sábado, 29 de octubre de 2011

POLAR: EJEMPLO DE PARLAMENTARIO

Si analizamos la actividad parlamentaria nacional de los últimos 55 años y tan venida a menos hoy, nos encontramos definitivamente con un ejemplo indiscutible: Mario Polar Ugarteche, Senador en cuatro oportunidades, Vicepresidente de la República y una vez Constituyente, quien efectivamente aportó al país  con condiciones  personales realmente excepcionales.
Resumamos: capacidad a raudales, defensa permanente de la democracia y amante empedernido de la justicia y la libertad.  En sus impecables intervenciones en el hemiciclo, humor desenfrenado y coherente,  ironía de contraste inigualable con una constante de amistad permanente no sólo  hacia sus  correligionarios y seguidores, sino hacia sus contrincantes. Claves de su éxito político.
Parlamentario de los mejores de este siglo XX que ya se fue y  dejó sus huellas profundas de calidad. Como pocas veces se han visto.  De los que destacó constantemente. En tres palabras simples y coloquiales, ¡Que buen congresista! Hasta ahora se le recuerda.
.RECHAZO A LEGUIA
Los orígenes políticos de Polar se remontan al  año 1930 cuando como universitario, a los 18 años,  formó parte de un grupo de su generación que  rechazó totalmente a la dictadura de Leguía y  apoyó al levantamiento de la guarnición de Arequipa, encabezada por el Comandante Luis Miguel Sánchez Cerro.
Fue el primer comunicado en ese sentido que firmó Polar, conjuntamente con otros peruanos que eran apristas, comunistas e independientes. Entre ellos: César Guardia Mayorga,  que después brilló como maestro universitario en Arequipa y Lima, el pintor y muralista Teodoro Núñez Ureta y el periodista Gastón Aguirre Morales.
 Asimismo los que serian destacados abogados  e incluso parlamentarios como Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio y Ernesto Calmet de Noriega, diputados de1956 a 1962 por Arequipa y Puno, respectivamente. También entre los letrados: Raúl Torres Fernández,  Juan Peñaloza y Eduardo Glave Valdivia, quien al final de su carrera terminó apoyando a la dictadura de Velasco.
 Este capitulo político lo recuerda el propio Polar en su libro “Viejos y Nuevos  Tiempos- Cartas a mi Nieto”: “El entusiasmo popular fue desbordante. El pueblo se volcó a las calles y el respaldo pareció unánime. La conjura había sido preparada por civiles y el manifiesto preparado por José Luis Bustamante y Rivero, un testimonio de fe en el Perú.

Mario Polar Ugarteche.

SANCHEZ CERRO
Fue  Sanchez Cerro quien acaparó las glorias y se convirtió en el líder encarnando este movimiento y, de acuerdo al pensamiento del personaje principal de esta crónica, inspiró una gran fe que contó con la adhesión fervorosa de los pueblos.
Lamentablemente, según el mismo análisis, el militar no fue el líder que las circunstancias hacían necesario. Valiente y honrado, careció de ideas y de los atributos de un verdadero conductor. La arbitrariedad fue su característica y la revolución se malogró por completo.
El distinguido tribuno arequipeño no comprendió por aquella época y pasaron muchos para hacerlo de que, conforme lo afirmó en el mismo libro,”La política era antropomorfa y tiene figura humana y salvo minorías capaces de actuar exclusivamente en función de ideas y planteamientos, las grandes masas siguen a hombres que les infunden esperanzas  o que les inspiran confianza.
Por eso Polar subraya: “Las masas siguen a caudillos que despierten su fe.  Confían más en los hombres que las ideas. Esto ocurre no sólo en los pueblos atrasados. Hitler, Lenin, Churchill, de Gaulle o Roosevelt son pruebas de este aserto”,
PENSAMIENTOS
Si se acepta la política, teniendo en cuenta la opinión del famoso senador como expresión de voluntades libres, el problema consiste casi siempre en encontrar al líder capaz de servir ideas  y planteamientos.
Al conductor que no ceda a las tentaciones de poder. Al hombre que tenga el coraje frente a los inevitables brotes anárquicos de no hacerse dictador y de seguir luchando por la causa del hombre y de todos los hombres, sin sacrificar los valores esenciales.
A los ocho meses del gobierno de Sanchez  Cerro y ante el incumplimiento de las promesas sobre nuevas elecciones, la Federación de Estudiantes de la Universidad de San Agustín que integraba Polar como delegado de la Facultad de Letras decidió lanzar un manifiesto, denunciando al gobierno en los términos más duros.
La irrupción a la política le significó a Polar dejar de lado una de sus grandes aficiones por la Literatura para lo cual tenia aptitudes evidentes de escritor, cuya faceta de valor, en términos amplios,  pocos conocieron. Por eso mismo, esta actividad la desarrolló en sus ratos libres, no permanentemente. Si se quiere, de vez en cuando.



Muy joven, a fines de los 30, con sombrero.

PRIMERA NOVELA
Lo cuenta él mismo: “Fue en mi juventud cuando se desarrolló mi afición por la Literatura. Escribí muchos cuentos. Algunos se publicaron en revistas o periódicos. A los pocos años abandoné toda actividad literaria. Más pudieron mis labores de maestro, abogado y político. Eventualmente, he escrito porque obviamente vuelve la necesidad de querer expresarse en el papel”.
Escribió su primera novela de un sólo personaje Alón Martín titulada “Un ángulo perdido”, libro que es la historia de un alma obsesionada por descubrir la verdad inmediata y cuyas paginas reflejan diferentes aspectos de la vida provinciana arequipeña como la universitaria.
Otra de sus obras son “Las Cartas a Mi Nieto” que, de acuerdo a los críticos y entendidos, se trata de uno de los más hermosos y conmovedores libros de memorias escritos en el Perú. Lo hizo en  1969. El personaje no lo hacia permanentemente. Pero cuando lo hacia daba en el clavo.
Hay textos de Polar indiscutiblemente impactantes como: “La Leyenda de Arequipa”, apasionado y cálido recuento sobre los paisajes, las personas y las costumbres de su ciudad natal.
 “¿Y mañana? Reflexiones sobre el Perú”, fue otra de sus creaciones intelectuales dedicada a situaciones y preocupaciones tanto económicas como  sociales del país.
SANTA CATA
La Arequipa de la niñez y juventud de Polar se modernizaba al máximo, con motivo del Cuatricentenario de la Fundación Española de esa ciudad señorial. En 1940, sus calles ya estaban asfaltadas. Salvo el centro de la ciudad que fue adoquinado.
La Plaza de Armas imponente con la Catedral, la Iglesia de la Compañía y los Portales tan coherentemente bellos. Lo mismo que el Parque Melgar y la Plaza España, lugares  que tenían lindos pisos de mosaico.  Blanca, blanca, eterna ciudad.
La casa de la familia estaba ubicada en la calle Santa Catalina. Allí en el viejo inmueble nacieron los once hermanos Polar Vargas, el penúltimo de los cuales fue Miguel Angel,  casado con Esther Ugarteche Jiménez,  con quien tuvo cuatro hijos: Juan  Manuel, abogado y profesor;  Mario, el político y escritor; Rosa casada con Alberto Soto de la Jara y Quintina, la menor, soltera. Allí en “Santa Cata” como decía Mario, en el segundo piso, los Polar Ugarteche también vivieron años de años.
MATRIMONIO
Nacido en la blanca ciudad, el 5 de setiembre de 1912, se educó en los colegios de los Sagrados Corazones, Nacional de la Independencia Americana y el Instituto Arévalo. Los estudios de abogado los hizo en San Agustín, desde  1930 hasta 1936.
Dos años después, cuando se afianzó económicamente, contrajo matrimonio con Gabriela Campos Portal, habiendo tenido con ella dos hijos: Alonso, reputado abogado y economista de las filas de la consultora de prestigio Macroconsult; y Claudia, una experta en galerías de arte.
En la familia de Mario Polar hay prestancia intelectual, jurídica y política. Su abuelo Juan Manuel Polar y Carasas, que vivió entre 1809 y 1881, fue Rector de la Universidad de Arequipa, magistrado y senador.
También destacaron varios de sus tíos Polar Vargas como Carlos  nacido en 1852 y muerto en 1927 que también fue rector de San Agustín, Magistrado, Ministro y Diputado. Juan Manuel, el más famoso de ellos (1868-1936) escritor, profesor y catedrático que tanto influyó como maestro integral en varias generaciones de arequipeños.
La infancia de Mario Polar, según cuenta en “Las Cartas a Mi Nieto”, fue feliz aunque privada de  cosas materiales. “Si fue segura porque me sentí amparado, Mis padres sintieron la pobreza cuando no hicieron otra cosa que enriquecer los primeros años de nuestras vidas. Pude ser un niño audaz, trompeador, amigo de correr riesgos y de fantasear”.
EXPLOSION Y ESTRUENDO
Cuando cursaba el cuarto año de secundaria sus amigos y él tuvieron la original idea de formar una sociedad secreta, una especie de  masonería, para luchar por sus ideales. Fue así como fundaron “El Soviet Peruano”, del cual resultó elegido Presidente, sin tener la más remota idea de lo que era eso.
Como tenían que hacer algo decidieron protestar por la muerte en Chicago de Sacco y Vanzetti, aunque no sabían mucho de su vida y sus acciones.  Llegaron a la conclusión, por oscuros raciocinios, de que la protesta constituía un acto digno.
Los del Soviet poco a poco formaron  un arsenal de “camaretas de pólvora” de las que se usaban en las festividades religiosas y en los fuegos artificiales. Un día determinado quemaron todas las camaretas en el jardín interior del colegio. La explosión y el estruendo fueron fenomenales.
COMPLOT
Las faltas y rebeldías, incluidas con el descubrimiento de material pornográfico, fueron castigadas por la dirección del plantel. Los retuvieron diariamente hasta las siete de la noche y los obligaron a llenar inacabables  hojas con una frase de arrepentimiento.
Después de la experiencia en el Soviet, Polar no tuvo actividades políticas. Hasta que ingresó a la Universidad, poco después del examen de admisión, unos amigos lo llevaron a un conciliábulo secreto que se llevó a cabo en una carpintería a la luz de una vela.
Un artesano robusto a quien no volvió a ver más, lo arengó hablándole de libertad, de justicia y de la necesidad de actuar contra la dictadura del Presidente Leguía.
Entusiasmados, sobre todo por el ambiente dramático y misterioso de la reunión a la que ingresaron espaciadamente y de dos en dos para no llamar la atención, el primer complot lo organizaron.
En efecto, a mano y maquina de escribir, confeccionaron unos 300 volantes atacando duramente al gobierno y un domingo, en la función de vermouth del Teatro Fénix, los arrojaron desde la cazuela apenas se apagaron las luces. Inmediatamente se dieron a la fuga.
PROFESOR
Pero, por una u otra razón a los pocos días, fueron descubiertos. Polar tuvo que esconderse. La  policía allanó su casa pero no lo encontró. Después de una semana pasó el temporal. Lo obligaron a ir a la Prefectura, donde la primera autoridad política lo reprendió duramente.
Los ingresos económicos de Polar cuando cursaba los últimos años de Derecho eran modestos. Dictaba clases de Historia en dos colegios particulares.
En uno de los cuales le pagaban y en el otro no. Como amanuense de práctica forense ganaba algunos “cachuelos” y su primer ingreso seguro fue el de gestor en la Sociedad de Beneficencia Pública.
Incursionó en el Colegio de la Independencia como profesor estable. Además se le abrieron las puertas en dos directorios de empresas como secretario y los ingresos fueron mejorando, recibiéndose de abogado posteriormente y formando estudio propio. Lo último, evidentemente, cambió por completo la situación económica. Era el año  1936.
DIPLOMATICO
Consolidó posiciones ejerciendo la profesión hasta que la política otra vez volvió a ser la actividad primordial de sus esfuerzos. Cuando la formación del  Frente Democrático en 1945 que llevó a la Presidencia de la República a José Luis Bustamante y Rivero, Polar se desempeñó como Secretario General de esa alianza en Arequipa.
En setiembre de ese año, el Gobierno lo nombró Agregado Comercial y después Ministro Consejero en las  Embajadas del Perú  en Santiago de Chile y Buenos Aires Argentina, respectivamente. Tres años permaneció en el extranjero, cumpliendo estas labores diplomáticas.
Sobre el gobierno de Bustamante, Polar en  “Nuevos y Viejos  Tiempos” afirmó lo siguiente: “Sin voluptuosidad de poder, requisito casi indispensable para ejercer el mando, don José Luis asumió la Presidencia como un deber, con entereza pero sin gozo.
Luego añadió: “La euforia de la libertad reconquistada, la prepotencia del único partido político organizado entonces (referencia directa al Apra), los apetitos de los viejos sectores desplazados del poder y la crisis financiera desatada por el término de la Segunda Guerra Mundial, que determinó la caída de los precios de los artículos de exportación, acumularon nubes de tormenta sobre el horizonte”.



