Sin embargo, el final de la inmolación total de Alfonso Ugarte
Vernal fue puesto en duda y hasta se
negó autenticidad al hecho de que se lanzó a caballo desde la cima del morro de
Arica para, precisamente, evitar que las tropas contrincantes se apoderasen del pabellón nacional.
No obstante tal versión de sacrificio circuló muy pronto en el país.
Lo dice Basadre en su “Historia de la República del Perú”. Hay de por medio un
telegrama oficial fechado, en el pueblo de Quilca, el 15 de Junio de 1880, después
de haberse informado en un despacho anterior acerca del resultado de la Batalla
de Arica.
Adicionalmente se supo a las claras, según datos de los responsables
del vapor inglés Columbia llegado del sur, que el Coronel Alfonso Ugarte, como los
demás, no quiso rendirse y habiéndosele
acabado la munición, echó mano de su revólver, empleando acertadamente sus
tiros.
Pero, de acuerdo a la misma versión, como fue acosado por gran número de chilenos pereció al fin
en un caballo blanco. Esta es una prueba evidente. La otra es un detallado
artículo que aparece en el diario “La Patria”, de fecha 21 de junio de 1880.
ULTIMO ACTO
Allí se dice que “el último acto de la corta pero
interesante carrera de Alfonso Ugarte revela cuanto era capaz esa alma
verdaderamente grande. Acosado por innumerables enemigos, vencido ya en la
cumbre del Morro, presenciando la mutilación de los caídos, la profanación de
las reliquias quiso sustraerse de las manos
enemigas”.
Luego el periodico relata: “ Por eso mismo, clavando las espuelas en los
ijares de su caballo, se lanzó al espacio desde aquella inmensa altura para
caer despedazado sobre las rocas de la orilla del mar”.
.
El héroe se lanzó con su caballo desde el Morro.
Quienes se fijan en la cruel
frialdad de la lógica-dice Basadre- niegan esta versión que no está
acogida en ninguno de los partes
peruanos sobre la batalla del 7 de Junio. Ni por otros testigos oculares,
aunque si por el historiador inglés Markham
La duda podría tomarse como versión exclusiva del enemigo. Pero más allá de ello existe un símbolo de la
voluntad de sacrificio que es visible en toda la actuación de Alfonso Ugarte en
la guerra Los que insisten en ser escépticos del hecho sostienen que la emoción colectiva habría puesto un ropaje de poesía, en el final del luchador implacable.
No solo eso sino que otros investigadores de
pacotilla dicen inclusive que el insigne ciudadano ni siquiera murió peleando y, después de la guerra, se fue directamente a París.a gozar de su riqueza. Lo cierto es que ni la negación ni tampoco esta versión, tiene pruebas fehacientes. Menos sustento de
carácter histórico.
HECHO COMPROBADO
Un hecho completamente comprobado es que Alfonso
Ugarte fue sepultado en el panteón de
Arica el 15 de Junio de 1880, después de encontrarse su cadáver al
pie del morro, según versión del Párroco de dicha ciudad, José Diego Chávez,
quien inclusive en su oportunidad mostró el libro de entierros correspondiente.
Cabe explicar además que, en 1890, fueron repatriados los restos de las
víctimas de las Campañas del Sur y de la de Huamachuco. Por tal motivo, en Arica se abrió el nicho de
Ugarte. Lo mismo que el ataúd Allí se encontraron fracciones del cuerpo y un
calcetín de hilo con la marca de su
nombre.
Un grupo de tarapaqueños lo llevó al Mausoleo de Ramón Castilla donde fue otra vez enterrado. Posteriormente, lo trasladaron
al Cementerio Presbítero Maestro de Lima a otro de ellos, construido por, la
madre del héroe: Rosa Vernal de
Hillingher.
El 20 de Octubre de 1979, por
iniciativa del Centro de Estudios
Histórico Militares, presidido por el doctor Geraldo Arosemena Garland, fue revisado otra vez el cajón de Ugarte y se encontró que estaba envuelto en
una tela descolorida con la bandera nacional, existiendo fragmentos del uniforme
del Ejército.
Lo que se comprobó con precisión
es que el cráneo y la cara descansaban allí en paz. Finalmente se le llevó a la Cripta de los Héroes, donde actualmente permanece en tal calidad insigne.
TARAPAQUEÑO
Alfonso Ugarte nació en Tarapacá
y fue bautizado el 13 de Junio de 1847. Entonces, como se puede notar, murió
muy joven a los 33 años. No sólo heredó riquezas sino también supo crearlas
como agricultor, comerciante y propietario del salitre.
Alfonso Ugarte
Educado en colegios mercantiles
de Valparaíso y en Europa entre 1861 y 1867. Era un joven de carácter alegre
que también resultó un afanoso
funcionario público, después del terremoto del 13 de Agosto de 1869, Alcalde en
Iquique y miembro de la Sociedad de Beneficencia de dicha ciudad.
Iba a viajar nuevamente a Europa
por asuntos de negocios de la firma “Ugarte Zevallos y Compañía “ que él había
fundado, cuando surgió el conflicto bélico del sur y optó, voluntariamente, por
quedarse.
Hizo un testamento y dejó constancia de que aplazaba su matrimonio con su prima Rosa Vernal. Inició una
suscripción para el sostenimiento de la guerra y además pagó uniformes,
vituallas y acémilas. Tales decisiones, obviamente, lo hacen admirable.
EL IQUIQUE
Formó un batallón equipado con su
peculio. Lo llamaron El Iquique, cuyo comando detentó. Desinteresadamente y con
altruísmo puso su fortuna al servicio de la patria, sin ningún tipo de
limitaciones.
Luchó en San Francisco y en
Tarapacá.
En esta última jornada, siguió en la contienda hasta el final. A pesar de haber sido herido en la cabeza. Cuando concluyó la batalla, recorrió el campo para contener el repase de los heridos y la inmolación de prisioneros efectuados como venganza, por los desmanes cometidos antes por los soldados chilenos.
En esta última jornada, siguió en la contienda hasta el final. A pesar de haber sido herido en la cabeza. Cuando concluyó la batalla, recorrió el campo para contener el repase de los heridos y la inmolación de prisioneros efectuados como venganza, por los desmanes cometidos antes por los soldados chilenos.
Rehusó, al llegar a Arica, retirarse
de la guerra o irse a curar a Arequipa el paludismo recientemente adquirido,
además de la grave herida de Tarapacá.
Perteneció a la Guarnición de Arica y allí el 22 de Mayo de 1880 participó en
la hermosa ceremonia de bendición de la bandera, obsequiada por las señoras de
Tarapacá al Batallón Iquique.
Entonces y en ese momento, fue hecho el juramento de defenderla hasta
morir. Por esos días, Ugarte escribió a su primo Fermín Vernal una carta en la
que le decía: “Aquí en Arica tenemos solamente dos divisiones de nacionales (
ciudadanos armados y no soldados de linea). Estamos resueltos a resistir con
toda la seguridad de ser vencidos”.
Acompañó a Bolognesi, con los
demás jefes, en la escena de la
respuesta histórica. Luchó denodadamente el 7 de junio, él de quien se dijera
en un bello artículo que publicó "La Patria" en su edición del 21 de Junio de1880, que no había nacido para combates pues su carácter apacible, su dulce condescendencia con los que le rodeaban, especialmente con aquellos que formaban el íntimo y amistoso círculo de cada día, le hacían inaparente para la severa y áspera carrera de las armas
Batalla de Arica.
AGUERRIDO
Pero, a la hora de la guerra, lo que
no hubo ninguna duda es que se comportó como un aguerrido luchador, convertido por sus actos
comprobados en un verdadero héroe que siempre debe recordársele.
Ugarte murió poco tiempo después de que en el Congreso peruano se presentó
un proyecto de ley para acabar con la llamada estatización de las
salitreras de Tarapacá y volver al sistema de la libre empresa
Basadre dice en el terreno de la hipótesis que para él no son superfluas pues contribuyen a redondear los
conceptos, “cabe imaginar con mucha audacia una victoria peruana en la guerra.
Los hombres de empresa, figuras representativas de la vida tarapaqueña que
hubiesen sido favorecidas con esta ley, habrían tomado los caracteres de una
clase de dirigencia nacional".
Luego añade: “ Aureolados por sus
hazañas bélicas, Alfonso Ugarte, Ramón Zavala, Guillermo Billinghurst y otros que no ostentaron los
representativos de la oligarquía agro-exportadora, pudieron alcanzar más
vigencia que ésta"
Hubieran carecido de la tara que
implicaba el trabajo semi feudal de los chinos. Eran hombres de trabajo muy
unidos al pueblo, pues hasta se divertían con ellos, muy peruanos en sus
hábitos, sus ideas, sus gustos, sus afanes.
Para el
hisoriador tacneño, ” quizás allí hubiera estado el germen de una nueva clase conductora y celosamente patriota
que no tuvimos.” Estas especulaciones demuestran, no obstante, el valor
personal de Ugarte, que todo lo dio por la patria. Inclusive su porvenir
asegurado (.EdeNM)
Definitivamente Alfonso Ugarte es una figura tea grande para la patria que su ejemplo durara por toda la eternidad.
ResponderEliminarArticulo muy interesante, permite reconocer el amor y valor patriótico por encima de su familia y su bienestar, ejemplo que todo peruano debe imitar.
ResponderEliminarViva el Perú! Viva Ugarte!!!
ResponderEliminarhola necesito el numero de la ley que lo declara heroe nacional
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