miércoles, 13 de marzo de 2013

CHAVEZ: EL DICTADOR DE CAPA Y ESPADA

Hay un hecho evidente que hay que reconocer como entera habilidad política,  precisamente, cuando el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se ha ido de este mundo. Nos referimos, así nos cueste, a su  capacidad para imponerse y triunfar.  A  pesar de sus incongruencias.  Una popularidad constante y total de infinidad de años reflejada en las urnas y las elecciones, una tras otra, que ganó efectivamente en su país. A capa y espada, a sangre y fuego, a como de lugar.
El recuerdo de los venezolanos sigue persistente hacia tal indiscutible mito que  en su calidad de  controvertido mandatario impuso drásticamente sus caprichos, en medio de un soterrado y poco consistente socialismo denominado etéreamente por él mismo,  del siglo XXI. Una rimbombante y peculiar definición que trajo diversos y serios problemas al pueblo hermano, como realidad indiscutible
Probablemente, la incontenible remembranza de lo que queda de Chávez seguirá imponiéndose en tierras llaneras.  Incluso por inercia  rendirá sus frutos cuando se elija, dentro de poco, a su sucesor Nicolás Maduro: el títere principal e indiscutible de Chávez.
Dejémonos de macanas, los resultados de las elecciones el próximo mes en Venezuela  están cantados con fraude si fuese necesario o sin él. Aunque lo primero no vale la pena. La memoria del comandante puede más a la hora de los votos.


Hugo Chavez Frías gobernó Venezuela 14 largos años

DEMERITOS
Entonces, la elección de Maduro sería un hecho contundente en el camino, por supuesto, de continuar la labor del zarandeado militar. Lo que hace prever que cambios totales y definitivos, por el momento, no habrán. La continuidad en el desbarajuste parece ser que seguirá por un buen tiempo todavía, Aunque no hay mal que dure tantos años. Ni cuerpo que lo resista.
Una cadena de  deméritos,  definitivamente, existieron en la  vida de este hombre tan peculiar en su modo de ser y de actuar. Marcó a su país, marcó al continente con sus barbaridades como las casas alba, llenas de ideología superada por completo, llenas de ambiciones de dominio que tienen que ser apabulladas por la libertad, como condición insuperable de vida democrática.
Lo que  representa Chávez ante la historia es de por sí rechazable en su condición indiscutible de haber sido un dictador, un autócrata de marras y de la peor especie que llevó a su pueblo, con demagogia y desenfreno, al peor de los fracasos tanto sociales como económicos. Mientras que a América Latina la puso en la estacada de la desaprobación democrática, en medio de un desprestigio internacional palpable. 
CONVULSION
Cuatro elecciones ganadas. Catorce años de gobierno, de 1999 al 2013. Un tiempo evidentemente largo. Con periodos  en el limbo y en el secreto persistente  de no dar exactamente a conocer su estado de salud. Modalidades propias de las dictaduras zamarras. Hasta que, final y lamentablemente, el flagelo del cáncer cobró otra víctima más. La enfermedad del comandante duró casi dos años.
Para mal, Chávez convulsionó por completo a Venezuela. Cambió la carta magna, el nombre del país, la bandera, el escudo y todo lo que pudo. Sin miramiento alguno.  En una campaña electoral permanente, porque eso exactamente fueron sus gobiernos consecutivos, donde nacionalizó amplios sectores de la economía. Asimismo, sin empacho alguno, modificó la estructura del Estado y dio un giro radical a la diplomacia

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Maduro al lado del féretro del mandatario.

