La riqueza es total y expresiva de peruanidad plena. Cargada
por un trío valioso de manifestaciones religiosas, artísticas y culturales de
renombre. Convertida, desde tiempos inmemoriales, en una manifestación genuina,
propia y típica de otras tres etnias nacionales eminentes y representativas
como: la mestiza, la aymara y la quechua. Sexteto valioso evidentemente. Una intención
eminente y prístina con unión férrea de un pueblo que expresa, con fervor,
alegría e intensidad, las más recónditas creencias al festejar y danzar a
plenitud total para beneplácito general. De los de aquí, de los de allá y de
todo el mundo.
En la Fiesta de la
Virgen de la Candelaria, declarada últimamente y con justicia Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco, que se realiza anualmente en la ciudad de Puno
participan más de 150 conjuntos de danzas nativas que proceden de las
comunidades y parcialidades de ese lejano e ilustre departamento cercano a
Bolivia, en la mismísima inmensidad del imponente Lago Titicaca y a nada más y
nada menos que a 3 mil 850 metros sobre el nivel del mar.
Cada año, en los meses de enero y febrero, aproximadamente
100 mil bailarines están alli atiborrando masivamente las calles. Sin dejar de bailar
rítmica y peculiarmente. Ellos se muestran ataviados con vistosos y coloridos
trajes que llaman por completo la atención de todos los que los ven y los
admiran.
MUSICOS
MUSICOS
Luego del paso de unos 10 mil músicos que con sus
instrumentos nativos expresan sonidos profundos melodiosos y diferentes,
tristes unos, alegres otros y también desgarrantes entre canciones que dan a
conocer determinados estados de ánimo y que les salen del corazón y del alma.
Como parte del homenaje sincero y de fe total a la progenitora de Dios magnánimo
y eterno, la mamacha Candelaria.
La suma total de participantes indirectos de esta efemérides
folklórica, de gran arraigo y popularidad, también es impresionante porque
llega a 35 mil personas más entre
directivos, alferados, bordadores y artesanos que confeccionan caretas, botas,
zapatos, cascabeles, etc.- Es decir, los elementos característicos y peculiares
de esta gran fiesta del Perú profundo.
Imagen de la Virgen de la Candelaria.
Ella es la patrona de la ciudad que esta asociada directamente a la pachamama, el culto a la tierra, simbolizando la pureza y la fertilidad. En la Virgen convergen las esperanzas de los desvalidos y la tenaz esperanza de los creyentes.
Imagen de la Virgen de la Candelaria.
Ella es la patrona de la ciudad que esta asociada directamente a la pachamama, el culto a la tierra, simbolizando la pureza y la fertilidad. En la Virgen convergen las esperanzas de los desvalidos y la tenaz esperanza de los creyentes.
La fiesta se inicia el 24 de Enero y culmina el 18 de
Febrero como preludio del Carnaval. En los primeros días, los danzarines
ensayan lo que será su paso por las calles en corsos pletóricos de alegorías
para estar a punto cuando se de su participación en el Concurso de Danzas
Folklóricas.
A toda hora se escuchan por las arterias de la ciudad los
más variados ritmos de la región interpretados por las personas que empiezan ya
a circular como prólogo al jolgorio que en breve se desatará.
EL ALFERADO
EL ALFERADO
A las tres de la mañana del 1° de Febrero, el
Alferado-organizador y responsable monetario de la festividad- sube a la cumbre
del cerro Azoguini en los alrededores de la ciudad acompañado de sus invitados,
dando comienzo así al rito a la Virgen ofreciendo bebidas espirituosas, rezos e
incluso detonando bombardas por todo lo alto.
Los grupos ataviados por disfraces se dirigen al centro de
la ciudad para participar en las festividades multicolores a través de la danza
denominada “La Morenada”. Al despuntar el alba, La Pandilla, como se denomina
a quienes realizan la ceremonia en el
cerro, desciende bailando dirigiéndose a la Iglesia San Juan Bautista donde se
ubica el santuario de la Virgen de la Candelaria, preparándose para las misas
que se realizarán al aparecer los primeros rayos del sol.
