viernes, 30 de mayo de 2014

INGLESES Y RUSOS INVADEN PERSIA

Siria, Irak y Persia eran las tres rutas claves para llegar a los yacimientos petrolíferos del Oriente Medio. A mediados de Junio de 1941, e impidió la intervención de las fuerzas del Eje en Irak y a continuación los Aliados invadieron la Siria de Vichy. Pero cuando se inició la operación “Barbarroja”,  Persia era todavía una zona peligrosa para los Aliados y por ello el primer acto de cooperación militar de la URSS con Occidente procuró neutralizar este peligro.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Persia se declaro neutral y el Sha Reza, que había conseguido anular las interferencias rusas e inglesas en los asuntos internos del país, firmando al mismo tiempo importantes acuerdos de “ayuda comercial” con Alemania, anunció su intención de mantener relaciones amistosas con todas las grandes potencias.
La invasión anglo-soviética de Persia, en Agosto de 1941, si bien representó una clara violación de la soberanía de un Estado neutral, no fue ciertamente una sorpresa para nadie. Y mucho menos para el mismo Sha.
 Durante más de un siglo, con la sola excepción de los veinte años de reinado de este monarca, Persia se había visto atropellada por los opuestos intereses de Inglaterra y de Rusia. Pero cuando tales intereses coincidieron-como sucedió en el momento que Hitler atacó a la Unión Soviética-la posición estratégica de Persia asumió una importancia vital, tanto para los Aliados como par el Eje.


Mapa de Iraq e Irán.

INVASION
Por una parte o por otra, la invasión era inevitable. O bien por iniciativa de Rusia y de Gran Bretaña, recién aliadas. O bien por decisión de los alemanes que atravesarían el Cáucaso y ocuparían el país, con lo que podrían amenazar la retaguardia soviética y situar sus fuerzas a caballo de las rutas británicas hacia la India, Australia y Extremo Oriente
Además, la potencia beligerante que consiguiera apoderarse de los pozos petrolíferos de Persia y del vecino Irak se aseguraría las mayores reservas de carburante del mundo, después de la de Estados Unidos.
Las proposiciones aliadas para una “ocupación pacífica” de las zonas claves del territorio persa fueron, naturalmente, rechazadas por el  Sha.  Pues semejante “benévola neutralidad” hacia los Aliados suscitaría la cólera del Eje en el momento que Alemania parecía triunfar en todos los frentes. También hay que tener presente que la chispa que provocó la subida al  poder del Sha fue un movimiento de rebelión contra la ocupación militar del país por parte de Rusia y de Gran Bretaña.
En efecto en 1921, el General Reza Kan decidió poner fin al dominio extranjero y marchó sobre la capital, derribó al vacilante gobierno del momento y, convertido en Ministro de la Guerra y después en Primer Ministro, comenzó a transformar Persia en un estado ordenado e independiente.
REFORMAS
Saludado como salvador del país, en 1925 se le eligió para ocupar el trono, después de que una asamblea constituyente depuso al último representante de la antigua dinastía de los Cagiari. Una vez en el trono, aplicó con gran energía un programa de reformas y de modernización, todavía no igualado en la historia del Oriente Medio y que realizó sin la menor ayuda de empréstitos extranjeros.
Pero, al aceptar la presencia de técnicos alemanes en el país, el Sha, inocentemente, permitió que numerosos agentes nazis ocuparan puestos importantes en los ferrocarriles, correos y telégrafos. Al mismo tiempo el hecho de que las Fuerzas Armadas hubieran sido reorganizadas por los alemanes proporcionaba posibilidades de subversión a los filonazis.
Temeroso de Rusia, desconfiando de Gran Bretaña y, en los últimos momentos, inquieto por las intenciones de Alemania, el Sha Reza se encontró pronto ante una situación insostenible. Así, aunque las  peticiones aliadas, presentadas en Agosto de 1941, de que Persia expulsase a los ciudadanos alemanes eran tan irrazonables como ilegales, la tentativa del Sha de contemporizar proporcionó una “justificación” oficial para la invasión.
Acusado por los Aliados de germanófilo y considerado por la propaganda alemana como títere del bando contario, el viejo patriota continuó esforzándose para que el país no volviera a los antiguos e infaustos días, insistiendo incansablemente en proclamar la neutralidad del mismo.
OCUPACION
Por último decidió que si era inevitable una invasión aliada, ordenaría una resistencia puramente simbólica, a fin de salvar a Persia de un inútil derramamiento de sangre y evitar al mismo tiempo que Alemania  pudiera acusarla de haber colaborado con los Aliados y tomara represalias.
La invasión anglo-soviética de Persia se había previsto para el 22 de Agosto de 1941. Pero no se realizó hasta la noche del 24 al 25, pues los planes rusos no estuvieron ultimados a tiempo.  A la hora cero, una columna motorizada del General Novikov avanzó a través de la provincia de Azerbaiján y ocupo Maku y Khoi, así como varias  localidades en torno al lago de Urmia, no muy distantes de la frontera turco-persa.
Después de dejar algunos destacamentos para patrullar el Kurdistán septentrional se dirigió hacia Ardebil y Täbriz, esta última la segunda ciudad de Persia. Otra columna avanzando a lo largo de la orilla del Caspio, 320 kilómetros al Este, ocupó el importante puerto de Bändar Pählavi y luego de atravesar las provincias de Gilan y de Mazzanderan, llegó a Qasvin, a unos 160 kilómetros de Teherán, donde ambas columnas debían converger y unirse después a las fuerzas inglesas que avanzaban por el Sur. 
BOMBARDEO
El 25 de Agosto la aviación soviética bombardeó Täbriz, Resht y Qazvin, produciendo muchas muertes entre la población civil. Los suburbios de Teherán fueron asimismo bombardeados el  26. En cambio, en el centro de la capital sólo se arrojaron octavillas que exhortaban a la población a deponer al Sha.
La primera instrucción que dio Churchill a propósito de la invasión fue que, como la palabra “Irán”-nombre oficial que ya entonces ostentaba el país- tenía un sonido muy semejante a Irak, para evitar malos entendidos los servicios de comunicación aliados deberían emplear el antiguo nombre de Persia
El 22 de Junio de 1941, el General Wavell dio órdenes al  General E.P. Quinan para que preparase la Irak Force que debía ocupar las refinerías de Abadán y los yacimientos petrolíferos de Ahvaz, ciudad situada en el Golfo Pérsico, así como las de Kermanshah, unos 500 kilómetros al Norte. Además las fuerzas inglesas deberían apoderarse de Bändár Shahpur, estación término meridional del ferrocarril transiriano.
Como los ingleses, no sabían todavía que el Sha sólo intentaba oponer una resistencia simbólica, el hecho de que las fuerzas de Quinan fueran escasas y estuvieran exhaustas y de que el área a cubrir fuera inmensa, dio al proyectado avance británico las características de un fantástico juego de azar.


Aviones listos para atacar.

DIRECCIONES
 En Shua´iba se unieron a la División 8 hindú el 123° de lanceros, la brigada de infantería 124 hindú y el 1er Escuadrón Guide. La Brigada Acorazada 9 cruzó una vez más el desierto para unirse con la Irak Force en Khanaqin, a donde llegó también la  Brigada de Infantería 21 hindú, procedente de Siria. Del mando del Oriente Medio fue separada la División 5 hindú y se mantuvo la 6 pronto a partir en cuanto fuera necesaria su participación
El avance inglés se realizaría a lo largo de dos direcciones. El General de División G. O Harvey, Comandante de la División 8 Hindú, dirigiría la invasión desde Persia meridional a Basora, atravesando el Shat-al-Arab. A su vez el General de División W. J. Slim llevaría a cabo un ataque contra Kermanshah, desencadenado a través del desfiladero de  Pa-yi-Tagh
A las 24 horas del 24 de Agosto de 1941, dos batallones de fusileros de la Brigada de Infantería 24 Hindú del Comandante R. H. Fleming, embarcaron en Makil (Basora) en pequeñas lanchas y se dejaron arrastrar silenciosamente por la corriente del Shatt-al-Arab, a lo largo de 80 kilómetros, con el fin de llegar a la isla donde se encontraba la refinería de Abadán.
Pero este plan, que preveía el ataque al alba, fracasó porque varias embarcaciones sobrecargadas encallaron en bancos de arena y además por la inesperada, aunque legítima, presencia de dos buques mercantes extranjeros que se hallaban precisamente en el muelle elegido para el desembarcadero.
FUEGO
 En la confusión que se originó, la  que debería ser la primera oleada, desembarcó en segundo lugar, bajo el fuego de los centinelas persas apostados en los muelles y en los techos de la refinería.
Menos accidentado fue el avance  del segundo batallón, que se acercó  la zona de la refinería a través de los barrios residenciales europeos. La valerosa resistencia opuesta por las tropas persas duró del alba al atardecer y retrasó la unión de los dos batallones hasta las 20 horas.
 En el transcurso de todo aquel día de lucha ininterrumpida, con el riesgo de que la refinería saltase por los aires en cualquier momento, el personal civil, tanto ingleses como persas, empleado en las instalaciones petrolíferas, continuó trabajando como si  a su alrededor no ocurriera nada insólito.
A las cuatro de aquel mismo día, en la otra orilla del río Karun-que separa al Abadán del resto de Persia- los cuarteles de la Marina de Khorrämshähr fueron atacados por una compañía del regimiento beluchi, desembarcada del buque de guerra Falmouth y del buque artillado Yarra, cuya artillería hizo saltar por los aires varias cañoneras persas, con considerables pérdidas de vidas humanas.
Al mismo tiempo la ciudad y el fuerte de Khorrämshähr fueron atacados or el 1/II y el 2/III  de fusileros  Gurkha de la brigada de infantería 18 hindú mandada por el General de Brigada R. G Lochner  y el 5/V de Infantería ligera Mahratta de la Brigada 24. Estas unidades, junto con una batería de artillería de campaña y un escuadrón de lanceros se desplazaron desde Makil, efectuando un rápido avance a través del desierto.


Reza Pahlevi

BUQUES
Los cañones y los morteros de la infantería inglesa bombardearon el fuerte y la estación de radio. Después de duros combates, la ciudad y el mando naval capitularon.
En las primera horas del 25 de Agosto,  el buque armado australiano Kamimbia que llevaba a bordo al Mayor W. E. Maxwell y dos compañías del 310° Regimiento beluchi,  dejó la aguas del golfo Pérsico y se adentro en la bahía de de Bändär Shahpur, precedido de numerosos remolcadores, barcas de vela y embarcaciones fluviales de la Royal Navy.
 De repente, la unidad dobló un promontorio y se encontró frente a tres buques mercantes italianos y otros cinco alemanes, que se encontraban fondeados en la rada.  El buque alemán Hohenfels dio la alarma.
Pero ya era demasiado tarde para impedir que los marineros australianos y los soldados del regimiento beluchi se apoderasen de los buques del Eje en una rápida acción de abordaje. Solo un barco, incendiado  por su propia tripulación, escapó de la captura. 
DESEMBARCO
A las 7.15 horas desembarcó la primera compañía beluchi, la cual cumplió tan rápidamente su misión que cuando una hora más tarde desembarcó la segunda los ingleses ya eran dueños de  Bändar Shahpur.
 Mientras que en Bändar Shahpur, Korrämshähr y Abadán ocurrían estos casos modernos de “piratería de alta mar”, seis Vichers de la RAF  transportaban una compañía beluchi que ocupó  los campos petrolíferos de Häft Kel.
A las 3.30 del 25 de Agosto, la Brigada de Infantería 25 hindú destacó el 1/V de infantería ligera Mahratta y el 2/11| regimiento Sikh para cerrar varias unidades persas  en las cercanías de Kasr Shaikh y conquistar una importante cabeza de puente al norte al norte de Korrämshähr. Después de un ataque frontal lanzado por el Sikh y de un encuentro con autoametralladoras enemigas, a medio día fue ocupada la ciudad,
Se esperaba que los persas opondrían dura resistencia en Ahvaz, la capital meridional. El 26 de Agosto un escuadrón de aparatos Blenheim de la RAF bombardeó el aeródromo, poniendo fuera de combate numerosos aviones. Y los días 26 y 27 de aquel mismo mes, varias embarcaciones fluviales de la Royal Navy remontaron el río Karun, poco profundo, hasta unos 40 kilómetros, transportando 800 soldados y armamento pesado.
ORDEN
Con las primeras luces del día 28, la Brigada 18 y la 25-una por la orilla derecha del río y la otra por la izquierda-cubrieron esos 40 kilómetros que aún faltaban para alcanzar las posiciones persas de Ahvaz y  ya se disponían a cercar la ciudad cuando llegó la orden de “alto al fuego” dada por el Sha.
Mientras aquella serie de rápidas ofensivas aseguraba a los ingleses el dominio del sur de Persia, una penetración todavía más profunda se estaba iniciando a unos 500 kilómetros al Nordeste, realizada por tropas que avanzaban desde el centro petrolífero irakí de Khanaqin, situado en las proximidades de la frontera persa.
 Esta fase de la invasión fue proyectada por el General de Brigada J. A. Aizlewood, Comandante de la Brigada Acorazada 2 Hindú, cuyas fuerzas se hallaban sensiblemente reducidas. Sin embargo, sus efectivos fueron reforzados por la infantería autotransportada del I/V de fusileros Gurkha. Podía contar además con otras fuerzas procedentes del Oriente Medio,  como el Warwickshire Yeomanry y algunos elementos de la Brigada Acorazada 9.
Para asumir el mando general de la operación, el 24 de Agosto se llamó al General Slim sin introducir ninguna modificación. También se reclamó a Siria la Brigada de Infantería 21 Hindú, mandada por el General C. J. Weld y construida tan sólo por dos batallones.


Los soldados preparan el cerco
CERCO
Despertados por el ruido a las 5 de la mañana del 25 de Agosto, los gendarmes y los funcionarios de la aduana persa de Khosrovi se enteraron de que su puesto fronterizo se hallaba en manos de los fusileros Gurkha.
Qasr-i-Shirin estaba cercada por el 14/XX de húsares, con sus carros de combate MK VII, el 4/XIII de fusileros de la Frontier Force y el 2/IV de fusileros Gurkha y ocupaban el pueblo. La columna se puso en movimiento a las 8.30 y después de siete horas de marcha entro en  Sär-i-Pul.
Mientras  tanto, con las primeras luces del alba del 25 de Agosto, el 2/VII de fusileros Gurkha tras vencer una breve resistencia y recorrer rápidamente la distancia que le separaba del campo petrolífero Naft-i-Shah, se apoderó del mismo. Por su parte, el  Warwickshire Yeomanry había alcanzado una localidad situada más allá del desfiladero de Pa-yi-Tagh, a unos 40 kilómetros de Sar-i-Pul y tras ocupar la carretera principal, entró en la ciudad de Gilan a las 12 horas.
Los posteriores intentos de avance fueron contenidos por los persas, situados en una altura que dominaba la parte sudoccidental de la ciudad. Los bombarderos ingleses continuaron y a la mañana siguiente los reconocimientos aéreos revelaron que el enemigo se había retirado al amparo de la oscuridad, por lo que al medio día el avance continuó.
RETIRO
Mientras las columnas de vanguardia se dirigieron a Shahabad, la Brigada de Infantería 21 Hindú cruzaba el peligroso desfiladero de Pa-i-Tagh. En este lugar había importantes contingentes de tropas de montaña persas, bien armadas y equipadas, que defendían el angosto paso. Se preveía que su resistencia sería dura y obstinada.
Antes de que a los hombres del Gurkha les ordenaran emprender la ascensión, los aviones de reconocimiento de la RAF localizaron varios casamatas del adversario y a partir del medio día, los  Blenheim bombardearon estos objetivos con notable precisión. Al día siguiente se descubrió que los persas, temiendo indudablemente que su vía de escape estuviera en peligro, se habían retirado durante la noche.
Después de encontrar varias patrullas, la Brigada 21 llegó a Shahabad y, junto con las otras tropas de Slim, avanzó más de 20 kilómetros al este hasta Zabiri. En este lugar el Warwickshire Yeomanry cayó en una emboscada y los persas mantuvieron la carretera bajo el fuego de su artillería hasta el anochecer, pues los cañones ligeros ingleses poco podían hacer frente a la moderna artillería pesada iraní. 
ATAQUE FRUSTRADO
Kermanshah estaba entonces a la vista. La carretera se extendía recta a través del valle llegando hasta las colinas que se alzaban al fondo. Se sabía que más adelante las fuerzas de Slim encontrarían las divisiones y una brigada de caballería persas, por lo que los ingleses habían preparado un ataque para el día siguiente. Este no se realizó, ya  que a las 8.30 del 28 de Agosto, el General Mukadan-Comandante de la tropas persas en aquella región- recibió la orden del Sha de poner fin a la resistencia.
Una vez conseguido el triunfo no se perdió el tiempo y se siguió adelante, pues Qasvin-la zona elegida por ingleses y rusos para encontrarse- era una cadena montañosa que se hallaba a más de 300 kilómetros de distancia y las noticias que se recibían revelaban que las tropas soviéticas estaban avanzando más allá de los límites del área de ocupación que les correspondía.
El 30 de Agosto, las unidades del General de Brigada Aizlewood atravesaron el paso del Shah- a más de 2000 metros de altitud- y se dirigieron a Hamadan, importante centro comercial.
Asimismo un pequeño contingente constituido por el I/V de fusileros Gurkha y el Regimiento 15, transportado en camiones ligeros y vehículos blindados, marchó a toda velocidad hacia Sinneh, a 160 kilómetros al Nordeste.


Pleno ataque al enemigo.

ENTREVISTAS
 El Coronel J.O. Pocok, comandante de aquella columna motorizada, precedía velozmente en su automóvil al resto de tropas y llegó a Asinneh a medianoche del 31 de Agosto. Su presencia coincidió con el retorno del comandante ruso que con tres vehículos acorazados y cuatro camiones cargados de soldados, estaba distribuyendo en toda la zona fotografías de Stalin y otro material de propaganda soviética. Después de un cambio de saludos, la columna rusa se retiró hacia su puesto de mando, a unos 200 kilómetros de distancia.
En el ínterin, Slim había transferido su puesto de mando a una posición avanzada, precisamente a Sultanabad (Arak)-importante centro ferroviario, a poco más de 200 kilómetros de Teherán-, dispuesto a marchar sobre la capital si las discrepancias que, según se decía, habían surgido entre el Sha y los diplomáticos aliados, no se resolvían por la vía amistosa.
Las entrevistas comenzaron  la mañana del 25 de Agosto al iniciar los Aliados la invasión. Y aunque el 28 de aquel mismo mes el Sha ordenó a sus tropas suspender la simbólica resistencia, el día 30 tuvo que ser declarada la ley marcial en Teherán porque algunos altos oficiales del Ejército y de la Aviación amenazaban rebelarse si las hostilidades no se reemprendían inmediatamente.
El Sha nombró a un primer ministro mejor visto por los Aliados. Pero hizo arrestar al General Ahmad Nakhchevan, nuevo Ministro de la Guerra, culpable de haber permitido que las tropas persas se dispersaran después del “alto al fuego”, abandonando sus armas a tribus rebeldes y a agitadores comunistas, pues precisamente uno de los principales objetivos del reinado de aquel monarca había sido mantener sofocados a todos aquellos elementos subversivos.


Los daños son cuantiosos tras el enfrentamiento.

ULTIMATUM
 Al mismo tiempo seguía intentando contemporizar respecto al asunto de la expulsión del país de los ciudadanos de las potencias del Eje. Los acontecimientos amenazaban precipitarse. Wavell se desplazó por vía aérea desde la India a Teherán para discutir a situación con el comandante en jefe soviético y con los diplomáticos aliados.
 El 10 de Septiembre, ambas naciones, Gran Bretaña  y Rusia, presentaron un ultimátum que exigía la expulsión de todos los ciudadanos de los países del Eje en el plazo de 48 horas. Como esto era obviamente imposible, los Aliados decidieron ocupar la capital.
Los desacuerdos surgidos entre el Sha y algunos miembros del Parlamento, que no aprobaban su conducta-entre los cuales figuraba Mossadeq, político notoriamente adverso tanto al emperador como a los ingleses-, indujeron al soberano a abdicar en favor de su hijo, el príncipe Mohamed Reza Pahlevi, quien había realizado parte de sus estudios en Europa.
El 17 de Septiembre, las tropas soviéticas y británicas entraron en Teherán, con el General de Brigada Aizlewood y el contingente motorizado de la Household Cavalry  fueron recibidos por el General de División W. A.K Fraser, Agregado Militar británico en la capital persa.
SLIM
También Slim llegó a la ciudad para tener algunas conversaciones con su colega soviético: en el transcurso de las mismas, ambas partes tomaron algunos acuerdos respecto a las funciones de vigilancia quer la Brigada 21 Hindú y la Acorzada 9 debían cumplir a lo largo de las líneas de comunicación inglesas que atravesaban el país y que en aquellos momentos estaban amenazadas por tribus de kurdos y lurios
Asimismo se trató de la construcción de defensas en Persia noroccidental contra una posible invasión alemana a través del Cáucaso o de Anatolia. Aunque ambigua desde el punto de vista moral, la rápida acción aliada no solamente frustró los planes alemanes de subversión en Irak, Siria y Persia, sino que también aseguró para la causa aliada dos importantísimos elementos: el petróleo y las vías de comunicación a través del Oriente Medio.
Solamente por territorio iraní, a lo largo de la dirección golfo Pérsico-mar Caspio, Inglaterra y los Estados Unidos hicieron llegar a Rusia, en el transcurso de la guerra, un total de 5 millones de toneladas de armas, municiones y aviones. (Editado, resumido  y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)

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