viernes, 6 de julio de 2012

JOSE PARDO,OTRO EJEMPLO IMPECABLE


A Jaime Pardo Escandón, uno de los nietos del Presidente y mi compañero de carpeta en el colegio, como añoranza a tiempos inolvidables de  adolescencia y juventud.
La historia del Perú registró impecable a otro Pardo en el poder en dos periodos: de 1904 a 1908 y de 1915 a 1919. Como, evidentemente, un ejemplo definitivo para las generaciones de peruanos, sobre todo por su decidida  actuación en el manejo público que lo coinvirtió en adalid de gobiernos eficientes. Caballero, por sus cuatro costados. Político triunfador por los mismos. Lleno de virtudes y honestidad. Como pocos, merecedor innegable del aplauso ciudadano. Una estirpe genuina de estadista y para muchos, si se analiza exclusivamente el progreso educativo de vital y trascendental importancia para cualquier pueblo, el mejor Presidente Constitucional de la República que hemos tenido. Vale, vale enteramente.
 A los 40 años, joven y entusiasta, Jose Pardo y Barreda,  ocupó la primera magistratura por primera vez. Pertenecía a una familia precara unida íntimamente a  nuestro glorioso pasado.
 Hijo de Manuel Pardo y Lavalle, el primer mandatario civil del país que tras gobernar y desempeñarse como senador acabó su vida injustamente asesinado. Nieto de otro político y literato de polendas de ancestros coloniales, Felipe Pardo y Aliaga.



José Pardo y Barreda

ABOGADO Y DIPLOMATICO
Contrajo matrimonio con su prima hermana, Carmen Heeren Barreda. Fue padre de una generación de empresarios que contribuyeron al desarrollo nacional. Uno de sus hijos, Juan Pardo Heeren, también sirvió al Estado como  Ministro de Hacienda (hoy Economía)  del segundo gobierno de Manuel  Prado Ugarteche, que se desarrolló conservadoramente entre 1956 y 1962.
José Pardo logró, con la participación de su familia compuesta por sus hermanos y tíos, rehacer la fortuna maltrecha en los días que fue asesinado su padre, en forma enteramente admirable con el trabajo  decidido, permanente e intenso dentro de cánones absolutos de honradez y transparencia. Propios de un  grupo familiar que se caracteriza por la decencia
Había nacido en Lima el 24 de Febrero de 1864 y siguió sus estudios en el Instituto de Lima y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Bachiller  y Licenciado en Letras.  Doctor en Ciencias Políticas y Administrativas. Abogado. Políticamente, un miembro activo del Partido Civil y uno de sus principales lideres.
 NEGOCIOS
 Actuó como Secretario de la Legación del Perú en Madrid y como Encargado de Negocios en la capital de España. Le correspondió redactar el primer Alegato del Perú en tres volúmenes, un importante estudio jurídico que fue desde entonces  fundamental documento sustentatorio de la posición peruana en el espinoso asunto de límites con el Ecuador, el mismo que tardaría más de un siglo en resolverse.
Laboró con tesón en la hacienda Tumán, ubicada en el departamento de Lambayeque, con el cultivo persistente de la caña de azúcar entre otros productos y en la Compañía Nacional de Tejidos La Victoria. De retorno al Perú, en 1890, abandonó la carrera diplomática.
 En Lima incursionó en el negocio de la construcción al promover la urbanización del distrito de La Victoria y fundó en Vitarte una fábrica de tejidos, establecimiento industrial que dio trabajo a gran número de obreros. Los mismos que en el siglo siguiente protagonizaron innumerables luchas sociales.
Ejerció con brillos el magisterio de la enseñanza como Catedrático de Derecho Diplomático e Historia en  San Marcos. En 1903, en tiempos de Candamo, fue  Premier y Canciller de la República. Antes, miembro y dirigente activo de la Sociedad Geográfica de Lima.
VIRTUDES
No obstante su decencia, fue llamado injustamente por sus enemigos “Presidente dinástico”, “delfín”, “hijo de una sociedad con espíritu monárquico”. También se le dijo que era soberbio, avasallador, absoluto por temperamento, antidemocrático, imperativo y despótico
Lo mismo que intransigente, vengativo y altanero por sus antecedentes y por sus consecuentes. La venganza y mala fama provenía sobre todo de los demócratas de Piérola y del radicalismo. No le perdonaban nada sus adversarios.
Sin embargo, la verdad comprobada históricamente, incluso por Jorge Basadre en su “Historia de la República del Perú”, es que Pardo no era así. Si bien había una leyenda negra completa en contra de él, la realidad contundente es que era un señor por sus cuatro costados, dotado de diferentes  virtudes propias de los grandes hombres. Como la discreción y la actividad permanente para el trabajo con un ánimo impresionante. 
PROGRESISTA
Contaba también, por cierto, con el atractivo fascinante de sugestión y de dominio que surgía de sus mismas maneras espontáneas distinguidas. Buen mozo, con el cabello negro,  bigotes poblados y  apariencia o aire sano, con una elegancia alejada del mal gusto o la estridencia.
Logró sacar el mejor  partido de las favorables condiciones conquistadas primero por su grupo político, el Partido Civil. Luego por  sus amigos y por el mismo cuando reunió el entusiasmo y el apoyo de los más altos sectores de la clase terrateniente y de los grupos profesionales que comenzaban a transformarse en la burguesía mercantil.
Para Basadre, el ex Presidente y líder demócrata Nicolás de Piérola, al lado suyo aunque lleno de historia y altivez cívica, parecía viejo y pobre. Pese a la saña de sus enemigos, en Pardo había cualidades de caballerosa corrección, acendrada honestidad y dinamismo que puso a prueba al gobernar. Sin concesiones a sus adversarios, aunque con respeto a la libertad de  prensa. Incluso cuando se registraron excesos en este campo de la opinión, por parte de los medios de comunicación
Para ser más precisos,  se reveló como un presidente progresista dentro de su conservadurismo al extremo de acelerar el ritmo de resurgimiento del país en comparación de sus predecesores inmediatos: los mandatarios Candamo, López de Romaña y el propio Piérola
Enemigo de la violencia, ajeno a los desbordes del caudillaje y a las indignidades de la adulación. Muy democrático en ese sentido. Gobernante caballeroso que si tuvo aspectos discutibles o fallas muy humanas, en ningún momento de ellos existieron vicios o pecados mortales que diesen motivo para una tacha o recusación insalvables. Esta es, otra vez, la opinión certera de Basadre.



Presidente en  dos periodos.

PRIMER GABINETE
Pardo luego de ser elegido se hizo cargo del gobierno el 24 de setiembre del 2004, con un gabinete ministerial presidido por Augusto B. Leguía, en el despacho de Hacienda. Javier Prado en Relaciones Exteriores, Eulogio Romero, Gobierno, Jorge Polar, Justicia, José Balta, Fomento, y Pedro E. Muñiz, Guerra.
Un gabinete notable con un futuro Presidente: Leguía. Dos próximos candidatos presidenciales, Prado y Muñiz que compitieron en 1915 y dos hijos de presidentes, precisamente el que gobernó antes del padre de Pardo y el sucesor de éste: Balta y Prado, respectivamente. 
COMO ERA LIMA
En la época del primer gobierno de Pardo, Lima tenia 140 mil 884 habitantes, según el censo de aquella época. Una novedad era  el servicio de transporte eléctrico entre el centro capitalino y el Callao. La avenida de La Colmena, entonces calificada de monumental, estaba abierta y no llegaba ni a  las 6 cuadras. Abarcaba apenas una tercera parte de la longitud proyectada.
La nueva pavimentación efectuada en cincuenta calles con asfalto comprimido en forma de adoquines era considerada como claro índice de progreso. En las plazas de Armas y  Bolívar, la del Congreso, se hicieron una serie de arreglos para eliminar las toscas y masivas rejas en los contornos de las zonas dedicadas a las flores. Otra  nueva obra era el ensanche del Puente de Piedra.
Las perspectivas abiertas a la capital por el Paseo Colón y  lo que se conocía como la avenida hacia la Magdalena (hoy Avda. Brasil) era novedosa y considerada de una belleza impresionante. La Plaza Bolognesi enorgullecía a los limeños. El  monumento a Bolognesi se había inaugurado, años atrás. La avenida Alfonso Ugarte en vías de urbanizarse.
