Lo consideraron uno de los militares más
completos entre los próceres de la independencia sudamericana. Pero
también destacó notablemente como político, estadista y diplomático. Era
de origen venezolano y tuvo la dicha, al mismo tiempo que el orgullo, de llegar al poder efectivo, siendo Ministro de
Estado en Venezuela, Presidente de la República de Bolivia y Gobernador del Perú.
Los blasones, evidentemente de carácter americano, son varios y de
trascendencia histórica vital. General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia, Comandante del
Ejército del Sur y Gran Mariscal de Junín y Ayacucho. Una figura eminente, por
siempre y para siempre, dio bríos por la causa justa y patriótica de esta parte
del continente. Cuando, precisamente, de forma enteramente valiente y decidida,
un puñado compacto y multiplicante de valerosos hombres se enfrentó al yugo
español y consiguió la preciada libertad, como signo evidente de consolidación
y progreso directo y contundente para los pueblos que luchaban por ese ideal
tan preciado que, afortunadamente, se hizo realidad.
Antonio
José de Sucre Alcalá era hijo de una familia venezolana acomodada
de eminente tradición militar. Su padre. Vicente de Sucre y Urbaneja, fue
coronel del Ejército Patriota. Mientras que su madre, María Manuela Alcalá
Sánchez, murió cuando él era un niño y tenía siete años de edad. A partir del fallecimiento
de la progenitora, lo comenzó a cuidar un sacerdote que lo apadrinó en el
bautizo, el Presbítero Antonio Patricio de Alcalá.
Después
de haber realizado sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía,
María de Alcalá, en su ciudad natal de Cumaná donde vino al mundo el 3 de
Febrero de 1795, se trasladó a la capital Caracas. Allí ingresó en la Escuela
de Ingenieros del coronel español Tomás Mires.
Sucre: procer, heroe militar valioso.
Sucre: procer, heroe militar valioso.
VALORES
Como
joven perteneciente al sistema militar de la monarquía española, se formó en
los valores de orden, disciplina y autoridad, al ritmo de sus estudios de
matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. Estos conocimientos y
principios serían vitales para el desempeño de Sucre en una carrera que estaba
a punto de comenzar
A partir de 1809, conjuntamente con su
hermano Pedro y otros jóvenes, integró la Compañía Húsares Nobles de Fernando
VII en Cumaná, unidad militar organizada por Juan Manuel de Cajagal Niño, el
gobernador de dicha provincia.
Al
igual que el de otras antiguas colonias, el proceso que conduciría a la
independencia de Venezuela sufrió numerosos vaivenes: desde 1810 y a lo largo
de casi toda la década, patriotas y realistas alternaron victorias y fracasos
en sus enfrentamientos, en los que, siguiendo los pasos de su padre, participó
activamente el joven Antonio José de Sucre.
EDECAN
Comenzó como subteniente de milicias
regladas de infantería como parte de su misión castrense. Hizo una carrera
espectacular y como comandante firmó el acta de la junta de guerra el 3 de
Julio de 1812, junto con otros ciudadanos notables que resolvieron la seguridad
de la República Venezolana, a raíz de los acontecimientos violentos e Caracas,
la ofensiva de Domingo de Monteverde, y
la ocupación de Cúpira por un grupo de partidarios de Fernando VII.
Tras la capitulación del General
Francisco de Miranda, regresó a Comuná donde tenía el poder el gobernador
realista, Emeterio Ureña. Este, según cuenta la historia, le extendió pasaporte
para trasladarse a Trinidad. Pero jamás
se supo si hizo uso de ese documento.
Lo que si es cierto es que integró el
grupo de republicanos conocidos como “Los Libertadores de Oriente” y participó
en las operaciones de independización en aquella zona. Como Edecán del General
Mariño, asistió a la conjunción de las fuerzas de oriente con las de occidente
en los valles de Aragua
En 1814, su hermano Pedro fue fusilado
por los realistas y en Cumaná murieron, de la misma forma, sus hermanos Vicente y Magdalena, victimados por el
español José Tomás Boves. No menos de 14 parientes inmediatos suyos, perecieron
en la Guerra de la Independencia.
Combatió en Maturín, pasó a la Isla
Margarita y escapó de manos de los realistas que lo querían capturar y matar.
Sin vacilar en ningún momento, siguió a las Antillas y Cartagena. En esta
última plaza, dirigió los trabajos de fortificación para la defensa de la
ciudad, contra el asedio realista de Pablo Morillo.
Una estampilla con su figura para el recuerdo histórico.
Una estampilla con su figura para el recuerdo histórico.
GENERAL
Luego se dirigió a Haití y, cuando
regresaba a Venezuela, naufragó en el Golfo de Paria. Posteriormente consiguió
el grado de Coronel y es designado Jefe Militar de la provincia de Cumaná,
donde desconoció la autoridad de los españoles.
A continuación se trasladó a Guayana y ahí se
puso bajo las ordenes de Simón Bolívar, quien lo nombró Gobernador de esta zona
y Comandante General del Bajo Orinoco. Este es un momento crucial de su vida.
Fue ascendido a General de Brigada por
el Vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio Zea, grado que será
ratificado por Bolívar en 1820. Viajó a Las Antillas comisionado para adquirir
material de guerra, tarea que cumple con éxito. Ministro de Guerra y Marina de
su país y es Jefe titular del Estado Mayor General.
Tras la liberación de Nueva Granada y
creada la República de Colombia, Bolívar firmó con el General español Pablo
Morillo, el 26 de Noviembre de 1820, el Tratado de Resurrección de la Guerra.
Sucre redactó este armisticio considerado por el Libertador “el más bello monumento de la piedad
aplicada a la conflagración”.
HUMANIDAD
La importancia de los documentos
redactados por Sucre, en lo que significó su primera actuación diplomática, fue
la paralización temporal de las luchas entre los patriotas y los realistas y el
fin de la guerra a muerte, iniciada en 1813. El Armisticio de Santa Ana le
permitió a Bolívar ganar tiempo para
preparar la estrategia para la batalla de Carabobo, la misma que aseguró la independencia
venezolana.
Pero además el documento marcó un hito
en Derecho Internacional pues se fijó,
mundialmente, el trato humanitario que
desde entonces comenzaron a recibir los vencidos por los vencedores de una guerra.
Sucre, de tal manera, se convirtió en
pionero de los derechos humanos. Fue de tal magnitud la proyección del tratado
que Bolívar en una de sus cartas escribió: “este acuerdo es digno y completo.
Las hostilidades se suspendieron para
facilitar las conversaciones entre los bandos, con miras a concertar la paz
definitiva. El Armisticio se firmó por seis meses y obligó a los ejércitos a
permanecer en las posiciones que
ocupaban en el momento de su firma.
Lo obtenido fue contundente y significativo
porque, desde ese momento para adelante. la guerra entre Colombia y España se
desarrolló bajo la batuta significativa de los pueblos eminentemente civilizados
Mientras tanto, comenzó la campaña de
liberación de Ecuador que culminó en la Batalla de Pichincha, el 24 de Mayo de
1822. Con esta victoria de Sucre, la independencia de la Gran Colombia se
consolidó y quedó el camino listo para la batalla contra las últimas fuerzas
realistas en el Perú, país que había sido liberado, el 28 de Julio de 1821 por
don José de San Martín.
Uno de los monumentos que lo hace inmortal
Uno de los monumentos que lo hace inmortal
LA
GRAN COLOMBIA
Bolívar
comenzaba por entonces a dar forma al proyecto de la Gran Colombia,
confederación al estilo de los Estados Unidos que aspiraba a integrar las
colonias españolas liberadas. Proclamada en 1819 en el Congreso de Angostura y
presidida por El Libertador, este país unido agrupó, en su fundación, los
territorios de Venezuela y Colombia. En calidad de lugarteniente de Bolívar, Sucre dirigió, entre 1821 y 1822, la campaña
que incorporó a la confederación el actual Ecuador.
Tras la reunión en Guayaquil entre Bolívar
y San Martín, éste último cedió parte de su ejército al primero y se retiró
definitivamente de las batallas de la emancipación hispanoamericana. En tales
circunstancias, Sucre llegó e ingresó a Lima en 1823 precediendo al Libertador.
Arribó a Yungay y se estableció allí
por ser el punto céntrico, acomodando a los batallones “Voltigeros de la
Guardia” y “Pichincha”, quienes recibieron el apoyo y la simpatía de la población en forma total.
Luego marcharon rumbo a Huánuco, cosechando, a cada rato, triunfos patrióticos
en contra de los españoles: ganaron, una tras otra, muchas batallas de real
importancia.
BOLIVIA
Sucre participó junto a Bolívar en la
Batalla de Junín el 6 de Agosto de 1824, venciendo a los realistas. Al poco
tiempo, el 9 de Diciembre del mismo año se derrotó al último Virrey del Perú,
José de la Serna, en Ayacucho, acción bélica impecable que significó el fin del
dominio español en el continente sudamericano.
El Parlamento del Perú lo nombró Gran Mariscal
y General en Jefe de sus ejércitos. Además, ejerció el cargo de Presidente de
la República de este país por escasos 24 días, entre el 23 de
Junio de 1823 y el 17 de Julio del mismo año. El encargo lo recibió de parte
del Congreso. Su predecesor fue José de la Riva Agüero y su sucesor José
Bernardo de Torre Tagle.
Al frente de sus hombres, marchó al
Alto Perú donde, junto a los líderes libertarios, fundó la República de Bolívar
conocida después como Bolivia, precisamente en homenaje al Libertador. A quien
encargó la redacción de la Constitución correspondiente. La Carta Magna, promulgada
en 1826, fue considerada por sus seguidores como la más liberal del mundo.
Al frente del gobierno boliviano durante dos
años, designado por el Libertador que declinó el alto cargo, Sucre promulgó
leyes progresistas. Asimismo ejecutó la división política del país, impulso la
educación, organizó el aparato administrativo y encaminó programas para la
recuperación económica.
GUAYAQUIL
Sin embargo, un motín estalló en
contra del gobierno en Chuquisaca. Por efecto de la fuerza desenfrenada y
violenta de los rebeldes, el Mariscal resultó herido de dos balazos. Entones, tomó la decisión de abandonar Bolivia para evitar rencillas y contribuir a la
pacificación.
La Asamblea local lo nombró Presidente Vitalicio,
pero dimitió en 1828. Cierto es que la presión de los peruanos opuestos a la
independencia boliviana era grande. Entonces se retiró a Ecuador acompañado de
su esposa Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y de
Villarocha y de su hija María Teresa.
En una oportunidad dijo claro y
tajante ante el Congreso: “En el retiro de mi vida veré mis cicatrices y nunca
me arrepentiré de llevarlas cuando me recuerden que, para formar Bolivia,
preferí el imperio de las leyes a ser el tirano o el verdugo que llevara una
espada pendiente sobre la cabeza de los ciudadanos". Sus palabras lo retrataban
de cuerpo entero.
La hija tan sólo vivirá dos años,
tras nacer el 10 de Julio de 1829. En la Paz vino al mundo un hijo natural suyo
y de Rosalía Cortez, de nombre José Maria. La provincia de Cumaná, de
permanente afecto, lo designó como su
representante al Congreso. Su cónyuge, tras su muerte, se casó, cumplido el
primer año del duelo, con el General Isidoro Gamarra. Este último había sido
subalterno del insigne militar.
RECUPERACION
Por su parte, Bolívar lo nombró
Comandante del Ejército del Sur. Era la fuerza que desde 1820 operaba en Popayán
y Pasto. Marchó a Guayaquil donde reemplazó al General Mires y asumió la misión
que se le encomendó: hacer que esa provincia se adhiriese a la Gran Colombia.
Como paso previo para la liberación de Quito.
Fue así como se firmó el tratado
correspondiente. El documento estipuló que Guayaquil mantendría su soberanía,
pero bajo la protección de Colombia. Sucre quedó facultado para abrir la
campaña contra los realistas y, con tal motivo, este pueblo le ofreció todos
los recursos disponibles para liberar a Quito.
