martes, 23 de junio de 2020

HINOSTROZA: POETA DE CALIDAD INTENSA

El hombre, en todas las facetas de sus edades, tenía fe y sentimiento por la existencia en la intensidad de sus realizaciones y el quehacer efectivo de resultados que lo hicieron un creador de potencialidades efectivas. Por eso quizás, en ningún momento, vaciló y tuvo seis ocupaciones a lo largo de su vida, con una persistencia total indiscutible. De entrada y, sobre todo, era un reconocido poeta. Mucho sentimiento intenso que lo hacía crear versos con precisión meridiana y profunda fuerza innovadora Pero también escritor, periodista traductor, gastrónomo y astrólogo.  Su virtuosismo y renovación próximos a los de Vallejo, Martín Adán y Eielson. Sin ninguna exageración. Con mucha precisión. Lo dijeron los críticos literarios.  Lo corroboraron otros entendidos y sus propios lectores que se multiplicaron por doquier.  Todo ello, que es genuino y está comprobado, lo convirtió en uno de los mejores artífices del verso. Como parte de la genuina expresión poética contemporánea del Perú.
Rodolfo Hinostroza Clausen, formó parte de la pléyade brillante de poetas que conformaron la generación del 60.  Nació en Lima el 27 de octubre de 1941 y pasó su infancia en Huaraz: un bello pueblo andino enclavado en el Callejón de Huaylas, a 3 mil 200 metros de altura sobre el nivel del mar. Allí vivió hasta la edad de 9 años. De regreso a la capital, el niño creció estudiando hasta terminar la secundaria en el famoso Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe.
El muchacho se convenció, a los 14 años, de que su padre no era un miserable. Estaba frente a un cofre viejo en su casa de Huaraz. Había descubierto, entre algunos libros amarillentos, una colección antigua de la revista “Folklore”. Su progenitor había publicado allí unos cuantos poemas indigenistas. El adolescente examinó el hallazgo con atención. Qué lindo escribía el viejo.


PuntoEdu Rodolfo Hinostroza: compromiso desde la vida con la ...
Hinostroza: poesia, libros e intelectualidad.

DRAMATURGO
 El poema que más le gustó fue “Elegía a la muerte de la Engracia”, que, según supo después, fue escrito de un tirón. Se enteró, además, de que don Octavio Hinostroza era un dramaturgo elogiado por la prensa. Baste decir que elaboró el guion de una de las primeras películas peruanas, “El Guapo del Pueblo”, en 1938.
 No era justa entonces la manera como se refería a él la familia de su madre: “el viejo vago de tu padre”, “el viejo inútil de tu padre”, “el viejo de porquería de tu padre”. Octavio y Gloria Clausen se habían separado, cinco años atrás, según parece debido a los celos enfermizos de él: ella era una hermosa jovencita de ascendencia danesa, que atraía la mirada de cualquier hombre. Además, a ambos, los separaban considerables 24 años.
¿Serán estos los 206 aristocráticos huesos de mi padre/todos completos, con su maxilar inferior, sus falangetas/su astrágalo, su vómer/su clavícula? /No se habrán confundido en la fosa común/con las de un vagabundo/de esos que abundan en las calles de Lima/y desunen sin un gusto (Preguntas al inicio de un poema triste “Los Huesos de mi Padre” en el Memorial de Casa Grande)
Este último verso se gestó cuando encontraron los restos de su padre en un arenal. El hombre había desaparecido en 1971 cuando se fue por las calles de la ciudad de Ica, donde vivía con su hija, Gloria Hinostroza. Una mañana salió con una caja repleta de recortes periodísticos. Nunca más regresó. Era presa de una paranoia galopante que lo hacía desconfiar de todos. Inclusive de su familia.

Rodolfo Hinostroza: “Ni comunista, ni burgués: esa es la cuestión” |
En la plenitud de la juventud

HALLAZGO
Los restos los encontraron en un modestísimo cementerio de Villa El Salvador. El hallazgo lo hizo una persona determinada que escuchó el pedido de la hija, en un programa de TV que conducía Augusto Ferrando. Allí fue a pedir ayuda. El moreno conductor lo hizo y difundió el mensaje.
 El pequeño Rodolfo, que se fue a vivir con su madre, oía en casa tantos insultos hacia su padre que terminó creyendo que él no era un buen ejemplo. Se avergonzó de su progenitor y del terno avejentado con que lo iba a visitar a veces.
 Prometió que de grande sería ingeniero o químico, pero nunca poeta como él. Pensaba como piensan todos los niños del mundo: evitar el dolor de quien los cría. Pero aquel día en Huaraz, con el redescubrimiento artístico de su padre, Rodolfo Hinostroza trazó el derrotero de su propia vida.
En realidad, la poesía acechó la existencia de Rodolfo desde que nació, un buen día de octubre de 1941. Su madre, que disfrutaba del arte de pergeñar versos (ahora se entiende por qué se casó con Octavio), le escribió la siguiente ternura: Manzanita juguetona/ Travieso melocotón/ Azucena reventona/ Hombrecito! ¡Corazón!
 En casa, el nicaragüense Rubén Darío ya era una deidad mayor, el “padre y maestro mágico” que orientaba a todos los fabricantes de frases memorables. El pequeño creció con los versos del modernista acariciándoles las orejas.

Rodolfo Hinostroza - Poemas de Rodolfo Hinostroza
Con su familia.

AUTORES
 Pero los primeros autores que Rodolfo leyó con plena consciencia fueron aquellos que le dio, años más tarde, Demetrio Quiroz-Malca, el segundo esposo de mamá Gloria. Quien venía a ser su padrastro ganó el Premio Nacional de Poesía en 1955, así que sabía bastante del buen decir. Algunos de los libros que le recomendó devorar son “La Metamorfosis”, de Franz Kafka; “Bartleby”, de Herman Melville; “De Qué Vive el Hombre”, de León Tolstoi; y “El Extranjero”, de Alberto Camus. El adolescente Hinostroza no solo devino en un lector compulsivo, sino también en un escritor fervoroso. Mi madre Gloria era la chica linda del Callejón del Buque, /De Bajoelpuente, en el jirón Trujillo, manyas primo/ Era hija de Clausen, un ingeniero danés chiquito y colorado. /lisuriento, que a veces venía a visitarlos, /a ella y sus dos hermanos, /a Olga, la segunda, y a Rodolfo el menor. /Eran hijos habidos en Victoria Farfán. /guapa bajopontina, de imponente perfil y de horrible carácter, tal como lo aprendí/a mis expensas luego. Nadie quería entrarle/aunque era buena hembra, pero con fama de ogro/ Tuvo que ser este gringo despistado, chambero y buena gente, pero más lisuriento que un capataz de obras/se ve que había aprendido su oficio en el barco/´porque instalaba centrales hidroeléctricas en provincias/y se quedaba un año, dos en Cumaná, por ejemplo o en Mancora/conviviendo en el campamento con mujeres de pueblo/a las que le hacía de vez en cuando un hijo (Parte de los Hijos de Clausen)
Empezó a tantear sus primeros cuentos, que agrupó bajo el título lúgubre de “Fosa Común”. Cuando le entregó con timidez este conjunto de creaciones a Quiroz Malca, su mentor se quedó gratamente impresionado de su prosa y especialmente del relato denominado “El Noveno Tranvía”.
Le prometió al menor darle una copia de este cuento a su amigo Manuel Jesús Orbegozo, jefe del suplemento dominical del diario “La Crónica”. Y así lo hizo. El relato fue publicado el 29 de junio de 1958, con lo que empezó oficialmente la carrera literaria de ese chiquillo desgarbado y sensible que era Rodolfo.

El Telégrafo - Noticias del Ecuador y del mundo - Mi encuentro con ...
La cocina, Hinostroza y el escritor Julio Ramón Ribeyro

MEMORIAS
Tenía 17 años y estudiaba en el horario nocturno del colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Por entonces pasaba buena parte del día oyendo zarzuelas y óperas en el tocadiscos de sus vecinos, los Tong, y volvía a casa, tras la escuela, a eso de las once de la noche. A esa hora encontraba a su madre tomándose un trago con Demetrio.
Entonces, los tres se ponían a discutir acerca de algún autor o libro que todos habían leído. Normalmente había dos posiciones en pugna: la del padrastro y Rodolfo Hinostroza, y la de Gloria Clausen.
La madre, en medio del fragor de la discusión, los acusaba de aliarse en su contra solo por ser varones. Y pasaba a tratarlos con ironía, con distancia, con sarcasmo hiriente. “Era una aguerrida Aries, no le gustaba perder y cuando se veía acorralada nos botaba de la casa, y terminábamos Demetrio y yo en algún bar de mala muerte chupando con cualquier parroquiano, a las 4:00 de la mañana”, escribiría Rodolfo años más tarde en sus memorias.
 Lo cierto es que tanto en esta bohemia tempranera como en la que vivió después con los poetas César Calvo y Juan Gonzalo Rose en la Universidad San Marcos, Hinostroza intentaba ahogar las penas que le generó la separación de sus padres. De hecho, a los 25 años empezó a ser psicoanalizado por Max Hernández. Las sesiones de introspección, en las que según sus propias palabras “me restauraron el alma”, duraron unos siete años.
Hacia 1961 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar Medicina. Pero pronto abandonó la Facultad de Ciencias ganado por la Literatura que desde muchos atrás la practicaba en forma continuada. Al año siguiente, el amante de las letras viajó a Cuba con una beca para realizar estudios de Literatura inglesa.

