jueves, 21 de octubre de 2010

RECORDANDO A MARIA LUISA

María Luisa Quirós Vega fue un personaje peculiar e interesante de la Lima antigua. De la que hablaba Violeta Correa, en la época de que fue periodista en el diario “La Prensa” y en su famosa columna “Nuestros Tiempos”, firmada bajo el seudónimo de "Misia Francisca". La describía, con precisión,  para recordar viejas costumbres de la capital. Las de antaño y allí ella tenía un lugar preferencial.
 En sus crónicas,  la periodista que después fue esposa del Presidente Belaúnde,  contó en uno de sus artículos publicados, el 5 de febrero de 1955, que ”la jovencita Quirós, nacida de un hogar digno,   con permiso de sus padres por si acaso, fue a fiestas de chocolates y serpentinas como pocas”,
 Luego añade:  ...“Para desafiar cuando nadie lo hacia, cantaba infinidad de canciones con melódica voz y se daba el lujo de hablar de, con mucho fundamento, lo que quisiera”. El escenario: la Lima conservadora al máximo de aquella época....
Ese último comentario se refiere a hechos ocurridos en  1900, a los 20 años de edad de la protagonista, en una capital peruana pequeña de tan sólo 100 mil habitantes. Con tranvía,   carretas  y muchos potreros en contorno a la ciudad, según recuerdos del historiador José Agustín de la Puente y Candamo.
INTELIGENTE Y POLEMICA
María Luisa era "una mujer muy inteligente, capaz y de un carácter de entera polémica, desde niña, como pocas veces se haya visto. No le gustaban las medias tintas. Siempre pedía explicaciones. Muy sincera, enteramente afectiva”. Son otras apreciaciones de la periodista, aparecidas en otra de sus columnas publicada el 14 de junio de  1956.
El comentario sobre este personaje ocurrió  cuando ya era madre de tres hijos mayores, abuela, viuda y vivía en pleno centro de Lima cerca de la Plaza Bolognesi en la calle Guzmán Blanco  215, en casa de su hermana menor María Augusta, con la cual pasó buena parte de su vida tanto en la capital como en Europa. Exceptuando, su largo peregrinaje por el sur del país que también duró muchos años.
Si hacemos un recuerdo de su familia, sus hermanos mayores-Francisco y Manuel- emprendieron distintos rumbos en la vida. El primero en la  intelectualidad y la abogacía total y el otro en el viajar por el mundo y hacer poco  en la vida, de acuerdo a lo consignado por sus familiares en pequeños libretos que forman parte del archivo del personaje y  obran en nuestro poder desde que ella se murió.
Lo que es preciso señalar-dice Violeta Correa-que “era de carácter ameno para conversar con los muchachos de la época e incluso  enseñarles  como se escribía vaca con esta letra chiquita o como algunos,equivocadamente, creían con la más grande  de burro”...
La periodista  lo que trata de decir con estas comparaciones tan graciosas es que, por un lado, había ignorantes en el  medio social; y por otro, que la señorita Quirós era una mujer culta. Además de bella. Por eso es que a continuación subraya: “fue un pimpollo  de primer orden para los jóvenes de la época”.
DE PARIS A JULIACA
Cierto, cuando maduró como buena Correa (su padre era Quirós Correa)  demostraba a las claras que ella había adquirido una cultura excepcional, como su letra tan grande, clara y tan pegada a la derecha que significa para los entendidos  y grafólogos  “excepción y claridad plena”
María Luisa, "la china" para padres, hermanos, familiares y allegados, si que tenia un genio determinado y una inteligencia determinante. Lo que ayudaba a definir posiciones. Lo hizo, sobre todo, al casarse: de Paris llegó directamente a Juliaca, sin ningún problema. Vivió en la inmensidad de la puna, a pesar de que la marcó por las evidentes diferencias. Pero ayudó con fuerza en diferentes obras sociales para beneficiar a los más pobres de esa localidad puneña.
Había nacido el 1 de agosto de 1880 en plena guerra con Chile y antes de cumplir los dos años de edad, exactamente al año y medio, aprendió a hablar con claridad asmirable. Lo mismo hizo al caminar, por primera vez, también en forma prematura.
