viernes, 31 de enero de 2014

FASES DE LA OPERACION "CRUSADER"

La operación “Crusader” parecía haber dado buen fruto: los Aliados habían reconquistado Cirenaica, si bien su victoria no era más que una repetición de lo ocurrido en Febrero de 1941, cuando los italianos se vieron obligados a replegarse hasta  Beda Fomm. Con su retirada al oeste de El-Aghelia, Rommel salvó al “Afrikakorps” y las fuerzas del Eje que operaban en el desierto. Pero el precio que pagó por ello fueron las guarniciones de Bardia, Halfaya y Sollum.
Por fin,  el 17 de Diciembre, por primera vez desde que los ejércitos ingleses y los del Eje se habían empeñado en la Operación “Crusader”, los signos que, sobre los planos, indicaban la marcha de los combates, empezaron a disponerse con cierta lógica.
El laberinto de símbolos y de flechas que hasta entonces se habían entrecruzado de forma casi indescifrable, dio paso por fin a un alineamiento en el que aparecían dos frentes definidos con toda claridad.
Al oeste de Ain el-Gazala, las fuerzas inglesas hostigaban al enemigo en retirada. Al este, en el interior de los perímetros defensivos aislados de Italia y de Halfaya, las guarniciones del Eje permanecían impotentes en la retaguardia inglesa, esperando que llegase alguien para liberarlas. Pero sabiendo, por otra parte, que su destino era el de ser cercadas por completo, como sucede inevitablemente a todas las fuerzas no móviles que combaten en un desierto.


Un tanque averiado en pleno desierto.

GUARNICIONES
Estas guarniciones fronterizas constituían una espina en el costado de las fuerzas británicas y, por consiguiente, se las debía eliminar cuanto antes para que quedaran disponibles las unidades que las rodeaban y para asegurar, al mismo tiempo, las vías de comunicación que pasaban por aquellas cercanías.
La eliminación de estos núcleos era importante. Pero no esencial, como lo era la destrucción de las tropas del Eje que se estaban retirando a toda prisa hacia Agedabia. Otro caso como el de Beda Fomm, con la eliminación de Rommel, podría hacer que cayera en manos británicas,,como un fruto maduro, el resto de la costa de Africa septentrional. Más Rommel que era un apasionado de la historia, no tenía la menor intención de permitir que aquel episodio se repitiera en su caso.
Desde luego, aunque estaba decidido a contener el avance enemigo entre Derna y El-Mechilí, mientras fuera posible, no pensaba quedarse en aquella línea en cuanto cayese esta última localidad. Cuando tal cosa ocurriera evacuaría el saliente de Bengasi, obligando al enemigo a pagar el precio más alto posible por esta concesión y destruyendo, al mismo tiempo, todas las instalaciones del puerto.
Pensaba reorganizar sus fuerzas detrás de Marsa del-Bega.  Mientras tanto, mantendría empeñadas las unidades británicas, empleando para ello fuertes destacamentos móviles.
PERSECUCION
La persecución inglesa presentó, en su ejecución, algunos signos de incertidumbre. En una primera fase, los ingleses se contentaron con seguir al enemigo, esperando que se producirían una serie de duros combates de retaguardia.
 Pero después al llegar a El-Mechilí y darse cuenta de pronto que los alemanes maniobraban demasiado rápidamente para que se les pudiera alcanzar, se dejaron llevar por una prisa irreflexiva.
 Se dieron cuenta, entonces, de que un rápido avance, desarrollado fuera  de las carretas para dirigirse directamente sobre Beda Fomm, podría aislar al enemigo. No obstante, el 18 de Diciembre las únicas tropas que podría emplearse en una aventura de este tipo estaban ocupadas en otras muchas otras actividades, lo que demuestra hasta qué punto la rápida retirada de Rommel había sorprendido al General Ritchie.
Con creciente excitación, columnas formadas a toda prisa se lanzaron desde Dern a  El-Mechilí hacia Bengasi por la carretera costera que corría hacia el Sur. Muy pronto la falta de gasolina y de otros medios retrasó el avance y limitó la entidad de cada columna.
 Intervino también otro elemento para entorpecer aquella actividad. En efecto, las condiciones atmosféricas desfavorables y una imprevista disminución del  número de bombarderos de mediana autonomía, disminución provocada por averías mecánicas que redujeron la eficacia de los ataques aéreos contra las columnas enemigas en retirada.


Laberintos de símbolos y flechas en el lugar del conflicto.

FASES
Las fases finales del repliegue de las fuerzas del Eje se caracterizaron por dos episodios muy sintomáticos. El 19 de diciembre, de un solo avión de transporte se descargaron 22 carros de combate destinados a la 15 Panzerdivision. Eran los primeros refuerzos que les llegaban a los alemanes desde que había empezado la ofensiva inglesa. Al mismo tiempo se desembarcaban otros 23 carros de combate en Tripoli.
En vísperas de Navidad, mientras los ingleses se estaban acercando al puerto de Bengasí cuyos muelles, antes tan animados, se hallaban ahora reducidos a un montón de ruinas por efecto de una hábil y minuciosa obra de demolición y cuando la Oasis Force salió de Gialo para dirigirse hacia Agedabia, se trabó una batalla en las proximidades de de Beda Formm.
En esta zona, el 23 de  de Diciembre, los Goldstream Guards que estaban efectuando ataques limitados para valorar la consistencia del enemigo hacia el Oeste, se vieron atacados por la  reconstituida 15° Panzerdivision y tuvieron que retroceder hasta donde se hallaban sus carros de apoyo. 
REACCION
 El 27 de Diciembre, cuando la Brigada Acorazada 22, intentó envolver por el sur a las fuerzas acorazadas del General Cruewell, concentradas en Agedabia, los alemanes reaccionaron con violencia, lanzándose hacia adelante con 60 carros de combate y envolviendo a la brigada inglesa, que había quedado algo expuesta. Al final del combate, quedaron en el campo de batalla 37 carros ingleses y tan sólo 7 alemanes.
Tres días más tarde se produjo otro caso de este “ejemplo de oportunidad”. Esta vez, por el contrario, el resultado fue  de 23 a 7 a favor de las fuerzas armadas del Eje.
En consecuencia, la Brigada Acorazada 22 inglesa dejó de existir, bajo todos los aspectos, como unidad en condiciones de combatir y Rommel pudo reconstruir sus unidades con toda tranquilidad.
Por lo tanto, después del resultado desfavorable de estos últimos combates, la fase de movimiento planeada para la Operación “Crusader” concluyó con una nota de inquietud que puso en guardia a las fuerzas británicas.
En la guerra de posiciones, los ingleses afirmaron su superioridad  en la zona de la frontera. Aquí se encontraban dos guarniciones enemigas: una, en Bardia, estaba constituida por 8 mil 800 hombres, entre soldados italianos de infantería y tropas alemanas de los servicios logísticos, todos al mando del Mayor General alemán Schmitt. La otra se hallaba en Sollum-Halfaya y constaba de 6 mil 300 soldados alemanes e italianos, mandados por el General de Brigada De Giorgi.


Un soldado levanta las manos para salvar la vida.

GUARNICIONES
Ambas guarniciones adolecían de una gran escasez de abastecimientos y, sobre todo, de agua, que los convoyes marítimos, como es lógico, no podían transportar. Pero las dos, bloqueando las carreteras procedentes de Egipto, contribuían a obstaculizar el flujo de abastecimientos hacia las tropas inglesas. Por lo tanto, era necesario eliminarlas rápidamente.
El Teniente General Norrie, después del fracaso de los anteriores intentos llevados a cabo por la inexperta división 2 sudafricana, recibió la orden de llevar a cabo esta misión con el Cuerpo del Ejército XXX y con el menor número de pérdidas posible.
El 31 de Diciembre, apoyadas por los bombarderos medios (cosa que perturbó las mentes más ortodoxas del Ministerio del Aire y las indujo a mandar un telegrama en que manifestaban su sorpresa), por el fuego del crucero Ajax y del cañonero Aphis, por un denso fuego de artillería y por una brigada de carros de combate del tipo Valentine y Mailda, las brigadas 3 y 4 sudafricanas se prepararon para abrir una brecha en los campos minados, en las alambradas y en los fosos contracarro que protegían el sector sudoccidental del perímetro de Bardia. 
DE NOCHE
 Sin embargo, aquí terminaba la semejanza con los ataques anteriores: éste se ejecutaría de noche, conducido por la primera brigada de carros. La experiencia que aquellos hombres habían acumulado en ataques nocturnos realizados repetidas veces durante las fases anteriores de la Operación “Crusader” les convenció de la posibilidad de emplear con éxito casi seguro los carros de combate en la oscuridad.
Atacaron antes del amanecer, consiguiendo abrir una brecha de notables dimensiones. Se esperaba poder aprovechar dicha brecha en el transcurso del día. Pero un enérgico contraataque alemán anuló casi por completo el trabajo y las ventajas conseguidas durante la noche.
Entonces el Comandante de los carros de combate británicos, General de Brigada K. R.B. Watkins, decidió esperar a que llegara la noche siguiente. Y así, lanzándose hacia la parte central de la brecha abierta la noche anterior, consiguió realizar un avance decisivo y adelantando con la infantería en un terreno iluminado por las llamas que brotaban por doquier de los depósitos incendiados y por los cohetes lanzados por los aviones de la Marina, invadió el reducto.
PARLAMENTARIOS
La madrugada del 2 de Enero se presentaron dos parlamentarios para tratar la rendición y poco después los ingleses capturaban 8 mil prisioneros y 35 cañones. Las pérdidas totales de los atacantes ascendían tan sólo a 450 bajas. Con ello, las fuerzas acorazadas británicas habían adoptado, por primera vez, un esquema de ataque que sería aplicado muchas veces en el futuro durante los combates del frente africano.
Para inducir a la rendición a la guarnición de Halfaya, sometida a una verdadera lluvia de granadas, bombas y octavillas de propaganda, no fue necesario un ataque a gran escala. El 12 de Enero se cerró un estrecho asedio en torno a Sollum. Y el 17, hambrientos y sedientos, aturdidos por los bombardeos y engañados sin duda por las octavillas de propaganda, los restos de la guarnición pidieron que se negociase un alto el fuego.
Se había expulsado, por fin, a las fuerzas del Eje de Egipto y de Cirenaica. (Editado, resumido  y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”).

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