El día había amanecido con una
niebla espesa y el mar estaba listo como el aceite. Más de improviso, el fragor
de una explosión en la línea de la costa sobresaltó a los habitantes de la
pequeña ciudad costera de Lillesand, situada en el extremo meridional de
Noruega. Al extremo de la explosión siguió el agudo y prolongado silbido de la
sirena de un barco. Las mujeres de la población salieron a la calle angustiadas
por la suerte de sus hijos y esposos que se encontraban pescando. Eran las
11.50 del 8 de Abril de 1940
La familia real noruega
La familia real noruega
Del mar no llegó ningún otro
rumor hasta que tres barcos de pesca se deslizaron en el puerto, con el ruido
familiar de sus motores. Sus cubiertas estaban llenas de hombres, unos muertos
y otros heridos, y con gran sorpresa de los que estaban observando, se vió que
algunos llevaban armas y vestían
uniformes militares. El jefe de la policía local se hizo cargo de la situación
y adoptó las medidas oportunas para que se llevase a los heridos al hospital y recibiesen
ropa seca y alimentos los hombres que habían quedado ilesos. Pero comenzó
también a interrogarlos y descubrió que se dirigían a Bergen “para proteger a
Noruega de los invasores ingleses”. De este hecho se informó inmediatamente a
las autoridades civiles y militares de Oslo.
EL “RIO DE JANEIRO”
Lo que había sucedido era que el
buque alemán Río de Janeiro que transportaba tropas acababa de ser torpedeado a
la altura de Lillesand por el submarino polaco Orzel. El Río de Janeiro tenía
que llegar a su destino, Bergen, el 9 de Abril, antes de las 04.15, al mismo
tiempo que los restantes buques que tomaban parte en el “Weserübung Nord”, o
sea el ataque a Noruega.
Pero el 18 de Abril el gobierno
noruego recibió una información que hizo pasar a segundo plano el hundimiento
del Rio de Janeiro. La Marina inglesa había minado las aguas territoriales
noruegas para detener a los buques alemanes, cargados de mineral de hierro, que
partían del puerto de Narvik. El Gobierno considero que este acto provocaría sin
duda alguna una violenta reacción por parte de Hitler, y más aún cuando pocas
semanas antes los ingleses habían violado la neutralidad noruega atacando al
buque de.apoyo alemán Altmark.
El Gobierno laborista noruego
pretendía mantenerse neutral durante el mayor tiempo posible, pero, si se veía
obligado a entrar en guerra, se pondría de parte de los ingleses. En efecto,
Inglaterra estaba en situación de dominar las rutas marinas de Noruega y la
principal riqueza del país era precisamente su marina mercante. La flota
noruega de buques cisternas era la segunda del mundo en tonelaje y, desde
luego, la más moderna. Además, en el aspecto moral, los noruegos eran hostiles
a Hitler y el nazismo. Por lo tanto, en el caso de que se vieran obligados a
renunciar a su posición de neutralidad, al menos no formarían en las filas de
los alemanes.
Imagenes de batallas en Noruega
Imagenes de batallas en Noruega
PRETEXTO
Cuando llegó a Oslo la noticia de
lo que había sucedido en Lillesand, las autoridades militares solicitaron
nuevamente que se mirasen los fondos-especialmente el de Oslo- y que se
movilizasen las fuerzas. Ya el 5 de Abril, el Estado Mayor del Ejercito noruego
había recibido informes alemanes de sus agentes que se encontraban en los
puertos septentrionales de Alemania. Según aquellos informes, los alemanes
estaban embarcando hombres y material de guerra para invadir Noruega. Pero el
Gobierno, temiendo que los preparativos militares pudiesen ofrecer a Hitler un
pretexto, decidió no hacer nada.
Cuando la tarde del 8 de Abril se
reunió el Consejo de Ministros, el Jefe de Estado Mayor del Ejército, Coronel
Rasmus Hatledal, acudió a la reunión para informar al Ministro de Defensa de
que todos los oficiales del Estado Mayor estaban a su disposición, lo mismo
que él, en espera de cumplir inmediatamente las órdenes del Gobierno. Este le
indicó que todos los oficiales podían permanecer en sus casas y que en las
oficinas debían quedar tan sólo los que efectuaban el trabajo habitual.