 Nunca había utilizado chupón o como se le llámese a este tipo de instrumento en aquella época. Era muy agraciada desde pequeña y  nació con poquísimo pelo, cara redonda, nariz respingona, ojos pequeños achinados, muy blanca, según un libro de apuntes que dejó su madre.
El hecho es que no pudo pasar desapercibida al pronunciar palabras con exactitud y a la perfección y andar desde muy pequeñita con precocidad. Características de María Luisa que sirvieron para su carácter de independencia y capacidad que salió después, a lo largo de su vida. La primera palabra que pronunció fue: "Perú". Posteriormente ”justicia”. La otra en distinto momento y creciendo, “miramar”.
LA RECOLETA
Las primeras tenían cierta explicación. Algo habría escuchado desde la gestación y del momento que se vivía.  Lo que si nadie pudo explicar es la tercera. Lo real y cierto es que la pequeña demostraba cierta viveza e inteligencia.
Creció en una casona antigua de la Plaza Francia  muy cerca de la Iglesia de la Recoleta que hasta ahora existe pegada al lado de lo que fue la Facultad de Letras de la  Universidad Católica y posteriormente la Librería Studium.
Forjó en su infancia y juventud muchos amigos y amigas. Las de su predilección eran: Rosina Muelle, casada posteriormente  con Francisco Dammert Alarco; La uruguaya Lina Rosemberg de Liponsky y Victoria Elizalde de Graña. Los Bernales  que fueron a vivir posteriormente a Barranco, los otros hermanos Muelle, la familia Arancivia, los Izcue, los Larrabure, los Castañón, los Calle, los Ayulo, los Aramburú y los Chaize.
 SU PADRE
Además, la familia Montero y la  compañera desde pequeña que era su  prima: María Luisa Correa Veyán, quien después  contrajo matrimonio con Estuardo Marrou, hombre de tez morena con una habilidad total para los negocios. Esta última contó con la ayuda  total de parte de la prima Quirós.
Antes de este matrimonio, se presentó decididamente  una circunstancia especial. Los padres de la joven no aceptaban, bajo ningún punto de vista, la unión por hechos que ni siquiera valen la pena enumerarse.
El  asunto es que la señorita Correa sufría al máximo  y  recurrió donde su prima querida. Esta última buscó de inmediato como apoyo al padre, quien acogió en todo momento a la sobrina. Fue porque la hija se lo pedía y el que  influyó al máximo para que la relación se concertase. Como fue así,  abriéndole-inclusive-las puertas de su casa para vivir por un tiempo.
La engreída de Rafael Quirós fue Maria Luisa. Esta preferencia  demostrada por infinidad de hechos. Como regalarle las primeras joyas de la familia, llevarla a Europa varias veces con entera protección y preocuparse, por entero, de su educación en el viejo mundo de manera  exclusiva. Lo justificaba diciendo "es la más cariñosa y afectiva de mis hijos".
AUTOGRAFOS
Había una costumbre de la época que retrata por completo  la personalidad de María Luisa. El famoso libro de autógrafos.  Allí nos encontramos con parte de los pronunciamientos sinceros de la gente  que le dejó un recuerdo escrito.
Inclusive  de personajes con gran prestigio como: el intelectual  Luis B. Cisneros, el pensador Manuel González Prada, el tradicionalista  Ricardo Palma y los famosos poetas José Santos Chocano y José Gálvez.
El primero le dice: “En el álbum de María Luisa Quirós, de tu padre me confirmo antiguo amigo y cual cumplido caballero me pongo a tus pies… y firmo” (Julio  14 de 1901). El prestigiado autor de "Tradiciones Peruanas" y ex Director de la Biblioteca Nacional es elocuente al máximo cuando escribe: "Azucenas y pétalos de rosa  mezcló Dios para hacerte niña hermosa y puso en el cristal de tu conciencia del cielo azul, la triste transparencia (25 de mayo de 1903).
Por su parte, el famoso poeta José Santos  Chocano, como siempre  grandioso, le escribe en su álbum lo siguiente, el año 1902: “Yo quiero ser un cóndor: hacer gala de aprisionar un rayo entre mi pico; y así, soberbio… regalarte un ala ¡para que te hagas de ella un abanico”!
 GONZALEZ PRADA
El vate José Gálvez entregó su expresión al decir lo siguiente: ”no conocer  un alma pero sentirla sale de una música dulce que se escucha en la sombra. Por eso tu espíritu y mi canción hoy  nombra en mi es cual tu belleza dulce, frágil y dulce. Apenas si tus ojos que la ilusión alumbra me dicen del aroma de tu intima existencia, como si adivinarán de una rosa la esencia”.
El amigo-después enamorado, novio y esposo- precisó en letra enteramente clara y cadenciosa, cinco años antes de casarse en  1905: “Inteligencia, bondad, hermosura… son cualidades que, reunidas, constituyen privilegio de felicidad que Dios, por gracia especial, suele otorgar  a la mujer. Vos poséis las tres: tenéis por lo tanto, asegurada toda la dicha que es posible gozar en la vida; por eso os sonríe un porvenir venturoso y sois embeleso de vuestra familia y encanto de vuestros amigos”.Se llamaba, Pedro José de Noriega, viudo de 41 años, con dos hijos de su primer matrimonio con Armida Paredes de 13 y 9 años: Pedro Manuel y Luis Guillermo de Noriega Paredes, respectivamente.
La directora de su colegio, la señora Lund, le dedicó un autógrafo el año 1902 que dice textualmente lo siguiente:  A María Luisa, la verdad, la modestia y la sencillez son tus cualidades que embellecen a la mujer y la asemejan a un ángel. Cualidades que encuentro reunidas en ti.
Gonzales Prada no vaciló en ningún momento: "Pequeña, Tendrás vida intensa y tendrás acción destacada porque vales y en el fondo de esos interiores hay  conexión directa a tu sesudo cerebro que siempre actuará bien. Lo digo porque te conozco hace mucho. Te gustan los libros y te inclinas a la cultura. Eso es bueno".
UNIVERSITARIA                         
En lo que se metía ella dejaba huella. Por eso, precisamente, cuando con sus padres estuvo en Europa, ella ingresó en la Universidad. Si señores en la época que a la mujer le atribuían, injustamente, que no servía para nada y era dejada completamente de lado, María Luisa fue a la Universidad. Si a la Universidad. La Universidad.  Lo repetimos varias veces para ser contundentes.
Actualmente uno de sus nietos, el autor de esta nota, tiene las calificaciones que sacó. Realmente excepcionales.  Obtuvo el título de "Maestra de primera categoría para cualquier ocasión”. Así dice exactamente la distinción de la Universidad de Paris, otorgada en 1906 que le da además la función de “traductora eficiente de castellano y francés”.
La dama de cara dulce y de estatura pequeña, en la penúltima época del siglo XIX no había podido pasar desapercibida de todo lo que pasó en su país. Incluso desde el vientre materno, cuando nació y cuando era bebe. 
 Por eso, muchos que la conocieron dicen que no había venido a este mundo con nervios de acero para  la vida. Eso si, con decisiones propias y prudentes. La guerra con Chile, con toda su secuela, si estuvo presente gestante y los primeros tres años de su vida.
CORAJE
Sin embargo, era una mujer con coraje para enfrentar la vida. Parece ser que había imperfecciones en su carácter. Pero con lo que dio a lo largo de la existencia  esto, definitivamente, se equilibró. Sobre todo cuando vinieron las generaciones posteriores. Allí estuvo hasta el final.
María Luisa había estudiado en el colegio de la Señorita Lund aquí en Lima y habían terminado la secundaria con notas excepcionales. Muy pocas jóvenes   hacían eso en aquella época. Culminar los estudios de colegio era, sin exageración, una hazaña.
Era hija de Rafael Quiros Correa, un conocido hombre de sociedad,  de fortuna y de entrega al país. Ministro de Hacienda en las épocas de Nicolás de Piérola, con quien fue compañero de carpeta cuando estudiaron juntos para seminaristas en el Seminario de Santo Toribio.
No solamente eso, un ciudadano que peleó decididamente contra el oprobioso invasor  chileno en uno de los reductos de Lima.  Si no nos equivocamos,  el que actualmente está como reliquia histórica ubicado en la avenida Angamos, entre Surquillo y  Surco.
MAS HISTORIAS
El padre de Rafael,  Francisco Quirós y Ampudia, de riqueza total  por aprovechar la explotación de la minería en Cerro de Pasco y el auge del guano, había dado el ejemplo lo mismo antes cuando entregó su contribución al país de igual forma.


