martes, 30 de abril de 2013

LA CONQUISTA DE NORUEGA

La primera parte del ataque alemán se había desarrollado según los planes previstos. Los desembarcos en los puntos de importancia vital se llevaron a cabo sin demasiadas interferencias por parte de la marina británica. La reacción aliada se produjo más tarde y fue tan ineficaz que demostró su falta de preparación para la nueva estrategia.
Tras haber dejado escapar a los alemanes en el mar, la intervención del Almirante Forbes y del Almirantazgo era enviar a la Home Fleet a los fiordos de Trondheim o de Bergsen para bloquear allí a los bosques germánicos. Pero la acción fue demasiado lenta e indecisa de modo que, entre intercambio de órdenes y demandas de información, pasó el momento favorable. Por ello, hasta las 22.30 del 9 de Abril de 1940, Forbes no ordenó que cuatro cruceros y siete destructores se dirigieran hasta Bergen. El ya había rebasado  60 millas de la costa, en su navegación hacia el sur. Pero cuando los destructores invirtieron la ruta se encontraron con el “mar de proa” y se vieron obligados  a reducir la velocidad. En consecuencia, no pudiendo llegar a Bergen antes de la noche. Entonces, se suspendió el ataque.
Horas después, las condiciones atmosféricas fueron mejorando y aquella misma tarde apareció la Luftwaffe para cumplir su misión: proteger los desembarcos alemanes de los ataques de la escuadra inglesa. La acción, en su conjunto, la llevaron a cabo 88 Heinkels III y Junkers 88. Pero, tanto su bombardeo como el tiro de los antiaéreos ingleses, fueron ineficaces.


Tropas nazis en Noruega.

HUNDIMIENTO
 Los resultados del ataque se limitaron al hundimiento de un destructor y a daños insignificantes en tres cruceros y en el acorazado Rodney, a causa de una bomba de 500 kg que hizo explosión en forma incompleta. Cuatro aviones alemanes fueron alcanzados, pero sólo se vio caer al mar  a uno de ellos. No obstante, como los buques ingleses habían empleado gran cantidad de municiones antiaéreas, el comandante en jefe, convencido de que no podía arriesgar más la seguridad de su escuadra dentro del radio de acción de la Luftwaffe  sin un apoyo conveniente de la aviación de caza, se dirigió nuevamente al norte, abandonando la idea de realizar una acción naval de superficie contra los invasores.
Habrían podido proporcionar cierto apoyo aéreo, aunque por breve tiempo, los pocos aviones de caza Blenheim, de gran autonomía, disponibles en Inglaterra. Pero, según la estrategia naval tradicional, la escuadra debía estar en condiciones de defenderse por sí misma, utilizando sus propios medios y, al parecer, ni siquiera se solicitó la ayuda de los Blenheims. De los portaviones ingleses, el Ark Royal había sido enviado al Mediterráneo para unirse al Glorious, permaneciendo sólo el Furiuos en el Clyde. Este último zarpó en las primeras horas  del 8 de Abril. Tras haber embarcado sus aviones. Pero, como en el curso de los primeros trabajos de reparación se había reducido el espacio destinado a ellos para aumentar su armamento antiaéreo, no llevaba a bordo ningun caza. El Furious encontró la escuadra a la altura de las islas Shetland el 10 de abril. Entonces todas las unidades se dirigieron de nuevo hacia  Trondheim, para que los Swordfish del portaaviones pudieran lanzar un ataque de torpedos contra el crucero Hipper.
TORPEDOS
Pero cuando llegaron a Trondheim, el 11 de Abril, descubrieron que el Hipper ya había zarpado. Finalmente los torpedos lanzados contra los destructores que se encontraban todavía allí no alcanzaron el objetivo.
En otras zonas, la actividad de la Marina inglesa había obtenido mejores resultados, aunque no decisivos. En la noche del 9 al 10, frente a Kristiansand, el submarino Truant torpedeó al crucero Karlsruhe y le causó daños tan graves que los mismos alemanes tuvieron que hundirlo. Otro submarino, el Spearfish, torpedeó al Lützow, pero este buque consiguió ponerse a salvo. Finalmente, habiendo obtenido la autorización para hundir todos los buques que se dirigieran hacia el norte, los submarinos que se encontraban en Kattegat y Skagerrak, aun corriendo graves riesgos por el hecho de actuar en condiciones extremadamente difíciles, obtuvieron notables éxitos contra los buques alemanes que realizaban el transporte de tropas y material dificultando sensiblemente la realización del planeado ataque germano.
En Bergen, en las primeras horas del día 10, varios aviones Skua de la aviación naval, que habían despegado de Scapa Flow y operaban en el límite máximo de su autonomía, bombardearon el crucero ligero  Köningsberg y consiguieron hundirlo.
Aquella misma mañana, el Comandante Warburton Lee, sin esperar la llegada de refuerzos, se dirigió con tres destructores a Ofortfiord, donde sorprendió a diez destructores alemanes, a la altura de Narvik y consiguiendo hundir dos de ellos y averiar otros, aunque estos daños fueron parecidos a los que experimentaron los buques ingleses en un segundo combate en el que perdió la vida el Comandante Warburton-Lee.



Aviones en el aire listos para atacar.

ACORAZADO
El 12 de Abril el Almirantazgo ordenó a Forbes, que entonces estaba acercándose a los Vestfiords, a que enviase un acorazado para completar la destrucción de los barcos alemanes en Narvik y al día siguiente el veterano acorazado Warspite y todos los destructores ingleses disponibles se dirigieron a Ofortfiord para hundir a los restantes destructores alemanes.
Los noruegos habían rechazado valerosamente la propuesta de rendición hecha por Hitler. Pero por desgracia muy pronto se darían cuenta de que los medios de que disponían eran totalmente inadecuados para resistir.
Según lo previsto, en el momento de la movilización, cada uno de los seis distritos del Ejército noruego debía constituir una brigada de campaña. A esta se añadirían después las restantes unidades para completar la formación de una división y las guarniciones. 
RETIRO
 Pero estas unidades complementarias se constituirían gradualmente y con un equipo reducido. Sorprendido por el ataque enemigo antes de la movilización –solo estaba preparada la brigada 6 de campaña, situada en el extremo septentrional del país y unas cuantas unidades aisladas cerca de las ciudades más importantes-, el Ejército se retiró de las ciudades, abandonando puertos y aeródromos y, confuso e inseguro, trató de realizar un plan de movilización destinado fatalmente al fracaso por el estado de desorganización  que reinaba en el país.
 Con el nombramiento de Otto Ruge como comandante en jefe, el día 11 de Abril, el Gobierno había confiado el mando del Ejército a un hombre frío y decidido. Inmediatamente, Ruge comenzó a dar órdenes, eliminando toda duda respectó a una posible rendición  e instando a los comandantes de los distritos a que resistiesen a los alemanes, deteniéndoles en las bolsas costeras que ocupaban.
En el Norte, el general Fleischer había perdido, con la guarnición del Narvik, uno de sus batallones. Otro batallón detuvo a los hombres de Dietl el 10 de Abril,  a unos 26 kilómetros al norte de Ejerkvik, en la carretera a Bandufoss, donde Fleischer estaba concentrando sus fuerzas en el centro de instrucción  y en el aeródromo militar. En Trondheim, las fuerzas del 5° distrito se retiraron hacia el Norte a Stenkjär, para complementar la movilización pero al hacerlo dejaron a los alemanes el aeródromo  militar de Vaernes, situado a unos 40 kilómetros de Trondheim. La artillería dejó sus piezas en los depósitos de la ciudad, pero el Comandante Holtermann reunió un contingente de voluntarios en el viejo fuerte de Hegra y allí opuso al enemigo una encarnizada resistencia que duró hasta principios de mayo y tuvo comprometidas a fuerzas alemanas muy superiores.
GRUPOS
En Bergen, las fuerzas del 4° Distrito se retiraron también hacia el interior a Gol. Mientras que en Stavanger y Kristiansand unas pocas tropas noruegas se replegaron hacia las inaccesibles regiones interiores. En Halden, en la zona sudoriental, las fuerzas del Distrito N° 1 comenzaron a movilizarse, mientras que en la parte menos accidentada que rodea Oslo, el General de División Hvinden Haug, comandante del 2° Distrito, organizó sus hombres en cuatro débiles grupos de combate e hizo todo lo posible para cerrar las salidas de la ciudad.
Por la tarde del 9 de Abril, las fuerzas alemanas situadas en la capital noruega ascendían solamente  a nueve compañías, pero al día siguiente comenzaron a afluir tropas por aire y mar. Dos divisiones alemanas (la 163 y  la 169) que sufrieron graves  pérdidas y se habían desorganizado  durante la travesía, improvisaron grupos de combate con las fuerzas desembarcadas.
OCUPACION
 En el transcurso de unos pocos días estos núcleos estuvieron preparados y pudieron atacar a los noruegos todavía sólo y parcialmente movilizados con toda la rapidez y la fuerza de la guerra relámpago. El 12 de abril un regimiento alemán reforzado avanzó unos 115 kilómetros hacia el sur, a lo largo de la orilla oriental del Oslofiord y, al día siguiente, ocupó Haldden. Otro regimiento atacó hacia el Este. Muy pronto varias unidades del Distrito N° 1 se vieron forzadas a retirarse al otro lado de la frontera sueca. El día 15 todo había concluido en aquel sector: 3 mil noruegos se internaron en Suecia y 800 quedaron prisioneros de los alemanes. En el otro flanco, la División 163 alemana ocupó Kongsberg, a 91 kilómetros al sudoeste de Oslo y Hönefoss, a 57 kilómetros al  noroeste. Al sur, el 3er Distrito sometido a una presión incesante por parte de los alemanes, capituló el 15 de Abril. Por el momento, los hombres de Ruge y de Hviden Haug se enfrentaban solos a los alemanes.
El día 13 de Abril varios grupos de combate germanos atacaron hacia el norte. Cuatro de ellos avanzaron por las carreteras que discurren próximas a los grandes lagos Mjösa y Randsfiord y otros dos se dirigieron hacia el noroeste, donde el ferrocarril de Bergen cruza las montañas. El día 18 los alemanes entraron  en Hamar y al día siguiente en Elverum. Otros grupos convergían ya sobre Gjövik. El 20 tomaron contacto con las posiciones noruegas que defendían Lillehamer y Rena- Aamot, donde encontraron una tenaz resistencia por parte de fuerzas noruegas que combatían en las montañas cubiertas de nieve.
Gracias a una acción de mando audaz y vigorosa, a la calidad superior del equipo y al apoyo de la Luftwaffe, estos grupos alemanes realizaron en ocho días un avance de casi 300 kilómetros.
PEDIDO
Ruge que había ordenado a Hvinden Haug que efectuase una acción retardadora evitando emplear el grueso de su Ejército, pidió  fuerzas que le cubriesen el flanco occidental. Ruge esperaba entonces poder mantener la salida meridional de los altos y nevados páramos situados al norte de Lillehammer, a fin de que los ingleses y franceses, después de reconquistar Trondheim, pudiesen avanzar hacia el sur y liberar Oslo.
La noticia de los desembarcos alemanes y de los éxitos que estaban  consiguiendo constituyeron para los jefes de estado mayor y para el Gobierno inglés una sorpresa desconcertante. La tarde del 9 de Abril decidieron hacer de Narvik su objetivo inmediato y comprobar la posibilidad  de aprovechar los pequeños puertos de Namsos y Aandalsnes para un avance en el interior, a fin de reconquistar Trondheim.
En el transcurso de la noche del 7 al 8, el Almirantazgo ordenó a los cruceros que se encontraban en Rosyth que desembarcasen sus tropas y alcanzasen, con las unidades de escolta que acompañaban a los buques de transporte en el Clyde, a la Home Fleet a la altura de la costa noruega.
CONFUSION     
Las operaciones de desembarque y reembarque habían comprobado cierta confusión y  pérdida de material,  pero aún tuvo consecuencias más graves la hipótesis sobre la que se habían basado para organizar la expedición: creían que se trataba simplemente de oponerse a débiles destacamentos alemanes. Por lo tanto, la artillería de campaña era escasa y prácticamente faltaban los medios acorazados.  Además las fuerzas que se encontraban en Rosyth tenían también la desventaja de la insuficiencia  de los medios de transporte.  Por último, los movimientos de las fuerzas del Clyde  veían dificultados por la presencia de un alto porcentaje de  personal administrativo y auxiliar que tenía la misión de establecer una base en Narvik.
Veinticuatro horas después de la segunda batalla naval de Narvik, el General Mackesy,  que mandaba la expedición militar destinada a este puerto, llegó a Harstad, donde se le unió poco después la Brigada de Guardias y los destacamentos que tenían  que encargarse de la base. El Almirante Lord  Cork  Orrery, nombrado comandante de las operaciones navales de Narvik, había zarpado de Rossyth el mismo día que Mackesi abandonó Scapa Flow. Pero sus órdenes no habían sido coordinadas y, mientras Mackesy creía que se debía realizar una lenta campaña en tierra, Cork, dándose cuenta de la gravedad de la situación, pretendía atacar desde el mar las escasas fuerzas de Dietl, que se encontraban en Narvik.
Cuando Cork Y Mackesy se encontraron era ya demasiado tarde para conseguir que al segundo ataque naval le siguiera  un desembarco en Narvik y muy pronto se comprobó, además, a que aquellas fuerzas sin instrucción ni equipo para combatir en las montañas cubiertas de nieve, no se hallaban de momento en situación de efectuar operaciones en tierra. Mientras tanto, el tiempo pasaba.
MAYO
 Llegó el mes de Mayo y todavía los comandantes ingleses estaban discutiendo  sus opuestos pareceres, mientras en las montañas del interior los noruegos de Fleischer soportaban el peso de duros combates.
Inmediatamente después de haber designado a Narvik como primer objetivo, los Aliados comenzaron a percatarse  de la importancia estratégica y política de Trondheim. En consecuencia,  se dispuso un nuevo plan que establecía el desembarco en el Trondheimsfiord, cerca del aeródromo de Vaernes de la Brigada de Infantería 15, retirada de Francia precisamente para esta misión. Al mismo tiempo dos batallones canadienses deberían  de desembarcar en la desembocadura del fiordo para apoderarse de las baterías costeras. Simultáneamente a este ataque, la Brigada de Infantería del Chaseurs Alpins (infantería de montaña) desembarcarían en Namsos, para avanzar después por el nordeste sobre Trondheim, mientras la Brigada de Infantería148  desembarcada en Aandalsnes, llevaría a cabo una acción de diversión por el sur, atravesando toda la zona de Dombaas.