Un joven oficial que prestaba
servicio en el Estado Mayor del Ejército describió más tarde en su diario:
“Estaba tan seguro de que la guerra estaba a punto de estallar, que aquellos
días envié a mi mujer y a mi hijo fuera de la ciudad. Me sentía profundamente
deprimido, no conseguía explicarme la absurda y casi increíble actitud que
habían adoptado los políticos en aquellos nefastos días. Cuando, finalmente, me
fui a mi casa a dormir, estaba tan agitado que tuve que tomar un somnífero. Por
ello, pocas horas después, casi no consiguieron despertarme las insistentes
llamadas del Estado Mayor”.
CONVENCIMIENTO
Cuando más tarde en el curso de
aquella misma noche, el Gobierno se convenció al fín de que era inminente la
invasión, decidió que se movilizasen cinco brigadas de campaña en Noruega
meridional, pero que la movilización se realizase secretamente. Esto significaba
que se tenía que convocar a cada combatiente con una carta personal, no con los
sistemas tradicionales: o sea, los bandos en las calles, los tañidos de las
campañas en las iglesias. Cuando el Coronel Hatledal recibió esta orden del
Ministerio de Defensa, les dijo:: “¿Pero estáis locos?” El Ministro dio media
vuelta y regresó a la reunión.
En los años anteriores a la
guerra, el partido laboralista noruego era pacifista. Sus más autorizados
representantes declaraban que en la era de los carros de combate, de los gases
y de las bombarderos aéreos, la defensa militar de Noruega sería un absurdo. En
tales circunstancias ¿qué podría hacerse para defender un país de 3.500.00
habitantes? Nada. Otros eran más realistas, pero confiaban en que mientras
Inglaterra dominara los mares, nada irreparable podría suceder a Noruega. Por
ello, aunque algunos oficiales se habían dado cuenta de la importancia que
tenía Noruega para Alemania no se habían escuchado sus advertencias y en los
años sucesivos se redujo drásticamente el presupuesto para la defensa.
Mapa de Noruega
Mapa de Noruega
FUERZA MILITAR
Al ataque alemán contra Polonia
en Septiembre de 1939 había seguido el ataque ruso contra Finlandia. Pero
durante la llamada “Guerra de Invierno” entre Rusia y Finlandia en las regiones
septentrionales donde la frontera rusa se acerca a la de Noruega, se constituyó
una fuerza militar bastante respetable, equivalente a un poderoso grupo de
brigadas inglesas. La Marina destinó a la vigilancia de las aguas septentrionales
tres de sus pequeñas pero bastante modernas unidades ligeras, mientras el Eidsvoll y el Norge, dos unidades acorazadas encargadas de la defensa costera,
construidas hace más de 40 años, estaban fondeados en el sector de Narvik.
Estos buques, gracias a sus cañones de 210 y 150 mm, poseían una buena potencia
de fuego, pero estaban totalmente indefensos frente a los torpedos. Después del
armisticio del 13 de Marzo de 1940, entre Finlandia y Rusia, se desmovilizó un
batallón de infantería que se encontraba
al norte. Más tarde, el 1° de Abril, las unidades movilizadas efectuaron el
relevo de sus efectivos, y por ello, cuando sobrevino el ataque, muchos de los
soldados eran reclutas todavía sin instrucción.
En la Noruega meridional se
encontraban tres compañías del Batallón de la Guardia Real (en Oslo) y una
compañía de reclutas en fase de instrucción (en Elverum). En Lillehammer,
Kristiansad, Stavanger y Bergen, o en sus inmediaciones se movilizó un batallón
con misión de adiestramiento y vigilancia contra eventuales violaciones de la
neutralidad. En cada uno de los distritos militares estaban también movilizados
un escuadrón de caballería, una batería de artillería y una compañía de
ingenieros. Cada distrito tenía, además, una escuela propia para suboficiales
de Infantería que podrían formar una compañía incompleta totalmente “nominal”,
mientras en el distrito de Oslo había también Escuelas de Caballería,
Artillería e Ingenieros.
DEFENSA
Oslofiord, Kristiansand, Bergen y
la entrada de Trondheimsfiord estaban defendidas por baterías enteras pero sólo
disponían de una tercera parte de los efectivos necesarios para una situación
bélica y, además por no contar con
infantería para protegerlas, eran vulnerables a los ataques procedentes del
interior. Las unidades de la Marina se hallaban diseminadas a lo largo de la
costa, con la misión de asegurar el respeto a las aguas neutrales noruegas, y
no estaban organizadas en agrupaciones de combate. Asimismo, los pocos
hidroaviones de la Marina efectuaban acciones de reconocimiento en el límite de
las aguas territoriales, en tanto que la aviación del Ejército estaba
constituida por nueve Gloster Gladiator, cerca de Oslo, nueve bombarderos ligeros
en Sola y unos cuantos aviones de reconocimiento cerca de Trondheim y Narvik.
