jueves, 15 de abril de 2010

AUTODIDACTA POR EXCELENCIA

Recordemos a Mariátegui, en el aniversario de su muerte, cuando tan sólo tenía 35 años. El pensador,autodidacta por excelencia, falleció el 16 de abril de 1930. La obra homogénea y múltiple la dejó para el desarrollo político del Perú. Sus inicios como periodista. El viaje a Europa de donde retorna convertido en marxista. Nunca deja de escribir y aportar. Antes, el baile en velos de la bailarina con nombre ruso en pleno cementerio. Lima pecata y beata se estremece. Sus amigos intelectuales. Los periódicos y revistas donde trabajó desde los 14 años. La salud quebrantada y su muerte. Leamos a continuación su vida, obra y acción política:
Corría el año de 1928 y el ambiente intelectual de la época se vio conmocionado con la aparición de un libro que analizaba por primera vez, seriamente, la situación del país. Era “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”.
Su autor un brillante intelectual y periodista que desde ese momento se convirtió en el maestro, el guía, el amauta: José Carlos Mariátegui. No obstante de que jamás pisó la universidad.
Fue un ejemplar autodidacta de innegable valía a quien se le debe la seriedad en el pensamiento político como necesidad para el desarrollo de los pueblos. El interés-equivocado o no- de resolver efectivamente los problemas, de una vez por todas con sustento efectivo.
Se puede hablar con toda propiedad en la historia política contemporánea del Perú, antes de Mariátegui y después de Mariátegui. Sin ninguna clase de fanatismos, dogmatismo ni atisbo de cierta inclinación o simpatía.


Jose Carlos Mariátegui: pensador de polendas

No somos de los que afirman que lo ha dicho el Amauta y es algo santificado, oleado y sacramentado, como lo hacen ciertos grupos de la sociedad peruana. Estamos en contra de todo mito y rechazamos las perfecciones.
No obstante de que en el “después de Mariategui, en actitud de investigación critica encontramos como logro de que su pensamiento, sirvió para que las cosas se tomen más en serio y sobre todo para que ingresen, a la política, las ideologías.
NACIMIENTO
Dejando de lado, evidentemente, el antes donde se hacía esta actividad con el caciquismo, el pisco, la butifarra y la improvisación. Aunque pasaron los años y tenemos que reconocer que las taras han regresado. Sino véase, la composición del actual parlamento. Sencillamente, pues, es que no le hacen caso al Amauta, quien dio las pautas necesarias hace ya tantos años. Regresemos a Mariategui, por el bien del país.
He ahí el mérito del Amauta el de la denuncia permanente y cuyo pensamiento se ha olvidado cuando debe ser reconocido en su visión exacta y trascendental. Nacido el l4 de Junio de 1895, pero no se sabe en qué lugar.
Unos dicen que en Moquegua, inclusive por este motivo al ingresar viniendo de Tacna a esa bucólica y tranquila ciudad, un monumento se levanta en honor del pensador. Mientras que otros biógrafos lo señalan como originario de Lima.
Lo que sí se sabe es que tuvo una infancia triste. Sin conocer a su padre Francisco Mariátegui, empleado del Tribunal Mayor de Cuentas. Su madre fue doña Amalia La Chira, con quien vivió en pobreza y estrechez económica; al igual que con sus hermanos: Julio César, Guillermina y Amanda. Esta última muere muy niña.
A la edad de 14 años comenzó a trabajar como “alcanzarejones” en los talleres del diario “La Prensa” donde fue llevado por un tipógrafo amigo de la familia. Lo esencial de su trabajo consistía en leer los originales de los redactores y colaboradores. Lo impresionaban el pensador uruguayo Rodó, el cronista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, que vivió muchos años en La Argentina; y el peruano, Luis Benjamin Cisneros.
Sus primeros artículos empezaron a ser publicados en ese medio de comunicación cuando José Carlos cumple 16 años. Así se convierte en periodista, el más joven de su tiempo que con su pluma mantenía a su madre y sus hermanos. Doña Amalia era una mujer abnegada de profundas ideas católicas, devota de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres.
VALDELOMAR
Comenzó a leer libros incluso desde niño, luego de ocurrirle un accidente cuando jugaba con un amigo. Se malogró la rodilla izquierda en la tranquilidad de un pueblo cercana a Lima, Huacho. Por la enfermedad, el pequeño de 6 años tuvo que estar más de 4 meses en cama.
Joven aún, contactó con el famoso poeta iqueño Abraham Valdelomar, prestigiado temperamento de artista que murió antes de los 30 años dejando poemas, cuentos y ensayos de la más alta calidad.
Mariátegui pasó a formar parte del grupo de Valdelomar denominado “Colonida” y se llevó como otro integrante de este conglomerado literario a César Falcón, escritor de valía que también trabajaba en “La Prensa”.
De las páginas de “La Prensa”, el Amauta se fue a la redacción de “El Tiempo”, otro periódico de la época. Ahí una vez publicó un comentario sobre la procedencia y trayectoria de casi todos los oficiales del Ejército peruano. Algunos se sintieron heridos y se vengaron, propinándole al escritor una tremenda paliza que lo dejó varios días en cama. Gajes del oficio.
Mariátegui y Falcón fundaron el periódico “La Razón” pero al poco tiempo por dificultades económicas se tuvo que suspender esta publicación. Fue entonces que el Ministro Alfredo Piedra gestionó unas becas de estudio a Europa ante el Gobierno de Leguía para Mariátegui, el propio Falcón y Félix del Valle.
Lima pecata y beata quedó escandalizada por un suceso protagonizado por Valdelomar, Mariátegui, Falcón, del Valle y un funcionario estatal que dio el permiso en pleno cementerio Presbítero Maestro: el baile en velos de la artista suiza con nombre ruso, Norka Rouskaya, a los acordes de un violín que interpretó la célebre “Danza Fúnebre” de Chopin.
EUROPA
La reacción no se demoró y los intelectuales fueron apresados acusados de profanación de las cenizas de la muerte. El caso llegó hasta el Parlamento donde se pidió un castigo ejemplar. Felizmente, la serenidad y la inteligencia triunfaron en los fueros de la cultura y el arte, mientras que los protagonistas del escándalo fueron puestos en libertad.
Mariátegui se desempeñó como cronista parlamentario para varios medios de comunicación y también incursionó en la hípica de la cual era aficionado, dirigiendo la revista especializada “Turf”.
Según propia declaración, una de las épocas más felices de su vida fue la estadía en Europa. Aquí profundizó sus conocimientos, los perfeccionó. El viejo continente lo hizo nacer a la vida del pensamiento. Abrazó la ideología marxista y conoció a una muchacha italiana de 18 años, Anita Chiappe, con quien se casó y le dio cuatro hijos: Sandro, Siegfried, José Carlos y Javier.