Polar, Luis Bedoya Reyes y Ernesto Alayza: fundadores del PPC.

GOLPE
La primavera democrática defendida  por un hombre limpio, terminó con el golpe frustrado del 3 de octubre y con otro golpe de estado triunfante el 27 del mismo mes de 1948.
Polar estaba entonces en Buenos Aires y recibió a Bustamante en el exilio. Su carrera diplomática terminó también el 27 de octubre, porque renunció al cargo en protesta por  la irrupción de los militares. Retornó a Arequipa a ejercer su profesión de abogado.
En 1950, asumió la Gerencia General de la Cámara de Comercio de Arequipa y ese mismo año estallaron, en la blanca ciudad, los violentos hechos ocurridos en épicas jornadas cívicas que dieron lugar al enfrentamiento con la dictadura de Odría.
PROTESTA POPULAR
“Me acuerdo de esos días como de una experiencia alucinante. Porque caí en la ola de un pueblo enfurecido que es como un rio hirviente sin cauce y sin fronteras, fluctuando entre el miedo y la exaltación. Oscura y paradójicamente quería ser varado en una playa tranquila y simultáneamente estrellarme contra la roca enhiesta y romperla al romperme en la amarilla espuma de la ira”, dice Polar recordando lo de 1950 en “Las Cartas a MI Nieto”.
La historia fue  la de una protesta popular que no tuvo raíz política. La de una explosión colectiva creada posiblemente más por la torpeza de las autoridades que por su mala fe. Pero el Gobierno  quiso ver en ella una conjura a fin de destruir a la oposición y encarcelar a un candidato rival a la Presidencia de la República.
Cuando se convocó a elecciones generales, Odria bajó al llano para postular como “candidato  democrático”. El rival salió de la Liga Democrática conformada, en Arequipa, con el concurso heterogéneo de amigos del doctor Bustamante, jóvenes de Acción Católica, filoapristas y marxistas de variado color. El propósito unificador era tan sólo uno: restablecer las  libertades públicas y la vida democrática.
REVOLUCION DEL 50
La Liga proclamó candidato al General Ernesto Montagne, militar de antecedentes limpios. Como candidato a la Vicepresidencia se escogió al viejo liberal arequipeño y maestro universitario, Francisco Mostajo. La Secretaria General del Comité del Sur fue confiada a Polar.
Los sucesos de junio de 1950, sin conexión alguna con el movimiento de Montagne, comenzaron con una huelga de estudiantes del Colegio de la Independencia, el más popular y antiguo de Arequipa con una tradición centenaria.
El plantel fue rodeado por la tropa. Lo que era desusado y evidentemente excesivo. Un día, dicen que por orden del Prefecto, el Coronel Daniel Meza Cuadra, se mandó tomar el local por asalto. Un carro blindado derribó una de las puertas laterales.
Los colegiales trataron de impedirlo arrojando piedras y en respuesta recibieron balas. Desalojados violentamente, los estudiantes salieron a las calles, gritando a voz en cuello que los estaban matando.



Francisco Mostajo

SABLAZOS
Un grupo de ellos recorrió las calles céntricas, portando una camilla en la que yacía un niño ensangrentado. Las autoridades dijeron después que no hubo bajas y que el herido era un colegial pintado con mercurio cromo para impresionar a la población.
Pero en la misma noche, en el local central de la Universidad de la calle San Agustín, entre los muertos que se velaban hubo un pequeño que no se supo si fue el herido. Mientras tanto, grupos de colegiales, perseguidos por la policía, tomaron por asalto las torres de las iglesias y el alocado repique de las campanas inundó la ciudad.
A las cinco de la tarde, la Plaza de Armas se llenó de obreros y empleados que buscaban a sus parientes o simplemente preguntaban qué pasaba. En el lugar, hubo un momento de auténtico suspenso cuando la policía perseguía a los estudiantes en las bóvedas de la catedral, a grandes alturas. Todos temían los desbarrancamientos que ocasionarían, evidentemente, muertes.
En ese instante, alguien debió dar una orden imprudente y absurda. En vez de dejar que la multitud se disolviese se apeló al recurso de dispersar al pueblo a sablazos.
SUSTO E IRA
Apareció la policía montada y le abrieron el cráneo a un espectador que cayó fulminado en su propio charco de sangre. Los heridos se multiplicaron en contados minutos.
Mientras tanto, los muchachos arrojaban piedras y los hombres derribaban a los jinetes. Las cabalgaduras lucían desbocadas. En la calle San Agustín se echaron a rodar cilindros vacíos de gasolina, lo que espantó a los caballos. La confusión y los gritos fueron generales. Nadie sabía el por qué de los ataques. Reinaba el abuso de poder.
La multitud permaneció en la Plaza todavía desconcertada y comenzaba a disolverse cuando ingresó la tropa por varias bocacalles y sonaron balas por todas partes.
Una ira sorda temible tornó fieros y adustos todos los rostros y sin consigna alguna comenzaron a armarse las barricadas, desgajándose los adoquines de las calzadas.
La tropa asustada, frente al mar embravecido del pueblo, atacó violentamente con las culatas de los fusiles. La lucha fue dura. Pero al final la Plaza  fue despejada. Más la ira quedó en pie como una fuerza que se liberaría solo por la distensión.