Pero esta breve descripción del
modestísimo potencial bélico no ofrece tampoco un auténtico cuadro de la
situación real. Hay que añadir que Noruega no se había visto envuelta en un
conflicto desde el año 1814. Por ello, el pueblo noruego no estaba preparado
psicológicamente para una guerra y por su parte el Gobierno laborista no vio lo
que no quería ver y no sintió lo que no quería sentir.
OCUPACIONES
En las primeras horas del 9 de
Abril, tropas alemanas desembarcando de buques de guerra ocuparon Narvik,
Trondheim, Bergen y Kristiansand. Al mismo tiempo algunos contingentes de paracaidistas ocuparon el
aeródromo de Soa, próximo a Stavangar y otros entraron a la ciudad. Los alemanes
habían decidido efectuar en Oslo un ataque simultáneo desde el mar y desde el
aire, pero los buques de guerra fueron detenidos en los estrechos de Drübak,
antes de llegar a la capital. Allí el veterano Coronel Friksen de 65 años que
mandaba la fortaleza de Oscarsborg, asumiendo la responsabilidad por su propia
iniciativa, decidió abrir fuego y hundió el nuevo crucero pesado alemán Blüchder, infringiendo al enemigo graves pérdidas
en vidas humanas. Mientras tanto, el
ataque aéreo al aeródromo de Fornebu fue dificultado por la niebla, de manera
que Oslo sólo cayó en poder de los alemanes ya avanzada la tarde.
Fuerzas alemanas entrando a Oslo.
Fuerzas alemanas entrando a Oslo.
Aquella mañana el Presidente del
Storting, Parlamento noruego, C. J Hambro, había aconsejado a todos los
diputados que abandonasen Oslo y se reunieran en Hamar, situado a unos 110
kilómetros más al norte. Posteriormente las noticias del avance alemán aconsejaron
celebrar la reunión en Elverum. Poco antes de abandonar Oslo, el Ministro de
Asuntos Exteriores Halvdan Koht, anunció a los representantes de la Nlorsk
Telegrambyaa (Agencia Oficial de Informaciones) que el Gobierno
había decidido la movilización general. Esta noticia se transmitió
inmediatamente por la estación de radio.
LA RADIO
En el curso de aquel mismo día,
cuando la estación cayó en poder de los alemanes, Quisling la usó para lanzar violentas
acusaciones contra el Gobierno y afirmando que su propio gobierno era el único
responsable, intentó detener la movilización general, ya en marcha.
También los alemanes utilizaron
la radio tratando de hacer cesar toda la resistencia militar, amenazando con el
fusilamiento de todos lo que empuñasen lass armas y, en efecto, durante los
días inmediatos pasaron por las armas a muchos civiles con el propósito expreso
de aterrorizar a la población.
Patrulla alemana en pleno ataque.
Patrulla alemana en pleno ataque.
El audaz intento de una compañía de
paracaidistas alemanes dirigidos por el Capitán
Spiler de perseguir al rey y sus ministros en Elverum fue detenido en
Midskogen, en una acción en el curso de la cual encontró la muerte el propio
Spiller.
Mientras tanto, el Gobierno había
recibido plenos poderes de Storting y
decidió continuar la lucha.
El 11 de Abril se instó al
Comandante en Jefe del Ejército, General Laake, para que dimitiera y su cargo
lo asumió el Coronel Otto Ruge. Convencido de que la resistencia militar era
una necesidad histórica para Noruega, Ruge comenzó a organizarla.
FUERZAS
Las fuerzas militares noruegas
estaban movilizándose en Halden, en las regiones sudorientales. Al norte de Oslo
y en Telamark, al sud este de la capital. En Setesdal, al norte de
Kristiansand. En Voss, en la zona al
interior de Bergen. En Möre y en Tröndelag, al oeste y este de Trondheim.
En la extremidad septentrional del país, la brigada de campaña movilizada se
concentró en Bardufoss, al norte de Narvik.
Pero privadas como estaban de sus puertos y depósitos militares más
importantes, estas fuerzas no podrían resistir mucho tiempo si no recibían refuerzos
y aprovisionamientos.
Y como esta ayuda no se vislumbraba por ninguna
parte, como parecía que nadie estaba en condiciones de intervenir de una manera
eficaz y positiva, las tropas noruegas se verían obligadas a renunciar cuanto antes
a una resistencia que estaba a punto de convertirse
en una sucesión de encuentros en cada
curva de camino, a lo largo de valles y montañas. (Editado, resumido y
condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario