viernes, 26 de agosto de 2016

HJMOS HISTORICOS (IV)

El Estanco comprendía algunos otros ramos como el de los naipes que establecido desde 1572 fue incorporado al de tabaco y el de papel sellado que se involucró en 1782 así como el de las breas de Santa Elena y Amotape. Más tarde en 1807, se le agregó el de aguardiente de la provincia de Guayaquil..
Francisco Gil de Taboada Lemus y Villamarín, que había sido Virrey de Nueva Granada, fue también uno de los mejores gobernadores que ha tenido el  Perú. Hombre de gran espíritu fomento la cultura, se rodeó de hombres eminentes, protegió la publicidad, difundió la instrucción y dictó una serie de medidas de recta administración que le conquistaron la buena voluntad de todos.
Es de su tiempo el famoso Mercurio Peruano, periódico que en cuanto su importancia, a la calidad de los trabajos que publicaba y a la profundidad y circunspección de su material no ha tenido, en verdad, bien miradas las cosas y teniendo en cuenta la época, sucesor digno de rivalizar con él.
Gil en lo que respecta a la venta del trabajo dispuso que se vendiera la libra en rama a ocho reales, fuese habano de Guayaquil, Bracamoro o de Saña y permitió la venta por menor hasta de una onza.
Obtuvo por este sistema un ingreso de más de  seiscientos mil pesos con una utilidad de más de trescientos mil. Para dar una idea de su muy buena administración basta advertir que en un quinquenio el producto del  Estanco fue de un millón doscientos mil setenta pesos (1790 a 1795). Hemos visto que en dos decenios anteriores apenas se había llegado a suma semejante.

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Documento histórico y colonial

DESCUBRIMIENTOS
Avilés también se ocupó con solicitud del Estanco. Es de advertir que como en todo tiempo se cuecen habas, se había descubierto varios gatuperios al punto que uno de los directores, Miguel Otermín fue suspendido de su empleo y sólo después de un largo juicio, que duro hasta 1803, fue repuesto.
O’Higgins había dejado sin cumplirse una orden real para la formación de una junta depuradora que Avilés hizo cumplir formando dicha junta con los oidores Pardo y Pareja, el Regente Arredondo y los contadores Chacón, Bonet y Salvi, junta que en 1840 dictó una organización adecuada para el Estanco.
Asunto  muy ruidoso por la calidad de las personas que en el intervinieron fue el del juicio contra los bienes del que había sido primer tesorero del Estanco, Marqués de Castellón. En 1800, el Contador Trujillo denunció que el finado ex tesorero, que era hombre de muchas campanillas, aparecía descubierto en ochentisiete mil pesos por la supresión de dos fuertes partidas en dos años anteriores. 
LITIS
El hijo del Marqués armó bolina, porque era sucesor en el cargo por juro de heredad, siguiose un litis que fue más coreado que una letanía, con este motivo se ordenó que se sistematizase la contabilidad lo que hizo Joaquín Bonet y, por fín, se libró ejecución contra los bienes del Marqués, terminando el barullo en 1805
Aparte de Lima, sólo en Arequipa había administración propiamente. En Chachapoyas los empleados hacían un gasto de 26.600 pesos. En Lambayeque el Juez conservador con otros empleados corría con el asunto y en los demás lugares había tenencias con subalternos, sin que pudiera calificarlas de verdaderas oficinas de administración. En 1809 se estableció en Trujillo una real factoría de tabacos semejantes a la de Chachapoyas.
En 1821, cuando entró la Patria, había en el Estanco mucho más de un millón y medio de pesos en tabaco en rama y más de trescientos mil en polvillo y rapé. La suma total de existencias contando el papel sellado, breas y enseres eran de más de dos millones. En el Norte había, sin duda, mucho más, de lo que se incautó el Ejército Libertador. En Chiclayo solamente se encontraron más de un  millón de mazos de tabaco.

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La planta

VIAJERO
Un viajero inglés, hombre observador y avisado, que estuvo en América en las postrimerías de la vida colonial y fue secretario de Ruiz de Castilla en Quito y después de Lord Cochrane, trae en su interesante relación histórica y descriptiva de una residencia de 20 años en la América del Sur algunos datos sobre el tabaco y su régimen.
Dice W. C. Stevenson, que tal era el nombre del viajero, que el tabaco estaba sometido al monopolio real y que su precio era fijado por el gobierno según las diversas calidades del artículo y según la provincia de donde procedía. Que se le traía a Lima donde era vendido en el depósito general (Estanco) a un precio determinado y común para todos los compradores.
Señala luego el procedimiento en los casos de contrabando, confiscación y multa, y dice que se compraba el tabaco a tres reales la libra y se revendía a dos pesos. Añade que tal era la cantidad de funcionarios y empleados de recoger el tabaco, de vigilar el contrabando, de ocuparse en  las compras y ventas que por grande que fuese el ingreso de ese renglón fiscal era casi absorbido por los fuertes gastos que demandaba.
Ricardo  Palma en su tradición Tabaco para el Rey dice que en 1800 se gastaba cuarenticinco mil pesos  anuales en sueldos de empleados del Estanco y Mendiburu dice, a su vez, que a principios del siglo XIX los sueldos de todas las dependencias ascendían a cincuentiseis mil seiscientos pesos.

