Hay definitivamente méritos y
logros que han sido contados a plenitud por
el que fue Procurador Anticorrupción Ad Hoc entre el 2000 y el 2002, José Carlos Ugaz Sánchez Moreno, en su libro “Caiga quien Caiga”, que acaba de aparecer impecable en cuanto a
hechos fácticos de denuncia ocurridos en el pasado y con pequeños errores de
forma en conceptos de redacción, cargos
equivocados de personajes y otros
dislates. Sin embargo, la meta y el antídoto necesario a favor de la ética
moral del país se cumple a plenitud: la corrupción de los sátrapas, Fujimori, Montesinos y otros galifardos de ese nefasto
régimen que asoló la patria durante 10 largos años, es retratada por completo
y, por ende, desnudada a cabalidad para bien de todos los peruanos.
No es por gusto y si es
trascendente que esta Procuraduría procesó a aproximadamente unas 1,200
personas en unas 200 investigaciones
penales. De esta cifra, más de un centenar de acusados fueron enviados a
prisión. Implicadas autoridades de altísimo nivel y personalidades con efectivo
poder político y económico.
Entre ellas: la Fiscal de la
Nación, Blanca Nélida Colán y fiscales de diversas denominaciones. El
Presidente del Congreso, Víctor Joy Way. Varios parlamentarios. Lo mismo que
magistrados de la Corte Suprema y de rangos inferiores. El Presidente y dos vocales del Poder Electoral, alcaldes,
hombres de negocios y 14 generales de las Fuerzas Armadas y Policiales,
incluido el Comandante General del Ejército, Nicolás de Bari Hermoza Ríos. La
lista, definitivamente, de peso especifico y negativa por completo por las
fechorías mil de por medio.
José Ugaz : jurista e investigador de polendas.
José Ugaz : jurista e investigador de polendas.
OTRAS CONCLUSIONES
Otras conclusiones del libro. El
monto de lo robado por la red criminal fujimorista es de varios cientos de millones de dólares. La
cifra exacta se desconoce. Por su parte, el perjuicio económico patrimonial
asciende a miles de millones de dólares.
Sin embargo, hay algunas
precisiones que las da a conocer el ex procurador. Los conservadores estiman
que lo sustraído al Estado peruano puede llegar a 600 millones de dólares. Ugaz
recuerda en ese sentido que el
historiador, Alfonso Quiroz, sostuvo en su libro “Corrupt Circles” que el
promedio anual de los costos de la corrupción, durante el régimen de Fujimori,
se estima entre los 1,400 millones y 2 mil millones de dólares. Cantidades
exorbitantes por sus cuatro costados y, evidentemente, impactantes. ¡Qué tal
mafia!
Los fondos ilícitos
fueron depositados por los inescrupulosos en bancos del Perú como el Wiese Sudameris,
Estados Unidos, Suiza, Gran Caimán, Luxemburgo, Panamá, México, entre otros. Mientras que lo encontrado en el sistema
financiero suizo ascendió a 113 millones de dólares.
Lo que se recuperó de lo robado por Hermoza Ríos fue 28 millones de dólares. Al
final de la gestión de Ugaz, aproximadamente 250 millones de dólares se identificaron
e inmovilizaron en diversas cuentas de dichas instituciones. De esta cantidad,
unos 75 millones de dólares se repatriaron.
EL IDL
Los acontecimientos salen a las luces impecables en la publicación
como noticias relucientes en estas memorias del jurista nacido en 1959, el
mismo que tiene un lugar propio en el campo de su especialidad penal, tras
realizar estudios en la Universidad Católica de la cual es profesor y de post
grado en Holanda y la Universidad de Salamanca España. Actualmente es miembro
del Estudio Benitez, Forno & Ugaz
Abogados
Gracias a la publicación, nos enteramos, por primera vez, que el Instituto de Defensa Legal (IDL), la célebre
y controvertida organización de derechos humanos dirigida por Ernesto de la
Jara, declinó intervenir en la denuncia correspondiente para capturar a
Montesinos.
En esa oportunidad, cuando se le
pidió colaboración, de la Jara sostuvo que podría tratarse de una celada para
ubicar al Doc, a fin de liquidarlo porque éste poseía información que
comprometía a las altas esferas del
gobierno y al propio Fujimori.
