viernes, 11 de abril de 2014

MARIA FELIX, LA DIVA DE MEXICO

Alta, bella, y de anatómicas curvas muy impresionantes. No solo eso, completamente despampanante por donde se le mirase. Hasta se dijo perfecta, según el adjetivo que utilizaron muchos de sus seguidores embobados que la conocieron o la vieron.  No era exageración. Por algo la consideraron, inclusive, un mito erótico. Lo cierto es que era una diva con mal carácter. Aún más: enérgica, arrogante, mandona  que impuso un estilo en  la época de oro del cine mexicano y en su vida  personal con muchos amores fulgurantes, apasionados, pasajeros. Una intensidad de mujer constantemente insatisfecha y caprichosa en busca del éxito rotundo, como obligación a cumplir y en primer lugar, cuyo triunfo  dicho sea de paso, a lo largo de su fulgurante vida, vino muy pronto y  a borbotones. Efectiva artista donde la hermosura sensual estaba en primer lugar y el talento por allí acompañándola. Evidentemente, más lo primero que lo segundo.
A Maria Félix, de verdadero nombre María de los Angeles Félix Güereña, la llamaron sus seguidores y admiradores  “La Doña”, nombre del cual se hizo después de filmar la película “Doña Bárbara” en 1943 y también “María Bonita”, gracias a la canción compuesta como regalo de bodas por el famoso compositor, Agustín Lara.
 Aquí en esta vida, ella en la otra y al rememorar por estos tiempos sus 100 años de existencia, hay logros evidentemente merecidos. Un total de 47 películas realizadas en diversos países. Entre México, España, Francia, Italia y Argentina. Vale la pena recordarla porque es  parte de la historia de la cinematografía universal de todos los tiempos.


Maria Félix con mirada exótica y cigarrillo en la mano.

NACIMIENTO
Nació en Alamos Sonora, el 8 de Abril de 1914, en un hogar que vivía con dignidad sin que lo acompañase la riqueza. Sus padres Bernardo Félix Flores  de raíces indias como descendencia. Mientras que su madre, Josefina Güereña Rosas, provenía directamente del país vasco. Una familia unida de prole numerosa. Había de por medio doce hermanos.
Su infancia la desarrolló en su ciudad natal. Una niña rara que disfrutaba de las aficiones propias de los de sexo masculino. Le gustaban los caballos y dejaba de lado las muñecas para entretenerse. No jugaba a la cocinita pero si propiciaba peleas y trifulcas entre sus hermanos y amistades.
 Más amigo de los pequeños que de las nenas. Sin embargo, nunca perdió su dulzura y ternura profunda que casi siempre escondió y algunas veces salía, llamando la atención de todos los que la rodeaban. Coraza de hierro por afuera, puro corazón para adentro desde la niñez, la juventud, adultez, y la propia vejez
La familia con ella, posteriormente, se mudó hacia Guadalajara y allí si que dio de hablar femeninamente cuando, jovencita, la coronaron como reina de belleza estudiantil en la Universidad local. No pasó mucho tiempo y se casó con Enrique Alvarez Alatorre, un vendedor de los cosméticos de marca “Max Factor” con quien tuvo su único hijo, el también actor Enrique Alvarez Félix. 
A LA CAPITAL
 El matrimonio no fue muy feliz que digamos y vino el divorcio como necesidad de vida. La futura diva decidió irse a vivir a la ciudad de México porque en su residencia habitual era muy criticada por haberse roto su unión conyugal. El machismo y el convencionalismo hipócrita en su mayor expresión.
Comenzó a trabajar en la capital como recepcionista en un consultorio de un médico cirujano plástico y vivió con su hijo en una casa de huéspedes. La tranquilidad cotidiana se rompió cuando el  ex esposo la visitó, de un momento a otro y de buenas a primeras, se llevó a su hijo a vivir con él a Guadalajara
 La mujer quedó destrozada. Si que juró y rejuró que algún día sería más importante que su ex consorte y se lo quitaría. Lo consiguió, años después, tras ardua lucha legal con la ayuda de Agustín Lara.
El cine le llegó por casualidad y por azar. Un día tranquilo  y apacible, de mucho calor, estaba mirando las vidrieras de las tiendas céntricas de la capital mexicana. Cuando apareció el director de esta especialidad artística, Fernando Palacios, que, impresionado por su belleza, la abordó preguntándole a boca de jarro, si quería ser estrella.
EL CARACTER
La respuesta no se dejó esperar como característica evidente del carácter decidido de la mujer desafiante, mirándolo de pies a cabeza, luego en los ojos fijamente y a renglón seguido expresándole las siguientes palabras tajantes: “¿Quién le dijo que yo quiero entrar al cine? Si me da la gana lo haré, pero cuando yo quiera y será por la puerta  grande”. Qué tal geniecito
El cineasta no se amilanó y le pidió iniciar una amistad. Entre risas, silencios y nervios de ambos, le dijo que quería, de todas maneras, volverla a ver para la cual necesitaba su dirección. La mujer decidida se rio largamente, se le fueron los humos de malgenio y contra todo pronóstico accedió. Inclusive le dio a conocer a donde vivía.
Así el director, desarrollando una amistad solida con el pasar inexorable  del tiempo, se convirtió en su Pigmalión y logró convencerla para que diese el primer paso. Este vino en una aparición en el Baile Blanco del Country  Club de la ciudad de México, ante las figuras más populares de la  época como eran: Esther Fernández, Lupe Vélez y Andrea Palma.
 Palacios, a renglón seguido, comenzó a presentarla en diferentes círculos artísticos, aconsejándola a cada rato y haciéndola, cada día, más conocida. La amistad y el asesoramiento funcionaban a la perfección.


Con Agustin Lara, el autor de María Bonita y otras canciones.

PRIMER FILM
Eventualmente la llevaron a Hollywood. Concretamente a los estudios de la Metro Goldwing Mayer. Allí conoció a Cecil B. de Mille, el de la famosa película que marcó época posteriormente con  “Los Diez Mandamientos”, quien le ofreció lanzarla en la meca del cine.  La mexicana, empecinada dejó de lado la proposición, sosteniendo  que no tenía el mínimo interés. Ella quería debutar en su país.
Hasta que gracias a Palacios, fiel a María, le ofrecieron el papel estelar femenino en la película “El Peñón de las Animas de Miguel Zacarías. Allí alternó con el actor y cantante Jorge Negrete, con quien tuvo una mala relación durante el rodaje. El había solicitado para el desempeño principal a su novia Gloria Marín.
A raíz de esta discrepancia palpable, el choque y enfrentamiento entre los artistas ocurrió con lío de por medio y fuerte intercambio de palabras. No una sino varias veces. La fama de la Doña se acrecentó como mujer dura y altanera, características que, paradójicamente, contribuyeron definitivamente a su éxito
La segunda película se tituló “Maria Eugenia” de Felipe Gregorio Castillo. Un papel alejado a su personalidad que ella lo calificó como “pecado de principiante”. Allí había aparecido, por primera vez en su carrera, ataviada de un traje de baño.
 Otra cinta que tampoco le gustó fue “La China Poblana” en 1943 donde María afirmó haber pagado una deuda de gratitud con Fernando Palacios que era el director. Nadie volvió a saber de esta película, la segunda a color del cine mexicano. Ha desaparecido por completo y por razones que se desconocen
CONSAGRACION
La consagración vino al poco tiempo con “Doña Bárbara”, basada en la novela del escritor Rómulo Gallegos que llegó a ser Presidente de Venezuela. Como anécdota cabe contar que para el papel correspondiente ya estaba contratada otra actriz, Isabela Corona.
Pero cuando Gallegos vio por  primera vez, en una comida en el restaurante Chapultepec a la Félix, quedó prendado de ella y dio a conocer a todo el mundo exclamando emocionado: “Aquí está la doña Bárbara que yo necesito”. La película se firmó en Caracas con actores venezolanos y mexicanos. La dirigió Fernando de Fuentes.
Este último cineasta la acompañó en varias otras cintas como: “La Mujer sin Alma” que data de 1943 y “La Devoradora” tres años después, por cuyos papeles proyectó una imagen al público como destructora de hogares y enemiga de la moral familiar.
Sin embargo, estos personajes siniestros y de vampiresa fueron  abandonados en otros films donde, efectivamente, apareció como buena. Entre ellos: “El Monje Blanco” y “Vértigo”. En ambos casos, no todo fue perfecto porque  falló es su falta de capacidad dramática
INTERNACIONAL
Las tres películas que la consagraron a nivel internacional las protagonizó de la mano, como director, de Emilio “Indio” Fernández. “Enamorada”  al  lado del actor  Pedro Armendáriz, con quien se comprendía a la perfección. “Río Escondido” donde demostró habilidades y “Maclovia”, interpretando a una india humilde. Todo lo contrario a ella.
También actuó dirigida por Roberto Gabaldón en “La Diosa Arrodillada” junto a Arturo de Córdoba y su fama se acrecentó. Tan es así que comenzó su trabajo fílmico en Europa. Había hecho antes en su país la cinta, “Doña Diabla
En España realizó las películas: “Mare Nostrum”, “Una Mujer Cualquiera” y  “La Noche del Sábado”. En 1951 intervino en la coproducción franco española “La Corona Negra”, film del argentino Luis Saslavsky basado en un argumento del célebre escritor Jean Cocteau. La cinta fue filmada en Marruecos.
De España pasó a Italia donde actuó en  “Incantessimo Trágico” y “Mesalina”, en su momento la producción más cara del cine italiano. Conquistó el mercado cinematográfico argentino con “La Pasión Desnuda” del cineasta Luis César Amadori.
Retornó a  México y hace otro film de nombre “Camelia”. Al poco tiempo contrajo matrimonio con Jorge Negrete, su otrora enemigo con quien protagoniza la película “El Rapto” dirigida por Emilio Fernández y que se convierte en la última cinta del charro cantor.


Imponente con sombrero y montando a caballo

EUROPA
Tras la muerte de Negrete en 1953, María Félix retornó a Europa para seguir actuando. En el viejo continente aparece en  “La Belle Otero,” sobre la vida de la célebre cortesana española que triunfó en Francia a principios del siglo XX y Les Héros sont Fatigués al lado del renombrado actor Ives Montand. En este periodo interviene en “French Cancan”, con el gran director Jean Renoir y al lado del actor francés Jean Gabin. Su última película rodada en Europa fue la española  “Faustina” de José Luis Sánchez de Heredia.
A su regreso a su país natal, Maria ya es una figura renombrada, conocida por completo y se daba  el lujo de elegir sus propias cintas,  directores y artistas que la acompañasen. Mucho tiempo se dedicó a actuar en películas relacionadas con la Revolución Mexicana.
Aparecieron triunfadoras en el ecran,  con su participación protagónica, “Canasta de Cuentos Mexicanos”, “Escondida” y Café Colón, acompañada otra vez por su pareja preferida Pedro Armendariz.
Estelarizó  “Tizoc”  al lado de Pedro Infante con gran éxito internacional  pero no fue de su agrado. Luego vino “Flor de Mayo” con el norteamericano Jack Palance, los melodramas “Miércoles de Ceniza” y “La Estrella Vacía”.

PELICULAS
 Le tocó el turno a “La Cucaracha”, donde se explota al máximo su reacia personalidad y alterna por única vez con otra grande, Dolores del Río, con quien  tenía una gran y profunda rivalidad, aunque ella lo negaba.  Allá por 1959 realizó las coproducciones “Sonatas” de Juan Antonio Bardem y “Los Ambiciosos”, dirigida por Luis Buñuel
En los años 60, filmó pocas  veces. Lo más destacado en esta etapa “Juana Gallo” y “Amor y Sexo” donde realiza un desnudo parcial. Mucho tiempo después protagonizó “La Generala” que se convirtió en su última película. La telenovela mexicana titulada “La Constitución” será lo final  que hizo profesionalmente como actriz.
Retirada de la actuación se dedicó a criar caballos y algunos de sus ejemplares finísimos consiguieron ganas premios hípicos. La tentaron para filmar la película “Zona Sagrada” , basada en una novela  del escritor Carlos Fuentes e inspirada en la vida de la actriz. La producción no se realizó porque el intelectual no estuvo de acuerdo con el libreto.
Fue contratada para estelarizar  “Toña Machetes”, cuya novela pertenecía a la hermana del Presidente de México, Margarita López Portillo. Cobró por adelantado sus honorarios y, para variar dominada por el mal genio,  se negó a filmar debido a que sustituyeron al director mexicano Raúl Araiza por el español Carlos Saura. La demandaron para  que devuelva la plata pero no lo hizo, tras defenderse  judicialmente a capa y espada,
Su vida amorosa fue fulgurante y variada. El primer matrimonio que contrajo duró siete años y lo mejor  de la unión su hijo Enrique, cuya inesperada muerte por un paro cardiaco la sumió en la peor de las tristezas,  aunque ante el público no aparentaba ningún tipo de dolor.


Saludando a un admirador y a su lado Jorge Negrete.

CANCIONES
La segunda boda fue con Agustín Lara, de quien era admiradora desde adolescente. Ellos se conocieron en una central telefónica de la calle de la Reforma de ciudad de México. Unos días después fueron presentados formalmente por el actor Tito Novaro, amigo en común. La pareja inició una relación desde un inicio tormentosa que culminó en matrimonio durante  el año 1945.
Lara le dedicó  infinidad de canciones tales como “Humo en los Ojos”, Cuando Vuelvas”, “Dos Puñales”, “Madrid” y la célebre “María Bonita”, compuesta en Acapulco durante la luna de miel. Los celos excesivos del compositor pusieron  fin a la relación en 1947. Con escándalos, agresiones físicas e intentos de matar a la diva, según ella misma denunció.
Ello no fue óbice para vivir nuevos romances posteriores como el protagonizado con el magnate Jorge Pasquel, el torero español Luis Miguel Dominguín y el argentino Carlos Thompson. Tras el retorno de Argentina al país natal, la actriz se encuentra con su enemigo de épocas anteriores, Jorge Negrete. Esta vez, según declaró, “rendido a sus pies”. 
ROMANCES
Un breve romance y se casaron en una ceremonia tumultuosa transmitida por radio (la televisión no existía por aquel entonces) a todo Latinoamérica y realizada en la finca de Catipoato en Tialpan, de propiedad de la novia. Era el año 1953
Negrete falleció once meses después en un hospital de Los Angeles, California. Mientras que la esposa se encontraba en Europa filmando. Por lo ocurrido, viajó a México y llegó a los funerales del esposo vestida con pantalones de color y causó un enorme y publicitado escándalo. Entonces, para calmar los ánimos, retornó otra vez a Europa.
Allí en París, Francia, conoció por intermedio de una amiga pintora, Leonor  Fini, al escritor francés Jean Cau, asistente del famoso pensador existencialista Jean Paul  Sartre, con quien vivió un tórrido romance.
Posteriormente contrajo matrimonio, por cuarta vez, con el banquero francés de origen rumano Alexander Berger con quien vivió entre México y Francia y de quien enviudó 18 años después. Con  Berger intentó de nuevo convertirse en madre. Pero por un accidente perdió el hijo que esperaba. Su última pareja fue el artista ruso-español Antoine Tzapoff.  Le pintó infinidad de cuadros.



MUERTE
A la diva muchos escritores le dedicaron novelas. Entre ellos: Renato Leduc, Xavier Villaurrutia, Jean Cocteau, Octavio Paz y Carlos Fuentes. Los músicos y escritores, además de Lara, escribieron para ella. Tal es el caso de Cuco Sánchez, Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.
María Félix murió mientras dormía el 8 de Abril del 2002, el mismo día que cumplía 88 años, aproximadamente a la 1 de la tarde en la ciudad de México. Su cuerpo, sin vida, fue descubierto al día siguiente.
El cadáver se veló en un ataúd cubierto con la bandera mexicana, en el Palacio de Bellas Artes. La llevaron a enterrar en medio de una multitud enfervorizada que la vitoreó y aplaudió para expresarle, de esa  manera, su constante dolor.
 El féretro nunca se abrió al público de acuerdo con los deseos que dio a conocer con anterioridad.  La homenajearon también en la Asociación Nacional de Actores. Sus restos reposan en el Panteón Francés  de la capital mexicana. Al lado están su hijo y  sus padres.
Según testamento expreso, María dejó su fortuna, propiedades y grandes obras de artes a su asistente personal, Luis Martínez de Anda, quien en aquella oportunidad tenía 28 años. La familia nada recibió por decisión de la extinta. 
Su hermano, Benjamín Félix Güereña solicitó la exhumación de su cadáver para determinar la causa exacta de su muerte. Ello se efectuó, comprobándose que falleció por una insuficiencia cardíaca. Sin muestras de muerte violenta, según el veredicto de los peritos. Entonces, el hermano retiró su denuncia. La diva hasta el final causó controversia. Por algo se dice popularmente desde tiempos inmemoriales: genio y figura hasta la sepultura. Lo confirma con creces Maria Bonita, María del Alma… (E. de N.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario