jueves, 28 de marzo de 2013

EL ATAQUE VISTO POR LOS NORUEGOS

En 1940 Noruega no estaba preparada para la guerra. El país había gozado de más de un siglo de paz y el Gobierno confiaba en que una política de pacifismo y de neutralidad sería suficiente para mantener a Noruega al margen del conflicto. Pero ni Alemania ni Gran Bretaña estaban dispuestas a respetar esta neutralidad.
El día había amanecido con una niebla espesa y el mar estaba listo como el aceite. Más de improviso, el fragor de una explosión en la línea de la costa sobresaltó a los habitantes de la pequeña ciudad costera de Lillesand, situada en el extremo meridional de Noruega. Al extremo de la explosión siguió el agudo y prolongado silbido de la sirena de un barco. Las mujeres de la población salieron a la calle angustiadas por la suerte de sus hijos y esposos que se encontraban pescando. Eran las 11.50 del  8 de Abril de 1940

La familia real noruega

Del mar no llegó ningún otro rumor hasta que tres barcos de pesca se deslizaron en el puerto, con el ruido familiar de sus motores. Sus cubiertas estaban llenas de hombres, unos muertos y otros heridos, y con gran sorpresa de los que estaban observando, se vió que algunos llevaban armas y  vestían uniformes militares. El jefe de la policía local se hizo cargo de la situación y adoptó las medidas oportunas para que se llevase a los heridos al hospital y recibiesen ropa seca y alimentos los hombres que habían quedado ilesos. Pero comenzó también a interrogarlos y descubrió que se dirigían a Bergen “para proteger a Noruega de los invasores ingleses”. De este hecho se informó inmediatamente a las autoridades civiles y militares de Oslo.
EL “RIO DE JANEIRO”
Lo que había sucedido era que el buque alemán Río de Janeiro que transportaba tropas acababa de ser torpedeado a la altura de Lillesand por el submarino polaco Orzel. El Río de Janeiro tenía que llegar a su destino, Bergen, el 9 de Abril, antes de las 04.15, al mismo tiempo que los restantes buques que tomaban parte en el “Weserübung Nord”, o sea el ataque a Noruega.
Pero el 18 de Abril el gobierno noruego recibió una información que hizo pasar a segundo plano el hundimiento del Rio de Janeiro. La Marina inglesa había minado las aguas territoriales noruegas para detener a los buques alemanes, cargados de mineral de hierro, que partían del puerto de Narvik. El Gobierno considero que este acto provocaría sin duda alguna una violenta reacción por parte de Hitler, y más aún cuando pocas semanas antes los ingleses habían violado la neutralidad noruega atacando al buque de.apoyo alemán Altmark.
El Gobierno laborista noruego pretendía mantenerse neutral durante el mayor tiempo posible, pero, si se veía obligado a entrar en guerra, se pondría de parte de los ingleses. En efecto, Inglaterra estaba en situación de dominar las rutas marinas de Noruega y la principal riqueza del país era precisamente su marina mercante. La flota noruega de buques cisternas era la segunda del mundo en tonelaje y, desde luego, la más moderna. Además, en el aspecto moral, los noruegos eran hostiles a Hitler y el nazismo. Por lo tanto, en el caso de que se vieran obligados a renunciar a su posición de neutralidad, al menos no formarían en las filas de los alemanes.

