domingo, 30 de abril de 2017

¡LOS AUDIOS QUE ACUSAN A HUMALA!

Y de pronto aparecieron, de un momento a otro, para acusar con infinidad de pruebas al ex Presidente Ollanta Humala Tasso. Los audios que estuvieron guardados en la Fiscalía durante seis largos años-no se sabe porque- son pruebas contundentes y evidentemente afectan al político tan zarandeado y atacado. Sus actos de vida del pasado lo podrían convertir en un detestable violador de derechos humanos. Incluso, según se dice y denuncia, en un supuesto asesino y un delincuente de la peor especie por lo ocurrido en Madre  Mía.
Lo que se muestra en esas grabaciones son conversaciones del propio ex mandatario, con sus allegados sobre la presunta compra de un testigo con la finalidad de absolver al líder nacionalista del proceso que se le seguía por una serie de delitos de lesa humanidad ocurridos mientras dirigía la base militar de dicho nombre, ubicada en la región San Martín.
Los hechos registrados explicarían  lo que muchos investigadores, defensores de la legalidad y enemigos de la corrupción denunciaron en su momento, hace ya un buen tiempo: el extraño cambio de sentido de los testimonios que inculpaban a Humala durante el proceso judicial con un objetivo persistente, beneficiarlo por completo y taparle sus supuestas fechorías.
De manera  poco sorpresiva, la revelación del contenido de estos elementos, que se convirtieron en espadas acusadoras, motivó una airada respuesta del ex jefe de estado. Sin embargo, en lugar de dar explicaciones verosímiles, el líder que fue seguidor del dictador venezolano Cháez y del deshonesto Lula del Brasil, ensayó una estrategia defensiva basada en distracciones o argumentos tangenciales. Lo que es peor, el político recurrió constantemente a evasivas.

Ollanta Humala
Humala declaró a la prensa y nadie le creyó

RECONOCIMIENTO
No pudo evadir su responsabilidad y tuvo que reconocer su voz. No le quedaba otra frente a las evidencias. Si dijo  que las grabaciones se habían efectuado de manera ilícita por orden de su antecesor, el ex  mandatario aprista Alan García Pérez.
“Ester señor ha estado de Presidente de la República y ha permitido por acción u omisión, que se haya realizado este acto escandaloso que afecta a la democracia”, dijo Humala. Luego añadió con referencia a Alan: “Si esta persona no se daba el trabajo de meterse a temas de “narcoindultos” con ese detalle, cómo no se va a dar cuenta de que estaban chuponeándome”.
Evidentemente que el alegato fue manchado por el propio Humala con la política cotidiana. Pero sus argumentos-eso es lo más importante- son completamente falsos. Tal como lo ha precisado el Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez Velarde, las interceptaciones telefónicas fueron licitas y dispuestas por un juez en el marco de una investigación que se hacía sobre el cabecilla senderista “Artemio” y sus nexos con la ex congresista nacionalista y dirigente cocalera, Nancy Obregón.
Pero lo peor del ex mandatario era que tergiversaba las cosas en su defensa y se victimizaba. En efecto, eso pasó cuando sostuvo y denunció que el Ministerio Público  estaría intentando forzar una conexión entre él y el tema del terrorismo. Lo que dijo exactamente fue: “Estarían tratando de encausarnos por el tema de terrorismo, cuando yo he sido el que capturó justamente a Artemio”.
CORTINAS DE HUMO
Lo cierto y preciso es que, en ningún momento, se le ha imputado al político algún tipo de responsabilidad o vinculación con elementos subversivos. Así se defiende Humala para distraer  lo que efectivamente pasa. En pocas palabras, hace cortinas de humo.
Cuando se le preguntó sobre el contenido de los audios y lo que estos podrían revelar en torno a su responsabilidad, tanto en el asunto de la presunta compra de testigos como en los crímenes de Madre Mía, Ollanta se limitó a señalar que dichas investigaciones ya habían concluido. “Pasaron hace 7 años. Ya fueron investigados, entraron a un proceso judicial y fue archivado. Hoy día tiene la categoría definitoria de cosa juzgada”

La investigación y el proceso quedaron truncos por las contradicciones de los testigos.
El Militar joven cuando estuvo en Madre Mía.

El hecho concreto es que, tratándose de potenciales crímenes de lesa humanidad y teniendo en cuenta los argumentos de diferentes juristas aunque el proceso que investigó dichos sucesos estuviera viciado por la compra de testigos, al  ex presidente no lo blinda jurídicamente frente a la posibilidad de una reapertura de la investigación que sí  es posible hacerla.
Parece ser que la señora Nadine Heredia de Humala delinquió y por eso la investigan. Allí están las agendas reveladoras. Ahora está acompañada, en la responsabilidad y supuesta corrupción, por su esposo "Cosito", el mismísimo irresponsable que le permitió ejercer el poder cuando estuvo al mando de la nación, desde Palacio de Gobierno.
 Mientras tanto, las interrogantes de las autoridades judiciales y de la propia  opinión pública  se convierten en vigentes y pendientes . Los Humala no pueden esconder sus cochinadas que  si se juzgan serían flagrantes delitos. He allí la disyuntiva. He allí la limpieza necesaria del país.
En este caso de Ollanta, la reapertura de la investigación es una necesidad vital. Que no se espere tanto y que se actúe de inmediato. Ya es tiempo. Lo que si hay que respetar, a como de lugar, el debido proceso que todo ciudadano posee. En este caso, tanto Ollanta como Nadine, Nada más, pero tampoco nada menos. 

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