sábado, 16 de mayo de 2015

SUCRE: MILITAR DE BRIOS Y POLENDAS

Lo consideraron uno de los militares más completos entre los próceres de la independencia sudamericana.  Pero  también destacó notablemente como político, estadista y diplomático. Era de origen venezolano y tuvo la dicha, al mismo tiempo que el orgullo, de  llegar al poder efectivo, siendo Ministro de Estado en Venezuela, Presidente de la República de Bolivia y Gobernador del Perú. Los blasones, evidentemente de carácter americano, son varios y de trascendencia histórica vital. General en Jefe del  Ejército de la Gran Colombia, Comandante del Ejército del Sur y Gran Mariscal de Junín y Ayacucho. Una figura eminente, por siempre y para siempre, dio bríos por la causa justa y patriótica de esta parte del continente. Cuando, precisamente, de forma enteramente valiente y decidida, un puñado compacto y multiplicante de valerosos hombres se enfrentó al yugo español y consiguió la preciada libertad, como signo evidente de consolidación y progreso directo y contundente para los pueblos que luchaban por ese ideal tan preciado que, afortunadamente, se hizo realidad.
Antonio José de Sucre Alcalá era hijo de una familia venezolana acomodada de eminente tradición militar. Su padre. Vicente de Sucre y Urbaneja, fue coronel del Ejército Patriota. Mientras que su madre, María Manuela Alcalá Sánchez, murió cuando él era un niño y tenía siete años de edad. A partir del fallecimiento de la progenitora, lo comenzó a cuidar un sacerdote que lo apadrinó en el bautizo, el Presbítero Antonio Patricio de Alcalá.
Después de haber realizado sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, en su ciudad natal de Cumaná donde vino al mundo el 3 de Febrero de 1795, se trasladó a la capital Caracas. Allí ingresó en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires.

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Sucre: procer, heroe militar valioso.

VALORES
Como joven perteneciente al sistema militar de la monarquía española, se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al ritmo de sus estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. Estos conocimientos y principios serían vitales para el desempeño de Sucre en una carrera que estaba a punto de comenzar
A partir de 1809, conjuntamente con su hermano Pedro y otros jóvenes, integró la Compañía Húsares Nobles de Fernando VII en Cumaná, unidad militar organizada por Juan Manuel de Cajagal Niño, el gobernador de dicha provincia.
Al igual que el de otras antiguas colonias, el proceso que conduciría a la independencia de Venezuela sufrió numerosos vaivenes: desde 1810 y a lo largo de casi toda la década, patriotas y realistas alternaron victorias y fracasos en sus enfrentamientos, en los que, siguiendo los pasos de su padre, participó activamente el joven Antonio José de Sucre. 
EDECAN
Comenzó como subteniente de milicias regladas de infantería como parte de su misión castrense. Hizo una carrera espectacular y como comandante firmó el acta de la junta de guerra el 3 de Julio de 1812, junto con otros ciudadanos notables que resolvieron la seguridad de la República Venezolana, a raíz de los acontecimientos violentos e Caracas, la ofensiva de Domingo  de Monteverde, y la ocupación de Cúpira por un grupo de partidarios de Fernando VII.
Tras la capitulación del General Francisco de Miranda, regresó a Comuná donde tenía el poder el gobernador realista, Emeterio Ureña. Este, según cuenta la historia, le extendió pasaporte para trasladarse a Trinidad. Pero jamás  se supo si hizo uso de ese documento.
Lo que si es cierto es que integró el grupo de republicanos conocidos como “Los Libertadores de Oriente” y participó en las operaciones de independización en aquella zona. Como Edecán del General Mariño, asistió a la conjunción de las fuerzas de oriente con las de occidente en los valles de Aragua
En 1814, su hermano Pedro fue fusilado por los realistas y en Cumaná murieron, de la misma forma, sus hermanos  Vicente y Magdalena, victimados por el español José Tomás Boves. No menos de 14 parientes inmediatos suyos, perecieron en la Guerra de la Independencia.
Combatió en Maturín, pasó a la Isla Margarita y escapó de manos de los realistas que lo querían capturar y matar. Sin vacilar en ningún momento, siguió a las Antillas y Cartagena. En esta última plaza, dirigió los trabajos de fortificación para la defensa de la ciudad, contra el asedio realista de Pablo Morillo.
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Una estampilla con su figura para el recuerdo histórico.

