martes, 18 de febrero de 2014

O'HIGGINS: UNA VIDA DE NOVELA

A propósito del diferendo marítimo solucionado últimamente por los jueces de la Haya, si hay alguien en la historia que une férreamente tanto a Chile como al Perú es, definitivamente, Bernardo O’ Higgins, un personaje con vida intensa y sobre todo de novela. Allá en tierras mapochinas del sur, guerrero corajudo y decidido. Héroe de la  Independencia  que incluso llegó a ser Presidente de la República. Aquí  estudió joven algunos años. Solidariamente, desde su patria, contribuyó en el impulso de la lucha patriota  de lo que, definitivamente, se consiguió: la salida de estas tierras americanas y, de nuestro propio territorio, de los españoles  usurpadores y colonialistas. Posteriormente se convirtió en un digno vecino de la ciudad capitalina, a la  que admiró por completo. La que lo acogió con hermandad y afecto. Aquí vivió a gusto, hasta el final de sus días. Lima le expresó, con constancia, su cariño. Lima lo vio despedirse de este mundo y morir. Lima lo  enterró en su suelo. Con estos acontecimientos de integración plena,  América se consolidó por entero. Que así sea siempre.
Era el hijo natural producto del amor intenso de un noble español que, en tiempos de la Colonia, llegó a ser Gobernador  de la Capitanía General de Chile y Virrey del Perú, Ambrosio O’Higgins, con Isabel Riquelme Meza: una dama chilena de abolengo que fue madre de Bernardo a los 19 años, de ascendencia vasca, quien formaba parte de una de las familias más antiguas e ilustres de la zona chilena de Chillán.
Concibió al que sería hombre ejemplar de esa nación cuando el  amado que conquistó su corazón era teniente coronel de granaderos, con 59 años a  cuestas. Cuarenta años más que ella, demostrando que para el amor no hay edades que indispongan. Todo es posible y factible cuando existe este ingrediente tan necesario en la vida.



Bernardo O'Higgins Riquelme

ESPECULACIONES
 Mucho se especula sobre el lugar de nacimiento de Bernardo. Unas corrientes históricas dicen que nació en la casona familiar de los Riquelme, ubicada en Chillán viejo. Lo comprobado es  que allí pasó los primeros años de su vida.
Las otras teorías se inclinan a señalar que vino al mundo  en un terreno de propiedad de la familia materna. Pero también señalan, como posible lugar, la casona de las hermanas Olates de la misma ciudad o en la cercana hacienda de El Palpal, en los terrenos de la actual comuna de Temuco.
 En su partida de nacimiento aparece únicamente que vino al mundo en los territorios del Obispado de Concepción. Todo un embrollo de misterio que hasta ahora no ha sido, efectivamente, desenrollado con precisión por la Historia.
Permaneció en Chillán hasta fines de 1782, año que su padre lo envió  a Talca y quedó bajo el cuidado del rico comerciante portugués Juan Albano Pereira y su esposa Bartolina de la Cruz y Bahamonde. 
RIQUELME
El acta de reconocimiento de paternidad se registró en la partida bautismal. Su progenitor aparece como Ambrosio Higgins. El O será añadido años después.  Sin embargo, el nombre de la madre está reservado a petición de ésta. En el documento, el bautizado es Bernardo Higgins. No obstante, hasta los 24 años, fue reconocido por todos los que lo conocieron como Bernardo Riquelme.
Regresó a Chillán a  estudiar en el Colegio de Naturales y de Propaganda Fide dirigido por los franciscanos. Su tutor era el rector del plantel, el R. P. Francisco Javier Ramírez, amigo de su padre quien ya era Gobernador de Chile.
Lo enviaron a Lima y estudió en el Colegio del Príncipe  y en el de San Carlos. Completó su instrucción en Europa. Específicamente en Londres. Allí los fabricantes de relojes, Spencer y Perkins, recibían periódicamente las remesas de dinero que enviaba Ambrosio para el mantenimiento de su hijo.  La plata fue bastante recortada por estos mandatarios.  Ello  significó una fuente de preocupación y de disgustos para el joven estudiante.
Asistió a un colegio católico con régimen de internado ubicado en Richmond, en las afueras de Londres. Allí tuvo un romance con Charlotte, una joven inglesa muy bella. Llegó a dominar el inglés, aprendió literatura francesa, dibujo, historia, geografía, música y el manejo de las armas.
MIRANDA
Entre sus profesores figuró, Francisco de Miranda, que le enseñó  Matemáticas y fue precursor de la Independencia Americana. Lo imbuyó de las ideas libertarias que se debatían en aquellos tiempos con los derechos del hombre y la soberanía popular. Posteriormente, este prócer lo incorporó  a la Logia Lautaro, un hervidero de las ideas de patriotismo e independencia.
Pasó el verano en el balneario de Margate y al solicitar dinero a sus apoderados para regresar a Richmond, éstos indebidamente se lo denegaron acusándolo de malgastarlo. Rompió con los relojeros y decidió trasladarse a España. Pretendió ingresar a una academia militar. No pudo. Entonces, solicitó permiso a su padre para retornar a Chile que le fue concedido
Zarpó a bordo del navío “La Confianza”. Una poderosa escuadra inglesa apresó el convoy. Todos sus tripulantes, incluido O’Higgins, fueron conducidos a Gibraltar donde los dejaron en libertad. Llegó a Cádiz, sin equipaje ni recursos. La temible fiebre amarilla había llegado a la ciudad. El mal atacó al chileno y lo puso al borde de la muerte. Milagrosamente se salvó
Compartió, en Cádiz, las ideas revolucionarias con varias personas que le había indicado Miranda quien, desde Londres, tenía activa una filial de la Logia Lautaro. Enterado su padre de sus actividades políticas, le quitó toda clase de apoyo y ordenó inclusive que se quede sin casa. Por ende, ni donde dormir.
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Isabel Riquelme, la madre del prócer.

MUERTE
Sin embargo, el joven le escribió al progenitor contándole  sus peripecias y sufrimientos. Le pedía que lo perdonase. La carta nunca tuvo respuesta porque, a los pocos días de recibida, ocurrió la muerte del Virrey. Eso sí, le había dejado  una cuantiosa herencia. La situación económica del muchacho cambio por completo y así pudo retornar a su patria en 1802, a los 24  años.
La fortuna heredada incluía la hacienda Las Canteras, con tres mil cabezas de ganado. Los trámites de la liquidación de la herencia se hicieron en Lima. Llevó a vivir al fundo a su madre, su hermanastra Rosa y su tío Manuel Riquelme. Ellos lo  ayudaron en la compra de los enseres y la construcción de graneros, habitaciones y una casona patronal.
Aplicó en sus tierras lo que había visto en Inglaterra. Construyó fosos, explotó al máximo los cultivos, efectuó rotaciones efectivas de los mismos e introdujo nuevas herramientas como el arado de fierro. Plantó vid y produjo mucho vino. En las labores agrícolas, unas 400 personas trabajaban.
Comenzó a planificar la difusión de las ideas emancipadoras. Al poco tiempo se relacionó con los oficiales que custodiaban la frontera austral, aprendiendo de ellos los rudimentos de la guerra. Era muy popular en la región.
Por eso el pueblo de Chillán lo eligió alcalde del cabildo y al poco tiempo ingresó a un grupo conspirativo conocido como los “Duendes Patriotas” integrado por jóvenes de Concepción, Talcahuano y otros pueblos. El ingreso de Napoleón a España fue una realidad y significó el cautiverio del Rey Fernando VII.
DIPUTADO
Las ideas de libertad se habían propagado a lo largo y ancho de la franja chilena. O’ Higgins, que representaba a los patriotas, fue elegido Diputado al Congreso  inaugurado, solemnemente, el 4 de Julio de 1811.
Este organismo legislativo  se opuso a que se enviase fondos a España para combatir a los franceses. Lo mismo se hizo con el aumento de nuevas plazas parlamentarias. Su labor legislativa se cortó por  el reumatismo que sufría, enfermedad que lo postró en cama durante dos meses.
José  Miguel  Carrera cerró el Congreso y dio un golpe militar. El Parlamento creó la provincia de Coquimbo, redactó las bases de un reglamento constitucional, declaró libres a los hijos de los esclavos  que nacieran en el país, prohibió el entierro  de cadáveres en los templos. Creándose cementerios en las afueras de la ciudad.
Le solicitaron integrar la Junta de Gobierno y aceptó para después renunciar, en protesta por el cierre del  Congreso.  Mientras tanto, Juan Martínez de Rosas, constituyó otra junta de gobierno en  Concepción. Carrera le pidió  que aceptara representarlo, en calidad de plenipotenciario, en el nuevo organismo para evitar enfrentamientos fatales entre los patriotas.

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Su padre Gobernador de Chile y Virrey del Perú.

UTILIZADO
Dejo la capital y fue hacia Concepción con la misión de llegar a entendimientos entre ambas partes. Luego de lograr un acuerdo se enteró de que Carrera movió sus tropas hasta el río Maule y se dio cuenta que había sido utilizado por éste para ganar tiempo.  Lo que hizo es tomar el mando de su regimiento y se dirigió a Linares a reunirse con las tropas movilizadas por Martínez de Rosas para oponerse a los del norte.
En Abril de 1812, ambos ejércitos estaban movilizados en las riberas del Río Maule. Entonces propuso atacar de inmediato a las fuerzas de Santiago. Martínez de Rosas se opuso, prefiriendo parlamentar con Carrera. Lo hicieron y decidieron  retirar sus tropas. O’Higgins discrepante y fastidiado, se retiró a su hacienda para preocuparse de sus tierras y sus negocios agrícolas.
Al poco tiempo, un contingente realista desembarcó en la bahía de San Vicente al mando del brigadier Antonio Pareja. Juntó a sus hombres y se dirigieron a Talca para unirse al ejército patriota.
 Como Comandante en Jefe se designó a José Miguel Carrera. La lucha contra España se había iniciado formalmente. El primer enfrentamiento ocurrió en Linares, donde se apresó un piquete de 22 dragones realistas.
Luchaba en la primera división del ejército patriota. Atacó al enemigo en San Carlos y Chillán. Continuó al sur ocupando varios pueblos y llegando hasta la ciudad de Los Angeles. Había reclutado milicianos y llegó a contar con 1,400 soldados con los que se dirigió a Chillán.
COMBATES
Asaltó la ciudad con 500 colaboradores, pero recibió la orden de retirarse. Entonces se dedicó a combatir entre Concepción y Los Angeles.  Pasó por las ciudades de Yumbel, Tucapel, Huilquilemu, Gomero,  Quilacaya y Rere, apresando combatientes y capturando armas. Aquí se enteró que los realistas quemaron y redujeron a escombros la casa de su hacienda Las Canteras.
En el vado El Roble, a orillas del río Itata, hubo otro enfrentamiento violento, Los realistas sorprendieron a sus enemigos que estuvieron a punto de sufrir  una gran derrota. Allí se alzó la figura de O’ Higgins quien con fusil en la mano arengó a sus hombres: “¡O vivir con honor o morir con gloria, el que sea valiente, sígame! Los soldados calaron sus bayonetas y se lanzaron en forma incontenible, consiguiendo una victoria. Había surgido el nuevo líder, el héroe: O’Higgins.
Existía descontento por la forma que José Miguel Carrera llevaba la conducción de la guerra. Lo separaron de su cargo militar y le propusieron a O’Higgins remplazarlo. El traspaso del mando se concretó el 12 de Febrero de 1814,  en  Concepción.  Luego fue intendente esta ciudad. Su madre y su hermanastra, prisioneras de las fuerzas realistas desde hacía un tiempo, recuperaron su libertad. 
TRATADO
Planificó atacar la plaza de Los Angeles y Nacimiento para cortar la línea de abastecimiento de los realistas con Valdivia. Abatió, en la localidad de Quilo, un destacamento de tropas. Luego avanzó hacia Talca para cerrar el paso hacia Santiago.
Ambos ejércitos avanzaron hacia el norte en una carrera paralela para alcanzar el río Maule. Ocurrió la derrota de Cancha Rayada. Pasó el Maule antes que sus rivales y se atrincheró en el fundo Quechereguas donde resistió la embestida.
Luego se firmó el  Tratado de Lircay de cese de hostilidades. Resultó una tregua. Ambas partes sabían que no cumplirían lo convenido. Se mantuvo en Talca. Hasta que José Miguel Carrera volvió a tomar el poder. Con su división, resistió en Rancagua y perdió el combate. Había mucha división entre los patriotas.
No se puso de acuerdo con Carrera y decidió marchar al exilio hasta la vecina ciudad de Mendoza, en territorio argentino. De allí pasó a Buenos Aires, donde permaneció casi un año. Le indicaron que regrese a Mendoza para que se incorpore al ejército que  organizaba el General San Martín, ciudad a la que llegó en Febrero de 1816.
La primera tarea que San Martín le asignó fue alistar la localidad de El Plumerillo para trasladar  el campamento de las tropas en busca de disciplina y organización adecuada. Lo que se realizó con éxito. El Libertador, posteriormente, salió con un ejército aprovisionado y homogéneo capaz de luchar contra los españoles.


Muy joven en Londres.

ROMANCE
El chileno, el 21 de Enero de 1817, al mando de la segunda división  integrada por 1,000 hombres, partió  para la cordillera rumbo a Chile. Era el Ejército de los Andes que combatió con una bandera celeste y blanca de las Provincias Unidas de Río de la Plata.
Los libertadores llegaron al río de Los Palos y viajaron hacia el sur ganando la cumbre de 3,650 metros sobre el nivel del mar.  Iniciaron el descenso hacia el valle de Putaendo. La segunda división a su mando siguió el camino real y cayó de frente sobre el enemigo que se encontraba atrincherado. La batalla terminó al medio día y se ingresó a las casas de Chacabuco donde poco después llegó San Martín.
A los tres días, ya en Santiago, el Cabildo le ofreció la dirección del país al Libertador. Este  se negó a aceptar el cargo. Al día siguiente, los vecinos proclamaron a O’Higgins, Director Supremo de la nación. Tal hecho dio lugar a la patria nueva.
Uno de sus primeros actos fue ordenar la repatriación de los patriotas. Luego organizó un ejército nacional, el de Chile  y para ello creó la Academia Militar que después llevó  su nombre. El Director Supremo quiso tomar Talcahuano pero no tuvo éxito. Por aquel tiempo, mantuvo un romance con Rosario Puga Vidaurre. Decidió emprender la marcha hacia el norte.
HERIDO
Antes informó a todas las naciones la Independencia de Chile y para ello se firmó un acta en una solemne ceremonia realizada en Talca el 2 de Febrero de 1818. Sin embargo, los realistas atacaron de improviso, aprovechando la oscuridad de la noche. O’Higgins fue herido en el brazo derecho.
Este combate produjo más bajas entre los realistas que entre los patriotas. La exageración hizo que en  Santiago cundiera el pánico y hasta se comentó que  San Martín y O’Higgins habían muerto en la acción. Ante tal situación, el Director Supremo se dirigió a la capital. Inmediatamente reasumió el mando de la nación y restableció el orden.
El 5 de Abril de 1818, las tropas de San Martín  arrollaron a los realistas en la Batalla de Maipú. Este combate aseguró  la independencia de Chile. El triunfo coincidió con dos hechos trágicos: el fusilamiento de los hermanos Carrera y el asesinato de Manuel Rodríguez.
Redobló sus esfuerzos para que Chile cuente con una escuadra a fin de dominar el Océano  Pacífico. Envió delegados a Inglaterra y Estados Unidos para comprar naves y conseguir entrenamiento. Así se adquirió la fragata Lautaro.  Luego la corbeta Chacabuco, el navío San Martín y el bergantín Galvarino.
A continuación se dictó el Reglamento Provisional Orgánico de Marina y, en el puerto de Valparaíso, se creó una academia de guardiamarinas que se transformó en la Escuela  Naval Arturo Prat. El marino inglés Lord Thomas Cochrane asumió el mando de la nueva fuerza naval.

Una de las batallas en la que intervino valientemente.

PROCLAMA
La expedición libertadora del Perú, con San Martín a la cabeza, salió de territorio chileno. O’Higgins, tras ocurrir el hecho, envió una proclama en castellano y quechua dirigida al pueblo peruano. De ella se imprimió miles  de ejemplares que fueron repartidos en todo el territorio nacional.
Ordenó diseñar una nueva bandera que se convirtió en tricolor con la estrella solitaria. La misma que flamea hasta ahora como emblema. Prohibió en los frontis de las casas los escudos de armas e insignias de nobleza. Abolió llos títulos hereditarios y creó la Legión de Mando de Chile para premiar las virtudes cívicas y militares. Impulsor del himno nacional de su país.
Dispuso que los vecinos pusieran luces en las puertas de sus casas, mejorando por completo el ornato. Editó un periódico semanal del gobierno con las disposiciones administrativas y las noticias.
También sustituyó la moneda con la efigie del Rey por el sello del gobierno. Reabrió la Biblioteca Nacional y transformó la Cañada, lecho de un río convertido en basural, en una alameda bella y acogedora. Este trabajo fue realizado por los prisioneros realistas. 
HIJO
La que fue su novia Rosario Puga, radicada en Santiago,  dio a luz un varón que fue bautizado como Pedro  de padre desconocido, según el registro parroquial de la Iglesia de San Isidro. Este pequeño era su hijo al que Isabel Riquelme, su abuela paterna, nunca perdió de vista.
Puso en vigencia un estatuto constitucional donde se estableció la libertad individual y la igualdad civil. En mérito del dispositivo, nadie podía ser castigado ni detenido sin un juicio previo, consagraba la inviolabilidad de la propiedad privada y establecía la libertad de opinión.
Creó el Senado cuya palabra debía oírse en asuntos financieros, diplomáticos y de guerra. El pueblo de San Bernardo, cerca del rio Maipo al sur de Santiago, fue una realidad por sus gestiones directas.  En una villa de este lugar se instalaron los militares en retiro, las viudas y los huérfanos de la Guerra de la Independencia.
Existían latentes muchas conspiraciones en su contra. Una de ellas la encabezaba el  Gobernador Intendente de Santiago, José María de Guzmán. No  se podía negar que el descontento en ciertos sectores reinaba. Todo eso dio lugar a que se convoque un cabildo abierto, cuyo objetivo primordial era pedirle su renuncia.
Contra todo pronóstico, O Higgins concurrió a la asamblea donde estaban reunidas unas 300 personas. Hizo uso de la palabra y ante las solicitudes presentadas, no vaciló en  renunciar al cargo de Director Supremo de Chile. Lo remplazo una junta cuyos integrantes fueron: Agustín de Eyzaguirre, Fernando Errázuris y José Miguel Infante.  Posteriormente se designó para el alto cargo al General Ramón Freire.



Uno de los tantos monumentos que lo recuerda para siempre.

EN LIMA
Salió con pasaporte de su país y se dirigió a Lima donde residió permanentemente. Trajo a su madre, su hermanastra Rosita, dos indígenas  mapuches adoptados y a su hijo Pedro, de 4 años de edad.
Lo recibieron las autoridades encabezadas por el Marqués de Torre Tagle su condiscípulo y amigo de la infancia. El y su familia se instalaron en la misma casa que vivió el Libertador San Martín, en la calle Jesús María del centro de Lima.
El Perú, en reconocimiento de sus esfuerzos en la organización  y realización de la Expedición Libertadora, le concedió la propiedad de dos haciendas. Montalván y Guiba, ubicadas en el valle de Cañete a unos 150 kilómetros al sur de Lima.
Estuvo con Bolívar por la sierra peruana. El Libertador nunca  le dio la oportunidad de luchar contra los realistas  a  pesar de que lo consideraba su amigo y conforme era su deseo. No ocurrió eso ni en las batallas de Junín y de Ayacucho. Tampoco, cuando estuvo en el poder, le dio un cargo determinado que, obviamente, se lo merecía. 
RENCORES
Los rencores que dejó atrás en Chile maquinaron para que se le interrumpiera el pago de su pensión militar. En 1826, sus partidarios quisieron devolverlo al poder mediante una conspiración en Chiloé, pero, fracasada ésta, el general fue borrado del escalafón militar y quedó prácticamente proscrito.
Cuando el ministro Diego Portales declaró la guerra a la Confederación peruano-boliviana, el dictador Andrés de Santa Cruz pretendió ganarlo para su causa. O'Higgins condenó la conflagración  fratricida. Tajantemente se negó a apoyarlo, incluso cuando éste le ofreció el retorno al poder en Chile.
Luego de terminada la contienda, tras la victoria del general Manuel Bulnes en Yungay frente a las tropas de la Confederación, se abrió un paréntesis liberal en Chile con una política de reconciliación nacional liderada por el propio Bulnes. Éste ordenó en 1841 que se restituyeran el rango y los sueldos debidos a O'Higgins. La reparación llegó cuando estaba a las puertas de la muerte.
Comenzó a fallarle la salud y sentir problemas serios en el corazón. Quería retornar a Chile. Nunca pudo hacerlo. Concurría a cada rato a las iglesias coloniales de la gran Lima por ser católico ferviente. A tal punto que, en  el dormitorio de su residencia,  había un altar donde se oficiaba  la Santa Misa.



Su casa en Lima.

TESTAMENTO
En tal situación redactó su testamento por medio del cual designó a su hermanastra Rosita como heredera de sus bienes, luego de cumplir ciertos  encargos secretos. Uno de ellos, según se descubrió después, fue proteger económicamente a su hijo Pedro, conforme se hizo. El vástago, con el paso de los años, dejó descendientes en el Perú que hasta ahora existen.
En la mañana del 24 de Octubre de 1842, el ilustre hombre se sintió con energía por lo que se hizo vestir. Quiso que lo sentaran en un sillón. La posición no la soportó. Por lo que lo tendieron otra vez en la cama Allí su respiración se entrecortó y exclamó: “Magallanes”. A los pocos segundos falleció.
Sus restos fueron sepultados en suelo peruano con el apoyo de sus amigos y vecinos. Los mismos que fueron repatriados a Chile en 1869. Por largo tiempo permanecieron en un sarcófago de mármol en el Cementerio General de Santiago.
 Hasta que lo trasladaron al Altar de la Patria, frente al Palacio de la Moneda. De ahí pasó temporalmente a la Escuela Militar para volver, definitivamente, al mismo espacio del centro de la capital chilena. Su casa en Lima ha sido restaurada y la administra la Universidad Católica. La de Cañete fue afectada seriamente por un terremoto.
Militar afortunado,  político honesto y consciente que afrontó pruebas muy duras en  su vida que  resulto ejemplar y de apoyo total a  las causas justas. Un patriota y rebelde que se dio por entero para que los pueblos de América continúen por las canteras de la libertad y de la justicia. (EdeN)

1 comentario:

  1. O Higgins es la unión. Pero muchos lo denigran por gusto. Acabo de leer en un semanario que, sacan fuera de contexto, una carta entre el héroe y Lord Cochrane y aparecen como antiperuanos. No tiene sentido hacer eso con aquellos hombres que efectivamente demostraron amor a nuestra patria. Lo de O'Higgins está comprobado históricamente. ¿Para que buscarle cinco pies al gato. Cuando, efectivamente, tiene cuatro?. Me ha contentando este articulo porque demuestra con creces el valor de tan ilustre figura. Felicitaciones. Con la historia y el pasado no se puede jugar. Y si se hace, hay que comprobarlo fehacientemente. Luz Herencia

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