Tras haber dejado escapar a los
alemanes en el mar, la intervención del Almirante Forbes y del Almirantazgo era
enviar a la Home Fleet a los fiordos de Trondheim o de Bergsen para bloquear
allí a los bosques germánicos. Pero la acción fue demasiado lenta e indecisa de
modo que, entre intercambio de órdenes y demandas de información, pasó el
momento favorable. Por ello, hasta las 22.30 del 9 de Abril de 1940, Forbes no
ordenó que cuatro cruceros y siete destructores se dirigieran hasta Bergen. El
ya había rebasado 60 millas de la costa,
en su navegación hacia el sur. Pero cuando los destructores invirtieron la ruta
se encontraron con el “mar de proa” y se vieron obligados a reducir la velocidad. En consecuencia, no
pudiendo llegar a Bergen antes de la noche. Entonces, se suspendió el ataque.
Horas después, las condiciones
atmosféricas fueron mejorando y aquella misma tarde apareció la Luftwaffe para cumplir
su misión: proteger los desembarcos alemanes de los ataques de la escuadra
inglesa. La acción, en su conjunto, la llevaron a cabo 88 Heinkels III y
Junkers 88. Pero, tanto su bombardeo como el tiro de los antiaéreos ingleses,
fueron ineficaces.
Tropas nazis en Noruega.
Tropas nazis en Noruega.
HUNDIMIENTO
Los resultados del ataque se limitaron al hundimiento
de un destructor y a daños insignificantes en tres cruceros y en el acorazado
Rodney, a causa de una bomba de 500 kg que hizo explosión en forma incompleta.
Cuatro aviones alemanes fueron alcanzados, pero sólo se vio caer al mar a uno de ellos. No obstante, como los buques
ingleses habían empleado gran cantidad de municiones antiaéreas, el comandante
en jefe, convencido de que no podía arriesgar más la seguridad de su escuadra
dentro del radio de acción de la Luftwaffe sin un apoyo conveniente de la aviación de
caza, se dirigió nuevamente al norte, abandonando la idea de realizar una
acción naval de superficie contra los invasores.
Habrían podido proporcionar
cierto apoyo aéreo, aunque por breve tiempo, los pocos aviones de caza Blenheim,
de gran autonomía, disponibles en Inglaterra. Pero, según la estrategia naval
tradicional, la escuadra debía estar en condiciones de defenderse por sí misma,
utilizando sus propios medios y, al parecer, ni siquiera se solicitó la ayuda
de los Blenheims. De los portaviones ingleses, el Ark Royal había sido enviado
al Mediterráneo para unirse al Glorious, permaneciendo sólo el Furiuos en el
Clyde. Este último zarpó en las primeras horas
del 8 de Abril. Tras haber embarcado sus aviones. Pero, como en el curso
de los primeros trabajos de reparación se había reducido el espacio destinado a
ellos para aumentar su armamento antiaéreo, no llevaba a bordo ningun caza. El
Furious encontró la escuadra a la altura de las islas Shetland el 10 de abril.
Entonces todas las unidades se dirigieron de nuevo hacia Trondheim, para que los Swordfish del
portaaviones pudieran lanzar un ataque de torpedos contra el crucero Hipper.
TORPEDOS
Pero cuando llegaron a Trondheim,
el 11 de Abril, descubrieron que el Hipper ya había zarpado. Finalmente los
torpedos lanzados contra los destructores que se encontraban todavía allí no
alcanzaron el objetivo.
En otras zonas, la actividad de
la Marina inglesa había obtenido mejores resultados, aunque no decisivos. En la
noche del 9 al 10, frente a Kristiansand, el submarino Truant torpedeó al
crucero Karlsruhe y le causó daños tan graves que los mismos alemanes tuvieron
que hundirlo. Otro submarino, el Spearfish, torpedeó al Lützow, pero este buque
consiguió ponerse a salvo. Finalmente, habiendo obtenido la autorización para
hundir todos los buques que se dirigieran hacia el norte, los submarinos que se
encontraban en Kattegat y Skagerrak, aun corriendo graves riesgos por el hecho
de actuar en condiciones extremadamente difíciles, obtuvieron notables éxitos
contra los buques alemanes que realizaban el transporte de tropas y material
dificultando sensiblemente la realización del planeado ataque germano.