 Allí estaba la cárcel y el Colegio Guadalupe con local inconcluso. La avenida Grau ya pavimentada. Con el Hospital Italiano, la Facultad de Medicina y la Escuela de Artes y  Oficios. El barrio de la Victoria muy popular. Surgía Cocharcas, como centro de  viviendas para los trabajadores y artesanos.
LEGUIA
Pardo representó una nueva generación de civilistas con anhelos renovadores para el desarrollo del Perú. Sin embargo, para muchos estudiosos, su segundo gobierno se caracterizó por la violencia política y social, síntoma del agotamiento del civilismo como opción política. Terminó siendo derrocado por Augusto B. Leguía. El amigo del pasado se convirtió en el implacable enemigo. Así los registra la Historia.
Bajo el mandato de Manuel Candamo, el segundo gobierno civilista después de Manuel Pardo, don José fue nombrado Canciller, cargo que desempeñó del 8 de septiembre de 1903 al 14 de mayo de 1904
Mientras que Leguía, otro joven civilista, ejercía el Ministerio de Hacienda. Pero Candamo no terminó su mandato presidencial de cuatro años pues falleció a los ocho meses de asumir el mando, el 7 de mayo de 1904. 
EN FRANCIA
Tras ser derrocado por Leguía, lo desterraron a Nueva York. Residió en Europa, en Biarritz, Francia, hasta que en 1944 retornó al Perú alentado por una opinión pública favorable. Tres años después murió en Lima. Se fue, definitivamente, una figura preclara del país.
Después de la muerte de Candamo, el segundo vicepresidente Serapio Calderón asumió la Presidencia, en vista de que el primer vicepresidente, Lino Alarco también falleció. Al primero le correspondió convocar a nuevas elecciones presidenciales. En ellas se presentaron dos alternativas.
Una  representando al Partido Civil, aliado con el  Constitucional, cuyo candidato era José Pardo y Barreda, perteneciente al sector juvenil y reformista del civilismo, que desbancó de la candidatura al viejo presidente de la primera agrupación política, Isaac Alzamora.
Por su parte y como segunda alternativa, El Partido Demócrata, en alianza con los Liberales de Augusto Durand, lanzó la candidatura del viejo caudillo y conspirador, Nicolás de Piérola.
IMPULSO A LA EDUCACION
Piérola, luego de dar una serie de vibrantes discursos, se retiró poco antes de producirse las elecciones, aduciendo falta de garantías Lo que originó que José Pardo saliera elegido presidente
Su primer gobierno se caracterizó por dar un gran impulso a la educación. La instrucción primaria en el Perú, estaba en manos de los municipios. Esta situación fue cambiada radicalmente.
La educación primaria paso a depender del gobierno central. Lo que es más importante es que se dispuso también que  fuera obligatoria y gratuita y que en haciendas, aldeas y minas hubiese siquiera una escuela elemental mixta al igual que en todo centro poblado, con más de doscientos habitantes.
También se construyeron numerosos locales escolares modelos en Lima y el resto del país, equipados con material de enseñanza adquirido en Europa. Al asumir Pardo el gobierno habían menos de 1.500 escuelas con alrededor de 100 mil alumnos. Luego de, dejar el poder, existía cerca de 2 mil 700 centros de enseñanza a los que acudían 170 mil estudiantes.
El estímulo a la carrera magisterial fue una contundente realidad, fundándose la Escuela Normal de Varones para la formación de maestros de primaria, que después se denominó Instituto Pedagógico Nacional, base de la posterior Escuela Normal Superior. Hoy Universidad  de La Cantuta.
 El gobierno civilista reorganizó la Escuela Normal de Mujeres e  inauguró la Escuela de Arte y Oficios de Lima, cuya dirección asumió Pedro Paulet. Este centro de enseñanza se denominó después Politécnico Nacional José Pardo.
APOYO A LA MUJER
Estableció escuelas nocturnas para obreros en las más importantes capitales de departamentos. Así como escuelas comerciales e industriales, estas últimas de preferencia en la región amazónica.
