domingo, 17 de febrero de 2019

POETA DE REBELDIA, VATE VERDADERO


Rebelde, inteligente y genial. Era muy especial y cultivado en la inmensidad de la escritura como saber intensamente humano. Un verdadero poeta de renombre expresión entera de la Arequipa de ayer, hoy y de siempre. El intelectual de pies a cabeza, forjado en la intensidad de la vida cotidiana, vivió intensamente con sus versos, sus escritos y sus ensayos. Sus inmensos conocimientos y su lectura de todos los días, lo llevaron a ser un hábil y enterado bibliotecario durante varias décadas del mismísimo siglo XX en las mismas entrañas de su blanca ciudad. Hombre de agallas, de prestancia eminente y de valor intelectual que merece, de todas maneras, destacarse en honor de la Literatura peruana.
El poeta Percy Gibson le añadió a César Augusto Rodríguez Olcay, verdadero nombre del poeta y personaje principal de esta crónica, el nombre de Atahualpa y le quitó el de Augusto, en una de las tantas reuniones literarias del grupo “Aquelarre”. Por eso se quedó por siempre y paras siempre hasta el final de sus días como César Atahualpa Rodríguez.
En el acto, le dijo que era demasiado llevar el nombre de dos emperadores romanos juntos, César y Augusto. Más aún cuando era auténticamente peruano. A partir de entonces, a él se le incluyó el nombre del ultimo inca peruano matado, dicho sea de paso, por los españoles tras engaños y farsas eminentes.
El famoso profesor y caudillo arequipeño, Francisco Mostajo quien estaba en la reunión, subrayó en esa oportunidad que César Atahualpa Rodríguez pertenecía a la mejor generación de poetas de aquel tiempo, integrada además por el propio Gibson (el padre de Doris, fundadora de la revista Caretas), Renato Morales de Rivero, Belisario Calle, Federico Agüero Bueno y Miguel Ángel Urquieta, entre otros.

Resultado de imagen para cesar atahualpa rodriguez
Cesar Atahualpa Rodríguez: gran poeta y bibliotecario

Esta noche estoy triste hasta la muerte;/como dijo el Rabí de Galilea,/que hasta el agua que bebo se convierte en repugnante almíbar…así sea/Sobre mi crudo invierno doloroso/la serpiente del tiempo se desliza/ ten gol aboca amarga, todo es soso/y el aire que respiro es de ceniza/Si en el osario del ayer me pierdo para encontrarme con lo que he vivido/veo que hasta el cadáver del recuerdo/se pudre sin cesar en el olvido/ Y si quiero agarrarme del ahora/ como mi terca ansiedad desesperada/Veo también que todo se evapora/que mis manos están llenas de nada/ ¿Qué dónde voy señor de senda en senda con estos pasos por demás inciertos?/Voy a cumplir tu frase que es tremenda: “que los muertos entierren  a sus muertos. (Desesperado)
El poeta fue hijo de César Rodríguez y de Mercedes Olcay. Realizo sus estudios primarios en la escuela de Antonio Martínez. Mientras que los secundarios los realizó en el Colegio Nacional de la Independencia Americana entre 1903 y 1907.
Comenzó a escribir sus versos en ese prestigiado e histórico plantel mistiano. Así se ganó la admiración de sus condiscípulos, quienes lo llamaron, con mucha admiración de por medio, “el poeta del colegio”.
Cuentan que, por esa época como signo de efectiva rebeldía, escribió dos poemas de expresión atrevida en la revista del plantel. Lo que le ocasionó una fuerte reprimenda, sobre todo por el tipó sensual de sus versos.
El vate mistiano laboró, por muchos años, en la Biblioteca Pública Municipal de Arequipa. Llegó a ser Director de esta entidad que pertenece al Estado. En dicho recinto se conservan hasta ahora una extensa colección de volúmenes con el título de “Anales de Arequipa” que él con habilidad juntó y que, para recapitular varios años de la historia de la blanca ciudad, en base a una adecuada información periodística. Labor, obviamente, muy encomiable que retrata enteramente el valor intelectual de Rodríguez.

Resultado de imagen para cesar atahualpa rodriguez
Fue condecorado por Luiis Alberto Sánchez.

“Soy de raza americana/peruano de Arequipa. Bien ¿Y qué/ Llevo el color moreno de los míos/estampado en la piel/ Mi familia es muy grande: son los pobres/ que vinieron al mundo sin sostén;/aquellos muchos preteridos/por los que pueden más según la ley/ Esa madrastra estúpida creada por los que detentaron el poder. / No me arredran las celosas…Soy de la raza americana/perdida en el proceso de crecer. / Mi estatura no cuenta. /Vivo aparte. / Me siento infortunado. / Se leer (Datos Biográficos)
Su obra fue muy valiosa y fecunda. Son de su autoría los libros “Cien Poemas”, “Los Últimos Versos”, “Sonatas en Tono de Silencio”, “La Torre de las Paradojas” y “Dios Nos Quiere”. Muchos de sus poemas fueron publicados, a lo largo de los años, en diferentes periódicos y revistas como: “La Semana”, “Escocia”, “Texas”, “Carnaval”. Los matutinos de Arequipa: “El Pueblo”, “El Deber” y “Noticias”. Y en los de Lima, como el diario “El Comercio”, entre otros.
Cultivó la poesía, la narración y el ensayo. Su estilo estuvo caracterizado por la profundidad y el casticismo. Le entregaron la Medalla del Congreso en ceremonia que presidio el Senador y distinguido escritor, Luis Alberto Sánchez. También lo condecoraron con otras distinciones de eminente prestigio.
César Atahualpa Rodríguez vivió, exactamente 82 años, entre 1889 y 1972. Fue un escritor de formación cultural autodidacta. Frecuentó a escritores de la talla de José María Eguren, Manuel González Prada y Abraham Valdelomar. Estos últimos, varias veces, elogiaron su obra. Incluso el segundo, que formó parte del radicalismo, legó a considerarlo como “la nueva expresión dee la lírica nacional.
A fines de 1916, junto a Percy Gibson, fundó el grupo literario “El Aquelarre” y publicaron cuatro números de una revistas que llevaba el mismo nombre. Iniciativas que fueron, evidentemente, un aliciente para la vida intelectual arequipeña.

Resultado de imagen para cesar atahualpa rodriguez
Muy joven aún

“El automóvil pasa…/Fuga inquiera una liebre;/el sol como una brasa, /llora como un orfebre. / Una iglesia, una plaza, /la campiña, el pesebre, / corren tras una casa…/la brisa está con fiebre/Somos tres. Es domingo/Ya hemos pasado Tingo;/ Lili: ¿Quieres darme eso? / Mi gran amigo Z,/mira el campo: es poeta/ ¡No ve nuestro beso! ( A Toda Velocidad)
Cabe explicar que “El Aquelarre” aparece más o menos al mismo tiempo que el movimiento Colonida de Lima, el Grupo Norte de Trujillo y “La Tea” de Puno. Sin embargo, la influencia del grupo arequipeño fue modernista y simbolista.
En 1917, Rodríguez fue nombrado Director de la Biblioteca Pública de Arequipa, cargo que desempeñó hasta 1955. La editorial “Nuestra América” publicó “La Torre de las Paradojas”, su primer libro a la que le precedió una vasta obra. Su poesía tuvo bastante emoción social y  un marcado acento regionalista, según la opinión de los críticos.
Hacia 1966 publica “Sonatas en Tono de Silencio”, libro editado por el Ministerio de Educación. Aquí se reúnen versos que son representativos de la madurez del poeta. El tema central del poemario es la búsqueda de la soledad, como un medio para convertir a la filosofía en la fuente primaria de sus escritos.
Nació el 26 de agosto de 1889. Joven aún se trasladó de Arequipa a Lima. Comenzó a estudiar Letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Abandonó los estudios por su pésima situación económica y tuvo que retornar a su ciudad natal.

Resultado de imagen para cesar atahualpa rodriguez
Afiche de un homenaje.

“El sequito del Inca-que era una huesta ufana/ de triunfos-explorando la turba lejanía,/ compacto y fragoroso como un mar refluía/en el ancho silencio de la muerte/ Capitanes y henderos hercúleos, la macana/recostada en el hombro, con marcial bizarría/marchaban por delante Mayta Capac venía/ sañudo entre los pliegues de su manto de lana/ La legión que hace tiempo camina en campo raso/hasta de las tristezas del yermo, recuesta el paso/ y el cansancio monótono de la inacción ya cede/Pero  súbitamente surge un valle y un grifo/de júbilo saluda tal oasis. Contrito /pide un noble quedarse y el que todo lo puede/ Ari-quepay le dice, le dice que se quede” (Mayta Capac)
Durante años, César Atahualpa se desempeñó como amanuense en una notaría. Pero nunca abandonó la lectura. Pedía prestados libros de un lado y de otro. Todos los leía con minuciosidad, convirtiéndose en un autodidacta de extensa y sólida cultura.
Debido a sus profundos conocimientos, la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa le confió, por breve tiempo, la cátedra de Historia de la Literatura. Son de su pluma también la novela “Dios no nos Quiere” y los ensayos “El Misti, Genio Titular de Arequiipa y “Ciudad de Piedra”

Resultado de imagen para cesar atahualpa rodriguez
Presente en la Casa de la Literatura.
.
La revista “Amauta”, dirigida por José Carlos Mariátegui allá por 1926 lo calificó al vate mistiano del “más beethoveniano de los poetas del Perú de variado pensamiento, belleza de expresión, audacia imaginativa, ágil y vigorosa armonía del verso”.
Hay una anécdota del poeta chileno Pablo Neruda que dice que visita Arequipa y va a buscarla a su casa. Le responde la hija de Rodríguez: “dice que no está”. “Entonces dígale que no he venido, le responde el intelectual mapochino.
Lacea cabellera y su faz de nigromante andino. Así lo describió el poeta Percy Gibson, su amigo y paisano. Figura impresionante e indiscutible de la literatura arequipeña y peruana. Si ninguna duda e indiscutiblemente (Edgardo de Noriega)

No hay comentarios:

Publicar un comentario