viernes, 26 de agosto de 2016

VOZ POETICA DE TODOS LOS TIEMPOS

La más importante voz poética femenina del país. Ayer, hoy y para toda la vida en la plenitud de todos los tiempos, según la acertada opinión de los críticos. Eso era y es exactamente Blanca Varela que, en buena medida, alcanzó, con su impecable obra, una magnifica difusión internacional. Su lirismo tuvo un tono personal. Muy intenso y reconocible,  con puesto sobresaliente en Hispanoamérica.  Escribió por  impulso y necesidad. Rigurosa, profunda. Fiel a su búsqueda interior que la perfeccionó al máximo.  Rechazó los dogmatismos de todo signo y surgió la creadora moderna, profunda, volcada por entero a sus raíces.  Su poesía inundada de silencios a través de un lenguaje impredecible. Evidentemente: mujer de altura, mujer de calidad.
 Hija de Alberto Varela y de la escritora costumbrista Esmeralda González Castro,  conocida con el seudónimo de Serafina Quinteras, autora de innumerables valses  populares como “Muñeca Rota” y “El Ermitaño”. A los 16 años ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para seguir estudios de Letras.
 En ese centro superior de estudios tan lleno de historia, entró en contacto con los escritores de la generación del 50, especialmente con Sebastián Salazar Bondy, Jorge Eduardo Eielson y Javier Sologuren, con quienes formó el grupo de los llamados "poetas puristas".
 En contraposición a los "poetas sociales" de la época. Conoció también a vates como César Moro, Emilio Adolfo Westphalen y Manuel Moreno Jimeno, quienes la iniciaron en la tradición surrealista y en otras vanguardias, presentes en una parte de su obra.

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Blanca Varela: la creatividad en primer lugar.

ANTES Y DESPUES
Nacida en Lima el 10 de agosto de 1926 y fallecida el 12 de marzo de 2009. Luego de una colaboración de dos años con la revista “Las Moradas”,  viajó de Lima a París donde conoció al escritor mexicano Octavio Paz.
Tal encuentro marcó un antes y un después en su vida. El intelectual azteca la conectó con el  arte y las letras a través de una intensidad y cercanía, hecho en sí que hasta entonces ella desconocía. Allí entabló relación con personajes de la talla del filósofo Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir y el escultor Alberto Giacometti, entre otras personalidades de gran valor.
Sus obras han sido traducidas a diversos idiomas, pero su éxito internacional se contrastó con sus escasas apariciones públicas y entrevistas periodísticas. El poder de sus descripciones cautiva a sus lectores y los lleva a mundos de un misticismo que se esconde tras palabras cercanas y tangibles.
Veamos uno de sus poemas. A media voz: La lentitud es belleza/ copio estas líneas ajenas/ respiro/ acepto la luz/ bajo el aire ralo de noviembre/ bajo la hierba/ sin color/ bajo el cielo cascado/ y gris/ acepto el duelo y la fiesta/ no he llegado/ no llegaré jamás/ en el centro de todo/ está el poema intacto/ sol ineludible/ noche sin volver la cabeza/ merodeo su luz/ su sombra animal/ de palabras/ husmeo su esplendor/ su huella/ sus restos/ todo para decir/ que alguna vez/ estuve atenta/ desarmada/ sola casi/ en la muerte.


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Con sus  hijos Lorenzo y Vicente