El pueblo de Arequipa se levantó contra la dictadura en 1950.

COMUNICADO
Hasta  que se transmitió un comunicado oficial por el que se establecía el Estado de Sitio, se prohibía las reuniones de grupos mayores y se atribuía la responsabilidad de los sucesos a la Liga Democrática. En Lima era detenido el General Montagne y perseguidos varios de sus colaboradores, como responsables de los sucesos  de Arequipa.
Sin embargo, pese a las medidas de emergencia, la gente comenzó a congregarse otra vez en la Plaza de Armas. Hombres con rostros duros, silenciosos se desplazaban de un lado a otro como si esperasen algo y algunos portaban palos y rejones. Había, definitivamente, un trasfondo de rabia.
Era menester canalizar la protesta. Se habló  de una junta local y cuando se preguntó quién podría presidirla se mencionó el nombre de Mostajo. Todo esto ocurría, mientras se desarollaban las conversaciones de los dirigentes de la Liga, entre los que estaba Polar y el Prefecto de la ciudad.
Mostajo aceptó sin vacilar el encargo y para ratificarlo buscó al Prefecto que le confirmó el acuerdo. Mientras tanto, los dirigentes dividieron labores. Unos fueron a la Universidad para organizar la Junta.  Otros buscaron a los presidentes de las instituciones.
INSTALAN LA JUNTA
En el ínterin, un grupo de jóvenes invadió el Club de Tiro al Blanco Internacional y se apoderó de los rifles que ahí encontró. Otro tomó por asalto el Casino Militar y una dependencia de la Guardia Civil, apropiándose de las armas.
Muchos finalmente, aprovechando la total ausencia de la policía, ingresaron a las radioemisoras. Algunos voluntarios, mutuo propio, transmitieron incitaciones a la revolución.
El equipo de la Universidad forzó la puerta de la Municipalidad y allí se instaló la Primera Junta, casi exclusivamente a base de lideres sindicales mientras llegaban los personeros de otras instituciones.
El desorden era tremendo. Pero el caudillo tenía autoridad. A instancias del grupo de Polar, se nombraron comisionados para que controlasen las radios y evitasen transmisiones imprudentes e incitaciones a una lucha que podría ser suicida. Firmó infinidad de credenciales para organizar una guardia urbana de seguridad.
La plaza hervía de gentes que  clamaban su presencia en el balcón de la Municipalidad. La multitud envalentonada daba vivas a la revolución y reclamaba la caída del Gobierno dictatorial.
RENUNCIA DEL PREFECTO
Mostajo enfrentó con coraje a esta multitud. Una revolución- les dijo- no se hace con palos y con rejones cuando la guarnición está intacta en las afueras  y no ha manifestado en forma alguna su adhesión
También se negó a encabezar un movimiento destinado al fracaso y a una inútil matanza. Afirmó que su misión  era organizar un gobierno local, transitorio que obtuviera satisfacciones y garantías del gobierno. Les recordó que había reclamado la renuncia del Prefecto y exigía serenidad para lograr el éxito popular.
Una ola de aplausos rubricó sus frases y, pese a esporádicos brotes de descontento, el Presidente de la Junta terminó por dominar a la multitud. Mientras tanto a la tropa se le dio a beber pisco con pólvora, saliendo del cuartel para sofocar la revuelta.
En la misma mañana, se convocó a un cabildo abierto. La idea era integrar la Junta con los presidentes de todas las instituciones locales para darle esencialmente un carácter apolítico. Pero al cabildo ingresaron todos los que pudieron y la confusión y el desorden reinaron en ella.
Mostajo empero logró imponer su criterio y en nuevos discursos, desde el balcón de la Municipalidad, consiguió apaciguar a la multitud. Gran parte de la cual se retiró de la Plaza, esperando la hora de la entrega de la Prefectura y de la satisfacción reclamada.
BARRICADAS
Mientras tanto, se habían levantado barricadas por todas partes en previsión de ataques inesperados. El caudillo logró hablar con el Prefecto que ratificó su ofrecimiento de entregar la Prefectura en la tarde
Sin embargo, al poco rato, comenzaron a sonar tiros por todas  partes. La tropa  atacó, a diestra y siniestra, avanzando por varias calles. Las gentes de las barricadas resistieron hasta donde pudieron con su pobre armamento.
Las luces de la Plaza de Armas y de la Municipalidad se apagaron. La noche se hizo negra de veras y el seco tableteo de las balas se convirtió en el único lenguaje.
Entonces fue que se acordó que una junta de parlamentarios, portando una bandera blanca, debía cruzar la plaza para conversar con el Jefe de Línea que había establecido su cuartel general en la oficina de Correos, a fin de convenir los términos de la evacuación de la Municipalidad.
 PARLAMENTARIOS
Las luces de la Plaza se encendieron como una prueba reiterada que se había llegado a un acuerdo preliminar y disminuyó el tiroteo. Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio, Arturo Villegas, Arnoldo Guillén y Carlos Bellido fueron designados por Mostajo como delegados y salieron a cumplir su comisión.
Villegas, joven y brillante abogado, portaba la bandera blanca de los parlamentarios. Cuando cruzaban la calzada de la Plaza sonó un tiro y Bellido cayó herido de una pierna.
Arturo se inclinó para levantarlo y una bala lo alcanzó en la cabeza, matándolo instantáneamente. Belaúnde y Guillén se refugiaron, transitoriamente, en las columnas de mármol de los maceteros de la plaza. Bellido murió desangrado por falta de atención médica. El tiroteo se reanudó
A través del Cónsul chileno se restablecieron las comunicaciones y se convino en el envío de una nueva delegación. Mostajo pidió voluntarios y se registraron momentos de vacilaciones
Entonces, él dijo que iría personalmente. Pero Belaunde y Guillén, los supervivientes, se ofrecieron como nuevos voluntarios. Ellos llegaron a su destino y convinieron en la evacuación de la Municipalidad.

Javier de Belaúnde Ruiz de Somocurcio

SIN PRESOS PERO CON JUICIOS
El Jefe de la Junta pidió garantías menos para él.  Se temía lo peor. Hasta que la gente con ira e indignación se fue retirando de a pocos. El desalojo duró horas de horas y se hacia lentamente. Había escapes hasta por los techos de las casas.
 Lo que se aprovechaba al máximo era los cambios de guardias y la oscuridad de las calles. Hasta el día siguiente hubo tiros. Nunca se supo cuantas gentes cayeron en estas jornadas, donde la prepotencia y el abuso reinaron
No hubo presos en Arequipa. Salvo Mostajo por algunas horas. Se iniciaron varios procesos por sedición contra el caudillo, Polar, Roberto Ramírez del Villar, Humberto Núñez Borja y “los demás que resultasen comprometidos”.
Los acusados jamás fueron llamados a declarar. Los juicios siguieron pendientes sobre ellos hasta 1956. Sólo fueron cortados por ley al inaugurarse un nuevo gobierno.
GOBIERNO DE ODRIA
Lo que vino políticamente fueron los seis años de gobierno de Odria elegido fraudulentamente. El régimen persiguió a los apristas y comunistas, llegando hasta el asesinato del Secretario General de la Confederación de Trabajadores, Luis Negreiros.
En términos económicos, Odria dispuso la eliminación de los controles de cambios para beneficiar a los productores y exportadores. Promulgó el Código de Minería, con la respetiva legislación tributaria.
Hizo gran cantidad de obras públicas. Pero los sectores populares y la clase media registraron una baja en el nivel de vida. El gran problema de este gobierno fue que Odria, como Jefe de Estado, robó y se enriqueció al máximo. La corrupción fue su talón de Aquiles, en medio de una bonanza económica generada por la Guerra de Corea.
Polar  y sus amigos, quienes intervinieron en los sucesos luctuosos de 1950, se reunían constantemente para analizar concienzudamente  lo que ocurría en el país. Estaban convencidos de que lo acertado  era conformar un partido político enteramente democrático.
Ellos sostenían  que los golpes castrenses no constituyen una solución. De que se corre siempre el  riesgo de nuevos gobiernos de fuerza, que con frecuencia sirven para enfrentar al pueblo con las Fuerzas Armadas, cuya función tutelar queda mellada y amenazada. Lo decía a cada rato Polar en las tertulias políticas de aquellos tiempos.
SURGE LA DC
Había entre los dirigentes otra coincidencia centrada en la necesidad  de crear presiones políticas desde abajo, cargadas de fervor cívico para determinar el restablecimiento de los derechos ciudadanos.
Por eso es que salió la idea de crear un movimiento político alrededor de un planteamiento social cristiano. Una organización que sustentase una doctrina social y no confesional, buscando cambios profundos sin violencia en la anhelada persecución  de una fraternidad verdadera.
Así se formó, en Arequipa, el Movimiento Demócrata Cristiano a través de un acta de fundación que suscribieron  más de 150 personas. Eran los principales dirigentes, además de Polar: Roberto Ramirez del Villar, Héctor Cornejo Chávez, Jaime Rey de Castro, Juan Chávez Molina, Javier de Belaúnde Ruiz de Somocurcio y Mario Zolezzi  Moller.


Juan Chávez Molina. (Foto Caretas)

JORNADA CIVICA
Paralelamente, en el plano personal, Polar ejercía en su estudio la profesión de abogado y enseñaba, como lo hizo desde 1930, las cátedras de Historia Universal y Geografía Peruana en la Universidad de San Agustín, confirmando así la vocación de docente que tenia.
Al poco tiempo de la aparición del movimiento en Arequipa,  en Lima se hizo lo mismo con hombres calificados y destacados como: Luis Bedoya Reyes, Honorio Delgado, Javier Correa Elías, Julio Ernesto Portugal, Enrique García Sayán, Ismael Bielich y muchos más.
Los demócratas cristianos de Arequipa comenzaron a influir ante la opinión pública desde las páginas del “El Pueblo”, diario que era dirigido por Ramírez del Villar. Allí escribían entre otros Polar, Rey de Castro y Cornejo Chávez.
En diciembre de 1955, un mitin convocado en el Teatro Municipal por la Coalición Nacional, cuyo dirigente principal era Pedro Rosselló Truel muy ligado al diario “La Prensa” de Beltrán, dio lugar a un violento enfrentamiento con la policía.
Lo que ocurrió  fue una reacción popular que paralizó la ciudad de Arequipa por tres días y el entonces flamante Movimiento Demócrata Cristiano asumió el liderazgo de esa jornada cívica.
La misma que finalizó con algo muy importante en términos políticos porque precipitó la caída de Odria: le renuncia irrevocable del temido Ministro de Gobierno del régimen, Alejandro Esparza Zañartu, uno de los truhanes de la dictadura que hizo tantas barbaridades en contra del pueblo.

Resultado de imagen para Reaccion popular de Arequipa de 1955
El pueblo arequipeño protesta en las calles en 1955.

1956
1956 resultó ser  un año clave para los demócratas cristianos. El 11 de enero  quedó oficialmente fundado el Partido, en una solemne actuación realizada en el Teatro Segura de Lima. Las bases eligieron como Primer Presidente de la agrupación a Polar.
En las elecciones generales de ese año,  el abogado fue elegido Senador por Arequipa para el periodo 1956-1962. En ellas también triunfaron la mayor parte de los dirigentes mistianos y conformaron, en el Congreso, el Grupo Parlamentario Demócrata Cristiano, uno de los más brillantes y capaces que haya pasado por el  Parlamento nacional.
La labor parlamentaria del insigne arequipeño fue amplia y destacable. Comenzó sustentando una amplia amnistía política que, dicho sea de paso, beneficio a los apristas y comunistas. Evidente consecuencia democrática, porque la Ley de Seguridad Interior vigente era enteramente anticonstitucional.
DEBEMOS HACER MORAL
Fue más allá, en señal de transparencia, exigiendo que los parlamentarios presentasen  sus declaraciones juradas de bienes y rentas, con la intervención notarial correspondiente.
Dejó constancia de la esperanza de realizar en el país una revolución sin balas y que no se puede vender el alma con un plato de lentejas. Fue enfático y directo al criticar al gobierno de Odria, sustentando y recordando como lema principal: “Si queremos hacer país, si queremos hacer república y democracia, debemos hacer moral”
Luchó por incorporar al Senado al ex Presidente Bustamante y Rivero, conforme le correspondía de acuerdo a la Constitución. Defendió a la Industria Textil dando soluciones para su florecimiento, rechazó el aumento de haberes de los parlamentarios y volvió a insistir que no se puede hacer democracia, si no se acepta la libre discrepancia,
Era un convencido, y lo decía en el hemiciclo de la Cámara Alta, que no es indispensable recurrir a las armas para defender el estado de derecho. Otro de sus pensamientos fue que la democracia se defiende practicándola pero, de ninguna forma, eludiéndola. Subrayó con fuerza que “la única defensa contra los excesos es denunciarlos y ampararse en la ley”.
Casi siempre en el hemiciclo analizaba a profundidad temas de carácter económico como lo referente al presupuesto, la autonomía del Banco Central del Reserva, las crisis en los países desarrollados, la importancia de los censos, los cambios financieros en el mundo, los monopolios y la industrialización. Especializado, realmente, enciclopédico.


Los democristianos llegaron al Congreso en 1956.

VICEPRESIDENTE Y SENADOR
Recordaba con convicción: “No hemos hecho política por política, sino que hemos  hecho política en defensa del interés nacional. Hacer política en el sentido noble del vocablo, o sea, decir la verdad, de todas maneras y a cualquier precio”.
Los partidos Acción Popular y la Democracia Cristiana fueron aliados a las elecciones de 1963 (Alianza AP-DC) que las ganó Fernando Belaunde Terry. Polar resultó elegido Segundo Vicepresidente de la República y Senador por Lima, para el periodo que terminaría en 1969
En la Cámara Alta, ya no siendo opositor  como la primera vez sino apoyando al Gobierno, volvió a brillar. Fue el que sustentó el proyecto de Ley de Reforma Agraria, diciendo con claridad que se tiene en cuenta el derecho adquirido, pero sólo en la medida de que esté de acuerdo con el interés social.
AUTENTICO DOLOR
La mayoría parlamentaria del Apra y la Unión Nacional Odriista se trajo abajo el proyecto, defendiendo posiciones enteramente conservadoras. Polar reaccionó y sentenció contundentemente que “el Gobierno está atacado desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha”
Hacia fines de 1966, en diciembre, la Democracia Cristiana se dividió  y varios de sus fundadores se fueron del partido para  conformar otro, el Popular Cristiano.  Entre ellos estuvo Polar.
La situación la explica en “Viejos y Nuevos Tiempos”: “La determinación la adoptamos con auténtico dolor. Nos fuimos llevándonos nuestros sueños cuando las disidencias internas se hicieron intolerables porque el espíritu de fraternidad se quebró irremediablemente”.
A continuación dice: “Nuestro retiro no se debió sólo a discrepancias con la nueva orientación radical y nuestro concepto no realista del Partido, sino fundamentalmente porque el espíritu de fraternidad se había quebrado. La gota que colmó la medida fueron unas acusaciones  injustas formuladas por algunos sectores partidarios con poder contra Boby Ramirez (Roberto Ramírez del Villar), entonces Ministro de Estado”.
En los largos años de la dictadura militar de Velasco y  Morales Bermúdez entre 1968 y 1980, Polar ejerció el cargo de Presidente del Partido Popular Cristiano. En tal  condición, el destacado abogado firmó infinidad de comunicados que se convirtieron en planteamientos políticos de oposición, en permanente defensa del Estado de Derecho.
COSTITUYENTE
Recordaba a Belaúnde como: “Un hombre limpio de gran calidad humana. Un hombre con sueños y mensaje que logró despertar la conciencia dormida de los pueblos olvidados para trocar la renacida esperanza en herramienta de promoción. Se  mantuvo fiel y conciente de que no puede haber progreso sin libertad, sin respeto a la dignidad esencial del hombre”.
En 1978 fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente que aprobó la carta magna del año siguiente. Aquí presidió la Comisión encargada del Capítulo I, dedicado a los Derechos  y Deberes Fundamentales de la Persona.
En la Asamblea destacó  la importancia de los derechos naturales dentro de la concepción del Estado y la Sociedad al servicio del hombre y no al revés, la defensa de la propiedad en armonía con el bien común y con el interés social así como el planteamiento del pluralismo económico.  Lo mismo que su oposición a la pena de muerte y el rechazo frontal frente al terrorismo.
MALPICA Y CORNEJO
Fueron memorables sus polémicas discusiones con otros parlamentarios como Carlos Malpica en el Senado en 1982 de las filas de la izquierda y con Héctor Cornejo Chávez en la Constituyente, su antiguo camarada en la Democracia Cristiana.
Del primero en una de sus intervenciones en el hemiciclo dijo: “Como de costumbre mi amigo Malpica pica mal. Yo no se que voy a hacer con el cariño que le tengo, para que aprenda a picar bien. El PPC  es enemigo de toda dictadura y jamás ha hecho un elogio de Pinochet político, jamás. Lo ha condenado y lo sigue condenando. De tal manera que nuestro “malpica” de disfrazar y cambiar las ideas, no es un sistema muy amigable.
Del segundo afirmó: “El doctor Cornejo Chávez, en una larga disertación,  se ha llamado mi ex amigo, ha demostrado estar eufórico y ha revelado que todavía sabe sonreír, lo que realmente me alegra. Desgraciadamente ha revelado también que no ha olvidado su viejo hábito de deformar los argumentos que considera adversos para hacer brillantes pirotecnias verbales con agravio de la verdad”.
En 1980, fue reelegido nuevamente Senador por Lima en representación del PPC. Todos los años presidió la difícil Comisión  de Economía donde su mayor batalla, luego de los excesos de la dictadura velasquista, fue precisar con claridad el rol del Estado y el papel de las empresas públicas.


