miércoles, 13 de marzo de 2013

EL GENUINO VALOR DE HEMINGWAY

Inconfundible su estilo. Las frases cortas y los diálogos nítidos, lacónicos. Cargados, permanentemente, de una emoción intensa y coloquial. Genuino  valor, acertado modo de comunicarse, impecablemente, con sus lectores. Mucho de ello lo tomó  del periodismo. Pero no se quedó allí.  Fue más allá para consagrarse definitivamente y convertirse en un narrador de polendas que incluso ganó lo que todo escritor que se  precia como tal, anhela: el Premio Nobel de Literatura.
La temática  de la obra literaria de Ernest Hemingway completamente variada. Hombres y mujeres despojados por la Segunda Guerra Mundial de su fe y de  sus valores. Muchos individuos de carácter simple y emociones duraderas como los boxeadores y los toreros salen a la palestra de sus elucubraciones. A cada rato, notables descripciones de las muertes inminentes. Las historias de amores marcadas constantemente por la conflagración. Los relatos de generaciones pérdidas impregnadas  con desgracias.
Muy pronto vino, a quemarropa y a borbotones, el cambio radical en lo que escribía y apareció la  gran preocupación de darse por entero a la solución de los conflictos sociales. No sólo eso sino para condenar, por completo, las injusticias políticas y económicas que se yerguen e impregnan sobre la tierra.

 
Con su gorro y la barba blanca, imponente


LA PESCA
 Valoraciones constantes por la libertad como condición permanente de vida. Pero tampoco podían faltar sus aficiones y sus gustos. Por más simples, comunes y corrientes que fuesen.
En efecto, la pesca fue una realidad en sus libros. La caza de los animales se hizo presente con toda su virulencia y efectividad. Lo mismo que las corridas de toros llenas de colorido y de peligros indiscutibles.
El norteamericano escribió, con maestría y peculiaridad, sus obras. En buena cuenta, lo que vivió y sintió, lo contó de una manera admirable. Convertido, para el juicio de quienes saben, en un escritor de lustre universal.
La mayor parte de su creación apareció entre  1920 y mediados de 1950. El Premio Nobel lo ganó en 1954. A lo largo de su intensa vida, publicó siete novelas, seis colecciones de cuentos y dos obras de no ficción. 
NACIMIENTO
 Asimismo otras tres novelas, cuatro colecciones de cuentos, y tres obras de no ficción salieron a luz póstumamente como recuerdo evidente. Todos, eso sí, como parte de los clásicos de la Literatura norteamericana
Nació en Oak Park, Illinois,  el 21 de julio de 1899. Era el segundo hijo de una familia de seis. Su padre, Clarence Edmond Hemingway, era médico y le gustaba la caza y la pesca, aficiones que se las transmitió a su vástago
Su madre, Grace Hall Hemingway, había estudiado música y le hizo interesarse por ella. El progenitor de Ernest poseía una casa con un amplio terreno verde en el lago Wallon, cerca de Petoskey,  en Michigan. Allí aprendió a pescar. A los tres años era ya capaz de manejar una caña y a los 12 empuñaba la carabina para disparar y cazar animales.
Estudió en el Oak Park and River Forest High School, donde aprendió a tocar el violonchelo y formó parte de la orquesta.  Había de por medio aficiones deportivas.  Era capitán del equipo de waterpolo y jugaba al rugby.
Mucho se interesó por el boxeo y peleaba con sus compañeros en los descampados. En los estudios,  destacó en los cursos  de Lenguaje. Pero sintió  apatía por las otras asignaturas. Mostró sus aptitudes literarias en el diario escolar, usando en los artículos que escribió, el seudónimo de  Ring Lardner, Jr.