TERTULIA
Su esposo, por largo tiempo y de quien se divorcio después, fue el renombrado pintor Fernando de Szyszlo, con quien tuvo dos hijos: Vicente y Lorenzo. Los cónyuges  asistentes consuetudinarios a la tertulia de la Peña Pancho Fierro, auspiciada por el escritor José María Arguedas y dirigida por las hermanas Alicia y Celia Bustamante.
 En 1949, Fernando y Blanca partieron rumbo a Francia, en una travesía planteada como comprometedora y de pleno conocimiento.  Una vez en París, ellos conocieron a Octavio Paz. Cinco años más tarde, recorrieron Florencia (Italia) para volver al Perú, posteriormente.
 La pareja también se instaló en Washington, D.C, Estados Unidos, donde Varela vivirá de hacer traducciones y eventuales trabajos de periodismo. En 1957, Salazar Bondy y Alejandro Romualdo la incluyen en su “Antología General de la Poesía Peruana.”
 De 1977 a 1979, Blanca fue Secretaria General del Centro Peruano del PEN Club Internacional, y en calidad de tal acude a los congresos de Hamburgo (1977), Estocolmo (1978) y Río de Janeiro (1979). Representó largos años, en el Perú, a la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica. Además  colaboró en numerosas revistas del Perú y del extranjero.
POEMA 
Otro poema: La muerte se escribe sola/una raya negra es una raya blanca/el sol es un agujero en el cielo/la plenitud del ojo/fatigado cabrío/aprender a ver en el doblez/entresaca espulga trilla/estrella casa alga/madre madera mar/se escriben solos/en el hollín de la almohada/trozo de pan en el zaguán/abre la puerta/bajo la escalera el corazón se deshoja/la pobre niña sigue encerrada/en la torre de granizo/el oro el violeta el azul/enrejados/no se borran/no se borran/no se borran. (La Muerte se Escribe Sola)
Octavio Paz dice de ella: …“Se trata  de una poetisa que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo, una piedra negra tatuada por el fuego y la sal, el tiempo, la soledad”…
Luego añade: También, es una exploración de la propia conciencia. En sus primeros poemas, demasiado orgullosa (demasiado tímida) para hablar en nombre propio, el yo del poeta es un yo masculino, abstracto. A medida que se interna en sí misma –y, asimismo, a medida que penetra en el mundo exterior- la mujer se revela y se apodera de su ser. Cierto, nada menos "femenino" que la poesía de Blanca Varela; al mismo tiempo, nada más valeroso y de mujer.
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Blanca Varela y Fernando de Szyszlo
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EL HIJO
Canto Villano: Y de pronto la vida/en mi plato de pobre/ un magro trozo de celeste cerdo/aquí en mi plato/observarme/observarte/o matar una mosca sin malicia/aniquilar la luz/o hacerla/hacerla/como quien abre los ojos y elige/un cielo rebosante/en el plato vacío/Rubens más cebollas/más lagrimas/tantas historias/negros indigeribles milagros/y la estrella de oriente/emparedada/y el hueso del amor/tan roído y tan duro/ brillando en otro plato/este hambre propio/existe/es la gana del alma/que es el cuerpo/es la rosa de la grasa/que envejece/en su cielo de carne/mea culpa ojo turbio/mea culpa negro bocado/mea culpa divina causa/no hay otro aquí/en este ´plato vacío//sino yo/devorando mis ojos/y los tuyos.
En 1996, viajando de Lima  a Arequipa, Lorenzo de Szyszlo Varela, hijo de Blanca, murió en un accidente aéreo. Solo tres años después ella escribió en "Concierto Animal": Si me escucharas/ tú muerto y yo muerta de ti/ si me escucharas/ hálito de la rueda/ cencerro de la tempestad/ burbujeo del cieno/ viva insepulta de ti/ con tu oído postrero/ si me escucharas.
La escritora Gabriela Wiener dice al respecto: “Aún en medio de esa tempestad, Varela tuvo el coraje de permitirnos asomarnos a ella. Hay aquí una experiencia única: la de ver morir, o ver convertirse en vacío, algo que salió de nosotros. Un barco que se va de nosotras llevándonos, para decirlo en palabras de Pizarnik. Así, la muerte de un hijo es como un segundo parto, porque vuelve a centrarnos el vacío en las entrañas
SUFRIMIENTO
Aquí comenzó, con la lamentable desaparición, el vía crucis de sufrimiento de la insigne intelectual.  Blanca fue desapareciendo, poco a poco. “Lo que más le gustaba eran sus hijos, sin duda. Para ella, la muerte de Lorenzo fue una catástrofe de la que nunca se repuso.  Blanca fue otra persona, para siempre, se fue apagando. Esa muerte la mató”, sostuvo Fernando de Szyszlo.


