Solo quienes alguna vez hayan
viajado hacia sus actuales estaciones de destino y hayan trepado la Cordillera
Central en uno de sus vagones para pasajeros pueden dar testimonio ponderado sobre lo que significa
como obra de ingeniería, el Ferrocarril Central del Perú a más de un siglo de
su implementación. Considerado entre los ferrocarriles más audaces en el mundo
por su trazo, se eleva hasta cerca de los 5 mil metros de altura para traer, de
la Sierra Central, principalmente minerales pero también viajeros, mercaderías
y productos diversos.
En los anales de las más
importantes líneas férreas que recorren el territorio patrio tiene una decisiva
participación Henry J. Meiggs que, aunque
nació y vivió entre 1811 y 1877, es y será en cualquier año de cualquier
tiempo, el prototipo del hombre de empresa. Eso que ahora llaman un ejecutivo prominente.
Dicen que Meiggs era un gringo
excepcionalmente singular. No sólo porque siempre llegaba a realizar y bautizar
lo que proponía construir; no sólo porque era la personificación de la audacia
financiera, del empuje visionario y de la capacidad para el trabajo: sino porque aparejada a su vida empresarial,
Meiggs, el llamado Gigante de Castkill, era un hombre paradójicamente sencillo
y tierno.
Hay quienes sostienen que muchas
de las grandes obras que emprendió Meiggs tanto en Nueva York, su tierra natal,
como en Chile y aquí en el Perú, no le dieron mayores utilidades que la
satisfacción de la tarea cumplida. Porque en verdad no buscaba tanto la
ganancia como el éxito. Y porque él que jugaba con las fortuna y concertaba las
más extrañas apuestas con lo imposible, murió pobre en Lima. Y aquí descansa en
un mausoleo del Cementerio Presbítero Maestro.
Henry J Meiggs
Henry J Meiggs
EMPRESARIO
Nacido el 7 de Julio de 1811, en
la aldea neoyorquina de Castkill, pasó su existencia vinculado al comercio en
California, dedicado al ramo de la explotación de la madera. A los 43 años
abandonó Estados Unidos para establecerse en Chile, país en que se inició como
empresario de obras públicas entre las que se puede mencionar, el Ferrocarril
de Maipú a San Fernando (1858), el de Valparaíso a Santiago (1816-1863) y el
de Talcahuano a Concepción, Chillán y San Carlos (1864-1866)
En el vecino país del sur, Meiggs
había tenido algunas dificultades financieras que le causaron tremenda zozobra.
Vino al Perú invitado por el Presidente Diez Canseco, quien tenía vivo interés
en llevar adelante la construcción de ferrocarriles. Por entonces las líneas
férreas eran mundialmente la vía de comunicación más usada y la que a criterio
de técnicos y gobernantes, significaba la solución de la problemática del
transporte a niveles nacionales y regionales. Los barcos no corrían tan a
prisa. Y la aviación aún no existía.
EN LIMA
Meiggs llegó a Lima a fines de
1868, acompañado por su equipo de ingenieros y técnicos. Dos de sus principales
colaboradores fueron: Harold Johnston y Jacobo Backus, quienes años después
fundaron la Cervecería de los Descalzos. Pero no sólo vino al país a concertar
la financiación de las líneas más importantes y necesarias, sino a ejecutarlas
y ponerlas en marcha.
Y para aquellas líneas no sólo
trajo hombres de otros países, con vasta experiencia en cada ramo, sino que
importó los durmientes de madera de Oregón o Valdivia, los rieles de Inglaterra
y las locomotoras de Nueva Jersey en los Estados Unidos.
Una de sus primeras y grandes
conquistas fue la construcción estatal
del Ferrocarril de Mollendo a Arequipa. Firmado el contrato el mismo asumió el
comando de las obras cuando éstas se iniciaron. Bajo sus órdenes actuaron doce
mil trabajadores peruanos y extranjeros.
Concibió la organización de su
gente en las discutidas “Faenas”, que eran campamentos familiares con tiendas y
almacenes propios. Pero que, según cuentan los historiadores, en un momento
dado precipitaron una serie de desavenencias domésticas, que inclusive
degeneraron en el crimen y el drama.
MOLLENDO-AREQUIPA
Iniciada en Mayo de 1868, la construcción del Ferrocarril
Mollendo-Arequipa llegó a feliz término en Diciembre de 1870. Cuando Meiggs y
el Gobierno de la época acordaron inaugurarlo, el contratista norteamericano ya
estaba inmerso en la financiación, el estudio, la propuesta de otras empresas ferrocarrileras.
