo rumores.
En  San Marcos, estudió Derecho por insistencia de su padre, carrera que nunca le interesó. Frecuentó nuevas amistades y se relacionó con diversos círculos literarios.
PROFESOR
Publicó su libro "El Viaje", en edición conmemorativa del X Aniversario de Cuadernos Trimestrales de Poesía. Enseñó el curso de Literatura en el Colegio Nacional Melitón Carbajal de Lima.
Participó en una gresca entre simpatizantes de la revolución cubana con los exiliados de ese país anticastristas frente a la iglesia de San Francisco en pleno centro de Lima, luego que éstos últimos organizaron una misa,  Varios detenidos. El poeta se salvó por un pelo de caer preso. Corrió lo que más pudo y se escondió en la casa de un íntimo amigo.
Intervino cuando viajó a Moscú  en el Forum Mundial de la Juventud. A la capital rusa, llevó la representación de su partido, el Social Progresismo, cuyos lideres principales eran el abogado Alberto Ruiz Eldredge, los diputados por Cusco y Arequipa: Efrain Ruiz Caro, de profesión periodista y German Tito Gutiérrez, respectivamente.
Lo mismo que Francisco Moncloa Fry, hombre de prensa de las épocas de Velasco y en aquel entonces promotor cultural, el Arquitecto Santiago Agurto Calvo, Rector de la Universidad Nacional de Ingeniería y Ricardo Llaqui Descalzi. Entre otros personajes de izquierda, como el dirigente sindical Guillermo Sheen Lazo y el de Juventudes, José Luis Villarán.

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Con su padre, tras graduarse en el colegio.

VISITO A VALLEJO
Permaneció 15 días en la Unión Soviética. Allí, visitó la Plaza Roja de Moscú y la tumba de Lenin. Testimonios del encuentro son los poemas: "Plaza Roja 1961" y "En la Plaza Roja".
Conoció Asia, viajó a París y Madrid. En la capital francesa, visitó el sepulcro donde descansa el poeta César Vallejo. Esto último lo cuenta en el poema "En Montrouge".  Luego retornó a  Lima.
En 1962 renunció al Movimiento Social Progresista. En su carta de dimisión escribió: "Es el planteamiento falso de este llamado "socialismo humanista", lo que está condicionando toda la marcha del Movimiento y lo lleva a una praxis equivocada".
Luego añadió: “Yo no creo que sea suficiente llamarse revolucionario para serlo…De ahora en adelante, me enrumbaré por la ruta definitiva donde brilla esplendorosa el alba de la humanidad."  El poeta iba, poco a poco, radicalizando su posición ideológica.
Recibió una beca para estudiar, en Cuba, el curso de Cinematografía. El grupo de becarios partió de Lima el 29 de marzo, por tierra, con destino a la ciudad de Arica, Chile, donde permaneció cinco días.
EN CUBA
Los viajeros fueron recibidos por los militantes del Partido Comunista de ese país. En la ciudad fronteriza también los saludó el médico y líder socialista Salvador Allende, quien más tarde sería Presidente de la República mapochina. La noche del 4 de abril de 1962 pisó, por primera vez, tierra cubana.
En La Habana, Heraud y varios amigos conocieron  la Plaza de la Revolución donde se encuentra el monumento al héroe de Cuba José Martí. “Vi al Apóstol en piedra, para siempre”, dijo en uno de sus poemas.  
Lo llevaron donde  Fidel Castro: “Vi al líder de piedra movediza, escuché su voz de furia incontenible hacia los enemigos. Y recordé mi triste patria, mi pueblo amordazado, sus tristes niños, sus calles despobladas de alegría. Definitivamente, ya era todo un militante comunista.
 Muy poco después, Javier catalogó a Castro como “el hombre de la Revolución" y de "sencillo, normal y amistoso". Le salía  el espíritu marxista, admirador acérrimo de la revolución cubana.


Uno de sus libros

GUERRILLERO
Recorrió junto a otros amigos distintas ciudades, entre ellas Camagüey, Santiago de Cuba, y  Santa Clara, la ciudad donde luchó el argentino  Ernesto “Che” Guevara, durante la revolución que triunfó en 1959.
Lo prepararon para ser guerrillero en Cuba. Por eso mismo escaló la Sierra Maestra, lugar donde años atrás se había librado la guerra de guerrillas. Diría después: "Aquí todo es tan hermoso". No había nada que hacer. Estaba completamente concientizado.
En mayo de 1962, se matriculó en la Universidad de la Habana como estudiante de Literatura. Formó círculos de estudio de esta especialidad junto a otras personas y se vinculó también con gente de cine, otra de sus pasiones.
El 18 de julio de 1962, el Perú tras un golpe de estado pasó a ser gobernado por un colegiado de militares, cayendo del poder el presidente Prado. Fue el golpe para evitar que Haya asuma la Presidencia porque el Ejército lo había vetado.
Desde Cuba, el poeta dijo a su madre en una carta: “Es el destino momentáneo de América”,  “Vivo ahora en un país libre, y tú en un país explotado”. Aunque lo ultimo, no muy cierto que digamos. Fidel desde aquel entonces era dictador. Hoy lleva en el poder más de 50 años y no precisamente en una democracia. NI ayer ni hoy.



Chabuca Granda le cantó a Heraud.

FUERON OCHO
Escribió poemas en La Habana y en La Paz, bajo el seudónimo de Rodrigo Machado, el mismo nombre que utilizó  como militante del Ejército de Liberación Nacional del Perú (ELN).
En tal condición, ingresó como guerrillero clandestinamente al Perú por La Paz Bolivia. Torpe decisión que le costó la vida. Una existencia valiosa desde el punto de vista intelectual.
Lo acompañaron en la aventura guerrillera, un conglomerado pequeño de 8 jóvenes, según cuenta Manuel Piñeiro (a) “Barba Roja”, el Jefe de la Dirección de Inteligencia Cubana en una entrevista hecha por la Revista Tricontinental de Cuba
Entre ellos: Alain Elías, natural de Ica que jefaturaba el grupo y Abraham Lama que, en años posteriores, se desempeñó  como periodista de una agencia de noticias extranjera y experto en asuntos internacionales.
SIN VERSION OFICIAL
Los ocho jóvenes atravesaron la enmarañada selva de Madre de Dios y arribaron tras larga jornada a pie a Puerto Maldonado, una población fronteriza con Bolivia en aquel entonces de unos 600 habitantes.
Piñeiro aseguró que ellos en Bolivia fueron ayudados por varios cuadros del Partido Comunista de ese país especialmente por los hermanos Peredo, quienes le proporcionaron apoyo logístico y sirvieron como guías a su columna para ingresar desde Bolivia al Perú.
Probablemente porque nunca se registró una versión oficial, el  grupo agotado por el esfuerzo fue sorprendido por la policía. En la huida resultaron apresados tres de sus miembros, mientras uno, aún prófugo, consiguió escapar. Los otros dos, Heraud uno de ellos, fueron acorralados por la fuerza pública y la población armada.
Lograron ser recogidos por un generoso balsero. Varias lanchas los acosaron. Hubo un tiroteo. Cayeron un policía y un balsero. Luego Heraud y su camarada, después que ambos habían enarbolado bandera blanca de rendición.
NADIE NOS PODRA SEPARAR
La trágica muerte de Heraud ocurrió el 15 de mayo de 1963. Ese día, un año antes, había escrito muy cariñoso  a su madre: "Recuerda tú, recuerden todos que mi cariño y mi amor crecerán siempre”.
A reglón seguido dijo: “Nada ni nadie nos podrá separar aunque estemos lejos, y que algún día nos reuniremos para cantar y llorar juntos, para abrazarnos y querernos más. Y que yo siempre seré el niño a quien tú tuviste en brazos aunque haya crecido por este tiempo que avanza y destroza los años, pero no los recuerdos".
Póstumamente obtuvo el Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales convocados por la Federación Universitaria de San Marcos ((FUSM), con su poemario “Estación Reunida”
En 1960, conjuntamente con César Calvo, ganó el primer  premio en el concurso “El Poeta Joven del Perú”, convocado por la Revista Cuadernos Trimestrales de Poesía de Trujillo con el libro “El Viaje”.
 Casi todos los libros de Heraud están escritos en verso libre, forma poética que alcanzó a dominar por completo y con notable acuerdo de técnicas y formas originales con rima acertada, según la opinión de los críticos.
TRAEN LOS RESTOS
Hay en estos versos también tendencia a la figuración simbólica plasmada, fundamentalmente, en tres direcciones: el viaje, el rio y el otoño. Con rigor y éxito indiscutible, de acuerdo al pensamiento del literato Jorge Cornejo Polar.
Por su parte, el crítico José Miguel Oviedo, afirmó sin vacilaciones que en Heraud hay que reconocer la presencia de una palabra excepcionalmente bella y honda.
Muchos años después, el 2 de Mayo del 2008, los restos del poeta fueron sepultados en un cementerio limeño, durante una discreta ceremonia privada donde se leyeron sus poemas y se recordaron pasajes de su vida, que terminó violentamente en 1963.
“Quisiera descansar todo un año y volver mis ojos al mar/ y contemplar el río crecer y crecer como un cauce/ como una enorme herida abierta en mi pecho”, fue uno de los versos del poema “El Viaje” (1961), que leyó emocionada su hermana Cecilia durante el sepelio.
Los restos del vate fueron trasladados a Lima desde el cementerio ” Los Pioneros” de Puerto Maldonado, ciudad donde habían permanecido 45 años. Antes de recibir sepultura, otros familiares leyeron fragmentos de los poemas que escribió Heraud.


