La interminable lucha contra el terreno y los elementos contribuyó, en igual medida que los combates, y en ocasiones incluso más aún, a dar carácter a la campaña de Africa Oriental, que se prolongó por espacio de diecisiete meses, desde Julio de 1940 a Noviembre de 1941. Durante toda la campaña, la naturaleza del relieve exigió originalidad, improvisación y una resistencia extraordinaria. Al mismo tiempo impuso precisas limitaciones de orden táctico.
En el centro de aquella vasta
región se halla Etiopía, un maciso montañoso y un territorio (1.250,000
kilómetros cuadrados de superficie) que era el más inaccesible de toda Africa.
En teoría, se trataba de un país fácilmente defendible contra las invasiones
pero la imposibilidad de utlizar otras vías que no fueran las escasísimas
carreteras y la casi absoluta falta de medios de comunicación imponían severas
restricciones al ejército invasor y a lo defensores.
ERITREA
Al norte de Etiopía se hallaba la
colonia italiana de Eritrea, bastante desértica y desolada,sin ningún interes
por lo que el esfuerzo militar de los adversarios se concentraba,
inevitablemente, en las escarpadas vertientes meriodionales, donde se
encontraban las únicas vías de acceso a Etiopía.
Al Sudeste y al Este se extendía
Somalía, cuyo territorio estaba repartido entre italianos, ingleses y
franceses. Sus 800,000 kilómetros cuadrados carecíian de todo recurso y eran el
territorio más primitivo de Africa.
A las características del suelo
hay que añadir la falta de preparación de que dieron muestra ambas partes en
semejante teatro de operaciones. Al entrar Italia en guerra, el Reino Unido no
disponía en Africa oriental de fuerzas capaces de sostener una campaña. Las
escasas unidades que habían sido posible reunir o reclutar en el país, tan solo
podían servir, en un principio para intentar defender Kenya, la Somalia
Británica y el Sudán contra una posible invasión italiana no demasiado
violenta.
LIMITACIONES
Teóricamente los italianos
gozaban de una superioridad numérica absoluta, pero en la práctica sus posibilidades
eran limitadas. Por otra parte, las fuerzas británicas fueron aumentando en el
transcurso de las diversas fases de la campaña. En cambio, los italianos,
aislados de la patria, no recibieron refuerzo alguno. Según datos italianos,
las cifras eran las siguientes: tropas peninsulares, 91,203; tropas indígenas,
192,273; en total, 290,476 hombres. A lo largo de la campaña fueron reclutadas
e instruídas más tropas etíopes. Pero no eran de fiar. Además Etiopía no
contaba con una economía y unos recursos que le permitieran atender las
exigencias de una guerra prolongada.
El país se hallaba en un estado
de constante inquietud. Vastas regiones permanecían en plena agitación después
de los cuatro años de ocupación italiana y numerosas tribus se sublevaban de vez
en cuando. De ahí que las fuerzas italianas estuviesen organizadas para
asegurar el orden interno, disperso en
lejanos distritos y equipado, en general, para servicios de guarnición.
Fusiles y armas capturados a los italianos
Los ingleses cuyo servicio de
información era inadecuado y poco eficaz, desconocían el escaso valor de las
fuerzas italianas. Por ello preveían la posibilidad de una invasión de su
territorio. La víctima sería sin duda Somalia Británica Pero esto no era lo
peor: la probable invasión del Sudán amenazaba, de hecho, el Oriente Medio, mientras que la invasión de
Kenya tendría serias repercusiones en toda Africa oriental.
