Militar peruano de armas tomar que se jugo el pellejo en la defensa del
bando realista, durante la Guerra de la Independencia Hispanoamericana. Hasta
ocupó interinamente el cargo de Virrey del Perú. Convirtiéndose en el último
representante de España en este país. Sin embargo, en la plenitud de su vida, adoptó
las ideas republicanas y se desempeño, asimismo, como un insigne político. Fue designado Prefecto de Arequipa. Además, el
hombre convertido a las nuevas ideas libertarias participó en la creación de la
sede la Confederación Perú Boliviana. Lo que es más se desempeñó como Ministro de Estado y presidió el Estado Sud- Peruano, entre 1838
y 1839. Una gama importante de cargos,
un hombre que se convirtió por completo, enarbolando los preceptos patriotas.
Juan Pio Tristán y Moscoso nació en Arequipa el 11 de Julio de 1773,
como miembro de una familia aristocrática, cuyos padres fueron: José Joaquín Tristán
del Pozo Carassa y María Mercedes Moscoso Pérez
Oblitas. Estuvo casado con su sobrina, Joaquina Flores Tristán. En el
Perú, pequeño aún, recibió su primera educación.
A los 7 años, siendo un niño,
acompañó a su padre que participó e el sofocamiento de la rebelión de Túpac Amaru. El joven Tristán se enroló,
como militar, en su juventud, en el regimiento de Soria en el cual alcanzó el
grado de Subteniente.
Partió a España formando parte de
dicho regimiento y realizó la travesía a través del Cabo de Hornos. Una vez
llegado a la península ibérica, estudió en Salamanca donde conoció a Manuel
Belgrano, su rival en la guerra que protagonizó posteriormente. Abandonó la
cerrara militar y pasó a Francia.
Tristán: militar y político de renombre.
Tristán: militar y político de renombre.
RETORNO
Estudió en el Colegio de Benedictinos de Soréze. Pero la agitación
ocurrida en este país por efectos de la Revolución Francesa, lo obligó a volver
a España. Retomó su carrera en el Ejército e intervino en operaciones militares
contra los franceses en el Rosellón.
A fines del siglo XVIII, regresó
a América y estuvo dos años en Buenos Aires como ayudante del Virrey de Río de
la Plata, Pedro de Melo. En 1809, retornó a su tierra natal y se incorporó al
Ejército Realista que comandaba su primo, José Manuel de Goyeneche.
Ese año estallaron rebeliones
contra la autoridad española en el Alto Perú. Goyeneche y Tristán formaron
parte de la tropa movilizada para aplacar la rebeldía. Tristán estuvo presente
luchando en la batalla de Huaqui o Desaguadero, realizada el 20 de Junio de 1811,
con el grado de Coronel y luego General, comandado por su pariente. Esta
batalla permitió a los realistas recuperar el Alto Perú, que había sido ocupado
por los revolucionarios.
Las alternativas de la guerra
hicieron que el Ejército Realista no pudiera avanzar más al sur. Lo que
permitió el repliegue de los revolucionarios hacia la Intendencia de Salta
(Argentina) Allí quedaron destacamentos de avanzada y el grueso del Ejército
del Norte retrocedió hasta Tucumán.
La Batalla de Salta
La Batalla de Salta
BELGRANO
En esta última ciudad, en Marzo
de 1812, el jefe militar Juan Manuel de Pueyrredon entregó el mando al General
Manuel Belgrano, el viejo compañero de estudios de Tristán , quien detuvo la
retirada y se puso al mando de la vanguardia realista, formada por 3 mil hombres
y agrupada a orillas del río Sulpacha.
Cuatro meses después, el
arequipeño avanzó por la Quiaca y llego a Jujuy. Su rival bélico ordenó el
repliegue de su ejército y de la población. Tristán se encontró con la táctica de la “tierra arrasada” llevada a cabo por el éxodo jujeño. Pero aún
así avanzó en pos del enemigo.
Entonces fue cuando, el 24 de Septiembre
de 1812, ocurrió la Batalla de Tucumán en la cual el ejercito realista sufrió
una derrota infringida por un conglomerado de luchadores de menos recursos..
La infantería española quedó
dueña del campo. Pero los revolucionarios destruyeron los abastecimientos
realistas y se encerraron en la ciudad, negándose a capitular. Al saber que la
caballería estaba moviéndose con intenciones de cortarle la retirada, Tristán
ordenó el repliegue hacia el norte. Retrocedió hasta Salta donde se fortificó a
la espera del enemigo.
Belgrano llegó a las cercanías de
Salta en Febrero de 1813. Por su parte, el mistiano sacó su ejército de la
ciudad para esperarlo. El primero simuló un ataque frontal, mientras el grueso
de las tropas patriotas hacía un movimiento envolvente.
RESISTENCIA
Atrapado entre dos fuegos, el
arequipeño replegó sus fuerzas al interior de la ciudad y ofreció una última
resistencia en la Plaza Mayor. Pero no pudo organizar sus tropas, cuyos
miembros se negaron a defender las trincheras y corrieron a buscar refugio en
La Catedral.
Tristán capituló y evitó un inútil derramamiento de sangre. Lo
primero que hizo es enviar un emisario a Belgrano. Este a su vez, aceptó y
ofreció honrosas condiciones: dejo en libertad a todos los realistas,
exigiéndoles que solamente juraran de no volver a tomar las armas en contra de
la Patria,
Casi tres mil soldados y
diecisiete jefes y oficiales, incluyendo a Tristán, las vanguardias del grupo bélico de Goyeneche, cayeron prisioneras
en Salta. Después de este hecho, Juan Pio cumplió su palabra y abandonó el
Ejército, retirándose a Arequipa.
Entre Tristán y Belgrano se
entabló una relación de respeto, cuando no de cordialidad, según ciertos usos
caballarescos de la época. Por ejemplo, en el Combate de las Piedras desarrollado
el 3 de Septiembre de 1812 en el que vencieron las tropas revolucionarias
rioplatenses, los hombres del segundo capturaron al coronel realista Huici.
Su sobrina Flora lo nombra en su libro.
Su sobrina Flora lo nombra en su libro.
DECENCIA
Ante tal situación, Tristán pidió
que el prisionero fuera tratado con humanidad y respeto, afirmando que él haría
lo mismo con los caídos patriotas en su poder. También envió 50 onzas de oro
para cubrir los gastos que ocasionase el prisionero. Escribió un papel, puso de
puño y letra Campamento del Ejército grande Setiembre de 1812, firmó y envió
el documento.
Belgrano, con un toque de humor
peculiar, devolvió las cincuenta onzas y colocó, sin vacilar, la siguiente
frase: Campamento del Ejército chico.
17 de Septiembre de 1812. Luego rubricó y mandó el documento.
El personaje tenia la firma idea de ganarse la
voluntad de los americanos que combatían en el bando realista. Por esa razón
aceptó al parlamentario que envió Tristán en medio de la Batalla de Salta y le
contestó: “Dígale usted a su general que se me despedaza el corazón al ver
derramar tanta sangre americana y por eso estoy pronto a otorgar una
capitulación”.
Tras la rendición Tristán
´pretendió entregar a Belgrano su espada, tal como se acostumbraba, pero el jefe
patriota se lo impidió y en presencia de todos lo abrazó. La promesa de no
volver a luchar contra la patria fue suficiente para el patriota quien dejó
libre a su enemigo. Incluso en contra del consejo de sus oficiales y de su
gobierno.
El peruano tuvo la oportunidad de
romper su juramento en vista de que un obispo realista liberó a todos de ello, argumentando que la palabra dada a los
revolucionarios no podía romperse pues se trataba de herejes. Muchos volvieron
a tomar las armas. El arequipeño, como hombre de bien y de palabra, se mantuvo
firme: dejó de luchar,
PUMACAHUA
El realista mistiano se volvió envuelto otra vez en la guerra
cuando en 1814 estalló una rebelión en el Cuzco. Las fuerzas patriotas,. encabezadas por Mateo
Pumacahua, atacaron Arequipa y el hombre retomó las armas en defensa de su
suelo natal.
Cayó prisionero tras la victoria
republicana en la Batalla de la Apacheta desarrollada el 9 de Noviembre. Sin
embargo, Tristán fue nombrado Gobernador de Arequipa por los patriotas y tras
la derrota de éstos fue presidente de la Audiencia del Cuzco
En 1823, el Virrey José de la
Serna lo ascendió a Mariscal de Campo. Participó en la lucha contra el Ejercito
Libertador de Simón Bolívar. Luego de la derrota y captura del Virrey en
Ayacucho, el 9 de Diciembre de 1824, la Real Audiencia del Cuzco lo nombró
Virrey Interino el día 16, cargo que juró el 24 de Diciembre, un día antes de
Navidad
Sin embargo, seis días después de
su nombramiento publicó una proclama en la que aceptaba la Capitulación de
Ayacucho y reconocía la Independencia del Perú. Entonces organizó la transición
y el traspaso de poderes a las nuevas autoridades peruanas.
Casona de Pio Tristán en Arequipa.
Casona de Pio Tristán en Arequipa.
CUALIDADES
Tristán adoptó las ideas republicanas
y fue designado Prefecto de Arequipa. Luego vino el desempeño político durante
el desarrollo de la Confederación, donde fue uno de los principales
protagonistas. A los 87 murió en Lima ya retirado de toda actividad. Su sobrina
fue la famosa precursora del feminismo, Flora Tristán, quien lo nombró en su
libro “Peregrinaciones de Una Paria”.. Hombre de bien, luchador, lInajudo,
aristócrata, valiente. Personaje de la historia ilustre que merece recordarse.
Lindo y elocuente resumen. Muchas gracias.
ResponderEliminar