Fue fundado el Instituto Histórico del Perú, llamado después Academia Nacional de Historia, destinado a fomentar las investigaciones de este tipo. Lo mismo ocurrió con la Escuela de Bellas Artes.
Dentro del campo de la cultura, la oportunidad para los estudiantes se abrió en la  Academia Nacional de Música. Lo mismo que el Museo Nacional de Historia, con sus secciones incaica, colonial y republicana, bajo la dirección del eminente intelectual alemán Max Uhle.
En las universidades como San Marcos de Lima y San Antonio de Abad del Cuzco se dio paso al estudio de la Antropología. De la misma manera, en actitud digna y de avanzada, se permitió el ingreso en sus aulas a estudiantes mujeres
Pardo se preocupó por la defensa nacional, continuando la obra iniciada por Piérola. Algo que era de urgente necesidad frente a la gravedad de los conflictos limítrofes con las naciones vecinas.
CRUCEROS[]
El contrato con la Misión Militar Francesa se prolongó, capacitando y reformando el Ejército. Se fundó la Escuela Superior de Guerra, donde se formaron  oficiales de Estado Mayor.
Asimismo se  estableció, en el Ejército, los servicios de topografía, de ingenieros y de remonta. Esto último es la compra, cría y cuidado de los caballos.
No solo eso, sino que se crearon los cuerpos especializados y diferenciados de Artillería de Costa y Artillería de Campaña. El territorio del país se dividió en cuatro zonas militares: Norte, Centro, Sur y Oriente, adquiriéndose materiales bélicos y ejecutándose  un plan de fortificación de Lima y Callao.
La Marina de Guerra fue repotenciada. En 1905, se compró el barco de transporte Iquitos. Teniendo como base una erogación popular, de un millón de soles y un empréstito No se vaciló en mandar construir, en los arsenales ingleses, los cruceros ligeros Almirante Grau y Coronel Bolognesi.
Cada uno de los cuales desplazaba más de 3.200 toneladas. La llegada al Callao de estos buques produjo un estallido de júbilo patriótico en todo el país. Dichos navíos fueron los mejores exponentes del poderío bélico de  la Marina. 
LIMITES Y CONFLICTOS
Hasta que en los años cincuenta del siglo pasado fueron sustituidos por otros que conservaron sus nombres. Se reforzó también la flotilla amazónica con cuatro lanchas patrulleras.
En 1904 y ante la creciente agitación obrera, el gobierno encargó al ilustre jurista José Matías Manzanilla la elaboración de un proyecto de Legislación del Trabajo a la que generalmente se ha denominado “Legislación Social”.
En su mensaje al Congreso en 1905, Pardo hizo conocer estos proyectos. Pero, luego de unos debates, su aprobación fue aplazada y sólo en 1911 se aprobó uno de ellos, referente a las indemnizaciones por accidentes de trabajo.
En lo que respecta a la política exterior, los puntos más críticos fueron las cuestiones limítrofes con los países vecinos. El conflicto con  Brasil, derivado del control de las cabeceras de los ríos amazónicos, terminó en un choque armado en la zona del río Amuenya el 4 de diciembre de 1904. Lo que obligó a prorrogar la solución provisional que estableció  un gobierno mixto en los ríos en disputa.[]
En cambio, los conflictos de límites territoriales con Colombia, Ecuador y Bolivia no pudieron solucionarse de momento. El pleito con Ecuador se hallaba entonces en espera del arbitraje del rey de España.
LA CHILENIZACION
Sin embargo, en forma inaudita y abusiva, continuó la penetración ecuatoriana en territorio peruano por la zona del río Napo. Lo que produjo un incidente armado en el puesto de Torres Causana, el 28 de julio de 1904. Con Colombia ocurrieron una serie de incidentes armados en 1908, en la zona del río Putumayo.
Con Chile, la situación fue igualmente tensa. Este país retenía ilegalmente las provincias peruanas de Tacna y Arica, pues según el Tratado de Ancón, que puso fin a la Guerra del Pacífico en 1883, debió convocarse  un plebiscito para que sus habitantes decidieran retornar al seno del Perú o permanecer en Chile.
