Durante “el primer acto” de la
guerra, la zona de operaciones se limitaba a Europa occidental y al Norte de África,
en un gran triángulo cuyo vértice se hallaba en el cabo Norte y la base se
extendía desde el Cairo hasta el Golfo de Viscaya. Muchos de los países
incluidos en esta zona se habían visto arrastrados por el conflicto a pesar de sus
esperanzas de permanecer al margen del mismo.
Suecia y Suiza fueron las únicas
excepciones, pero se encontraron en medio de los territorios dominados por el
Eje. A fines de 1940 la zona de expansión alemana en Europa casi había
alcanzado su límite máximo, y fuera de ella todos los países que no formaban
parte de la Commonwealth británica estaban todavía al margen del conflicto, con
variantes que oscilaban entre la neutralidad comprometida de Estados Unidos y
la rigurosa no beligerancia de Portugal.
El bloqueo marítimo que los
aliados impusieron, casi inmediatamente después de estallar la guerra, había
sido la primera medida aceptada por los países neutrales. Todo el comercio
mundial procedente de Europa o dirigido hacia ella quedó prácticamente sometido
a la intervención inglesa.
Inglaterra, fiel a su
tradición naval, intentaba paralizar a su enemiga Alemania mediante esa
forma de “guerra económica” bloqueando el comercio exterior germano e
interviniendo las importaciones de los países neutrales vecinos, a fin de que
no pudieran exportar sus excedentes al Tercer Reich.
Verde: neutralidad reconocida por la comunidad intrernacional
Amarillo: no reconocido.
Celeste: Antiguos países neutrales.
Verde: neutralidad reconocida por la comunidad intrernacional
Amarillo: no reconocido.
Celeste: Antiguos países neutrales.
FISCALIZACION
La fiscalización inglesa estaba
justificada por la convención que reconoce al beligerante el derecho a
inspeccionar el eventual “contrabando” ejercido por los buques enemigos, pero
interceptada de modo que casi todas las importaciones alemanas fueron
declaradas contrabando. Los barcos de carga que tenían como último destino un
puerto alemán eran capturados.
Los mercantes neutrales, exentos
legalmente de las cortapisas que representaba el bloqueo, constituyeron un
elemento vital para el tráfico alemán durante la primera fase de la guerra.
Pero los Aliados, que no podían interceptar su ruta sin contravenir el derecho
internacional, recurrieron al procedimiento de confiscar los buques a título de
represalia siempre que Alemania se hacía culpable-según su acusación- de una
violación de la ley.
En Noviembre de 1939 sometieron a
inspección todo el tráfico naval, basándose en que los alemanes habían
torpedeado barcos mercantes sin previo aviso. Cuando “la drole de guerre” llegó
a su fin, los Aliados habían interrumpido
buena parte de las vías de abastecimiento alemanas. Las brechas más amplias en
este asedio estaban representadas por la Unión Soviética y, en menor medida,
por Italia.
Un punto importante de los
tratados que Inglaterra había estipulado con las potencias menores era que
podían exportar a Alemania sus propios
productos en los límites del volumen registrado en 1938, y al mismo tiempo
importar mercancías de Alemania con cierta libertad.
COMPROMISO
Por su parte, los países
neutrales se comprometieron a no aumentar las exportaciones a Alemania, a no
reexportar lo que importaban y a
intensificar las exportaciones hacia Inglaterra. El resultado fue un compromiso
ambiguo que, prácticamente disgustaba a todos.
El primer gran país que renunció
voluntariamente a la neutralidad fue Italia que se puso al lado de Alemania el
10 de Junio de 1940. No entró en la guerra hasta el momento en que la victoria
alemana en Europa parecía definitiva, y entonces no quiso esperar más para no
ser excluida en el reparto del botín.
Dada la política seguida por el
fascismo, era desde luego inevitable su intervención, aunque al principio los
Aliados habían esperado que, por lo menos, se mantuviera realmente neutral.
También habían intentado concluir un acuerdo comercial con Roma. Pero, en
febrero las negociaciones se interrumpieron y los Aliados interpretaron la
ruptura como un indicio de la intención italiana de ponerse al lado de los
alemanes en el momento oportuno.
