Alta, bella, y de anatómicas curvas
muy impresionantes. No solo eso, completamente despampanante por donde se le mirase.
Hasta se dijo perfecta, según el adjetivo que utilizaron muchos de sus
seguidores embobados que la conocieron o la vieron. No era exageración. Por algo la consideraron, inclusive,
un mito erótico. Lo cierto es que era una diva con mal carácter. Aún más: enérgica,
arrogante, mandona que impuso un estilo
en la época de oro del cine mexicano y en
su vida personal con muchos amores
fulgurantes, apasionados, pasajeros. Una intensidad de mujer constantemente
insatisfecha y caprichosa en busca del éxito rotundo, como obligación a cumplir
y en primer lugar, cuyo triunfo dicho
sea de paso, a lo largo de su fulgurante vida, vino muy pronto y a borbotones. Efectiva artista donde la
hermosura sensual estaba en primer lugar y el talento por allí acompañándola.
Evidentemente, más lo primero que lo segundo.
A Maria Félix, de verdadero nombre María de los Angeles Félix Güereña, la llamaron sus seguidores y
admiradores “La Doña”, nombre del cual
se hizo después de filmar la película “Doña Bárbara” en 1943 y también “María
Bonita”, gracias a la canción compuesta como regalo de bodas por el famoso
compositor, Agustín Lara.
Aquí en esta vida, ella en la otra y al
rememorar por estos tiempos sus 100 años de existencia, hay logros
evidentemente merecidos. Un total de 47 películas realizadas en diversos
países. Entre México, España, Francia, Italia y Argentina. Vale la pena
recordarla porque es parte de la
historia de la cinematografía universal de todos los tiempos.
Maria Félix con mirada exótica y cigarrillo en la mano.
Maria Félix con mirada exótica y cigarrillo en la mano.
NACIMIENTO
Nació en Alamos Sonora, el 8 de
Abril de 1914, en un hogar que vivía con dignidad sin que lo acompañase la
riqueza. Sus padres Bernardo Félix Flores
de raíces indias como descendencia. Mientras que su madre, Josefina Güereña
Rosas, provenía directamente del país vasco. Una familia unida de prole
numerosa. Había de por medio doce hermanos.
Su infancia la desarrolló en su
ciudad natal. Una niña rara que disfrutaba de las aficiones propias de los de
sexo masculino. Le gustaban los caballos y dejaba de lado las muñecas para
entretenerse. No jugaba a la cocinita pero si propiciaba peleas y trifulcas
entre sus hermanos y amistades.
Más amigo de los pequeños que de las nenas.
Sin embargo, nunca perdió su dulzura y ternura profunda que casi siempre
escondió y algunas veces salía, llamando la atención de todos los que la
rodeaban. Coraza de hierro por afuera, puro corazón para adentro desde la niñez,
la juventud, adultez, y la propia vejez
La familia con ella,
posteriormente, se mudó hacia Guadalajara y allí si que dio de hablar
femeninamente cuando, jovencita, la coronaron como reina de belleza estudiantil
en la Universidad local. No pasó mucho tiempo y se casó con Enrique Alvarez
Alatorre, un vendedor de los cosméticos de marca “Max Factor” con quien tuvo su
único hijo, el también actor Enrique Alvarez Félix.
A LA CAPITAL
El matrimonio no fue muy feliz que digamos y
vino el divorcio como necesidad de vida. La futura diva decidió irse a vivir a
la ciudad de México porque en su residencia habitual era muy criticada por
haberse roto su unión conyugal. El machismo y el convencionalismo hipócrita en
su mayor expresión.
Comenzó a trabajar en la capital
como recepcionista en un consultorio de un médico cirujano plástico y vivió con
su hijo en una casa de huéspedes. La tranquilidad cotidiana se rompió cuando el
ex esposo la visitó, de un momento a
otro y de buenas a primeras, se llevó a su hijo a vivir con él a Guadalajara
La mujer quedó destrozada. Si que juró y
rejuró que algún día sería más importante que su ex consorte y se lo quitaría.
Lo consiguió, años después, tras ardua lucha legal con la ayuda de Agustín
Lara.
El cine le llegó por casualidad y
por azar. Un día tranquilo y apacible,
de mucho calor, estaba mirando las vidrieras de las tiendas céntricas de la
capital mexicana. Cuando apareció el director de esta especialidad artística,
Fernando Palacios, que, impresionado por su belleza, la abordó preguntándole a
boca de jarro, si quería ser estrella.
EL CARACTER
La respuesta no se dejó esperar
como característica evidente del carácter decidido de la mujer desafiante,
mirándolo de pies a cabeza, luego en los ojos fijamente y a renglón seguido
expresándole las siguientes palabras tajantes: “¿Quién le dijo que yo quiero
entrar al cine? Si me da la gana lo haré, pero cuando yo quiera y será por la
puerta grande”. Qué tal geniecito
El cineasta no se amilanó y le
pidió iniciar una amistad. Entre risas, silencios y nervios de ambos, le dijo
que quería, de todas maneras, volverla a ver para la cual necesitaba su
dirección. La mujer decidida se rio largamente, se le fueron los humos de
malgenio y contra todo pronóstico accedió. Inclusive le dio a conocer a donde
vivía.
Así el director, desarrollando
una amistad solida con el pasar inexorable del tiempo, se convirtió en su Pigmalión y
logró convencerla para que diese el primer paso. Este vino en una aparición en
el Baile Blanco del Country Club de la
ciudad de México, ante las figuras más populares de la época como eran: Esther Fernández, Lupe Vélez
y Andrea Palma.
Palacios, a renglón seguido, comenzó a presentarla
en diferentes círculos artísticos, aconsejándola a cada rato y haciéndola, cada
día, más conocida. La amistad y el asesoramiento funcionaban a la perfección.
Con Agustin Lara, el autor de María Bonita y otras canciones.
Con Agustin Lara, el autor de María Bonita y otras canciones.
PRIMER FILM
Eventualmente la llevaron a
Hollywood. Concretamente a los estudios de la Metro Goldwing Mayer. Allí
conoció a Cecil B. de Mille, el de la famosa película que marcó época
posteriormente con “Los Diez
Mandamientos”, quien le ofreció lanzarla en la meca del cine. La mexicana, empecinada dejó de lado la
proposición, sosteniendo que no tenía el
mínimo interés. Ella quería debutar en su país.
Hasta que gracias a Palacios,
fiel a María, le ofrecieron el papel estelar femenino en la película “El Peñón de las Animas de Miguel
Zacarías. Allí alternó con el actor y cantante Jorge Negrete, con quien tuvo
una mala relación durante el rodaje. El había solicitado para el desempeño
principal a su novia Gloria Marín.
A raíz de esta discrepancia
palpable, el choque y enfrentamiento entre los artistas ocurrió con lío de por
medio y fuerte intercambio de palabras. No una sino varias veces. La fama de la
Doña se acrecentó como mujer dura y altanera, características que,
paradójicamente, contribuyeron definitivamente a su éxito
La segunda película se tituló “Maria Eugenia” de Felipe Gregorio
Castillo. Un papel alejado a su personalidad que ella lo calificó como “pecado
de principiante”. Allí había aparecido, por primera vez en su carrera, ataviada
de un traje de baño.
Otra cinta que tampoco le gustó fue “La China Poblana” en 1943 donde María
afirmó haber pagado una deuda de gratitud con Fernando Palacios que era el
director. Nadie volvió a saber de esta película, la segunda a color del cine
mexicano. Ha desaparecido por completo y por razones que se desconocen
CONSAGRACION
La consagración vino al poco
tiempo con “Doña Bárbara”, basada en
la novela del escritor Rómulo Gallegos que llegó a ser Presidente de Venezuela.
Como anécdota cabe contar que para el papel correspondiente ya estaba contratada
otra actriz, Isabela Corona.
Pero cuando Gallegos vio por primera vez, en una comida en el restaurante
Chapultepec a la Félix, quedó prendado de ella y dio a conocer a todo el mundo exclamando emocionado: “Aquí está la doña Bárbara que yo necesito”. La película
se firmó en Caracas con actores venezolanos y mexicanos. La dirigió Fernando de
Fuentes.
Este último cineasta la acompañó
en varias otras cintas como: “La Mujer
sin Alma” que data de 1943 y “La
Devoradora” tres años después, por cuyos papeles proyectó una imagen al
público como destructora de hogares y enemiga de la moral familiar.
Sin embargo, estos personajes
siniestros y de vampiresa fueron
abandonados en otros films donde, efectivamente, apareció como buena.
Entre ellos: “El Monje Blanco” y “Vértigo”. En ambos casos, no todo fue
perfecto porque falló es su falta de
capacidad dramática
INTERNACIONAL
Las tres películas que la
consagraron a nivel internacional las protagonizó de la mano, como director, de
Emilio “Indio” Fernández. “Enamorada” al
lado del actor Pedro Armendáriz,
con quien se comprendía a la perfección. “Río
Escondido” donde demostró habilidades y “Maclovia”, interpretando a una india humilde. Todo lo contrario a
ella.
También actuó dirigida por
Roberto Gabaldón en “La Diosa Arrodillada”
junto a Arturo de Córdoba y su fama se acrecentó. Tan es así que comenzó su
trabajo fílmico en Europa. Había hecho antes en su país la cinta, “Doña Diabla”
En España realizó las películas: “Mare Nostrum”, “Una Mujer Cualquiera” y “La Noche del Sábado”. En 1951 intervino
en la coproducción franco española “La
Corona Negra”, film del argentino Luis Saslavsky basado en un argumento del
célebre escritor Jean Cocteau. La cinta fue filmada en Marruecos.
De España pasó a Italia donde
actuó en “Incantessimo Trágico” y “Mesalina”,
en su momento la producción más cara del cine italiano. Conquistó el mercado
cinematográfico argentino con “La Pasión
Desnuda” del cineasta Luis César Amadori.
Retornó a México y hace otro film de nombre “Camelia”. Al poco tiempo contrajo
matrimonio con Jorge Negrete, su otrora enemigo con quien protagoniza la
película “El Rapto” dirigida por
Emilio Fernández y que se convierte en la última cinta del charro cantor.
Imponente con sombrero y montando a caballo
Imponente con sombrero y montando a caballo
EUROPA
Tras la muerte de Negrete en
1953, María Félix retornó a Europa para seguir actuando. En el viejo continente
aparece en “La Belle Otero,” sobre la vida de la célebre cortesana española que
triunfó en Francia a principios del siglo XX y Les Héros sont Fatigués al lado del renombrado actor Ives Montand.
En este periodo interviene en “French
Cancan”, con el gran director Jean Renoir y al lado del actor francés Jean
Gabin. Su última película rodada en Europa fue la española “Faustina”
de José Luis Sánchez de Heredia.
A su regreso a su país natal,
Maria ya es una figura renombrada, conocida por completo y se daba el lujo de elegir sus propias cintas, directores y artistas que la acompañasen.
Mucho tiempo se dedicó a actuar en películas relacionadas con la Revolución Mexicana.
Aparecieron triunfadoras en el
ecran, con su participación protagónica,
“Canasta de Cuentos Mexicanos”, “Escondida” y Café Colón, acompañada otra vez por su pareja preferida Pedro
Armendariz.
Estelarizó “Tizoc” al lado de Pedro Infante con gran éxito
internacional pero no fue de su agrado.
Luego vino “Flor de Mayo” con el
norteamericano Jack Palance, los melodramas “Miércoles de Ceniza” y “La
Estrella Vacía”.
PELICULAS
Le tocó el turno a “La Cucaracha”, donde se explota al máximo su reacia personalidad y
alterna por única vez con otra grande, Dolores del Río, con quien tenía una gran y profunda rivalidad, aunque
ella lo negaba. Allá por 1959 realizó
las coproducciones “Sonatas” de Juan
Antonio Bardem y “Los Ambiciosos”,
dirigida por Luis Buñuel
En los años 60, filmó pocas veces. Lo más destacado en esta etapa “Juana Gallo” y “Amor y Sexo” donde realiza un desnudo parcial. Mucho tiempo después
protagonizó “La Generala” que se
convirtió en su última película. La telenovela mexicana titulada “La Constitución” será lo final que hizo profesionalmente como actriz.
Retirada de la actuación se
dedicó a criar caballos y algunos de sus ejemplares finísimos consiguieron
ganas premios hípicos. La tentaron para filmar la película “Zona Sagrada” , basada en una novela del escritor Carlos Fuentes e inspirada en la
vida de la actriz. La producción no se realizó porque el intelectual no estuvo
de acuerdo con el libreto.
Fue contratada para
estelarizar “Toña Machetes”, cuya novela pertenecía a la hermana del Presidente
de México, Margarita López Portillo. Cobró por adelantado sus honorarios y,
para variar dominada por el mal genio,
se negó a filmar debido a que sustituyeron al director mexicano Raúl
Araiza por el español Carlos Saura. La demandaron para que devuelva la plata pero no lo hizo, tras
defenderse judicialmente a capa y espada,
Su vida amorosa fue fulgurante y
variada. El primer matrimonio que contrajo duró siete años y lo mejor de la unión su hijo Enrique, cuya inesperada
muerte por un paro cardiaco la sumió en la peor de las tristezas, aunque ante el público no aparentaba ningún
tipo de dolor.
Saludando a un admirador y a su lado Jorge Negrete.
Saludando a un admirador y a su lado Jorge Negrete.
CANCIONES
La segunda boda fue con Agustín
Lara, de quien era admiradora desde adolescente. Ellos se conocieron en una
central telefónica de la calle de la Reforma de ciudad de México. Unos días
después fueron presentados formalmente por el actor Tito Novaro, amigo en
común. La pareja inició una relación desde un inicio tormentosa que culminó en
matrimonio durante el año 1945.
Lara le dedicó infinidad de canciones tales como “Humo en
los Ojos”, Cuando Vuelvas”, “Dos Puñales”, “Madrid” y la célebre “María Bonita”,
compuesta en Acapulco durante la luna de miel. Los celos excesivos del
compositor pusieron fin a la relación en
1947. Con escándalos, agresiones físicas e intentos de matar a la diva, según
ella misma denunció.
Ello no fue óbice para vivir
nuevos romances posteriores como el protagonizado con el magnate Jorge Pasquel,
el torero español Luis Miguel Dominguín y el argentino Carlos Thompson. Tras el
retorno de Argentina al país natal, la actriz se encuentra con su enemigo de épocas
anteriores, Jorge Negrete. Esta vez, según declaró, “rendido a sus pies”.
ROMANCES
Un breve romance y se casaron en
una ceremonia tumultuosa transmitida por radio (la televisión no existía por
aquel entonces) a todo Latinoamérica y realizada en la finca de Catipoato en
Tialpan, de propiedad de la novia. Era el año 1953
Negrete falleció once meses después
en un hospital de Los Angeles, California. Mientras que la esposa se encontraba
en Europa filmando. Por lo ocurrido, viajó a México y llegó a los funerales del
esposo vestida con pantalones de color y causó un enorme y publicitado
escándalo. Entonces, para calmar los ánimos, retornó otra vez a Europa.
Allí en París, Francia, conoció
por intermedio de una amiga pintora, Leonor
Fini, al escritor francés Jean Cau, asistente del famoso pensador
existencialista Jean Paul Sartre, con
quien vivió un tórrido romance.
Posteriormente contrajo
matrimonio, por cuarta vez, con el banquero francés de origen rumano Alexander
Berger con quien vivió entre México y Francia y de quien enviudó 18 años
después. Con Berger intentó de nuevo
convertirse en madre. Pero por un accidente perdió el hijo que esperaba. Su
última pareja fue el artista ruso-español Antoine Tzapoff. Le pintó infinidad de cuadros.
MUERTE
A la diva muchos escritores le
dedicaron novelas. Entre ellos: Renato Leduc, Xavier Villaurrutia, Jean
Cocteau, Octavio Paz y Carlos Fuentes. Los músicos y escritores, además de
Lara, escribieron para ella. Tal es el caso de Cuco Sánchez, Alfredo Jiménez y
Juan Gabriel.
María Félix murió mientras dormía
el 8 de Abril del 2002, el mismo día que cumplía 88 años, aproximadamente a la
1 de la tarde en la ciudad de México. Su cuerpo, sin vida, fue descubierto al
día siguiente.
El cadáver se veló en un ataúd
cubierto con la bandera mexicana, en el Palacio de Bellas Artes. La llevaron a
enterrar en medio de una multitud enfervorizada que la vitoreó y aplaudió para
expresarle, de esa manera, su constante
dolor.
El féretro nunca se abrió al público de acuerdo
con los deseos que dio a conocer con anterioridad. La homenajearon también en la Asociación
Nacional de Actores. Sus restos reposan en el Panteón Francés de la capital mexicana. Al lado están su hijo
y sus padres.
Según testamento expreso, María
dejó su fortuna, propiedades y grandes obras de artes a su asistente personal,
Luis Martínez de Anda, quien en aquella oportunidad tenía 28 años. La
familia nada recibió por decisión de la extinta.
Su hermano, Benjamín Félix
Güereña solicitó la exhumación de su cadáver para determinar la causa exacta de
su muerte. Ello se efectuó, comprobándose que falleció por una insuficiencia
cardíaca. Sin muestras de muerte violenta, según el veredicto de los peritos.
Entonces, el hermano retiró su denuncia. La diva hasta el final causó
controversia. Por algo se dice popularmente desde tiempos inmemoriales: genio y
figura hasta la sepultura. Lo confirma con creces Maria Bonita, María del Alma…
(E. de N.)
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