jueves, 1 de agosto de 2019

CLARO.CLARISIMO

La decisión del Presidente Vizcarra de adelantar las elecciones para Julio del 2020 e irse a su casa conjuntamente con los congresistas, previa reforma constitucional y referéndum, es mala y peligrosa por decir lo menos.
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 Lo primero, evidentemente, porque dejará al país en la estacada de la indecisión total. Y lo segundo-qué duda cabe- porque contribuirá a crear una inestabilidad política sin precedentes que dará lugar a infinidad de problemas para todos los peruanos. Hay situaciones que deben solucionarse de inmediato a nivel gubernamental.
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Por ejemplo, estamos en la obligación de combatir la anemia infantil, la inseguridad ciudadana e impulsar el crecimiento de la economía para traer inversiones que multipliquen nuestros recursos y poder progresar. Lo que es básico y elemental. Todo esto no se conseguirá en vista de que no hay ni habrá una presidencia estable. El panorama se vislumbra como enteramente dubitativo.
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Existen dudas incluso con respecto al cumplimiento de los anuncios y propuestas que hizo el mandatario en su mensaje presidencial de Fiestas Patrias. Todo, por efecto de la crisis en sí, estará centrado en la turbulencia que implica los comicios y los otros eventos anunciados. Aquí se presentarán, definitivamente, postergaciones de todo tipo.
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 Para muchos, lo que ha motivado el mal actuar del mandatario es una lectura sui generis y especial del entrampamiento que se vive hoy en el que el ejercicio regular del poder se hace duro e inviable. Manteniéndose dentro de los cauces constitucionales, el Presidente ha aprovechado al máximo el desprestigio total del Congreso, frente a la ciudadanía.
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 A renglón seguido, zuacate mandó su decisión que agarró por sorpresa a todos que, parece ser, la guardaba casi en secreto. Esto no es serio ni tampoco aplaudible. Si es una equivocación con consecuencias impredecibles.
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Vizcarra dejó de dar pase al cierre del Congreso que muchos sectores lo pedían a gritos porque, de lo que se puede analizar, él dejó de tener a la mano justificaciones de peso para ello. Había, de a verdad, algunas muy blandas y poco efectivas. 
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En efecto, el cierra puertas del Parlamento no lo podía hacer basado en un supuesto rechazo de la segunda cuestión de confianza planteada, a raíz de la reforma política. Frente a ello existía otra incomodidad relacionada a la negativa del Congreso a adoptar los principios de cambio de la inmunidad parlamentaria, solicitada-en su momento- por el Ejecutivo. Tal rechazo dejaba en pésima posición política al mandatario. Si se quiere, completamente descolocado.
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De ahí que la iniciativa de adelantar las elecciones toma fuerza inusitada y por eso se dio, aprovechando el mensaje presidencial. La oposición, sobre todo el fujimorato, se durmió en sus laureles y hasta ahora no sabe qué hacer. Como capear el temporal. Mientras tanto Vizcarra, definitivamente, ha dado pasos que implican cierta legitimidad en sus actos.
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Pero lo que no se da cuenta el mandatario es que, conforme pase el tiempo, vendrán los problemas y, si se quiere, las turbulencias de carácter político mayores que las actuales. La primera de ellas tiene que ver con la propia decisión que tome el Congreso, frente al adelanto de las elecciones.
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Aquí, en primer lugar, se requiere celeridad en la próxima legislatura, para llevar adelante los comicios y cumplir con la Ley Orgánica de Elecciones, a fin de convocar a un referéndum con una anticipación no menor a 60 días. Mientras que las de las elecciones implican unos 250 días por lo menos.
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Todo esto supone que el Ejecutivo realice un cronograma ad hoc, a ser incluido en la reforma constitucional que se propondrá, como una especia de disposición transitoria. Pero el paso a darse implica ponerse de acuerdo con el Congreso. Lograr consensos y allí sí que no sabemos qué pasará. Los desacuerdos, precisamente, han dado lugar a la crisis política que arrastramos desde el 2016.
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Tampoco se sabe cuál será, exactamente, la reacción del Congreso frente al pedido del Ejecutivo. Varios parlamentarios-sobre todo del fujimorismo-ya han expresado su oposición total y han acusado a Vizcarra, indebidamente, de “dictador”. Por si acaso, no lo es. Ni sus actos son de fuerza bruta, como la de los tiranos. Si son equivocados y eso es, precisamente, lo que hay que combatir.
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En el embrollo presentado existe la posibilidad de una eventual renuncia del Presidente Vizcarra y de la Vicepresidenta Mercedes Araoz, en caso de que los congresistas rechacen el acortamiento del plazo de sus funciones. 
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Una situación tal daría lugar a que el Presidente del Congreso, Pedro Olaechea Alvarez Calderón, asuma la Presidencia de la República y convoque a nuevas elecciones. Lo que no se sabe con precisión, según la opinión de los expertos, si dichos comicios serían tanto presidenciales como congresales o sólo para elegir a un nuevo jefe del estado.
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La Vicepresidente Araoz, por su lado, está en desacuerdo con Vizcarra. Ella ha recordado que fueron elegidos para gobernar hasta el 2021 y así debe cumplirse, sin ningún recorte de por medio. La congresista ni siquiera sabía que el Presidente iba tomar tal decisión.
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No se le consultó absolutamente nada. La desavenencia entre ambos personajes se hizo notar en los actos oficiales de Fiestas Patrias, donde se saludaron muy fríamente y a duras penas. Ellos se hicieron los desentendidos. Cero de comunicación entre ambos
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La decisión de Vizcarra implica, a como dé lugar una desconfianza total de parte del empresariado y de la propia inversión privada. Muy difícil será que, en condiciones de inestabilidad, se arriesgue capital o se hagan transacciones de este tipo que el país requiere a gritos. Los indicadores económicos nos lo darán a conocer en el futuro. Más temprano que tarde. Y esto para mal y no para bien
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La pésima relación entre el Congreso y el Ejecutivo es un hecho innegable y la agenda política, de los últimos tres años, ha girado alrededor del conflicto. Hasta ahora no se sabe cómo se desbloqueará la situación tan espinosa. Veamos lo que pasa en los próximos meses.
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Cierto es que los legisladores de todos los lados políticos se aferran a sus curules y que la población no quiere saber nada de ellos. Los acusan de hechos vergonzosos como proteger, a como dé lugar a la corrupción. De todo hay en ese antro llamado Parlamento
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Cabe recordar además que el nivel de cada parlamentario es bajo y realmente mediocre. Salvo, eso sí, algunas excepciones tanto de la oposición como del oficialismo. El Perù requiere resolver esta encrucijada. 
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Como se extrañan las épocas de un Congreso dirigido y representado por figuras de gran nivel de la talla de Luis Alberto Sánchez, Armando Villanueva del Campo, Andrés Townsend Ezcurra, Héctor Cornejo Chávez, Mario Polar, Felipe Osterling Parodi, Roberto Ramírez del Villar, entre muchos otros.
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 Este sí que era un parlamento de lujo que, a su vez, mereció el aplauso general por su alta capacidad y gran proyección. Otras épocas que merecen recordarse. No por el lema de que el tiempo pasado era mejor, sino por la brillantez innata de sus componentes.
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Evidentemente que la actitud de Vizcarra, si queremos ser proporcionales y justos, tiene aspectos que llaman la atención. Uno de ellos es el gesto político de dejar el poder. De esta manera está dejando. en claro, que está dispuesto a irse. Una actitud que implica desprendimiento.
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Loa diversos sectores de la izquierda caviar apoyan la actitud de Vizcarra y en ese sentido los congresistas Marco Arana, Maritza Glave, Richard Arce, Indira Huilca entre otros, dirigen sus discursos y estrategias. Cuidado, cuidado que por aquí siempre nos encontraremos con las farsas y las traiciones.
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Mientras tanto, Fuerza Popular tiene que revisar a profundidad su posición de futuro. Muy probable es que, en un adelanto de elecciones, sacarán un numero bajo de congresistas. Ellos, actualmente, arrastran procesos judiciales y están golpeados por diferentes temas de corrupción.
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Clave es la actuación del Presidente del Congreso, Pedro Olaechea Alvarez Calderón, que ha sido elegido con los votos del fujimorismo y tiene una buena relación con ellos. Se trata de un conservador que es decente. Ya es mucho pedir estos atributos en estos tiempos dominados por todo lo contrario a ello.
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Por primera vez desde que asumió el cargo de Arzobispo de Lima, en reemplazo del Cardenal Juan Luis Cipriani, Monseñor Carlos Castillo Mattasoglio presidió la tradicional Misa y Te Deum de Fiestas Patrias en la Catedral capitalina y allí pronuncio un discurso de hondo contenido político y, sobre todo, progresista. No lo olvidemos y tengámoslo presente. “Vivimos tiempos de oscuridad, dijo ante las autoridades. 