El 19 de Agosto de 1821 se libró la
batalla de Yaguachi o de Cone entre efectivos
independistas guayaliqueños y refuerzos colombianos liderados por Sucre, contra
las tropas realistas del Coronel Francisco González. Los españoles fueron vencidos y así se
aseguró la independencia total del puerto.
Los seguidores de Sucre avanzaron a
Quito, mientras que los españoles al mando del Mariscal Melchor de Aymerich los
seguían de cerca. La caballería e infantería realista cercó a los batallones
patriotas que huyó en desorden y Sucre fue herido.
La recuperación total vino, algunos
meses después, durante la Batalla de Pichincha desarrollada a mas de 3 mil
metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito. El Ejercito patriota,
bajo el mando de Sucre. se enfrentó al realista que era dirigido por Melchor de
Aymerich. La derrota de las fuerzas realistas condujo a la liberación de esta
importante zona.
Un billete recordatorio
Un billete recordatorio
6
MIL HOMBRES
Al amanecer, sin que Sucre lo
supiera, los centinelas apostados cerca de Quito avistaron a las tropas
patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich entonces
consciente de la intención de Sucre de flanquearlo mediante el ascenso al
volcán, ordenó al ejército de 1894 hombres subir por la montaña para oponerse
totalmente.
Los dos comandantes enviaban sus
tropas, gradualmente, entre profundos barrancos y densos matorrales. Sucre
buscaba el cansancio de sus enemigos. Los realistas parecían ganar el control
de la batalla. Pero los patriotas
lograron recuperarse y vencer, sobre todo por la estrategia y la habilidad del
venezolano. Quito se incorporó a la República de Colombia.
A las 12 del día bajo un sol
resplandeciente, los soldados de la libertad dieron el grito de victoria. Al poco tiempo Sucre fue
ascendido a General de División y nombrado Intendente General de Quito.
Al frente de los destinos de Ecuador,
desarrolló una positiva obra de progreso. Fundó la Corte de Justicia de Cuenca
y el primer periódico republicano de la época, “El Monitor”. Instaló la
Sociedad Económica e impulsó a todo nivel la educación.
ARENGA
El Libertador, desde Guayaquil, envió
6 mil hombres en operaciones sucesivas, con Sucre a la cabeza para liberar a
nuestro país definitivamente del yugo español, cuyos representantes más
conspicuos mantenían en su poder la sierra central y el Alto Perú (hoy
Bolivia).
El Ejercito Libertador tenia, en
total, 10 mil soldados. Cuatro mil peruanos y el resto colombianos. Las huestes
realistas eran dirigidas por José de Canterac. Ambas facciones chocaron el 6 de
Agosto de 1824 en la pampa tan extensa de Junín. No se disparó un solo tiro. La
lucha fue con espadas y lanzas. El triunfo le levantó la moral, por completo, a
los patriotas.
Sucre, que marchaba al frente de la
infantería, escuchó sereno los gritos de alegría por el triunfo., Todo el
enfrentamiento duró aproximadamente 45
minutos, a una altura de más de 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, la Batalla de Ayacucho
fue el último gran enfrentamiento con los españoles, en la Pampa de la Quinua
de ese departamento. La victoria de los patriotas significó la desaparición del
último virreinato que seguía en pie, el del Perú. Puso fin al dominio colonial
español en Sudamérica. El país había sido declarado independiente, antes en
Lima, el 28 de Julio de 1821 por José de San Martín.
Previo al inicio de la batalla, Sucre
arengó a sus tropas con las siguientes palabras: ¡Soldados! De los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del
Sur. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. Viva la libertad, Viva Bolívar, el salvador del Perú.
Batalla de Ayacucho selló la libertad de América
Batalla de Ayacucho selló la libertad de América
UNIDAD
CONTINENTAL
El dispositivo guerrero ordenado por
Canterac preveía que la división de vanguardia rodease, en solitario, la
agrupación enemiga cruzando el río Pampas para sujetarla. Mientras el resto de
los realistas descendían frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando
sus posiciones defensivas.
