La ley que acordaba el voto
femenino constituyó una verdadera revolución en las prácticas cívicas
argentinas. Muchos años habían luchado las féminas para obtener sus derechos,
por equipararse al hombre en sus contiendas políticas, por tener el derecho de
elegir y ser elegida.
Lucha estéril durante largo
tiempo, logró su objetivo en 1947. El 9 de Septiembre del citado año se
promulga la ley y de inmediato comenzaron las engorrosas tareas del
empadronamiento, -cuando las padrones estuvieron terminados, el país tuvo su
primera sorpresa derivada del nuevo dispositivo: había bastantes mujeres, más
que hombres.
En la capital, el padrón femenino
superaba en 62,246 votantes al masculino. Eran mayoría, pero ¿Cómo iban a
votar? Y llegó el momento de la prueba.
Fue el 11 de Noviembre de 1951. A la mujer le tocó sufragar por primera vez en
la elección presidencial.
Pero se elegían también
representantes a ambas cámaras legislativas y en la lista había buena cantidad
de nombres femeninos, pues contrariamente a lo que había ocurrido hasta
entonces en jornadas electorales, las calles de Buenos Aires y de todo el país,
se llenaron de mujeres.
Esta vez si podía decirse que la
elección tenía verdadero color. La policromía del atuendo femenino se imponía
en las aceras de las calles donde funcionaban los comicios. Las filas de espera
fueron más grandes que nunca y más bullangueras.
Manifestación femenina en Buenos Aires
Manifestación femenina en Buenos Aires
RASGOS
No eran esas colas masculinas a
las que estábamos acostumbrados con hombres huraños, mudos. En las filas
femeninas que formaban mujeres de todas las edades se hablaba de todo: de
política y del acto electoral que se estaba cumpliendo. Estaban allí todas las
clases sociales y representadas todas las profesiones. Junto a la modesta
obrera, la rentista, la millonaria o la religiosa. Porque también las monjas
votaron ese día.
Los rasgos dominantes de la
elección del día 11 de Noviembre de 1951 estuvieron, pues, a cargo de la mujer
argentina que, utilizando por primera vez, su libreta cívica, lo hizo con la
naturalidad propia de quien cumple una misión habitual.
No podía ser de otra manera, por
cuanto si en el diario trajinar y en las obligaciones cotidianas las mujeres
marchaban codo a codo con los hombres, justo era que tuvieran idéntica
influencia cuando se trataba de elegir a los gobernantes.
La mujer demostró que estaba
preparada para ejercer sus derechos cívicos y lo demostró el orden de las mesas
reservadas a las mujeres que fue perfecto, así como las dificultades mínimas.
Como si la mujer hubiera votado siempre, demostró hasta donde había sido
injusta su omisión cuando se trataba de la elección de poderes públicos.
Todas las ciudadanas cumplieron
admirablemente su deber, tanto las votantes como las que debieron ejercer
funciones de presidente de mesa o de fiscal.
Las argentinas ejercen sus derechos por primera vez.
Las argentinas ejercen sus derechos por primera vez.
TRIUNFO
La jornada fue el triunfo
definitivo de la mujer equiparada ya al hombre tanto en sus obligaciones como
en sus derechos. Por primera vez iban al Congreso Nacional representantes
femeninos. En ambas cámaras y de todas
partes del país, porque también las provincias y aún los territorios, al elegir
delegados, nos enviaron legisladora que pusieron una nota nueva en las sesiones
de ambas ramas legislativas.
Como consecuencia de la primera
elección en que participó la mujer, 29 representantes del sexo femenino
ocuparon bancas en el Congreso. Seis en la Cámara de Senadores y 23 en la de
Diputados. La mujer había logrado uno de los derechos a que en justicia se
hiciera acreedora.
Ahora Macri esta destruyendo el país...
ResponderEliminarY ahora Macri esta destruyendo el país....
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