Sin embargo, el gobierno chileno, no sólo prorrogó indefinidamente la realización de tal plebiscito sino que acentuó su desalmada política de chilenización contra los peruanos de Tacna y Arica, así como con los que residían en Tarapacá.
Lo que provocó la protesta del gobierno peruano. Fue en estas circunstancias que sucedió el llamado “Incidente de la Corona”, ya bajo el siguiente gobierno de Leguía, que motivó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países. 
ESCULTURAS
En tiempos de Pardo, se trató de llevar adelante la construcción de los ferrocarriles, dándose preferencia a la prolongación de la línea de Sicuani a Cusco y de La Oroya a Huancayo
 Pero el proyecto de construir un ferrocarril hacia la región amazónica del Ucayali, no fue aprobado por el Congreso.[] En cambio se construyeron otras vías de tramo corto, de modo que hacia 1908, el total de vías férreas del país ascendía a 2.153 kilómetros.
El 5 de Noviembre  de 1905, se inauguró el monumento en homenaje a Francisco Bolognesi en la plaza del mismo nombre, ceremonia a la que asistió el coronel argentino, Roque Sáenz Peña, que admirablemente luchó por el Perú en la defensa de Arica y que, posteriormente, llegó a ser presidente de su país.
La escultura, obra del artista catalán Agustín Querol, fue reemplazada por otra en los años 50, durante el gobierno de Odria. A la primera la llamaron el Bolognesi doliente por estar el héroe agachado y en expresión, para muchos, de derrota.
 Mientras en la otra que hasta ahora persiste, el militar permanece erguido flameando la bandera en alto. La anterior esta ubicada, actualmente, en el Museo del Real Felipe ubicado en el Callao.
ENTREGA EL PODER[]
Como homenaje a los héroes caídos en la guerra con Chile, el Gobierno construyó la Cripta de los Héroes en el Cementerio General de Lima y[ creó la Compañía Peruana de Vapores. Una realidad fue el dique flotante en el puerto del Callao y el impulso de la Marina Mercante. La Junta de Vías Fluviales apareció realizando exploraciones en la selva.
El sistema de aduanas mejoró con creces, produciendo mayores ingresos al país provenientes de la exportación del guano y el algodón. Fue creado el departamento de San Martin que hasta entonces formaba parte  de Loreto.
El régimen pardista auspició la exploración de los ríos amazónicos, destacándose los viajes del coronel Pedro Portillo y los de  Manuel Mesones Muro. Este último talentoso explorador  halló el paso más corto entre la selva y la costa, por Lambayeque y Cajamarca. (Ver otra nota)
Cumplido su mandato y tras la elección de Augusto B. Leguía como su sucesor, Pardo entregó al primero el poder, el  24 de setiembre de 1908 y emprendió un viaje a Europa que dio lugar a  su alejamiento del país por seis años. 
CRIMENES
De vuelta al Perú, Pardo fue elegido Rector de la Universidad de San Marcos, cargo que asumió el 30 de noviembre de 1914. Pero que ejerció sólo durante un año, pues en 1915 fue designado como candidato a la Presidencia de la República por una convención de los partidos Civilista, Liberal y Constitucional.
La convocatoria fue hecha por el general Oscar R. Benavides, entonces gobernante de facto.[] Frente a la muy popular candidatura de Pardo se alzó la de Carlos de Piérola, hijo de don Nicolás, por el Partido Demócrata. Realizadas las elecciones, Pardo obtuvo 131.289 votos frente a los 13.151 de su opositor.
El 18 de agosto de 1915, José Pardo asumió por segunda vez la presidencia de la República. La normalidad constitucional regresaba al país luego de un breve paréntesis de un gobierno militar duro.
Pardo se mostró respetuoso de las leyes y libertades públicas. Decretó una amnistía política y trató de hacer un gobierno de concordia y unión nacional. Pero no pudo contrarrestar la exacerbada oposición que le hicieron desde el Congreso y la prensa.
La más violenta oposición vino desde el diario "El Tiempo", fundado en 1916. Allí colaboraron jóvenes y combativos periodistas como José Carlos Mariátegui y César Falcón, quienes se solidarizaron con los reclamos populares.
