El poeta arequipeño, Alberto
Hidalgo Lobato, causaba revuelo con un desenfado inigualable y una insolencia
total que lo hacía totalmente beligerante y maligno por el eminente daño moral
que causaba a sus enemigos de turno. Fue
un político con ideología aprista en sus años mozos y después, en la madurez y en
la vejez de sus largos años vividos, un detractor fulminante de esa agrupación política. Así se plegó, en
una oportunidad, hacia los grupos progresistas de avanzada y hasta quiso aliarse
con el General Manuel Odría para hablar durante un mitin y concentración
publica en contra de sus compañeros del ayer, revelando, según anunciaba, los
secretos más recónditos que tenía guardado bajo siete llaves, los mismos que
demostrarían la traición ideológica del Apra. Nunca lo hizo concretamente y con pruebas
fehacientes. Todo discurrió entre las especulaciones y el encono inclusive
violento de las partes en conflicto.
Hacía muchos años que había escrito
una barbaridad, de forma irreverente y prosaica cuando señalaba sin dudar en
algún momento, de que “a la madre del Comandante Luis Miguel Sanchez Cerro, una
zamba de caderas redondas y de senos duros, la poseyó sexualmente un cerdo.
Nueve meses después nacería el que fue Presidente del Perú”. El articulo lo
publicó, con lujo de detalles funestos y agraviantes, bajo el fulminante título:
“Sánchez Cerro o el excremento”, en el libro “Diario de Mi Sentimiento” aparecido en 1937, paginas 149-156.
Alberto Hidalgo: insolente, mordaz y panfletario.
Alberto Hidalgo: insolente, mordaz y panfletario.
HAYA EN LA MIRA
Para rodearse aún más en
estiércol aseguró, de forma cobarde e irresponsable, que Víctor Raúl Haya de la
Torre era un homosexual que usaba a cada rato sus partes posteriores. El nivel
de lo más bajo y, realmente, detestable. Ello no le impidió que hablase en sus
versos dislocados y denunciantes, de nada más y nada menos que del poto del
jefe máximo con sus cuatro letras y su vulgaridad eminente. Panfletario de la
peor especie.
Lo de Haya ocurrió cuando
faltaban dos años para las elecciones presidenciales de 1962, en tiempos del
gobierno de Prado, aliado con el Apra en lo que se llamó la convivencia,
régimen que para muchos marcó el pasó del progresismo a la derecha más
cavernaria del denominado Partido del Pueblo.
Una parte del poemario titulado “Odas en Contra” decía sobre el líder
aprista, exactamente, lo siguiente: Te
deseo una muerte a pedacitos/en que vayas perdiendo miembro a miembro, parte a
parte/ Con epilépticas ladillas en tu bolsa engrampada inexorablemente/en esa
talega testicular toda vacía/ Y oxiuros picoteando en las infundibuliformidades
de tu poto/ Que es por donde te gusta y donde pecas. Llegar a este tipo de
ataques, evidentemente, bárbaro e inconcebible, pero allí está vulgar,
difamante e intolerante.
CHARLA
La visita a Lima de Hidalgo, procedente de Buenos
Aires donde residía, causó revuelo general con matices de escándalo y hasta
violencia desenfrenada. Pero con poca y mediocre consistencia intelectual e
incluso política de los temas que se discutían tanto, según opinión que dio en
esa oportunidad el periodista Hugo Neira
en dos artículos de opinión publicados en las páginas del diario “Expreso”. No
le faltaba razón a tan ilustre intelectual que hoy vive en el Perú y sigue
escribiendo sesudos libros con la brillantez de siempre.
Hidalgo acudió a dictar una
conferencia a lo que es hoy la casona universitaria de San Marcos en el Salón
de Grados de la antigua Facultad de Letras.
Lo acompañaban el Decano, doctor Luis E. Valcárcel, los escritores Ciro
Alegría, Enrique López Albújar y el Presidente de la Federación Universitaria
de ese centro superior de estudios (FUSM), Juan Alberto Campos Lama. Todos, en
esos tiempos, antiapristas.
