martes, 5 de enero de 2016

CLARO...CLARISIMO

Uno de los principales problemas de las elecciones peruanas, que se desarrollarán el 10 de abril de este año, deriva, definitivamente, del número excesivo de  candidaturas presidenciales. En efecto, a la fecha, hay un total de 17  alternativas a las que podría sumarse otras  tres más, las mismas que se encuentran en proceso de inscripción.
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Todo ello en una crisis evidente de partidos políticos que están debilitados, brillan por su ausencia o prácticamente no existen, ante una diversidad de propuestas concretas que reflejan, eso sí,  la insatisfacción de muchos peruanos que no se identifican con las opciones más conocidas y, por lo tanto, siguen buscando la propia para diferenciarse, en medio de una tenue representación política.
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Para muchos analistas, se trata de un proceso singular con desconcierto en que no termina de entenderse, por lo confuso del panorama. Las propuestas electorales, a su vez, ni siquiera cuajan para diferenciarse de las demás.
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Lo óptimo y recomendable es que pocas agrupaciones  participen electoralmente con el objeto primordial de que la ciudadanía deje de confundirse tanto al momento de escoger y los planes que se proponen puedan diferenciarse mejor, unos de otros.
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Eso es lo que, efectivamente, ocurre en Estados Unidos que tiene un sistema bipartidista. A un lado, los Republicanos de corte enteramente conservador y al otro los Demócratas, quienes ejercen plenamente políticas que podrían llamarse liberales.
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Las diferencias se producen dentro de los partidos y por eso, precisamente, la última agrupación tiene un ala más cercana a la izquierda como la que ofrece el pre candidato Bernie Sanders y otra más moderada, liderada por Hillary Clinton.
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El sistema francés también evita, a como de lugar, la dispersión y las candidaturas a discreción. Hay  postulantes de derecha, centro e izquierda como expresión del reflejo de las diferentes corrientes políticas.
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Para variar y algunos dicen complicar, aquí en el Perú, existe la primera y segunda vuelta. Sin embargo, afirmar ello es quizás un error y entonces si podemos decir que vamos por el buen camino con las dos elecciones que se realizan por efectos de lo que manda la Constitución y las leyes vigentes.
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En efecto, la dispersión de candidatos da lugar a la necesidad de lo que se conoce también como el ballotage que es la segunda vuelta.  Así se concretan, en los votos, las expresiones políticas. La primera vez votamos con el corazón y, en la  definitiva, con la razón.
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Si embargo, los críticos que discrepan de este último pensamiento afirman de que no es tanto con la razón que se depositan los votos, sino entre la espada y la pared. Más aún, entre dos "enfermedades". Precisamente, las candidaturas  que se clasificaron. Una como el cáncer y la otra el sida. Lo dijo en una oportunidad el Nobel Mario Vargas Llosa, uno de los gonfaloneros de tal teoría.
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Para argumentar con fuerza la posición, los seguidores de esta opción, que pareciera ser cierta, recuerdan que ello es lo que, precisamente, ocurrió en los últimos comicios presidenciales del 2011.
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 Los peruanos tuvieron que votar por Keiko Fujimori u Ollanta Humala, candidatos de cada uno de los males indicados.  La enfermedad del  cáncer corrupto representada´por la primera y la del antisistema y la incertidumbre por el otro. No quedaba otra y así salió elegido el segundo. El voto blanco y/o viciado deja de tener efectividad porque favorece al que va primero.
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La campaña electoral a partir de este mes recién comienza a calentarse y todavía queda mucho pan por rebanar. No obstante,  los vaticinadores ya mandan sus primeros veredictos y  están seguros que Keiko ingresará de todas maneras a la segunda vuelta. Eso como dos y dos son cuatro, dicen ellos.
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Lo que no se sabe quién será el acompañante. Muchos vaticinan que el clasificado, en segundo lugar, sería César Acuña de Alianza para el Progreso. Allí estaría otra vez, a vista de los electores, el cáncer y el sida. Ahora bien, esto es sólo una hipótesis.
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 Ojalá que, para bien de los peruanos, no se´presente tal disyuntiva y que la elección se decida, efectivamente por lo que los candidatos representan en si mismo, con sus respectivos programas de gobierno.
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Mientras tanto, los problemas continúan  al interior de las agrupaciones de los cuatro candidatos más importantes que representan, según las encuestas, las principales opciones de triunfo y de poder: Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski, César Acuña y Alan García.
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En el fujimorismo, hay  cierto desconcierto evidente y palpable, luego del anuncio da la salida de las listas parlamentarias de los lideres que podrían llamarse históricos como: Martha Chávez, Luisa María Cuculiza y Alejandro Aguinaga  Recuenco. La que se salvó es  Luz Salgado porque goza, según se asegura, de la confianza total de Keiko.
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El desbarajuste y temor se deben a que existen serias dudas sobre si, efectivamente, resultará el plan de campaña trazado en el que se quiere ir hacia el centro del espectro político y demostrar que, efectivamente, son independientes del jerarca número uno  de la agrupación, Alberto Kenya  Fujimori Fujimori.  Comerse el sapo es difícil, realmente. Pero si posible. La política es eso.  No lo olvidemos.
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Lo que se han trazado los estrategas de Fuerza Popular es marcar distancias. Así conquistar nuevos horizontes  y disminuir, hasta donde se pueda, el voto duro y en contra de esta agrupación. Cabalmente para atraer al que se opone tajantemente al fujimorismo por considerarlo autoritario, corrupto y maligno.
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 Estando lejos las malas raíces representadas por los jerarcas de los 90 hoy sin poder ni representatividad, la tesis e hipótesis podría encajar. Pero también podría ser rechazada ´por el electorado y eso, de todas maneras, es lo que les preocupa a Keiko y sus seguidores.
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Obviamente, en el camino de conseguir las metas, los choques duros y fuertes se han registrado entre el padre, la hija y el hermano. Es decir: Alberto, Keiko y Kenji. El primero y el último unidos contra la candidata presidencial. Ello los debilita frente al electorado que capta con facilidad lo evidente,  hay muy serias divergencias entre los jerarcas.
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También existe otro hecho que llama mucho la atención. La facilidad con que los defenestrados Chávez, Cuculiza y Aguinaga han aceptado, sin chistar, la determinación tomada drásticamente y, por eso mismo, las preguntas  caen por maduras: ¿Qué le han ofrecido a estos galifardos para que se queden tranquilos. Ministerios, embajadas, organismos internacionales  altos cargos de renombre. ¿Cuál sería la repartija? El tiempo, evidentemente, dará la respuesta. Tututum.
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Los entendidos  auguran dos rumbos a seguir, frente a lo decidido por la plana mayor de Fuerza Popular. El primero es que le resulte la coartada dejando demostrado que el ex presidente ninguna fuerza tiene y que estará muy lejos del poder de la hija. Entonces si ello se consigue frente al electorado, el triunfo de Keiko está asegurado.
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El otro camino es el que tiene más seguidores y sustento efectivo. Nadie puede creer que una cosa es el chino mayor y otra la hijita. El fujimorismo es el fujimorismo y allí quien manda es  el ex-presidente. Eso para muchos que forman mayoría, es lo acertado y lo que verdaderamente ocurre..
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 Entonces si ello se prueba frente a la ciudadanía, esta fuerza nada tiene que hacer en lo que respecta a la presidencia de la república. El pueblo los rechazará de todas maneras. Si tendrá una fuerza parlamentaria representativa producto de más del 30% que detenta, según el veredicto de las encuestas. Ahora bien, las urnas y sólo las urnas despejaran las dudas.
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Por su parte, en las huestes de PPK, también cunde y persiste la incertidumbre. El gringo no entra a los sectores populares que le son reacios y por eso, a cada rato, trata de peruanizarse más. No obstante, los puntos en las encuestas siguen en tendencia a  la baja. Veamos que pasa y que presentan las estadísticas del  presente mes.
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Para los estrategas, el ex ministro de Belaunde y Toledo necesitará un episodio parecido al que ocurrió, en las anteriores elecciones, en el Callao, cuando una mujer de improviso y sin dudar en ningún momento, le tocó los genitales. Y allí están los forjadores  de su campaña buscando una nueva oportunidad de impacto que tiene que ser distinta.
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No son fáciles los asuntos  que se desarrollan al interior de Peruanos por el Kambio, sobre todo, por el carácter drástico de PPK que lo hace ser, según se supo, un poco intransigente y vertical. El candidato se las sabe todas y dicen que, incluso, muy poco escucha. Sabiondo, muy sabiondo.
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A ello se agrega las desavenencias existentes entre los cuadros que ingresaron recientemente como Gino Costa, Fernando Rospigliosi y otros con los dirigentes antiguos encabezados por Gilbert Violeta, de la más entera confianza de PPK. No hay, pues, unidad total y se necesita a gritos. El problema se agrava porque el único que grita fuerte es Kuczynski…
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Estos grupos, de los nuevos y los viejos, chocan a cada rato y los asuntos de la campaña en si se traban por completo. Urge la reingeniería en la gestión partidaria, solución de controversias y, obviamente, llegar a las masas. Hasta ahora no la ven cuando deben verla por obligación, si quieren triunfar.
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El candidato de Alianza para el Progreso, Cesar Acuña, está viajando por distintos puntos del país donde organiza mítines y manifestaciones y llega con su mensaje de, según sostiene cínicamente, cambiar el Perú en un toma y daca de lo más despreciable.
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 Allí, en los sectores populares de Lima y provincias, deja sus víveres y otros regalitos de lo más convincentes, a cada rato, para los votos necesarios, por medio de los cuales quiere encumbrarse en el poder. Hay, efectivamente, plata como cancha y eso es malo para el país que requiere de ética y moral como ejemplo a seguir. Dentro de este conglomerado maligno resalta Anel Townsend y tantos otros convenidos listos para gobernar, sin vergüenza alguna.
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El candidato trata de vender, a como de lugar, su imagen de emprendedor y triunfador en la vida, desde abajo. Mientras que, su  ex esposa la congresista, Rosa Núñez desde Lima, le pide a gritos celeridad en el reparto de los bienes para llegar a un acuerdo extrajudicial y sellar, con lo que manda la ley, el divorcio correspondiente.
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Mientras que, desde el norte del país, un funcionario del Servicio de Saneamiento de Lambayeque quien está preso por corrupción y se acogió a la confesión sincera, reveló, en la Fiscalía, que recibió coimas del empresario Dario Acuña, hermano del candidato presidencial. Hasta ahora este último ni siquiera se ha pronunciado sobre tal hecho de por si rechazable.
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Lo que si está probado es que, la mayor parte del tiempo, se le va a César Acuña en temas de carácter judicial y legal. Últimamente, se la pasó cuatro horas interrogado en la Primera Fiscalía contra el lavado de activos, como parte de las pesquisas a presuntas empresas, de fachada nada santas ni menos transparentes, que obtuvieron adjudicaciones con municipalidades de la Región La Libertad, durante su gestión como Alcalde de Trujillo.
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 Si así fue de burgomaestre cómo será de Presidente de la República, si es elegido por el pueblo. Hay que decirle no a la corrupción en todas sus formas, por el bien de todos los peruanos. Que ese sea el sentir de la ciudadanía, en los comicios de abril próximo.
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Ahí va en el mar agitado de la poca percepción y un apoyo aún bajo en las encuestas, la Alianza Popular del Apra y del PPC. Para colmo de males, Alan García, su candidato presidencial,  fue zarandeado en Cajamarca por las rondas campesinas, que lo acusaron directamente de “traidor y vende patria”. Cómo lo llevaron a la cueva del lobo. Que brutos e incautos sus estrategas. Si se sabe que allí reinan los comunistas y los desadaptados.
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Lo cierto es que, para muchos sectores de la ciudadanía, la alianza no muestra aires efectivos de triunfo o las reacciones propias de que las cosas le estén saliendo bien para llevarla por el camino del poder efectivo.
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 Les falta entusiasmo y el espíritu de ganador. Son tan conscientes de ello que una comisión, presidida por Lourdes Flores Nano, está preparando un plan que, en buena cuenta, sería la apertura al relanzamiento para llegar, efectivamente, a las bases populares de Lima y del interior del país.
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 Otro grupo de aliancistas se dedica a las listas parlamentarias donde ya se adelantó que la mayoría la tendrán los apristas, con un número menor y proporcional de social cristianos. A la hora de los loros esto, evidentemente, sacará ronchas que deben desaparecer para que efectivamente tengan solidez electoral. No les queda otra. O quieren perder, de todas maneras. Cómo es la nuez(Noé)

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