La principal, que es quizá su monumento caminante y testimonial, era la
construcción del Ferrocarril Lima-La Oroya. El mismo, que ahora se ha extendido
a otros importantes ramales, es el Ferrocarril Central del Perú.
Según refiere Alberto Regal, en
su “Historia de los Ferrocarriles” el 5 de Abril de 1869, Meiggs presentó el
trazo preliminar que había estudiado por su encargo el Ingeniero Malinowski,
del Ferrocarril Callao-La Oroya, así como el presupuesto que ascendía a la suma
de 27 millones de soles. De tres propuestas presentadas, la de Meiggs resultó
ganadora. Así el 18 de Diciembre de 1869 se otorgó la ejecución del ferrocarril
al contratista norteamericano y el 1° de Enero de 1870 se inauguraron los
trabajos para la construcción de la obra. La ceremonia fue una de las más
suntuosas que se hayan visto, según consta en los diarios de Lima de aquel
entonces.
El discurso que brindó Meiggs, al
momento de entregar el badilejo al Presidente Balta, fue sumamente emotivo: “El
Ferrocarril Central Trasandino debe ser considerado como un gran paso en la
senda del progreso material y moral de la República y su inauguración debe ser
saludada con júbilo y entusiasmo por todos los sinceros amigos de América…Los
ferrocarriles con sus locomotoras y éstas con sus pitazos harán despertar la
raza nativa de su letargo”.
SIETE FERROCARRILES
El historiador Enrique Amayo en
su ensayo “Banca, Deuda Externa y Salitre”, señala que los siete ferrocarriles,
sus extensiones y las fechas de los contratos firmados con Meiggs son los
siguientes:
1). Mollendo-Arequipa, 107
millas, el 30 de Abril de 1868
2). Callao-Oroya, 136 millas, el
18 de Diciembre de 1869.
3). Arequipa-Puno, 218 millas, el
18 de Diciembre de 1869.
4). Pacasmayo-Magdalena, 91
millas, el 13 y 24 de Diciembre de 1870
5). Ilo- Moquegua, 63 millas, el
12 de Enero de 1871.
6).Chimbote- Huaraz, 166 millas,
el 31 de octubre de 1871.
7). Juliaca-Cuzco, 210 millas, el
2 de Diciembre de 1871.
El 3 de Febrero de 1877 Meiggs
obtuvo su octavo y último contrato ferrocarrilero que estipulaba la
construcción de una línea férrea desde la Oroya hasta las minas de cobre y
plata de Cerro de Pasco, cuya distancia era de 85 millas
De otro lado, entre los años 1868
y 1870, el Gobierno peruano encargo a
Meiggs la demolición de las viejas murallas
que circundaban Lima para ampliar el área urbana de la ciudad.
Los billetes de su compañía llevaban su firma.
Los billetes de su compañía llevaban su firma.
PUBLICACIONES
Paralelamente, Meiggs se dedicó a
editar publicaciones dedicadas especialmente a los ferrocarriles nacionales,
entre los que se puede citar: Estudios comparativos de las propuestas presentas
al Gobierno sobre el Ferrocarril Central a la Oroya; el ferrocarril Central de
Arequipa, historia documentada; Colección de leyes, decretos sobre los F.C. del
Perú; Documento referente a los F.C. de la provincia de Tarapacá. En 1873 editó
el trabajo del sabio Raimondi sobre los recursos minerales del departamento de
Ancash, publicación que se hizo mientras se encontraba trabajando en la
construcción del ferrocarril de Chimbote a Huaraz.
En Diciembre de 1873 vendió la
antigua huerta de La Virreyna que se hallaba en la parte exterior e inmediata
de las viejas murallas limeñas. En Marzo de 1874 Meiggs funda en Lima la
Compañía de Obras Públicas y de Fomento del Perú, la cual luego de dos años
queda plenamente establecida, actuando como gerente de ella su hijo Minor K.
Meiggs y con un capital de 5 millones de soles.
En el año de 1876 ordena la
ejecución de un estudio preliminar de encauzamiento del Rimac: desde Lima hasta
el mar, a través de un canal de 80 metros de ancho, al mismo tiempo que trazaba
los planes para urbanizar algunos fundos de su propiedad situados entre la
capital y el Callao.
FALLECIMIENTO
Meiggs fallece en Lima el 30 de
Septiembre de 1877 y su sepelio constituyó un acontecimiento en la capital. Sus
restos fueron sepultados provisionalmente en una bóveda especial en Villegas;
pero años después fueron trasladados al cementerio limeño Presbítero Maestro,
donde reposan en un magnífico mausoleo.
Concluida la guerra con Chile, a
partir de 1890 el país retoma la labor pionera de Meiggs en la construcción ferrocarrilera
y como lo denomina Watt Stewart: “El Pizarro yanqui continúa construyendo vías,
aunque muchas de ellas fueran al cielo”.
Meiggs, el contradictorio leñador
que se encumbró a la fama y amasó y derrochó fortunas, tenía un lema en el
mundo de los negocios: “Sembrar miles para cosechar millones”. Sin embargo, en
la vida cotidiana su comportamiento difería mucho del empecinado empresario que
manejaba bonos, la bolsa y se obstinaba en la excelencia de sus programas, sin
admitir jamás que otros podían hacerle la competencia.
Recientemente el norteamericano
Fred Rippy publicó un interesante libro titulado “América Latina y la Industria
del Acero” en el cual describe a Meiggs en la siguiente forma: ”Fue una
personalidad muy compleja aunque básicamente un gran especulador. A todo
lo dicha hasta aquí de él, agregase lo
siguiente: “Indudablemente fue un gran contratista e hizo un despliegue y uso
de la técnica enorme; en nuestro país y probablemente en nuestro subcontinente
introdujo tecnología y métodos de trabajo de punta”. Sin embargo, él no era un
ingeniero de carrera; era meramente un gran ejecutivo y una personalidad
dinámica. Importó sus expertos de las naciones más calificadas del mundo, pero principalmente
de Estados Unidos de donde era originario. Algunos de sus gerentes y técnicos
fueron parientes tal como su hermano John G. Meiggs y su sobrino Henry Meiggs
Keith.
El Ferrocarril Central.
El Ferrocarril Central.
SUS INGENIEROS
Prominentes entre sus ingenieros
fueron John L. Thorndike y William H. Gilley. También empleó algunos pocos
peruanos técnicos que habían aprendido a construir vías férreas. Entre sus
médicos estuvieron George A. Ward, Juan Martínez Rosas (peruano), Henry Kinney,
Isaac T. Coates y Edwin R. Weath. El trabajo duro fue hecho por peruanos,
chilenos, bolivianos y culíes chinos, todos empleados en un volumen jamás
atestiguado en América Latina. Por lo menos 20 o 25 mil estaban trabajando para
Meiggs en el momento culminante de sus empresas de su construcción (ferrocarriles)
en 1872. Meiggs tuvo que comprar a algunos de
los peruanos para obtener permisos para construir ferrocarriles y lo que
pagaba simplemente lo añadía al precio
de la construcción. Todo es cierto, más todavía considerando que logró construir
el ferrocarril a la Oroya -parte del Central- una de las piezas más admiradas y
grandiosas de la ingeniería ferrocarrilera mundial. Al mismo tiempo, lo que
construyó estaba en las obras de su género más caras del mundo por milla y como
bien señala Jonathan Levin en su “Economía de Exportación”, “los ferrocarriles
peruanos cruzaban los Andes por encima de las nubes y eran las vías férreas
tendidas a mayor altitud del mundo. Pese a ello algunos criticaron las obras,
declarando que el triunfo de Meiggs no era cruzar Los Andes a 5 mil metros de
altitud, sino haber obtenido un contrato para la construcción de ferrocarriles
en que se pagaba hasta 40 mil libras esterlinas por milla”. (Jorge Donayre Belaúnde)
interesante , realmente nospermite conocer parte de nuestra historia en al ERA DE LOS FERROCARRILES DE VAPOR..... aunque en su mayoria con el paso del tiempo quedaron obsoletos , algunos aun existen , y es como mirar por una ventana al pasado que fue nuestra historia y la construimos hasia el futuro.
ResponderEliminaren especial hablo de la locomotora chimbote huallanca, que dejo de existir y paso a la historia en 1970 depsues del terremoto, com alguien dijo "" los gobiernos peruanos son tontos que optaron por reconstruir las locomotoras , y mejor optaron por la llegada de los automoviles....!!!
aun asi en diferentes partes del mundo estas tecnologias aun son muy consideradas y utiles , ya que sirven como medios de cargas enormes lo cuales, les hace ser considerados y reconosidos como verdaderas maquinas del pasado con poder en el presente, mas aun pienso que de ser por ejemplo su existencia en la actualidad en CHIMBOTE , ( por ejemplo ) , serviria como un atractivo turistico ya que ancash es dueño y poseedor de inumerables centros de atractivos turisticos y que mejor abordo de una maquina del pasado , com son las locomotoras...un saludo.