martes, 28 de junio de 2016

GIL: AL LADO DEL SOL Y DE LA LUNA

Martin Gil era cordobés, pero durante más de 30 años nadie lo conoció en Córdoba, Argentina. Es el caso clavado del profeta en su tierra y muy pocos lo son. El no lo fue. Si el hombre que vulgarizó los fenómenos del cielo. Las complicadas teorías astronómicas y el primero que se codeó con los astros, se tuteó con los planetas y les puso sobrenombres. Como todo lo explicó a la criolla, la gente lo tomó un poco a la chacota, atribuyéndole sequias e inundaciones.
Hacerse el gil fue, en un tiempo, trabajar de vaticinador de fenómenos atmosféricos.  Sin embargo, cuando nadie lo tomaba en serio o lo ignoraba, en Europa y en América su nombre figuraba entre los maestros de la ciencia celeste. Era amigo de sabios. Le llovían distinciones y lo colocaban por encima de los genios.
Martín Gil se la pasó parte de su vida mirando el cielo, tocando la guitarra o criando vacas en su estancia de Bell Ville, donde tenía una cúpula con telescopio gigante. Nació el 23 de Octubre de 1868. Aprendió a leer en  Santa Fe e hizo sus estudios secundarios  en Buenos Aires.
Después empujado por su padre, Isaías Gil, que había sido Diputado, importante abogado y profesor connotado, empezó a estudiar Derecho. Pero se aburrió y se dedicó a mirar las estrellas. Astrónomo, meteorólogo y fino humorista, colaboró en varios periódicos y escribió libros. Su madre se llamó Secundina Martinez Carranza. Se casó con Ernestina Centeno, con la que tuvo  4 hijos.

Martín Gil
Gil amante de los fenómenos del cielo.

LIBROS
En  sus libros destacó como el cuentista popular de la vida del Sol y la Luna.  Además fue Senador, Diputado, Director General de Meteorología y Ministro de Obras Públicas. Como tal su primer decreto fue prohibir terminantemente la matanza de pájaros. A los 87 años, en una edad que se justifica que el hombre ande encorvado, Martín Gil se fue a las estrellas.
Actuó a principios del siglo XX.  Perteneciente a una familia con un buen pasar económico. Las obras de su creación  fueron: “Modos de Ver (1903), Agua Mansa (1905), Cosas de Arriba (1909) Prosa Rural (1912) Celestes y Cósmicas (1917), Mirar desde Arriba (1930), Un Anillo Desaparecido (1930), Milenios, Planetas y Petróleo (1935). Escribió un gran número de artículos publicados en diarios y revistas. Miembro de la Academia Argentina de Letras.
Como escritor se registró al apoyar  el costumbrismo con leve humor y aprovechando al máximo sus conocimientos astronómicos. A partir de 1907, comenzó a publicar regularmente sus artículos en el diario “La Nación” de Buenos Aires.
Por su excelente relación con la prensa,  le consultaban cuestiones atmosféricas s. Inclusive antes que al propio Observatorio Nacional Argentina (ONA) o la Oficina Meteorológica. Como ejemplo de esto pueden señalarse varios artículos publicados en los periódicos argentinos. 
OPINION
El más significativo de ellos apareció el 25 de Junio de 1923, en el diario “La Nación” titulado “Don Martín Gil nos habla del incendio observado en el cielo”, oportunidad en la que se le consulta la aparición de una nova, mostrando claramente que él era el referente y no los observatorios locales.
Para comprender su influencia en el público, resulta esclarecedor  lo que dice José Martinez Carrera, experto de la ONA, que indica lo siguiente: “Gil ha hecho simpática y atrayente a una ciencia que los sabios con su desmedida afición al símbolo  matemático han hecho intolerable aún para muchos que no permitirían ser colocados entre los del vulgo a secas (Diario Los Principios, 1/12/1928).
Algunos autores señalaron incorrectamente que cumplió tareas en la ONA. No existe ninguna referencia a Gil en los libros de sueldos, ni en los copiadores existentes de la institución. Nunca trabajó en el observatorio.
La confusión probablemente parte de su gran presencia en los medios de prensa de la época, los que con frecuencia mezclaban los dichos de Gil con la información de la ONA. Muestra de ello es la nota aparecida en “Los Principios” el 24 de Octubre de 1926, referida al 55 aniversario del Observatorio, en la que se incluye una fotografía de Martín entre los de los directores y empleados de la institución. El propio Gil toleraba esa errónea situación.

Observatorio casa Martín Gil
De aqui observaba.

OBSERVATORIO
Martín Gil  instaló en su vivienda un pequeño observatorio, con una cúpula giratoria que daba cobijo a un refractor con objetivo triplete de 180 milímetros de diámetro y 2.540 mm de distancia focal.
Contaba con montura ecuatorial y sistema de seguimiento-controlado por un regulador de  fuerza centrífuga-además de diversos accesorios: heliocospio de una prisma, espectroscopio estelar y varios filtros. Se trataba de un telescopio muy considerable para la época. Entre 1903 y 1904 se asoció a la Societe Astronomique de  Francia. Miembro de la Asociación Argentina de  Amigos de la Astronomía.
Los artículos puiblicados por Gil muestran que abordaba numerosas temáticas astronómicas-planetas, eclipses lunares, cometas, etc.  Varios de estos trabajos están contenidos en su libro “Celestes y Cósmicas” de 1917.
Sin embargo, su interés principalmente se centraba en  el sol y su influencia sobre la tierra, particularmente su vinculación con fenómenos meteorológicos y sísmicos. Famosa es su frase: “La tranquilidad de los pueblos depende más directamente de los ciclos del sol que de las cámaras y de los ejércitos”. 
PRONOSTICOS
Luego añadía: “Quizás podría asegurarse que la fecha de los grandes trastornos político-sociales registrados por la historia universal, coinciden con las épocas de sequías. Es decir, con un estado del sol, hoy por hoy, bastante bien calculado”.
Realizaba, con frecuencia, pronósticos meteorológicos. Llama la atención algunos de otra naturaleza bastante singulares y osados sobre los efectos del sol. “Hasta para las muchachas de cierta edad no muy florida, pero siempre en estado de merecer, inclusive las viudas jóvenes se aumentan las probabilidades del matrimonio, según los periodos del sol. Desde 1911 hasta más o menos 1915, ellas tendrán derecho de especular honestamente en una discreta transacción matrimonial. Después de esa fecha, la curva comenzará a bajar. (“Celestes y Cósmicas”. Págs. 7 y 8)
De la lectura de lo publicado puede deducirse que sus predicciones se fundaban en la observación de la actividad solar, presencia de manchas y féculas. “El sol es un cuerpo electrizado a un potencial gigantesco. La Tierra un cuerpo un cuerpo electro- magnético  como los demás planetas”, afirmó en una oportunidad.

Martín Gil observando por su telescopio
El personaje y su telescopio.

INTENCIONES
Sostuvo que una región activa siempre produce una perturbación en la tierra. “El hecho es que esas fuerzas eléctricas llegan del astro con más o menos intensidad, cargando las regiones superiores de nuestra atmósfera en un potencial elevadísimo. Por lo tanto esa carga variará, según varíe el potencial del cuerpo inductor”
Sus intenciones de crear por ley, en vista de que fue parlamentario, un instituto solar fracasaron por completo Nunca consiguió ello. El observatorio de Física Cósmica, que se creó en San Miguel en 1935, realizó a partir de este año sus actividades, sin que se sepa que Gil interviniese en el proyecto.
Tampoco pudo asumir el cargo de Director de Meteorología que se lo propusieron porque hubo una fuerte oposición a tal hecho, sobre todo de parte de un diario de Buenos Aires. Si lo designaron titular de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba y en 1930 ocupa la Dirección de Meteorología, durante dos años, tras la destitución del Presidente Hipólito Irigoyen.
Gil fallece en la ciudad de Buenos Aires el 9 de Diciembre de 1955 . Su telescopio fue donado por la familia al Observatorio de Física Cósmica de San Miguel, donde hasta hoy se encuentra. El famoso escritor Julio Cortázar, en su cuento “Los Limpiadores de Estrellas”, lo cita junto a los mismísimos Copérnico y Galileo. Hasta ahora, más allá de su obra literaria, se le recuerdo como un divulgador de la Astronomía. (EdeN)

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