En esta oportunidad dijo entre
otros infundios que “Haya de la Torre
desde que tiene uso de razón está buscando empleo que no se le da nunca, el
empleo de la Presidencia de la República. Como no ha podido conseguir esto ha inventado la manera de
vivir sin trabajar. Nunca lo ha hecho, ni lo hará”
No hubo ninguna reacción y el
poeta salió ovacionado de San Marcos. A los pocos días, partió a su natal
Arequipa, Cusco y otras ciudades del sur del país. A su regreso a Lima, y por
invitación de la Unión de Escritores Democráticos de tinte izquierdista, aceptó
dictar otra conferencia en San Marcos y aquí sí que se armó la trifulca.
Uno de sus poemarios
Uno de sus poemarios
REACCION
La exposición estaba programada
para el miércoles 23 de marzo de 1960, a las 7 de la noche. La bufalería y
fuerza de choque aprista impidió, a como de lugar, el acto. Los compañeros
colmaron las instalaciones e Letras y Derecho liderados por Alberto Valencia,
poeta diputado por Ayacucho posteriormente, esposo de una
sobrina de Haya hija de su hermano Edmundo “Piño”, Mario Gotuzzo, en años venideros, Profesor de Derecho Administrativo de la Universidad
Federico Villareal y casado con la diputada de aquel entonces por La Libertad, María
Colina de Gotuzzo, el búfalo Camiloni, entre otros.
Ingresó al Patio de Derecho y tomó ubicación en los
altos, rodeado por los organizadores de la actuación, quienes por los micrófonos instalados
anunciaron que estaban resueltos a llevar adelante el programa trazado y
pidieron cordura a los asistentes.
A continuación, habló el poeta Reynaldo Naranjo quien trazó
un perfil intelectual positivo del visitante.
Lo mismo hizo otro vate, Cesar Calvo, quien puntualizó que “sirvientes del
gobierno se hacen presentes para impedir que hable una de las voces liricas más
importantes de América”.
GOLPE
Al oírse esta aseveración, los búfalos
tiraron piedras sobre el estrado,
rompiendo lo que se les cruzaba por el
medio. En tal situación de violencia, el poeta Gustavo Valcárcel, ex aprista y entonces comunista ortodoxo, pidió
“discrepancia con altura”. Sin embargo, el enfrentamiento prosiguió. La turba
lanzó, otra vez, elementos contundentes y también huevos contra Hidalgo que
tuvo que salir, con su comitiva, por los techos de la universidad y así se alcanzó la calle.
Por la noche, no se amilanó y
siguió. Hizo declaraciones a la prensa,
afectado aún por la pedrada que recibió en la cadera. Reveló que, en
diciembre de 1952, se organizó una
revolución contra el General Odría, desde Buenos Aires.
Entre los conspiradores habrían
estado Armando Villanueva del Campo, Luis Barrios Llona, Manuel Seoane Corrales
y el propio Hidalgo. Un militar de alta graduación peruano, según esta versión,
habría llegado a Buenos Aires con miras a reforzar la conspiración. Su nombre
se desconoció siempre.
El Presidente de la Argentina,
Juan Domingo Perón, habría ofrecido financiamiento para el golpe. Se hablaba de
un millón de pesos de por medio. Lo que se proponía el Apra, afirmaba el poeta,
era la disolución del Ejército.
Expresó que en la capital de la Argentina
tenía las pruebas de lo que sostenía tales como la clave secreta que se iba a
usar en el golpe y autógrafas, las mismas que acreditaban plenamente sus
afirmaciones. Nunca cumplió con lo prometido.
ACUSACIONES
El Frente Estudiantil
Revolucionario (FER), con la firma de Francisco Izquierdo y Luis Peña Fiol, protestó por el acto violento en contra de Hidalgo. Por su
parte, la FUSM de Campos Lama dijo que no participó en la organización del
evento pero si protestó por “los actos perpetrados por los apristas, a quienes calificó
de “convivientes”, por su apoyo a Prado.
Cabe indicar que en años
posteriores Campos Lama se amistó con los compañeros volviendo a sus filas y en
el primer gobierno aprista de Alan García se desempeñó como Viceministro de
Transportes y funcionario de la Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE),
apoyado totalmente por su enemigo del ayer, el Vicepresidente de la República, Luis Alberto Sánchez. Que cochina y poco
consecuente es la política.
Hidalgo continuó con sus denuncias y diatribas
y se plegó a la punta izquierda del espectro político. Sus acusaciones eran,
resumidamente las siguientes: El Apra,
el partido más grande del Perú, traicionó a sus principios. De antiimperialista
contra Estados Unidos, a una agencia de los yanquis. De partido furibundo de la
nacionalización de todas las riquezas,
inventa fórmulas de acomodamiento. De enemigo de la oligarquía, pasa a ser la tabla de salvación de ella. Lo
que es peor, según el poeta, esta agrupación
detuvo la revolución en el Perú.
Con el poeta Corcuera aquel año de la trifulca.
Con el poeta Corcuera aquel año de la trifulca.
RENUNCIA
Contó que renunció en forma
fuerte y rotunda al mismo tiempo que Seoane y Barrios. Pero estos dos últimos se
retractaron, luego de conversar con Haya en Montevideo. Frente a las
revelaciones del vate, el Cachorro subrayó que “milita en el Partido y que no
tiene que declarar sobre las cosas internas de su organización”. No quiso echar
más leña al fuego. Ni reconocer si, en
determinado momento, renunció
En tales circunstancias, a
Hidalgo se le cerraban las puertas de la prensa. Una vez lo invitaron a un
programa de televisión y éste no se transmitió por razones técnicas. Entonces citó a los comunicadores al restaurante Montecarlo, ubicado en la calle Divorciadas del centro
de Lima, cuya propietaria era Edelmira Torres de Scorza, madre del poeta Manuel
Scorza.
Pero el acto tampoco se realizó
por razones que nunca se explicaron. Entonces se pensó en otro sitio, como la
casa de Miguel Scorza que militaba en el Social Progresismo de izquierda. No
obstante, la reunión se frustró
Hasta que, desesperado e incongruente, el poeta anunció
que las cartas de Seoane las mostraría durante el mitin que realizaría en la
capital el General Odría con motivo de su postulación a la Presidencia de la
República, ante unas 300 mil personas que reuniría. Nunca ocurrió esto.
NEIRA
Entre la intelectualidad y la
propia izquierda, la actuación de
Hidalgo tuvo protectores y detractores. Entre los segundos estuvo Hugo Neira
que en aquel entonces escribió en tono sarcástico: “Hidalgo ha llegado ante
nosotros para redimir el país. Para salvar a la izquierda. Para hacer la
revolución. Ha venido sobre todo para darse su bañito de publicidad anual
necesario para su equilibrio”
Luego añadió: La carencia de la
patria (la patria es para el señor Hidalgo varias cámaras de TV, muchos
periodistas, muchos izquierdistas esperando que detenga al mounstro del Apra y,
sobre todo, la patria es gran secreto, un gran secreto que solo él posee”… Ha traído
en sus maletas varias pretensiones. Todas ellas terribles, aplastantes,
peripatéticas, maquiavélicas”
Frente a la posición de Neira, el
poeta Arturo Corcuera respondió lo siguiente: “Atacarlo desde todos los frentes-que no deseo
enjuiciar todavía, es un acto de exageración. Un carga montón bastante injusto
que censuro con idéntica vehemencia”…
Afirmo que el poeta, a su edad,
tiene una rica trayectoria y crea con vitalidad distintiva. Recordó que los
críticos, como Alberto Escobar, lo consideran el precursor de la nueva poesía.
Aún más-subrayó- el pensador, José Carlos Mariátegui exaltó su poesía hace muchos años.
Haya de la Torre: una de sus víctimas
Haya de la Torre: una de sus víctimas
INCENDIARIO
También sostuvo que “Hidalgo
seguirá incendiario y permanecerá, hasta el fin de sus días, burlándose de
cuantos bomberos (prematuros o lo de los otros) le salgan al paso. El poeta se
preguntaba por qué van a ser tabú las vísceras o las entrañas de los viejos políticos?.... Y sentenciaba: “Urge
acabar con las vacas gordas de nuestra vida pública”… “Hidalgo es el único
escritor de la generación del centenario que puede jactarse de tener 20 años a
los 70. Y eso ya es bastante”
El poeta nació el 23 de Mayo de
1897 y murió en Buenos Aires el 12 de
Noviembre de 1967, siete años después de ocurridos estos hechos tan deplorables.