Su discutido proyecto vino acompañado de una feroz polarización que dividió familias, rompió amistades y enrareció el ambiente en empresas y organismos públicos de un país cuyo principal tema de conversación, desde  hace muchísimos años, sigue siendo Chávez.
Considerado por muchos como el heredero de su "padre ideológico” Fidel Castro, exportó sus amores y rencores a toda la región y quiso propagar su mensaje a buena parte del mundo, donde la palabra Chávez comenzó a asociarse a Venezuela tanto como sus hermosas reinas de belleza, afamados beisbolistas e interminables telenovelas.
EL DIABLO
Atacó sin freno a Estados Unidos. No hubo foro, gira o campaña en que no lanzara su invectiva frontal y virulenta contra Washington y no dudó en hermanarse con todo líder que compartiera su aversión por la Casa Blanca  o su apoyo por Irán o Irak, Zimbabue o Siria, sin distingo de credo político.
Nada como su discurso del 2006 ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) para sintetizar su histrionismo cuando, desde el podio en el que había hablado el día anterior George W. Bush, clamó mientras se persignaba: "Ayer estuvo el diablo aquí, huele a azufre todavía" Su extemporánea presentación levantaría una andanada de aplausos y críticas, murmullos y no pocas sonrisas
Célebre por sus maratónicos discursos en la verticalidad permanente de su lógica castrense. Incluso disertaba sobre lo humano y lo divino. Su record fue hablar una vez nada más y nada menos que nueve horas continuadas. 
EL PRESIDENTE MAS JOVEN
Irrumpió en la política con un golpe de estado que llamó bolivariano y que fracasó por completo, el 4 de  febrero de 1992.  Tan es así que fue a parar a la cárcel por dos años. Pero antes,  el pueblo lo vio por primera vez con su boina roja de paracaidista y su porte militar altivo. Aunque se le percibía como un díscolo soldado, dejó indiscutiblemente huella.
Posteriormente no le hizo mella ni la acusación de golpista. Ni las críticas por su nula experiencia política. Ni los gritos de que era un comunista disfrazado.  Nada le impidió convertirse, en 1999, en el Presidente más joven de Venezuela. Con una nueva Constitución como promesa para refundar la patria.
Resultó ser el huracán bolivariano y desató un inclemente combate contra los partidos a los que llamó tradicionales. Acción Democrática, los famosos adecos de Carlos Andrés Pérez tan ligada al  Apra del Perú  y cuyo líder principal era compadre de Alan García, a la cabeza  del mayor de los desprestigios dirigenciales, acusada de corrupción plena.
GOLPE DE 48 HORAS
 Lo mismo pasaba con los social cristianos del COPEI y Rafael Caldera de dirigente primordial alejado, reducido a su mínima expresión. Los dos venezolanos y el peruano presidentes de la república en sus países, durante distintas épocas.
La lucha desenfrenada  también afectó por completo a la prensa que se quedó rápidamente sin libertad de expresión de por medio, a la jerarquía eclesiástica, la elite empresarial, antiguos compañeros de armas y buena parte de la ciudadanía que al unísono lo acusaban de conducir al país al abismo y al fracaso.
La situación política grave explotó en abril del 2002, cuando fue derrocado en un golpe que abortó en 48 horas. Rescatado por militares leales y en medio de marchas populares, convirtió su "hora más oscura" en un mayúsculo triunfo político.
No sería la última vez que sobreviviera milagrosamente cuando sus adversarios lo tenían contra las cuerdas, como cuando presionaron por su renuncia con un feroz paro petrolero a fines de 2002 o cuando trataron, el 2004, de revocar su mandato mediante un referendo previsto en la carta magna que él mismo impulsó. 


Realmente un mito para el pueblo.

LOS RICOS
Con cada embate, el líder bolivariano ganó más poder y se fue radicalizando hasta que finalmente logró el 2006 una reelección récord al grito de "patria, socialismo o muerte", aupado por sus "misiones" sociales en alimentación, salud y alfabetización financiadas con la enorme renta petrolera.
Las últimas elecciones se las ganó a su opositor Henrique Capriles para el periodo 2013-2019. El candidato triunfante y reelecto no pudo asumir el poder por el mal que lo aquejaba y que a la postre lo llevó a la muerte.
Chávez gobernó en permanente "vivo y directo" desde la TV, empeñado en dar vida a su heterogéneo socialismo criollo de influencias bolivarianas, cristianas y fidelistas."Ser rico es malo, es inhumano. Así lo digo y condeno a los ricos", aseveró sin titubear ante los empresarios el año 2005.
En su mítico programa dominical "Aló, Presidente", Chávez se mostró en estado puro, con ese estilo de acusador al detalle donde todo pasaba por su firma, entremezclando reflexiones políticas, filosóficas y personales con canciones de amor, chistes, anécdotas e interminables polémicas.
Dotado de una innegable simpatía caribeña y muchos recursos, su oratoria encandiló a humildes obreros de las míseras barriadas venezolanas, sesudos intelectuales de izquierda y rutilantes estrellas de Hollywood, a quienes dedicaba sentidas palabras de lucha social, amor por los humildes y respeto para los pueblos
MONEDITA DE ORO
Pero esa misma elocuencia era puro veneno para sus enemigos, a quienes dirigió palabras de odio, resentimiento y exclusión en una batalla mediática donde toda descalificación era válida para combatir a sus críticos, algunos de los cuales huyeron del país o acabaron presos acusados de corruptos o golpistas.
Chávez, en su estilo desenfadado, le cantaba una copla a la dura polarización que despertaba: "No soy monedita de oro pa' caerles bien a todos, así nací y así soy, si no me quieren, ni modo", mientras sus detractores lo comparaban con cualquier tirano vivo o muerto.  Lo acusaron de megalómano, corrupto y hasta loco.
Su popularidad casi religiosa osciló al ritmo del precio del barril de crudo, del que el país depende cada día más para la importación de alimentos y todo tipo de bienes y servicios sosteniendo una inflación que, aunque inferior a la que heredó, está clasificada como una de las más altas del mundo.
EL PBI
Sus heterodoxas políticas económicas estuvieron marcadas por la hiper regulación del sector privado, con controles de precios y de cambio, faraónicos proyectos de los que muchos quedaron inclusos. Tuvo en su puño una serie de fondos paraestatales que le dieron un control sin precedentes sobre el presupuesto público.
De acuerdo con informaciones que el propio Gobierno venezolano ha dado a conocer anteriormente en torno a la economía del país, el Producto Bruto Interno (PBI) pasó de US$91.000 millones en 1999 a US$320.000 millones en el 2012, impulsado principalmente por la renta petrolera. Sin embargo, la inflación no varió casi nada y se mantuvo  con una tasa por encima del 20%.
Lo cierto es que Venezuela culminó el 2012 con un alto déficit fiscal y una crisis cambiaria producto de la propia política intervencionista que  se emprendió en el 2003, con la nacionalización de la petrolera  PDVSA.


En su programa de television, Alo Presidente

PILARES
Esta nefasta y poco práctica acción se aplicó también en otros sectores estratégicos tales como: el cementero, siderúrgico, alimenticio, eléctrico, telecomunicaciones y hasta el bancario.
Si bien dicha  política  permitió  armar una estructura de fondos para financiar una serie de programas sociales, también le costó a Venezuela miles de millones para destinar el pago de indemnizaciones a empresas y provocó una caída en las inversiones. Las relaciones con el sector privado no eran de las mejores por las expropiaciones ejecutadas.
El socialismo es así, trata de apoderarse de los medios de producción y en el caso venezolano no fue diferente. El gobierno nunca se planteó crear, sino tomar lo creado. Tales premisas formaron parte del comentario diario y permanente de los círculos económicos prominentes del país.
Otro de los pilares fue buscar nuevos socios comerciales, debido a su enfrentamiento político con Estados Unidos. Así se cerraron acuerdos con economías emergentes como China, Rusia y Brasil, países de los cuales obtenía préstamos a cambio de la venta casi exclusiva del crudo llanero. El resultado al cierre del 2012: una deuda externa de Venezuela estimada en US$ 80.000 millones. 
PERO…
Por otra parte, la moneda oficial (el bolívar) de Venezuela sufrió una sobrevaloración continúa debido al control de cambio dictaminado por el Gobierno. Sin embargo, pese a sucesivas devaluaciones, el bolívar terminó dependiendo de las importaciones, principalmente de los productos agrícolas. Lo que provocó, en muchos casos, una escasez de productos básicos afectando a los sectores más vulnerables.
Para muchos entendidos y especialistas, las políticas intervencionistas y controladoras debilitaron al país al hacerlo menos atractivo para la inversión. Pero dejaron una conciencia social que en el futuro no dejará de tener peso sobre la economía.
Lejos de un socialismo clásico, la bonanza petrolera propició un auge del consumo sin precedentes que llegó de manera masiva a las clases bajas, disparando las compras de autos, celulares y televisores en medio de un aparente y peligroso clima de prosperidad.
Con Chávez siempre hubo un "pero", a favor o en contra. Creó nuevos programas de salud, alimentos baratos y educación para los más pobres, pero no dio respuesta al crecimiento alarmante del crimen y la corrupción.


Con  Gadafi: amistad internacional extraña,

SU CULPA
Marginó a la clase media, a los emprendedores y a sus críticos, pero dio visibilidad a los excluidos. Atemperó las brutales desigualdades sociales de un país enormemente rico lleno de pobres, pero no tuvo soluciones para problemas estructurales que castran al país desde hace décadas.
Clamó una segunda independencia que termine la obra que inició hace 200 años el Libertador Simón Bolívar. Pero sin poder desatar a su país de la dictadura económica del petróleo, con un socialismo que se quedó a medio camino "entre lo que no acaba de nacer y lo que no acaba de morir".
"Yo asumo mi culpa", retó a aliados y adversarios en uno de sus últimos consejos de ministros, mientras hacía planes para el nuevo mandato de seis años con el que planeaba sellar dos décadas en el poder. 
ALIANZAS
Extrovertido, carismático y alejado del recato, su liderazgo tuvo más de espiritual y religioso que de político y revolucionario. Por su discurso, fundamentalmente nacionalista, pasaron Jesucristo, el Che Guevara, Mao, Simón Bolívar o Marx en una extraña comunión que Chávez consiguió armar en forma de doctrina.
Defendió el socialismo con la cruz en la mano, oró en silencio en una capilla mientras el país lo miraba por televisión y viajó hacia nuevas operaciones quirúrgicas a Cuba, saludando desde un coche con una imagen de Jesucristo bajo la que se podía leer: "Y te sanaré".
Amigo de los líderes más polémicos, como el iraní, Mahmud Ahmadineyad, o el fallecido dictador libio Muamar  Gadafi,  Chávez conjugó el tradicional caudillismo latinoamericano con una prédica en defensa de las luchas sociales.
Sus críticas a la “hegemonía imperialista” lo llevaron  a alianzas polémicas con mandatarios de países que se han visto cuestionados por sus actitudes antidemocráticas. El acercamiento a países como Irán, Siria, Libia o Bielorrusia  buscaba, según afirmaba, impulsar un mundo “multipolar”.


Y a pesar de todo, algunas venezolanas  lloran su partida

COMPROMISOS
Tanta fue su compromiso con estas amistades que, incluso, llegó a calificar de “mártir” a  Gadafi, el dictador libio derrocado en octubre de 2011 tras más de cuatro décadas en el gobierno y se convirtió en el único líder mundial en apoyarlo a ultranza.
Compañeros de batallas en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en Venezuela todavía se recuerda la carpa que el entonces líder libio instaló en la turística isla de Margarita, en septiembre del 2009, para la II Cumbre América del Sur-África (ASA).
Fue además un fiero defensor del presidente sirio, Bashar Al Assad, al que consideró “víctima de una arremetida fascista”. Los vínculos con Siria datan de 2006 y se han traducido en una treintena de convenios, principalmente en materia alimentaria y también energética, como la que incluyó la construcción de una refinería en Homs. 
FRENAR
Precisamente en una visita de su “hermano” Al Asad a Caracas en junio de 2010,  Chávez bromeó al decir que ambos formaban parte del llamado “Eje del Mal, el grupo de países a quienes el ex presidente estadounidense George W. Bush puso en su punto de mira y en el que incluyó a Iraq, Irán y Corea del Norte.
Pero el presidente venezolano matizó entonces que las siglas de ese grupo correspondían al “Movimiento de los Aliados Libres” (MAL), que incluía a todos aquellos países que contribuyen a la creación de un mundo “multipolar” y que citó como enemigos comunes “el imperio yanqui y el estado genocida de Israel”.
Desde que  llegó al poder en 1999, las relaciones exteriores de Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, no han dejado de levantar polvareda. Chávez recibió varias veces la visita al territorio venezolano del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.


Ni los niños se salvan  y los convierten en fanáticos

 Incluso en medio de las tensiones en el Golfo Pérsico y una creciente presión de parte de los países occidentales por el supuesto programa nuclear con fines militares de Teherán. “No quisiéramos que esa tarea nos hubiera tocado. Pero nos ha tocado, frenar, frenar, frenar la locura imperialista que ahora se ha desatado como nunca antes jamás en mucho tiempo”, indicó en una oportunidad Chávez.
RELACIONES POLEMICAS
Con la llegada de Ahmadineyad al Gobierno el 2005, las relaciones entre Venezuela e Irán se han  estrechado tanto ideológicamente como en el sector económico, con cerca de 5.000 millones de dólares de intercambio comercial. Además de acuerdos de cooperación en sectores como el energético.
Junto con Irán, las relaciones con Siria, Libia o Bielorrusia centran la mirada internacional, que también sigue de cerca la estrecha relación militar con Rusia o una cierta transigencia hacia el régimen norcoreano.
También polémica fue la relación con el jefe de Estado bielorruso, Alexander Lukashenko, al que algunos consideran el último dictador de Europa y con cuyo país Venezuela tiene un intercambio comercial de 2.000 millones de dólares con acuerdos de construcción, petroleros y de distribución de gas. 
CUBA
El caso norcoreano es el más ambiguo dentro de las relaciones diplomáticas venezolanas. Chávez manifestó su “sincero pesar” por el fallecimiento del líder de Corea del Norte, “camarada” Kim Jong Il.
Evidentemente que las relaciones con Cuba merecen un capítulo aparte. Chávez vinculó a la revolución cubana con su proceso político y consideró a Fidel Castro, un “padre” al que elogió constantemente y en el que ha buscado inspiración para su gobierno.
 Hay de por medio una cifra de inversiones petroleras hacia la isla que llega a los 330 millones de dólares anuales. Eso por un lado. Mientras que por otro, Venezuela paga, cada año, 6.000 millones de dólares a este país por los servicios de 40,000 médicos y enfermeras
La relación con el bloque sudamericano es también signada por la polémica. Como principal impulsor de la llamada izquierda latinoamericana, el mandatario se acercó en sus ideas a presidentes como Rafael Correa, cuestionado por sus atentados contra los medios de comunicación críticos a su gobierno al igual que Chávez.
Otros presidentes sudamericanos censurados por presuntas actitudes antidemocráticas, como Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales, también estuvieron a su lado y siempre coincidiendo, sin discrepancia alguna con el caudillo venezolano.
HUMALA
 El Presidente del Perú, Ollanta Humala se le escapó de las manos al marcar independencia en las relaciones diplomáticas. Como candidato, el peruano era “uña y mugre” del dictador. Más la primera vez el 2006 que en las últimas elecciones del 2011.

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Conversando con Humala.

Los viajes eran una realidad a cada rato a Caracas con su esposa Nadine Heredia. Mientras que el autócrata, por la televisión alentaba, un día sí y otro también, el triunfo del nacionalista. Entrometiéndose, indebidamente, en los asuntos de la política peruana.
 Hasta se habló de financiamientos monetarios para la campaña electoral del país y las actividades profesionales de la primera dama a través de ONGS y organismos de fachada.  Pero la cosa quedó en consabidos chismes y tan sólo eso, comentarios para la anécdota. Nada se probó fehacientemente. 
IMAGEN
A la hora de los loros y las definiciones, tanto Chávez como Humala cuando llegó al poder, se fueron por el lado que más les convenía y, felizmente, no formamos parte de los países del alba. Nunca pelearon. Pero cada uno estuvo en trincheras distintas. Eso es público y notorio. Hubo, incluso, hasta cierta preferencia en el humalismo por el Brasil de Lula que por  Venezuela.
Logró tras catorce años en el poder proyectar una imagen de hombre que superó las dificultades, describiendo cada uno de sus reveses como victorias.  Haciendo de sus logros hitos de la historia de Venezuela que reivindicó como continuación de las aspiraciones de Bolívar.
Era hijo de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías. Resultó el segundo de los siete descendientes varones de un matrimonio de maestros rurales. Nació el 28 de julio de 1954 en Sabaneta, una localidad del estado Barinas (oeste), en  los  llanos occidentales.
SUEÑO
El único antecedente político en su familia fue su bisabuelo Pedro Pérez Delgado, apodado "Maisanta", un caudillo popular de aquellos que eran alzados rápidamente al grado de general y que peleó contra la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935).



Con sus hijas que saludan y él con el puño en alto

Dijo, en repetidas ocasiones y demostrando evidente orgullo, que tuvo una infancia feliz. Pese a las carencias de la familia que vivía en una casa de paredes de adobe, techo de hoja de palma seca y suelo de tierra.

En busca de su sueño de jugar en las Grandes Ligas de Estados Unidos, Chávez se alistó en 1971 en la Academia Militar, pero no por vocación sino porque su entrenador de béisbol, a quien él admiraba, creía que podía ayudarle en su carrera hacia el estrellato deportivo.

Sin embargo, se graduó  en 1975 como subteniente y el pomposo título de "Licenciado en Ciencias y Artes Militares, Rama Ingeniería, Mención Terrestre" con el que volvió a su tierra, en donde se casó con Nancy Colmenares, con la que tuvo tres hijos:
Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo Rafael. Chávez contrajo matrimonio, en segundas nupcias, con la locutora Marisabel Rodríguez. Con ella procreó otra hija, Rosinés
 
EL CARACAZO
 Su carrera militar fue una sucesión de destinos. Aseguró que se afianzó como "un rebelde" como consecuencia de la represión militar del levantamiento popular de 1989, conocido como "El Caracazo", contra la política económica liberal del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
 Allí en este vil acontecimiento miles de manifestantes fueron masacrados, a vista y paciencia, del propio gobierno por la acción nefasta de las fuerzas del orden. En medio de infinidad de saqueos y de una violencia desenfrenada, sin control alguno
Fue reelegido como Presidente de la República en tres ocasiones, siendo la última en octubre pasado para el periodo 2013-2019, pero el cáncer, que implicó cuatro operaciones quirúrgicas, le impidió llegar a los veinte años en el Gobierno.
 Lo que definitivamente hubiese sido lamentable para los propios venezolanos y el mundo entero. Cristianamente, que descanse en paz este personaje tan peculiar de la tierra del que si fue un genuino libertador eminente e insigne, Simón Bolívar. (Edgardo de Noriega).

4 comentarios:

  1. Inaudita y rechazable la dictadura de Chávez. Este hombre quiso estar en el poder 20 años. Hizo de todo para reventar por completo al pueblo venezolano. Que sirva de lección. Que sirva de precaución. Juan Alberti

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  2. El mito creado es peligroso y llega a extremos tan contradictorios que,definitivamente, merecen rechazarse. Ahora se dice que Estados le inoculó el cáncer. ¿Que es esto?. Una barbaridad de tomo y lomo. Hay que recordar siempre lo que hizo para evitarlo. Esa es la obligación de los venezolanos. Hernan Becerra

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  3. El Comandante Hugo Chávez nubla la historia de Venezuela y de la propia América. Sin embargo tuvo y tiene seguidores. Ha ganado elecciones. Fenómeno que hay que estudiarlo a profundidaD. No queremos dictadores No queremos autocrátas. Queremos democracia. Alberto Solórzano

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  4. No hay derecho que se ataque así a un hombre de la talla de Chávez. Con sus posiciones llevó a los pobres al poder. No se deben tener anteojeras. Chávez lucho por todo el pueblo venezolano. Merece recordársele. Ya paso a la historia. Su socialismo del siglo XXI es válido. Alfredo Cadenillas

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