Sucre se dio perfectamente cuenta de
ello y con la división de Córdova acometió directamente a la masa desorganizada
de tropas enemigas que, sin poder formarse para la batalla, bajaban
desesperadas en hileras de las montañas.
Los violentos choques de las
formaciones de línea empujaron a los dispersos quienes se retiraron. Mientras
que los de las montañas se frustraban sin poder pelear directamente. Los
detuvieron y comenzaron a destruirlos. Para colmo de males, el
Virrey resultó herido y capturado.
A la una de la tarde, la batalla de
Ayacucho había terminado con el rotundo triunfo del ejército de la libertad. El
telón colonial había caído para siempre en la pampa de la Quinua, escenario de
uno de los momentos estelares de la humanidad.
MODELO
Pero siguieron sucediéndose los duelos
de valentía y entrega total. Cuando el Virrey La Serna herido y apresado
entrego su espada, el Mariscal Sucre la rechazó diciéndole: Honor al vencido. Que continúe
en manos de él”.
Bajo las órdenes de Sucre, combatió
una efectiva representación de la unidad continental con oficiales provenientes de Venezuela,
Colombia, Ecuador, Panamá Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay Brasil, Chile,
Uruguay, México y otros países inclusive de Europa.
Bolívar, por aquel entonces, convocó,
desde Lima, al Congreso de Panamá para la unidad de los países independientes
El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia. Años más tarde, esta
confederación se desmembró, por efectos de un proceso desintegrador aniquilador.
A raíz de la victoria de Ayacucho,
Sucre entró triunfante en el Cusco y libertó después las provincias del Alto
Perú. En 1825 convocó a los representantes de dichas provincias para reunirse
en asamblea y con la aprobación de Bolívar, el organismo decidió la creación de
un nuevo país sudamericano, Bolivia,
Sucre, como presidente de esa nación,
organizó la Hacienda Pública, promovió la libertad de los esclavos y el reparto
de tierras a los indios. Sobre todo benefició la educación y la cultura. Creo
colegios de ciencias y artes en todos los departamentos y estableció escuelas,
a lo largo y ancho de los cantones de la república.
ENFRENTAMIENTO
Comandó el ejército que se enfrentó al
Perú en el norte del país y el sur de Ecuador. Triunfo en la Batalla del
Portete de Tarqui y ofreció a los vencidos una capitulación que es modelo de
generosa fraternidad americanista fiel bajo el lema de que “Nuestra
justicia era la misma antes y después de la batalla”.
El 28 de Noviembre de 1828, La Mar penetró en territorio colombiano
y ocupó gran parte del departamento de Azuay, El peruano y sus huestes ocuparon
también Guayaquil,, evacuada por el almirante Juan Illingworth Hunt a la espera de refuerzos.
Tras el bloqueo del
puerto, el Perú ganó la guerra en
el mar. El mayor enfrentamiento
del conflicto fue la Batalla del Portete de Tarqui, en la altiplanicie del sur
de Ecuador, en febrero de 1829. Esta batalla la ganaron los colombianos, comandados por Sucre.
Ante tal
situación, el aguerrido venezolano, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la
presidencia boliviana, concentró el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de Cuenca
para presionar a las tropas peruanas, ciudad que se ocupó por completo.
El ilustre venezolano dirigiendo la guerra.
El ilustre venezolano dirigiendo la guerra.
GOLPE DE ESTADO
Después de un breve encuentro cerca de la
población de Saraguro, donde la vanguardia colombiana derrotó a un destacamento
peruano, el 27 de Febrero de 1829 tuvo
lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo
integraban 5000 soldados y al enemigo,
4200.
El combate se
libró el en el llamado
Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran Colombia,
comandadas por Antonio José de Sucre, mientras que las tropas peruanas estuvieron
dirigidas por José de la Mar.
El enfrentamiento duró media hora y, en el curso del cual, el
ejército colombiano batió a la vanguardia peruana de 1,000 hombres. La victoriaa se debió, en buena parte,
al enfrentamiento por separado contra cada batallón del ejército peruano, que,
en ningún momento, actuó de forma unitaria y dejó sus batallones aislados los
unos de los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar
dispusiera el repliegue estratégico del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envió a un oficial de
Estado Mayor, con el objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado por el
presidente peruano y el 1 de Marzo, en el campo de Girón, se firma el convenio del mismo nombre que es
ratificado por los generales Flores y O' Leary, por parte de la Gran Colombia y
Gamarra y Orbegoso, del Perú.
La
guerra acabó, inesperadamente, con un golpe de estado encabezado por Agustín
Gamarra, y otros jefes peruanos en Lima, que derrocó a La Mar. El nuevo
gobierno cesó las hostilidades y entregó Guayaquil.
DIALOGO
El 22 de Septiembre de 1829, un tratado
de paz se firmó en Guayaquil, donde se estableció que se reconocen por límites
los mismos que tenían, antes de su independencia, los antiguos Virreinatos de
Nueva Granada y el Perú, con las variaciones que juzguen convenientes acordar
entre sí.
Sucre
marchó a Bogotá en un
momento en que el país se encontraba ya en proceso de desintegración,
fundamentalmente por movimientos separatistas. Como el de la Cosiata en su natal Venezuela.
En la reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus enemigos lograron
poner la norma que para ser presidente o vicepresidente se debían tener 40 años
(Sucre tenía 35). Y también es muy probable que esto haya sido la causa de su
asesinato. Con Sucre vivo, continuaría la visión política de Bolívar y la
unidad de ese país.
A principios de
1830, inmersa ya en un proceso de desintegración, la Gran Colombia convocó en
Bogotá el que sería su último congreso. Requerida su presencia, Sucre acudió
como representante de la provincia de Cumaná y fue nombrado presidente del
evento.
ASESINADO
Las propuestas de
Sucre se orientaron al diálogo y la concertación con los departamentos que
todavía conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba
la comisión que iría a Venezuela (que en la fecha había entregado el poder a José Antonio Páez y desconocía la
autoridad de Bolívar) para negociar la reversión de esa decisión.
Viajó a Venezuela, pero fue detenido en Cúcuta por
las autoridades. El debía permanecer en esa ciudad hasta que llegaran los
emisarios del gobierno con quienes debía dialogar.
Les propuso, además de acogerse a la Constitución
colombiana, que ningún general o ex general del Ejército Libertador pudiera
ejercer cargos de presidente en los departamentos. En el trasfondo, su
intención era contradecir el rumor de que él o Bolívar estuvieran aspirando al
cargo.
La negociación
fracasó, y Sucre, después de regresar a Bogotá e informar al congreso del
resultado de sus gestiones, abandonó Colombia invadido por una profunda
frustración.
Ya tan sólo animado
por el reencuentro con su esposa y con su primogénita, emprendió el regreso a
Quito. Y en el camino de vuelta, en la sierra de Berruecos, al suroeste de la
actual Colombia, fue asesinado en una emboscada. Era el 4 de Junio de 1830.
Había cumplido tan solo 35 años y era una promesa que podía aportar
efectivamente en la patria grande América. La que precisamente ideó con acierto
el Libertador Bolívar. Sus restos descansan en la Catedral Metropolitana de
Quito, Ecuador
La orden al parecer la dio José Maria Obando, jefe
militar de la provincia de Pasto. Como autores materiales fueron señalados José
Erazo y Apolinar Morillo, quien diez años más tarde, fue apresado y fusilado
por esta causa. Así terminó la vida de un gran hombre que efectivamente fue un prócer
de la independencia americana. (Edgardo
de Noriega)
Mi querido gordo:
ResponderEliminarMe saco el sombreros por la excelencia del informe sobre el Gran mariscal de Junin y Ayacucho, un esfuerzo de largo aliento, también el perfil de mi camarada Magda Portal. Gracias, mi brother, con saludos y abrazos extensivos para la familia.
Chiclayo