viernes, 27 de febrero de 2015

DIEZ CANSECO: LA INTEGRIDAD EN PERSONA

 Resultó integro y cabal en sus actos públicos y de esa manera impecable. De los que efectivamente hay que  admirar porque siempre demostró su firme voluntad de entregar el mando al que legítimamente le correspondía. Así, consecuentemente, se desempeñó como Presidente de la República del Perú en tres oportunidades. La primera vez en 1863, repitió el plato en 1865 y la última  fue en 1868.
Los que conocían a Pedro Diez Canseco Corbacho nacido en Arequipa el 31 de Enero de 1815 y muerto en Chorrillos, Lima, el 3 de abril de 1893 a los 78 años, lo consideraron, sin equivocarse y desde el punto de vista personal que cuenta y prestigia evidentemente, como un hombre sencillo, buen padre de familia y acucioso agricultor.
 Además de militar valiente y político de polendas con un respeto por las normas, sin ambiciones y en el fondo más práctico que los vivos, los astutos y los inescrupulosos. Puntos a su favor que lo hacen muy destacado ante la historia.
Hijo de Manuel José Diez Canseco Nieto y de María Mercedes Corbacho Abril. La familia formaba parte de lo más raleado de la aristocracia arequipeña de origen español, con virtudes excelsas y ejemplos a carta cabal de darse sin recibir nada ilegítimo a cambio.


Pedro Diez Canseco: honor al mérito

EN EL EJERCITO
Curso  estudios en el Seminario San Jerónimo de su ciudad natal. En 1834, se incorporó al Ejército  para defender al gobierno provisorio de Luis José de Orbegoso contra la revolución iniciada por el General Pedro Pablo Bermúdez. En las filas del Escuadrón de Inmortales concurrió a los combates de Cangallo y Miraflores. Sirvió como ayudante de Ramón Castilla, solicitando su retiro al ocurrir la invasión boliviana.
Posteriormente, contribuyó al pronunciamiento efectuado en Arequipa contra la Confederación Perú Boliviana, acogiéndose a las disposiciones del gobierno restaurador encabezado por Agustín Gamarra. En el movimiento de Húsares combatió en contra de Manuel Ignacio de Vivanco, cuya revolución prendió en Arequipa.
Acompañó a  Gamarra en la campaña contra Bolivia y estuvo en la Batalla de Ingavi de 1841. Muerto el Presidente en aquella acción y suscrita la paz al año siguiente, la disputa por el poder en el Perú dio origen a la llamada “anarquía militar”
A ordenes de Domingo Nieto, Diez Canseco sirvió en la campaña efectuada contra el General Juan Crisóstomo Torrico y peleó en el combate de Agua Santa. Luego secundó la revolución constitucional iniciada por Nieto y Castilla que culminó triunfante en la Campaña de Carmen del Alto (1844).


En 1866 con uniforme militar

CON CASTILLA
Pasó a Lima con su batallón y se trasladó a guarnecer la frontera con Bolivia cuando fue amagada por las maniobras del presidente de ese país, José Ballivian Segurola. Juez de Primera Instancia militar del departamento de Arequipa. En la blanca ciudad se plegó a la revolución acaudillada por Ramón Castilla, participando en todas las campañas hasta la Batalla de La Palma. Lo nombraron Prefecto de la tierra que lo vio nacer.
Pasó a desempeñarse como Inspector General del Ejército y afrontó la difícil situación ocasionada por el movimiento rebelde que acaudilló Manuel Ignacio de Vivanco y ejerció facultades plenas en los departamentos del norte, mientras que el Presidente Castilla asumió la dirección de las operaciones contra dicha revolución que desembocó en una sangrienta guerra civil entre 1856 y 1858.
Elegido diputado por la provincia arequipeña de la Unión. Paso a ser Senador, desempeñándose como Vicepresidente de la Cámara Alta. Al producirse, en 1862, el cambio de gobierno acompañó al flamante Presidente de la República, Miguel de San Román, como Segundo Vicepresidente de la nación.
Con tal investidura accedió al gobierno en tres oportunidades cortas: 1863, 1865 y 1868. Al producirse la muerte de San Román estaban ausentes los dos vicepresidentes:  Juan Antonio Pezet en Europa y Diez Canseco en Arequipa.