Por la tarde, en la Entrada de Cirios, el Alferado y la
Alferada su esposa salen de su hogar portando la imagen del niño Jesús seguidos
por las autoridades y allegados en devota marcha hacia la Iglesia de San Juan,
llevando velas y cirios encendidos.
La noche, previa al día central, tienen lugar las misas de
vísperas para luego escuchar el tronar de los fuegos artificiales que iluminan
con su resplandor el cielo del altiplano puneño, teniendo como fondo musical los melodiosos acordes
entonados por las bandas de músicos. La ocasión es propicia para que el
Alferado agasaje a la concurrencia con ponche, anisado y cerveza en la entrada
de la Iglesia hasta entrada la noche.
PATRONA
PATRONA
En la jurisdicción actual de la región, la Virgen de la
Candelaria se entronizó como patrona primera en un anexo del pueblo de Huancané
y después en la villa de Puno, En la segunda mitad del siglo XVIII se unieron el
pueblo de San Juan y el de Nuestra Señora de la Concepción. Desde
entonces, esa confluencia era llamada, por lo general, como villa de Puno,
villa capital o simplemente Puno.
La patrona de Puno.
La patrona de Puno.
En lo que se refiere a Huancané, la historia cuenta el peregrinaje del Obispo de la Paz, Juan
Quiespo del Llano y Valdez, por el corregimiento de Paucarcolla de sus
circunscripción y al rememorar su visita a dicho pueblo señaló lo siguiente: “Tiene tres
viceparroquias. Una en la estancia de Toquepani, otra en Inchupalla y la de Arcani, distante nueve leguas con la advocación de La Candelaria”.
El Santuario de la Virgen de la
Candelaria está ubicado en el pueblo de Puñuy que se convierte en el repartimiento de Puno como parte de la
provincia de Paucarcolla, mandado a construir por orden de Fray Domingo de Santo
Tomás en 1591 y la obra concluyó en 1613.
El templo se desplomó en 1881 y
se terminó de reparar en 1911. El indicado pueblo se extendía por lo que es hoy
el Parque Manuel Pino y rendía culto, por aquella época, a San Juan Bautista. Allí funcionaba
la parroquia del mismo nombre. Con fecha 7 de Febrero de 1969, el Obispo de la
Diócesis de Puno, Monseñor Jesús Mateo Calderón Barrueto, le dio al templo la
categoría de “Santuario”.
HISTORIA
Históricamente la primera
localidad de la que se tiene noticia que fue declarada bajo el patronato de la
Virgen de la Candelaria sería Huancané o un anexo del mismo lugar. En la villa
de Puno, la imagen fue entrando a los hogares de los nativos y los españoles
ganando fe y devoción paulatinamente, desde comienzos del siglo XVIII.
El culto a la Virgen ya era una
realidad multiplicante cuando se enfrentaron, en batalla sangrienta, los
españoles virreinales con el ejército
continuador de la lucha de Túpac Amaru II. Los pobladores, en esta oportunidad,
sacaron en procesión a la imagen para pedir su protección. Cuenta la tradición
que los sitiadores, esa misma noche, abandonaron la ciudad. Este hecho en si
fue tomado e interpretado como milagro.
En la primera mitad del siglo XX, la danza de los morenos o sikumorenos gozaba de predilección en la
festividad. Posteriormente, desde la
última década de la centuria pasada, otras bandas comenzaron a ganar
espacio como las comparsas de indios disfrazados de toreros, ángeles, diablos y
llameritos.
Allá por los 50, la llamarada
disputaba la primacía con los morenos. Lo mismo que los sikuris. También
adquirió prestancia la Kullahuada, los Carnavales, los Caporales, las propias
diabladas y las Waca Wacas.
El primer concurso que se
desarrolló en el marco de la festividad es el de sicuris realizado en 1929,
organizado por la Municipalidad Provincial de Puno. Los ganadores fueron los de Ilave, Chucuito, Phusiris de Orkapata,
Sicuris Obreros y los de Huaraya. Puno ganó varias veces los concursos
nacionales de danza. Como por ejemplo en 1935 en Lima y en 1966 en Huancayo.
Los danzantes ataviados con vestidos de colorido inigualable.
BIENVENIDA
En las comunidades ribereñas y en las parcialidades agrícolas al
ritmo de pinquillos, chaqarros, bandos y
zampoñas se alistan los pobladores para participar en el Gran Concurso de
Danzas Autóctonas que se realiza cada año, el 2 de Febrero, en el Estadio
Enrique Torres Balón de la ciudad de Puno.
Un día antes, los conjuntos reciben a la totalidad de banda de músicos,
dándoles la bienvenida con mixturas, serpentinas, cohetes y bombardas. A ellos se les invita ponches y licores. A tal acto se le conoce como la recepción, para participar posteriormente en el pasacalle: un ensayo por las principales
calles de la ciudad.
En las ceremonias litúrgicas intervienen
los representantes de todas las instituciones públicas, quienes acuden al
Santuario para recibir la bendición de la Virgen en horarios por la mañana, al
medio día y la noche. A partir de las dos de la madrugada del primero de
Febrero, se efectúa el estallido de bombardas y camaretazos que se oyen desde las inmediaciones del cerro
Azoguini, en honor a la madre de Dios.
La morenada.
PONCHES
Desde lo alto del cerro, las
melodías de las bandas de músicos acompañan a los invitados a quienes agasajan
con ponches calientes y licores. Horas después, al salir el sol, inician la
caminata al Santuario y celebran la Misa de Albas a las 6 de la mañana. Terminada la
Eucaristía, los alferados invitan a los presentes a sus domicilios para
saborear platos de comida.
Por la tarde, la gente se traslada
al templo portando cirios. Los alferados tienen que ser casados. El cónyuge
lleva el guión y la esposa el niño en sus brazos. Los cirios más grandes son
para las autoridades y los pequeños para los acompañantes. Todos caminan, bajo
los acordes de la banda de músicos.
Por esa misma hora, las
comunidades realizan un pasacalle por las arterias de la ciudad, cargando en
llamas y burros, la leña que se quemará en el Atrio del Santuario. Todo esto al
compás de bombos y tambores. Lo que sigue es una misa en el Santuario y luego
en el atrio del templo se queman fuegos artificiales. Allí se sirven ponches.
con música a discreción.
El día inicial de la fiesta es el
2 de Febrero. Al amanecer los miembros de los conjuntos musicales visitan los
cementerios donde rezan por sus colegas fallecidos. A las 10 de la mañana, se
oficia la Santa Misa en el Santuario y los devotos rinden homenaje ala Virgen.
A continuación se efectúa la procesión por las calles de la
ciudad. Los feligreses acompañan, a la imagen en su recorrido, portando velas y
acompañados de una banda de músicos. Paralelamente, se realiza el concurso en el
Estadio donde participan unos 100 conjuntos de los diversos pueblos y comunidades de la Región Puno. Los
conjuntos después se dirigen a adorar a la mamacha Candelaria.
La octava de la festividad se
inicia siete días después del día central. Hay una Misa de Albas. Castillos y
fuegos artificiales a cada rato. Las bandas y los sicuris participan con
entusiasmo en el acto.
La Diablada.
La gran parada se lleva a cabo en
el Atrio del Santuario. Por las calles pasan los conjuntos que danzan al compas
de las bandas: las Diabladas Puneñas, Rey Moreno, Reyes Caporales, Morenada,
Waca Wacaas, Sicuris, Ayarachis, Zampoñadas, Kajelos, Chacareros y otros.
El recorrido de los conjuntos se
inicia en la esquina de la avenida El Sol con el Sira Lampa avanzando hacia el
atrio. Allí saludan a la imagen y reciben su bendición. Los bailarines piden
sus más recónditos deseos. Luego continúan el recorrido, pasan por la Plaza de
Armas hasta llegar al Jirón Branden, final de la recepción.
El Cacharpari se realiza al día siguiente de la recepción, con una misa
de despedida . Allí se danza y se adquiere compromisos para el próximo año. En
la tarde hacen lo mismo hasta llegar al Arco Deustua para luego retornar al
local institucional donde finaliza la fiesta.
Como son numerosos los conjuntos,
esta festividad se prolonga por 8 a 10 días y a veces coincide con el domingo
de Carnaval, continuando la fiesta por 20 días más. Todo un espectáculo de
eminente riqueza religiosa y folklórica, con una calidad notable. (Un descendiente de ilustres puneños)
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