domingo, 29 de junio de 2014

AITA DOCUMENTAL DE QUILATES

Consiguió todo lo que se propuso a punta de profesionalismo y sobre todo de consecuencia cariñosa, fraternal y filial del hijo al padre. Un progenitor especial y de experiencia  dura y desgarradora con la implacable conflagración fratricida de por medio, la misma que tuvo consecuencias letales con una suma macabra de un millón de muertos. Bilbao, el país vasco, España entera se desgarraba y desangraba implacablemente. Allí en su pueblo y región  apasionada y autónoma, tan lejano a estos lares luchó, decididamente, el protagonista de la cinta. Mientras que la vida, en medio del trabajo y el sacrificio decidido, la continuó aquí en Lima, Perú,  donde vivió intensamente hasta que murió a los 96 años de larga y experimentada existencia. Un vástago, que duda cabe, también especial que se propuso reconstruir, en el documental impecable para la televisión que ha dirigido,  el pasado del  insigne hombre. Uno de los que más admira en este mundo. De tal padre emprendedor, tal hijo creador.
 El primero: José Salcedo Molinuevo,  nacido  en Trapagarán Bizcaia, luchador  del batallón  del Partido Nacional Vasco MAI Irritzi en la guerra civil española, allá por 1937. Posteriormente migrante y residente en el país como comerciante por años de años hasta que, desafortunadamente, se murió  en suelo peruano en diciembre del 2012. Había venido a este mundo en 1916. Vida cumplida a carta cabal. Vida de sacrificios. Vida intensa florecida con los encantos y las bondades de la esposa abnegada de la misma nacionalidad, Matilde “Chirri” de  la Torre,  que se fue de la faz de la tierra en 1996 y le dejó al hijo único de ambos. Producto del amor, razón principal por la cual vivieron.


El padre y el hijo.

SI ES CHEMA
 El joven guerrero del ayer y el trabajador de siempre laboró  en una tienda  ubicada en pleno centro de Lima. Muchos años antes, en 1951, había traído a su cónyuge, a su pequeñuelo de 4 años y otros familiares, en rutilante y largo viaje por alta mar, de Europa a América del Sur en un barco que acoderó, finalmente, en el puerto peruano del Callao. Unos, tras pisar suelo patrio y permanecer un tiempo, se fueron de regreso a su país de origen. Los tres se quedaron para siempre aquí en lares peruanos. Toda una fuente inagotable de experiencias y consecuencias
El segundo: José Maria Salcedo de la Torre. Si, “Chema”, el  conocido  y experimentado periodista que es conductor de radio y TV. El mismo que acaba de estrenar esta cinta, de exactamente 60 minutos de duración, impecable y de quilates conseguidos por su originalidad, sencillez y precisión de los actos determinados de la existencia  paterna y de su propia existencia.
Con el predominio de sus primeros años tan infantiles, tan añorados y que ahora han sido proyectados en este reportaje fílmico para el conocimiento público masivo.  Chema se lo merece y estremece con calidad determinada, Chema ha conseguido sus objetivos. 
CASI DE LA NADA
La película se llama  AITA, cuyo significado en la lengua vasca denominada euskera  es eso a quien le debemos la existencia, padre. En este caso, su padre. Qué tal consecuencia. Allí lo ha retratado implacablemente. Con orgullo justificado, con añoranza y con ineludible firmeza.
Lo asombroso es   que la filmación es una realidad armada coherentemente  casi de la nada. Todo comenzó cuando el periodista, con la curiosidad desenfrenada que lo domina por completo en  su calidad de reportero nato, compró un video   de dicha lid bélica donde se apreciaba una imagen de quien podría ser su progenitor como gudari. Es decir, un soldado vasco del referido batallón.
Cotejó fotos de don José joven y le consultó a él mismo cuando vivía pero no se llegó a conclusiones tajantes. Incluso en el documental  el padre, el hijo y la enfermera del primero, Herlinda Ludeña, miran el audiovisual denominado “La Pelota Vasca: la piel contra la piedra”, del cineasta Julio Medem. Allí  es donde, precisamente, Chema creyó ver a su padre cargando un mortero. La gran incógnita nunca resuelta que sirve para llevar la trama hasta el final.
Lo acertado es que después de la muerte de don José, el periodista recorre, en pleno país vasco, los lugares que le señaló su progenitor en el escrito que le dejó de clara y bella caligrafía y así descubrió, infatigablemente, más de una huella del  viejo guerrero. Todo esto lo incluye, impecablemente, en el film.


Don José y Chema: en la adultez y la infancia.

LO DEMOSTRO
La cinta ofrece constantemente reflexiones e imágenes del presente. Incluso fotografías y grabaciones del pasado. Y hasta se da el lujo de crear a un personaje de ficción que representa al gudari José Salcedo, en plena guerra con su respectivo e impecable vestuario militar, el mismo que dialoga con su hijo Chema, a la manera de un sueño de este último.
Para José María, Aita es un documental enteramente subjetivo, cuyas descripciones están en la palestra. Se trata-explica- de una crónica de viaje, viaje físico y al interior de la memoria con cámara que se mueve encontrando escenarios de otros hijos y nietos de gudaris. Lo que trata de confirmar, si todo lo que le contó en su infancia su padre era verdad. Claro que si lo fue Y eso es, precisamente, lo que demuestra.
Por eso es que, cabalmente, el film retrata a Chema caminando por el monte Acondia en las alturas de Eibar. El periodista se acerca a una especie de cueva y refugio. Allí, precisamente allí  aparece el soldado José  Salcedo que lo intercepta y le pregunta a boca de jarro: ¿Qué estás haciendo en el lugar? Era abril o mayo de 1937, en plena guerra y en medio de un sueño del periodista. 
GITANOS
En otra parte del documental, don José, la enfermera Herlinda y el propio Chema miran en la computadora del comunicador un fragmento de “La pelota vasca...” La escena es real y pertenece en el tiempo a junio del  2010 cuando el famoso padre tenía 94 años a cuestas. En el reposo final del guerrero.
El documental nos permite ver, con amplitud, Zorrotza en la inmensidad de Bilbao. Incluso el lugar exacto donde nació José María,  cuya dirección es Callejón de Tránsito N° 7. Lo desafortunado es que por efecto del progreso, la casa ya no existe y fue derruida. El sitio es ocupado hoy por un grupo de familias  gitanas. Ellos le hablan al comunicador y uno incluso cree reconocer a Chema. La trama se enreda y sigue la búsqueda de las huellas paternas
 Si está en el barrio, incólume, una piedra enorme que jamás se ha movido. Ahí, antes de irse al Perú, el  periodista muy pequeño la rodeaba manejando en círculos constantes su triciclo. Mientras sus padres daban vivas a Fausto Coppi, el célebre ciclista italiano de los años 50. Recuerdos imperecederos de Chema que se incluyen en el video.
Salcedo de la Torre y su equipo visitan la fundación Sabino Arana. Aquí con gran sorpresa y emoción, el periodista encuentra la firma del aita con las pesetas ganadas, como soldado en una nomina del batallón donde sirvió. Era el año 1937.


En plena filmación en los bosques del país vasco.

LA BANDERA
Hay  incluido en el audiovisual un almuerzo familiar realizado en Begoña  con la participación de Itziar Cabezas, la primera hermana de Chema. Ella recuerda a su tío el que se fue al Perú, a su madre y a otros parientes cercanos.
 Muy amena la reunión donde no faltaron las bromas, los chistes y la buena música con canciones tan pero tan vascas que inspiraron para ellos, durante un largo rato, afecto y añoranza. Como corolario y a manera de colofón contrastante y humorístico, esta escena termina con las vistas donde el periodista lava platos con el hijo y la nuera de su pariente tan cercano familiarmente.
Don José pidió pasar a la eternidad con su bandera, la famosa ikurriña del lenguaje vasco y el hijo se había olvidado, por completo, de la solicitud que tenía que cumplirse si se quería ser sensato. Muy sensiblemente se muestra en el audiovisual todo lo que se tuvo que hacer para cumplir con la voluntad del hoy finado guerrero.
La enfermera de buen corazón,  Herlinda, se las ingenió para poner  el símbolo en el féretro. El hijo le dio una pequeña muestra y ella emprendió el camino de la salvación al ir a un mercado a conseguir la ikurriña. Primero compró  la tela con los colores característicos: rojo, verde y blanco. 
TRAVESIA
De inmediato al puesto de  reparación de maletas y carteras donde, con precisión, se le confeccionó. La ikurriña, de todas maneras, estuvo reluciente en el ataúd de don José. Tarea y voluntad cumplida a cabalidad. Tranquilidad de conciencia para el hijo y la mujer que acompañó hasta el final, con sus cuidados precisos y especializados, al insigne vasco.
Hay en el filme un recorrido interesante, lleno de emociones, donde participan el propio José María, su colaborador Aitor Bilbao y varios amigos conocedores a  profundidad de la guerra civil española.
La travesía es larga y total por los lugares, senderos y restos de trincheras donde, presumiblemente, estuvo José Salcedo. Los acompañantes le explican al periodista por dónde está caminando y qué es lo que, precisamente, ocurrió durante la conflagración.
El clima es variado e intenso. Primero llueve copiosamente y después viene el granizo con toda su intensidad. La nieve no se deja esperar y colma los caminos. Hasta que se llega al refugio, la famosa cueva. Un hueco en primer  lugar resalta. Aitor y Chema ingresan al oscuro lugar. El periodista se emociona al máximo y suelta el llanto a raudales.
Recuerda a su padre con intensidad plena. Comenta muy emocionado, tremendamente sentido: “ahora estoy oliendo la misma humedad y la misma tierra que mi padre olió en plena guerra, en 1937”. Luego de un rato, cesan las lágrimas, pero la añoranza es más intensa. Recordar es volver a vivir.
En  el documental también se incluyen escenas de impactantes bombardeos aéreos durante la guerra civil. El periodista llega y encuentra Guernica destruida por el fragor de la violencia y muestra lo que es ahora en plena pacificación y tranquilidad. Contrastes, definitivamente, impresionantes.


La toma que inspiró el documental: el soldado pudo ser Salcedo.

EL DEDO MALOGRADO
Relata que su progenitor siempre le contaba que un día para guarecerse de la aviación enemiga se enganchó el pantalón en una alambrada. Aparece, de pronto, una caja de munición de un mortero y Chema recuerda que su aita tenía una cicatriz en el dedo con hendidura y desviación, producto de  algo similar que le cayó encima y lo lesionó. Nunca le curaron, con precisión y resultados médicos, la herida.
Las palabras de don José cuando estaba joven retumban en una parte del relato del hijo. Si estuvo cerca de la muerte y sí sabía que la guerra estaba pérdida. Pero eso era lo de menos. Había que luchar de todas maneras. El país vasco en el corazón y la acción.
 Salcedo padre, dicho sea de paso para ser precisos con la historia que se cuenta, fue uno de los que se rindió en Santoña ante los italianos fascistas y en calidad de prisionero de guerra fue enviado, por un tiempo, a una cárcel de Burgos.
La visita del periodista a José Moreno, antiguo gudari del Ejército de Euskadi en Portugalete es incluido en el documental. El cuenta sus experiencias, camina largamente con el visitante. Pero antes le enseña documentos y fotografías y también le da tiernamente la mano a un niño en medio de la música y las canciones del lugar. No pudo faltar entre estas últimas, el Agur Jaunek.
La afición al futbol también unió a padre e hijo. Ambos acérrimos e implacables hinchas del Athletic de Bilbao. Eso se puede captar en el documental. En efecto, conversaciones  y camisetas del equipo que se  muestran en señal de un imperecedero recuerdo deportivo. Y que venga otro gol del Athletic. Chema saltará de emoción y don José sonreirá con los brazos abiertos en alto, moviéndolos a cada rato desde el más allá.
Aita se filmó entre Lima, Bilbao, Eibar, Lekeste, Ondárrea y Trapagarán. La música original y de calidad notable ha sido compuesta y dirigida por Abraham Padilla Benavides. Una producción de Viceversa Lima-España. Merece verse de todas maneras. (Edgardo de Noriega)

6 comentarios:

  1. Que bella crónica. El documental lo vi por RPP Televisión y, efectivamente, es impecable. Merece, para bien del público, seguir difundiéndose. Gladys Coronado

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  2. Cuando las cosas son bien hechas merece, de todas maneras verlas. Eso es exactamente lo que me ha pasado después de espectar este documental de Chema Salcedo. Historico, importante, añorante y preciso. Vale Alberto Sanabria

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  3. Querido Edgardo:
    Me gusto mucho tu comentario sobre la película de Chema, pero nos contaste la película.
    Un gran abrazo.
    Samuel AM

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  4. He quedado impresionada con este documental. Y ahora me encuentro con esta versión en la que,verdaderamente se rinde al padre y al hijo. Al primero por guerrero valiente. Al segundo por buen periodista. Aplausos. María Rivero.

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  5. He visto el documental y quede admirado con las hazañas del padre y la creatividad del hijo. Ahora me encuentro con esta crónica que realmente vale la pena de leerse. Aplausos para todos. María Guerrero

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  6. Mi querido Edgardo: has hecho una cosa monumental que me abruma por la emoción de tu generosidad. Un abrazo, José María Salcedo

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