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Acompada de los poetas Cisneros, Sologuren, Sánchez León y otros

Otra de sus creaciones. El falso teclado: Toca toca/todavía tus dedos se mueven bien/el dedo de la nieve y el del la miel/hacen lo suyo/nada suena mejor que el silencio/nuestro descelo es nuestro bosque/aguza el oído como una hoz/a trillar lo invisible se ha dicho/ para eso estamos/para morir/sobre la mesa silenciosa/que suena. Contrajo una enfermedad maligna que le impidió hablar y escribir. Ella murió, tras largo sufrimiento, a los 82 años, el Perú había perdido, definitivamente a una de sus más insignes intelectuales.
OBRAS
Octavio Paz le publicó el primer libro, “Ese puerto Existe” (1949-1959). Después llegaron Luz de Día”, Valses y otras Confesiones”, entre otras. En España  ha salido a luz su poesía reunida en Donde Todo Termina Abre las Alas”, editado por Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, con prólogo de Adolfo Castañón y epílogo de Antonio Gamoneda. Lo mismo ocurrió con la antología Como Dios en la Nada”.
Varela fue una de las creadoras que, junto a José Ángel Valente, Eduardo Milán y Andrés Sánchez Robayna, prepararon la gran antología Las Insulas Extrañas” (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2002) Este volumen  recoge lo esencial de la poesía en español, de la segunda mitad del siglo XX
Su poesía ha sido considerada de calidad. Pero con entornos grandes de haber configurado creaciones atroces y negras.  Blanca solía decir que había intentado que la poesía desapareciese en la primera línea porque en ella está todo y que no hubiese final, que el silencio lo llene todo.
Así debe ser el rostro de Dios/el cielo rabiosamente cruzado/por nubes grises, violetas/y naranjas/y su voz/el mar de abajo/diciendo siempre lo mismo/tan monótono/tan monótono/como el primero/y el último día. (Así debe ser)
Según su nieta Camila, la hija de Lorenzo, a su abuela le gustaban los partidos de futbol, las películas de suspenso, las telenovelas brasileras, las canciones de Andres Calamaro y de Bob Dylan.  De igual forma, La lectura de cuanta revista  se le pasaba por delante. Los zapatos con la punta de charol que usaba, el vino tinto y las extensas playas del país, entre otras cosas.

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Una de sus famosas obras

También publicó, “Canto Villano” (1978), “Camino a Babel” – Antología (1986), “Canto Villano – Poesía Reunida” (1986), “Poesía Escogida” 1949-1991 (1993). “Del Orden de las Cosas” (1993), “Ejercicios Materiales” (1993), “El Libro de Barro” (1993), “Canto Villano” (Poesía reunida, 1949-1994) (1986), “Concierto Animal” (1999) y “El Falso Teclado” (2001)
Su poesía empezó, sin proponérselo, a ser reconocida. La justicia tardó, pero llegó. Sus poemarios empezaron a reeditarse y, claro, ella también empezó a publicar nuevos títulos. Cada libro suyo fue hijo de sus rigores. 
Los más preciados galardones que ganó fueron los premios Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el año 2001. Asimismo, el de Ciudad de Granada 2006 y las distinciones García Lorca y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en el 2007. 
Ella sabía cómo era su escritura. “Mi poesía es dura, y desentona –dijo en una entrevista del 2001–A veces no tengo respeto por las palabras que son consideradas como poéticas. Yo uso todo lo que me sirve (...). Eso lo heredé de Vallejo: él hacía cosas maravillosas, no le importaba torcerle el cuello a la gramática”.  
Curriculum Vitae: digamos que ganaste la carrera/y que el premio/era otra carrera/que no bebiste el vino de la victoria/sino tu propia sal/que jamás escuchaste vítores/sino ladridos de perros/y que tu sombra/tu propia sombra/fue tu única/y desleal competidora.
Mujer de fibra. Mujer creativa. Mujer doliente. Mujer de agallas. Mujer de profundidades. Mujer de a verdad, la poeta del Perú que siempre cantará y allí estará su obra para admirarla con la pureza del agua que discurre para deleitarnos con sus creaciones tan singulares.  Blanca Varela presente siempre, en la faz de de la tierra. (Edgardo de Noriega)

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