miércoles, 27 de febrero de 2013

FAUCETT: PIONERO DE LA AVIACION COMERCIAL

En la década de 1920 a 1930 se inicia el despegue de la aviación militar y comercial en el Perú. Pero antes de que los primeros aparatos militares sobrevolaran los cielos de las Palmas-donde ya funcionaba desde 1922 la Escuela Militar de Aviación- y de que se fundara en nuestro país La Panagra, que fue la primera empresa de aviación comercial surgida en el Perú, hubo una gloriosa etapa pre inaugural de sorprendentes raids, pero también de trágicos y heroicos percances.
En esta riesgosa edad de nuestra aviación que empleaba monoplanos de lona y madera, rindieron el tributo de sus vidas hombres como: Octavio Espinoza, Carlos Huguet, Carlos Augusto Hildebrandt, el intrépido aviador cuzqueño  Alejandro Velasco Astete, César Cossío, el mayor Guillermo Protzel,  Luis Garland Higginson, entre los ases peruanos y los aviadores extranjeros Paul de Beaudiez, Walter Pack y José Romanet, fueron los primeros promotores, héroes militares y civiles que sembraron el cielo que antes sólo habían tramontado águilas y cóndores de raids  y hazañas de ruta y conquistas.
Esa es la época de los primeros aviones Curtiss. Son los años de los improvisados campos de aterrizaje en Bellavista, Santa Beatriz, Maranga y Las Palmas. Son los años en que se funda la Escuela de Aviación Civil y en la que llegan a ella instructores y mecánicos expertos técnicos extranjeros. Son los años inaugurales de los gringos Lloyd R. Moore, fundador de Panagra y de Elmer J. Faucett, el notable pionero de la aviación comercial cuyo apellido fue conocido en todo el Perú como las alas de sus aviones.
INTREPIDO
Elmer J. Faucett, intrépido aviador y empresario norteamericano, no solamente probó con sus raids iniciales que la aviación era el medio de transporte más adecuado para la compleja y terrible geografía peruana, sino que  su propia compañía por más de 60 años, recorrió diariamente con sus más modernos aparatos cada rincón del territorio peruano.
“La forma más práctica de unir a los pueblos del país, a todos, aún a los más distantes, es mediante la aviación”, decía frecuentemente Elmer J Faucett, a quien sus camaradas y viejos amigos llamaban sencillamente “Slim”
Elmer J Faucett pertenecía a una familia de granjeros a quienes el afán de conquista trasladó a las cercanías de Nueva York. Allí nació el 15 de Marzo de 1891, en el pueblo de Savona. Abandona su vida apacible de campesino y cuando cumple 24 años entra a trabajar en la fábrica de aviones Curtiss, cercana a Hammondspot, como mecánico.

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Elmer J Faucett

En 1916 sirvió como soldado de infantería a las órdenes del General Pershing, en la frontera con México. Durante la  Primera Guerra Mundial, Faucett se enroló en la Armada y fue destacado a la fábrica de Curtiss, donde había hecho su aprendizaje inicial. Estaba feliz entre sus máquinas voladoras. Precisamente es durante este periodo que empieza a volar, teniendo entre sus maestros al célebre piloto de autogiro Jim Ray y el experimentado experto de pruebas, Jim Benett.
MECANICO
La fábrica de aviones donde siguió trabajando después de la guerra, estaba dirigida por uno de los grandes pioneros de la aeronáutica mundial: Glen Curtiss, el primer hombre que voló más de un kilómetro en un avión. En 1920 Faucett llegó a ser mecánico-jefe en el campo Roosevelt de la Curtiss. Allí cometió una  falta de disciplina; sin autorización para volar, tomó una maquina y se lanzó en su primer vuelo solo. Lo despidieron de inmediato.
Aquí  llegó sólo como mecánico, pero quería ser piloto y lo consiguió. El primer brevete (N° 1) que entonces entregó la Escuela Civil de Aviación fue conquistado por “Slim”, en su primer vuelo solitario, realizado del 5 de Mayo de 1921, en el campo de la Mar Brava, entre Bellavista y el Callao.
Pero él quería pilotear su propio avión y es así, según cuenta el periodista Martín Garay en amena crónica sobre los raids de Faucett, como asociándose con Curtiss Dillon, contratista  del ferrocarril tanto en el Perú como en Bolivia, alquiló un viejo biplano “Oriole” que éste no podía pilotear. El alquiler lo pagó con sus pocos ahorros. Y con ese mismo “ Oriole” que reparó con sus propias manos y puso a punto, inició una serie de vuelos a ras de la costa, llevando correspondencia entre Lima y las principales ciudades norteñas. Esto ocurría en 1921.
“Slim” tenía los ojos azules puestos en la conquista de la selva por el aire. Quería unir en un solo vuelo Lima con Iquitos. Entonces la ruta terrestre era una verdadera proeza caminera que duraba casi un mes. Las rutas marítimas y las rutas fluviales eran igualmente largas y tediosas.
IQUITOS
Fue entonces cuando Elmer J. Faucett se propuso cubrir aquella distancia de miles de kilómetros en su “Oriole”, mediante el empleo de dos etapas: Lima- Chiclayo y Chiclayo-Iquitos. El 11 de Setiembre de 1922,  Faucett se puso la gorra de cuero, los lentes de aviador, el terno de corduroy y las botas con pasadores y, desde el antiguo Hipódromo de Santa Beatriz, emprendió vuelo a  Chiclayo. Allí aterrizó el mismo día. Tuvo un gran recibimiento, pero comprobó que no podía seguir hacia la selva,  porque su avión no estaba en buenas condiciones. Se quedó en Chiclayo en espera del segundo vuelo.
Faucett surcó el cielo partiendo de Chiclayo el 15 de Octubre de 1922 a las siete de la mañana, en un avión con el que remontó los Andes a la altura de 10 mil pies, enfiló hacia el Abra de Porculla. Siguió el río Marañón hacia la meseta del Amazonas, tomó las selvas nororientes y cuando estaba a la desembocadura del río Tigre, muy cerca de Nauta, un feroz temporal lo obligó a un aterrizaje de emergencia a orillas del río.
Hasta entonces había volado ya 900 kilómetros. Al aterrizar de emergencia cayó sobre un banco de arena y la hélice de su nave se rompió, habiéndose quedado a sólo 129 kilómetros de Iquitos. Fue rescatado por la embarcación “Melita” y tras una breve travesía llegó a Iquitos y después regresó en busca de su avión, para luego transportarlo a la capital de Loreto en una balsa especialmente construida. El raid prácticamente había sido realizado, la proeza  se había cumplido.

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Uno de los aviones Faucett

PREMIO
Por esa época el diario norteamericano The Aeronautical Digest publicó esta información: “Este es uno de los vuelos más notables que se hayan registrado en el mundo y que confirma cuanto se ha dicho a cerca de las posibilidades de comunicación entre la costa del Pacífico y la meseta amazónica.
Hasta antes de la hazaña de Faucett,  la ruta más cómoda y directa entre Lima e Iquitos era a través del  Istmo de Panamá. El Presidente Leguía lo congratuló y lo premió con 5 mil soles.
Tras una serie de arriesgados vuelos que asombraron el continente, Faucett formó una pequeña empresa de transporte de pasajeros y correo denominada “Aerolineas”W, en la cual permaneció hasta 1925. Un “Oriole” de 150 caballos de fuerza y un “Fairchild” componían toda la flota.
Fue entonces que” Slim”  Faucett se lanzó a la búsqueda de capitales peruanos para crear una nueva empresa. En 1928 un dilecto grupo de amigos apoyó su iniciativa. Arreglados los pormenores,  el primero de mayo los señores Santiago Acuña, Armando Fabbri, Manuel Gallagher, P. Winder  y Ernesto Ayulo, solicitaron al Gobierno la autorización para operar “un servicio aéreo de carga y pasajeros”.
LOS “STINSON”
El 4 de Junio de ese mismo año salió la Resolución Suprema N° 736 que autorizaba dichas actividades. El capital inicial de la compañía  fue de cien mil soles. Las primeras unidades con que se iniciaron las operaciones fueron dos pequeños “Stinson” Detroiters equipados con motores Curtiss Wright de 220 caballos de fuerza y cabina con seis asientos. Dicen que en los años iniciales de esta empresa, el propio “Slim” solía ir al aeropuerto de Santa Cruz y al de Corpac, para revisar el motor de sus aviones y el estado general de los aparatos.
Un año después de  su fundación, el capital de la compañía Faucett se incrementó a una suma fabulosa para la época: 450 mil soles. Esto se produjo con la integración al Directorio del señor CM Keys, de la fábrica norteamericana de aviones Curtiss. Con el concurso de otros distinguidos empresarios peruanos como Antonio Bentín Mujica, Eduardo Dibos Dammert, Eduardo Aspíllaga y el legendario aviador militar, General Armando Revoredo Iglesias, la empresa fue incrementando el número de sus aviones, extendiendo sus rutas y modernizando sus servicios. En 1935, las acciones que se encontraban en Estados Unidos fueron transferidas a peruanos. 
BASE AEREA
Las primeras oficinas de Faucett estaban ubicadas en la calle Baquijano, frente al Palais Concert, en los altos de la peluquería Lugo. Luego se trasladaron a la calle La Rifa. Por el año de 1929, “Slim” dejó su campo de la Mar Brava-donde empezó sus operaciones- para trasladarse al de Santa Cruz, a corta distancia del Country Club de Lima, a mitad del camino a Miraflores. Ahí la compañía construyó una base aérea altamente eficiente y autoabastecida para su funcionamiento En esta fase, Faucett instaló su oficina principal en la planta baja del Hotel Bolívar, frente a la Plaza San Martín. De tarde en tarde, “Slim” salía al Bar “Colonial” a saborear su pisco favorito, en amenas tertulias con sus amigos y clientes.


Aeropuerto de Limatambo donde aterrizaron los aviones de Faucett.

En 1932, al producirse el conflicto del Nor Oriente, Faucett ofreció sus servicios al Perú presentando sus aviones y pilotos para el transporte de personal militar y de carga. Durante el periodo de apoyo, los “Stinson” de Faucett hicieron 150 viajes redondos y transportaron unas 100 toneladas de carga. Los pilotos de aquellas maquinas fueron Ray Williams, Dan Tobin y el Capitán Martínez de Pinillos.  Frente a dicha emergencias, Faucett suspendió sus operaciones comerciales hasta el primero de Julio de 1933.
La creatividad y el ingenio mecánico de Faucett rindieron sus frutos cuando en 1934, un 20 de Septiembre, un  avión “Stinson” (el N° 5) con colores amarillo y naranja, rediseñado completamente en el país, emprendió su máxima de fuego: volar evolucionando y maniobrando con facilidad. Así permanecieron durante una hora, los pilotos Gale Alexander y Elmer Faucett, probando todos los instrumentos y controles de vuelo.  Al cabo de ese tiempo y de un  aterrizaje perfecto, había culminado otra hazaña del aguilucho norteamericano.
CONDECORACIONES
Uno de estos aviones construidos por Faucett en  el Perú, el “Stinson” N°  17, fue el que utilizó Armando Revoredo  para realizar su triunfal raid Lima- Buenos Aires.
Recogiendo la admiración ciudadana, el 1° de Junio de 1935, Elmer J. Faucett, recibió del Gobierno peruano la “Cruz de Aviación” en Primer Grado. Dos años después obtuvo la “Orden del Sol” y luego muchas otras condecoraciones.
Los cuarenta años que pasó en nuestra patria  enraizaron profundamente su corazón a esta tierra. Cuentan que próximo a su muerte, pidió ser enterrado en Lima. En su casa de San Isidro, falleció serenamente el 10 de Abril de 1960.
Dejó su dinero para la fundación Faucett, entidad destinada a fomentar entre nuestra juventud su vocación y su amor por la aviación y para ayudar a todos los muchachos que quieran ser aviadores. 
Personalmente lo recordamos en una conferencia de prensa ofrecida en el  Bolívar. Bebió dos o tres piscos sours con especial deleite de buen catador. Dijo algunos chistes como los que cuentan los gringos. Y cuando los caídos párpados que siempre parecían tenerlo al borde del sueño, se cerraron un poco mas, dijo: “Chau. Me voy porque ya estoy con los motores apagados”. (Jorge Donayre Belaúnde)

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