BASES POTENCIALES
Los italianos invadieron, en
efecto, Somalia Británica, pero en el Sudán limitaron su actuación a la toma de Cassala, importante centro a 20
kilómetros de la frontera de Eritrea y en Kenya a la ocupación de Moyale, pequeña
ciudad fronteriza. En ambos casos, lo que únicamente perseguían era privar a
los ingleses de dos bases potenciales, de dos posibles vías de acceso al Africa
oriental italiana
De todas formas, con invasión o
sin ella, la presencia italiana en Africa oriental era un serio problema. El
“cuerno” de Africa dominaba la entrada del Mar Rojo, linea vital hacia el Oriente
Medio y los aviones italianos con base en tierra constituían una serie amenaza
para los buques británicos que abastecían la zona. En Massaua había, además,
una base naval. Por si todo esto fuera poco y a causa de la presencia
italiana,el Mar Rojo era oficialmente zona de guerra, lo que significaba que
los barcos americanos no podían navegar por sus aguas. Esas circunstancias
agravaba más el problema del desabastecimiento del Oriente medio.
Así pues, el mando británico
tenía motivos de preocupación y, mientras Africa oriental italiana constituyese
una amenaza en potencia, las tropas, por necesarias que fuesen en otros lugares,
debían permanecer en Kenya y en el Sudán.
OPERACIONES DIFERENTES
Es importante recordar que, en
aquel momento, nada hacía pensar a los británicos en la posibilidad de
conseguir la rendición italiana en Africa oriental. Todas las previsiones coincidían
en afirmar que una campaña que se propusiera tal objetivo sería demasiado
costosa y requeriría fuerzas de las que no se podía disponer. Sin embargo, lo
que andando el tiempo sería la campaña de Africa oriental no resultó ser una
campaña en la acepción normal del término. Fue un conjunto de operaciones
diferentes y en la primera fase, desligadas con un objetivo limitado cada una
de ellas. Ni siquiera existió, por lo menos hasta el final, un mundo autónomo,
sino que las operaciones fueron dirigidas en parte desde Kenya por el Teniente
General Sir Alan Cunningham y en parte desde el Sudán por el General de
División William Platt.
Sir Alan Cunningham
Sir Alan Cunningham
La campaña se inició con la
invasión de Somalia británica para los italianos. El Duque de Aosta, príncipe
de la Casa de Saboya y Virrey de Tiopía, había recibido instrucciones en el
sentido de mantener una actitud defensiva. Pero el Virrey temía que la Somalia
Francesa, pudiera servir de base para la invasión de Etiopía por tropas
británicas, pues si bien aquel territorio estaba bajo la tutela de Vichy, el
duque de Aosta no se fiaba de la guarnición.
Tanto la Somalia britanica como
la italiana (ambas se unieron en 1960 para formar la República de Somalia
independiente) son regiones desoladas. A unos 80 kilómetros hacia el interior, en
dirección a la frontera etiópica y paralela a la costa, corre una cordillera de
elevadas montañas, con alturas que oscilan alrededor de los 2 mil metros y que
son el paso obligado para una invasión procedente de Etiopía. Por lo tanto sólo
existían dos posibilidades: detener allí al invasor o dejarlo pasar, sin poder
ya detenerle en ninguna otra parte. No existe otra posición defensiva.
WAVELL
La primera valoración británica
sostenía que no no era posible defender Somalia, lo que era tanto ofrecer a los
italianos las costas del golfo de Adén. Pero el General Wavell visitó la
colonia en vísperas de la declaración de la Guerra de Italia y decidió que,
después de todo, era necesario hacer lo posible por conservarla. Calculó que
haría falta un mínimo de cinco batallones. Pero al comenzar la invasión, el 3
de Agosto de 1940, el comandante de la colina, Brigadier A. R. Charter, disponía
tan sólo de un batallón de Rodhesia del Norte, otro de fusileros reales, de dos
compañías del regimiento Punjab, del reducido pero móbil Camel Corps somalí y
de una batería con cuatro obuses de 94 mm. El batallón Black Watch estaba en
camino desde Adén.
A estas fuerzas, el General
Nasi, Comandante italiano en Etiopía
sudoriental, oponía 26 batallones, cada uno con su propia artillería. Cinco
grupos de indígenas, mandados por
oficiales italianos. Cuatro baterías de campaña, carros de combate ligeros y medios y vehículos
acorazados. Punto muy importante: las suyas eran fuerzas bien conjuntadas, al
contrario de lo que apresuradamente estaban reuniendo los ingleses.
FRACCIONES
Después de atravesar la frontera,
el dia 3 de agosto, las fuerzas italianas se fraccionaron. Una columna se
dirigió hacia el límite de la Somalia Francesa y como no se podía hacer nada
para detenerla en dos días alcanzó su objetivo, que era impedir que la
guarnición francesa intentase ayudar a los ingleses.
La atención del pequeño pero
enormemente activo Camel Corps, se centró enseguida en el resto de las fuerzas
mandadas por el General de División De Simone. Aún obligado a replegarse
continuamente, el Camel Corp no cesó de hostigar al enemigo, consiguiendo
retardar su avance. En consecuencia, De Simone tardó dos días en llegar a
Hargeisa, la primera e indefensa ciudad de la Somalia Británica. .Pero
sobrevalorando la fuerza del citado Camel Corps y en lugar de lanzarse inmediatamente sobre Tug Argan, situado a 100 kilómetros al Noreste, dedicó tres
días a fortificar Hargeisa, hasta transformarla en una base apta para resistir
los duros combates que se esperaban.
Luego reemprendió la marcha, el 8
de Agosto, y llegó a Tug Argan el día 11. Pero el retraso de Hargeisa había
sido de la mayor importancia para los ingleses pues dio tiempo a que llegara el
batallón Black Watch y permitió al General Wavell nombrar un comandante de las
fuerzas defensivas: el General de División
A. R. Godwin Austen.
TUG ARGAN
En Tug Argan, la carretera con
muchas curvas, estaba dominada por seis alturas, separadas entre si por una
distancia de un kilómetro y medio o dos y ocupadas por escasas tropas británicas Los italianos desencadenaron en seguida una potente barrera de
artillería y se lanzaron con fuerzas equivalentes a una brigada, a la conquista
de una de las cimas, que lograron ocupar y conservar pese a dos valerosos
contraataques. Atacaron también otras dos costas. Pero los defensores los
detuvieron causándoles muchas bajas. Aquel día los italianos no hicieron más
progresos.
Al día siguiente atacaron todas
las posiciones, y todas ellas, menos una, resistieron el asalto enemigo,
produciéndose encarnizados combates que duraron desde el alba hasta entrada la
noche. Pero mientras las fuerzas británicas empleaban todos sus recursos, los
italianos disponían de grandes reservas, por lo que consiguieron ascender
gradualmente por la derecha, mientras avanzaban sobre el flanco Este de las
cimas defendidas.
Los combates continuaron todo el
día 13 de Agosto, sin que los defensores cediesen un palmo de terreno. Mientras
tanto, los cuatro obuses de 94 mm hacían lo que podían contra la artillería
enemiga, muy superior. Al fracasar un intento de detener la infiltración
enemiga, las tropas británicas empezaron
a darse cuenta de que estaban a punto de ser cercadas y de que corrían el
peligro de perder el acceso a la única vía de retirada. El 14 de Agosto, cuarto
día de la batalla, los defensores seguían resistiendo. Pero la amenaza de
quedar aislados de un momento a otro era cada vez mayor.
Soldados ingleses
Por este motivo el General
Godwin-Austen telefoneó a El Cairo y comunicó que al no existir ninguna otra
posición apta para la defensa, la única forma de salvar sus fuerzas era evacuar
Somalia. Y El Cairo dio su aprobación.
ATAQUES
Godwin Austin resistió otro día
más los ataques enemigos pero durante la noche del 15 empezó a retirarse hacia
una posición preparada unas millas más atrás, dondel el Black Watch contraatacó
dos veces y con tal intensidad que los italianos se vieron obligados a
detenerse, lo que dio al General Godwin Austen el tiempo suficiente para poder
embarcar sus fuerzas en un buque de guerra que esperaba en Berbera. Los
italianos llegaron a esta localidad el 19 de Agosto.
La defensa de Somalia Británica
costó a los ingleses 250 bajas contra 2,052 de los italianos. En cuanto al
primer ataque lanzado por los ingleses contra el Africa Oriental italiana, en
Febrero de 1941, cuyo objetivo era eliminar lo que seguía considerándose como
una amenaza a Kenya, fue dirigido contra Somalia Italiana y corrió a cargo,
principalmente, de la División 12 africana del General Godwin Austen.
El gran problema era como llegar
a Somalia. La única carretera transitable atravesaba el distrito fronterizo del
norte de Kenia, región esteparia, cálida inhóspita y sin agua, salvo en la estación de las
lluvias. Pero entonces el suelo se
transformaba en una inmensa chacra completamente impracticable. La cabecera de
linea ferroviaria más cercana estaba a 600 kilómetros y desde este punto los
abastecimientos deberían transportarse por caminos que se hallaban en pésimas
condiciones. Realmente aquella región era más bien un obstáculo que un adecuado
trampolín de lanzamiento.
IMPACIENCIA
El General Cunningham que asumió
el mando de Kenya en Noviembre, había previsto no lanzar ningún ataque antes del mes de Mayo, cuando
cesaran las grandes lluvias. Pero la impaciencia que reinaba en Londres, junto
con la perentoria necesidad que se tenía en Oriente Medio de las tropas
de Kenya, obligaron a acelerar el ritmo. La defensiva de Febrero no inspiraba
mucha confianza, ya que las fuerzas italianas en Somalia habían sido
considerablemente sobrevaloradas y se esperaba hallar una dura resistencia en
Chisimaio. Si no se conseguía tomar esta ciudad y atravesar el río antes de que las tropas británicas consumieran una parte sustancial de sus abastecimientos, sería imposible continuar hacia el Norte.
Incluso se consideraba preferible retirarse en caso de que Chisimaio no fuera
ocupada en menos de diez días.
Durante los primeros 150
kilómetros hacia el Este, a través de una región llana, y hasta la ciudad
de Afmadu que sería atacada el 11 de
Febrero por la División 12 africana, no se esperaba encontrar resistencia. El
10 de Febrero Afmadu fue duramente bombardeada por la aviación sudafricana,
causando tal efecto sobre la moral de la guarnición que cuando las avanzadillas
de la División 12 se aproximaron, descubrieron que los italianos se habían
retirado. Entonces al hallar Afmadu sin guarnición, los ingleses avanzaron con
sorprendente rapidez.
La gran guerra en el Africa
GOBUIN
La Brigada de Costa de Oro avanzó
unos cientos de kilómetros en dirección Oeste. Al día siguiente ocupó tres
encarnizados combates, una posición bien defendida situada en la margen izquierda del río Giuba, tras lo cual prosiguió otros 50 kilómetros hacia el
Norte, ocupando una nueva posición situada en el citado río.
La mañana del 14 de Febrero los sudafricanos tomaron Gobuin, 130
kilómetros al sudoeste de Afmadu y a unos 15 kilómetros al norte de Chismaio:
el camino quedaba libre para la Brigada 22 que tomó por asalto Chisimaio
aquella misma noche. La resistencia de los sitiados fue muy débil.
El Duque de Aosta, sobrevalorando
la fuerza de los ingleses, del mismo modo que éstos sobrevaloraron la suya,
había ordenado previamente que se evacuara Chisimaio, no sin antes destruir
todos los depósitos e instalaciones. Pero la rapidez del avance británico
impidió que esto se llevase a cabo en su
totalidad.