Dos crímenes consternaron a la población y exacerbaron más los ánimos contra el Gobierno. Fue asesinado, por su misma tropa, el Comandante Juan Gerardo Ferreccio, en Huaraz, adonde había sido enviado a reprimir una rebelión.
GRAU
 Lo mismo pasó con Rafael Grau, hijo del héroe de Angamos en Palcaro cerca de Abancay, en medio de una reyerta entre bandos políticos locales.  Grau era opositor del gobierno, por lo que se acusó directamente a Pardo de ser instigador del crimen, acusación que nunca fue probada.
En el plano económico reinaba la carestía de artículos de primera necesidad y era constante la subida de los precios. Estallaron numerosas huelgas y paros, el más notable de los cuales sería el de enero de 1919, por la jornada de las 8 horas de trabajo.
A Pardo le tocó afrontar las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. En el marco de esta conflagración, un momento particularmente difícil fue el hundimiento en aguas españolas de la embarcación peruana «Lorthon» por submarinos alemanes.
Reclamamos al gobierno de Berlín y, al no obtener explicaciones satisfactorias, rompimos relaciones con el Imperio Alemán. El Perú se alió a Estados Unidos, aunque evitó declarar la guerra a Alemania.
LAS OCHO HORAS 
Hubo una fugaz sensación de bienestar económico por la coyuntura mundial: se incrementaron las exportaciones de azúcar, algodón, lana, petróleo y cobre. Por ello, los cultivos agroindustriales de la costa se intensificaron.
Lo que benefició a un reducido grupo de hacendados. Pero, de otro lado, el cultivo de productos alimenticios disminuyó considerablemente. Ello dio lugar a la escasez y el aumento de precios en desmedro de los sectores populares.  Lo que naturalmente originó una gran agitación social, representada en huelgas y paros laborales.
La guerra mundial agravó pues, la condición económica de los trabajadores y preparó el campo para el desenvolvimiento de la acción sindical. Las sucesivas huelgas que se produjeron, durante el gobierno de Pardo, tuvieron como exigencia el abaratamiento de las subsistencias y la implantación de la jornada de las 8 horas de trabajo, entre otras reivindicaciones laborales.
Un paro general se produjo en Lima y Callao los días 13, 14 y 15 de enero de 1919, en pro de dicha jornada. El ministro de Fomento, Manuel Vinelli, abogó ante el presidente Pardo por la dación del decreto que implantase  esta conquista.
Este era el único requisito que exigían los obreros para levantar la huelga. El decreto se dio el 15 de enero de 1919, otorgándose tal beneficio a los trabajadores de los talleres y dependencias del Estado.
OTRO PARO
En los de carácter particular, los patrones y dependientes deberían ponerse de acuerdo sobre el horario de trabajo. Pero en caso de no llegarse a un acuerdo regiría la jornada de 8 horas. Este decreto fue considerado como un gran triunfo por los trabajadores.[]
Como actores principales del paro general, de enero de 1919, estuvieron los sindicalistas Nicolás Gutarra, Julio Portocarrero y Julio Tataje entre muchos otros decididos luchadores que se dieron por entero a la causa popular.
 Cabe precisar que la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) apoyó también a los obreros y uno de sus delegados fue el joven universitario trujillano, que a partir de entonces, tuvo gran figuración en la vida política del país: Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de vigencia hasta la actualidad.
El 27 de mayo de 1919, se inició otro gran paro de obreros y empleados, esta vez en pro del abaratamiento de las subsistencias. Duró hasta el 2 de junio en Lima y hasta el 5 en el Callao. Fue reprimido duramente por las fuerzas del orden. Hubo varios muertos y heridos, y muchos fueron conducidos al Frontón, acusados de participar en los saqueos e incendios.
LA BREA Y PARIÑAS
Las relaciones diplomáticas con Chile continuaban interrumpidas a raíz del conflicto generado por el destino definitivo de las provincias peruanas de Tacna y Arica, que se hallaban en poder de Chile desde la guerra de 1879 a1883.