Cuentos [In]completos - Rodolfo Hinostroza | Planeta de Libros
Uno de sus libros.

RETORNO
En esos años que incluyeron la crisis de los cohetes que por poco desemboca en una guerra atómica, escribió su primer poemario titulado “Consejero del Lobo”, libro que fue publicado en la Editorial el Puente de la capital cubana en 1962.
 Frustrado por la forma, en que el régimen de Fidel Castro usaba a sus becados como guerrilleros para provocar revoluciones en América Latina entre otros actos violentos, logró finalmente abandonar la isla después de unas experiencias muy intensas y retornar al Perú.
Su regreso sirvió para que ejerciese el periodismo en la revista “Caretas”. Por estos tiempos se casó con la francesa Nadine Cailliére. Ellos viajaron juntos a Paris en mayo de 1968 y llegaron cuando ocurría la famosa rebelión antiautoritaria de ese año, contra el gobierno de De Gaulle.
El crítico Ricardo Gonzales Vigil dice de Hinostroza lo siguiente: “No sólo es uno de los mejores poetas hispanoamericanos de la década del 60, sino uno de los mayores artífices del verso en el Perú contemporáneo, con un virtuosismo y una fuerza innovadora próximos a los de Vallejo, Martín Adán y Eielson. Con Antonio Cisneros marca el ápice de la asimilación de la poesía contemporánea de habla inglesa y el canon de escritura más influyente en nuestra poesía en el lapso 1965-1975”.

Blanca Varela: pura y dura, por Rodolfo Hinostroza - Vallejo & Co ...
Conversación con Blanca Varela, la gran poetisa.

PREMIO
Laboró en Paris como comentarista radial de la ORTF, lector en la Editorial Gallimard y traductor para las editoriales españolas Tusquets y Barral. Entre los autores que tradujo figuran: J.M.G Le Clézio, Boris Vian y Benjamin Peret.
Ganó el premio internacional de poesía “Maldoror”. Más adelante trabajó en la agencia de viajes “Uniclam” escribiendo guías de turismo como las de México, Bolivia y Perù que fueron publicadas en francés. Publicó “Aprendizaje de la Limpieza” que rememora su largo psicoanálisis, comenzado en Lima y terminado en París. Era 1975.
Hacia 1984 retorno a Lima y se casó con la traductora holandesa Ingrid Sipkes con quien tuvo tres hijos: Cayetana, Lorenzo y Ruy. Se reincorporó al periodismo especializándose en gastronomía para impulsar el proceso de difusión y conocimiento de la cocina peruana en el ámbito nacional como internacional. Una deliberación del ala y la tormenta es lo que cae cuando/la agria balandrona de los sueños se pega al paladar/y el muchacho despierta en la mañana/penetrando el espejo con un grito. La estridencia que acecha/en la materia de los violonchelos el enemigo bosque/turgente como una curva embreada, someten bruscamente/su furor y su régimen./Y el muchacho despierta en el silencio/tatuado por el vuelo de un mosquito/y el terror se evapora con el sol/que empuja levemente al aire perezoso. (Parte de “Adolescente que desierta”)
Dirigió una serie de publicaciones sobre el tema en el diario “La República” y la Revista “Caretas” y en la publicación “Anfitrión Guía del Ocio y la Gastronomía”. Así se impulsó la temática de la culinaria que fue lanzada como una de las mejores del mundo entero, en el contexto de lo que se denominó “la revolución de tales especialidades como base del éxito”.