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Cabe explicar que comenzó el santo oficio haciendo un llamado a todos los peruanos para que seamos capaces de “convertir nuestra libertad en más responsable, madura y socialmente eficaz”. Tras ello se pronunció sobre la situación política del país y la corrupción a la que definió “como uno de los problemas más graves que nos aquejan en los últimos tiempos”. En esto último tiene toda la razón
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Luego añadió: Hoy no podemos celebrar sin preguntarnos todos, hondamente, ¿qué pasa con la dirigencia nacional y con los grupos implicados? ¿Y qué nos pasa a los peruanos que los elegimos y nos dejamos guiar por ellos?
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Que se sepa es la primera vez que un sacerdote con alto rango que   habla, ante el público incluidas  las autoridades, de pensadores de la talla de Julio Cotler y Gonzalo Portocarrero. Estos son intelectuales ya muertos que, en sus mejores tiempos, tuvieron marcada inclinación marxista.
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 No sería mejor que Monseñor Castillo se dedique a los asuntos del clero y la feligresía que hay mucho por hacer en la Iglesia, que a los de la política tan lejana a sus actividades. Honestamente y con el mayor de los respetos, creemos que, si debe cumplir con exclusividad, sus funciones inherentes de Arzobispo. Nada más pero tampoco nada menos.
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 A propósito, cabe señalar que el distinguido sacerdote es uno de los más cotizados discípulos del  autor de la Teología de la Liberación, R. P. Gustavo Gutiérrez. No hay puntada sin hilo. Aunque mejor digamos el famoso lema popular, desde tiempos inmemoriales: zapatero a tus zapatos. (Noé)

2 comentarios:

  1. Gracias, Edgardo, por compatir MISCELANEA con tus sabias reflexiones y sentido crítico, sobre todo en los temas de nuestra actualidad política nacional, que ojalá pudieran leerlas y ponerlas en práctica nuestro Presidente Vizcarra y autoridades de los poderes políticos.
    Felicitaciones, mi amigo.
    Pablo Rubianes

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  2. Gracias Pablo por tus elogiosos comentarios.
    Cordiales saludos,
    Edgardo de Noriega

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