En Bergen, en las primeras horas
del día 10, varios aviones Skua de la aviación naval, que habían despegado de
Scapa Flow y operaban en el límite máximo de su autonomía, bombardearon el
crucero ligero Köningsberg y
consiguieron hundirlo.
Aquella misma mañana, el
Comandante Warburton Lee, sin esperar la llegada de refuerzos, se dirigió con
tres destructores a Ofortfiord, donde sorprendió a diez destructores alemanes,
a la altura de Narvik y consiguiendo hundir dos de ellos y averiar otros,
aunque estos daños fueron parecidos a los que experimentaron los buques
ingleses en un segundo combate en el que perdió la vida el Comandante
Warburton-Lee.
Aviones en el aire listos para atacar.
Aviones en el aire listos para atacar.
ACORAZADO
El 12 de Abril el Almirantazgo
ordenó a Forbes, que entonces estaba acercándose a los Vestfiords, a que
enviase un acorazado para completar la destrucción de los barcos alemanes en
Narvik y al día siguiente el veterano acorazado Warspite y todos los
destructores ingleses disponibles se dirigieron a Ofortfiord para hundir a los
restantes destructores alemanes.
Los noruegos habían rechazado
valerosamente la propuesta de rendición hecha por Hitler. Pero por desgracia
muy pronto se darían cuenta de que los medios de que disponían eran totalmente
inadecuados para resistir.
Según lo previsto, en el momento
de la movilización, cada uno de los seis distritos del Ejército noruego debía constituir
una brigada de campaña. A esta se añadirían después las restantes unidades para
completar la formación de una división y las guarniciones.
RETIRO
Pero estas unidades complementarias se
constituirían gradualmente y con un equipo reducido. Sorprendido por el ataque
enemigo antes de la movilización –solo estaba preparada la brigada 6 de
campaña, situada en el extremo septentrional del país y unas cuantas unidades
aisladas cerca de las ciudades más importantes-, el Ejército se retiró de las
ciudades, abandonando puertos y aeródromos y, confuso e inseguro, trató de
realizar un plan de movilización destinado fatalmente al fracaso por el estado
de desorganización que reinaba en el país.
Con el nombramiento de Otto Ruge como
comandante en jefe, el día 11 de Abril, el Gobierno había confiado el mando del
Ejército a un hombre frío y decidido. Inmediatamente, Ruge comenzó a dar
órdenes, eliminando toda duda respectó a una posible rendición e instando a los comandantes de los distritos
a que resistiesen a los alemanes, deteniéndoles en las bolsas costeras que
ocupaban.
En el Norte, el general Fleischer
había perdido, con la guarnición del Narvik, uno de sus batallones. Otro
batallón detuvo a los hombres de Dietl el 10 de Abril, a unos 26 kilómetros al norte de Ejerkvik, en
la carretera a Bandufoss, donde Fleischer estaba concentrando sus fuerzas en el
centro de instrucción y en el aeródromo
militar. En Trondheim, las fuerzas del 5° distrito se retiraron hacia el Norte
a Stenkjär, para complementar la movilización pero al hacerlo dejaron a los
alemanes el aeródromo militar de
Vaernes, situado a unos 40 kilómetros de Trondheim. La artillería dejó sus
piezas en los depósitos de la ciudad, pero el Comandante Holtermann reunió un
contingente de voluntarios en el viejo fuerte de Hegra y allí opuso al enemigo
una encarnizada resistencia que duró hasta principios de mayo y tuvo
comprometidas a fuerzas alemanas muy superiores.
GRUPOS
En Bergen, las fuerzas del 4°
Distrito se retiraron también hacia el interior a Gol. Mientras que en
Stavanger y Kristiansand unas pocas tropas noruegas se replegaron hacia las
inaccesibles regiones interiores. En Halden, en la zona sudoriental, las
fuerzas del Distrito N° 1 comenzaron a movilizarse, mientras que en la parte
menos accidentada que rodea Oslo, el General de División Hvinden Haug,
comandante del 2° Distrito, organizó sus hombres en cuatro débiles grupos de combate
e hizo todo lo posible para cerrar las salidas de la ciudad.
Por la tarde del 9 de Abril, las
fuerzas alemanas situadas en la capital noruega ascendían solamente a nueve compañías, pero al día siguiente
comenzaron a afluir tropas por aire y mar. Dos divisiones alemanas (la 163
y la 169) que sufrieron graves pérdidas y se habían desorganizado durante la travesía, improvisaron grupos de
combate con las fuerzas desembarcadas.
OCUPACION
En el transcurso de unos pocos días estos
núcleos estuvieron preparados y pudieron atacar a los noruegos todavía sólo y
parcialmente movilizados con toda la rapidez y la fuerza de la guerra
relámpago. El 12 de abril un regimiento alemán reforzado avanzó unos 115
kilómetros hacia el sur, a lo largo de la orilla oriental del Oslofiord y, al día
siguiente, ocupó Haldden. Otro regimiento atacó hacia el Este. Muy pronto
varias unidades del Distrito N° 1 se vieron forzadas a retirarse al otro lado
de la frontera sueca. El día 15 todo había concluido en aquel sector: 3 mil
noruegos se internaron en Suecia y 800 quedaron prisioneros de los alemanes. En
el otro flanco, la División 163 alemana ocupó Kongsberg, a 91 kilómetros al
sudoeste de Oslo y Hönefoss, a 57 kilómetros al
noroeste. Al sur, el 3er Distrito sometido a una presión incesante por
parte de los alemanes, capituló el 15 de Abril. Por el momento, los hombres de
Ruge y de Hviden Haug se enfrentaban solos a los alemanes.
El día 13 de Abril varios grupos
de combate germanos atacaron hacia el norte. Cuatro de ellos avanzaron por las
carreteras que discurren próximas a los grandes lagos Mjösa y Randsfiord y
otros dos se dirigieron hacia el noroeste, donde el ferrocarril de Bergen cruza
las montañas. El día 18 los alemanes entraron
en Hamar y al día siguiente en Elverum. Otros grupos convergían ya sobre
Gjövik. El 20 tomaron contacto con las posiciones noruegas que defendían
Lillehamer y Rena- Aamot, donde encontraron una tenaz resistencia por parte de
fuerzas noruegas que combatían en las montañas cubiertas de nieve.
Gracias a una acción de mando
audaz y vigorosa, a la calidad superior del equipo y al apoyo de la Luftwaffe,
estos grupos alemanes realizaron en ocho días un avance de casi 300 kilómetros.
PEDIDO
Ruge que había ordenado a Hvinden
Haug que efectuase una acción retardadora evitando emplear el grueso de su
Ejército, pidió fuerzas que le cubriesen
el flanco occidental. Ruge esperaba entonces poder mantener la salida
meridional de los altos y nevados páramos situados al norte de Lillehammer, a fin
de que los ingleses y franceses, después de reconquistar Trondheim, pudiesen
avanzar hacia el sur y liberar Oslo.
La noticia de los desembarcos
alemanes y de los éxitos que estaban consiguiendo
constituyeron para los jefes de estado mayor y para el Gobierno inglés una
sorpresa desconcertante. La tarde del 9 de Abril decidieron hacer de Narvik su
objetivo inmediato y comprobar la posibilidad
de aprovechar los pequeños puertos de Namsos y Aandalsnes para un avance
en el interior, a fin de reconquistar Trondheim.
En el transcurso de la noche del
7 al 8, el Almirantazgo ordenó a los cruceros que se encontraban en Rosyth que
desembarcasen sus tropas y alcanzasen, con las unidades de escolta que
acompañaban a los buques de transporte en el Clyde, a la Home Fleet a la altura
de la costa noruega.
CONFUSION
Las operaciones de desembarque y
reembarque habían comprobado cierta confusión y
pérdida de material, pero aún
tuvo consecuencias más graves la hipótesis sobre la que se habían basado para
organizar la expedición: creían que se trataba simplemente de oponerse a
débiles destacamentos alemanes. Por lo tanto, la artillería de campaña era
escasa y prácticamente faltaban los medios acorazados. Además las fuerzas que se encontraban en
Rosyth tenían también la desventaja de la insuficiencia de los medios de transporte. Por último, los movimientos de las fuerzas del
Clyde veían dificultados por la
presencia de un alto porcentaje de personal administrativo y auxiliar que tenía
la misión de establecer una base en Narvik.
Veinticuatro horas después de la
segunda batalla naval de Narvik, el General Mackesy, que mandaba la expedición militar destinada a
este puerto, llegó a Harstad, donde se le unió poco después la Brigada de
Guardias y los destacamentos que tenían
que encargarse de la base. El Almirante Lord Cork
Orrery, nombrado comandante de las operaciones navales de Narvik, había
zarpado de Rossyth el mismo día que Mackesi abandonó Scapa Flow. Pero sus
órdenes no habían sido coordinadas y, mientras Mackesy creía que se debía
realizar una lenta campaña en tierra, Cork, dándose cuenta de la gravedad de la
situación, pretendía atacar desde el mar las escasas fuerzas de Dietl, que se
encontraban en Narvik.
Cuando Cork Y Mackesy se
encontraron era ya demasiado tarde para conseguir que al segundo ataque naval
le siguiera un desembarco en Narvik y
muy pronto se comprobó, además, a que aquellas fuerzas sin instrucción ni equipo
para combatir en las montañas cubiertas de nieve, no se hallaban de momento en
situación de efectuar operaciones en tierra. Mientras tanto, el tiempo pasaba.
MAYO
Llegó el mes de Mayo y todavía los comandantes
ingleses estaban discutiendo sus
opuestos pareceres, mientras en las montañas del interior los noruegos de
Fleischer soportaban el peso de duros combates.
Inmediatamente después de haber
designado a Narvik como primer objetivo, los Aliados comenzaron a percatarse de la importancia estratégica y política de Trondheim.
En consecuencia, se dispuso un nuevo
plan que establecía el desembarco en el Trondheimsfiord, cerca del aeródromo de
Vaernes de la Brigada de Infantería 15, retirada de Francia precisamente para
esta misión. Al mismo tiempo dos batallones canadienses deberían de desembarcar en la desembocadura del fiordo
para apoderarse de las baterías costeras. Simultáneamente a este ataque, la
Brigada de Infantería del Chaseurs Alpins (infantería de montaña)
desembarcarían en Namsos, para avanzar después por el nordeste sobre Trondheim,
mientras la Brigada de Infantería148 desembarcada en Aandalsnes, llevaría a cabo
una acción de diversión por el sur, atravesando toda la zona de Dombaas.
Prisioneros a bordo de la cubierta de un buque.
Prisioneros a bordo de la cubierta de un buque.
APOYO
El Almirantazgo, probablemente
aconsejado por Churchill, le dijo a Forbes que lo estudiara bien y le prometió
el apoyo del Ark Royal y del Glorious, tres acorazados, cruceros y
destructores. La elaboración de este plan continuó a pesar de algunos retrasos,
hasta aquel 19 de Abril los jefes de estado mayor manifestaron su opinión en contra.
Por eso vino la revocación de
esta parte del plan. Un alivio para los ingleses. No estaban preparados para enfrentar
a la Luftwaffe. Hitler estaba considerando reducir drásticamente las pérdidas
alemanas en Noruega. El Fuhrer concentró
su atención en la gran ofensiva que estaba preparando en Occidente.
La Brigada Inglesa desembarcó en
Namsos las noches del 16 y 17 de abril y se puso en contacto con el General noruego
Getz. El 19 a pesar del obstáculo que representaban los hielos dos destructores
alemanes consiguieron penetrar en el Beitstatadfiord y desembarcar tropas.
Luego se estableció una nueva línea defensiva con los noruegos desplegados al
norte de Stenkjar. Las operaciones en tierra quedaron paralizadas. Pero los
ataques aéreos alemanes destruyeron Namsos.
El día 2,1 los alemanes lanzaron
un ataque en fuerza. Las compañías inglesas que todavía no habían podido reorganizarse
debidamente en las posiciones avanzadas,
emplearon toda la noche para cubrir la retirada noruega. Hubo un
enfrentamiento a fuerzas alemanes que, dicho sea de paso, estaban en superioridad.
