miércoles, 12 de marzo de 2014

CUANDO EVITA ERA LA ESPERANZA

No era  bella pero si atractiva y de estampa imponente. Con carácter fuerte y dominante. Muchas facilidades para desenvolverse en público porque había sido actriz, aunque no de las primeras ni las más destacadas. Una de tantas. Pasó infinidad de penalidades, desde muy pequeña, en asuntos de carácter social y económico. Resultó ser una hija, con otros tantos hermanos, fuera del matrimonio convencional señalada y discriminada a raudales. Entonces  prometió, asimismo y con vehemencia, convertirse algún día en muy importante para desquitarse de todo lo malo que le tocó en su existencia. Cuando llegó el poder a ella, en toda su plenitud, sí que se transformó y se convirtió en la mujer de garra y efectivamente en una política de polendas, conductora de multitudes  a plenitud. Una  verdadera lideresa. Nada más y nada menos  que la esperanza de una buena parte de la población  argentina.
Su esposo, el Presidente de la República de la Argentina, el General Juan Domingo Perón,  se lo permitió como un corderito domado. Había amor y había conveniencia, mezclada con una ambición desenfrenada de ambos lados. Tanto del hombre como la mujer. Como le pasa aquí ahora, en el Perú, a Ollanta Humala con Nadine Heredia.
Allí estaba Juan Domingo  en la primera magistratura de la nación en un gobierno de entero apoyo popular. Pero la que brillaba a raudales era Eva, Evita Duarte de Perón.  Mucho de mito y de realidad  había en esta mujer singular, cuya vida se esfumó muy temprano  aún, a tan sólo  33 años. Según algunos sectores politizados, se trató de  la autentica representante de los pobres  que ella  llamaba como su marido en son de protección, demagogia y populismo: los descamisados.


Evita Duarte de Perón.

LOS ESPADONES
Corrían los años 40 y 50 del siglo XX turbulento,  agitado y febril  como dice el tango donde América Latina, como una plaga peligrosa y corrupta, estaba mandada, a su regalado gusto, por los dictadores militares y espadones de turno. Perón en la Argentina. Gustavo Rojas Pinilla en Colombia. Marco Pérez  Jiménez en Venezuela y Manuel  Odría en el Perú.
 La peculiaridad del argentino  se reforzaba porque  era un caudillo convincente, idolatrado por las masas y ganador de  elecciones que, en apariencia,  fueron limpias y transparentes. “Perón Perón, que grande sos, mi general”,  le cantaba la multitud enfervorizada en calles, plazas, plazuelas y donde apareciese, en su permanente contacto directo con el pueblo
No todos los autócratas tenían su Evita, con características tan prácticas y efectivas en el arte de gobernar. Perón si y la explotó al máximo para continuar figurando caprichosa y demagógicamente con el famoso Partido, primero llamado Peronista y después Justicialista, situado a la izquierda del espectro político. Lleno de contradicciones y de abusos totales. Pero también de esperanzas y realizaciones. 
DESTITUCION
A los 24 años, conoció al que sería su cónyuge cuando era coronel,  viudo y desempeñaba el cargo de Ministro de Trabajo en un gobierno de facto. Ella trabajaba como actriz  mediocre,  en pequeños locales teatrales y en la radio con papeles sin relevancia. Con el militar inició, de inmediato, una relación íntima y se casaron en 1945.
La primera vez que se vieron y hablaron fue en un acto realizado en el estadio Luna Park organizado por el Ministerio de Trabajo de condecoración a las actrices Nini Marshall y Libertad Lamarque, quienes fueron las que recaudaron más fondos en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló la ciudad argentina de San Juan.
Ese mismo año, Perón fue destituido de su cargo y apresado  en la isla  de Martín García. Entonces, la mujer mostró  su energía y carisma para conectarse con los sectores del ejército nacionalista afines a su marido y con los trabajadores que se habían beneficiado de las medidas sociales, impulsadas con tanto empeño.
La campaña de agitación social que emprendió culminó cuando miles de trabajadores ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir  la libertad del político, en una de las mayores manifestaciones populares registradas en el país hasta entonces.


Con su esposo saludando a la multitud que los seguía.

ROSTRO HUMANO
Una vez liberado, Perón se presentó a las elecciones y las ganó rotundamente. A pesar de la popularidad de que gozaba, ella no aceptó ningún cargo y prefirió impulsar una política social desde la presidencia de una fundación que llevaba su nombre financiada con fondos públicos. Así  repartió ayuda a los más necesitados, con evidente interés político de populismo desenfrenado.
Sin embargo, los sectores populares le tenían cariño profundo y se convirtió en el rostro humano del régimen. Lo que es más importante: el enlace efectivo  del Presidente con las organizaciones populares y obreras, como la poderosa y representativa Confederación  General del Trabajo (CGT). A su vez se convirtió en la más odiada de las clases dirigentes, de gran parte de la clase media y  de los acomodados y más ricos del espectro social.
De acuerdo a la opinión de sus seguidores, su particular preocupación por la situación de la mujer, la llevó a fundar en 1949 el Partido Peronista femenino y a promover con fuerza medidas orientadas al fortalecimiento de la feminidad en el sector laboral. Logró las sanciones del voto femenino, la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida consagradas en la Constitución de 1949. 
OBRA
La legislación laboral que propició, según los que la admiraban,  dio las mejores condiciones de vida de los trabajadores y de los sectores marginados de la sociedad argentina. Sus  detractores decían todo lo contrario. Que había, efectivamente, un engaño total. Para los analistas e historiadores acertados,  ni lo uno, ni lo otro en su totalidad. Las conquistas efectivas, una realidad. Pero también relucía el engaño y la conveniencia para fines particulares y de poder desenfrenado.
Cierto es que la fundación que presidió construyó hospitales, asilos escuelas y otros compartimentos de carácter social que favorecían a los sectores populares. Pero a costo de soportar un gobierno autoritario y despótico, que muchas veces, desconocía la propia constitución y la ley.  Una por otra y eso, a la larga, no fue beneficioso.  Aunque se impulsaba el turismo interno, había a raudales becas estudiantiles, ayudas para viviendas y promociones mil.
El año 1945 fue clave para la historia política de la Argentina. Existía, evidentemente, un contundente enfrentamiento de los sectores sociales. Los de arriba empeñados en conservar el orden establecido.
 Mientras que los de abajo con razón en anhelar, de todas maneras, el progresar. Como reivindicación, según se aseguró, surgió el peronismo que jugaba a su regalado gusto con el mismísimo pueblo y sus necesidades más elementales.  Y al mismo  tiempo, el antiperonismo de eminente posición opositora. Los que usufructuaban el poder y la propia Evita no  eran, obviamente, muy democráticos que digamos.



Votando ya enferma.

SINDICATOS
El 8 de Octubre de ese mismo año ocurrió un golpe de estado dirigido, por el General  Eduardo Jorge Avalos,  que exigió de inmediato la renuncia de Perón al  Ministerio de Trabajo. Los grupos antiperonistas tuvieron el control del país,  sin decidir tomar el poder continuamente.
Perón y Duarte permanecieron juntos deambulando por diversas casas. Entre ellas la de Elisa Duarte, su segunda hermana. Lo detuvieron y fue a la cárcel. Con ello se creyó que el caudillo había sido, definitivamente, desplazado y que se retiraría a vivir con su esposa alejado de la política, en La Patagonia. Equivocación total.
Sin embargo, los sindicatos azuzados por Evita exigían la libertad de Perón hasta desencadenar la gran manifestación popular que finalizó con su liberación. Ello provocó la recuperación de las posiciones en la alianza militar sindical y abrió el camino para la victoria en las elecciones presidenciales
Juan Domingo Perón y Eva Duarte se casaron por lo civil, el 22 de Octubre de 1945, en la provincia de Junín. Dos días después se efectuó el matrimonio católico en la Iglesia de San Francisco, ubicada en la ciudad de La Plata.
TRIUNFO
Su participación  en la campaña electoral presidencial fue, realmente, una novedad. En aquellos tiempos, las mujeres carecían de derechos civiles. Las esposas de los candidatos tenían una presencia pública muy restringida y básicamente apolítica.
Fue la primera esposa de un candidato presidencial argentino en estar presente en la campaña electoral y en todas las giras. En el Luna Park se organizó el apoyo de las mujeres a la candidatura del líder de los descamisados, en una concentración de masas.
El candidato no pudo  asistir porque estaba agotado y se anunció que en su lugar hablaría Evita. La primera vez que lo haría en un acto público. No fue posible porque el pueblo, a cada rato, exigió la presencia del líder principal.
Las elecciones presidenciales se realizaron en todo el territorio argentino, el 24 de Octubre de 1946, triunfando Perón con un contundente 54% de los votos emitidos. Tres días después de los comicios, la consorte pronunció su primer discurso en una manifestación de predominio femenino.  Allí agradeció el apoyo a la candidatura de su esposo.
Exigió, desenfrenadamente, la igualdad de derechos para hombres y mujeres y en particular, el sufragio femenino. El proyecto de ley correspondiente fue presentado el 1 de Mayo de 1946 y, para que se sancionase con todas las de ley, se tuvo que esperar más de un año. La igualdad y el sufragio universal  llegó recién el 9 de Septiembre de 1947. El texto fue escrito directamente por Evita.


El cadáver embalsamado.

DISCREPANCIA
El golpe militar de 1955 contra Perón derogó  la carta magna y con ello las garantías de igualdad. La reforma constitucional de 1957 tampoco contempló las conquistas. Recién se hizo algo en 1985 durante el gobierno de Raúl Alfonsín, con la ley de patria potestad compartida.
Un hecho evidente es que las dictaduras se ayudan entre ellas. Por eso mismo Evita nunca vaciló y extendió la mano hacia la España dominada por el autócrata  Francisco Franco. Cuando  ese país atravesaba  por un aislamiento internacional sin precedentes.
Ella, sin vacilaciones, visitó territorio español y aprovechó para llevar la ayuda y la concesión del gobierno peronista consistente en un crédito millonario para la compra de trigo, maíz, carne, legumbres, etc.
No se llevó bien con la esposa de Franco,  Carmen Polo, por su desprecio, según versión de la argentina que la hizo pública, a los trabajadores y por  mostrarle el Madrid histórico. En vez de hospitales y los barrios obreros. 
RENUNCIAMIENTO
La visita  por Europa se denominó “La Gira del Arco Iris” que duro 64  días, desde el 23 de Agosto de 1941. Incluyó, además de España, Italia, El Vaticano, Portugal Francia, Suiza y dos países sudamericanos: Brasil y Uruguay. La intención fue conocer los sistemas de ayuda social en esas naciones, con el objeto de impulsarlas en la Argentina. Nunca se llegó a hacerlo efectivamente.
En 1951, la CGT le pidió postular como candidata a la Vicepresidencia de la República. No obstante, la propuesta encontró la más férrea oposición de las Fuerzas Armadas que veían en ella una amenaza, en su calidad de portavoz de la línea más radical y reivindicativa del peronismo.
Por otro lado, la propia Evita era reacia a aceptar cargos públicos, convencida de que la eficacia de su labor estaba en la proximidad de su relación con la gente. Además el  conocimiento de la grave enfermedad que la aquejaba, la indujo a renunciar a la candidatura en un emotivo acto en que se dirigió hablando con emoción ante una  abigarrada multitud frente a la Casa de Mayo, desde un balcón del Palacio de Gobierno argentino.
 Esta decisión es conocida como el “Acto y Día del Renunciamiento”, que se cumplió y marcó historia en medio de la presión por las luchas internas del peronismo y la propia sociedad que crujía por tanta desigualdad y promesa incumplida.


Evita se dirige al pueblo en pieza oratoria dramática.

“EL VASCO”
Eva Maria Duarte Ibarguren resultó ser la hija ilegitima de un pequeño terrateniente de nombre Juan Perón que falleció cuando era pequeña en un accidente automovilístico. Fue criada por su madre, Juana Ibarguren, y sus hermanos mayores. Lo unía mucho a Juan, cinco años mayor que ella
El lugar y fecha de su nacimiento  es incierto y tiene  distintos documentos de respaldo. Uno de ellos dice que dicho acto ocurrió en Junín, provincia de Buenos Aires, el 7 de Mayo de 1922. De parte de los historiadores, hay unanimidad para sostener la falsedad de esta acta porque está comprobado que fue realizada a instancias de la propia Eva, en 1945, para contraer matrimonio. Ella, conforme se constató, se disminuyó la edad.
Lo último se puede probar con su partida de bautizo que se encuentra registrada en la Capitanía Vicaria de Nuestra Señora del Pilar de la misma provincia. El acto religioso ocurrió el 21 de Noviembre de 1919. Unánimemente es aceptado que ella nació, el 7 de Marzo de 1919, con el nombre de Eva María Ibarguren, sin el apellido de su padre que era casado. No, precisamente, con su madre. 
LEYES
La partida fue modificada años después antes de su matrimonio, añadiéndole el apellido de su padre Duarte conocido como el “El Vasco”, dueño de una casa de campo y político conservador de la ciudad argentina de Chivilcoy y de posible ascendencia de origen francés. El progenitor mantenía dos familias. Una legitima con su esposa legal Adela D’Huart. Seis hijos de por medio y otra ilegitima con Juana Ibarguren, habiendo procreado con esta última cinco vástagos.
Vivió en el campo hasta 1926, fecha en la que el padre falleció y la familia quedó desprotegida totalmente. Estas circunstancias de su sufrimiento, durante su niñez, la marcaron por completo. Su familia y ella abandonaron la estancia donde vivían cómodamente.
Por aquella época, la ley argentina establecía calificaciones infames e insólitas para las personas cuyos padres no habían contraído matrimonio. Los llamaban hijos adulterinos, circunstancia que se hacía notar en la partida de nacimiento. Tal fue el caso de Evita que en 1945 logró que se destruyera este documento y, por ende, eliminó la tacha infamante.
El peronismo, ya en el gobierno dictatorial, impulsó, sin embargo, leyes antidiscriminatorias para igualar a las mujeres con los varones y a los niños entre sí, sin importar las relaciones entre sus padres. Estos proyectos fueron resistidos por la propia oposición, la Iglesia y las Fuerzas Armadas. Sin embargo, en 1954, se logró eliminar de los documentos  los hijos adulterinos, sacrílegos, mánceres, naturales, etc., manteniendo la diferencia entre los legítimos y los ilegítimos.


Perón y Evita saludando a sus seguidores.

COSTURERA
En lo que respecta al lugar de nacimiento de Eva Duarte también hay discusión. Unos historiadores dicen que vino al mundo  en el campo de la Unión frente a Los Toldos de Coliqueo a 20 kilómetros del pueblo Los Toldos y a 60 de Junín. Muchas tierras de este lugar eran de propiedad de su padre.
No obstante, otros biógrafos sostienen que su nacimiento fue la ciudad de Junín, donde su madre se trasladó para poder recibir una mejor atención médica. Ella habría  nacido en una vivienda ubicada en la ciudad de Remedios. La verdad exacta se ignora con precisión hasta ahora.
Cuando falleció su padre, la familia viajó al lugar del acontecimiento, Chivilcoy, para asistir al velatorio. Pero los hijos legítimos les prohibió la entrada en medio de un gran escándalo. Gracias a la intervención y mediación de un allegado, los  ilegítimos  pudieron acompañar el cortejo hasta el cementerio y asistir al entierro. Este hecho le dejó otra huella, a profundidad total.
Sin el padre, quedó desprotegida y la madre tuvo que trabajar como costurera para mantener a sus hijos, en el pueblo de Los Toldos donde vivían en una pequeña casa de dos ambientes, ubicada en las afueras de la localidad. 
MUERTE
Ingresó a la escuela primaria la que cursó con serias dificultades e incluso, en una oportunidad, repitió el año. Estaba en segundo grado y contaba con 10 años. Por aquel tiempo ya la llamaban  de cariño como “negrita”, apelativo que la acompañó para siempre. De allí la familia se trasladó a Junín. La educación primaria la completó  a los 15 años en la Escuela N° 1  “Catalina Larralt de Estrugamou”.
Los que la conocieron, a profundidad cuentan que, desde su infancia, siempre quiso ser actriz. Las oscuras leyendas tejidas en torno a su vida relatan que a los 15 años sedujo a un cantante de tangos, Agustín Magaldi, para que se la llevara a Buenos Aires. Cierto o no de lo que  no cabe duda es que quería ser estrella y conquistar la gran ciudad.
Sus primeros años en la capital argentina fueron difíciles. Vivió en pensiones miserables, actuó en pequeñas compañías de teatro y en la radio. Asimismo en varias biografías se sugirió que pagó favores sin prejuicios morales. Esa etapa de la vida de Evita, así como su imagen, sufrieron un cambio radical cuando se casó con Juan Domingo Perón. Fue la heroína del peronismo.
El fulminante cáncer al útero la llevó a la muerte el 26 de Julio de 1952. Recibió los honores oficiales que le correspondían y fue velada en el local del Congreso y en la CGT, con un reconocimiento multipartidario y popular sin precedentes en el país argentino. Su cuerpo fue embalsamado y ubicado en la central sindical. La dictadura cívico militar secuestró y profanó su cadáver en 1955, ocultándolo durante 16 largos años.


Muy joven aún.

LIBROS
Escribió dos libros: “La Razón de mi Vida (1951) y al año siguiente el que tituló como “Mi Mensaje”. A lo largo de su existencia recibió números homenajes. Entre ellos el titulo de Jefa Espiritual  de la Nación, la Mujer del Bicentenario, El Reconocimiento de primera categoría de la CGT, la Gran Medalla a la Lealtad Peronista y el Collar de la Orden del General San Martín, la más grande distinción argentina. Adicionalmente  fueron una realidad numerosas películas, obras teatrales, canciones y novelas sobre su vida.
La principal actividad de la señora Perón durante el gobierno de su esposo fue la ayuda social a los sectores más necesitados. Lo hizo desde la fundación que llevaba su nombre. Inmediatamente después de la gira por Europa organizó una cruzada de ayuda a los ancianos, y mujeres desamparadas mediante subsidios y hogares temporales. También se apoyó a los niños, madres solteras,  Construían hospitales, asilos, escuelas, colonias vacacionales, etc.
La Fundación funcionaba en un gran edificio, ubicado en el Paseo  Colón 850 de la ciudad de Buenos Aires, a una cuadra de la CGT. El local fue asaltado durante el golpe de estado de 1955 y fue entregado a la Universidad de Buenos Aires.  Actualmente allí realiza sus actividades la Facultad de Ingeniería de ese centro superior de estudios. 
PROCESION
La primera manifestación de la enfermedad de Evita ocurrió cuando sufrió un desmayo durante el acto de la inauguración del Sindicato de Taxistas. Era el 9 de enero de 1950. Lo mismo ocurrió, posteriormente, en la Fundación Eva Perón, razón por la cual trasladó su oficina a la residencia presidencial. El avance del cáncer la volvía cada vez más débil y la obligaba a guardar reposo.
Fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital de Avellaneda. Seis días después, ella voto allí en su cama durante las elecciones que consagraron la reelección de Perón. Recibió radioterapias varias veces. Hasta que entró en coma.
 Murió a las 20.25 del 26 de Julio de 1952. A partir de entonces y hasta la caída de Perón a esa hora, en todas las radios,  se recordaba el hecho. El mismo que se denominó, fanáticamente,” la inmortalidad”. Los funerales fueron filmados y de ese material resultó el documental titulado, “Y la Argentina detuvo su corazón
La capilla ardiente se instaló en el Ministerio de Trabajo. La CGT declaró tres días de paro y el Gobierno estableció un duelo de 30 días. Su cadáver velado hasta el 9 de Agosto y llevado al Congreso Nacional, donde recibió honores. Luego a la central de trabajadores.
La procesión mortuoria seguida por más de dos millones de personas y a su paso por las calles recibió una lluvia de claveles, orquídeas, crisantemos, alhelíes y rosas rojas arrojadas desde los balcones más cercanos.
Su cuerpo fue embalsamado y mantenido expuesto en la CGT. Mientras tanto, el gobierno comenzó las obras del Monumento al  Descamisado que se había proyectado en base a una idea suya y que según un nuevo plan, sería su tumba definitiva.


Su casa en los Toldos.

14 AÑOS
 Cuando la revolución derrocó a Perón en 1955, el cadáver fue secuestrado y desaparecido durante 14 años.  La orden la había dado el nuevo Presidente, Pedro Eugenio Aramburu. Los restos llegaron incluso hasta Italia con otro nombre, tras haber sido depositado indistintamente en depósitos militares, diferentes casas, sepultados varias veces. En varios lugares clandestinamente.
En 1970, la organización guerrillera Montoneros secuestró a Aramburu, exigiendo, entre otras cosas, la aparición del cuerpo de la primera dama. Entonces se movilizaron para traerlo  de Europa, pero no llegó a tiempo y Aramburu fue asesinado. La barbarie reinante.
Al año siguiente, el Presidente, General Alejandro Agustín Lanusse, ordenó organizar lo que se denominó “El operativo retorno”. El cadáver  fue desenterrado otra vez de la tumba clandestina de Milán y devuelto a Perón en su residencia  de Puerta de Hierro, ubicada en Madrid. Al cuerpo le faltaba un dedo  y existía un leve aplastamiento de la nariz. Como prueba que había sido profanado.
En 1974, ya con Perón de regreso al país, los Montoneros secuestraron el cadáver de Aramburu con el fin de canjearlo por el de Evita.  Muerto el líder de los descamisados, su  tercera esposa, María Estela Martínez, decidió traer el cuerpo al país y lo ubicó en la quinta presidencial. En 1976, la dictadura militar le entregó el cadáver a la familia Duarte que la enterró en la bóveda que ellos poseían en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires, donde se encuentran desde entonces.
Mucho culto a la personalidad a extremos inconcebibles. La compararon, inconcebiblemente, hasta con la Virgen María. Mito, realidad, mujer de agallas con ciertos logros. Pero también con sus grandes equivocaciones. Como su esposo Perón. Marcó época y marcó también rechazos. Fervor casi fanático. Pero de todas maneras registró, quiérase o no, hitos en la historia argentina y mundial. Para bien o para mal, según las preferencias políticas. (Noé)

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