Como ciudadano ejemplar y representante de las más altas esferas políticas en el gobierno de Ramón Castilla, tras sufrir destierro en que perdió, en unos cuantos meses,  a la suegra y su propia mujer Rafaela Correa. Fue empresario de éxito y político con altos cargos de renombre. Ministro de Estado en varias oportunidades.
La  esposa de Rafael, madre de María Luisa, fue Luisa Vega Llombard de nacionalidad chilena, quienes se casaron en Paris, Francia. Ellos se vinieron al Perú  porque el cónyuge tenía que trabajar en sus negocios. La pareja llegó con el primer hijo ya nacido en aquellas tierras europeas: Francisco Quirós Vega, quien después fue Vocal de las cortes superiores de justicia de Lambayeque y Trujillo, maestro universitario de prestigio y probo Director General de Hacienda. Un jurista de renombre.
 Por su parte,  la señora  Vega de Quirós, una mujer decidida y de principios. Cuando la Guerra del Pacífico (1879) se despidió de su familia, a quien tanto  quiso y les dijo con coraje: "me debo a mi marido, y por eso, he adquirido la nacionalidad peruana que respeto en primer lugar y ante todo". Consta eso en su diario personal. No los vio hasta después del armisticio en 1929. Habían pasado nada más y nada menos que 40 años.
EL CUCHILLO
Un niño de 11 años rubio y vivaz había venido a la casa de los abuelos maternos desde Arequipa donde vivía. Era  Rafael de Noriega Quiros y le llamaban Rafo, abrió la puerta del zaguán de la vivienda en la que estaba alojado con su madre, cuando alguien tocó varias veces la aldaba. Más allá estaban sus hermanas María Dolores, Lola, (17) y Carmen Rosa (13). Era el año 1929.
Un cadete de la Escuela Naval de Chile con un dejo muy peculiar de otro país, preguntaba por doña Luisa Vega de Quiros que era su tía abuela y para quien traían el saludo de sus familiares de tierras tan conflictivas de allá del sur: Chile
Habían pasado tantos años desde 1879 cuando la dama  a quien se buscaba, Luisa Vega de Quiros, era  enteramente peruana. Por amor total a su marido. Con hijos y nietos originarios de este país. Afincada completamente en estas tierras. La convicción de su nacionalidad, por derecho al matrimonio, resultó total. En estas condiciones, fue el reencuentro con la familia de sangre.