Uno de los escritorios donde escribió con vehemencia

PERIODISTA
Al acabar sus estudios, en 1917, no quiso ir a la Universidad, como deseaba su padre. Ni tampoco perfeccionar sus conocimientos de violonchelo, como su madre anhelaba. El muchacho díscolo se trasladó a Kansas y  comenzó a trabajar de reportero en el periódico “Star Kansas City”
La  Primera Guerra Mundial estalló y Ernest  siguió al Cuerpo de Expedición Americano. Lo mismo decidieron y allí estuvieron, en el camino del aliento, los escritores John Dos Passos, William Faulkner  y F. Scott Fitzgerald.
Lo excluyeron de combatiente en vista  que tenía un defecto en el ojo izquierdo. Consiguió que lo admitieran en su calidad de conductor de ambulancias de la Cruz Roja y desembarcó en Burdeos  para marchar a Italia.
En ese país, lo hirieron de gravedad por acción de la artillería austriaca. Con las piernas averiadas por completo  fue capaz, sin embargo, de cargar en los hombros a un soldado italiano para ponerlo a salvo. Caminó 40 metros hasta que se desmayó.
 La heroicidad le valió el reconocimiento del gobierno italiano con la Medalla de Plata al Valor. Estuvo a punto de perder la pierna de no mediar la intervención de una enfermera,  Agnes Von Kurowsky, con quien comenzó una relación sentimental. A pesar de que ella era mayor que él.
ENAMORADO
Durante su recuperación en el hospital de Milán, el norteamericano se enamoró de la enfermera y le pidió matrimonio, Sin embargo, él regresó a su país.  Aunque la esperó, nunca pudieron casarse. Este hecho lo recordaría siempre con mucha nostalgia.
Hemingway regresó a Estados Unidos en Enero de 1919, reanudando su trabajo como periodista en el “Toronto Star” y como redactor de la revista mensual  “Cooperative Commonwealth”. Por aquel entonces se casó con Elizabeth Hadley Richardson, quien era 8 años mayor que él,
 La pareja se trasladó a París en 1922. Allí, en la ciudad luz, al año siguiente nació su primer hijo, John Hadley Nicanor Hemingway, más conocido como Bumby. Le pusieron Nicanor en homenaje al torero Nicanor Villalta.
 En París conoció los ambientes literarios de vanguardia y se relacionó con los miembros de la llamada “Generación Pérdida”: Gertrude Stein, Ezra Pound, y F. Scott Fitzgerald,  entre otros, También con  James Joyce.
Hemingway vivía en un modesto  piso. Pero cuando Ernest escribía a su familia les contaba que residía en la mejor zona del Barrio Latino. Sus comienzos literarios no fueron nada fáciles.
 Sus primeros trabajos: “Tres Relatos y Diez Poemas” (1923) y “En Este Mundo” (1925) pasaron inadvertidos.  Ernest se ganaba la vida como corresponsal y viajó por toda Europa. También se empleó como sparring para boxeadores y cazaba palomas en los Jardines de Luxemburgo cuando sacaba a pasear a su hijo, pues los ahorros económicos mermaban y no ganaba mucho.


Monumento al escritor en Pamplona, España
“FIESTA”
El año 1925 ocurrió el descubrimiento de Hemingway para los editores americanos. Fue cuando escribió su primera novela, “Fiesta”. El nuevo estilo que mostró en este libro, retrato del París bohemio de los años veinte y buena parte de inspiración autobiográfica, dejó atrás una literatura más experimental y oscura, resultando más impactante y exitosa.
Cuatro años después salió “Adiós a las Armas”, novela de contenido autobiográfico, ya que está basada en su paso por la guerra y sus experiencias en el frente de batalla. Le siguieron dos ediciones más optimistas, que trataron dos temas que lo apasionaban: la corrida de toros, en  “Muerte en la tarde” y  la caza en el continente negro con su variada fauna, en “Verdes Colinas de Africa”.
 En 1928 regresó a Estados Unidos con su segunda esposa. Pero pronto partió hacia Cuba. A partir de ese momento, comenzó en él una curiosa y definitiva transformación. Por convicción se alejó del individualismo, como puede advertirse en “Tener y no Tener” (1937), que describe el fracaso de una rebelión individual, y se identifica con la lucha humanitaria. Además de la unión con las personas.
ADHESION
Comprometió su escritura en esta nueva etapa con los republicanos  durante la Guerra Civil Española, adhesión de la que dio testimonio en el guión, junto con el cineasta Joris Ivens, en el  documental “Tierra Española”, en la obra de teatro” La Quinta Columna”  (1938) y por supuesto en “Por Quién Doblan las Campanas”, obra maestra de la literatura universal.



Celebre novela ganadora del Pulitzer
Estalló la Segunda Guerra Mundial. Su destino era el mar de las Antillas y su misión, patrullar con el fin de capturar barcos de bandera nazi. En 1944 viajó a Europa como corresponsal de guerra, participó en misiones aéreas de reconocimiento en Alemania y formó parte del desembarco en Normandía, siendo uno de los primeros corresponsales en entrar en París. Hasta 1950 no vuelve a escribir. Al Otro Lado del Río y Entre los Arboles” fue  su primera publicación, después de aquellos turbulentos años de guerra.
El escritor se unió al Regimiento de Infantería 22° comandado por el Coronel Charles Lanham, que se dirigía hacia París, Así se convirtió en el líder de facto de un pequeño grupo de milicianos de la aldea en Rambouillet,  en las  afueras de la capital francesa.
Algunos historiadores comentaron que  se metió en problemas considerables jugando a capitán de infantería de un grupo de la Resistencia, porque se supone que un corresponsal no debía conducir a las tropas. Incluso si lo hace bien. Esta fue, de hecho, una contravención de la Convención de Ginebra. Hemingway alegó que solo ofreció asesoramiento.

Con sus hijos pequeños jugando en Finca Vigia, Cuba
VERSION
En el año 2006 se hizo público en el libro "¿Qué le ocurrió a la calavera de Schiller?" de Rainer Schmitz, una recopilación de episodios y anécdotas sobre escritores célebres donde Ernest Hemingway relató sus experiencias en la guerra a Arthur Mizener, profesor de literatura de la Universidad de Cornell, según las cuales habría matado a 122 prisioneros alemanes y otros detalles.
 No existen testimonios ni datos que corroboren esta cifra que se recoge en el libro, como avala William. E. Cote, Profesor de la Universidad de Michigan en su investigación. Algunas opiniones, como la del profesor William Walton, amigo y también corresponsal de guerra, la achacan a su proclividad a la ficción narrativa
Hemingway vivió casi 20 años en Cuba en una casa denominada “Finca Vigía”, donde escribió la novela del mismo nombre. En 1952 sorprendió  con un breve relato encargado por la revista “Life”, “El Viejo y el Mar”, por el que recibe el premio Pulitzer en 1953.
La historia narra la experiencia de un viejo pescador que ha tenido una mala racha y sale de pesca decidido a terminarla. Un año más tarde obtuvo el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra.
 Antes de recibir la distinción, repitió varias veces que “El premio pertenecía a Cuba” y después de recibirlo, dijo lo mismo. Mantuvo una relación de amistad con el gobernante de la isla, Fidel Castro. 

NOVELA FRUSTRADA
A partir de ese momento, intentó escribir una novela sobre la Segunda Guerra Mundial, que finalmente nunca concluyó Volvió con nuevos relatos a aquellos años de juventud en Europa con “Paris es una Fiesta, lugar al igual que España en los que, según dijo, fue “muy pobre, pero muy feliz”
Así añoraba la sensación que le provocaba ser un joven soñador, valiente y arriesgado, que no sólo escribía sobre acontecimientos que un día pasarían a ser parte de la historia, sino que además era parte de ella.
El 2 de julio de 1961, a los 61 años, se suicidó disparándose en la boca con una escopeta, volándose el cráneo y los sesos. Nunca dejó  una nota de autoeliminación.  Lo que se presumió es que tomó la fatal decisión por la enfermedad de Alzheimer que le fue diagnosticada poco antes.  Influyó, asimismo, el marcado carácter depresivo que tenía por efecto del alcoholismo crónico que sufría.
Su primogénito, Bumby, también se convirtió en escritor. Fue abuelo de las conocidas modelos y actrices Margaux Hemingway nacida en 1954, que padecía de depresión autodestructiva y se suicidó, un día antes del aniversario de la muerte de su famoso pariente y Mariel Hemingway ,vino al mundo en 1961, quien también se convirtió en la profesión de su padre y su abuelo.

Uniformado militarmente en 1918
CUENTOS
El famoso intelectual escribió cuentos de parecida factura que también son antológicos, como "Un lugar limpio y bien iluminado", "La breve vida feliz de Francis Macomber", "Las nieves del Kilimanjaro", "Colinas como elefantes blancos", "Un gato bajo la lluvia" y muchos más. En algunas de sus mejores historias, hay un vago elemento simbólico sobre el que gira el relato. Como una metáfora que se desarrolla en el plano de la realidad.
La mayor parte de su producción planteó a un héroe enfrentado a la muerte y que cumple una suerte de código de honor. De ahí que sean sus principales personajes: matones, toreros, boxeadores, soldados, cazadores y otros seres sometidos a presión.
 Sus relatos inauguran un nuevo tipo de "realismo" que, aunque tiene sus raíces en el cuento norteamericano del siglo XIX, lo transforma hacia una cotidianidad dura y a la vez poética, que influiría en grandes narradores posteriores. Ese es su valor indiscutiblemente
 Tal vez su obra debe ser comprendida como una especie de romanticismo moderno, que aúna el sentido del honor, la acción, el amor, el escepticismo y la nostalgia como sus vectores principales. (CHOCLO)

1 comentario:

  1. Hemingway. El escritor y el hombre se entreveran en quien lee esta bien hecha biografía. Un pluma genial. Una vida asombrosa. Doblemos las campanas por este fiel recuerdo de un escritor que hizo de su vida una novela. Hasta su trágico final

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