Esta situación se agravó con el ataque de la residencia del cónsul peruano en Iquique, a manos de turbas de chilenos. La cancillería peruana protestó enérgicamente y retiró a todos sus cónsules de territorio chileno. El rompimiento de relaciones con Chile llegó pues a ser total a partir del 25 de noviembre de 1918, con grave daño para los intereses económicos de ambas naciones.
La espinosa Cuestión del Pacífico solo sería liquidada en las postrimerías del Oncenio de Leguía (1927), bajo la fórmula que impuso Chile: retener Arica y limitarse a devolver Tacna.
El gobierno de Pardo también mostró atención por resolver el espinoso problema de La Brea y Pariñas. En 1916 la London Pacific Petroleum Company vendió los derechos de arrendamiento de dicho yacimiento petrolífero a la International Petroleum Company (IPC), dependiente de la Standard Oil de New Jersey (Estados Unidos).
 La Cámara de Diputados aprobó una ley que autorizaba al Estado a someter el asunto al fuero arbitral del Tribunal Internacional de La Haya, el 26 de diciembre de 1918. La controversia, sin embargo, prosiguió años de años hasta que el 9 de octubre de 1968, declarado Día de la Dignidad Nacional, el gobierno militar y dictatorial de Velasco expropió esos yacimientos.
LIBERTAD DE CULTOS
Además del famoso decreto del establecimiento de la jornada de las 8 horas de trabajo, Pardo dio otras leyes de carácter social, derivadas de los proyectos de Manzanilla que había presentado en su primer gobierno. Una reglamentaba el trabajo de las mujeres y los menores de edad. La otra estableció el descanso obligatorio dominical extensivo a las fiestas cívicas y al primer día de las elecciones políticas.[]
Contribuyó a aliviar la crisis económica con la reorganización de la Hacienda pública en 1916 y 1917, la supresión de los billetes fiscales que aún circulaban, el pago de la deuda interna y la revalorización de la libra peruana.
La libertad de cultos comenzó a regir con la enmienda constitucional respectiva. En ese sentido, se siguió reconociendo a la religión católica como la  del Estado.  Pero se borró la parte del artículo 4º de la Constitución vigente, la de 1860, donde decía que “no se permite el ejercicio público de alguna otra”. Es decir, a partir de entonces, se permitió el ejercicio de otras religiones, fuera de la Católica. 
GOLPE[]
En el campo cultural se encomendó a la Sociedad Geográfica la formación de un atlas geográfico. La Escuela Nacional de Bellas Artes comenzó a funcionar. También el Archivo Nacional. Quedó establecida la colonia penal de la isla de El Frontón, ubicada al frente del Callao, con capacidad para doscientos presos.
El país ingresó, aceleradamente, a la modernización.  Apareció masivamente el automóvil y se construyeron las primeras carreteras. Entre agosto y septiembre de 1915, un avión surcó el cielo de Arequipa y en seguida el de Lima.[] Crecieron la capital y sus balnearios.
En cuanto a la defensa, se dio un paso muy importante al fundarse la Escuela Militar de Aviación, inaugurada a fines de 1919. Los pilotos peruanos fueron capacitados en la Escuela argentina de El Palomar y se construyeron cuarteles en diversos lugares del país.[]
Próximo a finalizar su mandato, Pardo muy democráticamente convocó a elecciones. Por el gobiernista Partido Civil  se presentó como candidato presidencial, Antero Aspíllaga, rico hacendado del norte del país.
Como representante de la oposición estuvo Augusto B. Leguía  Salcedo, enemigo personal de Pardo y  apoyado por un grupo político al que dio su nombre. Los comicios dieron por ganador a Leguía.
 Ante el peligro de que fueran anuladas las elecciones y que éstas se trasladaran al Congreso, donde los civilistas tenían mayoría, Leguía y sus partidarios dieron un golpe de estado, contando con el apoyo de la guarnición militar de Lima. Era el 4 de julio de 1919.
Pardo fue desterrado a Nueva York. Residió en Europa hasta que en 1944 retornó al Perú. Tres años después murió en Lima. Evidentemente desaparecía una figura prominente.  Pero quedaba para siempre lo que hizo por el Perú. Eso, efectivamente, es una contundente, trascendental realidad. (Choclo)

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