Hay una anécdota, en plena guerra, cuando los Quiros Vega vivían en la casa de la Recoleta. Los vecinos del barrio céntrico, a pocas cuadras de la Plaza San Martín, sabían que doña Luisa era chilena de nacimiento. Ella salió a la calle a comprar la merienda del día.
En la pulpería se  presentó una mujer de raza negra que con sus tragos encima y seguidora acérrima de Cáceres,  la resistencia y la peruanidad preguntó agresivamente: “si aquí hay una chilena, la mato de todas maneras”, sacando del bolsillo  y levantando un filudo cuchillo hacia arriba.
Nadie, absolutamente nadie dijo esta boca es mía cuando todos los presentes conocían la procedencia de nacimiento de la dama. Ella estaba en cinta de  María Luisa. Le faltaban dos meses para que diese a luz a su hija. La situación pasó, felizmente, sin  ninguna consecuencia de por medio.
HUACHO
Frente al silencio que por solidaridad se presentó, sobre todo por el afecto  existente entre la vecindad con la señora Quiros que sinceramente se sentía peruana de corazón, hubo un tremendo susto en la familia.  El esposo Rafael lo aplacó de inmediato.
Si, efectivamente, decidió irse a vivir con los suyos a las tierras de Huacho que tenían en propiedad  para palear el temporal. Eso no significó de ninguna manera, que el espíritu patriótico disminuyese en Quirós, quien luchó decididamente contra el invasor.
Posteriormente, María Luisa había pasado años en Europa en esplendor y en una vida llena de comodidades. En uno de sus retornos al Perú acudió a una fiesta de la familia Marrou, cuya casa estaba ubicada en pleno centro de Lima en la calle Gallos.
 Al lado vivía la familia Costas de riqueza total procedente de Puno y cuyo principal protagonista era  Manuel,  ganadero, hacendado y político. Había sido Vicepresidente de la República. Toda una personalidad. Para la reflexión, el apellido Costas, actualmente, ha desaparecido en el Perú.
MATRIMONIO
Manuel Costas fue, además, Presidente del  Primer Congreso Constituyente instaurado en Arequipa, después de la Guerra del Pacífico. A esa casa había llegado Pedro José de Noriega, un eficiente agricultor en Puno muy allegado familiarmente a Costas y sus hijas, María y Elena, administrador exitoso de muchas haciendas agrícolas en el departamento lacustre y dueño de un  pequeño fundo que era lavadero de lanas para la exportación llamado “El Potrero”, ubicado en la provincia puneña de Azángaro.
Resulta que en ese acontecimiento   de la sociedad limeña, que inclusive salió en los periódicos de la época, se conocieron Pedro José y María Luisa. El amor prendió  pocos años después y terminó en matrimonio el 11 de febrero de 1911, realizado en la Iglesia de Belén en pleno centro de Lima.
El afecto de María Luisa por el sur se concretó cuando fue la madrina de la inauguración de la provincia de San Román, con su capital Juliaca,  creada por un proyecto de ley presentado ante el Congreso de la República por su esposo, el Senador  Pedro José de Noriega.

Hasta hoy una de las calles principales de la ciudad lleva el nombre de este ilustre personaje. El primer alcalde fue su hijo mayor,  Pedro Manuel. También lo fue el segundo, Luis Guillermo, quien asimismo sirvió al país como diputado por Puno, entre 1939 y 1945. 
Pedro José de Noriega nació en Puno el 17 de Octubre de 1864: De padre español, Manuel María de Noriega Fernández, Madre criolla, María Manuela Urbina del Carpio. El segundo había venido de España, en 1855, cuando al Perú llegó, pocos años antes, la fotografía y fue contratado por el principal establecimiento comercial existente en la ciudad lacustre: la casa Costas, en la cual se llegó a desempeñar como el responsable comercial. El progenitor de éste se llamó, Pedro José de Noriega Suárez, quien vivió toda su vida en la península ibérica .
Manuel María  fue el primer Noriega de esta familia en el Perú que llegó directamente a Puno. Pocos años después se casó con  María Manuela. Ellos tuvieron cuatro hijos: David, Ernesto,  Manuel María y Pedro José. Los dos primeros murieron luchando en la Guerra con Chile.
Uno está enterrado en el cementerio principal de Arequipa en el Mausoleo de los Costas y el otro en el Monumento del Alto de la Alianza en Tacna. Los menores no pelearon contra el invasor por ser adolescentes. Pedro José tenía tan sólo 14 años cuando estalló el conflicto.
AGRICULTOR
Noriega Urbina estudió  en el Colegio Americano de Lima dirigido por el pedagogo español Manuel María Chávarry y en el San Carlos de Puno. Comenzó a trabajar para ganarse la vida a muy temprana edad, hasta que se convirtió en un famoso agricultor de éxito inusitado.
Cabe resaltar que administró, durante 15 años, ocho haciendas en Puno con más de 15 mil cabezas de ganado. En un radio de acción de 350 kilómetros que abarcó las provincias del cercado de Puno, San Román, Azángaro, Lampa y Sandia.
La madre, María Manuela  Urbina del Carpio de Noriega, hija del jurisconsulto  Pedro Miguel de Urbina, quien fue la primera autoridad republicana en Puno y Vocal de la Corte Superior de Arequipa. Su abuelo  otro connotado abogado arequipeño, Mariano Agustín del Carpio, Presidente del Tribunal Superior de la blanca ciudad.
Pedro José presidió, muchos años, la Liga de Hacendados del  Sur con sede en Arequipa. El Rotary  Club de la blanca ciudad y la Sociedad de Beneficencia de esa misma capital. Fue el primer socio que tuvo el Club Internacional arequipeño, según el correspondiente carnet que obra en nuestro poder.  Se desempeñó además como Diputado Suplente en 1895 y Senador de la República entre 1924 y 1929.
Había una convicción y un objetivo de Noriega en pro del mejoramiento efectivo de las clases campesinas como sector pobre necesario de reivindicarlo, por medio de la cultura y la educación.
Por eso mismo, siendo Senador, creó la Granja Taller Escolar Salcedo que funcionó en la ciudad de Puno, capacitándose a los niños pedagógicamente en temas agropecuarios, con la ayuda de los sacerdotes Salesianos. Miles de muchachos, durante muchos años, pasaron por estas aulas logrando superarse.
EUROPA
Hay una estadía larga, durante varios años, de la familia Noriega en Europa. Ellos- Pedro José y María Luisa- vivieron en París donde el primero se desempeñó como Consejero Diplomático de la Legación del Perú en Francia.
Mucho antes a pedido de sus primas hermanas, las descendientes del político Costas, comenzó a administrar sus propiedades agrícolas que comprendían los extensos fundos ganaderos y laneros de gran producción a nivel latinoamericano por muchos años, como fueron  Machacmarca y Chañocagua. Este último predio agrícola situado en la provincia puneña de Lampa.
Según los cálculos existentes en la zona y en la Liga Agrícola de Arequipa  de aquella época, Noriega por lo menos triplicó la fortuna de la familia Costas. Respaldan, además esta afirmación, los documentos que guardamos y que comprenden los años de 1913 a 1936, incluido cuadros estadísticos.
Durante su eficiente gestión, el trabajo especializado de la lana por los métodos de selección y cruzamiento dio lugar a que la producción aumentase en un 25% en cantidad y calidad. La de raza Merino, aún más, subió del 45 a más del 82%.
AREQUIPA
María Luisa, vivió en el sur muchos años. Pero por decisión propia adquirió  cariño a una ciudad por entero: Arequipa, la que como limeña con vivencias europeas, llegó a vivir desde 1922 hasta 1953. Con los intervalos de ausencia señalados. Por recomendación de los médicos, tuvo que irse a residir a su ciudad natal. Ella no lo quería. La salud, por miedo a la altura, la obligó a hacerlo.
Mucho antes, su esposo decidió cambiar sus negocios trasladando sus oficinas y su residencia de Juliaca a la blanca ciudad. 
Para María Luisa, eso de la salud fue tan relativo, cosa exclusiva de los galenos, porque dentro de toda esta vida de sorpresas, uno de sus hijos resultó viviendo en Huánuco, ejerciendo la profesión de abogado. Allí se casó. Al matrimonio del vastago, a ella, le recomendaron, por la edad, no ir. Estaba de por medio la subida a Ticlio, a más de 4,500 metros sobre el nivel del mar. No lo hizo, aunque se iba el engreído de sus brazos.
Sin embargo, el viaje se efectuó después cuando decidió comprar una hacienda en la provincia huanuqueña de Ambo, llamada Yanahuayra, dedicada al cultivo de caña de azúcar y a la producción ganadera.  Cuando viajó, no le pasó nada. Por esa época no existía la comunicación aérea.
MUERTE
 Allí  en ese predio agrícola, de unas 200 hectáreas, se trajo ganado de la mejor raza procedente de Europa que por decisión de su hijo Rafo, cada ejemplar tenia nombre cristiano.  Ademas de técnicos contratados del viejo continente. Uno de ellos, Giovanni Bocacci, posteriormente, almacenó una fortuna considerable en dicha ciudad en otras actividades a la que se dedicó, tras quedarse en el país donde murió en 1978.
En efecto, el autor de esta nota recuerda -cuando era muy pequeño- haber vivido allí y llamado a los toros y las vacas Holstein y Brown Swiss con los denominaciones, en cada caso de sexo, "José Luis", "Alberto" "Angélica" "Pepita" y  "Cotrina".
Los últimos años de su vida, María Luisa los pasó en Lima, siempre añorando a Arequipa como si ella hubiese nacido allí. Era firme en sus principios y en sus creencias. Así se fue en cinco días de un súbito desperfecto estomacal. Una obstrucción intestinal, le causó la muerte, tras una operación quirúrgica. Tenía  81 años.
Pero siempre irradió cariño y hacemos un abanico de afecto con ella, como quería el poeta. Fue su partida definitiva de este mundo, el 12 de Octubre de 1961. Aquí en este corazón de nieto, la recordamos siempre. (Edgardo de Noriega) 