GENERAL
Luego se dirigió a Haití y, cuando regresaba a Venezuela, naufragó en el Golfo de Paria. Posteriormente consiguió el grado de Coronel y es designado Jefe Militar de la provincia de Cumaná, donde desconoció la autoridad de los españoles.
 A continuación se trasladó a Guayana y ahí se puso bajo las ordenes de Simón Bolívar, quien lo nombró Gobernador de esta zona y Comandante General del Bajo Orinoco. Este es un momento crucial de su vida.
Fue ascendido a General de Brigada por el Vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio Zea, grado que será ratificado por Bolívar en 1820. Viajó a Las Antillas comisionado para adquirir material de guerra, tarea que cumple con éxito. Ministro de Guerra y Marina de su país y es Jefe titular del Estado Mayor General.
Tras la liberación de Nueva Granada y creada la República de Colombia, Bolívar firmó con el General español Pablo Morillo, el 26 de Noviembre de 1820, el Tratado de Resurrección de la Guerra. Sucre redactó este armisticio considerado por el Libertador “el más bello monumento de la piedad aplicada a la conflagración”. 
HUMANIDAD
La importancia de los documentos redactados por Sucre, en lo que significó su primera actuación diplomática, fue la paralización temporal de las luchas entre los patriotas y los realistas y el fin de la guerra a muerte, iniciada en 1813. El Armisticio de Santa Ana le permitió a Bolívar ganar tiempo  para preparar la estrategia para la batalla de Carabobo, la misma que aseguró la independencia venezolana.
Pero además el documento marcó un hito en Derecho Internacional pues  se fijó, mundialmente, el trato humanitario  que desde entonces comenzaron a recibir los vencidos por los vencedores de una guerra.
Sucre, de tal manera, se convirtió en pionero de los derechos humanos. Fue de tal magnitud la proyección del tratado que Bolívar en una de sus cartas escribió: “este acuerdo es digno y completo.
Las hostilidades se suspendieron para facilitar las conversaciones entre los bandos, con miras a concertar la paz definitiva. El Armisticio se firmó por seis meses y obligó a los ejércitos a permanecer  en las posiciones que ocupaban  en el momento de su firma.
 Lo obtenido fue contundente y significativo porque, desde ese momento para adelante.  la guerra entre Colombia y España se desarrolló bajo la batuta significativa de  los pueblos  eminentemente civilizados
Mientras tanto, comenzó la campaña de liberación de Ecuador que culminó en la Batalla de Pichincha, el 24 de Mayo de 1822. Con esta victoria de Sucre, la independencia de la Gran Colombia se consolidó y quedó el camino listo para la batalla contra las últimas fuerzas realistas en el Perú, país que había sido liberado, el 28 de Julio de 1821 por don José de San Martín.

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Uno de los monumentos que lo hace inmortal

LA GRAN COLOMBIA
Bolívar comenzaba por entonces a dar forma al proyecto de la Gran Colombia, confederación al estilo de los Estados Unidos que aspiraba a integrar las colonias españolas liberadas. Proclamada en 1819 en el Congreso de Angostura y presidida por El Libertador, este país unido agrupó, en su fundación, los territorios de Venezuela y Colombia. En calidad de lugarteniente de Bolívar,  Sucre dirigió, entre 1821 y 1822, la campaña que incorporó a la confederación el actual Ecuador.
Tras la reunión en Guayaquil entre Bolívar y San Martín, éste último cedió parte de su ejército al primero y se retiró definitivamente de las batallas de la emancipación hispanoamericana. En tales circunstancias, Sucre llegó e ingresó a Lima en 1823 precediendo al Libertador.
Arribó a Yungay y se estableció allí por ser el punto céntrico, acomodando a los batallones “Voltigeros de la Guardia” y “Pichincha”, quienes recibieron el apoyo  y la simpatía de la población en forma total. Luego marcharon rumbo a Huánuco, cosechando, a cada rato, triunfos patrióticos en contra de los españoles: ganaron, una tras otra, muchas batallas de real importancia.
BOLIVIA
Sucre participó junto a Bolívar en la Batalla de Junín el 6 de Agosto de 1824, venciendo a los realistas. Al poco tiempo, el 9 de Diciembre del mismo año se derrotó al último Virrey del Perú, José de la Serna, en Ayacucho, acción bélica impecable que significó el fin del dominio español en el continente sudamericano.
 El Parlamento del Perú lo nombró Gran Mariscal y General en Jefe de sus ejércitos. Además, ejerció el cargo de Presidente de la República de este país por escasos 24 días, entre el 23 de Junio de 1823 y el 17 de Julio del mismo año. El encargo lo recibió de parte del Congreso. Su predecesor fue José de la Riva Agüero y su sucesor José Bernardo de Torre Tagle.
Al frente de sus hombres, marchó al Alto Perú donde, junto a los líderes libertarios, fundó la República de Bolívar conocida después como Bolivia, precisamente en homenaje al Libertador. A quien encargó la redacción de la Constitución correspondiente. La Carta Magna, promulgada en 1826, fue considerada por sus seguidores como la más liberal del mundo.
 Al frente del gobierno boliviano durante dos años, designado por el Libertador que declinó el alto cargo, Sucre promulgó leyes progresistas. Asimismo ejecutó la división política del país, impulso la educación, organizó el aparato administrativo y encaminó programas para la recuperación económica.

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GUAYAQUIL
Sin embargo, un motín estalló en contra del gobierno en Chuquisaca. Por efecto de la fuerza desenfrenada y violenta de los rebeldes, el Mariscal resultó herido de dos balazos. Entones, tomó la decisión de abandonar Bolivia para evitar rencillas y contribuir a la pacificación.
 La Asamblea local lo nombró Presidente Vitalicio, pero dimitió en 1828. Cierto es que la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana era grande. Entonces se retiró a Ecuador acompañado de su esposa Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y de Villarocha y de su hija María Teresa.
En una oportunidad dijo claro y tajante ante el Congreso: “En el retiro de mi vida veré mis cicatrices y nunca me arrepentiré de llevarlas cuando me recuerden que, para formar Bolivia, preferí el imperio de las leyes a ser el tirano o el verdugo que llevara una espada pendiente sobre la cabeza de los ciudadanos". Sus palabras lo retrataban de cuerpo entero.
La hija tan sólo vivirá dos años, tras nacer el 10 de Julio de 1829. En la Paz vino al mundo un hijo natural suyo y de Rosalía Cortez, de nombre José Maria. La provincia de Cumaná, de permanente afecto, lo designó  como su representante al Congreso. Su cónyuge, tras su muerte, se casó, cumplido el primer año del duelo, con el General Isidoro Gamarra. Este último había sido subalterno del insigne militar. 
RECUPERACION
Por su parte, Bolívar lo nombró Comandante del Ejército del Sur. Era la fuerza que desde 1820 operaba en Popayán y Pasto. Marchó a Guayaquil donde reemplazó al General Mires y asumió la misión que se le encomendó: hacer que esa provincia se adhiriese a la Gran Colombia. Como paso previo para la liberación de Quito.
Fue así como se firmó el tratado correspondiente. El documento estipuló que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la protección de Colombia. Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas y, con tal motivo, este pueblo le ofreció todos los recursos disponibles para liberar a Quito.
El 19 de Agosto de 1821 se libró la batalla  de Yaguachi o de Cone entre efectivos independistas guayaliqueños y refuerzos colombianos liderados por Sucre, contra las tropas realistas del Coronel Francisco González.  Los españoles fueron vencidos y así se aseguró la independencia total del puerto.
Los seguidores de Sucre avanzaron a Quito, mientras que los españoles al mando del Mariscal Melchor de Aymerich los seguían de cerca. La caballería e infantería realista cercó a los batallones patriotas que huyó en desorden y Sucre fue herido.
La recuperación total vino, algunos meses después, durante la Batalla de Pichincha desarrollada a mas de 3 mil metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito. El Ejercito patriota, bajo el mando de Sucre. se enfrentó al realista que era dirigido por Melchor de Aymerich. La derrota de las fuerzas realistas condujo a la liberación de esta importante zona.

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Un billete recordatorio

6 MIL HOMBRES
Al amanecer, sin que  Sucre lo supiera, los centinelas apostados cerca de Quito avistaron a las tropas patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich entonces consciente de la intención de Sucre de flanquearlo mediante el ascenso al volcán, ordenó al ejército de 1894 hombres subir por la montaña para oponerse totalmente.
Los dos comandantes enviaban sus tropas, gradualmente, entre profundos barrancos y densos matorrales. Sucre buscaba el cansancio de sus enemigos. Los realistas parecían ganar el control de la batalla.  Pero los patriotas lograron recuperarse y vencer, sobre todo por la estrategia y la habilidad del venezolano. Quito se incorporó a la República de Colombia.
A las 12 del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad dieron el  grito de victoria. Al poco tiempo Sucre fue ascendido a General de División y nombrado Intendente General de Quito.
 Al frente de los destinos de Ecuador, desarrolló una positiva obra de progreso. Fundó la Corte de Justicia de Cuenca y el primer periódico republicano de la época, “El Monitor”. Instaló la Sociedad Económica e impulsó a todo nivel la educación.
ARENGA
El Libertador, desde Guayaquil, envió 6 mil hombres en operaciones sucesivas, con Sucre a la cabeza para liberar a nuestro país definitivamente del yugo español, cuyos representantes más conspicuos mantenían en su poder la sierra central y el Alto Perú (hoy Bolivia).
El Ejercito Libertador tenia, en total, 10 mil soldados. Cuatro mil peruanos y el resto colombianos. Las huestes realistas eran dirigidas por José de Canterac. Ambas facciones chocaron el 6 de Agosto de 1824 en la pampa tan extensa de Junín. No se disparó un solo tiro. La lucha fue con espadas y lanzas. El triunfo le levantó la moral, por completo, a los patriotas.
Sucre, que marchaba al frente de la infantería, escuchó sereno los gritos de alegría por el triunfo., Todo el enfrentamiento duró aproximadamente 45  minutos, a una altura de más de 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Por su parte, la Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento con los españoles, en la Pampa de la Quinua de ese departamento. La victoria de los patriotas significó la desaparición del último virreinato que seguía en pie, el del Perú. Puso fin al dominio colonial español en Sudamérica. El país había sido declarado independiente, antes en Lima, el 28 de Julio de 1821 por José de San Martín.
Previo al inicio de la batalla, Sucre arengó a sus tropas con las siguientes palabras: ¡Soldados! De los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. Viva la libertad, Viva Bolívar, el salvador del Perú.

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Batalla de Ayacucho selló la libertad de América

UNIDAD CONTINENTAL
El dispositivo guerrero ordenado por Canterac preveía que la división de vanguardia rodease, en solitario, la agrupación enemiga cruzando el río Pampas para sujetarla. Mientras el resto de los realistas descendían frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus posiciones defensivas.
Sucre se dio perfectamente cuenta de ello y con la división de Córdova acometió directamente a la masa desorganizada de tropas enemigas que, sin poder formarse para la batalla, bajaban desesperadas en hileras de las montañas.
Los violentos choques de las formaciones de línea empujaron a los dispersos quienes se retiraron. Mientras que los de las montañas se frustraban sin poder pelear directamente. Los detuvieron y comenzaron a destruirlos. Para colmo de males, el Virrey resultó herido y capturado.
A la una de la tarde, la batalla de Ayacucho había terminado con el rotundo triunfo del ejército de la libertad. El telón colonial había caído para siempre en la pampa de la Quinua, escenario de uno de los momentos estelares de la humanidad. 
MODELO
Pero siguieron sucediéndose los duelos de valentía y entrega total. Cuando el Virrey La Serna herido y apresado entrego su espada, el Mariscal Sucre la rechazó diciéndole:  Honor al vencido. Que continúe en manos de él”.
Bajo las órdenes de Sucre, combatió una efectiva representación de la unidad continental  con oficiales provenientes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay Brasil, Chile, Uruguay, México y otros países inclusive de Europa.
Bolívar, por aquel entonces, convocó, desde Lima, al Congreso de Panamá para la unidad de los países independientes El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia. Años más tarde, esta confederación se desmembró, por efectos de un proceso desintegrador aniquilador.
A raíz de la victoria de Ayacucho, Sucre entró triunfante en el Cusco y libertó después las provincias del Alto Perú. En 1825 convocó a los representantes de dichas provincias para reunirse en asamblea y con la aprobación de Bolívar, el organismo decidió la creación de un nuevo país sudamericano, Bolivia,
Sucre, como presidente de esa nación, organizó la Hacienda Pública, promovió la libertad de los esclavos y el reparto de tierras a los indios. Sobre todo benefició la educación y la cultura. Creo colegios de ciencias y artes en todos los departamentos y estableció escuelas, a lo largo y ancho de los cantones de la república.
ENFRENTAMIENTO
Comandó el ejército que se enfrentó al Perú en el norte del país y el sur de Ecuador. Triunfo en la Batalla del Portete de Tarqui y ofreció a los vencidos una capitulación que es modelo de generosa fraternidad americanista fiel  bajo el lema de  que “Nuestra justicia era la misma antes y después de la batalla”.
 El 28 de Noviembre de 1828, La Mar penetró en territorio colombiano y ocupó gran parte del departamento de Azuay, El peruano y sus huestes ocuparon también Guayaquil,, evacuada por el almirante  Juan Illingworth Hunt  a la espera de refuerzos.
 Tras el bloqueo del  puerto, el Perú  ganó la guerra en el mar. El mayor enfrentamiento del conflicto fue la Batalla del Portete de Tarqui, en la altiplanicie del sur de Ecuador, en febrero de 1829. Esta batalla la ganaron los colombianos, comandados por   Sucre.
Ante tal situación, el aguerrido venezolano, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la presidencia boliviana, concentró el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de Cuenca para presionar a las tropas peruanas, ciudad que se ocupó por completo.

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El ilustre venezolano dirigiendo la guerra.
GOLPE DE ESTADO
 Después de un breve encuentro cerca de la población de Saraguro, donde la vanguardia colombiana derrotó a un destacamento peruano, el 27 de Febrero de 1829 tuvo lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo integraban 5000 soldados y al enemigo, 4200.
El combate se libró el  en el llamado Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran Colombia, comandadas por Antonio José de Sucre, mientras que las tropas peruanas estuvieron dirigidas por José de la Mar.
El enfrentamiento duró media hora y, en el curso del cual, el ejército colombiano batió a la vanguardia peruana de 1,000 hombres. La victoriaa se debió, en buena parte, al enfrentamiento por separado contra cada batallón del ejército peruano, que, en ningún momento, actuó de forma unitaria y dejó sus batallones aislados los unos de los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar dispusiera el repliegue estratégico del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envió a un oficial de Estado Mayor, con el objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado por el presidente peruano y el 1 de Marzo, en el campo de Girón, se firma el  convenio del mismo nombre que es ratificado por los generales Flores y O' Leary, por parte de la Gran Colombia y Gamarra y Orbegoso,  del Perú.
La guerra acabó, inesperadamente, con un golpe de estado encabezado por Agustín Gamarra, y otros jefes peruanos en Lima, que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno cesó las hostilidades y entregó Guayaquil.
DIALOGO
 El  22 de Septiembre de 1829, un tratado de paz se firmó en Guayaquil, donde se estableció que se reconocen por límites los mismos que tenían, antes de su independencia, los antiguos Virreinatos de Nueva Granada y el Perú, con las variaciones que juzguen convenientes acordar entre sí.
Sucre  marchó a Bogotá en un momento en que el país se encontraba ya en proceso de desintegración, fundamentalmente por movimientos separatistas. Como el de la Cosiata en su natal Venezuela.
 En la reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus enemigos lograron poner la norma que para ser presidente o vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es muy probable que esto haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre vivo, continuaría la visión política de Bolívar y la unidad de ese país.
A principios de 1830, inmersa ya en un proceso de desintegración, la Gran Colombia convocó en Bogotá el que sería su último congreso. Requerida su presencia, Sucre acudió como representante de la provincia de Cumaná y fue nombrado presidente del evento.
ASESINADO
Las propuestas de Sucre se orientaron al diálogo y la concertación con los departamentos que todavía conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba la comisión que iría a Venezuela (que en la fecha había entregado el poder a José Antonio Páez y desconocía la autoridad de Bolívar) para negociar la reversión de esa decisión.
Viajó a Venezuela, pero fue detenido en Cúcuta por las autoridades. El debía permanecer en esa ciudad hasta que llegaran los emisarios del gobierno con quienes debía dialogar.
Les propuso, además de acogerse a la Constitución colombiana, que ningún general o ex general del Ejército Libertador pudiera ejercer cargos de presidente en los departamentos. En el trasfondo, su intención era contradecir el rumor de que él o Bolívar estuvieran aspirando al cargo.
La negociación fracasó, y Sucre, después de regresar a Bogotá e informar al congreso del resultado de sus gestiones, abandonó Colombia invadido por una profunda frustración.

Ya tan sólo animado por el reencuentro con su esposa y con su primogénita, emprendió el regreso a Quito. Y en el camino de vuelta, en la sierra de Berruecos, al suroeste de la actual Colombia, fue asesinado en una emboscada. Era el 4 de Junio de 1830.

 Había cumplido tan solo 35  años y era una promesa que podía aportar efectivamente en la patria grande América. La que precisamente ideó con acierto el Libertador Bolívar. Sus restos descansan en la Catedral Metropolitana de Quito, Ecuador
La orden  al parecer la dio José Maria Obando, jefe militar de la provincia de Pasto. Como autores materiales fueron señalados José Erazo y Apolinar Morillo, quien diez años más tarde, fue apresado y fusilado por esta causa. Así terminó la vida de un gran hombre que efectivamente fue un prócer de la independencia americana. (Edgardo de Noriega)

1 comentario:

  1. Mi querido gordo:

    Me saco el sombreros por la excelencia del informe sobre el Gran mariscal de Junin y Ayacucho, un esfuerzo de largo aliento, también el perfil de mi camarada Magda Portal. Gracias, mi brother, con saludos y abrazos extensivos para la familia.
    Chiclayo

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