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Trabajadores de aquella lejana época-

PROTESTA
Stevenson nos cuenta como no era permitido manufacturar el tabaco en polvo en el Perú, importándose una especie llamada polvillo, siendo el rapé traído desde La Habana. Dice también que nadie podía cultivar tabaco sin licencia especial y enumera las obligaciones de los plantadores.
Afirma que ya en ese tiempo había gran protesta entre agricultores y consumidores y que frecuentemente se reunían para manifestar agudamente su descontento.. En el viaje que hizo a  Guayaquil con Ruiz de Castilla, Stevenson observó que se cultivaban varias plantaciones de tabaco, particularmente en el departamento de Daule  y Puerto Viejo donde se empleaban muchos naturales del país. Ese tabaco venía en su mayor parte al Perú y su calidad era dulce y buena.
El Mercurio Peruano ó se hace referencia a la administración del tabaco con sus respetivos oficiales y subalternos y menciona como lugares de cultivo a Huayabamba, Sipaspampa, Chilaos, San Gerónimo, Chosgón, Ocumal, Mendan, Moyobamba y Soritor.
En la Carta y Diario publicada también en el antiguo Mercurio por Fray Juan Dueñas describiendo el camino desde Manaos al pueblo de Cumbasa al hablar de la región Ucayali dice que todas las tierras inmediatas a las poblaciones están  divididas en chacras en las cuales abundan las yucas, plátanos, camotes, piña, caña, maíz, maní, zapallos, sandías, tabaco, ají.

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El tabaco venia de  La Habana, Cuba.

EL ADMINISTRADOR
En la descripción del partido de Saña o Lambayeque por el Contador Real José Ignacio de Lecuanda, asimismo publicada en el Mercurio,  al hablar de Lambayeque dice que hay una factoría de tabacos a la que está unido el Real ramo de alcabalas y otros que le están agregados a su administrador jefe, bajo el título de Administrador de Rentas Reales Unidas
El Administrador estaba encargado de reglar las siembras balanceando las cosechas con el consumo que ese tabaco tenía en el reino de Chile donde parece que era el preferido. Era de advertirse que los plantadores formaban un gremio.
La Dirección de Lima tenía celebrada una contrata en la que se fijaban los precios. Por cada mil mazos o rollos se le daban 75 pesos al cosechero. Se calculaba, según Lecuonda, en un millón de rollos la producción anual. Solo esa industria dejaba 75 mil pesos al año en Lambayeque.
Añade más adelante que el arbusto de tabaco es muy abundante, pero que no merece tanto aprecio entre los moradores del Perú, sino en los de Chile donde tenía cuantioso consumo.
Había tabaco cucarachero, especie de polvillo teñido con almagre que se usó antaño. Tabaco de la tierra el que se producía en las regiones del país, para diferenciarlo del que venía de México o de La Habana. Tabaco rapé que se uso tanto por virreyes, oidores, prelados y hasta por damas de alta alcurnia. Tabaco cimarrón, una especie silvestre que se daba en Chile y el Perú. 
PUROS
Tabaco de hoja que servía para hacer los puros. Tabaco en rama que se hacía picar en las tercenas del Estanco y servía ya para hacer polvo para las narigadas, ya para liar con panquitas de maíz los cigarritos de los tatarabuelos.
Pero además existe el tabaco de regalía, que es el más fino, el mabinga, con que llaman en Cuba al de mala calidad que también recibe lso remoquetes de basura, injuriado, jorro. El holandés u holandilla que se cría en Holanda. El moruno que se cría en Europa y Africa.
El humo como en general se denomina al que se fuma, el de barro que es el aromatizado, el de palillos que se fabrica con los tallos y venas de la planta. El vinagrillo que se adereza con cierto olor de este tipo. El verdín que se elabora con las hojas cortadas antes de madurar. El groso fabricado en forma de granos de mostaza. El de vena que se emplea especialmente enn los cigarrillos de papel.
El de pipa, el negro, que se adereza con miel. El turco y el egipcio que tan famosos se hn hecho. El de Virginia tan cultivado en Estados Unidos. El somonte que es el que se aliña sin lavados ni aderezos. El colorado llamado así por el color de la hoja. El colorado maduro menos claro que el anterior y que se trabaja en su tiempo y sazón. Y el del diablo como llaman en Chile a cierta planta de flores vistosas y venenosos jugos.
Con la guerra de la Independencia y la constitución del nuevo régimen, cambiaron naturalmente todas las cosas. El ejército libertador se incautó de todo el tabaco que encontró en el  norte, en grandes cantidades.

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Protagonistas de esta producción.