ATAQUE
Aquella misma tarde, los alemanes
atacaron en el sector de Balbergkam.
Ellos bordearon una colina, aparecieron
de improviso. Mientras que los noruegos se retiraron. La compañía que guarnecía
Toltstad fue arrollada y los nazis atacaron el grueso de las fuerzas de Morgan.
Varios carros de combate ligeros, contra los que los fusiles contracarros
ingleses demostraron ser casi totalmente ineficaces, consiguieron romper el
frente, aislando a los ingleses y noruegos
en la ladera de la colina y sometiendo al pueblo y el puente a un
intenso fuego. Los hombres de Morgan resistieron hasta las primeras horas de la noche, pero
después se retiraron.
De este modo se aniquiló a la
débil fuerza inglesa lanzada hacia el sur. También los alemanes atacaron el día
21 en el Osterdal ocupando Rena y Aamot. Había una acción retardadora de parte
de los noruegos. El dia 25 volvió a ser
una realidad el ataque alemán y duró hasta gran parte del siguiente. Los
ingleses se retiraron.
A la mañana siguiente los
alemanes siguieron avanzando. Pero fueron contenidos en Otta. Habían avanzado sólo
29 kilómetros en cuatro días. Lo cierto es que los ingleses se habían retirado
de las regiones centrales de Noruega. Los alemanes tenían el dominio absoluto
del aire. La Luftwaffe dominaba los
valles entorpeciendo los movimientos enemigos. Le arrebataba a los Aliados la
posibilidad de desembarcar más fuerzas o apoyar a las que ya se encontraban en
tierra.
Urbe invadida.
Urbe invadida.
RETIRO
La Luftwaffe atacó el crucero
Suffolk sin conseguir hundirlo, pero si debilitarlo. La Fuerzas Aliadas, otra
vez se retiraron. El teatro de operaciones se redujo a Narvik y a los territorios
septentrionales. Pero al poco tiemplo los Aliados tuvieron que abandonar la
zona de montañas nevadas. El 20 de Mayo los noruegos atacaron de improviso
obligando a los alemanes a retirarse a su última posición de montaña. Los
francés llegaron como refuerzo efectivo. Por su parte,Los alemanes tuvieron que irse a
otra línea defensiva situada más al norte. Los noruegos se disponían a desencadenar el ataque decisivo . Pero para
su desgracia, el fin de la resistencia en Noruega central dejó muchas fuerzas
libres a los alemanes, que se dirigían al norte para recuperarse.
El primer peligro que amenazó a
los Aliados en el norte lo constituyeron los ataques aéreos. Harstad fue
bombardeada varias veces y aunque había notables defensas antiaéreas, se veía claramente
que era necesaria la ayuda de aviones de
caza. El 26 de abril el Furious que había permanecido en aguas del Norte zarpó
rumbo a Escocia. Diez días después llegó el Ark Royal a aguas de Harstad y sus
Skua pudieron al fin efectuar una moderada, pero ciertamente muy agradecida,
actividad de cobertura.
Los cazas ingleses obtuvieron
nuevos éxitos abatiendo numerosos aviones alemanes. Pero estos últimos habían
comenzado a moverse por tierra y derrotaron a varias compañías autónomas
inglesas. Querían con acciones de guerrilla detener el avance alemán . Pero no
lo consiguieron. La penetración alemana hacia el enemigo proseguía.
RENUNCIA
Comenzaron a sentirse las grandes
derrotas de los Aliados en Francia y los Países Bajos. El Gobierno inglés se
vio obligado a renunciar sus compromisos en Noruega y ordenó que sus tropas se
retiraran. Mientras tanto, los alemanes ingresaron a la ciudad de Bodö que,tras
los bombardeos, era presa de las llamas. Los soldados noruegos en las motañas
estaban cruzados de manos y nada podían hacer. Sus ataques habían sido anulados.
La amenaza más grande no procedía de tierra o del aire. Sino del mar.
Los cruceros de batalla Gneisenau
y Scharnhorst, el Hipper y cuatro destructores zarparon de Kiel la mañana del 4
de Junio. El Almirante Marschall, que mandaba a la formación, había recibido la
orden de disminuir la presión que los Aliados estaban ejerciendo sobre Dietl,
atacando Harstad y de conducir después sus buques a Trondhdeim, a fin de apoyar
el avance hacia el Norte.
Los buques cruzaron el Mar del
Norte en misión de exploración en lugar de entrar en los fiordos para
bombardear Harstad. Marschall había
decidido atacar los convoyes británicos cuya presencia se había señalado. Casi
de improviso, los alemanes avistaron algunos buques ingleses. Dos de ellos
fueron hundidos y a un barco hospital lo dejaron marchar. Después le tlcó el
turno al portaaviones Glorius.
TRAMPA
El portaviones cayó en una trampa
y fue hundido, a pesar de los heroicos intentos que realizaron por salvarlo
realizados por dos destructores. El 10 de junio aviones de reconocimiento
ingleses descubrieron a los buques alemanes en el Trondheimsford y el día 12
varios Skua del Ark Royal los atacaron pese a las desfavorables condiciones
atmosféricas. La mitad de los aviones fueron derribados y sólo una bomba
alcanzó su objetivo-el Scharnhorst- aunque sin hacer explosión. El día 23 mientras
cubría el regreso del Scharnhorst a Alemania, el Gneisenau fue alcanzado por un
torpedo del submarino inglés Clyde que abrió una larga brecha en la proa. Ambos
navíos muy averiados tuvieron que entrar en dique seco para los necesarios
trabajos de reparación.
Midiéndolas a escala de las dos
guerras mundiales, las pérdidas que experimentaron ambas partes en la campaña de
Noruega fueron casi insignificantes: 1,355 noruegos muertos y heridos,1,869
ingleses y 533 franceses y polacos entre muertos, heridos y desaparecidos.
Considerablemente mayores fueron las pérdidas de vidas humanas en el mar. Las
bajas alemanas ascendieron a 5,660 hombres de los cuales 1,317 murieron en tierra y el resto en el mar, o si se quiere,
desaparecidos. La afirmación de Churchill en el sentido de que la Marina
alemana había quedado fuera de combate a un precio que la Armada inglesa, más
poderosa, podía pagar, sirvió tal vez de cierto consuelo. Pero, sin duda
alguna, no justificó una campaña en la que los alemanes habían conseguido sus
objetivos y los Aliados ninguno.
En la inmensidad de la nieve, la bandera flamea.
En la inmensidad de la nieve, la bandera flamea.
ENCUENTRO
La campaña de Noruega, iniciada
en Londres por Churchill y el Almirantazgo y en Berlín por Raeder y el Estado Mayor de la Armada,
fue más bien un encuentro de guerras navales y aéreas. En ellas, Raeder se valió, con éxito del factor sorpresa
y de la capacidad de la Luftwaffe para tener siempre en tensión a la escuadra
inglesa. Churchill, que buscaba una coyuntura que permitiese a los ingleses
aprovechar su superioridad en el mar, sobrevaloró la eficacia de su Marina.
Durante años, los aficionados a las
comparaciones se habían esforzado en
quitar valor a las afirmaciones del enemigo respecto a su potencia naval y aéreo.
Pero lo cierto es que cuando se produjo el inevitable encuentro, la Home Fleet
demostró estar mal preparada para afrontarlo. Se prefirió la retirada abandonando a su suerte a la
Noruega central.
Una vez que los alemanes consiguieron desembarcar, los buques de
guerra ingleses no pudieron hacer nada contra ellos: lo que se necesitaba eran
fuerzas terrestres y aéreas. Por lo tanto, la campaña de Noruega constituyó el
primer ejemplo de un nuevo tipo de guerra basado en tres elementos, un tipo de
guerra destinado a repetirse muchas veces en los años sucesivos. Esta campaña
demostró también que los ingleses no estaban debidamente preparados para la nueva concepción estratégica: en
parte, porque no lo estaban para la guerra en general, pero también porque no
fueron lo bastante previsores para mirar más allá de los reducidos límites de
la ortodoxia y de la lealtad respecto a cada arma. (Sacado, editado, condensado y resumido de la Revista “Asi fue la
Segunda Guerra Mundial”)
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