Javier, el más alto, con los poetas de la generación del 60.

YO NO ME RIO DE LA MUERTE
Sus huesos fueron enterrados en el sector “Los Algarrobos” del camposanto “Jardines de la Paz” donde recibió el adiós de sus familiares en el acto previo. “Se ha cumplido el deseo de mi madre, porque ella quería que los restos de Javier estén al lado de mi padre Jorge”, dijo la hermana del poeta en emotivas palabras.
“Yo no me río de la muerte /sucede simplemente /que no tengo miedo de morir entre pájaros /y árboles”, fue otro de los versos más destacados de Heraud, que fueron leídos. Premonitorio, enteramente premonitorio.
La madre del poeta Victoria Pérez, de 96 años de edad, no pudo acompañar a este cortejo fúnebre debido a su avanzada edad, refirió en esa oportunidad Cecilia, tras agradecer al Equipo Peruano de Antropología Forense en la tarea de traslado.
Los demás hermanos; Jorge, Victoria, Marcela y Gustavo también hicieron uso de la palabra evocando la memoria de Heraud. “Por 45 años mi hermano ha estado rodeado de árboles y flores y pájaros”, dijo Gustavo parafraseando uno de sus poemas, luego de demostrar emoción porque sus restos se quedan en la capital.
VENA POETICA
Sus profesores Luis Jaime Cisneros, Washington Delgado, Luis Alberto Ratto y José Miguel Oviedo, le descubrieron a Heraud la vena poética de indiscutible calidad, luego de que éste ingresó a la Católica.
La editorial de poesía que Javier Sologuren, con tanto sacrificio mantuvo abierta durante muchos años, publicó en 1960 un excelente poema de Heraud “El Río”, incluyendo un epígrafe de Antonio Machado que textualmente decía: “La vida baja como un ancho río”.
Este es un cántico en que la existencia como una caudalosa corriente brotada de un insignificante manantial, se confunde al fin con las aguas turbias oceánicas de una vida llena de plenitud por sus cuatro costados.
Entre “El Río” y el segundo libro  titulado “El Viaje" medió tan sólo un año. Pero salieron con una intensidad de vida admirable en la que se notaba ya su propensión a la denuncia social y a las diferencias existentes en la sociedad. Entre realidad y fantasía, su palabra ya no cantaba jubilosa.


Declamando sus poemas.

Hay una etapa muy larga de su creación en que alude reiteradamente a la muerte, llamándola y conjurándola, atraído por ella constantemente como elección libre de un destino distante por igual del éxito y del fracaso. El último poema “Epilogo” de su segundo libro anunciaba su decisión. “Solo soy/un hombre triste/que agota sus palabras.
El gran periodista e intelectual, Sebastián Salazar Bondy, en el prólogo de las poesías completas y las cartas del poeta publicadas por Editorial Peisa, dice algo impresionante y rotundo que hay que tener presente: “Acribilladlo su cadáver, ay siguió muriendo, como el cadáver del miliciano español en el himno de César Vallejo y se que seguirá muriendo por siempre en sus versos” Heraud, intelectualmente, eres excepcional.(E.N.M.)

5 comentarios:

  1. Que bella crónica. El poeta murió. Pero su obra persiste. Una realidad contundente. Esa inclinacion hacia la muerte. Ese decir con sentimiento las cosas de la vida. Eso es lo mejor de Heraud cuyo trágico fallecimiento nunca se aclaró. Muerto el poeta, que viva el poeta. Herminia Grados

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  2. Uno de los mejores amigos de Heraud fue el poeta Arturo Corcuera. Lo mismo que César Calvo con quien compartió un premio importante de poesia. El poeta creyo en la revolución y se entregó por completo a ella.Que vale,claro que vale. Héctor Torres.

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  3. Recordar a gentes como Heraud significa querer mas al Perú. El lo quiso al máximo y por eso ofrendo su vida. Soy un lector empedernido de sus poemas. Por eso me encanta encontrar crónicas como esta. Felicitaciones.

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  4. fueron tan salvajes nuestros compatriotas que no respetaron la bandera blanca de rendición de estos guerrilleros peruanos,seguramente les lavaron el cerebro a esos salvajes para matarlos como así sucedio. Es decir fue un asesinato y como siempre ha sucedido en el Peru,no cayeron culpables,sobre todo cuando se trata de luhadores que se levantan contra la injusticia,malditos desgraciados...todo se paga

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  5. Fantástica crónica a un verdadero poeta. Me informe de cosas que no sabía y de las cuáles me siento conmovida. Grande Javier Heraud Gracias.

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