Lo enterraron en el cementerio de La Chacarita. Poco antes, recibió el premio
de honor otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía. Candidato al
Premio Nobel de Literatura.
Sus restos fueron trasladados y
enterrados en el Cementerio de la Apacheta en Arequipa, en 1973. Un hombre
desmesurado, injurioso, ególatra y paradójicamente tierno en la intimidad. Lo
demuestran, a las clareas, algunos de sus poemas que incluimos en este artículo
de semblanza.
Sus padres fueron: Manuel Santiago Hidalgo y Juana Rosa Lobato,
los mismos que murieron envenenados cuando el hijo tenía tan sólo 4 años de
edad, Sus biógrafos señalaron que fue Ladislao Corrales el causante de esta
circunstancia tan trágica que marco por completo la vida del poeta.
INDIVIDUALISTA
Viajó a
Lima en 1912 y conoció al pensador Manuel González Prada, los escritores
Ricardo Palma y José María Eguren, vinculándose por completo con el primero por
sus actitudes enteramente beligerantes.
Parte de su obra fue
exaltadamente individualista, con el puñal siempre en ristre y la maledicencia
presente de forma vertical para atacar de la peor forma y también con la desproporción
para alabar a quien le venga en gana.
Lo hizo, precisamente con Haya de
la Torre y otros tantos personajes. Al líder del Apra antes de pelearse lo
llegó a calificarlo del adalid insigne de la revolución. Después ya sabemos lo
que pasó y el punto medio de juzgar los hechos jamás llegó.
En su juventud se trasladó de
Arequipa a Lima para estudiar Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Posteriormente, abandonó sus estudios para dedicarse, a tiempo
completo, a la Literatura.
MATRIMONIOS
Militó en el Partido Aprista
Peruano desde los años aurorales de 1930.
Con el paso de los años se convenció que la corrupción había sentado sus reales
en esa organización política. En 1954,
publicó un folleto sobre su dimisión.
Su última esposa fue la argentina María Luisa Dearma, a quien trajo al
Perú varias veces. Cuando los líos universitarios, la dama estuvo a su lado.
En 1931, la desgracia lo golpeó.
Su primera mujer, Elvira Martínez, con quien se casó diez años antes, murió de
un momento a otro. Hidalgo intentó suicidarse y no publicó nada por un largo tiempo. Hasta que editó “Actitud de los Años”, donde relata su
experiencia de posesión que lo rescató de la ida al otro mundo.
Lo captó para dicho partido el
propio Haya en Berlín, Alemania, por tener, en ese momento, coincidencias y
aspiraciones comunes: justicia social, defensa permanente de la libertad
concepción de la América Latina como una sola nación de 20 estados. Resultó
candidato a diputado por Arequipa en las elecciones de 1931. No salió elegido.
Regresó a Buenos Aires sin
alejarse de su militancia. En 1947 retornó al país en tiempos del Frente Democrático
presidido por Bustamante y recibido
calurosamente por sus compañeros. Casi a finales de la dictadura de Odría, comenzó
a dudar fuertemente de sus convicciones.
Otro de sus libros.
Otro de sus libros.
VANGUARDISTA
Hasta que llegó al convencimiento
extremo de creer que los crímenes atribuidos al aprismo fueron efectivamente
cometidos con el asentimiento en unos
casos, la complacencia en otros o inspiración del jefe del partido en unos más.
Para Hidalgo, esta práctica del homicidio
como medio de acción no habría sido nueva en el Apra sino antigua y sistemática
como efecto de una concepción criminal al servicio de individuos ansiosos de
conquistar el poder, aunque sea valiéndose del terror y de la muerte.
La otra parte de su verso
panfletario contra Haya dice: Víctor Raúl diente de Hutchinson/ Haya de la Torre disimulado labio
leporino/Siempre jurando una pureza/pero entregándote a un padrillo…/Al pueblo
que dio crédito a tu voz y magnitud a tus ovarios/Pactaste con la clase
algodominerazucarera/ Te bajaste los vagos pantalones ante la seña de los
imperialismos/los calzoncillos con encaje en los enredos de la oligarquía/ Y no
por oro más o menos sino porque tus actos se acomodan/al ritmo de tus
desordenes menstruales.
Con respecto a su producción literaria,
en 1919, Hidalgo jugó un papel importante en el ambiente vanguardista.
Participó y editó, junto a Borges y Huidobro, “El Indice de la Nueva Poesía
Americana que salió a luz en 1926. Escribió
veintitrés libros de poesía, trece de prosa y siete de teatro.
VICTIMAS
Conoció a Xul Solar Güiraldes,
Girondo, Macedonio Fernandez, Leopoldo Marechal y Rafael Squirru entre otros
intelectuales. Creó las revistas “Oral” y “Pulso”. Su obra posterior fue “Actitud de los Años”. La ideología
izquierdista y combativa de Hidalgo y su vocación con el Perú se refleja en sus
peomarios “Carta al Perú” (1957) y “Poesía Inexpugnable” (1962).
Además de su obra poética,
escribió cuentos publicados mayoritariamente en la revista “Caras y Caretas” y
luego editados bajo el título de “Los
Sapos y otras Personas”, único libro de cuentos del autor.
Son antológicas sus páginas
dedicadas, con una gran dosis de malicia y humor negro a desacreditar a
personas muy respetables del medio limeño y del exterior: José Pardo, Nicolás
de Piérola, Ricardo Palma, José de la Riva Agüero, José Ingenieros, Leopoldo
Lugones. Se salvó González Prada, a quien Hidalgo respetó mucho.
En el ensayo, “Diario de mi Sentimiento” (1937),
comenta, de forma bastante personal e irreverente, el ambiente artístico de su
época. Mención aparte merece una colección de libros de difusión de la obra de
Sigmund Freud, publicados entre 1930 y 1945 bajo el seudónimo del Dr. J Gómez
Nerea, tarea que contribuyó a la difusión del psicoanálisis en la Argentina.
MARIATEGUI
En su poesía inicial “Panoplia Lírica”
(1917), predomina aún el gusto estético de Colónida vertido en sonetos y versos
alejandrinos de cautivante musicalidad y ternura. Pero en “Química de Espíritu”
(1923), “Simplismo” (1925) y “Descripción del Cielo” (1928), los
poemas son franca y totalmente vanguardistas. Posteriormente su poesía fue cobrando un
carácter social cada vez más acentuado desde “Edad del Corazón” (1940)
hasta “Carta al Perú” (1953) y “Biografía de Yo Mismo” (1959)”, sostiene el maestro y crítico literario Washington Delgado.
Sobre
Hidalgo, José Carlos Mariátegui, en sus “7 Ensayos de Interpretación de la
Realidad Peruana”- El Proceso de la Literatura, dice: “Alberto Hidalgo
significó en nuestra Literatura, de 1917 al 18, la exasperación y la
terminación del experimento “colónida”.
El
Amauta continuó de la siguiente forma: “Llevó la megalomanía, la egolatría, la
beligerancia del gesto a sus más extremas consecuencias. Los bacilos de esta
fiebre, sin la cual no habría sido posible tal vez elevar la temperatura de
nuestras letras, alcanzaron en el Hidalgo, todavía provinciano, de “Panoplia
Lírica”, su máximo grado de virulencia”.
Carátula de uno de sus manifiestos
Carátula de uno de sus manifiestos
POEMAS
Uno de sus poemas más saltantes
se llama “Función de tú Presencia Lejana”
y pertenece a su libro “Edad del Corazón”:
Sólo el recuerdo nos separa con su empecinamiento
de montaña/ Sólo el recuerdo nos desune con su hacer ver que estas distante/ Mujer
por todos los lados de la cabeza a los pies, principio a fin, mujer sin tregua/
en este lado de mi vida y al otro lado de mis años/ todavía te alcanzo,
todavía/ Entre los dos hay un incendio de llamas cárdenas perladas/ pues por servirte
cambia el mismo fuego.
Entre los dos hay llamaradas horizontales/pues en tu honor cambia la geometría
de las cosas/ Entre los dos está tu cuerpo/ Tus dos propósitos bien realizados/
de dar mirada a lo profundo/ como si fueran expresión de la fatiga de los
siglos/ por los rincones de mis noches
me persiguen/ e iluminan el remanso de mi sueño con su luz negra/ y sé por eso
que lo negro no es tan negro como el color triste de tus ojos
/Paso en medio de avenidas de campanas/con armónica sucesión de escuchados
terciopelos/o tus silencios a mi lado forman filas/ y yo me tiendo entre ellas
como un camino largo que inevitablemente lleva a ti/ Te acumulé en mis oídos y aún
me siento millonario de tu voz/ Te bebí, me bebiste, nos bebimos/con la saciada
sed que encendiera el ardor de nuestras tardes/ Entonces todos fueron alivios
en tu boca/ y hoy me queman, me queman esos besos/ Cicatrices de besos me
dejaste/
Pero el recuerdo nos separe porque es echar de menos/ En la memoria sólo
vive lo sucedido, no lo actual/ y no hay dolor más grande que saberlo sucedido/
La posesión otra vez es una forma de
anular la memoria/ la ausencia lo contrario que el olvido requiere/ Y si al
recuerdo sólo lo cura la presencia/ ¡Ven a mis brazos para olvidarte un poco.
OTRO DE ELLOS
Carta al Perú: Oh país en
los ojos te reflejas igual que en una fuente/Oh país de los días abundantes/OH
país con superposición de siempre lindas/ País que en los canarios ejecuta las
más hondas guitarras/ País que ensaya primaveras en atención a sus deseos/ País que mira al universo como un
balcón al patio/País que da la sensación de estar pisando en aire firme/ País a
la que la luz entra volando como una rápida azucena
/País que a las tormentas las sacude como si fueran campanarios/ País
donde a los senos se les traduce con facilidad/ País donde a la sombra de los
besos se vive una palmera/ País que abre su espíritu como si fuera un
puerto/País que se atribuye el firmamento como si fuera un águila/ País donde a
los odios se los tiene a la mano con
revólveres/ País es donde el paisaje en cuanto surge adquiere carta de
ciudadano
/País en que es peruano el color del lenguaje en que se quiere/ País
donde es peruana desde que nace hasta que muere el agua/ País donde es peruano
hasta en las flores que lo dan al fuego/ País donde es peruana la propia cara
de la tierra.
PROVOCADOR
El afán provocador de Hidalgo era
la expresión de una especie de anarquismo total. En la Argentina vivió cerca de
40 años. En los cafés de Buenos Aires, como el Royal Keller, era toda una figura
para discutir temas literarios. Frecuentó a los colaboradores del grupo Martín
Fierro, Proa y Prisma.
Conoció a escritores de la talla
de Jorge Luis Borges, Macedonio Fernández,
Olivero Girondo, Francisco Luis Bernárdez y otros. Usó mucho la metáfora como un factor esencial
de su producción y la exclusión de cualquier mensaje moral. Ahora bien, ya
Borges y otros aplicaron estos procedimientos.
Para varias atacó obsesivamente a
Borges en sus colaboraciones hechas al diario “Crisol”. Otra vez de manera
arbitraria, situándose-muchas veces entre el socialismo y el fascismo. En una oportunidad
escribió: “He sido siempre un escritor
beligerante. Me paso la vida preguntando contra qué o contra quién se puede
escribir”. Un auto retrato que, evidentemente, lo daba a conocer de cuerpo
entero: poeta de los que destacaban, pero con innumerables defectos que algunas
veces lo opacaban por completo. Incluso en su valía de intelectual que no se
puede negar. (Edgardo de Noriega)
Que bárbaro lo de Sánchez Cerro!!!!
ResponderEliminarUna bestia total.
ResponderEliminarBravo, un librepensador
ResponderEliminarExcelente,la autenticidad que manejaba al exhibir a las lacras que o dejan que prospere el PERÚ
ResponderEliminar¡Cuánta falta nos hace, hoy,un Alberto Hidalgo!
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