Julio Ramón Ribeyro, un geniecillo bohemio
Tres de los grandes: Hinostroza, Ribeyro y Alfredo Bryce.
OBRAS
Ganó el premio internacional del cuento “Juan Rulfo” en París por su obra “El Benefactor”. Luego publicó su novela “Fata Morgana” y se hizo acreedor a otra distinción denominada “Arte Nuevo” con su pieza teatral “Cuadrando el Circulo”, que recorrió el Perú de norte a sur en un teatro rodante, siendo vista por unos 75 mil espectadores.
Salió a luz su libro “Cuentos de Extremo Occidente”. Su publicación, a cargo de la Editorial española Everest “Primicias de la Cocina Peruana” fue todo un éxito, siendo galardonadas y distinguidas singularmente en Pekín, Nueva York y Madrid. “Un hombre vaga durante novedosos años fuera de/su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo” /Aristóteles/ Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse. /Hay un rio que duerme, otro que murmura/Aquí Clayton hablaba de Loutine./Los dorados temblores de Diana en el patio interior. /El cuerpo multiplicado en millares de copias. /Y un presagio de tormenta en la escalera. /Menos grave que en los años siguientes. Y ahora todo resbala hacia lo Real. /Había sido que una presencia. /Definida con tenacidad/Viajas en tus palabras/Y tus palabras viajan (Parte de Nudo Borromeo)
Después de un largo silencio poético, Hinostroza se hizo presente en el mundo editorial con “Memorial de Casa Grande”. Luego vino “Nudo Borromeo y otros Poemas”. Logró sacar impresa su “Poesía Completa”. Lo distinguieron con el Premio Nacional de Cultura, otorgado por el Ministerio del mismo nombre y Petroperú.

Retrato de un poeta: homenaje a Rodolfo Hinostroza - Casa de la ...
Retrato de un poeta.

DUDAS
Fue el poeta César Calvo quien, en pleno patio de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, espetó al joven estudiante de Medicina Hinostroza que dudaba si se dedicaba a los versos o a las ciencias, diciéndole: “si te quedas con la poesía eres consecuente con lo que sientes en el fondo de tu ser”. Entonces, no dudes, ese es tu destino El joven hizo caso al mensaje del oráculo y tomo el rumbo que lo convocaba y al cual se había dedicado años de años. Un sol negro semejante/a la premonición del desastre. Un sol muerto/Robando las plegarias de los campesinos ojerosos/ Un sol ajeno a todo lo que habíamos conocido/Hasta entonces/A todo lo que habíamos sufrido hasta entonces/A todo lo que habíamos sufrido hasta entonces/ Este es el sol que ha descendido sobre nuestras ciudades/ Ha agotado a las doncellas/Ha roto de un hachazo/ Las gruesas mesas de madera y los toneles/De vino espeso/como sangre de gallo/Ha tensado/Los mares y los ríos. Ha cortado la leche/De las madres primerizas. Ha revelado/ A los bachilleres sudorosos/ Que hay una espera completamente sobria/De lo inevitable/ Fría como el rodar de las esferas celestes/Todo ahora está detenido/No obstante/ Hay como el ruido de cubiertos en una larga sobremesa/ y bufones huidizos, bufones/de orejas puntiagudas/Soportando en sus jorobas las secas maldiciones (Eclipse)
El destino puso en el intelectual múltiples desafíos creativos. Como astrólogo, fue autor de un tratado que devino referente para quienes estudian las cartas astrales en todo Europa. Rodolfo descubrió la astrología un día de 1968, cuando se topó, en los Campos Elíseos, con una computadora gigante capaz de describir tu personalidad a partir de tu signo zodiacal y otros datos personales. Le fascinó tanto esta máquina que terminó investigando a fondo este tema y escribiendo el célebre tratado “El Sistema Astrológico. Teoría y Práctica” (1971), que vendió cerca de 120 mil ejemplares.
El caso demuestra la naturaleza libérrima de Hinostroza. Por eso mismo tampoco le tocó los nervios la prédica comunista de la Cuba que visitó a mediados de los sesenta. La poesía social no le entraba ni con golpes. Lo suyo era moldear a pulso su propio cosmos poético, sin comprometerse con ideas políticas que lo condicionaran
 En el proceso, extasiaba sus sentidos con lecturas desbordantes, comida celestial y harto trago. La ebriedad era, antes que nada, un estado de deslumbramiento. En el poema titulado “Al fatigado”, Rodolfo llega a decir: El que está sobrio y permanece fiel a sus medidas/ Contra el ocio y los sucesos feos como pinzas de cangrejo, / Hoy ha encontrado que no sabe nada. Su sinceridad lacerante, corrosiva, ha marcado el curso de su poesía. De él no se esperan largas cavilaciones, sino palabras ametralladas, salidas de inmediato. De hecho, ha escrito algunos de sus mejores poemas de un tirón.
 No hay que olvidar que Rodolfo fue pionero en cuanto al estudio y la promoción de la culinaria peruana. El bautiza como cocina nikkei la fusión de la gastronomía nacional con la japonesa y es autor de un libro promocional titulado “Aprendizaje de la Limpieza”.

Poeta en el Ecran - Caretas
Reunión de vates con el auspicio de la Revista "Caretas".


ALGUN DON
El poeta solía decir que cada país muestra algún don: Brasil y Argentina tienen el fútbol; Rusia, el ajedrez; Francia, el erotismo; el Perú, la gastronomía. El Perú no mete goles en las canchas, pero sí en las mesas. Aquí hay más afición por la gastronomía que por el fútbol, pues es más antigua y extensiva: participan hombres, mujeres y niños. La única cultura propiamente gastronómica en el mundo es la peruana porque la gente -que adora comer- vive pensando en lo que ha comido, en lo que va a comer y en lo que comerá, Esto es: Hinostroza dixit   
Señalaba, cuando le preguntaban, que la cocina peruana nació con la conquista, pues es mestiza. Un mestizaje, eso sí, hecho sin violencia y muy creativo. Tenemos una gran cocina porque tuvimos una cultura, con una sólida culinaria nativa que se mezcló con la española. Por eso, México y Perú tienen las mejores cocinas de Latinoamérica.  
También afirmaba que el gran secreto está en los ingredientes que son una de las cosas más mágicas y maravillosas que tenemos. Todos los cocineros de afuera se quedan fascinados por la calidad y variedad única de nuestros pescados y mariscos, de nuestras verduras y ajíes. El extranjero canta entre mares resecos. Su voz/Se asemeja a un entrechocar de piedras, es/árida como los terrones rojos. Sabemos que, en su pueblo, /Justamente bajo la estatua de Neptuno y la hierba mala/Algo ha terminado de morir. / (Lo vieron en Queen Street/mezclado a las procesiones bárbaras/bebiendo del gollete//licores concebidos por esas hierbas secas, y esto/fue en tiempos del ciclón de la gruesa cintura.) Se sabe que ha pisado el espíritu/De sus jóvenes amantes, que ha besado/ Las cuadernas de un bergantín que olía. Se sabe que cerca/ De Artemisa y más tarde en La Mulata se bañaba desnudo. (Al Extranjero)

Post: Rodolfo Hinostroza presenta Astro100.com
Post para una de sus presentaciones.

CONVICCION
Corría el año 1962 y llega a la ciudad de la Habana conjuntamente con Javier Heraud, Mario Razzetto y oros poetas que aspiraban a formarse intelectualmente en la Universidad de la Habana. La que al decir de Haydee Santa Maria, la directora de la Casa de las Américas, habría de ser “La Harvard de América”.
 Todo fue un engaño y nada se cumplió en términos de estudios. Una fantasía y nada más. Si había subversión, guerrilla y exportación de la revolución hacia el mundo. Con eso no estuvo de acuerdo el poeta. Salió de Cuba. Hasta se decía que expulsado. Poco hablaba de ello. Lo mismo hacía Razzeto, que, como el personaje principal de esta crónica, también murió
El destino puede aparecer como un prisma y, en el caso del poeta, las distintas facetas creativas se muestran como derivaciones de una convicción poética que subraya la experiencia vital, la emoción por el domino del lenguaje y la independencia respecto a cliches y clasificaciones previas.
De un momento a otro, lo internaron en el Hospital Arzobispo Loayza porque se sentía muy mal. Allí falleció, a la 1 de la madrugada, del 1° de noviembre del 2016. A los 75 años de edad. Había tenido síntomas de ictericia y aneurisma y, por eso, se le tuvo que operar quirúrgicamente. Con la solidaridad de su familia, amigos y lectores se pudo reunir el dinero para someterse en la intervención. Sin embargo, el autor no pudo superar sus males. Se fue de este mundo, definitivamente, un gran poeta del Perú. Lo hemos probado con creces en este artículo (Edgardo de Noriega)

No hay comentarios:

Publicar un comentario