Mientras tanto, Italia se estuvo
preparando. No obstante, a causa del bloqueo marítimo, no pudo acumular grandes
reservas de material bélico, por lo que quizá no emprendió verdaderas acciones
bélicas hasta octubre siguiente, cuando invadió Grecia.
COMPLICACIONES
Mientras la situación política y
estratégica, tras la caída de Francia, adquiría aspectos cada vez más definidos
en Europa occidental, se iba complicando en los países balcánicos, divididos
por viejas divergencias territoriales y que ofrecían abundantes motivos de roce
entre Rusia y Alemania. La cuestión más
importante para las potencias beligerantes era el petróleo rumano.
En esta fase de la guerra,
Alemania sólo contaba con tres fuentes para cubrir sus necesidades de
carburante: la producción nacional de gasolina sintética, los yacimientos de
petróleo soviéticos y rumanos. Para los
Aliados era importantísimo cortar el abastecimiento del enemigo, pero poco
podían hacer para impedir la producción nacional y las remesas procedentes de
Rusia. En cambio podían reducir las de Rumanía.
Para conseguirlo se aseguraron la
opción sobre su disponibilidad no cubierta aún por contratos, e intentaron
también adquirir los barcos cisterna que se empleaban para el transporte del
petróleo en la primera etapa del viaje a lo largo del Danubio.
El intento falló. Luego se supo
que los contratos que se habían firmado con Alemania absorbían toda la
producción. Además, poco después, los alemanes ocuparon Rumanía, con lo que
pusieron fin a las esperanzas aliadas de conseguir una victoria diplomática.
GRUPOS
Los países neutrales agredidos en
1940 y, por lo tanto, obligados a renunciar a la neutralidad, se pueden dividir
en dos grupos: los invadidos por motivos determinados por su posición
geográfica y por la posesión de materias primas (Dinamarca, Noruega y Rumanía),
y los ocupados por razones exclusivamente impuestas por las operaciones militares
(Bélgica, Holanda y Luxemburgo).
En 1940, otro país neutral entró
en guerra, Grecia, al lado de los Aliados. Como su poderosa marina mercante era
útil a los dos bloques, había sido presionada por uno y otro. En Septiembre
firmo un acuerdo comercial con Alemania, pero en Octubre los italianos la
atacaron desde Albania (lo que provocó el furor de Hitler), desbaratando toda
la labor anterior y colocando automáticamente el país en el bando aliado.
El hecho de que Grecia consiguiese mantener temporalmente
la condición de beligerante se explica por su tenaz resistencia y por la falta
de preparación militar de Italia.
La razón por la que ciertos
países-entre ellos Rusia y los estados balcánicos- consiguieron mantenerse
neutrales en 1940 dependió muchas veces de la circunstancia de que las
potencias beligerantes no tuvieron tiempo para ocuparse de ellos. En 1940, la
Unión Soviética estaba todavía en relaciones formalmente amistosas con
Alemania, aunque ya tensas por los desacuerdos sobre la política balcánica y
por la invasión soviética de Lituania.
AMENAZA
A principios de Julio de 1940,
cuando Rusia ocupó Besarabia, habían amenazado los yacimientos petrolíferos rumanos, lo cual, junto con la
caída de Francia, convenció a Hitler, de que había llegado el momento de
preparar una ofensiva al Este. Por lo tanto, la neutralidad soviética no
duraría mucho.
En cuanto a los Balcanes, Hitler
estaba convencido de que caerían en su poder tan pronto como conquistase la
Unión Soviética. La ambición personal de Mussolini aceleró el fin de su
neutralidad y alteró los planes de Hitler.
Los restantes países europeos
consiguieron mantenerse neutrales por razones geográficas. Casi todos eran
periféricos respecto a la zona dominada por los alemanes: Turquía al Este;
España y Portugal al Sudoeste, y, finalmente, Irlanda.
Solo hubo dos excepciones: Suiza
y Suecia, países que no fueron invadidas. Es sorprendente que Alemania después
de haber ocupado Dinamarca y Noruega, no invadiera Suecia, ya que así habría
podido dominar directamente las fuentes de abastecimiento de los minerales de
hierro.
Los yacimientos se encontraban en el extremo
septentrional, y el mineral se enviaba por ferrocarril hasta el puerto de Narvik,
permanentemente libre de hielos. Con la ocupación de Dinamarca y Noruega, los
alemanes habían cerrado esas dos líneas de abastecimiento a los Aliados, por lo
que no era muy necesaria una invasión de Suecia.
La guerra en Rusia.
La guerra en Rusia.
SUIZA
No obstante, la neutralidad de
dicho país fue precaria y ambigua, porque Alemania la dominó en muchos
aspectos, obligándola, por ejemplo, a dejar paso libre a los trenes militares
que salían de Narvik o se dirigían allí.
Otro país que también conservó la
neutralidad fue Suiza. Bien defendida como Suecia, y con la ventaja de la
naturaleza montañosa de su suelo, contaba además con una larga tradición de
neutralidad y resultaba útil a ambas partes como lugar de entrevistas y como
sede de los pocos organismos internacionales entonces existentes.
La actitud de los neutrales
periféricos variaba mucho de un país a otro. España, como es obvio, estaba a la
sazón muy vinculada a los países del Eje. Sin embargo, tenía motivos válidos
para mantenerse fuera del conflicto, aún teniendo un punto clave en la ruta del
Norte de Africa y de Gibraltar, y pese a contar con puertos que hubieran sido
útiles a los alemanes.
El país acababa de reponerse a
duras penas de la guerra civil, y su economía se hallaba en dificultades. En
caso de intervención, Gibraltar habría podido resistir un ataque porque estaba
fuertemente defendido, y en cambio las provincias españolas septentrionales se
hubieran visto expuestas como represalia, a un ataque inglés por mar.
Replica de un globo de observacion suizo
Replica de un globo de observacion suizo
PORTUGAL
Franco formuló además una serie
de condiciones, para la entrada de España en la guerra, que Alemania rechazó.
El Gobierno de Madrid permaneció neutral hasta el fin.
Portugal, a pesar de sus
simpatías por los Aliados, se mantuvo rigurosamente neutral, y el Gobierno
empeñado en la difícil tarea de conciliar esta imparcialidad con la tradicional
amistad con Inglaterra, se vio muy apurado cuando el sentimiento popular
manifestó su apoyo con una numerosa suscripción al “préstamo Spitfire”.
Por otra parte, procuró mantener
siempre buenas relaciones con España para hacer de la península una “zona de
paz” ya que si España entraba en guerra, le habría sido muy difícil a Portugal
salir de su seguro abastecimiento.
También la neutral Turquía se
inclinaba por los Aliados. Suscribió incluso un pacto con Francia e Inglaterra
por si la contienda en el Mediterráneo tomaba determinado sesgo. Lo tomó,
efectivamente, al producirse la invasión italiana de Grecia en Octubre de 1940, pero los ingleses reconocieron que la intervención turca no
tendría peso, dada la debilidad del
país.
Otro país de Europa occidental
que consiguió mantenerse alejado del conflicto fue Irlanda. Aunque miembro de
la Commonwealth, decidió no intervenir
por consideraciones consecuentes con su política prebélica.
Fuerzas militares portuguesas.
Fuerzas militares portuguesas.
LEY
En el ámbito extra europeo, los
Estados Unidos permanecieron neutrales durante todo el año 1940 e indujeron a
la neutralidad a todos los países de las dos Américas. Esta posición se adoptó
en la Conferencia de Panamá al estallar la guerra y en la de la Habana en Junio
de 1940. Excepto Argentina y una minoría de la opinión brasileña, todos los demás
países deseaban la derrota de los
alemanes, pero también querían
permanecer neutrales todo el tiempo que fuera posible.
La Ley de Préstamo y Arriendos, de importancia vital
para Inglaterra, se promulgó más tarde. En Febrero de 1940 llegaron a Gran Bretaña
algunos aviones que constituían la primera ayuda de Washington.
Después de la caída de Francia,
el gobierno estadunidense se empeñó en una ayuda concreta y, ante la consternación de gran parte de sus
ciudadanos, envió a Inglaterra enormes cantidades de armas. En Septiembre se
expidieron a Gran Bretaña cincuenta destructores, y desde entonces los Estados
Unidos fueron más neutrales de nombre que de hecho.
A fines de 1940, muchos países
neutrales se habían visto envueltos en el conflicto muy a pesar suyo, y otros
estaban empeñados en una próxima beligerancia: la guerra estaba dejando de ser
una cuestión exclusivamente europea,
para transformarse en una conflagración mundial.
(Editado, resumido y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”).
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