miércoles, 10 de diciembre de 2014

CLARO...CLARISIMO

La corrupción sigue siendo el tema que domina el escenario político de los últimos días del año. Eso, por donde se le vea, está bien si, efectivamente, se quiere esclarecer lo ocurrido. Lo malo es que hay mucha oscuridad de por medio y tal desmadre contradictorio que pareciera, con cierta seguridad y persistente duda, que por el momento nada se aclarará enteramente, mellando así, por completo, la moral y la ética tan necesaria para el Perú.
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Entre los hechos sospechosos  y concretos  que han merecido suspicacias de todo tipo figuran evidentemente en primer lugar, lo del operador Martín Belaunde Lossio que sigue fugitivo y la policía a despecho del  figuretti Ministro del lnterior, Daniel Urresti, está en  el limbo y no lo encuentra.
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No se sabe, realmente, si hubo o hay protección o no la hay de parte del Gobierno a favor de este supuesto delincuente de marca mayor que habría tomado a los gobiernos regionales como su botín principal, aprovechando sus relaciones con la inefable pareja presidencial, conformada por Ollanta Humala Tasso y Nadine Heredia. Tal disyuntiva, evidentemente, enardece a la opinión pública.
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Pareciera que se está negociando con el propio oficialismo y con sus representantes más conspicuos para ver, a las finales, quién paga el pato efectivamente. Para variar y complicar el asunto, el Ministro de Justicia, Daniel Figallo Rivadeneyra, está acusado de intromisión en los asuntos de los procuradores del Estado,  a fin de proteger al amigo de la pareja presidencial. La censura parlamentaria, que de todas maneras vendrá, puede aniquilar por completo a tan zarandeado representante del Ejecutivo. Que, dicho sea de paso, profesionalmente, vale: se trata de un abogado de prestigio entre los miembros del foro
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Concretamente se le imputa a este alto funcionario  de haberse reunido indebidamente con los abogados del estado, la Procuradora Adjunta Jenny Vilcatoma de la Cruz a cargo de la investigación de “La Centralita” y Joel Segura de la misma repartición pública, conjuntamente con el Asesor Presidencial, Eduardo Roy Gates, con el objeto de que  Belaunde pase, a como de lugar, a ser colaborador eficaz. Cierto es que  el personaje cuestionado niega tal versión. 

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Nadie puede negar que la presencia del consejero al más alto nivel es sinónimo, por donde se le vea, del interés de la pareja presidencial por tapar las cosas y dar versiones exclusivas de conveniencia. No las verdaderas ni las reales. No hay otra explicación coherente, evidentemente.
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 La ayudita es para que no comprometan ni se tiren en contra de los habitantes principales de Palacio de Gobierno, el buen Ollanta y la admirable Nadine. Que tal parejita. Si, efectivamente, preocupados están, como dijo la Primera Dama. Pero de lo que hicieron mal, de su pellejo y quizás hasta de su conciencia. No hay muestras fácticas de preocupación por  la corrupción o por castigarla.
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Aquí hay dos posiciones encontradas. La de Vilcatoma que pide, al Presidente de la República, la renuncia del Ministro por supuesta inmoralidad y la de  Figallo que no se cansa de negar los hechos.
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 En el medio algunos otros procuradores, como Julia Príncipe,  profesional que goza de buenos pergaminos de honestidad y seriedad, Julio Galindo y Joel Segura, quienes aseguran que jamás han recibido presiones. La detractora fulminante y los leales constantes.
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El problema está en que el Ministro  destituyó a Vilcatoma, desde la televisión. Ella, a su vez,  zarandeó el cotarro político porque, sin ningún empacho, mostró audios grabados con aparato escondido al titular de la cartera de Justicia. No es badana la cosa. Honorabilidad no la hubo. Si engaño, por decir lo menos. Eticamente censurable. Cayó en lo mismo de lo que acusa a su superior jerárquico.
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 El método, precisamente, de ninguna manera, es el  más adecuado que digamos. No es lo usual. Ni tampoco lo decente. Menos, evidentemente, integro. Pero los audios allí están y prueban, si bien no picardía ni delitos, pero si, de todas maneras, el interés por Belaunde Lossio y eso, evidentemente, llama la atención. La forma puede lindar en lo criticable pero el fondo si que es rechazable. Allí si tiene razón Vilcatoma. 
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La Procuradora  se  defiende con todo y se ha convertido en la victima de este escandalete que tiene para rato. Del perfil bajo saltó a la visibilidad total. Mientras que los abogados se rompen la cabeza para señalar que si su actitud  encuadra dentro del delito o está fuera de ello. La señora se convirtió en experta grabadora de audios. No puede ser.
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 Hecho de por si rechazable porque, obviamente, se está sorprendiendo y engañando. En este caso nada más y nada menos que a un ministro de estado. Vilcatoma dice que lo hizo por recomendación de su jefe Salas y para defenderse de quienes, precisamente, se entrometían a favor de la corrupción. Será.
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Muchos sostienen que la ex procuradora es una abogada incorruptible e incluso que su vida corre peligro por las investigaciones realizadas a la Centralita, la casa del enjuague cochino  del hampón César Alvarez. Entonces existe la obligación de cuidar su vida. Sólo recordemos el asesinato de Nolasco en Ancash y allí a tomar precauciones que ya sería el colmo de los colmos otra pérdida humana.
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 Obviamente que un deceso de la ex funcionaria nadie lo desea ni lo quiere. Salvo la mafia que, como está demostrado por sus decisiones tan malignas, no tiene límite alguno. Hay la obligación de  contener los arrebatos criminales de los corruptos. No pueden ser los ganadores absolutos de este entuerto.
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Eso está claro y tenemos que ser precavidos. Lo que sí es un poco frustrante es que la abogada, muy suelta de huesos, declare que no leía periódicos y, por ende, no estaba al tanto de las noticias. No es lo usual tampoco que le pida, al Presidente de la República, la destitución del Ministro de Justicia.
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Si uno no está de acuerdo con sus superiores renuncia y se va a  su casa. Nada más y punto. Nadie es imprescindible. Ni tampoco es coherente armar el lío de líos con fines determinados, con grabadora de por medio.

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Tampoco la doctora Vilcatoma conocía a Roy Gates, demostrando carencia de contactos. Lo dice sin inmutarse y, con los argumentos de que fue sorprendida, ha iniciado la lucha de su reposición. Mientras tanto, los audios siguen aniquilando a Figallo.
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Para complicar más el asunto, quien cuenta  a la prensa todos estos hechos es nada más y nada menos el ex Jefe de la Procuradoría Anticorrupción, Christian Salas, a quien se le aceptó   su renuncia porque, parece ser, le causaba muchos problemas al gobierno de turno y no lo dejaban actuar libremente. Eso, obviamente, está mal.
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Era, para muchos, el que quería destapar todas las inmundicias a cargo y de responsabilidad del oficialismo.  Sin embargo, por la forma en que  actúan tan chuscamente los que fueron sus principales conductores, la Procuraduría Anticorrupción parece ser un nido de la indecencia e inconsecuencia laboral.
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Cada funcionario debe tener arraigado principios morales y éticos de decisiones personales. En este caso, tanto Vilcatoma como Salas, distan mucho de ello. Más allá de sus aciertos en el desempeño de sus funciones que, muchos entendidos, los consideran incluso valiosos.
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 El problema primordial está que la corrupción sigue allí latente y existe la obligación de combatirla a como de lugar. Quien  no lo haga debe, de todas maneras, recibir el castigo que le corresponde. Parte vital del asunto presentado tan controvertidamente.
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A propósito el Procurador reemplazante de Salas en la conducción de la Procuraduría, Joel Segura, está escondido y hasta ahora ni se ha pronunciado, como si no existieran problemas. Se trata de un hombre de leyes que ha trabajado muy cercanamente a César San Martin, uno de los mejores penalistas existentes en el país, hoy Vocal de la Corte Suprema y juez del caso Fujimori. Qué espera Segura para pronunciarse
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En el intervalo, la Primera Dama, Nadine Heredia, muy circunspecta, sin ningún tipo de maquillaje en el rostro  y con voz suavecita, declara sobre el asunto Belaunde  y dice que  su esposo y ella está molestos.  Acá a nadie le interesa ello. Lo que se quiere saber es qué grado de participación tuvieron los gobiernistas en los hechos de corrupción. Nada se gana con la molestia.
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 Ni una palabra se registró en la boca de la Primera Dama sobre las asesorías en cuestiones capilares, habrase  visto, y de palma aceitera, que gran sorpresa. Ambas como para  sospechar de todas maneras y desde un principio.
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 Lo cierto y real es que experta o especialista en estos temas tan disimiles, precisamente, no lo es. Sin embargo, ella recibió por las consultorías más de 50 mil dólares, cuyo dinero le fue entregado por el padre del involucrado con La Centralita, Arturo Belaunde.
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Hay voces acusadoras que señalan que la plata, cierto es que sin pruebas fehacientes de por medio, vino de las arcas del gobierno venezolano chavista cuando, precisamente, el gorila del llano estaba en el poder y era uña y mugre con Humala. De esta acusación que es seria, por supuesto que tampoco se le escuchó hablar a la distinguida esposa del mandatario peruano.
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Definitivamente, no hay voluntad de esclarecimiento y es la propia pareja presidencial que, con sus silencios y sus escasísimas declaraciones, se ponen  la soga al cuello y los ciudadanos siguen en el peor de los ostracismos y vacíos para efectivamente saber lo que ocurrió. No puede ser. Realmente inconcebible.
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Pero eso no es todo. Resulta que acaba de designarse  Presidente del Poder Judicial a  Victor Ticona Postigo, de desempeño por años en distritos judiciales de Puno y Arequipa,  involucrado con el sinvergüenza y ladrón de terrenos de Rodolfo Orellana Rengifo,  por una resolución que firmó a su favor. Su elección tampoco da confianza ni menos prestigio a este poder del estado tan venido a menos.
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Por otro lado y con el objeto de palear el temporal, el Presidente Ollanta Humala recordó el famoso caso ocurrido durante el gobierno aprista de los petroaudios donde se han regalado prescripciones, y por  ende impunidad, a varios de los inculpados como:  Alberto Quimper, el lisuriento “don Bieto” del famoso faenón, el dominicano Fortunato Caanán con inversiones siniestras y otros  implicados. 

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Lo mismo hizo Nadine Heredia. El problema está  en que, el uno y la otra, a nadie convencieron con las comparaciones porque lo que se necesita  aquí, de parte del gobierno, es desarrollar una efectiva y contundente política anticorrupción. Ella ni aparece. Entonces, el reclamo popular sale a borbotones y con entera razón.
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 Hecho en sí que no se ve en las decisiones del régimen de forma clara. Hay muchos nubarrones que hacen pensar que este flagelo campea y reina de forma precisa. Las autoridades oficiales bien gracias y que siga la juerga. Nada se hace, nada se consigue como antídoto.
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El caso de Oscar López Meneses  sigue en la órbita de ser una componenda siniestra donde ahora se pelean a muerte, e incluso se sacan los ojos, dos de los congresistas investigadores.  Juan José Diaz  Dios, del fujimorismo que preside la comisión y Yohny Lescano, de las filas de Acción Popular.
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 El primero acusa al segundo de interferencia y de que recibió llamadas a su teléfono celular de la propia mafia. Lescano, evidentemente, lo niega y dice a los cuatro vientos que seguirá investigando y que, de ninguna manera, puede hacerle el juego a la mafia.
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Pero de la crucial, no se sabe absolutamente nada. En efecto, hasta ahora se ignora porque razones ocurrió el resguardo policial que tuvo en su casa, ubicada en la zona residencial de Surco por 18 meses, el operador montesinista que por mafioso pasó varios años en la cárcel. Menos de las andanzas de  López Meneses y si efectivamente tuvo relaciones con Humala y el nacionalismo.
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Finalmente, la legislatura parlamentaria se acaba el 15 de Diciembre y no hay mucha seguridad que se designe al Defensor del Pueblo. Han quedado en la palestra dos candidatos. El cuestionado oficialista Gaston Soto Vallenas y el que ejerce interinamente ese alto cargo, Eduardo Vega. Esta omisión, si ocurre, sería otra de las grandes fallas del mediocre Congreso de la República.  (Noé).

2 comentarios:

  1. GRAN AMIGO Y TOCAYO: BUENOS DÍAS.
    Te saludo, y a la vez agradezco tu fineza en tenerme presente con el envío de tu blog. Precisamente te comento que el blog último que se me ha enviado, parecería ser el mejor de todo el año. Pues, es de apreciar el enfoque ten centrado del último acontecimiento político que compromete a un colega nuestro de cuya honorabilidad no dudamos, pero lamentablemente cometió un error político que se debe pagar.
    Recibe un abrazo, mi afecto de siempre, y que tengas conjuntamente con tu familia unas bonitas fiestas, y que te depare un muy buen año 2015.
    Samuel Izquierdo

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  2. La podredumbre de podredumbres. Vamos camino a la era de Montesinos. Un ministro que quiere coaptar a los procuradores. Estos no de demuestran decencia personal. A los corruptos no se les juzga. Belaunde Lossio sigue escondido. La Procurada graba a mansalva. Todo podrido. No puede ser. Pobre Perú ( Alfredo Galleus

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