Era la época en que los sacerdotes podían intervenir en la
política activa, a comienzos de nuestra república emergente Así
se convirtió en una de las mayores figuras públicas de este país que daba los primeros pasos como nación libre,
alejada por completo del maligno yugo
español. Hasta ejerció, de forma
interina, la Presidencia del Perú durante breves periodos en 1822 y 1833.
Diputado, Senador y tres veces Presidente de los Congresos Constituyentes en
distintas épocas de nuestra historia. Patriota, firme, idealista liberal
consuetudinario que demostró a lo largo de su vida atributos innegables: honor,
dignidad y conciencia. Todo un ejemplo nacional de los que, precisamente, hay
que venerar para siempre.
Francisco Javier de Luna Pizarro Pacheco, nacido en Arequipa el 3
de Noviembre de 1780 y muerto en Lima el 9 de Febrero de 1855, a los 74 años, fue
formado en el seminario de su ciudad natal desde los once años. Luego lo hizo en la Universidad
San Antonio de Abad del Cusco. Ejerció en el sur la docencia como profesor de
Teología y luego viajó a España, donde fue testigo de la resistencia a la
invasión napoleónica entre 1808 y 1814.
A su regreso al país fue nombrado
Rector del Colegio de Medicina de San Fernando. Años después se erigió como una
de las figuras por la lucha de la independencia. Presidió el Congreso
Constituyente de 1822 y durante un cortísimo tiempo encargado del Poder
Ejecutivo del Perú en su calidad de Presidente de la República cuando el
Libertador San Martín renunció a su cargo de Protector del Perú.
Francisco Javier de Luna Pizarro: eminente prócer
Francisco Javier de Luna Pizarro: eminente prócer
PRESIDENTE
Luna Pizarro ocupó la presidencia
interina hasta la investidura de José de la Mar. Intervino en la redacción de
la Constitución de 1823 y apoyo este gobierno. Entre 1827 y 1828 volvió a
presidir el Congreso Constituyente en
dos ocasiones y de conformidad a sus
funciones resultó elegido, una vez más, Presidente interino del Perú entre el
final de la presidencia de Agustín Gamarra y la investidura del General José de
Orbegoso.
Posteriormente, lo consagraron
obispo el 21 de Septiembre de 1837 como titular de la diócesis de Alalia y Auxiliar
de Lima. Nombrado Dean del Cabildo Metropolitana después de ejercer como
vicario capitular por muerte del anterior arzobispo, Francisco de Sales
Arrieta. Arzobispo de Lima nombrado por
el Papa Gregorio XVI, cargo que ejerció hasta su fallecimiento.
El hogar de sus padres fue
sumamente católico y de abolengo. Hijo de Juan Antonio de Luna Pizarro, teniente
coronel de milicias reales granadino y de la dama arequipeña, Cipriana Pacheco
de Chaves Araus.
En el seminario, lo dirigió el
Obispo Pedro José Chávez de La Rosa. Estudio allí Latinidad, Retórica, Filosofía
y Jurisprudencia. Era precoz y vivaracho.
Ricardo Palma, en sus Tradiciones Peruanas, habla de este jovencito.
AL RINCON….
En cierta ocasión, el Obispo hizo
una visita al seminario y comenzó a hacerles preguntas a los alumnos. A quienes no contestaban, rápida y tajantemente,
les decía: “Al rincón quita calzón” A renglón
seguido, les indicaba que se le iba a aplicar un palmetazo en las
nalgas.
Al llegar el turno a Luna
Pizarro, éste tampoco pudo contestar muy bien el interrogatorio de Monseñor.
Pero, a manera de defensa inmediata, retrucó una pregunta a su eminencia: ¿Cuál
era la cantidad de Dominus Vobiscum que se decían en la Misa? El obispo,
después de meditar, tuvo que aceptar que no sabía la respuesta. Por lo que el
niño se atrevió a sancionar al religioso con el clásico: “Al rincón quita calzón”.
Quien la hace la paga.
El joven arequipeño demostró tan
altas dotes intelectuales que Chávez de la Rosa decidió enriquecer su educación,
con el aprendizaje de las Matemáticas. Más tarde, le dio su total protección y
lo envió al Cusco donde optó por las licenciaturas en Leyes, Cánones y Sagrada
Teología. Hizo su práctica forense en Arequipa y se recibió de abogado, ante las
Reales Audiencias del Cusco y Lima.
Maestro del seminario de
Arequipa. Trabajó en la Secretaria del Obispado
de esa ciudad. Vicerrector y Prefecto de estudios del centro arequipeño donde
se formaban las sacerdotes. Pasó a cumplir labores evangelizadores en Torata,
en el departamento de Moquegua.
Viajó a España con Monseñor
Chávez de la Rosa. Capellán del Consejo de Indias y asistió a las sesiones de
la Corte de Cadiz, que aprobaron la primera constitución de la monarquía
española y la libertad de prensa.
Una estampilla postal en su recuerdo.
Una estampilla postal en su recuerdo.
DIPUTADO
Retornó a Lima, justamente,
cuando se realizaban las elecciones para las cortes en 1812. Comenzó a laborar
en el Cabildo Metropolitano donde hizo carrera profesional y llegó a ser Secretario
de esta prestigiada institución.
Pasó a ejercer el rectorado del
Colegio de Medicina de San Fernando. Por exigencia de sus funciones debió
pronunciar un elogio del Rey español Fernando VII, durante un acto público.
Era, sin embargo, un republicano.
Tan es así que luego de la
Independencia del Perú el 28 de Julio de 1821, integró la Junta de Purificación
que recibió las informaciones de los sacerdotes acerca de sus servicios
patrióticos. Integró la sociedad de este tipo creada para discutir a cerca del
gobierno conveniente para el Perú.
Resultó elegido diputado por
Arequipa al Primer Congreso Constituyente donde aplicó brillantemente la
experiencia adquirida en las Cortes de Cadiz. Le tocó presidir las sesiones del
primer mes del 20 de Septiembre al 20 de Octubre de 1822. Adicionalmente, integró la comisión que trazó las bases de la
Primera Constitución Política que fue aprobada al año siguiente.
LICENCIA
Intervino en la conformación de
la Junta Gubernativa Suprema de 1822 que presidió José de la Mar. Al disolverse
este organismo, por la intromisión del Ejército y la imposición de José de la
Riva Agüero como Presidente de la República, pidió licencia y se marchó rumbo a
Chile.
Posteriormente retornó a Arequipa
tras ser designado Tesorero del Cabildo Diocesano de la Ciudad Blanca. Luego
pasó a Lima a desempeñar idéntico cargo y desde aquí comenzó a oponerse a la
dictadura de Bolivar. No era por ambición, sino por convicción de estar contra
cualquier tipo de autoritarismos.
Como diputado se opuso al régimen
bolivariano y a la proyectada adopción de la Constitución Vitalicia. Ello dio
lugar a su destierro a Chile. Volvió cuando Bolívar se retiró y fue recibido en
olor a multitud, en el puerto del Callao.
Lo eligieron parlamentario por su
tierra natal y se incorporó al Congreso Constiuyente que debía proclamar la
Constitución Política. Presidió las sesiones en 1827 y 1828 y allí se decidió
la elección de José de la Mar, como primer mandatario constitucional
Favoreció la inclusión de los
principales dictados de la Constitución de 1823 en la Carta Magna de 1828.. Consideró
necesario preparar la guerra contra la Gran Colombia, a fin de neutralizar la
reacción bolivariana.
JUSTIFICACIONES
Justificó la invasión a Bolivia y
la expulsión de Sucre, hechos logrados
por el General Agustín Gamarra y alentó la anexión de Guayaquil, teniendo en
cuenta los sentimientos peruanistas registrados por los residentes de esa
ciudad.
Declarada la guerra con Colombia,
quiso prevenir la amenaza del ascenso de Gamarra. Cuando La Mar fue depuesto
por este último, Luna Pizarro se marchó otra vez al destierro de Chile, para no
otorgar el acatamiento al golpe de estado y ser consecuente con sus posiciones.
En su ausencia, fue designado
Dean del Cabildo de Arequipa y cuando volvió anunció su propósito de dedicarse
exclusivamente a sus labores religiosas. Elegido Senador alegó razones de salud
para no incorporarse a la legislatura.
Sin embargo, tuvo que
reconsiderar su decisión. Los votos de su ciudad natal y de Tinta lo llevaron a
la Convención Nacional de 1833, una asamblea de representantes cuya misión
principal era reformar la Constitución de 1828.
El grupo liberal, entre los que
se encontraba otro sacerdote Francisco
de Paula González Vigil, lo eligió presidente del cuerpo legislativo. Al final
del mandato de Gamarra y al frustarse las elecciones, la Convención tenía que
elegir un presidente provisorio.
El busto a manera de recuerdo y homenaje.
El busto a manera de recuerdo y homenaje.
IDEA
El favorito era Domingo Nieto.
Pero Luna Pizarro influyó para que sea Luis José de Orbegoso. La idea era
evitar que los militares más ambiciosos copasen el poder. Condenó el
pronunciamiento del General Bermúdez, candidato perdedor y caudillo de los
gamarristas. Por su influjo se decidió la orientación liberal de la nueva
constitución política que fue proclamada en 1834.
Esta sería la última actuación política del
clérigo. Tras el golpe de Salaverry, su opinión no tuvo ninguna fuerza
decisoria. Ni aun cuando ejerció de consejero e Orbegoso como Presidente del Estado
Nor Peruano, en tiempos de la Confederación Perú Boliviana (1838). Entonces,
decidió consagrarse exclusivamente a su ministerio dentro de la Iglesia
Católica.
En buena cuenta y resumen, Luna
Pizarro influyó muchísimo en la política peruana durante más de diez años. Fue
el principal mentor de las constituciones de 1823,1828 y 1834. Abogó por un
equilibrio de los poderes ejecutivo y legislativo y la limitación de los
excesos del caudillismo militarista. Creía
firmemente en la unión con Bolivia.
Lo nombraron Obispo Auxiliar de
Lima y lo consagraron el 21 de
Septiembre de 1847. Sus actividades las desarrolló en el Convento de San
Francisco. Dean del Cabildo Metropolitano.
1855. Fue el que restituyó el Seminario de Santo Toribio.
Fue un gran soporte del
Libertador San Martín para la transmisión de órdenes y el intercambio de
mensajes, previo al ingreso del Ejército Libertador a la capital del Perú.
Asistió al Cabildo del 15 de Julio de 1821 que se pronunció por la Independencia
y estampó su firma en el acta correspondiente al lado de otro prócer, Toribio
Rodríguez de Mendoza.
PRINCIPIOS
En el seno de la Sociedad
Patriótica sostuvo que la forma de gobierno que debía adoptar el Perú tenía que
ser discutida en el Congreso Constituyente. Defendió a carta cabal la
inviolabilidad parlamentario. Otra de sus convicciones era era que el Gobierno
asegurase la libertad de los que opinasen en cualquier sentido. Realmente un
precursor de ideas democráticas.
Fue enemigo de Bernardo de Monteagudo
No cesó de actuar de modo práctico en orden al imperio de la justicia, la libertad y la institucionalidad. Es así que toma parte activa en la caída del ministro Monteagudo, solicitada conminatoriamente al Gobierno por un destacado grupo de vecinos, muchos de los cuales se reunían en casa del prelado, situada al lado de la iglesia de La Concepción, para organizar la deposición del odiado personaje, cuya arbitrariedad, abuso y chantaje para con destacados limeños y patriotas, no pudo tolerarse más.
No cesó de actuar de modo práctico en orden al imperio de la justicia, la libertad y la institucionalidad. Es así que toma parte activa en la caída del ministro Monteagudo, solicitada conminatoriamente al Gobierno por un destacado grupo de vecinos, muchos de los cuales se reunían en casa del prelado, situada al lado de la iglesia de La Concepción, para organizar la deposición del odiado personaje, cuya arbitrariedad, abuso y chantaje para con destacados limeños y patriotas, no pudo tolerarse más.
En una oportunidad, pidió la excomunión de Francisco de Paula González
Vigil, clérigo y abogado, otrora su amigo y compañero de afanes políticos que,
a la sazón, había arreciado su regalismo y contestado virilmente al papa Pío
XI.
RESULTADO
Muchos críticos de su actuación sstuvieron que fue mas
político que abogado y sacerdote y que tuvo grandes dotes de manipulación y que
gobernaba a través de los gobernantes.
Sin embargo, lo real que esta probado
es que el personaje fue de una persuacion inigualable.
Resultó ser una de las mayores
figuras intelectuales y políticas a principios de la República: denodadamente
patriota. Con gran firmeza de de carácter, defendió con vigor sus ideas y a
pesar de su edad y sus enfermedades no doblegó nunca su honor y su dignidad. Ni
su conciencia. Asumio y represeto al Perú con dignidad. Por eso tiene un lugar
especial en la historia. Asi hay que juzgarlo y asi hay que entenderlo. (Noé)
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