jueves, 9 de agosto de 2018

CLARO...CLARISIMO

Hace algunos meses, a mediados de abril si somos exactos, finalizamos nuestras funciones como Jefe del Gabinete de Asesores del Despacho Ministerial de Defensa durante la gestión del General (r) Jorge Kisic Wagner, a quien tengo que agradecerle en esta ocasión y muy sinceramente, por la oportunidad y la confianza depositada en mi persona, para el desempeño de tal cargo en la alta dirección de dicho sector.
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 Un trabajo intenso, arduo y constante en la que dimos lo mejor de nuestro profesionalismo, en pro de un mejor desenvolvimiento de ese portafolio y en contribuir, directa y decididamente, al desarrollo de la Fuerza Armada del Perú proyectada, de tal forma eficiente, a servir directamente a la sociedad peruana.
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Como debía ser y como quería el Gobierno, por recomendación de. nuestro Ministro. El equipo que lo acompañó se la jugó, enteramente, por esa acertada y destacable meta. Lo que faltó fue tiempo porque la debilidad política y los grandes errores, de un lado y otro bando, trajeron abajo al mandatario que fue elegido por el pueblo. Muy poco tiempo se estuvo en el poder.
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Evidentemente que tuvimos que renunciar, cuando lo hizo Kisic luego de la aparatosa caída del Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, por ser un puesto de entera, plena y total confianza.
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 Lo encomiable es que, por tal motivo, nos dieron las gracias por los servicios prestados a la nación. Eso, definitivamente, nos agrada y enaltece de sobremanera. Felizmente que aquí nadie se enamoró y se casó. Tampoco se jugó a la política, de forma irresponsable.
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Una experiencia para mi completamente satisfactoria en la que tuve que laborar con profesionales de primera línea y de gran desenvolvimiento, como son entre otros: la doctora Cecilia Barbieri (Secretaria General), los asesores letrados Faryde Montoya Farach, el Embajador Guillermo Russo Checa y Luis Molero Coca, los generales FAP César Sánchez del Solar y Luis Alberto González Buttgenbach, el Almirante Leoncio Rodríguez Delfín y Sergio Sánchez Urrello.
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Una mención muy especial a los periodistas que laboran en el Ministerio de Defensa encabezados por la directora del departamento del mismo nombre, Ethel Flores Albino, quien de forma efectiva y de inmediato desde que llegamos a la sede del sector, nos apoyó constantemente con su bagaje especializado de gran valor. 
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Allí estuvieron, de igual forma y haciendo lo mismo, Karina Quinde Mogollón (que hoy trabaja en el Ministerio de la Mujer), Ulises Quihue, Francis Flores y las expertas en redes sociales, Karla García y Yuseli Espinoza. Este es un gran equipo de comunicaciones dirigido acertadamente por Ethel. Vale la pena reconocerlo.
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El personal de apoyo también estuvo presente de forma cabal y efectiva. Nunca dejaron de prestar sus servicios con efectividad las secretarias del Despacho, del Vice Ministerio de Políticas para la Defensa y del Gabinete de Asesores: Tommy Rubio, Lola Reyes Vera, Maritza Sotomarino y Carmen Gutiérrez, respectivamente.  Un acierto es estar rodeado de ellas porque, de todas maneras, se está atendido a cabalidad.
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Habiendo recuperado la independencia y ejerciendo nuevamente mis funciones de Gerente General en la Consultora que lleva mi apellido, De Noriega & Asociados Consultores en Imagen, volvemos a opinar y comentar sobre política en esta columna que ya ha cumplido ocho años de existencia.

No lo hicimos cuando ejercimos el cargo estatal tratando de ser realmente imparciales. Vayamos al grano y al asunto que nos compete, sin compromiso político alguno por supuesto. Con la independencia total de siempre.
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Ya es una constante de cada día. En efecto, los famosos audios salen a luz de forma continuada y nos retrata de cuerpo entero, la corrupción imperante sobre todo en el Poder Judicial. Lo que ocurre es realmente -desde el punto de vista legal, ético y moral- asqueroso. Nos mancha por los cuatro costados. Y esto, por el bien de la patria, tiene que acabar.
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Resultó efectiva la reacción del Presidente Vizcarra quien de inmediato respondió, puso en jaque al Congreso y lanzo una serie de medidas para atacar a fondo al flagelo de la impunidad que nos acompaña tantos años, de forma tan maligna.

Lo primero que hizo es nombrar una Comisión Ad Hoc para que recomiende los pasos a seguir en una efectiva Reforma del Poder Judicial.  Los profesionales muy bien escogidos, con el fin de cumplir tal encomiable labor.
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 El grupo fue presidido por el Embajador Allan Wagner Tizón, un profesional de prestigio con gran experiencia en el manejo del Estado. También brillaron por su capacidad, honestidad y prestancia diferentes especialistas como el jurista Walter Albán

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También el constitucionalista Samuel Abad, la doctora y maestra del Derecho, Delia Revoredo Marsano, el Vocal Supremo Hugo Sivina, el ex Defensor del Pueblo, Eduardo Vega Luna y la abogada de gran prestigio, Ana Teresa Revilla Vergara. El grupo hizo el trabajo en equipo en, aproximadamente, doce días. Luego, en el plazo previsto, lo acordado fue entregado al Jefe del Estado.
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El informe de la Comisión Wagner-por eso- es trascendente e importante. No obstante, de que fue hecho rápidamente. Lo apretado del tiempo sirvió para que el primer mandatario sostenga sus propuestas y ellas se conviertan en las piedras angulares de la transformación que se pretende hacer.
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El Presidente de la República, Martin Vizcarra Cornejo, rompió esquemas y se inclinó a la balanza efectiva de las soluciones. La palabra referéndum se convirtió en el gran remedio para los problemas del país, entendido como el procedimiento por el que se someten al voto popular las leyes o decisiones políticas con carácter decisorio o consultivo.
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Lo que hizo el Ejecutivo el 28 de Julio, día central patrio, fue presentar seis proyectos de ley para que se inicie la ansiada, desde tiempos inmemoriales, reforma del sistema de justicia peruano y, por eso mismo, se planteó someter, a consulta popular, la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura.
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También se haría lo mismo con el retorno a la bicameralidad parlamentaria, la no reelección de congresistas y la transparencia del financiamiento de la política. En este conglomerado ya se presentan problemas de apreciación y efectividad que merecen señalarse.
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La existencia de la Cámara de Diputados y Senadores es rechazada, de por si, por la población como expresión de la aversión existente contra al Parlamento. Quiérase o no, la cosa es así. En consecuencia, más que seguro es que en el referéndum se vote en contra de esta posibilidad.
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 Sin embargo, La bicameralidad es una necesidad primordial de orden técnico y jurídico para el mejor desenvolvimiento del Estado y del Poder Legislativo, en su ardua tarea y primordial labor de generar leyes y realizar labores de fiscalización, entre otras múltiples metas que tiene como Poder el Estado. 
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 Por la vía de la consulta popular, este cambio tan importante no saldría a favor. Seamos conscientes y busquemos otra solución. La gente, en su mayoría, está en contra en que se amplié la cantidad de los parlamentarios Tal es el desprestigio total de este poder del Estado.
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Estamos en desacuerdo con la no relección de los congresistas.  La repetición del periodo, evidentemente, sirve por una simple razón: la experiencia de los años continuados da resultados positivos a como dé lugar.  Lo bueno, con el paso del tiempo en una misma actividad, se perfecciona.
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Vayamos a la Historia del Perú y allí tenemos varios casos que demuestran lo que decimos. Mario Polar Ugarteche, Roberto Ramírez del Villar y Luis Alberto Sánchez los dos de las filas del PPC y el último del Apra, fueron parlamentarios varias veces tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. Quizás los mejores congresistas que tuvimos, de 1945 a la fecha.
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 Lo mismo pasó con políticos de la talla de Luis Heysen Incháustegui, Armando Villanueva del Campo y Manuel Seoane Corrales. Todos ellos apristas. Asimismo, con Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio, abuelo del actual congresista Alberto de Belaunde, militante de la Democracia Cristiana y Acción Popular. El líder arequipeño ocupó 5 veces su curul en la cámara alta desde 1939 hasta 1985, año en que se retiró de la política activa.
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La corrupción copó por completo el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) cuyo desprestigio era compensado con la vieja costumbre de los homenajes, los diplomas, los pedidos de puestos y el otorgamiento de dinero.
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 Este organismo lo creó el fujimorismo durante el Congreso Constituyente Democrático. Para ser más precisos, en la Constitución de 1993. Con referencia de los audios, quién dirige su difusión a través de la prensa. Buena será conocerlo para saber, exactamente, qué cosa es lo que se persigue efectivamente.
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La prestigiada historiadora Carmen McEvoy, en un artículo de reciente publicación en un periódico capitalino dice lo siguiente: “la corrupción debilitó económicamente a la república y la impunidad fue socavando uno de sus principales pilares, la justicia”. No le falta ninguna razón para afirmar ello.  Miremos lo que pasa con los audios y confirmamos la acertada apreciación.

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Allí se escuchan las conversaciones telefónicas de varios representantes del sistema negociando favores, posiciones dentro de su estructura y hasta sentencias con una tranquilidad propia de unos sinvergüenzas de la peor especie.
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 Como si fuese de la forma más normal. Es decir, ellos teniendo la razón. Sin importarles que se están corrompiendo a plenitud, rompiendo los valores, la ética y cometiendo varios delitos. Inconcebible pero cierto.
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El escándalo alcanzó, en distintas facetas, al Presidente de la Corte Superior del Callao, Waldo Ríos. Al de la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, César Hinostroza Pariachi y a varios integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Entre estos últimos: Guido Aguila, Iván Noguera y Julio Gutiérrez.
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Las personas que participan de las conversaciones registradas demuestran a las claras que están habituadas a malas costumbres. Obviamente que honradas, honestas y amantes de la ´ética, de ninguna manera lo son. Y eso que no estamos descubriendo la América. Si lo malo del Perú (Noé)

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