Carlos Malpica.

ENFERMO
Durante el primer gobierno aprista de Alan Garcia, Polar volvió otra vez al Senado y comandó la oposición al régimen. Cabe recordar que lideró el rechazó al proyecto de estatización de la banca, aprobado en sólo dos días en la Cámara de Diputados.  La medida tan equivocada se dejó de lado gracias en parte a la oposición de la Cámara Alta.
En agosto de 1988, a los 76 años, le diagnosticaron una enfermedad terminal y no se amilanó. Lo primero que decidió es hacer el último viaje para despedirse de la Arequipa de sus enteros cariños, acompañado de sus nietos mayores. Mucha ternura, mucha vida acumulada.
Volvió de Arequipa lleno de felicidad y al poco tiempo fue internado en la clínica San Borja. El diagnóstico médico indicó que le quedaban pocos días de existencia. El Senado acordó distinguirlo  con  la medalla del Congreso, en el grado de Gran Cruz.
CORAJE FRENTE A LA MUERTE
La ceremonia de imposición fue en el nosocomio donde estaba internado. A  la sección de cuidados intensivos ingresaron el líder de su partido, Luis Bedoya, el Presidente del Senado Romualdo Biaggi (Apra) y su correligionario el senador Felipe Osterling.
Polar los recibió lúcido y conciente. Los saludó, eso si, débilmente, tratando de decir algo jovial. Esforzándose por sonreír, mantenía su carácter idéntico. Biaggi le colocó la medalla. En respuesta, con voz clara y pausada, el senador dijo: “este es el  momento más emocionante de mi vida”.
Luego les recitó  el poema “A la vida   y a la Muerte” de su gran amigo, arequipeño como él, Emilio Romaña. Que tal coraje. Probablemente estas fueron sus últimas palabras. Que tal serenidad frente al final de la existencia.
Poco después de la ceremonia entró en coma y falleció, a la una de la madrugada, del 16 de noviembre de 1988.  De los que valen a carta cabal, Polar-efectivamente- fue un verdadero tribuno del pueblo.  Su interesante vida lo demuestra ampliamente. (Edgardo de Noriega)

9 comentarios:

  1. Te expreso mi felicitación por tu crónica sobre Javier Heraud. Sin hacer concesiones ideológicas, tienes la hidalguía y nobleza de reconocer que la muerte de nuestro poeta guerrillero fue "un asesinato cruel que ocurrió cuando levantaba una bandera blanca en señal de rendición a bordo". Eso se llama tener clase y altura. Te reitero mi reconocimiento, mi abrazo y amistad.
    Victor

    Por supuesto, no puedo de dejar de expresarte igualmente mi reconocimiento a las también excelentes crónicas sobre Mario Polar y Raúl Porras.
    Victor Alvarado

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  2. Mario Polar Ugarteche traicionó a la Democracia Cristiana, yéndose a formar el PPC. Eso no lo hace un hombre ejemplar.
    Héctor Cornejo Belón (soy sobrino de Héctor Cornejo Chávez)

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  3. Hemos publicado la opinión de Héctor Cornejo Belón. Pero, evidentemente, discrepamos de lo que afirma el sobrino de otro gran hombre como es Héctor Cornejo Chávez. No se puede lanzar epítetos así por así. Decirle a Polar traidor si que es temerario. Atenta, definitivamente, contra la memoria de un hombre cuya vida fue impecable. Lo volvemos a reafirmar sin ninguna duda. Si es cierto que Polar renunció al Partido Demócrata Cristiano y pasó a fundar el PPC. Lo hizo con entereza y por razones que el nunca ocultó y que, precisamente, en esta crónica de semblanza se explican detalladamente. Que estemos de acuerdo o en desacuerdo con la decisión es completamente distinto. Pero de allí a calificar y tan mal, si que es inaudito. Lanzar dardos es una costumbre. Pero también sustentar las ideas una necesidad imperiosa. Cornejo no lo hace. Le recomendamos a quien envió este comentario volver a releer la nota y se dará cuenta de lo que efectivamente pasó. A propósito también lo invitamos a que lea la crónica que hicimos sobre su tío Héctor, a quien consideramos una figura de la política nacional. No obstante de que cometió grandes y garrafales errores. Eso está completamente sustentado en la crónica que hicimos y que data del 10 de junio del 2010. Se entra al archivo de Miscelánea con esa fecha y allí esta impecable la nota. Volvamos al asunto de esta discusión para reafirmar, una vez mas, que Polar también al igual que Cornejo, contribuyeron con el Perú. Con creces y ejemplarmente. (El Director)

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  4. Señor de Noriega, reitero lo dicho en mi comentario anterior y sustento a continuación mi opinión.
    Existe una gran diferencia entre calificar a alguien de traidor, y decir que traicionó. Es la misma diferencia que existe entre ser impuntual y llegar tarde a una reunión: el primer caso implica una conducta predominante y representativa en la vida, mientras que el segundo caso describe una situación que podría ser aislada.
    Aclarado esto, yo no podría decir que Mario Polar Ugarteche fue un traidor, lo que sí reafirmo es que traicionó a la Democracia Cristiana. Sé de primera fuente que en 1966 -el día anterior a la fundación del PPC- mi tío Héctor Cornejo Chávez era aconsejado y animado por las personas que al día siguiente ya no estarían en la Democracia Cristiana; entre esas personas, Polar Ugarteche. Ya estaba en las redacciones de los diarios la nota de prensa que anunciaba la fundación del nuevo partido.
    La fundación del PPC propició, entre otras cosas, la que seguramente es una plusmarca mundial: Jiménez Mostajo fue, al mismo tiempo, Secretario General de dos partidos antagonistas.
    No terminas con tu enamorada un día y empiezas con otra al día siguiente. Eso no es decente, ni ejemplar.
    Bedoya Reyes decía que "la política es como el fútbol: se juega con la izquierda y se mete el gol con la derecha". Eso, señor de Noriega, eso es el PPC.
    Héctor Cornejo Belón

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  5. Después de mucho tiempo, Héctor Cornejo Belón ha vuelto a insistir en el tema. Ambos seguimos sosteniendo nuestros puntos de vista que son, evidentemente, antagónicos. El asunto de la traición no existió y, por lo tanto, nada se tiene que discutir. Claro está, traición bajo ninguna forma. Pero lo que si quiero especificar, en honor a la verdad, son algunos puntos concretos para que quede huella. Para que no ocurra ninguna distorsión. Eso si que sería grave. Falsear la historia política, de ninguna manera. Parto de principios y de verdades. No de versiones, suposiciones o hechos falsos. Tanto Héctor Cornejo Chávez como Mario Polar Ugarteche fueron eminentes figuras del pensamiento social cristiano en el país. Comenzaron juntos con ideales unitarios de reinvindicación y reforma total del Perú, a su manera y conforme a los dictados de sus conciencias. Ellos se enfrentaron a la dictadura de Odría como pocos y después recibieron encargos del pueblo y por eso, precisamente, resultaron varias veces parlamentarios. Comenzaron en el mismo partido a discrepar. Cornejo se fue a la izquierda con convicción. Polar tenia un pensamiento conservador y creía de la misma forma en la economía de mercado, la revolución sin balas y en el progreso del Perú. Las discrepancias se ahondaron de tal forma que en 1966 surgió el PPC. Polar se fue, con mucho dolor, de la DC junto con otros distinguidos fundadores de ese partido. Ello significó, efectivamente, una nueva agrupación que se situó a la derecha del espectro politico. Nadie lo niega. Eso no se puede hacer. Alli está como necesidad de la democracia y ese es su sitio. Cornejo prosiguió con su pensamiento y allí si que erró y fracaso. Nunca consiguió apoyo popular y, para colmo de males, se metió apoyar a los militares, con Velasco a la cabeza. Eso no fue ni demócrata, ni cristiano. Tal posición significó a la postre, años después, el retiro de la política de Cornejo a temprana edad: 60 años. Cuando todavía podía aportar. Como lo había hecho en su condición de dirigente político, parlamentario, maestro universitario y hombre de leyes destacado.El mejor orador del hemiciclo parlamentario del siglo XX. Título ganado a pulso, inteligencia y capacidad. Honradez y honestidad plena a lo largo de su vida. Enteramente comprobada. Cornejo tiene méritos aplaudibles por donde se le vea. Polar de la misma forma. El se enfrentó a la dictadura velasquista, volvió después al Parlamento donde efectivamente aportó con creces. En tiempos de Belaúnde, Vicepresidente de la República. En fin tantos méritos como el doctor Cornejo. ¿Ambos aportaron? Claro que sí.Hasta cuando actuaron publicamente. Uno porque se retiro por voluntad propia. El otro porque se murió, víictima de una penosa enfermedad Con posiciones antagónicas. Si en democracia son necesarias. Tenerlas no es nada malo. Ni menos traición. Cornejo y Polar fueron, realmente, excepcionales. Nada más. Pero tampoco nada menos.

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  6. Señor de Noriega, efectivamente discrepamos. No obstante, habría que diferenciar hechos, de opiniones.
    Que mi tío Héctor Cornejo Chávez "se fue a la izquierda con convicción" es solo su opinión. Estamos de acuerdo en que el PPC está en "la derecha del espectro politico", sin embargo, estar a la izquierda de eso, no significa ser de izquierda. Mi tío siempre repetía que el camino no era ni el comunismo ni el capitalismo, sino el centro; y eso hizo que se granjeara enemistades en ambos extremos. Él siempre se mantuvo a lo largo de su vida, de acuerdo a sus convicciones, en la corriente de centro.
    Dígame una cosa señor de Noriega, ¿qué postura política tiene para usted la Iglesia Católica? Tenga en cuenta la Doctrina Social de la Iglesia por un lado y por otro lado la doctrina pepecista. Luego podremos pensar en calificar qué es cristiano y qué no lo es.
    Decir que mi tío -al proseguir con su pensamiento- erró y fracasó, es de nuevo solo su opinión, como también es solo su opinión afirmar que apoyar a Velasco fue un error.
    En fin, creo que seguir dándole vueltas a este asunto ya escapa de los alcances de este hilo en particular.
    Demoré en responder porque regresé a este blog casualmente después de meses. Le agradezco por sus prontas respuestas y por publicar mis mensajes. ¡Hasta pronto!
    Héctor Cornejo Belón

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  7. En fin .... muy emotivo el articulo.Soy Santiago Polar, nieto de Mario Polar y este ha sido un año emotivo para la familia dado el centenario de su nacimiento con Ernesto Alayza Grundy. De haberlo leido antes me habria inspirado mejor para hablar en los memoriales. Ya opinar sobre si para Cornejo Chavez apoyar a Velasco o no fue un error o no, con toda la historia que tiene uno para demostrar con hechos el fracaso, es una perdida de tiempo. Saludos

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  8. Complace que Santiago, el nieto del doctor Mario Polar Ugarteche, escriba a este blog. Deduzco, sin temor a equivocarme, que el autor de este último comentario es hijo de Alonso Polar Campos, de quien también hemos hablado en este periódico electrónico cuando lamentablemente murió relativamente temprano en momentos que podía seguir aportando, como consultor y abogado, en el campo de la Economía y las Finanzas. Los Polar, por su valía comprobada, tienen-definitivamente-un lugar preferencial en este espacio periodístico de Internet.

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  9. Estimado Edgardo:
    Al igual que mi hermano, en efecto somos hijos de Alonso. Recién hace pocos días nos topamos con este artículo, y por decir lo menos, nos ha "tocado". En nuestro caso, como comprenderás, antes que ver al político y sus contribuciones a la sociedad, vemos a un patriarca, de quien tanto hemos absorbido y cuya presencia aún está con nosotros.
    Dicho esto, te agradecemos la semblanza, ya que creo que el mayor legado que nos ha dejado es precisamente éste, su obra y su trascendencia, la cual se recuerda aún casi 25 años después de su muerte.
    Saludos,

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