9 comentarios:

  1. Edgardo,

    Como nieto tambien de Maria Luisa te agradezco el articulo que me ha mostrado facetas que no conocia de la abuela.

    Eduardo Santistevan

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  2. Choclo te pasaste con este articulo. La prueba es que quisiste a Maria Luisa, la mujer que vivió desde 1880 hasta el 61 cuando estabamos en el San Pablo. Augusto.

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  3. Tratar estos temas es muy buenos porque nos hace recordar la Lima de antes y de siempre. Con una persona como Maria Luisa demostramos que valemos. Alfredo Muñoz

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  4. Lima con habitantes y carretas. Quien lo creyese. Mujeres como Maria Luisa. Excepcionales. Me ha gustado la crònica. Sigan con la misma honda. (Albertina Fernández)

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  5. Hay un hecho evidente. La personalidad periodistica de Violeta Correa es contundente con su columna de aquellos tiempos. Lo mismo que Maria Luisa, el personaje de esta crónica. Sewrpentinas, inteligencia y proyecciòn cuando las mujeres estabamos demás en aquella época Una precursora.

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  6. Señor director. Le escribo desde Ambo, Huánuco, soy hijo de Macario Rojas que fue contador de la hacienda Yanahuayra. Me acuerdo de ello porque mi padre tuvo de clientes ejemplares a los Noriega que fueron dueños de esa hacienda. El doctor Rafael, un señor de señores. Que tal fuerza para dirigir. La señora Maria Luisa, que vino de Arequipa, que dulce. Pero usted se ha olvidado de la señorita Lola que era devota del Señor de Ayancocha que estaba cerca de ese fundo y llegaba a mi casa siempre buena gente. Que gusto me ha dado leer a Maria Luisa. Abelardo Rojas.

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  7. Este articulo refleja la Lima antiigua y las constumbres de sus habitantes. Pensar que tenía 100 mil habitantes y potreros. Que bárbaro.. Bernardo Valdez.

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  8. HOla Edgardo:

    encontre esta pagina de suerte buscando informacion sobre la familia. El articulo de la tia Maria Luisa muy bueno, ya lo imprimi y se lo ensene a mama que lo leyo con gusto.No se si sabras, pero ella esta viviendo con nosotros aqui en Crica desde hace un tiempo.


    me entere muy tardiamente del fallecimiento de Jorge a quien apreciabamos mucho ,.Te agradecere si me puedes remitir algun correo de la familia de ellos para saludarlos.Le escribi a carlos en Londres , pero la direccion que yo tenia ya no era valida.


    Un abrazo cordial para ti y el resto de la familia espero que todos esten bien.

    espero tus noticias

    Lito

    walfageme@yahoo.com

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  9. Choclito es siempre agradable leer y volver a leer sobre nuestra familia.
    Gracias
    Mari de Noriega

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