Operation Weserübung.jpg
Imagenes de batallas en Noruega

PRETEXTO
Cuando llegó a Oslo la noticia de lo que había sucedido en Lillesand, las autoridades militares solicitaron nuevamente que se mirasen los fondos-especialmente el de Oslo- y que se movilizasen las fuerzas. Ya el 5 de Abril, el Estado Mayor del Ejercito noruego había recibido informes alemanes de sus agentes que se encontraban en los puertos septentrionales de Alemania. Según aquellos informes, los alemanes estaban embarcando hombres y material de guerra para invadir Noruega. Pero el Gobierno, temiendo que los preparativos militares pudiesen ofrecer a Hitler un pretexto, decidió no hacer nada.
Cuando la tarde del 8 de Abril se reunió el Consejo de Ministros, el Jefe de Estado Mayor del Ejército, Coronel Rasmus Hatledal, acudió a la reunión para informar al Ministro de Defensa de que todos los oficiales del Estado Mayor estaban a su disposición, lo mismo que él, en espera de cumplir inmediatamente las órdenes del Gobierno. Este le indicó que todos los oficiales podían permanecer en sus casas y que en las oficinas debían quedar tan sólo los que efectuaban el trabajo habitual.
Un joven oficial que prestaba servicio en el Estado Mayor del Ejército describió más tarde en su diario: “Estaba tan seguro de que la guerra estaba a punto de estallar, que aquellos días envié a mi mujer y a mi hijo fuera de la ciudad. Me sentía profundamente deprimido, no conseguía explicarme la absurda y casi increíble actitud que habían adoptado los políticos en aquellos nefastos días. Cuando, finalmente, me fui a mi casa a dormir, estaba tan agitado que tuve que tomar un somnífero. Por ello, pocas horas después, casi no consiguieron despertarme las insistentes llamadas del Estado Mayor”.
CONVENCIMIENTO
Cuando más tarde en el curso de aquella misma noche, el Gobierno se convenció al fín de que era inminente la invasión, decidió que se movilizasen cinco brigadas de campaña en Noruega meridional, pero que la movilización se realizase secretamente. Esto significaba que se tenía que convocar a cada combatiente con una carta personal, no con los sistemas tradicionales: o sea, los bandos en las calles, los tañidos de las campañas en las iglesias. Cuando el Coronel Hatledal recibió esta orden del Ministerio de Defensa, les dijo:: “¿Pero estáis locos?” El Ministro dio media vuelta y regresó a la reunión.
En los años anteriores a la guerra, el partido laboralista noruego era pacifista. Sus más autorizados representantes declaraban que en la era de los carros de combate, de los gases y de las bombarderos aéreos, la defensa militar de Noruega sería un absurdo. En tales circunstancias ¿qué podría hacerse para defender un país de 3.500.00 habitantes? Nada. Otros eran más realistas, pero confiaban en que mientras Inglaterra dominara los mares, nada irreparable podría suceder a Noruega. Por ello, aunque algunos oficiales se habían dado cuenta de la importancia que tenía Noruega para Alemania no se habían escuchado sus advertencias y en los años sucesivos se redujo drásticamente el presupuesto para la defensa.


Mapa de Noruega

FUERZA MILITAR
Al ataque alemán contra Polonia en Septiembre de 1939 había seguido el ataque ruso contra Finlandia. Pero durante la llamada “Guerra de Invierno” entre Rusia y Finlandia en las regiones septentrionales donde la frontera rusa se acerca a la de Noruega, se constituyó una fuerza militar bastante respetable, equivalente a un poderoso grupo de brigadas inglesas. La Marina destinó a la vigilancia de las aguas septentrionales tres de sus pequeñas pero bastante modernas unidades ligeras, mientras el Eidsvoll y el Norge, dos unidades acorazadas encargadas de la defensa costera, construidas hace más de 40 años, estaban fondeados en el sector de Narvik. Estos buques, gracias a sus cañones de 210 y 150 mm, poseían una buena potencia de fuego, pero estaban totalmente indefensos frente a los torpedos. Después del armisticio del 13 de Marzo de 1940, entre Finlandia y Rusia, se desmovilizó un batallón de infantería  que se encontraba al norte. Más tarde, el 1° de Abril, las unidades movilizadas efectuaron el relevo de sus efectivos, y por ello, cuando sobrevino el ataque, muchos de los soldados eran reclutas todavía sin instrucción.
En la Noruega meridional se encontraban tres compañías del Batallón de la Guardia Real (en Oslo) y una compañía de reclutas en fase de instrucción (en Elverum). En Lillehammer, Kristiansad, Stavanger y Bergen, o en sus inmediaciones se movilizó un batallón con misión de adiestramiento y vigilancia contra eventuales violaciones de la neutralidad. En cada uno de los distritos militares estaban también movilizados un escuadrón de caballería, una batería de artillería y una compañía de ingenieros. Cada distrito tenía, además, una escuela propia para suboficiales de Infantería que podrían formar una compañía incompleta totalmente “nominal”, mientras en el distrito de Oslo había también Escuelas de Caballería, Artillería e Ingenieros.
DEFENSA
Oslofiord, Kristiansand, Bergen y la entrada de Trondheimsfiord estaban defendidas por baterías enteras pero sólo disponían de una tercera parte de los efectivos necesarios para una situación bélica y, además por no  contar con infantería para protegerlas, eran vulnerables a los ataques procedentes del interior. Las unidades de la Marina se hallaban diseminadas a lo largo de la costa, con la misión de asegurar el respeto a las aguas neutrales noruegas, y no estaban organizadas en agrupaciones de combate. Asimismo, los pocos hidroaviones de la Marina efectuaban acciones de reconocimiento en el límite de las aguas territoriales, en tanto que la aviación del Ejército estaba constituida por nueve Gloster Gladiator, cerca de Oslo, nueve bombarderos ligeros en Sola y unos cuantos aviones de reconocimiento cerca de Trondheim y Narvik.
Pero esta breve descripción del modestísimo potencial bélico no ofrece tampoco un auténtico cuadro de la situación real. Hay que añadir que Noruega no se había visto envuelta en un conflicto desde el año 1814. Por ello, el pueblo noruego no estaba preparado psicológicamente para una guerra y por su parte el Gobierno laborista no vio lo que no quería ver y no sintió lo que no quería sentir. 
OCUPACIONES
En las primeras horas del 9 de Abril, tropas alemanas desembarcando de buques de guerra ocuparon Narvik, Trondheim, Bergen y Kristiansand. Al mismo tiempo algunos  contingentes de paracaidistas ocuparon el aeródromo de Soa, próximo a Stavangar y otros entraron a la ciudad. Los alemanes habían decidido efectuar en Oslo un ataque simultáneo desde el mar y desde el aire, pero los buques de guerra fueron detenidos en los estrechos de Drübak, antes de llegar a la capital. Allí el veterano Coronel Friksen de 65 años que mandaba la fortaleza de Oscarsborg, asumiendo la responsabilidad por su propia iniciativa, decidió abrir fuego y hundió el nuevo crucero pesado alemán  Blüchder, infringiendo al enemigo graves pérdidas en vidas humanas. Mientras  tanto, el ataque aéreo al aeródromo de Fornebu fue dificultado por la niebla, de manera que Oslo sólo cayó en poder de los alemanes ya avanzada la tarde.


Fuerzas alemanas entrando a Oslo.

Aquella mañana el Presidente del Storting, Parlamento noruego, C. J Hambro, había aconsejado a todos los diputados que abandonasen Oslo y se reunieran en Hamar, situado a unos 110 kilómetros más al norte. Posteriormente las noticias del avance alemán aconsejaron celebrar la reunión en Elverum. Poco antes de abandonar Oslo, el Ministro de Asuntos Exteriores Halvdan Koht, anunció a los representantes de la Nlorsk Telegrambyaa  (Agencia  Oficial de Informaciones) que el Gobierno había decidido la movilización general. Esta noticia se transmitió inmediatamente por la estación de radio.
LA RADIO
En el curso de aquel mismo día, cuando la estación cayó en poder de los alemanes, Quisling la usó para lanzar violentas acusaciones contra el Gobierno y afirmando que su propio gobierno era el único responsable, intentó detener la movilización general, ya en marcha.
También los alemanes utilizaron la radio tratando de hacer cesar toda la resistencia militar, amenazando con el fusilamiento de todos lo que empuñasen lass armas y, en efecto, durante los días inmediatos pasaron por las armas a muchos civiles con el propósito expreso de aterrorizar a la población.


Patrulla alemana en pleno ataque.

El audaz intento de una compañía de paracaidistas alemanes dirigidos por el Capitán  Spiler de perseguir al rey y sus ministros en Elverum fue detenido en Midskogen, en una acción en el curso de la cual encontró la muerte el propio Spiller.
Mientras tanto, el Gobierno había recibido plenos poderes de  Storting y decidió continuar la lucha.
El 11 de Abril se instó al Comandante en Jefe del Ejército, General Laake, para que dimitiera y su cargo lo asumió el Coronel Otto Ruge. Convencido de que la resistencia militar era una necesidad histórica para Noruega, Ruge comenzó a organizarla.
FUERZAS
Las fuerzas militares noruegas estaban movilizándose en Halden, en las regiones sudorientales. Al norte de Oslo y en Telamark, al sud este de la capital. En Setesdal, al norte de Kristiansand. En Voss, en la zona al  interior de Bergen. En Möre y en Tröndelag, al oeste y este de Trondheim. En la extremidad septentrional del país, la brigada de campaña movilizada se concentró en  Bardufoss, al norte de Narvik. Pero privadas como estaban de sus puertos y depósitos militares más importantes, estas fuerzas no podrían resistir mucho tiempo si no recibían refuerzos y aprovisionamientos.
Y como esta ayuda no se vislumbraba por ninguna parte, como parecía que nadie estaba en condiciones de intervenir de una manera eficaz y positiva, las tropas noruegas se verían obligadas a renunciar cuanto antes a una resistencia que estaba a punto de  convertirse en una sucesión de encuentros en cada  curva de camino, a lo largo de valles y montañas. (Editado, resumido y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario