Una existencia de valor dedicada
por completo a la intelectualidad donde destacó, como pocos, con nombre propio.
Ideólogo y precursor del pensamiento social cristiano en el país. Un jurista y diplomático de polendas erudito
y de trascendencia que fue Canciller del Peru allá por los años 50 en tiempos
del gobierno de Manuel Prado e incluso, muy poco tiempo después, llegó a
presidir la Asamblea General de las Naciones Unidas. Convirtiéndose en el único
peruano en ejercer esa función importantísima, del más alto nivel a titulo
mundial. La variedad de sus responsabilidades y actividades sirvieron para
demostrar la calidad de sus capacidades.
Realmente admirables y ejemplares.
Las referencias son, como el reflejo de la verdad directamente por sus cuatro costados, para Victor Andrés Belaunde Diez Canseco que nació en Arequipa el 15 de Diciembre de
1883, en plena ocupación chilena de buena parte del territorio nacional.
Cuando finalizó sus estudios
primarios y secundarios en los Colegios
arequipeños San Vicente de Paul, San José de los hermanos jesuitas y el de la
Merced, ingresó de frente a la Facultad de Derecho, sin los estudios de Letras
que por esos tiempos habían sido abolidos, a la Universidad Nacional de San Agustín.
En cuanto a la escolaridad, mucho
más años estuvo en el primero de los establecimientos que el segundo y el
tercero, durmiendo inclusive en el centro educativo vicentino, en calidad de
alumno interno. El plantel había sido fundado por el famoso sacerdote francés
lazarista, R. P Hipólito Duhamel, piadoso hombre que había estado en China
donde incluso lo torturaron por predicar el Evangelio.
Víctor Andrés Belaunde: un pensador del Perú.
Víctor Andrés Belaunde: un pensador del Perú.
EDUCACION EXPERIMENTAL
Efectivamente lo hirieron de
gravedad con una lanza en el cuello, cuya cicatriz exhibía con modestia y como
testimonio de su fe. Luego se afincó en
la blanca ciudad en permanente misión pastoral de educar y servir a los demás.
Allí Belaunde recibió una educación experimental de
primera, donde se enseñaba francés y latín a profundidad. Las otras materias,
con nuevos métodos de aprendizaje, en las que la propia interpretación de los alumnos y la
iniciativa personal se explotaban al
máximo, sin apelar en ningún momento al estudio memorista.
En efecto, la Historia se impartía
a los alumnos con representaciones gráficas, cuadros evocativos y narraciones suplementarias.
Obviamente y como ya hemos dicho, sin aprender al pie de la letra ningún texto.
Si interpretados constantemente y a profundidad. Para la Geografía se usaba los mapas, cuyo diseño y confección eran hechos
por los propios pupilos
Constante era la lectura de libros para los
cursos de Gramática y Literatura, los
mismos que se enseñaba a todo dar, dándole mucha importancia a la poesía, los textos
y las representaciones teatrales.
ACTOR
Por eso es que, precisamente, Víctor Andrés
actuó en diferentes obras clásicas como “La Vida es Sueño” y “El Alcalde de
Zalamea”, cuyo autor es el inmortal escritor
Pedro Calderón de la Barca. Las Matemáticas eran ejercitadas incluyendo
al máximo la comprensión, sin recordar con la mente los teoremas o axiomas. La
Física y la Química se enseñaban en laboratorios que fueron especialmente instalados, por primera vez, de forma enteramente
práctica y exitosa.
Con gesto generoso, lo eligieron
Presidente del Club Literario al llegar a cursar el Tercer Año de Secundaria. Allí
trabajó codo a codo con Juan Gualberto
Guevara que optó por la vocación sacerdotal y se convirtió en el Primer Cardenal del Perú desde 1945 hasta
1954, luego de ser Arzobispo de Trujillo y de Lima. Este último año murió y fue remplazado por otro arequipeño:
Juan Landázuri Ricketts
De esta época, Belaunde recuerda
en sus memorias lo siguiente: “En mi
formación intelectual no hay aspecto en que no pueda contar la influencia decisiva de la educación de mi
colegio. Sentimiento religioso, disciplina de trabajo, rigor lógico, precisión
matemática, afición a la literatura en medio de un ritmo litúrgico apasionado y
necesario”… A Duhamel le debo el ejemplo imperecedero de una verdadera
santidad”.
Por estos tiempos, ejerció
diferentes cargos como directivo del Circulo de la Juventud Católica impulsada
por los sacerdotes jesuitas. Los viejos hidalgos que formaban la Unión Católica,
bajo la presidencia de su padre, albergaron a los más jóvenes en su propio
local. Lo nombraron bibliotecario, arreglando y catalogando infinidad de
volúmenes. Fue su primera experiencia en el mundo de los libros de donde nunca,
en su vida, saldría. Lector impenitente, culto a profundidad.
EXPOSITOR
Llegó la oportunidad de que el
joven exponga en público por primera vez. Lo hizo en un acto organizado por la
entidad cristiana a la que pertenecía en un local cercano del Convento de Santa
Teresa de Arequipa, hablando sobre Historia Universal y explicando los
pensamientos de Lamenais, Donoso, Lacordaire y citando, a cada rato y como
base, a Chateaubriand. El discurso tuvo
éxito y consagró cierta fama de orador convincente que la traía desde el
colegio.
Por aquella época, el estudiante ya
estaba convencido de un pensamiento que lo llevó siempre en el sentido
de que el cristianismo aproximaba a la
humanidad al misterio de Dios, como robustecimiento de las relaciones humanas y
base firme de la civilización.
Con tal convicción y con la ayuda
de varios universitarios sacó un órgano
periodístico juvenil que expresó tal convicción bajo el título de “La Lucha”
donde escribió, en una oportunidad, sobre el destino del hombre y algunos
problemas de Matemáticas y Geometría que eran de su entera preferencia. La
publicación tuvo corta vida.
En sus años mozos.
En sus años mozos.
POLAR
Debutó como orador en la
histórica Plaza de Armas de Arequipa ante una abigarrada multitud que se
congregó en ese lugar con motivo de un homenaje que hizo a la Argentina, como
expresión de democracia genuina, durante
un entusiasta mitin organizado por el
Centro Universitario.
En la blanca ciudad su amigo
y mentor, por los años decisivos de la penumbra juvenil,
fue Juan Manuel Polar: un maestro excepcional del Colegio de la Independencia
Americana y caballero franciscano, austero, sencillo, sobrio, amante de la
naturaleza, cultor de las tradiciones y de grandes aficiones literarias. En buena cuenta, un poeta de finos
sentimientos, narrador incomparable de cuentos. Un incomparable sondeador de espíritus
que desempeño, en la historia mistiana,
la sagrada misión de revelar, suscitar y alentar vocaciones. Una de ellas fue
la de Belaúnde que, dicho sea de paso, ingresó directamente a la posteridad del
éxito y la brillantez.
Sus padres fueron: Mariano Andrés
de Belaunde de la Torre y Mercedes Diez Canseco Vargas, hija de Pedro Diez
Canseco Corbacho que llegó a ser Presidente del Perú. Resultaron ocho vástagos
los de este matrimonio de unión permanente y felicidad plena, incluido Victor
Andrés.
PIEROLA
La mayor Carmen, de belleza y
gracia inigualable con un nivel cultural amplio, casada con Luis Fernando Llosa. A ella siguieron Juan y
Panchita, muertos en su infancia. Dos años después de su nacimiento vino Rafael
abogado de profesión, Oficial Mayor del Senado y casado con Lucila Terry de
vieja estirpe limeña.
Embajador del Perú en México y Chile Forjador del Frente Democrático que llevó a la
Presidencia de la República en 1945 a José Luis Bustamante y Rivero,
presidiendo como ministro de estado su primer gabinete.
Antes Rafael fue injustamente
desterrado por Leguía debido a su actitud independiente en el ejercicio de sus
funciones. Entusiasta por Piérola desde su juventud. Amigo fiel que tuvo el
gran caudillo. en los últimos años de su vida.
Su confidente y contertulio de
confianza. Padre, entre otros hijos,
del que fue en dos oportunidades, de
1963 a 1968 y de 1980 a 1985, Presidente Constitucional del Perú, Fernando
Belaunde Terry, sobrino carnal de Víctor Andrés.
Tapa de un tomo de sus obras completas
Tapa de un tomo de sus obras completas
EL SUFRIMIENTO
Los otros tres hermanos de
Belaunde Diez Canseco resultaron ser:
Lola, Francisco y Mercedes. La primera
se casó con el doctor Chávez Velando,
distinguido médico arequipeño y en segundas nupcias con Luis Blaisdel, antiguo gerente de los
Ferrocarriles del Sur, a cargo de la empresa británica Peruvian Corporation.
Por su parte, el segundo murió antes de
cumplir un año. Mientras que Mercedes, radicada en Arequipa, contrajo
matrimonio con su primo Francisco Belaunde Romaña.
La familia Belaunde Diez Canseco
sufrió tremendamente cuando cayó en desgracia el jefe del clan tan distinguido
quien resultó preso, a pesar de ser inocente. El hecho concreto y lamentable fue
que además perdió toda su fortuna personal por su actuación como Ministro de
Hacienda durante el Gobierno de Eduardo López de Romaña, acusado por los
supuestos delitos de defraudación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito,
luego de lo que se denominó una
imprudente operación crediticia. (Ver artículo pertinente en el archivo
de Miscelánea bajo el titulo “El Abuelo de Belaunde a la Cárcel”, de fecha 10
de Julio del 2014)
Mariano Belaunde de la Torre,
abogado y parlamentario pierolista, se había convertido a punta de trabajo en
un acaudalado comerciante que poseía además una casa importadora y exportadora
con sucursales en Puno y algunos fundos agrícolas en los valles de Vitor y
Majes. Contaba incluso con una línea férrea. Era titular de derechos auríferos y
de bórax, exportando el caucho. Todo un potentado económico.
Gracias a
sus florecientes vínculos con las grandes casas comerciales de Londres, París,
Berlín, Leipzig y Hamburgo, Belaúnde negociaba frecuentemente sus cheques,
letras y pagarés en los bancos de Arequipa y Lima.
LAS LETRAS
Cuando a
inicios de 1900, el Consejo de Ministros acordó una remisión de fondos a los
representantes peruanos para la compra de armamento se decidió-para mantener la
operación en la debida reserva- realizar las remesas por la adquisición a
través del Ministerio de Hacienda y no, como correspondía, por intermedio del
Ministerio de Guerra.
Mientras la operación se llevaba a
cabo, Belaúnde vendió a la Dirección del Tesoro algunas letras suyas por
cobrarse contra la Casa de Manuel Enrique Puertas de París, con la que el
Ministro mantenía una larga relación comercial.
Con esa finalidad, entre los meses de
Enero y Setiembre de 1900, envió remesas
a su corresponsal parisino por poco más de un millón de francos. Más
tarde el hombre de negocios arequipeño alegó que las letras representaron
valores reales y confiables, respaldados por varios años de negocios exitosos y
seguros.
ACUSACION
Lamentablemente, a fines de septiembre
de 1900, la Casa Puertas comunicó al Estado peruano que existía un
sobregiro en las obligaciones del Ministro Belaúnde para con dicha entidad y
exigía una inmediata satisfacción en efectivo, por la diferencia del monto
reportado de las letras vencidas.
Ante la zozobra generada, el Presidente
Romaña, no obstante de que el implicado puso a disposición todo su patrimonio
en garantía e intentó un arregló privado con los acreedores, convocó
inmediatamente a Consejo de Ministros. Apresuradamente,
por encargo del propio Romaña, el pleno ministerial encabezado por Enrique
Coronel Zegarra, elevó un informe acusatorio a la Cámara de Diputados a la que
pertenecía Belaúnde.
Al amparo del art. 55 de la
Constitución, el Congreso emitió la resolución legislativa que autorizaba la
prisión y enjuiciamiento del Ministro, a la que el Presidente Romaña puso
el cúmplase, el 26 de Octubre de 1900.
El 26 de Julio de 1901, Belaunde con el
patrocinio de su abogado expuso sus descargos ante la Corte Suprema y poco
después publicó un folleto con su posición. En su alegato resaltó el
aspecto jurídico, comercial de varias letras de cambio, que la
malignidad de sus perseguidores se empeñaron en
convertir en actos delictuosos.
Sus funerales con la asistencia de Bedoya y Bustamante y Rivero.
convertir en actos delictuosos.
Sus funerales con la asistencia de Bedoya y Bustamante y Rivero.
QUIEBRA
La
Primera Sala Privativa de la Corte Suprema, el 20 de Abril de 1903, se
pronunció absolviendo de conducta dolosa a Belaúnde. Este triunfo, empero, fue
parcial, pues en el mismo fallo se le declaró ”reo del delito de malversación
de caudales públicos por imprudencia temeraria” y se le impuso la pena de
reclusión en primer grado-es decir un año- que sería compurgada con los meses
de carcelería transcurridos.
La sentencia fue impugnada por el ex
ministro el 21 de Abril de 1903 y el asunto pasó a conocimiento de la Segunda
Sala Privativa de la Suprema, donde siguió su trámite. Belaúnde continuó
defendiéndose a capa y espada, mostrando, a cada rato sus descargos.
Sin embargo los subsiguientes
fallos del 3 de Julio de 1903 y del 24 de Diciembre de 1904, si bien reconocían
no haber dolo en la conducta del ex ministro, insistieron en la condena por
malversación culposa.
Durante el dilatado proceso de más de
cuatro años, había sobrevenido la quiebra de la otrora próspera casa comercial
arequipeña de Belaúnde, sin contar con el descredito personal y el ensañamiento
ciudadano fomentado por intereses políticos coyunturales.
EN LIMA
La rehabilitación moral, más no
económica, fue emprendida por el Congreso de la República en 1914, diez años
después del juzgamiento. En efecto, el Parlamento, a través de la
Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, dictaminó
constitucionalmente a favor de la inocencia plena de Belaúnde, la injusticia de
su persecución y de su consiguiente ruina.
Solo ese año fue levantado el embargo
de sus bienes, mientras que la rehabilitación comercial y profesional
fue ordenada por la Ley 2004 del 7 de Noviembre del 2014. Cuando
desempeñaba un modesto cargo judicial, que se le concedió como pálida
compensación por los daños sufridos. Belaúnde falleció, en Arequipa, el 9 de
Febrero de 1921.
La ida de la blanca ciudad a Lima
de Víctor Andrés ocurrió en 1900. “Fue dolorosa. Dejé mi hogar, mi universidad,
mis amigos y sobre todo un amor juvenil al parecer correspondido. Un triple
desgarramiento”, recuerda en sus memorias
En la capital siguió formándose
profesionalmente en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos donde se graduó de doctor en Jurisprudencia,
Ciencias Políticas y Letras. Tras lo cual dictó clases en el mismo centro
superior de estudios hasta 1919.
CARRERA DIPLOMATICA
En sus memorias escribió la
siguiente evocación sobre su ciudad natal: “Mi
vieja ciudad, mi vieja casa, paisaje soleado
bajo el domo azul. Alamedas de sauces, campos tornasolados del trigo,
blancas canteras de lava volcánica que tallaron tus hijos para decorar el
alba majestad de tus templos; agua
cristalinas que parecen aire, aire transparente y sutil que parece éter;
callejas místicas, rejas de citas amorosas, desfile de procesiones, ecos de
yaraví”.
A continuación añadió: “Graves campanas del día de difuntos,
bronces enloquecedores del somatén; arcos y columnas del foro romano, tribuna
de granito para las revoluciones; plaza
de los comicios y de los fusilamientos: vieja Catedral, inundada de luz,
resonantes con las notas del órgano, en los días del dolor y de alegría; entre
cuyas torres, por el espacio abierto, se yergue como frontispicio gigante la
cumbre nevada del volcán tutelar”. Belleza total en las descripciones tan
precisas, completa añoranza al suelo sureño que lo vio nacer.
En Lima, a los 20 años, ingresó
como diplomático al Ministerio de Relaciones Exteriores. Viajó a Alemania como
Encargado de Negocios de la Embajada peruana, ocupó el mismo puesto en Bolivia.
Ministro Plenipotenciario en Uruguay, Colombia y Suiza. Paralelamente se desempeñó en otros campos como la Literatura,
Filosofía y el Periodismo.
Hacia 1919 para adelante fundó el periódico
titulado “El Mercurio Peruano”, publicación de prestigio que varias veces y oportunidades dirigió con bríos en
diferentes etapas claves de la vida republicana.
Belaunde, sentado al centro, con sus amigos del "Mercurio Peruano"
Belaunde, sentado al centro, con sus amigos del "Mercurio Peruano"
TESTIGO
Obligado a salir al exilio en
tiempos de la dictadura de Leguía en 1921, partió hacia Estados Unidos donde
ejerció la docencia universitaria. De
regreso a Lima, miembro de la Asamblea Constituyente que elaboró la Carta Magna del Perú de 1933 y diputado
entre los años de 1931 y 1932.
Fue designado por el Ministerio
de Relaciones Exteriores como miembro de la delegación peruana que participó en
la Conferencia de San Francisco, donde se elaboró la Carta de lo que
posteriormente sería la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Entre abril y junio de 1945,
Belaunde fue testigo del nacimiento de tan digna institución diplomática,
estando presente en el momento cumbre cuando se suscribió el documento. Era el
26 de Julio de 1945.
Catorce años después volvió a la
ONU cuando la Asamblea General lo eligió para presidir su 14 Sesión Ordinaria
en 1959. Al año siguiente presidió también la 4° Sesión Especial de Emergencia.
En estas funciones encabezó los debates en torno al conflicto interno ocurrido
en la República del Congo.
Principal integrante de lo que en
el ambiente intelectual del país se llamó la Generación del 900, conjuntamente
con los hermanos Francisco y Ventura García
Calderon Rey. Lo mismo que con José de
la Riva Agüero y Osma, el benefactor de la Universidad Católica y el poeta José
Gálvez.
DIFERENCIAS
Se convirtió al igual que José
Carlos Mariátegui y Victor Raúl Haya de
la Torre, con sus pensamientos distintos y determinados, en uno de los más influyentes
personajes en la ardua tarea de la reflexión de la sociedad peruana.
Le tocó desarrollar un
determinado pensamiento imbuido de un catolicismo total y marcado notablemente.
En el debate social su mirada al Perú siempre fue positiva. Consideraba al país
como una síntesis viviente en la que la cultura andina y la occidental española
se habían fusionado, creando una nueva civilización.
Sostuvo que ambas fuentes eran
buenas a pesar de las sombras que oscurecieron ciertas etapas de nuestra
historia. Con estas perspectivas se opuso al socialismo de Mariátegui que
declaraba la preeminencia de la raza
indígena y a las ideas apristas de Haya de la Torre en aquel entonces con
transformaciones radicales e incluso violentas. Para él, poco viables
ambas posiciones.
Belaunde no tuvo un afán
proselitista, ni un espíritu partidario muy arraigado. Sus ideas se quedaran
guardadas en los ámbitos académicos cerrados e incluso con poca difusión. A
diferencia del Partido Comunista fundado por Mariátegui y el propio Apra que se
dedicaron, sistemáticamente, a transmitir sus postulados en busca de conquistar el
poder.
MATRIMONIO
Sin embargo, cabe precisar que el
Partido Demócrata Cristiano fundado en 1956, recogió en parte las ideas de Belaunde y reivindicó su posición
intelectual. Pero el ideólogo nunca se inscribió en esa agrupación política.
Tanto en sus escritos como en sus
discursos reveló un dominio magistral de la lengua, con respetuosos modales
tradicionales y una proclividad al diálogo. Sin embargo, constantemente apasionado
en la defensa de sus ideales.
Falleció en Nueva York el 14 de
Diciembre de 1966, un día antes de cumplir 83 años. Contrajo matrimonio en dos
oportunidades. La primera vez con su
prima lejana, Sofía Irigoyen Diez Canseco, con quien tuvo dos hijas. Una de
ellas la madre de sus nietos, José Antonio y Victor Andrés García Belaunde, ex Ministro de Relaciones
Exteriores y actual Congresista de la república, respectivamente.
En 1923, durante su exilio en
París y habiendo enviudado, se volvió a
casar con Teresa Moreyra y Paz Soldán,
procreando varios hijos: Antonio, diplomático, Jose, músico, Pedro,
ingeniero, Martin, abogado y otros. Este
último se desempeña, actualmente, como parlamentario por Solidaridad Nacional.
Entre sus libros destacan: “La Constitución Inicial del Perú ante el
Derecho Internacional”, obra clave llena de juricidad donde se rebate, con altura, las pretensiones
del Ecuador sobre los territorios del norte.
“El Perú Antiguo y los Modernos Sociólogos”.
Hablando enfáticamente en un foro internacional.
Hablando enfáticamente en un foro internacional.
PENSAMIENTOS
Asimismo,” El Movimiento Intelectual de Arequipa a fines del siglo XVIII y
principios del XIX”, “La Conferencia de San Francisco”, “El Debate
Constitucional”, “El Tratado de Ancón”, “El Cristo de la Fe”, “Los Cristos
Literarios”, “La Crisis Presente: 1914-1939”, “Peruanidad”, “Las Causas
Diplomáticas en la Guerra del Pacífico” y “La Vida Universitaria”, “Arequipa de
mi Infancia” (Memorias)
Embajador en Colombia y Suiza en
tiempos del gobierno de Benavides. Todo un notable maestro en la Universidad Católica
como Decano de las Facultades de Letras, Ciencias Políticas y Económicas,
Vicerrector, Rector Emérito, gestor y fundador del Instituto Riva Agüero,
organismo de altos estudios perteneciente a ese centro superior de estudios.
En sus pensamientos, Belaunde no
excluía a las clases populares de sus propuestas. Pero sostenía la necesidad de
consolidar un núcleo dirigencial. Creía en la reformas de las estructuras para
conseguir una visión global del país.
Socialmente, de acuerdo a sus concepciones, la
clase media era la más idónea para efectuar el cambio. Culturalmente el mestizo
incorporaría las diferentes herencias y el catolicismo constituiría el cemento ideológico
en el que todos podrían confluir. Confianza, positivismo y espiritualismo.
TECNIFICACION
Criticó de la clase dirigente por
su inmoralidad, de los partidos por deambular tras los caudillos y no tener
programas, de los ministros que no cumplen su función y del parlamento por ineficaz
en su función de fiscalización y de emitir leyes. Todo esto se lee,
minuciosamente, en su libro “La Crisis
Presente”.
También denunció la situación de
sometimiento de la clase media atada económicamente con el lastre de una
educación no apta para las labores técnicas y productivas, debiendo
arrinconarse en la burocracia para sobrevivir.
Fustigó a la burocracia inútil y
corrupta. Pero sobre todo acusó a un régimen que por su incapacidad ha
concluido en el absolutismo presidencial, estableciendo un paralelo siempre
citado entre el virrey y el presidente.
También señaló que los tres males
de la república son la plutocracia costeña que más aspira a irse del país, la
burocracia militar inmiscuida en funciones políticas que no le competen y el
caciquismo parlamentario, como cómplice del feudalismo.
La solución la encontró en la
emancipación y tecnificación de la clase media, única y capaz de formar el
verdadero partido del Perú. Hizo una severa crítica a los factores que desvían
la conciencia nacional y al abuso que se perpetúa en contra de los indios.
Todos estos pensamientos datan de los años 14, 20 y 30 del siglo XX. Y hasta ahora
tienen vigencia, como se puede notar.
PROGRAMA
Entendió el trabajo, no como
mercancía, sino como un elemento humano que debe ser orientado a un fin social.
Desde allí justificó la copropiedad con el accionariado obrero y la cogestión
en comités de fábricas y talleres.
Otorgó importancia al sistema
cooperativista, aceptó la organización sindical y la constitución de un Consejo
Económico. Para Belaunde, la cuestión indígena adquiere sus rasgos típicos
cuando se trata de la comunidad y de la hacienda serrana.
Para ello elaboró un programa que
tuvo entre sus elementos más importantes el potenciar la productividad de la
comunidad, educar económicamente al indígena, expropiar el latifundio
improductivo, distribuir tierras sea a individuos o comunidades, ensayar
cooperativas agrícolas. La solución debería encontrarse tanto en los factores
económicos como en los de educación.
Con respecto al desarrollo
industrial, entendió que mientras la clase media no se libere económicamente no
se podría pasar a la industria. Frente a esta incapacidad aumenta su presencia
amenazando la independencia política. No hablaba de imperialismos, pero se
acercaba a su diagnóstico.
Sesion de Naciones Unidas en 1945, presidida por Harry Truman
Sesion de Naciones Unidas en 1945, presidida por Harry Truman
GRAN PERUANO
Lo que propuso es el aprovechamiento
de ese capital pero sin conceder privilegios y exigiendo una mayor presencia de
la inversión nativo Si queremos fortalecer la economía industrial es necesario
desarrollar un reformismo prudente.
En el Congreso Constituyente de
1931 defendió el voto femenino, la libertad de prensa, la autonomía del poder
electoral, la independencia del Poder Judicial y la religión católica como la
base espiritual de la nacionalidad.
Sostuvo que el problema principal
del Perú es el indígena. Propugnó la descentralización y el desarrollo de una
educación técnica que actué sobre la realidad. Si se opuso a dar el voto a los
menores, a los analfabetos y a las Fuerzas Armadas.
En líneas generales, el proyecto
de Belaunde fue un intento armonizador, buscando siempre bajar las tensiones de
los conflictos sociales. Evitando las polarizaciones. Creía a pie juntillas en
la transformación real de las instituciones.
Un intelectual que se entregó por
completo al Perú desde que pudo hacerlo. Brillante por todos sus lados. Con
justa y exacto razón, alguien, con agudeza y entera razón, lo denominó “el
peruano a carta cabal”. (Edgardo de
Noriega)
¡Hola! Sabes cuáles son los nombres de cada integrante del Mercurio Peruano que salen con Belaunde? ¡Gracias!.
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