A mediados de Enero de 1942 las
unidades de vanguardia de Auchinleck habían alcanzado el golfo de Sirte, y
Cirenaica parecía ya pérdida para las exhaustas unidades acorazadas del Eje.
Pero, en realidad, lo que sucedía era que se estaba repitiendo el esquema de la
guerra en el desierto mientras las fuerzas de Rommel se replegaban hacia sus
bases de Tripolitania, el Ejército británico se alejaba cada vez más de las
suyas en Egipto.
Todavía no habían transcurrido
dos semanas desde que la Operación “Crusader” perdiera su impulso en El-Agheila
cuando Rommel atacaba ya las posiciones avanzados inglesas, obligando al
Ejército 8 a volver sobre sus pasos y por carreteras un tanto precarias, hacia
la frontera egipcia. De nuevo triunfaba el “Zorro del Desierto”. He aquí el
relato del avance de Rommel hasta Ain el-Gazala, narrado por el hombre que
estuvo a su lado en calidad de Jefe del Estado Mayor: el Teniente General
Alfred Gause,
En los últimos días de 1941 y
primeros de 1942 había mejorado la situación de las fuerzas del Eje en el
teatro de operaciones del Noreste de Africa. En el transcurso de los últimos
diez días de diciembre se consiguió neutralizar más eficazmente la aviación
enemiga, gracias a haberse agregado dos Gruppwen de caza a las unidades
del Fliegerführer Afrika (comando
operativo de la Luftwaffe en Africa septentrional y completado los efectivos de
las unidades alemanas de bombarderos en picado (Stukas) y de cazas pesados).
Rommel: el genio de la guerra alemán
Rommel: el genio de la guerra alemán
ATAQUES
En cambio, el potencial aéreo
británico se había reducido como consecuencia del envío de fuerzas al Extremo
Oriente, medida muy necesaria después de la entrada del Japón en guerra (el 7
de Diciembre) y tras los éxitos logrados por la Escuadra japonesa el siguiente
día 10.
La Lufwaffe seguía atacando a
Malta con éxito creciente. En el mar los ingleses habían perdido el
portaaviones Ark Royal y el acorazado Barham, mientras en Alejandría, el 19 de
Diciembre de 1941, los dos acorazados que le quedaban al Almirante Cunningham,
el Queen Elizabeth y el Valiant, quedaban fuerza del combate por obra de
algunos medios de asalto de la Marina italiana.
Al día siguiente tres cruceros y cuatro destructores
con base en Malta se habían adentrado en un campo de minas, sufriendo graves
averías, y poco después otro crucero inglés fue echado a pique por un U-Boot.
Por aquellos días, los únicos buques de guerra de que podían disponer los
ingleses entre Gibraltar y Alejandría eran tres cruceros y algunos destructores
y submarinos.
El mejoramiento de la situación
en el mar y en el aire implicó asimismo una notable mejora en los transportes
alemanes, mejora que empezó a manifestarse durante la segunda quincena de
diciembre. En Septiembre de 1941, las pérdidas de buques mercantes por parte
del Eje ascendieron a 92 mil soldados. Pero en Enero de 1942 esta cifra
descendió a 40 mil.
PERDIDAS
Por consiguiente, los alemanes
pudieron compensar los vacíos provocados por las graves pérdidas sufridas en el
transcurso de la campaña de invierno. Desde el inicio de las operaciones en el
Norte de Africa hasta Febrero de 1942 el famoso Afrikakorps había perdido el
33% de sus efectivos y los italianos el 44%.
Tales pérdidas se registraron
principalmente en el periodo que finalizó en Diciembre de 1941. En los combates
murieron los comandantes de dos divisiones alemanas. Otro comandante en jefe de
la división cayó prisionero y otro más halló la muerte frente a Tabruk en Abril
de 1941. Asimismo se había perdido más del 80% de los medios acorazados y del
40% de los cañones.
Pero también los ingleses
perdieron más de 17 mil hombres y una gran cantidad de material. En resumen, se
trataba de una repetición de la situación del verano de 1941: una carrera para
ver quién sería el primero en volver a completar las filas de las propias
unidades.
Sin embargo, en esta ocasión las
fuerzas acorazadas alemanas e italianas
tenían dos bazas a su favor: las líneas de abastecimiento que terminaban
en Trípoli eran más cortas y gracias a
los ataques contra Malta los convoyes que atravesaban el Mediterráneo estaban
mejor protegidas. Sangre fresca fluía a las venas de aquellas unidades, tan
desgastadas ya por las largas batallas sostenidas: el número de carros de combate a disposición de
Rommel ascendió a 120.
