El hombre tan peculiar prefería a
Barranco, como ningún sitio y lugar de vida cotidiana. Lo inspiraba intensamente
el balneario de belleza transparente y completa al lado del imponente e inmenso
mar del Pacífico, de color verde y azul intenso con oleadas permanentes. Hoy,
desafortunadamente, el sitio mutilado por el paso del progreso que arrasó con
lo que debió conservarse plenamente, como distrito eminente de la
intelectualidad peruana. Cuando era impecable y admirable este pedazo de tierra
de lo más limeño y peruano, el poeta vivía
allí, soñaba allí, creaba allí.
La sensibilidad a flor de piel.
La escritura profunda y concisa en medio de versos admirables. Innato
observador. Conspicuo transformador. Amante
de los pájaros y los animales. Le gustaba también el campo y toda la vida de
tranquilidad apacible.
Por necesidad de espíritu e inspiración
permanente, José María Eguren, hijo de Eulalia
Rodríguez Hercelles y de José María
Eguren Cáceda, escribía poemas a cada rato y los guardaba bajo siete
llaves en su escritorio y también los escondía, para pasar desapercibidos,
entre las páginas de los libros ubicados en
los anaqueles de su surtida y valiosa biblioteca, ubicada en el cuarto
de estudio de su inmensa casa de entero corte republicano construida firme y
desafiante, a finales del siglo XIX.
Jose Maria Eguren muy joven aún.
Jose Maria Eguren muy joven aún.
UNIVERSAL
Nadie conocía sus creaciones. Hasta que sus
amigos famosos como Manuel González Prada, Abraham Valdelomar y José
Carlos Mariátegui, intelectuales de renombre, lo instaron y prácticamente
obligaron a hacerlo. Era una necesidad publicar tanto valor que se desperdiciaba en
el anonimato.
Cuánta razón tuvieron porque
cuando sus versos fueron impresos se registró un hecho de por sí muy importante
en la Literatura: había aparecido el representante más conspicuo de la estética
del simbolismo en la lengua española. Sin
embargo, no lo reconocieron y hasta trataron de hundirlo.
Pero había tangible un valor
universal, precio total de eminencia que hay que subrayar. Sobre todo cuando el
7 de Julio del año en curso, se han conmemorado los 140 años de su nacimiento.
El poeta, tiene que estar, por obligación, en el recuerdo imperecedero del Perú cultural.
Según los
críticos y entendidos, la aparición del libro de poemas “Simbólicas”, alrededor del año 1911, fue tomado
como un hito en la superación del modernismo. La publicación sirvió exactamente
para la fundación de la poesía contemporánea del Perú, instaurando una
tradición todavía viva y completamente vigente en la actualidad. Eguren es, de esta manera, uno de los poetas
peruanos más importantes de nuestro riguroso panorama literario.
POEMAS
A su
primera colección de versos siguieron: “La Canción de las Figuras” (1916), “Sombra
y Rondinelas”. Las dos
últimas publicadas por vez primera en “Poesías” (1929).
Con lo que completa su obra poética, en la que se reflejó su búsqueda de
trascendencia y su nostalgia de mundos perdidos o extraños.
Enriqueció
el lenguaje con regionalismos, arcaísmos, neologismos e, incluso, palabras
inventadas. En sus últimas poesías, se inscribió en el mundo de las vanguardias
europeas, sobre todo en lo referente al uso de la metáfora y la imaginería del
sueño.
Uno de
sus poemas “Las Torres”: Brunas lejanías/batallan las torres/
presentando/siluetas enormes/Aureas lejanas…/las torres monarcas/se confunden
en sus iras llamas/ Rojas lejanías…/se hieren las torres;/purpurados/se oyen
sus clamores/Negras lejanías…/horas cenicientas/se oscurecen,/¡Ay! , las torres
muertas.
Otro de
ellos cuyo título es “Los Muertos”: Los nevados muertos,/bajo triste cielo,/van
por la avenida/ doliente que nunca termina./Van con mustias formas/entre las
auras silenciosas,/y de la muerte dan el frío/a sauces y lirios./Lentos brillan
blancos/por el camino desolado./y añoran las fiestas del día/y los amores de la
vida/Al caminar los muertos una/esperanza buscan:/y miran sólo la guadaña,/la
triste sombra ensimismada./En yerma noche de las brumas/y en el penar y la
pavura,/van los lejanos caminantes/por la avenida interminable.
Al final de su vida.
Al final de su vida.
VERSATIL
Artista
versátil. También se dedicó a la pintura y la fotografía. Construyó, inclusive,
una pequeña cámara con la que retrato a gil y mil. Mientras que sus acuarelas y
dibujos revelan la influencia de los impresionistas franceses y los
pre-rafaelitas ingleses.
Participó
en una exposición allá por 1892. Su obra plástica fue varias veces alabada por
la crítica especializada de la época Aunque no se dedicó a la música, ésta fue
muy importante como referente cultural.
Siguiendo la estela de los simbolistas
franceses, escribió que "la música
es la más metafísica, la menos pesada, de las artes...." En su obra hay timbales, violines, pianos, acordeones,
flautas, tambores. Algunos de sus poemas se titularon "Lied", en
referencia a las piezas de Robert Schumann, y sus compositores preferidos,
Beethoven o Mendelssohn también aparecIeron en sus estrofas.
LECTOR
Con una débil constitución física,
desde muy tierna edad, tuvo una salud frágil. Como consecuencia, perdió muchos días de escuela y se
retrasó en sus estudios. Lo trasladaron
a las afueras de la ciudad de Lima para vivir en un clima menos
húmedo y más saludable. Por eso es que gran parte de su infancia y juventud la
pasó en contacto con el campo, en la hacienda Chuquitanta que administraba su padre, ubicada lejos de
los centros poblados de la capital.
Tal parece ser que compensó aquel tiempo escolar
perdido leyendo muchos libros y que, tanto la enfermedad acompañada de la fiebre constante,
le obligaban a mirar la realidad con un punto de vista muy diferente
al resto de los niños de su edad.
Cuentan sus biógrafos, que el mozuelo solía contemplar la naturaleza con mucha
alegría en las cercanías de la casa hacienda donde la lectura intensa, la lejanía
de su ciudad natal y la soledad alimentó de un modo único al que sería más
tarde reconocido como uno de los mejores poetas del Perú.
La salud
comenzó a mejorar para bien del muchacho que a los 15 años ingresó al Colegio
de la Inmaculada, de los Jesuitas. Luego
pasó al Instituto Científico de Lima. Tiempo después, abandonó los estudios regulares por lo que
tuvo una formación autodidacta, inculcada por su hermano mayor Jorge
Constantemente llevó una vida sencilla y recluida
en la tranquilidad constante De allí que, dos años antes de morir, sentenció y
les contó a sus amigos con la verdad en la mano: … “Vivo cercando el misterio de
las palabras y las cosas que nos rodean”…
BIBLIOTECARIO
Lo
cierto y comprobado es que, durante más de treinta años, vivió a gusto y a su
manera de paz y sosiego absolutos en el entonces balneario de Barranco. Por
dificultades económicas de su familia se trasladó a Lima en los
últimos tiempos de su vida y antes ejerció el puesto de Director de la Biblioteca
del Ministerio de
Educación, conseguido por su amigo el poeta José Galvez cuando dirigió la
cartera de Instrucción Pública.
Por la obligación laboral que
contrajo, a veces caminó desde el Centro
de Lima hasta Barranco. Sobre todo recorriendo a pie toda la larga
extensión de la Avenida Arequipa, según lo atestiguó en una crónica el
escritor Ciro Alegría.
En síntesis y resumen, el poeta tuvo una existencia muy retraída. Consagrada a
sus vivencias íntimas y creaciones poéticas. Sin comprometerse con las
contingencias sociales, políticas ideológicas de su tiempo.
Ahora bien, a partir de 1920 se le reafirma y
exalta su valor, con los homenajes de las revistas "Colónida", de
Valdelomar, y "Amauta", de Mariátegui. En Junio de 1941, por el apoyo
recibido de parte de José de la Riva Agüero y Osma, fue
elegido como miembro de la Academia
Peruana de la Lengua.
Un libro valioso con todas sus poesias.
Un libro valioso con todas sus poesias.
VALLEJO
Sin embargo, debido a su precaria
salud, no pudo leer su discurso de aceptación. Ni tampoco ejercer el cargo. El reconocimiento oficial
de quienes lo ignoraron durante décadas, llegó demasiado tarde. Al poeta, en
realidad, le quedaba menos de un año de vida.
Mucho antes, en marzo de 1918, César
Vallejo le hizo una célebre entrevista, como corresponsal del semanario trujillano
“La Semana”, en la que Eguren
dijo al inicio, entre otras cosas: ¡Oh,
cuánto hay que luchar; cuánto se me ha combatido! Al iniciarme, amigos de
alguna autoridad en estas cosas, me desalentaban siempre. Y yo, como usted
comprende, al fin empezaba a creer que me estaba equivocando. Sólo, algún
tiempo después, celebró González Prada mi verso.
Lo
que pasaba es que al poeta al principio, en los mismísimos círculos literarios,
lo menospreciaban y, con error indebido totalmente equivocado, los
representantes de la intelectualidad no le concedían ningún valor como poeta y
creador. Incluso en una oportunidad Clemente Palma, hijo del tradicionalista
don Ricardo, lo atacó a mansalva y malévolamente. Cuán errados estaban.
En
1928, Martín Adán publicó “La Casa de Cartón”, con dedicatoria "a
José María Eguren". Al año
siguiente, cuando ya estaba olvidado por el canon literario peruano, la
revista “Amauta” organizó
un homenaje a Eguren, en el número 21, en el que colaboran con ensayos y poemas
ilustres escritores como: José Carlos
Mariátegui, quien ya le había dedicado un estudio en su libro “Siete
Ensayos de la Realidad Peruana”, Jorge Basadre, Xavier Abril, Gamaliel Churata,
Carlos Oquendo de Amat , María Wiese, entre otros.
MISTRAL
Además, Mariátegui editó ese mismo
año, dentro de su Biblioteca Amauta, el tomo “Poesías” de
Eguren, que era una selección extensa de sus cuatro libros de poemas. A los dos
primeros editados por el mismo vate, se añadieron los hasta en ese momento
inéditos, “Sombra” y “Rondinelas”.
Tiempo después, en 1930, el crítico e
intelectual peruano Estuardo Núñez presentó su tesis en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos titulada “La
Poesía de Eguren”,
documento que luego fue publicado en libro y que constituyó en el primer estudio riguroso
sobre la obra poética del insigne escritor.
Para
sustentarse económicamente, a partir de enero de 1930, publicó prosas en
revistas y periódicos de la época como los diarios “El Comercio y “La Prensa” “. Eran los
llamados “Motivos Estéticos" de carácter principalmente ensayísticos que
fueron recogidos póstumamente en un libro aparecido en 1959.
En
1938, recibió la visita, a su paso por Lima rumbo a Nueva York, de la poetisa
chilena Gabriel Mistral, su fiel admiradora desde “Simbólicas”.
El Barranco de sus amores.
El Barranco de sus amores.
MUERTE
Ya en
su vejez, se trasladó a vivir, junto a sus hermanas mayores, a una casa ubicada
en la Avenida La Colmena del Centro de Lima, a cinco cuadras de la Plaza
San Martín. Por razones económicas precarias, la familia tuvo que vender la
propiedad en Barranco.
Ahí,
bajo el cuidado de su amiga la artista plástica Isabel de Jaramillo "Isajara",
falleció el 19 de abril de 1942. La
vida, de sueños y fantasías, terminó para él después de una larga enfermedad, a
los 67 años. Sus restos
descansan en el Cementerio Presbítero Maestro.
Según
la crítica literaria, es el único representante del Simbolismo en el Perú, el
mismo que se desarrolló posteriormente al Modernismo. En sus trabajos de gran
valor sugirió, constantemente, ambientes irreales cargados de significaciones,
liberando al poema de toda connotación objetiva.
Dichas
creaciones tiene gran importancia, ya que se considera como el que inaugura la
poesía contemporánea en el Perú. A él se le atribuye uno de los roles más
decisivos para la iniciación de la tradición de la poesía moderna peruana.
La
que después se consolidaría mundialmente con la presencia e influencia que
ejerce la profunda e intensa poesía de Cesar Vallejo. Mariátegui dijo
de Eguren que "representa, en nuestra historia literaria, la poesía pura
porque sus creaciones no tiene máculas ideológicas, morales, religiosas o
costumbristas e ignora lo erótico y lo civil".
APORTES
Con Simbólicas (1911),
, inaugura la poesía contemporánea del Perú: para muchos, deja atrás a los
melifluos versos románticos y el sonsonete clarinesco del Modernismo. Eligió un
vocablo preciso y sugerente, lirismo profundo, lenguaje musical, ensueños,
visiones infantiles y alucinatorias. Pero la característica principal (de Simbólicas)
la constituye su mundo medieval visto a través de lo gótico.
Recordemos
al gran poeta con un tercer verso, “Las
bodas vienesas” que dice así: En la
casa de las bagatelas,/vi un mágico verde de rostro cenceño,/y las
cincidelas/vistosas le cubren la barba
del sueño/Dos infantes oblongos deliran/ Y al cielo levantan sus rápidas manos,/
Y dos rubias gigantes suspiran,/Y el coro preludian cretinos ancianos/Que es la
hora de la maravilla;/La música rompe de canes y leones/
Y bajo chinesca pantalla amarilla/Se tuercen guineos con sus
acordeones/Y al compas de los címbalos suaves,/Del hijo del Rino, comienzan las bodas;/Con sus basquiñas
enormes y graves/Preséntase mustias las
primeras beodas/Y margraves de añeja Germania,/Y el rútilo extraño de blonda
melena/ Y llega con flores azules de insania/La bárbara y dulce princesa de
Viena./Y el dulzor de las vírgineas camelias/Van pos del cortejo la banda
macrobia/Y rígidas, fuertes, las tías Amelias;/Y luego cojeando, cojeando la
novia. (Noé)
Sus versos son bellos. El poeta de la salud precaria es un adalid de la literatura peruana. Vale. Alejandro Gross
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