El Duque de Aosta
Importantes fuerzas italianas
ocupaban la orilla del Giuba en Gobuin. Destruyeron el puente y se organizaron
a la defensiva, por lo que les fue fácil frustrar el primer intento de las
tropas sudafricanas de atravesar el río. Durante una semana la actividad se
redujo a estos repetidos intentos. Después, algunas lanchas de asalto
sudafricanas consiguieron atravesarlo a unos 11 kilómetros más arriba. Los
italianos contraatacaron inmediatamente, más la cabeza de puente resistió hasta
la llegada de refuerzos. Siguieron otros días de encarnizados combates, pero el
23 de Febrero las tropas sudafricanas ya eran dueñas de ambas oríllas en una
longitud de unos 13 kilómetros. A los italianos no les quedaba otra solución que rendirse o desaparecer entre
los bosques.
DEBILIDADES
Los sudafricanos se lanzaron
inmediatamente en dirección Norte y tras un avance de 80 kilómetros a lo largo
de la margen oriental, se unieron a la Brigada de Costa de Oro, que a su vez
había forzado el paso del río, 130 kilómetros hacia arriba y se dirigía hacia
el Sur.
Entonces, y a pesar de que se
había elaborado un plan minucioso, la resistencia italiana, inesperada e
inexplicablemente, cedió de improviso. Desde ese momento se hizo evidente que
las fuerzas italianas o no querían combatir o eran incapaces de oponer
resistencia eficaz. El Comandante italiano era el mismo General De Simone que
había librado siete meses antes, la Batalla Tug Argan. Disponía de dos
divisiones en aquella zona, pero su resistencia a emplearlas era uno de los
frutos de la defensa organizada en Tug Argan por el General Godwin- Austen con
el que de nuevo se enfrentaba.
Es cierto, sin embargo, que los
vehículos italianos estaban muy por debajo de lo que las necesidades exigían
por lo que De Simone carecía de movilidad, factor indispensable en la maniobra
táctica. Por añadidura, la aviación italiana se mostraba casi totalmente
inactiva, mientras las tropas británicas gozaban de un excelente apoyo aéreo.
PLANES RECONSIDERADOS
Por otro lado, las tropas etíopes
que combatían con los italianos demostraron ser muy poco de fiar y tendían a
desaparecer en el boscaje apenas sonaban los primeros disparos. Esto no debería
haber sorprendido a los italianos. Sin embargo, ellos asignaron a los etíopes
la misión de retardar y hostigar las fuerzas británicas.
Tras la caída de Gelib, el mando
italiano en Somalia se desintegró y los planes británicos
tuvieron que reconsiderarse. La falta de una resistencia eficaz causó
gran sorpresa e indicaba que podían correrse riesgos hasta entonces no
imaginados. Además la toma de Chisimaio, con el puerto prácticamente intacto,
permitió la llegada de abastecimientos por mar, lo que cambiaba al fin la
situación logística.
Lo que había empezado siendo un
simple avance ilimitado a eliminar la posible amenaza sobre Kenya, se convirtió
de pronto en una vasta operación ofensiva cuyo objetivo era expulsar a los
italianos de Somalia y servirse de este territorio como base para la invasión
de Etiopia. Así pues, el General Cunningham dio la orden de ocupar lo antes
posible la capital, Mogadiscio, que contaba con un importante puerto y buenos
servicios.
A tal fin se envió la brigada de
tropas africanas a Gelib y se le asignó la misión de perseguir a los italianos
en retirada. Bombardeados desde el mar y continuamente desde el aire, esta
retirada se transformó en una completa derrota y los nigerianos cubrieron los
400 kilómetros que les separaban de Mogadiscio en tres días.
Ni siquiera se intentó defender
esta ciudad. El 25 de Febrero los primero nigerianos entraron en ella y
encontraron 1.5000.000 litros de gasolina y 360,000 litros de carburante para
aviones, además de considerables cantidades de provisiones.
Mapa de Somalia italiana
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