OPERACIONES
Al mismo tiempo la mayor
disponibilidad de carburante permitía de nuevo emprender operaciones de mayor
radio de acción. No obstante, todo ese flujo de abastecimientos debía pasar
todavía a través del puerto de Trípoli puesto que por razones políticas, Hitler
había rechazado la proposición de Rommel de enviar parte de las mismas por la ruta
más breve y más segura que era la de Túnez.
Tras haber alcanzado el golfo de
Sirte en el Aghelia, los ingleses creyeron haber infligido tal derrota a las
fuerzas acorazadas del Eje que ya no podrían llevar a cabo ninguna actividad
efectiva en un futuro inmediato.
Quizá fueron los informes optimistas enviados por Auchinleck a Churchill los que indujeron a la
agencia Reuter a comunicar desde el Cairo, el 26 de Diciembre, la siguiente
noticia: “Los restos del Afrikankorps y del Ejército italiano están en retirada a lo largo del golfo de Sirte,
por la carretera que conduce a Trípoli.
Nuestro objetivo primordial-destrucción
d e las tropas enemigas en el desierto- se ha conseguido. Las fuerzas
acorazadas alemanas han quedado deshechas y los pocos carros de combate
alemanes supervivientes están intentando, presas del pánico, llegar hasta Trípoli”.
En plena accion planificanado los ataques bélicos
En plena accion planificanado los ataques bélicos
SITUACIONES
Los ingleses situaron sus
unidades en una amplia zona comprendida entre Bengasi, Derma, Tobruk y la
frontera egipcia, en vez de reunirlas para intentar un ulterior avance hacia el
Oeste. Los acorazados alemanes se desplegaron a una línea de unos 200
kilómetros entre Marada y Marsa el-Brega, estableciendo un cierto número de
puntos de apoyo muy distanciados entre sí.
El Cuerpo del Ejército italiano ocupaba
el sector septentrional y otro de ese país guarnecía el meridional. Los extremos
de la línea defensiva se reforzaron los elementos de la División de Infantería
Ligera 90 alemana, mientras el Afrikakorps y el Cuerpo del Ejército XX italiano
se situaban detrás del ala septentrional y de la parte central del frente,
dispuestos a emprender operaciones móviles.
Rommel decidió no esperar que
fuese el enemigo el que tomase la iniciativa atacando Marsa el-Brega. Por el contrario, juzgó que debía ser él quien
desencadenara un ataque por sorpresa contra los elementos avanzados del Ejército inglés, mientras ese
todavía estaba disperso en una amplia zona.
Aceleró sus preparativos para
iniciar un avance que deberían desencadenar dos grupos de asalto: uno de ellos
maniobrando al norte del Uadi el-Faregh y del otro por la vía Balbia. Ambos
deberían cercar a las fuerzas enemigas desplegadas a lo largo del ala
septentrional del frente o derrotarlas después de haberlas rebasado.
El ataque comenzó<o a las 8.30
del 21 de El Afrikakorps se puso en
marcha a lo largo del Uadi el Faregh, los carros de combate del Cuerpo del Ejército
XX italiano y algunas unidades de la División Ligera 90 lo hicieron por la
vía Balbia.
CAPTURAS
La naturaleza del terreno-
escarpadas dunas de arena y aguazales salobres- impidió que el ataque se
desarrollase de acuerdo con los tiempos previstos. Rommel se vio forzado a admitir
que, si bien las fuerzas enemigas desplegadas en el frente sobre la dirección del
ataque demostraron ser más débiles de lo previsto, habían logrado no obstante
replegarse hacia el Norte y reunirse con otras unidades más fuerte situadas
alrededor de Agedabia.
A las 11 horas del 22 de Enero un
grupo de combate capturo Agedabia y Rommel que había dirigido el ataque ordenó
que se emprendiera la recuperación del enemigo. Cosa que se hizo. El enemigo
tuvo que retroceder.
Tras un fuerte ataque concéntrico
alemán se capturó gran cantidad de material bélico, pero en la bolsa formada no
se halló a casi ningún soldado enemigo. La huida se vio confirmada después. Las
fuerzas del Afrikakorps se dirigieron a una zona y tras un fácil avance fue
posible alcanzar Msus. Los ingleses estaban derrotados de tal forma que al
llegar la noche ya no existían unidades en condiciones de combatir.
DECISION
Rommel decidió despejar la
situación en Bengasi. Los italianos, sus aliados sin embargo no estaban de
acuerdo. Sostuvo la validez de su decisión y siguió para adelante. Quería sacar
partido de los puntos débiles de los ingleses. Continuó la lucha, contando tan
solo con el Affrikakorps, la División Ligera 90 alemana y el Cuerpo
de Ejército XX motorizado italiano.
Rommel siguió esperando para
capturar Bengasi. La noche del 27 de Enero el grupo de asalto
se puso en movimiento desde la zona situada al oeste de Msus. Avanzó en medio
de violentas tempestades de arena, lluvias torrenciales y ráfagas de viento. El
grupo continuó su avance en dirección a Benina.
Un intento de ocupar Bengasi a
base una incursión por sorpresa fue rechazado aquella misma noche por el
intenso fuego de la defensa. Rommel utilizó al grupo de asalto para bloquear
las vías de acceso septentrional y oriental, decidiendo esperar la llegada de
refuerzos antes de obligar al enemigo a
la rendición
Aquella misma noche llegó una
directiva en la que Mussolini decía que aprobaba la decisión de tomar Bengasi.
La ciudad fue ocupada el 29. Pero en el transcurso de la noche anterior gran
parte de la guarnición había logrado huir. Cayeron más de mil prisioneros y 300
vehículos
Rommel suponía que la retaguardia
enemiga no opondría resistencia antes de llegar a Aín el-Gazzala donde los
ingleses podrían emplear las fuerzas que todavía tenían. Maraua cayó en las
manos de los alemanes.
INCENDIOS
Los incendios visibles indicaban
que el enemigo en retirada estaba destruyendo los víveres y el material bélico. Se conquistó Giov Berta. El avance
alemán prosiguió hasta llegar a 24 kilómetros de Ain el-Gazala.
Rommel que había conducido
personalmente el avance se convenció de aquel momento era el más oportuno para detenerse.
Como no deseaba exponer a sus fuerzas a un grave revés, decidió retirar ambas
columnas a la zona situada al sur de Ain el-Tmimi, asegurándoles una adecuada
protección.
El Jefe alemán había decidido
establecerse en el límite oriental de Cirenaica y emplear esta posición como
punto de partida para futuras operaciones contra el enemigo y salvaguardar su
flanco con fuerzas móviles. Incluso ocupó el oasis de Gialo. De nuevo Rommel
solicitó poder emplear los cuerpos del
Ejército italiano, pero pasaron bastantes semanas para ello.
La campaña de invierno concluyó
con la reconquista de Cirenaica que costó elevadísimas pérdidas de hombres y el
consumo de todas las reservas del carburante. Rommel había asestado rápidos y
fuertes golpes a un adversario hasta ahora victorioso y logó reconquistar más
de 500 kilómetros de territorio.
Los soldados encima del tanque esperando el momento preciso
Los soldados encima del tanque esperando el momento preciso
EL EJE
Los ingleses, además de haberse
visto obligados a abandonar Cirenaica, habían experimentado grandes pérdidas
tanto en hombres como en material. Sus pérdidas
ascendieron a unos 10 mil hombres entre muertos y heridos. Doce mil
prisioneros. Más de 1600 carros de combate y otros vehículos acorazados. Dos
mil quinientos camiones y más de 300 aviones.
La principal preocupación del Eje
continuó siendo la protección de los convoyes de abastecimiento y el flujo de
materiales a las diversas unidades. El puerto de Bengasi volvió a la actividad.
La motorización de muchas unidades fue una realidad. Las reservas de municiones
de artillería del Eje, en la zona de Bengasi, pudieron Ser recuperadas y se
hicieron utilizables de nuevo.
Las unidades acorazadas alemanas recibieron
el notable apoyo de los aparatos de la Lufwaffe, cuyos ataques según lo
dispuesto habían aumentado en número y en intensidad-
En enero, las fuerzas del
Fliegerführer Afrika comprendían tres grupos de bombarderos en picado y tres
grupos de aparatos de caza, con un total de más de 180 aviones. En cuanto al
potencial operativo de la aviación italiana se
elevó a 190 aparatos.
La lucha en la plenitud del desierto.
La lucha en la plenitud del desierto.
INCREMENTO
El incremento de las misiones de
vuelo de los cazas alemanes e italianos en el transcurso de los primeros días
del contraataque obligó virtualmente a la RAF a limitar su propia actividad a
vuelos nocturnos y esporádicos reduciendo, por lo tanto, su eficacia. Asimismo
el fortalecimiento de las escoltas aéreas proporcionadas a los convoyes por la 2°
Luftwaffe hizo que mejorara la situación de los transportes por vía marítima.
El hecho de que las operaciones
acabaran en Febrero permitió, a las fuerzas alemanas e italianas, iniciar la reconstitución
de sus reservas. Una vez consolidadas las posiciones del Eje a lo largo de la
frontera de Cirenaica, e l Mando Supremo italiano permitió de nuevo que los
Cuerpos del Ejército X y XXI pasasen a depender del mando de las Fuerzas
Armadas alemanas, lo que se llevo a
afecto entre Marzo y Abril. (Editado,
resumido y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)
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