jueves, 26 de septiembre de 2013

MALTA RESISTE CON FIRMEZA

La lucha de Malta por la supervivencia comenzó cuando los aviones italianos lanzaron la primera carga de bombas sobre las defensas de la isla, pocas horas después de haber entrado en guerra. Desde entonces, durante los tres años que siguieron, la llave de los enlaces ingleses en el Mediterráneo tuvo que sufrir los ataques tanto de la aviación alemana como de la italiana. Esta es la primera fase de su dura prueba.
Una visión retrospectiva pone de manifiesto que el no haber dotado a Malta de medios adecuados de defensa y de ataque puede considerarse como una de las omisiones más graves de la política defensiva británica de la anteguerra. La isla, con sus magníficos puertos y astilleros, era una base inamovible y con su excelente posición estratégica en el centro del Mediterráneo, constituía un enlace vital entre las dos bases británicas, Gibraltar y Alejandría, distantes entre sí unas mil millas.
Dada su proximidad a Sicilia y a la península italiana, Malta se encontraría muy expuesta a los ataques aéreos y a un bloqueo naval en el caso de guerra con Italia. Entonces, corriendo la defensa a cargo de cazas guiados por radar, a la sazón todavía en estado embrionario, parecía haber pocas posibilidades de rechazar eficazmente un ataque concentrado por parte de las unidades aéreas de Mussolini, tan ensalzadas y superiores numéricamente. Por ello, los planes de rearme ingleses intensificados después de la crisis de Múnich, no consideraban con verdadero interés la defensa de la isla.

BombDamageMalta.jpg
Malta en plena guerra.

NEUTRAL
El 3 de Septiembre de 1939, las fuerzas navales de Malta consistían solamente en siete submarinos, doce torpederos, con sus navíos de apoyo, y varios dragaminas. El grueso de la flota había sido trasladado a Alejandría. En tierra, las defensas de la isla estaban constituidas por unas pocas baterías antiaéreas ligeras y por las piezas de Grand Harbour.
 Había también cuatro batallones ingleses, con plantilla reducida y un batallón maltés de nueva formación. En los tres indefensos aeropuertos no había ni sombra de aparatos: los únicos aviones disponibles eran cuatro Gladiator desmontados y embalados, que pertenecían a la reserva de un portaaviones que en aquella época se encontraba en aguas territoriales inglesas.
Como durante las primeras semanas de guerra Italia permaneció claramente neutral, el Almirante Cunningham accedió a la propuesta del Almirantazgo al emplear sus acorazados y cruceros en zonas de mayor interés.
 Pero en Mayo de 1940 acabó la llamada “guerra extraña” y con ello la tranquilidad que hasta entonces había gozado Malta. Cunningham, de regreso a Alejandría, izó su pabellón en el Warspite, que con otros tres acorazados, cinco cruceros, un portaaviones y  cierto número de destructores y submarinos formaba la reconstituida Mediterranean Fleet. La noche del 10 de Junio Italia entró a la guerra y pocas horas después varios aviones que partieron de Sicilia, lanzaron las primeras bombas sobre Malta.
INVITACION
El General de División  sir William Dobbis, entonces gobernador y comandante en jefe de Malta, esperaba esta acción italiana, por lo que había ordenado la adopción de las medidas necesarias, invitando a la población a alejarse durante las incursiones y a refugiarse en las grutas y al abrigo de las rocas.
De los cuatro cazas Gladiator que habían sido montados a toda prisa, uno se estrelló y los tres restantes constituyeron, de momento, la única defensa aérea de la isla. Fueron llamados a las armas los malteses aptos para el servicio militar y se constituyó un regimiento de infantería y otro de artillería.
El primer día de las hostilidades, el 11 de Junio, ocho ataques aéreos a alta cota alcanzaron el aeropuerto y el puerto militar, en el transcurso de doce horas: la artillería antiaérea de dos barcos de guerra y la del puerto respondieron, abatiendo tres aparatos enemigos. Las bombas, más pequeñas de lo previsto, ocasionaron la muerte de 23 personas civiles y 7 militares.
 Dos días después hubo 8 incursiones y al final de la primera semana la alarma había sonado  ya 30 veces. Los malteses se adaptaron en seguida a este tipo de bombardeo a alta cota, que había que durar muchas semanas. Poco antes de la caída de Francia, el 24 de Junio, nueve Swordfish de la Aviación naval llegaron a Malta
El 28 de Junio para llenar el vacío provocado por la anulación de la Escuadra francesa-que tenia a su cargo la defensa de la cuenca occidental del Mediterráneo-, se constituyó a toda prisa, en Gibraltar, la fuerza, a las órdenes del Almirante sir James Somerville.