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Fernando Belaúnde: uno de sus descendientes.

GOBIERNO
Mientras este último emprendía viaje a Lima, se discutió  a quien le correspondía el gobierno interino de la nación. Los jefes de la guarnición de la capital acordaron y le entregaron el cargo a Castilla, por ser el militar de más alta graduación. Se temía que don Ramón se apoderase del poder indefinidamente. Pero él, respetuoso de la ley, le entregó el mando a Diez Canseco, tras llegar de la blanca ciudad.
El militar y político arequipeño gobernó hasta el 5 de Agosto de 1863 cuando le entregó el mando al primer Vicepresidente Pezet, luego de que llegó de Europa. A raíz de la firma del Tratado Vivanco-Pareja se registro en el país un descontento generalizado contra el gobierno de Pezet. El convenio internacional, para la mayoría de la ciudadanía, representaba la deshonra de la nación al aceptar las exigencias de España.
El 28 de febrero de 1865 se sublevó en Arequipa Mariano Ignacio Prado quien se dirigió a Puno y se declaró Jefe Supremo de la Nación, tras formar un ejército denominado “Restaurador de la Honra Nacional” con el que partió a Cusco y Ayacucho, preparándose para la toma de Lima.
Simultáneamente en el norte, Chiclayo, se sublevó el Coronel José Balta, convergiendo igualmente su movimiento hacia Lima. Diez Canseco que era el Segundo Vicepresidente simpatizó con los rebeldes y publicó una proclama que Pezet  la considero sediciosa, por lo que tuvo que refugiarse en la legación de Estados Unidos y después partió a Chile.
VICEPRESIDENTE
Interrumpió su viaje y desembarco en Chalay, dirigiéndose hacia Ayacucho. Allí asumió el mando político de la revolución, mientras que Prado conservaba la jefatura militar. Por su parte, Balta lo proclamó Vicepresidente en el ejercicio del poder.
Los dos ejércitos revolucionarios, el de Balta y el de Prado, se reunieron en Chincha con un total de 10 mil hombres.  El numeroso grupo marchó sobre Lima. Primero llegaron a Chilca y luego acamparon en  Lurín.
Prado ingresó por Chorrillos, llegó hasta el pie de las viejas murallas e ingresó por la portada de Guadalupe ubicadas hoy en lo que son las primeras cuadras del Paseo de la República. La defensa de Lima fue muy débil.
El Palacio de Gobierno cayó después de un combate de seis horas, pero lo grave es que ocurrió un saqueo espantoso por parte del populacho que arrasó con todo como parte del pillaje. Parte del archivo palaciego se incendió. Pezet, que contaba aún con un ejército, dejó de presentar batalla y se retiró, refugiándose en una corbeta británica acoderada en el Callao.
Diez Canseco triunfante ingresó a Palacio el 6 de Noviembre de 1865. Durante su mandato interino que fue muy breve dio las siguientes medidas: 1. Convoco a elecciones presidenciales y a una legislatura del Congreso. 2. Disolvió al ejército vencido. 3. Decretó el juicio de Pezet, de sus ministros y de quienes hubiesen ejercido funciones públicas. 4. A través de la Cancillería, exigió a la legación británica la entrega de Pezet, pero el político ya había salido del país.

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Arequipa con el volcán Misti lo vio nacer en 1815.

ERROR
En lo que si erró por completo es en dejar de tomar decisiones drásticas con respecto al problema con España que seguía latente. Según su punto de vista era el Congreso quien debía decidir la declaratoria de guerra. Lo que quería en el fondo era ganar tiempo para la llegada de los nuevos buques adquiridos en Europa.
Ante esta falta de definición, el 25 de Noviembre de 1865, los jefes del Ejercito depusieron a Diez Canseco y al día siguiente  el pueblo en cabildo abierto reunido en la Plaza de Armas de Lima proclamó a Prado como dictador del Perú.
La dictadura de Prado cuyo mayor logro fue la solución victoriosa del conflicto con España pronto se convirtió en impopular. Había una inestabilidad total, luego de la proclamación de una nueva constitución que reemplazó a la de 1860.
En Arequipa se levantó la ciudadanía, negándose a jurar la nueva carta magna que fue quemada en la  Plaza de Armas. Querían, a como de lugar, la vigencia de la anterior. Como Jefe de la Revolución, el  11 de Septiembre de 1867, fue reconocido Diez Canseco. Por ser el segundo vicepresidente constitucional elegido en elecciones enteramente legítimas
FOCO
Prado viajó al sur con el propósito de sofocar  la revolución de Arequipa, mientras se prendió otro foco en Chiclayo encabezado por Balta. En Lima conspiraba Francisco Diez Canseco, hermano de Pedro.
Por su parte, el dictador fracasó dos veces en la ocupación de Arequipa y volvió a Lima con un ejército reducido a 1,800 hombres de los 6 mil que originalmente lo componían. Sin quedarle futuro alguno, renunció y le pasó al poder a su vicepresidente Luis La Puerrta, quien a su vez quiso dejar el mando en manos del Alcalde de Lima, Antonio Gutiérrez de la Fuente.
Ello no fue posible porque llegó al Callao el General Francisco Diez Canseco, Jefe Politico y Militar de los departamentos del centro quien asumió provisoriamente el poder hasta cuando se lo entregó a su hermano, el General Pedro Diez Canseco. Así este último asumió el mando interino por tercera vez.
Entre las obras que ejecutó el  Presidente figuran las siguientes: el restablecimiento de la Constitución de 1860 y la convocatoria a elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, del Congreso, conforme a las leyes anteriores de los colegios electorales, anulación de los actos adinistrativos de la dictadura.
En este periodo gubernamental, se  contrató al técnico norteamericano Henry Meiggs que construyó el ferrocarril de Mollendo a Arequipa. La familia Diez Canseco ha publicado importantes documentos  que prueban la negativa de su antepasado a aceptar 100 mil soles como coima o dinero mal habido.

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Su nieto Rafael Belaunde Diez Canseco.

BOLOGNESI Y GRAU
Asimismo se designó a Francisco Bolognesi como Comandante General de Artillería y a Miguel Grau  a cargo del monitor Huáscar, buque que llegó por primera vez al puerto del Callao el 2 de Febrero de 1868. Por esta época se presentaron serias dificultades económicas por lo que el Gobierno se vio obligado a gestionar préstamos de las casas consignatarias del guano
Diez Canseco, hombre de comprobada moralidad, en ningún momento pensó en prolongar el poder que detentaba. Ni presentarse como candidato a las elecciones. No obstante de que gozaba de popularidad.
En los comicios realizados en Abril de 1868 se presentó como candidato presidencial José Balta, frente al cual se lanzó la candidatura civil de  Manuel Toribio Ureta, quien representó a los liberales. Otro candidato fue Manuel Costas, prospero comerciante y hacendado puneño. Tiunfó Balta y Diez Canseco le entregó el poder el  2 de Agosto del mismo año.
Cumplida sus tareas políticas, el líder arequipeño de honradez y prosapia se retiro a la vida privada en medio de la admiración de casi toda la ciudadanía. Hasta que falleció dejando evidente huella en la vida pública nacional. 
DESCENDIENTES
Muchos miembros de su familia, con el paso de los años y las generaciones, se dedicaron a la política. Allí tenemos a sus nietos Víctor Andrés y Rafael Belaunde Diez Canseco. El primero precursor del social cristianismo, Canciller de la República y el único peruano que fue Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidos. Por su parte el segundo, embajador, diplomático y Premier y  Ministro de Estado durante el Frente Democrático que presidio de 1945 a 1948, José Luis Bustamante y Rivero.
Su bisnieto fue Fernando Belaunde Terry, dos veces  Presidente Constitucional de la República entre los años 1963-1968 y 1980-1985. Por su parte, sus tataranietos: Jose Antonio García Belaunde, Canciller durante los cinco años del Gobierno aprista de Alan García y Víctor Andres García  Belaunde, actual Congresista de la República perteneciente a los registros de Acccion Popular.
Su hermana Francisca Diez Canseco Corbacho estuvo casada con el Presidente Ramón Castilla y los descendientes de su hermano Manuel los políticos Raúl Diez Canseco Terry,  Javier Diez Canseco Cisneros (fallecido), Francisco Diez Canseco Távara y Anel Townsend Diez Canseco. Familia de notables, de estirpe y capacidad. (Edgardo de Noriega)

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