 
Prisioneros  a bordo de la cubierta de un buque.

APOYO
El Almirantazgo, probablemente aconsejado por Churchill, le dijo a Forbes que lo estudiara bien y le prometió el apoyo del Ark Royal y del Glorious, tres acorazados, cruceros y destructores. La elaboración de este plan continuó a pesar de algunos retrasos, hasta aquel 19 de Abril los jefes de estado mayor manifestaron su opinión  en contra.
Por eso vino la revocación de esta parte del plan. Un alivio para los ingleses. No estaban preparados para enfrentar a la Luftwaffe. Hitler estaba considerando reducir drásticamente las pérdidas alemanas en Noruega. El Fuhrer concentró  su atención en la gran ofensiva que estaba preparando en Occidente.
La Brigada Inglesa desembarcó en Namsos las noches del 16 y 17 de abril y se puso en contacto con el General noruego Getz. El 19 a pesar del obstáculo que representaban los hielos dos destructores alemanes consiguieron penetrar en el Beitstatadfiord y desembarcar tropas. Luego se estableció una nueva línea defensiva con los noruegos desplegados al norte de Stenkjar. Las operaciones en tierra quedaron paralizadas. Pero los ataques aéreos alemanes destruyeron Namsos.
El día 2,1 los alemanes lanzaron un ataque en fuerza. Las compañías inglesas que todavía no habían podido reorganizarse debidamente en las posiciones avanzadas,  emplearon toda la noche para cubrir la retirada noruega. Hubo un enfrentamiento a fuerzas alemanes que, dicho sea de paso, estaban en superioridad.
ATAQUE
Aquella misma tarde, los alemanes atacaron en el sector de  Balbergkam. Ellos  bordearon una colina, aparecieron de improviso. Mientras que los noruegos se retiraron. La compañía que guarnecía Toltstad fue arrollada y los nazis atacaron el grueso de las fuerzas de Morgan. Varios carros de combate ligeros, contra los que los fusiles contracarros ingleses demostraron ser casi totalmente ineficaces, consiguieron romper el frente, aislando a los ingleses y noruegos  en la ladera de la colina y sometiendo al pueblo y el puente a un intenso fuego. Los hombres de Morgan resistieron  hasta las primeras horas de la noche, pero después se retiraron.
De este modo se aniquiló a la débil fuerza inglesa lanzada hacia el sur. También los alemanes atacaron el día 21 en el Osterdal ocupando Rena y Aamot. Había una acción retardadora de parte de los noruegos. El dia 25  volvió a ser una realidad el ataque alemán y duró hasta gran parte del siguiente. Los ingleses se retiraron.
A la mañana siguiente los alemanes siguieron avanzando. Pero fueron contenidos en Otta. Habían avanzado sólo 29 kilómetros en cuatro días. Lo cierto es que los ingleses se habían retirado de las regiones centrales de Noruega. Los alemanes tenían el dominio absoluto del aire. La Luftwaffe dominaba  los valles entorpeciendo los movimientos enemigos. Le arrebataba a los Aliados la posibilidad de desembarcar más fuerzas o apoyar a las que ya se encontraban en tierra.



Urbe invadida.
RETIRO
La Luftwaffe atacó el crucero Suffolk sin conseguir hundirlo, pero si debilitarlo. La Fuerzas Aliadas, otra vez se retiraron. El teatro de operaciones se redujo a Narvik y a los territorios septentrionales. Pero al poco tiemplo los Aliados tuvieron que abandonar la zona de montañas nevadas. El 20 de Mayo los noruegos atacaron de improviso obligando a los alemanes a retirarse a su última posición de montaña. Los francés llegaron como refuerzo efectivo.  Por su parte,Los alemanes tuvieron que irse a otra línea defensiva situada más al norte. Los noruegos se disponían  a desencadenar el ataque decisivo . Pero para su desgracia, el fin de la resistencia en Noruega central dejó muchas fuerzas libres a los alemanes, que se dirigían al norte para recuperarse.
