La más importante voz poética femenina
del país. Ayer, hoy y para toda la vida en la plenitud de todos los tiempos,
según la acertada opinión de los críticos. Eso era y es exactamente Blanca Varela que, en buena medida,
alcanzó, con su impecable obra, una magnifica difusión internacional. Su
lirismo tuvo un tono personal. Muy intenso y reconocible, con puesto sobresaliente en Hispanoamérica. Escribió por
impulso y necesidad. Rigurosa, profunda. Fiel a su búsqueda interior que
la perfeccionó al máximo. Rechazó los
dogmatismos de todo signo y surgió la creadora moderna, profunda, volcada por
entero a sus raíces. Su poesía inundada
de silencios a través de un lenguaje impredecible. Evidentemente: mujer de
altura, mujer de calidad.
Hija de Alberto Varela y de la escritora
costumbrista Esmeralda González Castro,
conocida con el seudónimo de Serafina Quinteras, autora de innumerables
valses populares como “Muñeca Rota” y
“El Ermitaño”. A los 16 años ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos para seguir estudios de Letras.
En ese centro superior de estudios tan lleno
de historia, entró en contacto con los escritores de la generación del 50,
especialmente con Sebastián Salazar Bondy, Jorge Eduardo Eielson y Javier
Sologuren, con quienes formó el grupo de los llamados "poetas
puristas".
En contraposición a los "poetas
sociales" de la época. Conoció también a vates como César Moro, Emilio
Adolfo Westphalen y Manuel Moreno Jimeno, quienes la iniciaron en la tradición
surrealista y en otras vanguardias, presentes en una parte de su obra.
Blanca Varela: la creatividad en primer lugar.
Blanca Varela: la creatividad en primer lugar.
ANTES Y DESPUES
Nacida en
Lima el 10 de agosto de 1926 y fallecida el 12 de marzo de 2009. Luego de una colaboración de dos años
con la revista “Las Moradas”, viajó de
Lima a París donde conoció al escritor mexicano Octavio Paz.
Tal
encuentro marcó un antes y un después en su vida. El intelectual azteca la
conectó con el arte y las letras a
través de una intensidad y cercanía, hecho en sí que hasta entonces ella
desconocía. Allí entabló relación con personajes de la talla del filósofo Jean
Paul Sartre, Simone de Beauvoir y el escultor Alberto Giacometti, entre otras
personalidades de gran valor.
Sus obras
han sido traducidas a diversos idiomas, pero su éxito internacional se contrastó
con sus escasas apariciones públicas y entrevistas periodísticas. El poder de
sus descripciones cautiva a sus lectores y los lleva a mundos de un
misticismo que se esconde tras palabras cercanas y tangibles.
Veamos uno de sus poemas. A media voz:
La lentitud es belleza/ copio estas
líneas ajenas/ respiro/ acepto la luz/ bajo el aire ralo de noviembre/ bajo la
hierba/ sin color/ bajo el cielo cascado/ y gris/ acepto el duelo y la fiesta/ no
he llegado/ no llegaré jamás/ en el centro de todo/ está el poema intacto/ sol
ineludible/ noche sin volver la cabeza/ merodeo su luz/ su sombra animal/ de
palabras/ husmeo su esplendor/ su huella/ sus restos/ todo para decir/ que
alguna vez/ estuve atenta/ desarmada/ sola casi/ en la muerte.
Con sus hijos Lorenzo y Vicente
Con sus hijos Lorenzo y Vicente
TERTULIA
Su esposo, por largo
tiempo y de quien se divorcio después, fue el renombrado pintor Fernando de
Szyszlo, con quien tuvo dos hijos: Vicente y Lorenzo. Los cónyuges asistentes consuetudinarios a la tertulia de
la Peña Pancho Fierro, auspiciada por el escritor José María Arguedas y
dirigida por las hermanas Alicia y Celia Bustamante.
En 1949, Fernando y Blanca partieron rumbo a
Francia, en una travesía planteada como comprometedora y de pleno conocimiento. Una vez en París, ellos conocieron a
Octavio Paz. Cinco años más tarde, recorrieron Florencia (Italia) para volver
al Perú, posteriormente.
La pareja también se instaló en Washington,
D.C, Estados Unidos, donde Varela vivirá de hacer traducciones y eventuales
trabajos de periodismo. En 1957, Salazar Bondy y Alejandro Romualdo la incluyen
en su “Antología General de la Poesía Peruana.”
De
1977 a 1979, Blanca fue Secretaria General del Centro Peruano del PEN Club
Internacional, y en calidad de tal acude a los congresos de Hamburgo (1977),
Estocolmo (1978) y Río de Janeiro (1979). Representó largos años, en el Perú, a
la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica. Además
colaboró en numerosas revistas del Perú y del extranjero.
POEMA
Otro poema: La muerte se escribe sola/una raya negra
es una raya blanca/el sol es un agujero en el cielo/la plenitud del
ojo/fatigado cabrío/aprender a ver en el doblez/entresaca espulga trilla/estrella
casa alga/madre madera mar/se escriben solos/en el hollín de la almohada/trozo
de pan en el zaguán/abre la puerta/bajo la escalera el corazón se deshoja/la
pobre niña sigue encerrada/en la torre de granizo/el oro el violeta el
azul/enrejados/no se borran/no se borran/no se borran. (La Muerte se Escribe
Sola)
Octavio Paz dice de ella: …“Se
trata de una poetisa que no se complace
en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero
poeta sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una
confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo, una
piedra negra tatuada por el fuego y la sal, el tiempo, la soledad”…
Luego añade: También, es
una exploración de la propia conciencia. En sus primeros poemas, demasiado
orgullosa (demasiado tímida) para hablar en nombre propio, el yo del poeta es
un yo masculino, abstracto. A medida que se interna en sí misma –y, asimismo, a
medida que penetra en el mundo exterior- la mujer se revela y se apodera de su
ser. Cierto, nada menos "femenino" que la poesía de Blanca Varela; al
mismo tiempo, nada más valeroso y de mujer.
Blanca Varela y Fernando de Szyszlo
,
Blanca Varela y Fernando de Szyszlo
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EL HIJO
Canto Villano: Y de pronto la vida/en mi plato de pobre/
un magro trozo de celeste cerdo/aquí en mi plato/observarme/observarte/o matar
una mosca sin malicia/aniquilar la luz/o hacerla/hacerla/como quien abre los
ojos y elige/un cielo rebosante/en el plato vacío/Rubens más cebollas/más
lagrimas/tantas historias/negros indigeribles milagros/y la estrella de
oriente/emparedada/y el hueso del amor/tan roído y tan duro/ brillando en otro
plato/este hambre propio/existe/es la gana del alma/que es el cuerpo/es la rosa
de la grasa/que envejece/en su cielo de carne/mea culpa ojo turbio/mea culpa
negro bocado/mea culpa divina causa/no hay otro aquí/en este ´plato vacío//sino
yo/devorando mis ojos/y los tuyos.
En
1996, viajando de Lima a Arequipa,
Lorenzo de Szyszlo Varela, hijo de Blanca, murió en un accidente aéreo. Solo
tres años después ella escribió en "Concierto
Animal": Si me escucharas/ tú
muerto y yo muerta de ti/ si me escucharas/ hálito de la rueda/ cencerro de la
tempestad/ burbujeo del cieno/ viva insepulta de ti/ con tu oído postrero/ si
me escucharas.
La
escritora Gabriela Wiener dice al respecto: “Aún en medio de esa tempestad, Varela
tuvo el coraje de permitirnos asomarnos a ella. Hay aquí una experiencia única:
la de ver morir, o ver convertirse en vacío, algo que salió de nosotros. Un
barco que se va de nosotras llevándonos, para decirlo en palabras de Pizarnik.
Así, la muerte de un hijo es como un segundo parto, porque vuelve a centrarnos
el vacío en las entrañas
SUFRIMIENTO
Aquí comenzó, con la lamentable desaparición,
el vía crucis de sufrimiento de la insigne intelectual. Blanca fue desapareciendo, poco a poco. “Lo que más le gustaba eran sus hijos, sin duda. Para ella, la
muerte de Lorenzo fue una catástrofe de la que nunca se repuso. Blanca fue otra persona, para siempre, se fue
apagando. Esa muerte la mató”, sostuvo Fernando de Szyszlo.
Acompada de los poetas Cisneros, Sologuren, Sánchez León y otros
Otra de sus creaciones. El falso teclado: Toca toca/todavía tus dedos se mueven bien/el dedo de la nieve y el del la miel/hacen lo suyo/nada suena mejor que el silencio/nuestro descelo es nuestro bosque/aguza el oído como una hoz/a trillar lo invisible se ha dicho/ para eso estamos/para morir/sobre la mesa silenciosa/que suena. Contrajo una enfermedad maligna que le impidió hablar y escribir. Ella murió, tras largo sufrimiento, a los 82 años, el Perú había perdido, definitivamente a una de sus más insignes intelectuales.
Otra de sus creaciones. El falso teclado: Toca toca/todavía tus dedos se mueven bien/el dedo de la nieve y el del la miel/hacen lo suyo/nada suena mejor que el silencio/nuestro descelo es nuestro bosque/aguza el oído como una hoz/a trillar lo invisible se ha dicho/ para eso estamos/para morir/sobre la mesa silenciosa/que suena. Contrajo una enfermedad maligna que le impidió hablar y escribir. Ella murió, tras largo sufrimiento, a los 82 años, el Perú había perdido, definitivamente a una de sus más insignes intelectuales.
OBRAS
Octavio
Paz le publicó el primer libro, “Ese puerto Existe” (1949-1959). Después llegaron “Luz de Día”, Valses y otras Confesiones”, entre otras.
En España ha salido a luz su poesía
reunida en “Donde Todo Termina Abre las Alas”, editado por Galaxia Gutenberg /
Círculo de Lectores, con prólogo de Adolfo Castañón y epílogo de Antonio
Gamoneda. Lo mismo ocurrió con la antología “Como
Dios en la Nada”.
Varela fue una de las creadoras que, junto a José
Ángel Valente, Eduardo Milán y Andrés Sánchez Robayna, prepararon la gran
antología “Las Insulas Extrañas” (Galaxia Gutenberg / Círculo de
Lectores, 2002) Este volumen recoge lo
esencial de la poesía en español, de la segunda mitad del siglo XX
Su
poesía ha sido considerada de calidad. Pero con entornos grandes de haber
configurado creaciones atroces y negras. Blanca solía decir que había intentado que la
poesía desapareciese en la primera línea porque en ella está todo y que no
hubiese final, que el silencio lo llene todo.
Así debe ser el rostro de Dios/el cielo
rabiosamente cruzado/por nubes grises, violetas/y naranjas/y su voz/el mar de
abajo/diciendo siempre lo mismo/tan monótono/tan monótono/como el primero/y el
último día. (Así debe ser)
Según
su nieta Camila, la hija de Lorenzo, a su abuela le gustaban los partidos de
futbol, las películas de suspenso, las telenovelas brasileras, las canciones de
Andres Calamaro y de Bob Dylan. De igual
forma, La lectura de cuanta revista se
le pasaba por delante. Los zapatos con la punta de charol que usaba, el vino
tinto y las extensas playas del país, entre otras cosas.
Una de sus famosas obras
Una de sus famosas obras
También
publicó, “Canto Villano” (1978), “Camino
a Babel” – Antología (1986), “Canto Villano – Poesía Reunida” (1986), “Poesía Escogida”
1949-1991 (1993). “Del Orden de las Cosas” (1993), “Ejercicios Materiales”
(1993), “El Libro de Barro” (1993), “Canto Villano” (Poesía reunida, 1949-1994)
(1986), “Concierto Animal” (1999) y “El Falso Teclado” (2001)
Su
poesía empezó, sin proponérselo, a ser reconocida. La justicia tardó, pero llegó.
Sus poemarios empezaron a reeditarse y, claro, ella también empezó a publicar
nuevos títulos. Cada libro suyo fue hijo de sus rigores.
Los más
preciados galardones que ganó fueron los premios Octavio Paz de Poesía y Ensayo
en el año 2001. Asimismo, el de Ciudad de Granada 2006 y las distinciones
García Lorca y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en el 2007.
Ella
sabía cómo era su escritura. “Mi poesía es dura, y desentona –dijo en una
entrevista del 2001–A veces no
tengo respeto por las palabras que son consideradas como poéticas. Yo uso todo
lo que me sirve (...). Eso lo heredé de Vallejo: él hacía cosas maravillosas,
no le importaba torcerle el cuello a la gramática”.
Curriculum
Vitae: digamos que ganaste la carrera/y
que el premio/era otra carrera/que no bebiste el vino de la victoria/sino tu
propia sal/que jamás escuchaste vítores/sino ladridos de perros/y que tu
sombra/tu propia sombra/fue tu única/y desleal competidora.
Mujer de fibra.
Mujer creativa. Mujer doliente. Mujer de agallas. Mujer de profundidades. Mujer
de a verdad, la poeta del Perú que siempre cantará y allí estará su obra para
admirarla con la pureza del agua que discurre para deleitarnos con sus
creaciones tan singulares. Blanca Varela
presente siempre, en la faz de de la tierra. (Edgardo de Noriega)
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