martes, 30 de abril de 2013

KOEPCKE: CASI TODAS LAS AVES

De Lima a Pucallpa y luego a Iquitos, noventidos personas viajaban en aquel turbo-hélice el 24 de Diciembre de 1971, víspera de la Navidad. Ninguna de ellas llegaría esa tarde a su destino: un trágico accidente traería abajo sueños, ambiciones, proyectos, alegría, vidas en fin. Angustiados parientes y amigos aguardaban en el tropical aeropuerto pucallpino, noticias sobre los pasajeros del vuelo, declarado en emergencia. Entre ellos el doctor Hans Koepcke, científico alemán cuya esposa y su hija Juliana venían de la capital.
Juliana, de 17 años, habría de contar más tarde su odisea en la selva tras salvar milagrosamente la vida y quedar como único testigo de la desgracia. Su madre, sin embargo, no corrió la misma suerte. El cine y la literatura han dado sus versiones de la aventura vivida por la valerosa adolescente, pero pocos atienden a María Koepcke, su progenitora, que quedó entre los restos del avión. La ciencia peruana la recuerda, o debería recordarla, como una de las más apasionadas ornitólogas que hayan pisado nuestro suelo y lamenta su muerte por la pérdida, absurda e irremediable, de una personalidad entregada al estudio de las bellas aves que surcan los cielos de la Amazonía.
María Emilia Ana von Mikulicz-Radecki llegó al Perú en 1950. La había llamado su novio Hans,  contratado por el Museo de Natural Javier Prado, prometiéndole una oportunidad única para la aplicación de sus conocimientos científicos “en un país verdaderamente maravilloso”. Ambos eran catedráticos en la Universidad de Kiel, en la que dejaron promisorias carreras académicas para vivir, en carne propia, la aventura del estudio en plena selva.


Maria Koepcke

DIVERSIDAD
A los pocos meses de su llegada María casó con Hans y ambos comenzaron a trabajar en los laboratorios del Museo. Para una ornitóloga ferviente como la señora Koepcke, el Perú era en verdad un país privilegiado. Se estima que en el mundo entero existen 8,500 especialidades de  aves. 1,536 de ellas, algunas con carácter de exclusividad, habitan nuestro espacio geográfico. Es decir, casi la quinta parte del total. Sólo el Perú tiene registrada más especies que Europa entera, por la fabulosa diversidad de los ambientes naturales que aquí pueden encontrarse, propicios al desarrollo de las más variadas formas de vida animal y vegetal.
Si Hans había quedado deslumbrado con el país tan pronto como llegó, tanto él como su esposa supieron convertir ese deslumbramiento en amoroso estudio, sacrificada dedicación científica. Asentados en Lima inicialmente, centraron aquí sus primeros trabajos. Provista de redes y cuadernos, María penetró en los bosques de Zárate, más allá de San Bartolomé. En esa zona, puerta de entrada a la sierra central, encontró un pajarillo de brillante plumaje, movimientos rápidos y aspecto travieso para el que no encontró clasificación alguna entre los existentes. De modo que, al comenzar sus labores, había descubierto una especie nueva, a la que llamó Zaratornis, ave de Zárate. 
VIAJES
María Koepcke y su esposo se dedicaron entonces a viajar por el Perú. La ornitóloga germana había escrito un libro sobre las aves limeñas, que fue traducido a cinco idiomas y en el cual incluía sus propios dibujos y fotografías. Con ello cobró pronto y merecido prestigio en los círculos especializados y pudo dedicarse a trabajos de campo.
Para estos trabajos solía llevarse un lente prismático, con el cual escrudiñaba los cielos. Cuando localizaba un ave nueva, o cuando quería estudiar más detenidamente una determinada especie, la cazaba en sus redes, curtía la piel y la clasificaba para observaciones de laboratorio. Si no le era posible darle caza, la dibujaba con habilidad de artista o sacaba de ella placas fotográficas.


 Juliana: la única sobreviviente del accidente de aviación

María Koepcke era descendiente directa de la más alta nobleza polaca. Había nacido el 15 de Mayo de 1924 en Leipzig, hija de un destacado maestro universitario. Durante la infancia recibió la educación correspondiente a una niña de su alcurnia con clases de piano y de dibujo. Estas, luego, le servirían de gran utilidad, como sabemos.
María acudió a distintas universidades para especializarse en Ornitología. Estrasburgo, Giessen y Kiel, en la que finalmente obtuvo el doctorado, le abrieron sus aulas y la vieron  brillar como magnífica estudiante. Paralelamente María desarrolló sus aptitudes artísticas estudiando los secretos de la decoración en prueba de lo cual tenemos el estupendo Diorama que, obra suya, adorna la sala de ornitología del Museo de Historia Natural.

 Hans Koepcke

REVELACION
La llegada al Perú, y los permanentes recorridos por el interior de este país, tuvo en la joven estudiosa la fuerza de una revelación.  Se prendó inmediatamente de nuestra múltiple fauna y jactándose con frecuencia de haber visitado inhóspitos parajes sólo conocidos anteriormente por viajeros tan incansables como Raimondi o Weberbauer.  María Koepcke llegó a conocer tan bien las aves peruanas que, durante su vida, acudió numerosas veces a coloquios, seminarios y  congresos internacionales en representación de la ornitología nacional. Así el mundo científico le concedió numerosas distinciones y premios. Adicionalmente, sus libros fueron ampliamente difundidos.
Como resultado de su viaje y de sus estudios, María Koepcke publicó veintidós trabajos en alemán, inglés y español sobre las aves peruanas y once sobre la fauna y el medio ambiental nacional, redactados conjuntamente con su esposo, especialista en ecología.
Maria Koepcke fue viajera, cazadora, coleccionista, dibujante y fotógrafa. Nos ha legado una obra monumental y sorprendente, resultado de la observación directa de más de mil especies propias de nuestro ecosistema, a las cuales dedicó su existencia entera. El día del trágico accidente que segó su todavía joven vida, murió con ella una figura importantísima  de la ciencia peruana en el siglo XX, pero murió, no podía ser de otro modo, como viven sus amadas y hermosas aves: tras un raudo, fulgurante vuelo por los cielos azules de la selva amazónica (Jorge Donayre Belaúnde)

2 comentarios:

  1. Felicitaciones por recuperarlo al Cumpa Donayre, al que el Perú le debe un monumento o una plaza con su nombre y también la buena semblanza de Laura Restrepo y la historia de La conquista de Noruega.
    Saludos.
    Victor

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  2. Juliana continúa desarrollando investigaciones científicas en la selva peruana, a la que ama profundamente. Actualmente está en Lima.

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