El primer peligro que amenazó a los Aliados en el norte lo constituyeron los ataques aéreos. Harstad fue bombardeada varias veces y aunque había notables defensas antiaéreas, se veía claramente que era necesaria la  ayuda de aviones de caza. El 26 de abril el Furious que había permanecido en aguas del Norte zarpó rumbo a Escocia. Diez días después llegó el Ark Royal a aguas de Harstad y sus Skua pudieron al fin efectuar una moderada, pero ciertamente muy agradecida, actividad de cobertura.
Los cazas ingleses obtuvieron nuevos éxitos abatiendo numerosos aviones alemanes. Pero estos últimos habían comenzado a moverse por tierra y derrotaron a varias compañías autónomas inglesas. Querían con acciones de guerrilla detener el avance alemán . Pero no lo consiguieron. La penetración alemana hacia el enemigo proseguía.
RENUNCIA
Comenzaron a sentirse las grandes derrotas de los Aliados en Francia y los Países Bajos. El Gobierno inglés se vio obligado a renunciar sus compromisos en Noruega y ordenó que sus tropas se retiraran. Mientras tanto, los alemanes ingresaron a la ciudad de Bodö que,tras los bombardeos, era presa de las llamas. Los soldados noruegos en las motañas estaban cruzados de manos y nada podían hacer. Sus ataques habían sido anulados. La amenaza más grande no procedía de tierra o del aire. Sino del mar.
Los cruceros de batalla Gneisenau y Scharnhorst, el Hipper y cuatro destructores zarparon de Kiel la mañana del 4 de Junio. El Almirante Marschall, que mandaba a la formación, había recibido la orden de disminuir la presión que los Aliados estaban ejerciendo sobre Dietl, atacando Harstad y de conducir después sus buques a Trondhdeim, a fin de apoyar el avance hacia el Norte.
Los buques cruzaron el Mar del Norte en misión de exploración en lugar de entrar en los fiordos para bombardear Harstad.  Marschall había decidido atacar los convoyes británicos cuya presencia se había señalado. Casi de improviso, los alemanes avistaron algunos buques ingleses. Dos de ellos fueron hundidos y a un barco hospital lo dejaron marchar. Después le tlcó el turno al portaaviones Glorius.
TRAMPA
El portaviones cayó en una trampa y fue hundido, a pesar de los heroicos intentos que realizaron por salvarlo realizados por dos destructores. El 10 de junio aviones de reconocimiento ingleses descubrieron a los buques alemanes en el Trondheimsford y el día 12 varios Skua del Ark Royal los atacaron pese a las desfavorables condiciones atmosféricas. La mitad de los aviones fueron derribados y sólo una bomba alcanzó su objetivo-el Scharnhorst- aunque sin hacer explosión. El día 23 mientras cubría el regreso del Scharnhorst a Alemania, el Gneisenau fue alcanzado por un torpedo del submarino inglés Clyde que abrió una larga brecha en la proa. Ambos navíos muy averiados tuvieron que entrar en dique seco para los necesarios trabajos de reparación.
Midiéndolas a escala de las dos guerras mundiales, las pérdidas que experimentaron ambas partes en la campaña de Noruega fueron casi insignificantes: 1,355 noruegos muertos y heridos,1,869 ingleses y 533 franceses y polacos entre muertos, heridos y desaparecidos. Considerablemente mayores fueron las pérdidas de vidas humanas en el mar. Las bajas alemanas ascendieron a 5,660 hombres de los cuales 1,317 murieron en  tierra y el resto en el mar, o si se quiere, desaparecidos. La afirmación de Churchill en el sentido de que la Marina alemana había quedado fuera de combate a un precio que la Armada inglesa, más poderosa, podía pagar, sirvió tal vez de cierto consuelo. Pero, sin duda alguna, no justificó una campaña en la que los alemanes habían conseguido sus objetivos y los Aliados ninguno.


En la inmensidad de la nieve, la bandera flamea.

ENCUENTRO
La campaña de Noruega, iniciada en Londres por Churchill y el Almirantazgo y en Berlín  por Raeder y el Estado Mayor de la Armada, fue más bien un encuentro de guerras navales y aéreas. En ellas,  Raeder se valió, con éxito del factor sorpresa y de la capacidad de la Luftwaffe para tener siempre en tensión a la escuadra inglesa. Churchill, que buscaba una coyuntura que permitiese a los ingleses aprovechar su superioridad en el mar, sobrevaloró la eficacia de su Marina. Durante años,  los aficionados a las comparaciones  se habían esforzado en quitar valor a las afirmaciones del enemigo respecto a su potencia naval y aéreo. Pero lo cierto es que cuando se produjo el inevitable encuentro, la Home Fleet demostró estar mal preparada para afrontarlo. Se prefirió  la retirada abandonando a su suerte a la Noruega central.
Una vez que los alemanes  consiguieron desembarcar, los buques de guerra ingleses no pudieron hacer nada contra ellos: lo que se necesitaba eran fuerzas terrestres y aéreas. Por lo tanto, la campaña de Noruega constituyó el primer ejemplo de un nuevo tipo de guerra basado en tres elementos, un tipo de guerra destinado a repetirse muchas veces en los años sucesivos. Esta campaña demostró también que los ingleses no estaban debidamente preparados  para la nueva concepción estratégica: en parte, porque no lo estaban para la guerra en general, pero también porque no fueron lo bastante previsores para mirar más allá de los reducidos límites de la ortodoxia y de la lealtad respecto a cada arma. (Sacado, editado, condensado y resumido de la Revista “Asi fue la Segunda Guerra Mundial”)

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