La vocación por servir y curar a
los demás lo acompañó a lo largo de gran parte de su existencia ejemplar, con
una capacidad e inteligencia admirable. La vida le fue muy adversa cuando nació
en una pobreza absoluta. A lo largo de los años posteriores sacó fuerza de
donde pudo a través de infinidad de sacrificios y salió adelante,
convirtiéndose en un humanista excepcional y de los que destacan porque aportan
con creces a la humanidad. Médico
luchador y científico de polendas. No vaciló en poner la profesión, que abrazó, con talento inusitado,
al nivel de los adelantos de Europa y particularmente de Paris. Una figura
indiscutible de la ciencia que tiene que ver tanto con el progreso intelectual
y especializado del Perú del siglo XIX
Cayetano Heredia resultó ser el forjador de la etapa crucial de la
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a partir de 1858
y se convirtió en su primer decano. Había venido al mundo en la apacible y
artesanal localidad piurana de Catacaos, el 5 de Agosto de 1797. Un hogar muy
humilde y de padre desconocido, en medio de la orfandad total.
Con razón, Carlos Enrique Paz Soldán
escribió, en una oportunidad, que la ceremonia bautismal del pequeño fue modestísima.
A tal punto que la miseria se convirtió en
la madrina y el desamparo en el padrino. La situación del recién nacido, sin exageración, resultó
al principio dramática.
Cayetano Heredia.
Cayetano Heredia.
APRENDIZAJE
No existe mayor información sobre
su niñez y temprana adolescencia. Sin embargo, su discípulo José Casimiro Ulloa,
que también fue médico, menciona que al principio estuvo al lado de un
sacerdote franciscano con quien aprendió gramática, latín, matemáticas y
doctrina cristiana. Habiendo tenido acceso al uso de la biblioteca y
demostrando un espíritu de superación incólume.
Todo ello estimuló su
espíritu y su capacidad excepcional,
demostrando una precoz sensibilidad que la orientó al sacerdocio de la
medicina. Viajó a Lima la capital en busca de la profesión que ya tenía
definida para progresar y ser alguien.
Anhelaba el cambio, de todas maneras. Logró,
con tesón y estudios permanentes de un considerable tiempo, realizarse en San
Marcos. Allí se dedicó a aprender con ahínco, a partir de la temprana edad de 16
años.
Lo recibió en San Fernando, así llamaban como hasta ahora a la Facultad de
Medicina, el presbítero Fermín Goya escogido por el entonces Rector Hipólito Unanue para que sirviera de
guía a la juventud peruana. El religioso
lo adopta y fue el que pesó decisivamente en su destino.
Heredia llegó a San Marcos en
1813. El ambiente en que se vivía era de acontecimientos más políticos que
académicos. Pero a pesar de ello llevó una vida enteramente conventual. En esos
tiempos era fundamental, en los alumnos, una impregnación con la religión.
ECONOMO
Tal fue su dedicación que se
convirtió en uno de los mejores pupilos. Por eso es que fue nombrado ecónomo
del colegio y después pasó a la cátedra de Anatomía. La brillantez daba
lugar a que desempeñase magníficamente.
En agosto de 1823 se graduó de
bachiller y tres años después llegó a ser Profesor de Medicina, título
profesional de los médicos de la época. Nombrado Rector del Colegio de la
Independencia por el Presidente Orbegoso.
Encontró un vasto campo para
ejercitar sus intenciones y realizarlas con provecho. No obstante de que varios eran los inconvenientes: escasez de
fondos, alumnos sin medios de
subsistencias, el desinterés del Estado y las propias autoridades
universitarias que nada bueno hacían.
Heredia, muchas veces, rehuía los
compromisos políticos tan frecuentes. Pero sin embargo, no se excusó de servir
en lo que atañía a su profesión, saliendo a las crudas campañas del Perú por
consolidarse después de la Independencia Nacional y así obtuvo el cargo de
cirujano e inspector general del hospital militar.
Fue el último protomédico del
Perú, pues el tribunal correspondiente desapareció el 30 de Diciembre de 1848 y
fue remplazada por la Junta Directiva de Medicina. Ante esta situación ya con
un cargo propio en el Colegio, otro fue ya el favorito pensamiento que tenia
para poner a las ciencias que allí estudiaban al nivel de los adelantos de
Europa y principalmente de la escuela francesa. Excelente anatomista y se
desempeñó como un cirujano de éxito.
Instalaciones que llevan su nombre.
Instalaciones que llevan su nombre.
MECENAS
Entonces la esperanza volvió a
renacer. Profesores que recibieron los pasos del ilustre obtuvieron en esta
época una sólida preparación académica. Lo encomiable es que a muchos de sus alumnos,
cuyas dotes intelectuales conocía, los envió a Europa para que perfeccionasen
sus estudios incluso con dinero que salía de su propio peculio. Alma de
mecenas. Alma de científico abnegado.
Entre los discípulos que viajaron
al viejo mundo figuraron: Francisco Rojas, José Casimiro Ulloa, que era su
hombre de confianza plena, Jose Pro, Rafael Benavides y Camilo Segura. Ellos contribuyeron decididamente en las
reformas propuestas por Heredia, en el Reglamento de la Facultad de Medicina.
Lo apoyaron también con mucha fuerza los
italianos José Eboli y Antonio Raimondi. Lo mismo que el español Sebastián Lorente. Así se consiguió llevar al referido centro de estudios a sus
tiempos de mayor esplendor.
El 9 de Setiembre de 1856, el
Gobierno expidió el reglamento orgánico para la Facultad de Medicina de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Todo ello se debió a un informe
enviado por Heredia para la creación de ese centro de estudios tan
especializado.
El logotipo del centro superior de estudios.
El logotipo del centro superior de estudios.
DECANO
La Facultad se inauguró, dos años
después, en la antigua plaza de Santa Ana, siendo Heredia su primer decano. Allí formuló grandes ideas dando a sus alumnos un
sinfín de conocimientos que tenia y por convicción quiso compartirlos con todos.
Heredia dejó de existir un 20 de
Junio de 1861 en el distrito limeño de Miraflores, a la edad de 63 años. Luego de una carrera llena de logros pero
también de tropiezos, dejando una huella
imborrable de gran profesional ciudadano y humanista.
Murió “rumiando amargura”, según
el decir del historiador Jorge Basadre, quejándose por la falta de apoyo efectivo a
la ciencia médica por parte del Estado. No perdonaba que la política lo hubiera
apartado de su misión educativa en San Marcos. Las tristes experiencias
ensombrecieron el tramo final de su vida.
La noticia de su desaparición conmovió
al país. El periodista y abogado catedrático del curso de Medicina Legal,
Manuel Atanasio Fuentes, afirmó lo siguiente sobre la noticia de su desaparición: “El cadáver del
doctor Heredia, cosa primera vez vista en Lima, fue conducido en hombros por
los estudiantes. De la casa mortuoria al templo y de allí al cementerio general”.
Luego añadió: “Era seguido de un
numeroso cortejo a pie, en donde se pronunciaron discursos y se derramaron no
las lagrimas que arranca a todo hombre el espectáculo del sepulcro, sino las
que derrama el corazón comprimido por un acerbo dolor”.
REFORMA
Heredia no tuvo en sus manos a lo
largo de su vida nada de valor. Ni menos dinero. Se hizo asimismo gracias a una
voluntad férrea de gran constructor. Primero con su vida personal y después con
la Medicina Peruana. Entregándose por completo para nunca recibir. Hombre
admirable.
En el periodo republicano, la
figura central fue Cayetano Heredia que es el organizador del Colegio de
Medicina, en medio de desordenes sociales y problemas económicos de una
sociedad inestable políticamente.
La labor de este profesor se vio
favorecida por la bonanza económica del guano de las islas y la paz social de
los gobiernos de Ramón Castilla. En tal periodo de estabilidad política y
económica se formó la Facultad de Medicina, como parte de la nueva organización
de la Universidad de San Marcos.
La enseñanza, y por extensión la
profesión, experimentó la más trascendental reforma de toda la historia
peruana. Cayetano Heredia fundó la nueva
Facultad de Medicina sobre la base del antiguo Colegio de la Independencia,
bajo la influencia entonces omnipotente de la Escuela Médica de París que
fueron a recoger los jóvenes peruanos enviados por tan insigne profesor.
Honorio Delgado primer Rector de la Cayetano.
Honorio Delgado primer Rector de la Cayetano.
TRANSFORMACION
Lo que se consiguió es la
transformación de la educación. La higiene unida a la fisiología formó una sola
cátedra, haciendo de ella y de la física una única materia docente. Por ser
innecesario y anticuado, se abolió el sistema de calificación de profesionales
por el Tribunal del Protomedicato.
En efecto, la certificación y
calificación de los nuevos médicos cirujanos la comenzó a realizar la
Universidad a nombre de la nación. Sobre todo los métodos de enseñanzas fueron
adecuados al pujante cambio de la ciencia que se desarrolló en el siglo XIX en
progresión geométrica. En pleno siglo XXI, según los especialistas, se puede
afirmar que no ha habido una mutación de más significación que la organizada
por Heredia.
La reforma de la educación se
realizó en un momento crucial de la evolución del pensamiento universal.
Paralela a grandes efectos de estructura económica. Los avances tecnológicos
comenzaron a utilizarse en el
microscopio, los tejidos, los cultivos de gérmenes, el estetoscopio, los
análisis de químicos, la electricidad, etc.
Todo ello fue introducido en la exploración de los seres humanos.
Cabe subrayar que Heredia, con los profesores
jóvenes recién graduados, inició la más grande renovación de la historia del
país en el campo de la ciencia. El vuelco que experimentó la medicina nacional
fue radical. Las nuevas promociones se encargaron de desaparecer la imagen
anticuada del galeno peruano.
Tal fue el mérito de tan ilustre hombre
que en pleno siglo XX cuando un grupo de profesores de San Marcos, encabezados
por figuras de la talla de Honorio Delgado y Alberto Hurtado Abadía, decidieron
salir de su alma mater impregnada de crisis, desorganización y politiquería de
la peor especie para fundar otro centro
donde se estudie con rigor y científicamente, en ningún momento, dudaron en
ponerle su nombre como señal indeleble
de haber sido un patricio y forjador de la medicina peruana.
Así nació, en 1961, la famosa
Universidad Cayetano Heredia que hasta hoy conserva un sólido prestigio y está
considerada como una de las mejores del país. Palmas para Heredia, un científico excepcional. (Noé)
Gran personalidad que no sólo los médicos sino cualquier profesional deberemos de admirar y siempre recordar por sus grandes logros y perseverancia en hacer bien las cosas a pesar de las falencias socioeconómicas. Es una pena que a pesar de tantos años el gobierno aún no prioriza como se debe a los sectores Salud y Educación.
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