En buena cuenta, el abogado desconfiaba de la intención
del Presidente de terminar con la gran influencia que el asesor ejerció, hasta
ese momento, de manera implacable en el régimen. Entonces, lo mejor era dar un
paso al costado. De la Jara lo hizo. Ugaz persistió en el empeño. Uno erró y el segundo se la jugó, evidentemente.
EL EQUIPO
A sugerencia de César San Martín,
actual vocal supremo y ex Presidente del Poder Judicial, que por aquel entonces
se desempeñaba como Jefe del Area Legal
de su estudio y a quien lo considera el penalista más solvente del país, el
Procurador buscó y consiguió respaldo político internacional en el desarrollo
de un trabajo eficaz. En efecto, las recomendaciones vinieron del gobierno
norteamericano con creces y con efectividad.
Conformó su equipo principal con
dos abogados de primera línea que se desempeñaron como Procuradores Adjuntos. Luis Vargas Valdivia y César Azabache
Caracciolo. El primero pertenecía a
su bufete profesional y antes fue un
magistrado de carrera judicial. El
segundo un joven y talentoso letrado que, desde estudiante y como profesional,
demostró un coraje y habilidad profesional poco usuales. Posteriormente se
incorporó con el mismo cargo de estos últimos,
Ronald Gamarra para los casos
de Derechos Humanos
Las discrepancias con Fujimori, que había nombrado a este equipo de lujo
profesional a sugerencia del Ministro de
Justicia, Alberto Bustamante Belaúnde, para luchar contra la corrupción, se
presentaron muy rápidamente.
Carátula del libro.
Carátula del libro.
DESMENTIDO
La primera de ellas cuando el mandatario
aseguró a la prensa que Montesinos estaba con orden de captura y que su
detención era inminente. No era así
porque la denuncia iba recién a ser presentada al día siguiente. Entonces,
Ugaz recurrió a los medios de comunicaciones y dejó las cosas en claro.
El desmentido le dolió por
completo al mandatario y drásticamente solicitó su renuncia. No entendía como
un funcionario de menor jerarquía tenía el atrevimiento de enmendar sus declaraciones.
“Hasta el último policía de Chumbivilcas me hace caso, pero Ugaz no”, dijo con
cólera. Conciencia sucia. Felizmente, nunca prosperó la dimisión.
La corrupción comenzó a actuar y
le mando como presente al Procurador un hombre de seguridad de las mismas
entrañas del montesinismo, el mismo que dependía de Manuel Aybar Marca
lugarteniente directo del Doc. Lo que le enviaban era un espía obviamente. Su
nombre: el capitán de la policía de apellido Agurto.
Las andanzas de este impostor
fueron múltiples. Una vez simuló una conversación a través del teléfono y se la hizo escuchar a su jefe,
donde los amenazaban las huestes corruptas. Era una llamada arreglada con el
objeto de intimidar por un lado y por otro para que el guardaespaldas se ganase la
confianza de su jefe.
Un incidente ocurrió cuando el
hijo de Ugaz estaba a bordo de una camioneta, regresando del colegio con un par
de amigos. Desde un vehículo, con lunas oscuras, unos desconocidos lo encañonaron
con una metralleta. El chofer realizó una maniobra y se escabullo de los
agresores. El hecho en sí fue publicado por los diarios chicha que le dieron el
carácter de intento de secuestro.
AMENAZA SINGULAR
La única amenaza efectiva que
recibió Ugaz resultó muy singular. Lo llamaron para decirle que “lo iban a
matar” Contestó la empleada de la casa y
reconoció la voz de un hombre joven. La denuncia correspondiente se hizo
en Seguridad del Estado.
Lo que había ocurrido es que los amigos del colegio de su hijo comenzaron a hacer, irresponsablemente, “pasadas”
telefónicas y, en el caso del Procurador,
la broma consistía en asustarlo. Uno de los bromistas cayó preso. La madre,
desesperada, llamo al agraviado que, habiendo comprobado el hecho, tuvo que
desistir de la denuncia.
En el libro se da cuenta que el 6
de Diciembre del 2,000, alrededor de la 1 de la tarde, el Juez Jorge Vargas
Infante abrió proceso penal contra Vladimiro Lenin Montesinos Torres por los
delitos contra la Administración Pública, Corrupción Pasiva Propia e Impropia y
Contra la Función Jurisdiccional, Encubrimiento Real y Falsa Declaración en
Procedimiento Administrativo.
ALLANAMIENTOS
La denuncia fiscal corrió a cargo de la doctora
Ana Cecilia Magallanes, proba magistrada hoy lamentablemente fallecida. A
partir de ese momento, el asesor era un prófugo de la justicia peruana y podía ser capturado en el país y en el
extranjero.
La Procuraduría consideraba que
este delincuente conformaba, efectivamente, una organización criminal y el caso
había que tratarlo de esa manera. El problema principal era, en esos momentos,
que no se sabía dónde estaba exactamente este hombre que tuvo tanto poder
durante 10 largos años.
Por eso es que se solicitó los
allanamientos de casas donde podía ser ubicado. La del General Luis Cubas
Portal, su cuñado. El departamento de su esposa
Trinidad Becerra. El inmueble residencial de su amiga Delia Vergara,
Alcaldesa de Chaclacayo y el de Oscar Medelius, congresista oficialista involucrado
en el escándalo de las firmas falsas.
El acto en si fue aprovechado de
manera completamente ilegal por el propio Fujimori. El Presidente de la República de aquella epoca
cometió incluso delito y mandó revisar la casa de Trinidad Becerra con la ayuda
de un fiscal falso, llevándose 65 maletas, 5 maletines y 95 cajas con cientos
de audios y videos a discreción, joyas y alhajas de todo tipo y ropa finísima.
Por este hecho,
Ugaz indebidamente fue
involucrado en una denuncia penal. La misma que no
tenía ni pies ni cabeza. Por eso mismo, tras arduo y largo trámite, el proceso
se archivo porque, precisamente, no existía ningún tipo de delito.
Lo designó Fujimori y, éste por pillo, cayó denunciado..
Lo designó Fujimori y, éste por pillo, cayó denunciado..
PRIMICIA
La ruptura definitiva con
Fujimori ocurrió cuando la prensa entrevistó
a Roberto Escobar Gaviria (a) Osito, hermano del célebre narcotraficante
Pablo Escobar muerto hace unos años en una feroz cacería luego de fugar de la
cárcel.
Lo que se supo de boca del
hermanísimo fue realmente una primicia: Montesinos llamó a Pablo Escobar y los
puso al teléfono con Fujimori, quien a su vez le agradeció la donación de un
millón de dólares utilizados en la campaña electoral de 1990. Nada más y nada
menos que poner al Gobierno del Perú a disposición y órdenes del narcotráfico.
Entonces la Procuraduría, respetuosa de la ley y en
posición permanente de combatir el
delito, presentó una solicitud de investigación a la Fiscalía de la Nación por
lavado de dinero, proveniente del
tráfico de drogas. Era el 13 de
Noviembre del 2,000, el día en que, precisamente, Fujimori partió hacia Brunei, de allí se
refugió en Japón de donde renunció a la presidencia vía fax. Cobarde total.
DINERO
Unos días después, como
consecuencia de la solicitud, el Fiscal Alejandro Espino Méndez abrió
investigación prejudicial contra Fujimori y Montesinos por los ilícitos penales
de Lavado de Dinero, Receptación de Bienes Producto del Narcotráfico, Colaboración y Favorecimiento
del Narcotráfico Internacional y
Encubrimiento.
La debacle política en su esplendor
más grande. Todo el caos y desorden en
el país. Más aún cuando se trataba de dinero. El Ministro Bustamante Belaúnde, le envió a Ugaz de forma
irregular 29 mil dólares para los gastos de la Procuraduría. Esta cantidad fue
depositada en una cuenta especial. De pronto y de un momento otro, el Perú se quedo sin gobierno ni
presidente.
Hasta que se constituyó el
régimen de transición, presidido por
Valentín Paniagua Corazao, designándose como nuevo titular del portafolio de Justicia, a Diego García Sayán. La nueva
administración decidió ratificar a todos los procuradores que luchaban,
efectivamente, contra la corrupción.
Para variar y conforme se
esperaba, los diarios fujimoristas como “La Razón” de los corruptos hermanos
Wolfenson criticaron, con dureza y sin fundamentos, el trabajo de Ugaz y los
famosos 29 mil dólares. No obstante de que las cosas estaban claras. Como era justo, en este caso no se presentaron
consecuencias posteriores de carácter legal ni penal. Aletazos de los pillos de siete suelas.
CORROCHANO
El libro cuenta minuciosamente sobre
las cuentas millonarias de Montesinos en Suiza que ascendieron a la suma de 49
millones de dólares. El Procurador Ugaz llegó en pos de información hasta ese
lejano país europeo y así se supo, entre otras cosas, cómo se descubrió el
botín.
Luego del soborno a Alberto Kouri, la
noticia dio la vuelta al mundo y uno de los banqueros que recibió el dinero
advirtió una mañana, mientras leía el periódico, que el peruano que le confió
el dinero no era un exitoso empresario pesquero como había declarado, sino más bien el asesor del presidente peruano
metido en serios problemas y acusado de corrupción.
Entonces, el banquero le contó la
situación a las autoridades judiciales de su país, encabezadas por Cornelia
Cova. Montesinos había sido presentado
al banco por el peruano-norteamericano, James Stone, también involucrado en
actividades ilícitas.
La primera denuncia con captura
efectiva que hizo la Procuraduría fue
contra el abogado inescrupuloso, Javier Corrochano Patrón, aliado al “Doc” en asuntos turbios
relacionados con el Poder Judicial, a quien incluso le había regalado un juego
de cubiertos de plata muy costosos.
La mañana del sábado 23 de
Diciembre del 2,000, víspera de noche buena, el siniestro hombre de leyes fue
detenido cerca a su domicilio cuando
estaba a bordo de su automóvil en compañía de un amigo, según orden emitida por
la Jueza Nancy Quinteros del 10° Juzgado
Penal de Lima.
La dupla de oro de la corrupción: Montesinos y Fujimori.
La dupla de oro de la corrupción: Montesinos y Fujimori.
EL CHINO
Corrochano resultó ser el primer
delincuente que se acogió a la colaboración eficaz, régimen desconocido en el
Perú que se aplicó para combatir efectivamente a la corrupción. En tal
condición, confesó haber participado en actos dolosos con Montesinos, Manuel Aybar Marca y una serie de personajes
que constituían una verdadera red de influencia delictiva en el sistema penal.
Uno de los “peces gordos” que
cayó fue Alejandro Rodríguez Medrano de quien, hasta ese momento, sólo se sabía
que era el ejecutor principal de las órdenes del Doc en el Poder Judicial.
Pero hasta esa fecha nadie pudo probarle
algo irregular.
Rodríguez Medrano, conocido como
el “Chino”, que luego fue condenado a 8 años de prisión por corrupción, era un
magistrado de carrera que había llegado a ser Vocal de la Corte Suprema durante
el régimen de Fujimori.
Según Corrochano, esta red peligrosa
incluía también a los abogados, Abel Muñoz, hijo del entonces Presidente de la
Corte Superior de Lima, Sixto Muñoz, Edgar Chirinos que compartía bufete profesional con él y
Edgar Solís Cano, ex abogado del Estudio
Montesinos, quien después se desempeñó como Viceministro de Justicia de ese
régimen. ¡Qué tal gente!
Lo cierto es que al colaborador
eficaz se le condenó a cuatro años de prisión, incautándole el yate de su
propiedad llamado “Pisco Sour” y obligándolo al pago de una reparación civil de
300 mil dólares. Además de la cancelación de una multa por 50 mil dólares.
¿ASESINATOS?
La Procuraduría, según relata la
publicación, también investigó a fondo a Matilde Pinchi Pinchi, pieza clave de
las andanzas de Montesinos. Ella fue la que entregó, para su difusión, el video de soborno a Kouri y así se precipitó
la caída del régimen fujimorista, con el conocimiento posterior de todas sus
fechorías.
Sostuvo incluso que su jefe habría
mandado matar, para perpetuarse en el poder, al Cardenal del Perú, Monseñor Augusto Vargas
Alzamora, al congresista oficialista Carlos Torres y Torres Lara y a Gustavo
Mohme Llona, Director del diario opositor “La República”.
Según esta versión, todos habrían
sido envenenados en diversas circunstancias. A Mohme lo aborrecía Montesinos
por haberlo denunciado varias veces. Le habría infiltrado un agente de su
entorno que le cambió, subrepticiamente, las pastillas que tomaba para el
corazón por otras que contenían una sustancia que lo mataría sin dejar rastros.
A Vargas Alzamora, también de la misma manera, por el viejo
encono que se remontaba a la época en que el sacerdote apoyo la campaña de
Vargas Llosa, el rival de las elecciones de Fujimori en 1990 y por ser un crítico
a las violaciones de los derechos humanos imputadas al gobierno.
CELOS
En cuanto a Torres y Torres Lara,
premier y ex ministro de Fujimori en varias carteras, la razón para eliminarlo estribaba en que no simpatizaba con el asesor
y sus métodos y, por lo tanto, influía negativamente sobre Fujimori para sus
intereses.
Le habría administrado algún tipo de sustancia para empeorar su estado de
salud por el cáncer y acelerar su muerte, proceso que habría monitoreado,
personalmente, desde un lugar cercano donde se internó la posible víctima
Con respecto a estos puntos, Ugaz
afirma en su libro que resultaba difícil de creer que se había llegado a esos extremos.
Del Cardenal nunca se sospechó que hubiera muerto por razones que no fueran de
su enfermedad. De Torres y Torres Lara, un hecho comprobado es que viajó a
Estados Unidos a tratarse el cáncer y
que falleció como consecuencia del tumor maligno. Nunca se comprobó lo de
Mohme. El hecho es que el Ministerio
Público llegó a la conclusión de que no se podían acreditar estos hechos.
Lo que si era cierto es que la Pinchi
tenía relaciones intimas con su jefe y por esta razón exclusiva de celos odiaba
y se llevaba muy mal con la amante de Montesinos, Jackeline Beltrán. Esta
rivalidad sentimental si parece ser que fue la razón para que la mujer
decidiese contar todas las andanzas del
asesor presidencial, según la opinión del que fue Procurador.
DENUNCIA
Hay más revelaciones de Matilde
Pinchi en la publicación. Como la que aseguraba que Vladi había intervenido
para arreglar el problema judicial del ex Presidente Alan García, a fin de que
acabase el impedimento existente de ingreso al territorio nacional y retornase al país.
Montesinos habría hablado
telefónicamente con el ex mandatario de Panamá a Colombia, ayudado por Mendel Winter, dueño de Frecuencia Latina que recibía
sobornos constantemente. Su servicio habría consistido en preparar un escrito
legal que luego fue remitido a Lima y presentado a la Corte, la que finalmente
habría fallado archivando el proceso contra García. La Fiscal Magallanes, en
presencia del Procurador, verificó la
versión. Montesinos confirmó la conversación. Winter, sin que estuviese Ugaz,
hizo lo mismo.
Sin embargo, posteriormente, el
siniestro personaje presentó un escrito
a la Fiscalía de la Nación en que se
desdecía de su versión incriminatoria contra García y denunciaba a Ugaz y
Magallanes de haberle arrancado la
declaración como consecuencia de una extorsión, en virtud de la cual le habían
ofrecido exculpar a su esposa Trinidad Becerra y su hija Silvana. Por su parte,
Winter hizo exactamente lo mismo. Dios cría a los malignos y ellos se juntan para
mentir totalmente.
Montesinos, Rodriguez Medrano y otros mafiosos..
Montesinos, Rodriguez Medrano y otros mafiosos..
INTENTO DE GOLPE
Lo actuado por Magallanes pasó a
ser investigado por otro fiscal quien, luego de realizar las indagaciones del
caso, concluyó que no existían elementos suficientes para acreditar la
existencia del delito, por lo que dispuso el archivamiento definitivo de la investigación.
La denuncia contra la Fiscal y contra Ugaz tampoco prosperó al descartarse
cualquier actuación indebida.
Sin embargo, Pinchi Pinchi
entregó mucha información que si pudo corroborarse rápidamente. Como por
ejemplo, la forma en que Montesinos despachaba una maleta con 100 mil dólares
en efectivo para Fujimori a Palacio de Gobierno. Como se distribuían los pagos
a la prensa chicha, congresistas tránsfugas y otros personajes sobornados.
Gracias a esta colaboradora se
supo del intento de golpe de estado planificado por el asesor contra Fujimori
en el que se pretendía nombrar como presidente títere a Carlos Boloña, en ese
entonces Ministro de Economía.
Por ella apareció un registro
documental importante como recibos firmados por los tránsfugas reconociendo el
dinero recibido, notas en que dos
fiscales le piden por escrito a Montesinos que les remita su mensualidad de 500 dólares y hasta contratos en la que
los hermanos Winter reconocen, expresamente, estar recibiendo varios millones
de dólares, a cambio de poner la línea editorial de Frecuencia Latina TV a
favor del Gobierno.
FACILIDADES
A Matilde Pinchi, sopesando el
valor de lo aportado por su colaboración, no se le detuvo. Pero si se le impuso
una condena de cuatro años de prisión suspendida y el pago de una reparación
civil de un millón de dólares.
La publicación cuenta
detalladamente la caída de Montesinos en Venezuela. Aquí jugó un papel muy importante el FBI de Estados Unidos.
Mientras que el dictador Hugo Chávez trato de ganarse indulgencias ajenas que,
obviamente, ni siquiera hizo.
Su actuación fue, para muchos,
hasta de protección. Aunque al final se vio obligado a ordenar la intervención del servicio de
inteligencia de su país, quien lo entregó a la autoridades peruanas,
encabezadas por el Ministro del Interior del Perú, Antonio Ketín Vidal, quienes
lo trajeron preso a Lima por vía aérea.
En realidad, el país del norte
dio facilidades en todos los casos en los que las personas o dinero vinculados
a los sátrapas pasaron por Estados Unidos. Fue así como Víctor Venero, operador
mafioso y testaferro fue capturado en Miami. En el Pacific Industrial Bank de dicha
nación se detectó 38 millones de dólares a nombre de Montesinos.
ENCERRADO
El que fue asesor presidencial de
inteligencia alquiló una casa en el peligro barrio pobre de El Amparo en
Caracas Venezuela. La pasaba encerrado en una habitación de 3 por 5, viendo
televisión y a veces lloraba porque temía por su vida. El hombre buscado en su
país de origen y en varias partes del mundo se había quedado sin dinero en
efectivo disponible.
Cometió un grave error, en su
afán de seguir manteniéndose escondido y pagar a sus custodios, al comunicarse
por correo electrónico con un funcionario de un banco para sacar plata. Lo
descubrieron y al poco tiempo cayó.
Antes quiso cobrar unos
certificados bancarios, por medio de otra persona, enviados desde Lima por su
hija Silvana. Pero fracasó rotundamente. Lloró otra vez, pataleó y hasta
amenazó a los funcionarios bancarios. Nones. No había plata para él. Todo el
esfuerzo fue en vano.
Ugaz cuenta que lo detuvieron en
un grifo gasolinero, después de haber sido traicionado por aquellos que contrató como fuerza de seguridad. Uno de lo que fungía de ser su guardaespaldas, José
Nuñez, llamó a la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela (DIM), cuyos
efectivos lo recogieron y detuvieron.
Como complemento, hay un capítulo
entero en el libro sobre la extradición y el juicio a Fujimori, a manera de
corolario del castigo justo por los delitos cometidos. Asimismo se trata en la publicación
sobre los millones de las compras militares, el tráfico de armas y otros temas
que contribuyen por completo a conocer, en profundidad, este flagelo que afectó
completamente a la sociedad peruana.
Javier Corrochano: primer colaborador eficaz (Foto Caretas).
Javier Corrochano: primer colaborador eficaz (Foto Caretas).
ERRORES
En cuanto a los errores de forma
y tan sólo de escritura subrayados al inicio de esta nota, el primero de ellos
que encontramos en el volumen que hemos leído está relacionado con un concepto
escrito por el autor. Habla, indebidamente, del “Día de todos los santos que
algunos prefieren llamar de todos los muertos”. No es así. Son efemérides distintas y separadas por un día.
Es decir 24 horas. Una se cumple el 1° de Noviembre y la otra el 2 del mismo
mes. La expresión es, pues, impropia.
El autor erróneamente convierte a
Gino Costa en Defensor del Pueblo Adjunto. Este cargo lo desempeño Walter Albán
y el aludido si fue un eficiente funcionario de esa prestigiada entidad estatal,
pero no con ese puesto. Al Almirante Alfredo Palacios Dongo lo denomina
indebidamente como “Alfonso Palacios Dongo”. Habla de una Matilde Pinchi
“serena pero tensa” Las dos aptitudes juntas no se dan. Si se esta tensa, no se
está serena. Imposible. Todos estos gazapos y dislates sería bueno corregirlos
para una segunda edición del libro que, efectivamente, merece tener más lectores.
Ahora bien, lo encomiable es el
relato en si que aporta luces por completo y eso merece aplausos. Felizmente
Fujimori y Montesinos están presos. Uno en la Diroes con pena efectiva de 25
años. El otro en la Basa Naval del Callao, la cárcel que el mismo mando
construir para los terroristas. La pena mayor y de rigor, hasta ahora, para
este hampón es también de 25 años. La justicia dio luces y no obstante la corrupción
sigue en el país con otros protagonistas. Hay, de parte de las autoridades, la
obligación de pararla. (Edgardo de
Noriega).
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