Recorrió Francia, Italia y Alemania durante cuatro años. Conoció al escritor y periodista francés militante del Partido Comunista, Henri Barbusse y visitaba seguido, en Paris, el Museo de Louvre, el Rodin, los pintorescos restaurantes de todos los países en el Barrio Latino.
En Roma se encontró con las imágenes de las madonas ingenuas, el cielo azul de esa tierra de pasado esplendoroso. También vio la crisis política del socialismo, las caídas de la monarquía, el fascismo en ciernes. Allí vivió en una pequeña pero bonita casa con Anita y Sandro, su primer hijo que recién había nacido. Se trasladó a Alemania para luego retornar al país.
SEUDONIMOS
En Lima, su casa de Miraflores, se convirtió en el más selecto grupo de reunión de escritores, artistas, estudiantes y trabajadores. La capital dejaba los rezagos coloniales y adquiría rasgos de ciudad moderna, casi cosmopolita.
La dolencia de la niñez despertó después de 20 años. La enfermedad se manifestó en un flemón de naturaleza maligna a la altura del muslo izquierdo hasta que le tuvieron que amputar la pierna.
En el Perú se produjo un movimiento de simpatía y auxilio para ayudar al pensador. Le correspondió a Luis Alberto Sánchez iniciarlo en Lima. A él se unieron todos los escritores y artistas en masa. Hubo funciones y actuaciones en los teatros y el producto pecuniario obtenido le sirvió para su recuperación.
Las reuniones continuaron en otra casa donde se fue a vivir ubicada en el jirón Washington de Lima, la última que tuvo en su corta vida. Conversaba y atendía a sus amigos sentado en su sillón de madera con prestigio propio y amplio. La producción periodística con calidad, fluida, continua.
Mariátegui colaboraba con “Variedades” dirigida por Clemente Palma y en Mundial, prestigiada revista cuyo Director era Andrés Avelino Aramburú. Era un connotado intelectual con 20 años de experiencia que había usado una serie de seudónimos: Juan Croniqueur, Jack, Kendal, XYZ. Además él había fundado “Labor”, periódico político de corta vida dirigido a los obreros y trabajadores.
Mariátegui tenía en mente crear una revista de divulgación científica literaria y artística consagrada exclusivamente a los problemas universitarios y políticos. En su casa del jirón Washington con la ayuda de sus seguidores se barajaron nombres: “Vanguardia”, “Adelante”, “Inclinación”. Hasta que el propio pensador se inspiró y salió la denominación definitiva, “Amauta”, publicación que creó en Hispanoamérica, un momento cultural sin precedentes.
ASESINATO
En las páginas de “Amauta” aparecían poemas de los vates más destacados, los artículos de Stalin sobre economía agraria en los soviets, los manifiestos de Aragón y los artículos de la indigenista Dora Mayer de Zulen.
En esta revista se escribió una nota, sin hacer el reproche a nadie, donde se defendía a José Vasconcelos, político mexicano ex ministro de Educación de su país, que había sido duramente atacado por el poeta José Santos Chocano, con la firma de 10 o 12 escritores. Entre ellos, Edwin Elmore.
Chocano reaccionó y se las tomó con Elmore, acusándole de descendiente de un traidor a la patria. Hubo un duelo espectacular de cartas hasta el encuentro cara a cara en el patio del diario “El Comercio”, donde el poeta mató a balazos a Elmore.


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El pensador y sus hijos pequeños.

Paralelamente a su obra estrictamente literaria, Mariátegui también hizo política. Fundó la sección peruana de la Tercera Internacional que defendía los métodos marxistas interpretados y aplicados a la realidad política y social por Lenin. Frente a ello, otras corrientes señalan que el Amauta creo sólo el Partido Socialista, de corte humanístico e intelectual.
El pensador defendió sus ideas en el periódico “Labor” y gracias a sus aportes se creó la Federación de Mineros del Centro, la de Marítimos que junto con otros sindicatos dio nacimiento a la Confederación General de Trabajadores (CGTP).
Sufrió persecuciones, varias veces, ordenadas por el Gobierno de Leguía. Proyecta viajar a Buenos Aires con su familia, sobre todo para colocarse un aparato ortopédico que le permitiese nuevamente caminar.
OBRAS
La dolencia vuelve y cae en cama de donde nunca se levantó. Muere joven a los 35 años, 19 de los cuales los dedicó al periodismo. Todo se acabó. Era el l6 de abril de 1930.
Pero lo que quedó para la posteridad fue su valiosa obra, Su primer libro “La Escena Contemporánea”, donde florece su influencia europea. Los Siete Ensayos, en el que analiza los diversos problemas de nuestro país. “Las Cartas de Italia, que son los artículos enviados desde el viejo continente y publicados en “El Tiempo”. “La Defensa del Marxismo, como polémica revolucionaria.


Con su esposa Anita Chiappe

No hay que olvidar “Peruanicemos al Perú”, en defensa de un nacionalismo coherente. El Artista y la Epoca”, donde claramente sugiere la definición de la obra artística como fruto de una tradición y una realidad que logra sus relieves al calor de una coyuntura histórica.
Así como “La Historia de la Crisis Mundial”, resumen de varias conferencias donde trata sobre la guerra europea, la revolución rusa, la paz de Versalles, la agitación proletaria en Europa, entre otros temas. “Ideología y Política”, que extracta los siete años de vida entre 1923 a 1930 y que representa el advenimiento de la idea socialista en el Perú, sin ser “calco y copia de lo europeo. Figuras y Aspectos de la Vida Mundial”, reafirmando su ideología marxista.. En fin, todo lo que lo convierte en el gran pensador del Perú.
Positivo es constatar que, desde hace algunos años, la casa del jirón Washington  funciona como un museo que difunde permanente la obra del Amauta. No solo eso sino que la conservan tal como era cuando allí residía el escritor y su familia.
Complace efectivamente porque  ese inmueble estuvo completamente abandonado. Lo que implicó una campaña periodística de nuestra parte cuando pertenecimos a la plana de redactores del diario Correo. Ahora es otra cosa y así definitivamente se cumple con el insigne escritor. Como, efectivamente, se lo merece.

3 comentarios:

  1. Es bueno saber la parte humana y normal de José Carlos Mariátegui porque siempre lo endiosaron y ésto jamás puede formar parte de la historia de un país.

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  2. Articulo realmente bueno. Quien lo lee sabe con exactitud la vida de este hombre excepcional y sus ideas que aportaron con creces al Perú. Vale este blog. Felicitaciones. Venancio Carranza

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  3. Me h gustado la nota porque lo que se ha hecho con Mariategui es ponerlo en la dimensión humana de su expresion de pensamiento. Sin mitos, sin distorsiones. Ni tampoco genialidades que solo hace distorsionar el pensamiento en si. Siga usted señor Noriega en esa linea. El Perú necesita conocer a sus personajes de esta manera. (Alberto Siles)

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