Allí permaneció incólume durante
28 largos años como signo evidente de que el mundo estaba separado y dividido
por acción de las ideologías enfrentadas encarnizadamente que representaban a
dos bandos contrarios: el comunismo y el capitalismo. La guerra fría entre las
potencias representativas de tal dicotomía, la Unión Soviética y Estados
Unidos, era una realidad persistente. Hasta que se decidió tumbarlo como un hecho preciso y definitivo de que el
primer bando había perdido la batalla de dominar al mundo. Eso es lo que,
precisamente, se ha conmemorado. Es decir, los 25 años como un triunfo de la
democracia, el último 10 de noviembre, fecha de su histórica desaparición. Como
paso eminente a la libertad.
Había definitivamente con esta
gigantesca construcción dos ideales persistentess que separaban a la República
Federal Alemana (RFA) y el sector germano dominado por los soviéticos que pasó a
llamarse, indebidamente, la República Democrática
Alemana (RDA). Cuando precisamente en
ese país no se ejercía ese sistema de gobierno basado en el voto popular y las
decisiones del pueblo.
Todo esto después de la Segunda
Guerra Mundial. La maltrecha economía soviética y la floreciente Berlín occidental hicieron que, hasta el año
1961, casi tres millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse al
capitalismo.
El famoso muro que dividió al mundo.
El famoso muro que dividió al mundo.
ALAMBRADA
La RDA comenzó a darse cuenta de
la pérdida de población que sufría,
especialmente de los altos perfiles. Entonces, la noche del 12 de Agosto de 1961, decidió
levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos
sólo 12 de ellos.
A la mañana siguiente, las
autoridades colocaron una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba
las dos partes de Berlín. Evidentemente que los medios de transporte se vieron
interrumpidos y nadie podía cruzar, de una parte a otra.
Comenzó, aceleradamente, la
construcción de un muro de ladrillo durante los días siguientes. Las personas, cuyas
casas estaban ubicadas en la línea de construcción, fueron violentamente
desalojadas.
Con el paso de los años hubo muchos intentos
de escape. Algunos lo consiguieron. Pero
el muro resultó ampliándose hasta límites insospechados. Lo que sí aumentó por completo es su seguridad por sus
cuatro costados.
El muro acabó por convertirse en una pared de
hormigón de entre 3.5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables
de acero que aumentó su resistencia. En la parte superior, los expertos
colocaron una superficie semiesférica para que nadie pueda agarrarse a ella.
FRANJA DE LA MUERTE
En el lugar existía la llamada
“franja de la muerte” formada por un foso profundo, una alambrada, una
carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de
alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por
perros bravos, durante las 24 horas del día.
Obviamente que tratar de escapar
era similar a jugar la ruleta rusa, con el depósito cargado de balas. Aun así
fueron muchas las personas que lo intentaron. En 1975, cuarentitres kilómetros
del muro estaban acompañadas de las medidas de seguridad de la franja de la
muerte y el resto estaba protegido por vallas.
Sin embargo, entre 1961 y 1989, más de 5 mil personas trataron de
cruzarlo y sobrepasaron los 3 mil que fueron
detenidas Un total de 192 seres humanos murieron por disparos de balas en el
intento. El último de ellos el 5 de Febrero de 1989. Otros 200 resultaron heridos. 57 alemanes
fugaron a través de un túnel de 145 metros cavado por los occidentales en tres
días: el 3, 4 5 y de Octubre de 1964.
El intento fallido más destacado
fue el de Peter Fechter que intentó superarlo junto con Helmuth Kulbelk. Este
último lo logró con una audacia sin precedentes. Fechter resultó abaleado y murió desangrado. Su drama
inspiró la canción española “Libre”, popularizada por el artista que falleció posteriormente en un accidente automovilístico, Nino Bravo.
La division exacta en la linea roja.
La division exacta en la linea roja.
DESBORDE POPULAR
La caída vino motivada por la
apertura de fronteras entre Austria y Hungría, en mayo de 1989. Cada vez más
alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo, en las distintas embajadas de la
República Federal Alemana.
Este hecho llevó a la realización de enormes manifestaciones
populares que llevaron a que, el 9 de Noviembre de 1989, el gobierno de la RDA
anuncie que estaba permitido el paso hacia el oeste. Ese mismo día, miles de
miles de personas se agolparon en los puntos de control, para poder cruzar al
otro lado. Nadie los pudo detener. El éxodo masivo fue una realidad
Al día siguiente se abrieron las primeras
brechas del muro y comenzó la cuenta atrás para el final de sus días. La
separación forzosa de infinidad de gentes había terminado después de largo tiempo. La libertad comenzó
a imponerse.
A lo largo de su vigencia, los
comunistas lo llamaron el muro de protección antifascista, mientras que parte
de la opinión pública occidental la calificó acertadamente, y como efectivamente
era, la gigantesca pared de la vergüenza.
AVALANCHA
Luego de la avalancha de la
salida permanente de ciudadanos de la RDA, el 9 de Noviembre de 1989, ellos
mismos empezaron a derribar el gigantesco concreto que los separaba con todos
los medios a su disposición: picos,
palas, combos, martillos y todo instrumento que fuese contundente.
Cabe precisar que el virtuoso del
violonchuelo Mstkislav Rostropovich fue
al pie del lugar a animar a los que lo demolían, tocando y cantando
innumerables canciones originarias y típicas de Alemania milenaria.
Durante el proceso de demolición,
el artista alemán Bodo Sperling promovió la idea que se aceptó de salvar un
trozo de la gigantesca pared y se creó allí una galería de arte urbano al aire
libre sobre unos 1,316 metros en una amplia calle a orillas del río Spzee. Más
de 100 artistas de todo el mundo pintaron murales, rindiendo permanente
homenaje a la libertad.
Evidentemente que la caída del
muro tuvo un inmenso significado político porque implicó el fin del régimen
nefasto de la RDA y de los sistemas comunistas de Europa oriental: Polonia,
Bulgaria, Hungría, Rumanía y Checoslovaquia. Lo que es más importante y hay que
tenerlo presente: a los dos años, en 1991, ocurrió inexorable el derrumbe de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
Lo que que se quedó se convirtió en la pared del arte.
Lo que que se quedó se convirtió en la pared del arte.
Mientras el muro caía en 1989,
ese mismo año, treinta mil soldados
rusos abandonaron Afganistán, tras una nefasta guerra que contribuyó al
desangre económico de ese país. La URSS
se dividió en otras 15 repúblicas.
Con el fin de la guerra fría, solo quedó una
superpotencia: Estados Unidos. Mientras que la humanidad sigue buscando el
fortalecimiento de sus ideales. Lo ocurrido en Alemania hace un cuarto de siglo,
definitivamente, fue un gran paso que hay que recordarlo siempre. (Noé)
No hay comentarios:
Publicar un comentario