SUPRESION
Al principio no se innovó en cuanto al régimen y el Estanco de la calle de Chacarilla continuó con su labor  hasta el año 1823 en que se suprimió el régimen de los estancos de la República  y el local comenzó a servir de cuartel.
En 1821 el Protector dice que para evitar los abusos que en perjuicio de una porción de familias indigentes pueden cometerse en la venta por menor del tabaco, exigiendo con el nombre de juanillo una gratificación de los que quieren ser preferidos para la compra de tabaco de mejor calidad, el gobierno ha resuelto que todo el que denunciare al Director de la Renta algún abuso a este respecto, probado que sea, se le dará una gratificación de 50 pesos cuya suma pagará al infractor y a más se le impondrá la pena que esté en proporción a las circunstancias del abuso.
La Constitución que se dio en 1823 por su artículo 155 declaró abolidos los estancos  en el territorio peruano. Se dictaron, entonces, una serie de decretos. El 11de Enero de ese año se permitió la venta de un tabaco de La Habana que había en buques que estaban al ancla en el Callao y se dispuso que se pusiera en almoneda todo lo perteneciente al Estado. 
ARANCEL
Por Ley del 30 de Setiembre de 1823 se mandó que con moneda de cobre se pudiera comprar el tabaco existente en el Estanco de Lima y por decreto del 4 de Octubre del mismo se fijó el arancel para dichas compras.
Los precios respectivos fueron los siguientes: tabaca de Bracamoros y Moyobamba, a 6 reales el mazo. De la Habana, en rama, a 8 reales la libra. De Saña a cuatro reales el mazo. De Brasil, a 4 reales la libra. De Virginia, a 7 reales la libra, El polvo de todas clases a 22  reales la libra. El rapé a 12 reales la libra. Los cigarros de Calcuta a 2 reales el atado. Los de Guayaquil, a un real.
En el Reglamento  de Comercio del 6 de Junio de 1826 se gravó la introducción del tabaco, que ya no estaba estancado, con el 80%. Pero el 11 de Setiembre del mismo año, Andres de Santa Cruz, Presidente del Consejo de Gobierno de la República, dictó un decreto por el cual para amortizar la deuda externa se mandó estancar la pólvora y el tabaco con la salvedad de que la administración podía correr por cuenta del Estado o de empresarios que ofrecieran ventajas. El problema esta que nada se hizo al respecto.
Por ley del 11 de Junio de 11828 se prohibió la internación de tabacos, lo que luefo fue permitido por decreto del 15 de Junio de 1829. El 21 de Agosto de ese mismo año se dictó un reglamento de comercio que dispuso que con excepción de los tabacos, todas las especies o efectos que existieran en almacenes de las aduanas como los que en adelante se importasen estuvieran sujetas al gravamen del 90%.

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Ardua labor para sacar rentas

SUSPENSION
El 15 de Junio se suspendió la prohibición para internar tabacos. Pero la ley del 12 de octubre del mismo año dejó sin efecto aquel decreto, lo que se ratificó por resolución del 5 de enero de 1830 y se concede plazo para la no internación.
Pero hay un aviso oficial en el N° 18 del Conciliador en que se acepta la introducción del tabaco bajo contrata. El 20 de enero de ese año se permitía la introducción por un empresario lo que puede verse ratificado en un aviso, sin fecha también, que está inscrito en el N° 25 del mismo Conciliador.
Pero lo más curioso es que por decreto del 15 de Junio de 1830 se ratifica la ley prohibitiva del 11 de Junio de 18289. Lo ue nuevamente se ratificó el 10 de Agosto del mismo año. Quiere decir que en verdad no se llegó a implantar estanco alguno y que un empresario particular podía introducir tabacos.
Para dar una idea de lo que significaba para el fisco esta situación que no era ni la libertad, ni el monopolio, sino que más bien significaba un privilegio a un particular, consignamos los derechos que pagaba el tabaco.

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        Plantaciones del producto.

CONVENIENCIA
Los de la Habana, Antillas, Norteamérica, Brasil, Colombia y Centro América debían pagar 45 pesos por cada quintal. Los de Guayaquil, si venían en buques nacionales, 18 pesos  y si en buques de otra nacionalidad extranjera, 45. El tabaco y rapé pagaba a razón de 6 reales la libra.
Había pues una manifestación mal definida y por lo tanto poco ventajosa para el Fisco que percibía únicamente los derechos de importación, los que no podían ser muchos estando la importación del tabaco en manos de un empresario, que sin concurrencia podía, como es lógico suponerlo, traer sólo la que a su negocio convenía.
Por tal condición, sin duda, Salaverry como  Jefe Supremo del Perú, dictó el 3 de Junio de1835, un decreto estableciendo un estanco de tabacos. En ese decreto había una disposición-la quinta- por la cual se prohibía la introducción de los tabacos conocidos por el de Brasil, Paraguay, Copán, Daule, Virginia, Guatemala, Quirquincho, Apolo y cualesquiera otros por ser perjudicial a la industria del país. Continuará. (Páginas seleccionadas de las "Obras Completas" que pertenecen como autor al consagrado escritor y político, José Gálvez Barrenechea.)

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