Los aviones en tierra listos para atacar.

DEFENSAS
La constituían el crucero de batalla Hood, los acorazados Resolution y Valiant, el portaaviones Ark Royal, 2 cruceros y 11 destructores. La Fuerza H era de una importancia vital para Malta, que ahora dependía totalmente de abastecimientos procedentes de bases lejanas y que llegaban a través de aguas que se suponían dominadas por el enemigo.
Puesto que los cazas asignados a la defensa de las Islas Británicas se hallaban duramente comprometidos en hacer frente a los ataques de la Luftwaffe y a la amenaza de una invasión, los jefes de Estado Mayor se dieron cuenta de que era necesario reforzar inmediatamente las defensas aéreas de Malta. Se trataba de una medida insistentemente solicitada por Cunningham. Pero los refuerzos enviados fueron insuficientes.
  A principios de Agosto llegó desde Inglaterra el Argus, un viejo portaaviones que se usaba para adiestramiento, con 12 Hurricane a bordo, que despegaron de un punto al sudoeste de Cerdeña y aterrizaron en Malta sin novedad. Este era el único modo de enviar cazas a la isla y se repitió, muchas veces, incluso en condiciones mucho más peligrosas. 
REFUERZO
Un mes después cuando el nuevo portaaviones Illustriuos, el acorazado Valliant y dos cruceros antiaéreos atravesaron el Mediterráneo para reforzar la escuadra de Alejandría, se aprovechó la ocasión para enviar a Malta diversos abastecimientos y pertrechos. En Octubre y Noviembre llegaron más abastecimientos desde Alejandría.
El eficaz reconocimiento fotográfico de Tarwento, realizado por un Glem Martin que había despegado de Malta fue de importancia vital para el ataque de aquella base, que se efectuó el 11 de Noviembre y durante el cual los aviones torpederos ingleses infringieron graves pérdidas a la escuadra italiana.
El otro convoy llegó a Malta desde Alejandría antes de acabar el año, cuando Cunningham, que como de costumbre estaba en el mar con sus fuerzas de escolta, aprovechó la ocasión para visitar la isla. Aunque observó cierta mejora en las defensas respecto a la visita que realizó ocho meses antes, no quedó nada satisfecho.
Los primeros seis meses de hostilidades habían demostrado que Malta era más importante que nunca como base de operaciones de fuerzas ligeras de superficie, submarinas y aéreas, contra los abastecimientos italianos que se dirigían a Libia.
 No obstante, la isla no estaba todavía bastante segura que los cruceros y destructores pudieran utilizar regularmente su puerto y, por otra parte, los antiguos submarinos que continuaban  utilizando la base eran demasiado grandes para operar contra los convoyes enemigos en aquellas aguas. Gradualmente fueron sustituidos por submarinos más pequeños, del tipo Unity y Triton.



INADECUADO
Los cazas encargados de la defensa de la isla y las fuerzas aéreas de ataque eran, en cambio, totalmente inadecuados. A fines de 1940 consistían solamente en 15 Hurricane, 12 aviones torpederos Swordfish, 16 Wellington de la RAF, 4 hidroaviones Sunderland y 4 Glen Martin de reconocimiento.
 Los efectivos en aviones de caza quedaban, por lo tanto, muy por debajo de los escuadrones programados, mientras que los aviones de reconocimiento eran insuficientes para mantener bajo vigilancia los movimientos de los barcos mercantes italianos.
No sorprende, pues, sólo se hubiesen hundido el 2 o 3% de las 690 mil toneladas de barcos que los italianos habían enviado a Libia entre Junio y Diciembre de 1940 y que 47 mil hombres hubieran podido desembarcar allí sin sufrir bajas.
Por otra parte, la situación general en el Mediterráneo no era del todo crítica en 1940. En el desierto occidental, el General Wavell había atacado el ejército italiano, que se encontraba en plena retirada. 
VIGILANCIA
 Al mismo tiempo la posesión de Creta y la posibilidad de usar la bahía de Suda como base avanzada permitió al Almirante Cunningham vigilar mejor el Mediterráneo oriental. Además, habiendo conseguido la supremacía sobre la Escuadra italiana, podía desplazar sus navíos cuando quisiera a la cuenca central para proteger los convoyes más importantes. Así, durante el mes de Diciembre, fueron escoltados sin incidentes, a través del canal de Sicilia, 55 barcos.
Pero en este momento se dio uno de aquellos imprevisibles y fatales giros de fortuna propios de la guerra: la súbita aparición en el Mediterráneo de potentes fuerzas aéreas y terrestres alamanas. Era el primer indicio de la insatisfacción de Hitler por la actuación italiana en la guerra contra Grecia y en Africa del Norte.
 El 8 de Enero ya se encontraban en los aeropuertos sicilianos 96 bombarderos y 25 cazas bimotores del X Fliegerkorps, una unidad elegida de la Luftwaffe, que constaba de 120 bombarderos, 150 bombarderos en picado, 40 cazas y 20 aviones de reconocimiento y que había desempeñado un papel muy importante en las operaciones en el mar, durante la campaña de Noruega.


Los soldados descienden de la embarcación para luchar.

NEUTRALIZACION
En el nuevo teatro de operaciones se dio prioridad a la neutralización de Malta como base aeronaval británica, a fin de proteger los convoyes que se dirigían a Libia. Las otras misiones del X Fliegerkorps consistían en impedir los abastecimientos británicos a Egipto y en apoyar lss fuerzas del Eje en el norte de Africa.
Puesto que los italianos tenían ya en Sicilia unos 45 bombarderos 75 cazas y muchos aviones más en Cerdeña, era evidente que los barcos de guerra y mercantes británicos que atravesaran el Mediterráneo central chocarían con una dura oposición.
 En efecto si exceptuamos los pocos aparatos que tenían su base en los portaaviones ocasionalmente disponibles, los únicos cazas para la defensa aérea con bases terrestres eran los ya citados 15 Hurricane de la RAF en Malta y otros 18 que habían llegado durante la posterior fase de la “operación convoyes”.
La amplia operación convoy llamada “Excess” empleó todas las fuerzas navales disponibles entre los dos extremos del Mediterráneo y consiguió disminuir un poco la presión ejercida sobre la isla. El 8 de Enero de 1941, Malta recibió de Alejandría el refuerzo de 500 hombres del Ejército y la Aviación que llegaron a bordo de los cruceros Gloucester y Siuthhampton. Al mismo tiempo uno de los barcos mercantes de la Operación Excess, el Essex, desembarcó 4 mil toneladas de municiones, 3 mil toneladas de patatas y una carga en cubierta de 15 Hurricane. 
ATAQUES
La noche del 12 de Enero varios Wellington, que salieron de Malta, atacaron el aeropuerto de Catania, uno de los que usaba  el X Fliegerkorps. Mientras tanto, había llegado al puerto de La Valleta una unidad que podía constituir para la Luftwaffe un excelente blanco: el portaaviones Illustrious, gravemente dañado por bombarderos en picado alemanes y que el 10 de enero se refugió en el puerto de la isla para las reparaciones necesarias.
A los pocos días fue localizado. Entonces unos 80 Stuka, con base en Sicilia, atacaron el puerto en oleadas sucesivas, teniendo como objetivo el Ilustrious y el arsenal. A pesar de la audacia de los atacantes, que volaban a baja altura, el portaaviones fue alcanzado una sola vez, pero las instalaciones portuarias resultaron muy dañadas.
Las tres superpobladas localidades de Senglea, Victoriosa y Cospicua, cuyos habitantes se habían habituado un poco a la relativa ineficacia de las incursiones italianas, pagaron ahora caro su optimismo. En efecto, casi 100 personas, entre hombres, mujeres y niños, resultaron muertas durante esta incursión alemana, la primera de una serie que los habitantes de la isla todavía recuerdan como el “Blitz del Illustrious”
El 17 de Enero los alemanes se limitaron a una actividad de reconocimiento. El 18 dirigieron sus ataques principalmente sobre los aeropuertos de Luqa y Hal Far, destruyendo 6 aparatos que estaban en tierra y dañando otros muchos. El ataque más duro de la serie se produjo al día siguiente, cuando los Stuka se lanzaron de nuevo contra el Illustrious, que fue alcanzado una vez más. Afortunadamente, la población civil se dio cuenta de que era necesario entrar en los refugios y las víctimas fueron escasas.


La destreza de la tropa en el enfrentamiento.

REPARACIONES
Las reparaciones del portaaviones continuaron rápida y diligentemente, a fin de alejarlo de la isla lo antes posible y, en efecto, la noche del 23 estuvo dispuesto para zarpar rumbo a Alejandría.
Los daños ocasionados por la aviación enemiga a los navíos que participaron en la Operación “Excess” convencieron al Almirante Cunningman de que era necesario suspender el tránsito por el Mediterráneo mientras los cazas no pudieran ofrecer el mínimo de protección, en la que él siempre había insistido.
 A no ser que la defensa aérea de Malta aumentase lo suficiente, la isla estaba expuesta a ser atacada por la Luftwaffe, con bombarderos horizontales y en picado que, con bombas más pesadas y puntería de mayor precisión, eran mucho más peligrosos que los italianos.
 Los ataques nocturnos y diurnos del X Fliegerkorps-que continuaron todo Febrero y Marzo con intervalos de pocos días- se dirigían principalmente contra las instalaciones portuarias, contra las cercanas localidades de La Valletta y Senglea y contra los tres aeropuertos, en los que ocasionaron grandes daños a los aviones que estaban en tierra.
INCURSIONES
Las incursiones consistían habitualmente en ataques en picado de Ju-87 combinados con ataques a baja cota de cazas bimotores Me-110 mientras que los bombarderos Ju88 y He111, escoltados por los cazas dejaban caer bombas desde unos 2 mil metros de altura. El peso de las bombas variaba de 50 a 500 kg e incluso llegaba a los 1,000.
El 21 de Enero de 1941, los Jefes de Estado Mayor británicos ordenaron al comandante en jefe de la aviación en el Mediterráneo que dotase a Malta de las fuerzas aéreas necesarias para su defensa y que aprovechara cualquier ocasión a que se presentase para utilizar la isla como  base de ataque.
En efecto, los Wellington de la RAF, siempre que les era posible, bombardeaban los aeropuertos de la isla de Sicilia, mientras que los Swordfish de la Aviación atacaban los barcos italianos de transporte.
El 20 de Enero, los Jefes de Estado Mayor advirtieron que la presencia de la Luftwaffe en Sicilia había impedido la realización del plan del Almirante sir Roger Keyes de ocupar, mediante una acción de comandos, la pequeña isla de Pantelaria.
 El islote situado en medio del canal de Sicilia y a unas 120 millas al oeste de Malta, era utilizado por los italianos como base de aviones y torpederos. Churchill había acogido el plan como “un confortable ejemplo de espíritu guerrero y consideraba que la  isla podría constituir, en manos de los ingleses, un punto de apoyo para los refuerzos aéreos y una base secundaria para los cazas.


Los nazis.

LA REALIDAD
 Pero en realidad los Jefes de Estado Mayor no participaban de su entusiasmo y el Almirante Cunningham tampoco. Por consiguiente, Malta siguió siendo la única fortaleza de Inglaterra en el Mediterráneo central hasta Junio de 1943 cuando antes del desembarco en Sicilia, se ocupó Pantelaria.
La conquista inglesa de la Cirenaica y del avance del 8 de Febrero hasta El Agheila determinaron una pequeña reducción en las fuerzas de la Luftwaffe en Sicilia, que se enviaron en ayuda de las del Norte de Africa.
 A fines de mes las incursiones sobre Malta volvieron a ser casi diarias, siendo atacados los aeropuertos con potentes bombardeos en picado. Marzo comenzó mal con un ataque de 10 aviones sobre Hal Far, que ocasionó graves daños a los aparatos y a los edificios del aeropuerto. Los pocos Wellington que quedaban tuvieron que ser enviados a bases más seguras.
Mientras tanto, los habitantes de la isla pasaban serias dificultades porque escaseaban, cada vez más, las provisiones de productos de primera necesidad. Ningún abastecimiento llegó a  Malta hasta el 23 de marzo, cuando un pequeño convoy arribó desde Alejandría protegido por la Escuadra.
DAÑOS
 Estaban todavía en el puerto dos de los barcos del convoy que fueron gravemente dañados por la aviación enemiga: 30 aparatos Ju-87, escoltados por 20 Me-109, los atacaron con decisión. Pero los 14 Hurricane que despegaron contra ellos destruyeron 7 bombarderos en picado y las baterías antiaéreas abatieron otros cuatro.
Para concluir, se puede afirmar que en los primeros tiempos de la guerra, esto es, hasta fines de Marzo de 1941-cuando Malta se encontró en primera línea en la batalla del Mediterráneo-, la isla se había defendido encarnizadamente contra fuerzas muy superiores a las suyas y había aprovechado también sus escasas reservas ofensivas cuando le fue posible.
 Es prácticamente cierto que en los primeros meses, cuando la guarnición y las defensas terrestres eran insuficientes, un enemigo más decidido y con más iniciativa habría podido conquistar la isla, con gravísimas consecuencias para todo el desarrollo del conflicto.
Pero los italianos dejaron escapar esta oportunidad y Malta consiguió sobrevivir y tener una parte muy importante en la victoria final. (Editado, resumido  y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario