“El Comercio” del 17 de Marzo de
1841 anunciaba que el 20 saldrá al sur el Presidente Gamarra en la “Limeña” con
tropas que llevarían los transportes “Invencible Peruana”, “Sirena”, “Josefina”
y “Veloz” y publica la proclama a los pueblos, que por cierto aparece con un
error en la data: mayo en lugar de marzo (N° 544). El 18 de Marzo fue al Callao
y entonces se hizo cargo del gobierno Manuel Menéndez como Presidente del Consejo del
Estado (N° 545). En el N° 547 se anuncia ya la partida del Gran Mariscal.
En el N° 571 se publica la
proclama de La Fuente como general en jefe del ejército de reserva y comandante
de los departamentos de Arequipa y Moquegua y la de Castilla que lo era, a su
vez, de los departamentos de Cusco y Puno. En el N° 579 hay una nota de
Castilla al Prefecto de La Paz, llamándole la atención sobre una posible
inteligencia entre Vivanco y Ballivián.
Es en Marzo de 1841 cuando
comienza la inquietud ante la posibilidad de una invasión de Santa Cruz por el
norte. En el N° 599 hay una serie de publicaciones al respecto. Por esos días
(N° 602) llegó Gamarra a Arequipa donde se le hicieron grandes fiestas y
homenajes.
Las amenazas de los
santacrucistas en el norte comenzaron a desvanecerse con la derrota que
sufrieron algunas partidas, lo que comunicó el General Lizarzaburu (N° 607).
Todo parece tranquilizarse y Gamarra vuelve el 18 de Junio (N° 616) y se hace
cargo del mando el 28 (N°622). Volvió a salir el 14 de Julio- esta vez para no
volver más- quedando en el gobierno Menéndez (N°636).
Agustin Gamarra, Presidente del Perú
Agustin Gamarra, Presidente del Perú
ALGO DE PELIGRO
En el N° 686 del 13 de Septiembre
se anuncia que el Gran Mariscal Restaurador había salido precipitadamente para
Puno donde estaba reunido todo el ejército del sur. Se advierte ya algo de
peligro.
En Bolivia había una serie de facciones:
la de Agreda, la de Ballivián, la de Velasco, la de Calvo. Las noticias son
algo confusas y caóticas en lo que se refiere a la política del altiplano. En esos tiempos en los que aún no
se deslindaba claramente los asuntos nacionalistas y en los que se tenía un sentimiento que podríamos calificar de
americanismo intervencionalista, la acción y reacción de la política de un país
sobre otro eran frecuentes. Gamarra pasa al Desaguadero (N° 702).
Tal vez para el estado anárquico
en que estaba Bolivia, nadie se daba cuenta aquí de la gravedad de la situación
y de la inminencia de una guerra que no se veía como tal en esa época. En Lima
se publicaban las noticias del avance del ejército peruano sobre territorio sin
darle al hecho mayor importancia, pero en noviembre (N° 734) las noticias se
agravan y la proclama de Gamarra en Anchacancha, es reveladora de un
rompimiento definitivo.
¡GUERRA!
Un día se sabe en Lima que ha
habido en la Paz agresiones a peruanos. Los ánimos se enardecen y es sólo
entonces que se habla de guerra (N° 744). Menéndez como Jefe del Poder
Ejecutivo y la Fuente como general en jefe del ejército del norte, lanzan
proclamas en bélica literatura (N° 752) A través de “El Comercio” se percibe la
agitación extraordinaria de esos días.
Las proclamas se publicaron el 30
de Noviembre y al día siguiente, con una rapidez trágica y terrible (N° 753) se anuncia que ha
muerto Gamarra. Castilla, Montoya, Grados no dan crédito a tan graves noticias.
La confirmación de ellas en
cuanto a Gamarra está en los números 756
,757 y 758 y entonces renace formidable la anarquía: Vivanco se proclama en
Arequipa. Otro tanto hacen después Torrico y Vidal. “El Comercio” del año 1842,
el primer día del año, enluta por primera vez sus páginas para publicar la necrología
del Restaurador del Perú (N° 780 y en el siguiente del 4 de Enero en que se
repite, por error de imprenta el número 780), publica un litograbado de Gamarra
y la relación del grandioso homenaje fúnebre que se le tributó en la Catedral,
y en el que tanto llamó la atención la oración fúnebre de Bartolomé Herrera.
Los restos del Restaurador fueron
traídos con gran pompa siete años después en el bergantín “Gamarra” y el 23 de
Noviembre de 1848 en procesión grande y lúcida entraron a Lima, y fueron depositados
en el templo de La Merced, entre el doblar de las campanas de la ciudad.
La batalla de Ingavi.
La batalla de Ingavi.
HOMENAJE
Al siguiente día fueron
trasladados a la Catedral donde hubo una gran función con asistencia de
Castilla, que estaba de Presidente, los tribunales y las corporaciones. Formó
todo el ejército, las salvas de artillería se sucedieron durante 24 horas.
El padre mercedario Calvo
pronunció la oración fúnebre. Los restos del héroe de Ingavi quedaron en una
urna en la Sacristía de la Metropolitana, de donde pasaron después al mausoleo
que en memoria de Gamarra elevó la nación en el Cementerio General (Números
2822, 2823 y 2824)
Así rápidamente con una impresión
de actualidad que nada puede dar mejor, ha seguido el cronista a través de las
páginas de “El Comercio” ese difícil periodo de nuestra historia republicana.
Con motivo del pronunciamiento de
Elias en 1844, cuando el director supremo Vivanco salió a combatir a Castilla,
Echenique amenazó a la capital, lo que dio ocasión al entusiasta movimiento
cívico que se conoce en la historia por la semana magna.
GRAN AGITACION
Gran agitación hubo por esos
días, pero Echenique no logró su intento, pues lo desertaron muchos individuos
de su ejército. Relacionado con estos sucesos hay en “El Comercio” del 16 de
Julio de aquel año (N° 1525) un
soliloquio en la sección “Remitidos” que tiene bastante gracia y que da idea
del sistema de leva que antes se estilaba y contra el cual combatieron tan
ardorosamente los liberales en el Perú.
Los versos- en estilo serrano-
comenzaban así: Este don Chunico/aquí bravu siñur/matarme quirindu/por so
derector/con tantu cañun/mancorna mi lleva/in su batallún/¡Ay dime Petruna!/ ¿Donde
istas pur Dios?/¡Ay de me guaguacha qui ya se muriú/La chicu, la grandi,/ tudu
lu amarrú/riclota llivando/qui al guirra
muriú./ Y terminan así:/ Supaipa huacharca/No aguantu, nu, nu/a Lima mi
vuy/barriga llivando,/suldadu no suy/Piruanu yo sindu/A lima lo vuy;/con gusto
dicendu/patriuta yu suy…
Es muy interesante admitir la
insistencia con que en los remitidos y artículos de la época de la semana magna,
se hace notar que Domingo Elías es “paisano”. Apuntó desde esa época el anhelo
de los gobiernos civiles que habría de afirmarse más aún con los periodos
siguientes, en los debates del Congreso del 47 y muy especialmente en los de la
Convención del 56 que señaló, ya definitivamente, una orientación civil en la
vida política del país. Hay en el N° 1530 del 22 de Julio de 1844 un artículo sobre Teatro en
el cual se alude varias veces y subrayándolo a la condición de “paisano” de
Elías.
LUCHA
En el N° 1812 del 1° de Julio de
1845 está el mensaje de Castilla a la Legislatura ordinaria instalada “después
de tantos años de interrupción y de desorden”.
En la lucha electoral de 1850
entre Echenique y Vivanco, la que fue muy enconada, salieron a relucir en los
conflictos callejeros en torno a las mesas receptoras de sufragios para formar
los colegios electorales, carabinas, pistolas y garrotes, y según un artículo
publicado en el N° 3186, los vivanquistas llevaron “listones colorados en las
chaquetas, para distinguirse en la lucha de armas”.
En el año 50, como se sabe fue
muy encarnizada la lucha electoral entre Vivanco y Echenique para suceder a
Castilla. Los diarios todos de la época se llenaban diariamente de comunicados
de todas clases y colores, en los que los partidarios de uno y otro bando se
decían las más hirientes lindezas.
Como no podía dejar de ocurrir,
en ciudad como la nuestra, la musa juguetona del ingenio limeño se metía
frecuentemente en las contiendas y disparaba sus dardos a diestra y siniestra,
según el color del poeta que solicitaba sus favores y en ocasiones lo hizo a
ambos lados, como en otra muestra, firmada Oreja, con los partidos y que apareció
en el número 3216 del 30 de marzo de aquel año.
Domingo Elias.
Domingo Elias.
MENSAJE
“Don Ignacio según es/ Es/un
poquito sanguinario/Arbitrario/Y en suelo de conquista/Legista/Como yo hablo
sin pasión/Pongo a Vivanco a la vista;/pues tiene tachas porque/Es sanguinario
legista/A fin de que no se pique/Echenique/No quiero con frenesí/ Ni/Que den
los pueblos el mando/ a Vivanco/Queremos un Presidente/que tenga miles en
Banco,/para que nos desplumen/Echenique ni Vivanco…
El mensaje de Gamarra como
presidente provisorio al congreso de Huancayo está publicado en el N° 105 de la
colección y la memoria de don Benito Laso, como Ministro de Gobierno y Relaciones
Exteriores, en el número 108.
En 1841, con motivo de la
revolución de Vivanco, contra Gamarra se formalizaron en Lima varios cuerpos de
Guardia Nacional y entre ellos un batallón “Comercio” que comandaba Domingo
Elías y en el que servían de oficiales mozos de los más distinguidos de Lima.
El 1° de marzo de 1841 hizo un desfile
y para servirle de cortejo formaron 1500 hombres. La línea la mandó el General
Raygada. Hubo, como era costumbre, misa solemne, con panegírico, columnas de honor
y después mesa de once con muchas viandas y muchos brindis ( N° 530).
En el N° 1514 del 5 de Julio de
1844, está el bando de Elías, en el que declara: “la capital y todos los
pueblos de este departamento en estado de “asamblea” para defenderse de la
acometida de Echenique que desde Huancayo anunció que atacaría Lima.
SEMANA MAGNA
Así comenzó la llamada “semana magna”. Se formaron columnas
sostenedoras del orden, se crearon cuerpos de voluntarios, nacieron canciones
al pueblo y al hombre del pueblo y todos, comerciantes, militares, artesanos y
estudiantes se aprestaron, esperando los repiques anunciadores del combate.
En tanto Echenique avanzaba. El 7
estaba en San Mateo. El 8 Elías revistó a sus milicianos en el Pino (N°s
1516,1517) El 9 se supo que Echenique estaba ya en Chaclacayo. El 11, en vista
del estado de la capital Echenique comenzó su retirada, pero sosteniendo
siempre la bandera de Vivanco (N° 1521).
Los carolinos se presentaron e
hicieron la guardia de palacio. Los comandaba el recién maestro de San Carlos,
José Gálvez (N°521). El 13 de Julio el peligro había desaparecido (N° 1522).
Castilla en el sur anunciaba su predominio. El combate de Yanahuara lo eleva
definitivamente al caudillaje, por más que muchos plantean el dilema: Castilla
o Elias (N° 1541). El 10 de Agosto éste entrega el mando, por no haber aceptado
Menéndez, que estaba enfermo, a Figuerola, Vicepresidente del Consejo del
Estado (N° 1547).
Elías queda como ministro general
(N° 1550). En Diciembre de ese año, Castilla ya estaba elegido Presidente. Fue
proclamado el 19 de Abril de 1845 (N° 1750) y juró el cargo el 20, iniciando su
primer periodo constitucional, que fue el primero también que llegó a cumplirse
exactamente en nuestra vida republicana (N° 1760). (Páginas seleccionadas de las “Obras Completas” que
pertenecen como autor al consagrado escritor y político, José Gálvez
Barrenechea)
No hay comentarios:
Publicar un comentario